Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Don't Cry (Yoobin/Jia) por Maddie Lawliet

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Creo que es mi primer yuri e.e Y elejí una pareja rara =S Jajaja pero está escrito con mucho amor :3 y el drama que amo no puede faltar. Espero que lo lean~

No revicé el escrito, así que si tiene algun error de concordancia o cualquier otra cosa, disculpenme y me avisan en los reviews ^^

Notas del capitulo:

Te lo dedico, porque a pesar de que el mundo no está a nuestro favor, pasamos momentos hermosos que jamás olvidaré, y espero que sea el fin de nuestra amistad. Solo esperemos a nuestra próxima vida donde nos veremos de nuevo =) (de esa manera)

Espero que no sea el fin a una hermosa amistad u.u

/Yoobin POV/

 

Ya eran las once y media de la noche y mi turno en la sala de emergencias estaba por terminar, la hora crítica de cada viernes había acabado y ya estaba agotando mis últimas reservas de energía.

Entonces mi celular empezó a vibrar y sin ver la pantalla ya sabía de quien se trataba.

-Hola mi amor, ¿ya terminaste de trabajar?

-Jijijiji –sonó su risa tan peculiar del otro lado- ya sabías que era yo- sonó feliz.

-Obvio Jia, siempre eres tu la que me llama un poco antes de salir del turno- sonreí.

-Ya, ya, pues. ¿Estás lista?- quedé viendo al jefe de turno preguntándole con los ojos si ya me podía ir, a lo que él respondió asintiendo.

-Sí, puedes pasar por mi en estos momentos- le dije feliz.

-Aquí estoy- dijo juguetona. Con mi vista periférica logré detectar una sombra moverse, era ella agitando su mano desde un asiento en la sala de espera.

Ver a mi novia definitivamente era la mejor medicina para mi estrés, era divertida, linda y hasta pervertida. Tango que aceptar, hasta más pervertida que yo. Me despedí de mis colegas y me dirigí hacia ella.

Estaba sentada de forma relajada, con su pantalón negro y blusa blanca, con un chaleco negro y sus botines que tan lindo se le miraban. Trabajaba como psicóloga criminalista. A veces me daba miedo que algún psicópata tratara de matarla, pero sabía que había sido entrenada para defenderse, así que eso me calmaba un poco.

Salimos del hospital con una sonrisa causada por nuestro encuentro, en silencio la seguí hasta el parqueo y antes de entrar me tomó de la cintura empujándome contra el jeep y besándome con desespero para luego enrollar sus brazos alrededor de mi cuello, abrazándome con fuerza.

-Te extrañé tanto- dijo en un tono bajo. Acaricié sus cabellos con una manos y con la otra la atraje más a mi tomándola por la cintura.

-Y yo a ti- me separé un poco para darle otro beso, uno más dulce- ¿Estás muy cansada, quieres que maneje?- le ofrecí, a lo que ella negó con la cabeza.

-Hoy nos sacaron terminé temprano, ya no tenía nada que hacer, así que salí y fui a casa a dormir un poco. Ahora te está esperando una deliciosa comida hecha por mi en casa- dijo feliz, como satisfecha de sí misma.

-Uh, sí. No he comido nada desde el almuerzo que me comí la mitad de un sándwich.

-Entonces yo manejo.

El transcurso en el carro fue relajante, la música suave y romántica, nosotras en silencio… cerré los ojos por un momento, quedándome dormida hasta que llegamos a nuestra casa.

Desde joven vivo sola, pues mis padres vivían en un pueblo algo lejano. Jia se vino a vivir conmigo cuando empezó a trabajar formalmente hace dos años, pero estamos juntas desde hace cuatro años y medio.

Un tacto en mis labios me despertó, dándome un poco de cosquillas.

-Despierta mi bella durmiente- dijo en un tono muy dulce- Ya llegamos- entonces me fijé que estábamos en el garaje de nuestra casa.

Con un bostezo extendí mis brazos hacia ella como para que me cargara, lo cual intentó pero no pudo, quedando en un simple abrazo, riéndonos de nosotras mismas.

-Que linda mi babo~- le dije halándole uno de los cachetes.

-No me trates como a una niña- se quejó.

-Está bien, mi amor, tengo mucha hambre, así que dame de comer- cambié rápido de tema.

Tenía preparados varios tipos de hot dog. La quedé viendo con una cara entre graciosa y curiosa. Jia es una adicta al hot dog, le encanta hacer sus propias creaciones con ellos. La verdad me gustaba y siempre trataba de comer cualquier cosa que intentara cocinar. Al final me comí dos y ella tres.

