Su corazón latía desenfrenado, si existieran las carreras de latidos de corazón, el suyo probablemente ganaría. Pero, ¿por qué se encontraba tan nervioso? Fácil, se le declararía después de años de amor y amistad con la persona ajena.
Llevaba entre su pecho y sus manos una carta, con un sobre amarillento y detalles con brillos. La sostenía como si fuera su propio corazón, porque lo era, allí estaban plasmados todos los sentimientos que le tenía hacía el otro.
El dueño de su corazón lo invitó –mejor dicho, nuestro protagonista se auto-invitó y el otro no tuvo que aceptarlo con resignación, aunque en realidad disfrutaba de la compañía ajena—a su casa, para pasar “un rato” juntos, como lo hacían normalmente, jugar a algo, hablar sobre los problemas del otro, apoyarse mutuamente, en fin, lo que hacían amigos de toda la vida.
Llegó al hogar ajeno y seguido de esto, tocó el timbre de su casa con su mano derecha, la cual ésta tenía la carta, se maldijo a sí mismo, ahora el otro lo azotaría con preguntas de qué era ésa carta, tanto esfuerzo empleado para que un despiste lo arruine todo. Se llevó ambas manos hacía la zona baja de su espalda, intentando así esconder la carta, esperaba que funcionaría.
Después de unos momentos –o minutos, no poseía un reloj en ése momento—el menor abrió la puerta con una de sus características sonrisas.
-¡Hyung! ¡Hola! Pasa, pasa.- Hizo un gesto con su mano, indicándole así, la entrada al mayor. –Ya sabes dónde está el refrigerador, pero no hay pollo, para tu desgracia.- El menor intentó sonar serio con un toque dramático con una cara que expresaba terror, pero eso sólo hizo carcajear al mayor, llevando así una de sus manos a su boca para acallar su carcajada.
-Jonghyun-ah-, dijo calmo una vez logró cesar su risa-, no estoy aquí sólo por comida, vengo por algo más importante.- Sonrió con una de ésas sonrisas perfectas que practicaba miles de veces frente al espejo para “seducir”, y vaya que funcionaba, Jjong no se resistía a ésas sonrisas que su hyung le daba sólo a él, porque era así, el cara de dinosaurio era y es el único amigo verdadero que tuvo el mayor, y eso no parecería cambiar.
-¿Quieres dinero? Mira que no tengo…- Dijo palpando los bolsillos de su pantalón riéndose, siempre Jjong fue un payaso y eso parecía no querer cambiar, ni cuando se necesitara hablar de algo serio, pero cesó su risa al ver el rostro serio de su hyung. Cosa que era algo raro en él.- Hyung, ¿pasa algo?- No quería sonar preocupado, pero igualmente sonó así.
-Ah…- Suspiró, preparándose mentalmente para lo que haría-, sí, Jonghyun, pasan muchas cosas...
-¿Qué cosas, Jinki hyung? Sabes que puedes contarme todo…- Sonrió débilmente, realmente le preocupara que a su torpe amigo le pasará algo.
-Me gusta alguien…- Eso fue todo para romper el mundo y el corazón de Jonghyun en miles de fragmentos, pero no entendía lo qué era ésa sensación en el pecho que sentía. Vio cómo el mayor tomaba una bocanada de aire para proseguir-, y no sé cómo decirle mis sentimientos… He hecho una carta, pero lo siento muy vacío, sólo tú me puedes ayudar, Jonghyun-ah.- Suplicó Dubu –como solía decirle Jjong, por ser tan tierno y suave como un tofu—con un brillo en sus ojos que el menor no supo interpretar.
El menor trago saliva y tomo una bocanada de aire.- Yo creo que deberías darle un detalle como chocolates o un osito de peluches, ya sabes… A las chicas les gustan ésos tipos de cosas…- Dirigió su mirada al suelo a medida que terminaba la frase, se sentía tan débil y a punto de llorar.
-Pero Jonghyun…- Su voz hizo que elevara su rostro hasta encontrarse con sus pequeños, pero hermosos, ojos. El rostro del mayor de repente se tiñó de rojo-, ¿y si no es una chica?- Si el corazón de Puppy se había roto, ahora se encontraba siendo pisoteado, ¿cómo podría ser que su hyung fuera homosexual y ni siquiera haberle dicho? Eso le molestó, pero averiguaría mejor más tarde.
-¿Eres homosexual?- Jinki asintió.- Wow… No lo sabía… Bueno, si es un chico… Ehm… No sé cómo es el chico… Descríbelo, por favor.- Jjong también aprovecharía ésa situación para averiguar quién robo el corazón de su hyung.