Estaba tan cansada, pero tenía la necesidad de darme una relajante ducha con agua tibia. Fui al baño de nuestro cuarto y como siempre, lo primero que hice fue verme al espejo. Las ojeras bajo mis ojos, mi cabello desordenado, los ojos ligeramente enrojecidos y los labios resecos. Una chica de cabello negro y tez blanca se reflejó en el espejo detrás de mí.

-¡Jia!- me sobresalté- ¡Me asustaste, babo!- dije tocando mi pecho con mis manos, sintiendo como mi corazón regulaba la frecuencia de sus latidos.

-¡Discúlpame no fue mi intención!- sonó un poco preocupada.

-No te preocupes babo- pasé mis manos alrededor de su cuello y la abracé fuertemente para luego separarla levemente y darle un tierno beso, uno que pasó a más, como cada noche que tenemos tiempo para nosotras, aunque sea unos minutos de desvelo más, aunque sea gastar las reservas de energía que pensábamos que ya no teníamos. Y todo valí la pena, pues estaba con ella, no importa de que manera. Así fue como esa noche, demostramos nuestro amor en un deseo carnal, bajo la luz impropia de la luna llena a media noche.

 

***

 

Sentí un cuerpo tibio junto al mío, unas piernas entre las mías y un brazo sobre mi cintura. Abrí los ojos y lo primero que vi fue su cara, relajada y bella. Sus párpados cubriendo sus ojos y su boca entre abierta. Una gruesa y grande frazada nos cubría.

Mi día era feliz cada vez que despertaba a su lado, cada vez que era lo primero que miraba en cuanto abría mis ojos. Decidí levantarme para hacerle algo de comer, pero al menor movimiento ella despertó, abrazándome fuerte para que no nos separáramos.

-Mi amor… no te vayas- dijo con voz ronca. Sonreí y me acomodé nuevamente a su lado-

-Buenos días mi amor- le di un beso en la frente, luego besé sus párpados, luego su nariz y por último sus labios- Iré a cocinar huevos, lo único que he aprendido a cocinar en toda mi vida, pero lo quiero hacer para ti- la besé de nuevo, ahora nos mirábamos directamente a los ojos- Tu siempre cocinas para mi, me llevas comida al trabajo cuando ni tu tienes mucho tiempo. Gracias por ser tan especial y cuidarme tanto, te amo- unimos nuestros labios en un beso más profundo.

-Awwww~- enrolló sus piernas alrededor de mi cintura y sus brazos en torno a mi cuello- Te amo tanto, no tienes que agradecerme, lo hago porque me gusta, porque te amo- sus lindas frases cursis comenzaban a salir.

Nos quedamos tonteando ahí por un rato. Esa niña pervertida quería repetir lo de la noche anterior, pero me contuve, todavía seguía un poco cansada y estresada por el trabajo.

Cuando por fin me dejó ir fui hasta la cocina, a preparar los desdichados huevos, lo único que podía cocinar.

-Maldición, no hay huevos- dije un poco fastidiada entrando a la habitación para ponerme ropa para salir a la venta de la esquina.

-Tan erótico~- escuché la voz de Jia.

No me había dado cuenta que iba quitando mi pijama en el camino, dejándola tirada por el suelo dejando expuestas mis bragas y todo lo demás en desnudez.

-Eres una pervertida- la miré entrecerrando mis ojos.

-Hagámoslo ya- dijo impaciente.

-No- reí mientras me ponía un sostén rápidamente.

-No te estoy preguntando- dijo demandante.

-Lo siento, de verdad quiero cocinarte esos huevo- me puse unos shorts cómodos que llegaban un poco más arriba de las rodillas.

-¡Yo quiero hacerlo ya!- dijo infantil, como una niña con rabieta.

-Lo haremos más tarde…- ya lista me acerqué a ella y le di un beso en la frente- Seremos más creativas, lo prometo- le di un beso dulce en los labios, quedándonos así por un tiempo- Te amo- le sonreí.

-Yo también te amo- me devolvió la sonrisa- Está bien, lo acepto solo por hoy.

-Ya regreso- salí.

Iba camino a la pulpería cuando vi a aquel hombre apuntando al niño en la cabeza, sosteniéndolo con la otra mano. Estaba pidiendo dinero a cambio de la vida del niño en el lugar al cual me dirigía. Estaba a punto de salir corriendo hacia mi casa, entonces identifiqué al niño. Era nuestro vecinito, tenía unos ocho años y, a veces, parecía ser el mejor amigo de Jia.

Los fines de semana en los que amabas teníamos libre, solíamos llevarlo a algún lugar. Sus padre era extranjero que trabajaba acarreando cosas en el mercado así que casi no tenía tiempo para su hijo. Jia me contaba que cada vez que se ponían a hablar, sentados en la acera fuera de nuestras casas, tranquilos, pues no había mucho tráfico por esos lados, el niño le preguntaba muchas cosas, que a veces ella no sabía como responder. Pero lo hacía, pues era su unnie, el único ejemplo femenino que tenía. Yo no sabía mucho acerca de él, pero sabía que era importante para Jia, además el niño me agradaba bastante.

Me acerqué lentamente al señor, tratando de parecer tranquila y con el poco dinero que llevaba en mis manos.

-Señor, tome esto, pero por favor, no le haga daño al niño- traté que mi voz saliera firme y no temblorosa, sentía mis piernas débiles y el corazón que se me salía por la boca.

-¡¿Qué crees que soy puta?! ¡¿Un puto méndigo?!- gritó, haciéndome encoger de hombros.

-Señor, tome este dinero, es lo que hemos ganado por hoy- le enseñaba el anciano de la tienda unos cuantos billetes en sus manos- Todo nuestro dinero lo llevamos ayer al banco- le explicó.

-¡Quiero más dinero viejo estúpido! ¿O que no quieren al niño vivo?- apretó más la pistola contra su cabeza, el llanto del niño que parecía haber estado en shock por un momento, se hizo presente.

-Señor- titubeé un poco- podemos llegar a un acuerdo.

-¡¿Y quién demonios eres tu?!

 

***

 

/Narrado en tercera persona/

 

http://www.youtube.com/watch?v=gPGnpAipsVQ

 

Jia se había quedado un rato más acostada, sonriendo como tonta, enrollándose entre la frazada, oliendo el aroma que había dejado Yoobin en la almohada. Entonces escuchó las sirenas de varias patrullas de policías seguidas de varios disparos no muy lejos de ahí.

Alarmada porque Yoobin había salido, saltó de la cama y miró por la ventana que daba a la calle. Lo que vio, fue algo que nunca esperó y que desbordó su corazón de temor.

Una chica de cabello no muy largo en el suelo, su vecinito llorando en los brazos de una desconocida y un hombre ensangrentado en medio del pavimento con un arma en la mano.

Salió en pijamas de su casa, sin importarle, mirando el cuerpo ensangrentado del robusto hombre y más allá el cuerpo de una mujer, estaba acostada, dándole la espalda. La misma cabellera que su Yoobin, la misma ropa que llevaba al salir de casa. Cuando se acercó más, lentamente, muerta del miedo, hiperventilando, con los ojos como un río desbordándose, vio la sangre que se extendía calle abajo, al parecer proveniente de la cabeza de Yoobin.

Debido a su trabajo, ya había visto muchas escenas de crimen, muchos cadáveres, mucha sangre, pero esta vez era diferente. Esta vez era su Yoobin, su novia, el amor de su vida, la persona con quien quería pasar el resto de su vida.

Jia sintió como el aire escaseaba en su pecho, le costaba respirar, sus lágrimas no la dejaban ver con facilidad, sus piernas flaqueaban, caminó hasta quedar frente al cadáver. La sangre mojaba su cabello, sus ojos entreabiertos mostraban sus pupilas dilatadas, ojos que ya perdieron el brillo de la vida, su boca entre abierta no parecía exhalar o inspirar aire, su pecho no se movía. Estaba completamente inerte.

Calló de rodillas a su lado, sin importarle la sangre, sus manos fueron a la cara de Yoobin, acariciándola, como diciéndole que se despierte.

-No…- decía entre lágrimas- No, no, no- se repetía en ahogados suspiros.

Tomó el cuerpo ensangrentado entre sus brazos y la apretó contra su pecho, besando su frente, sus párpados, sus mejillas, su nariz y sus labios que ya no le correspondían.

Nadie la detuvo, nadie le dijo nada, la dejaron llorar por un tiempo, respetando su dolor, con su amada entre los brazos.

 

***

 

"Está bien, bebe, por favor no llores. Este largo camino está a punto de terminar, pero algún día, nos volveremos a encontrar. En la próxima vida, nos veremos otra vez. Algunas veces, cuando las lágrimas vienen a mí, recuerdo nuestras hermosas memorias. Espero que ya no te sientas herida nunca más, por favor y por favor, no llores"

 

~FIN~

Notas finales:

Chan, chan! ¿Qué les pareció? ¿Les gustó? Gracias por leer y espero que haya sido de de su agrado. Espero que también me dejen reviews, aunque sea para decirme que no les gustó xD La verdad quiero saber lo que opinan de mi escrito, aunque no sea una crítica positiva =D Las críticas hacen al buen escritor, no?

Nos leemos en otra ocación ^_^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).