-Es… Como tú.- Jonghyun no entendía cómo era que su mejor amigo lo comparara con alguien más, pero usualmente, ése día tenía una paciencia inexplicable, así que también lo dejo pasar.
-Bueno…- Se rascó la nuca, buscando las palabras para responder-, a las personas como yo, les gusta que le digan las cosas en la cara, sin ningún miedo, no le importará si le regalas o no algo, sólo con que te confieses le bastará, claro… Si te corresponde.- Jinki asintió y tomó nota mentalmente de todo lo dicho.- Y lo de la carta… ¿La tienes aquí?- El mayor lo negó rápidamente-, bueno, yo digo que se la entregues igual.- Sonrió, a pesar de que adentro suyo todo su mundo se había vuelto color gris y su corazón se encontraba roto.
Sintió unos brazos rodearlo por la cintura, se sentía cálido, se sentía dulce, pero también le dolía. Le dolía más que el peor de los dolores que haya tenido que atravesar en toda su vida. Aunque le doliera, también le correspondió el abrazo, inhalando el olor a fresas de su cuello y su cabello.
-¡Muchas gracias, Jjong!- El menor sintió como el apriete se hizo más fuerte al decir eso, su interior se seguía desmoronando, y Jinki parecía tan ajeno a todo eso que le pasaba al más bajo.- ¡Ahora iré y le diré!- Jonghyun asintió con desánimo. Se sintió menos cálido cuando el mayor soltó el agarre que mantenía con él.- ¡Muchas gracias, Jonghyun!- Hizo una pequeña reverencia con una gran sonrisa.
-De nada, hyung… Para eso están los amigos, ¿no?- Sonrió falsa y dolorosamente, al más alto le dolió, porque probablemente, sólo sean amigos y nada más… Pero, ¿qué perdía al intentarlo?
-Sí.- Afirmó y le sonrió con su dentadura brillante y perfecta, se dio media vuelta para dirigirse a la puerta de salida, cuando apenas tocó el picaporte, se dio media vuelta y le sonrió al dinosaurio.- En un rato vuelvo, ¿sí?, sólo espérame…Un poco más, ¿puedes aguantar?.- El menor asintió, sentía cómo las lágrimas se acumulaban en sus ojos y lo que menos quería era quedar como un debilucho frente a su hyung. Un ruido casi inaudible indicó que Jinki había abandonado el lugar, dejando así caer libres las lágrimas de Jjong por sus mejillas, creando pequeñas cataratas que terminaban en su barbilla.
Se acostó sobre su sillón, cubriendo sus ojos con un brazo, intentando parar el llanto, sin éxito.
No sabía por qué reaccionó así ante ésa situación, ¿no se suponía que debería sentirse feliz porque su mejor amigo de toda la vida había encontrado el amor? Pero lo único que sentía era celos… Y miedo.
Miedo a perderlo. Celos a que se lo quiten.
Pero eso sólo lo sentían las personas enamoradas, ¿no? ¿Por qué él lo estaba sintiendo con su hyung?
Sólo encontraba una respuesta.
Y no la quería admitir.
Era imposible, ¿él enamorado de su hyung? ¿El “gran macho” Jjong? ¡Si él había tenido varías novias!
Pero ahora que lo pensaba mejor, nunca se enamoró de ninguna de ésas chicas. Eran hermosas, pero nunca se enamoró.
Se incorporó de un salto y fue corriendo hacía al baño. Necesitaba claridad. Abrió el grifo de agua fría en la ducha y metió la cabeza, quizás ello lo ayudaría. Pero no funciono.
Suspiró con resignación, no quedaba otra que aceptarlo, ¿no? Que a él le gustaba un chico… Su mejor amigo… Pero a éste le gustaba alguien más, que probablemente no fuera él, que lo haría mucho más feliz. Se encontraba sumido en sus pensamientos, que apenas escuchó el timbre tocando. Bajó, y se encontró con un Dubu de, prácticamente, todos los colores en su cara.
-¿Y? ¿Qué paso?- Preguntó Jonghyun, quería saber todo, aunque sufriría, sonaba masoquista, pero quería saberlo.
Jinki de repente sacó una carta de su bolsillo trasero, estiró sus brazos con la carta hacía Jjong, haciendo una reverencia de 45º.
-¡Por favor, acepta mis sentimientos!- El menor se sentía como en una serie romántica, donde la chica se declara finalmente al chico, y éste queda en shock por unos momentos, acepta los sentimientos de la chica y son felices, cómo deseaba que la vida fuera así de fácil en la realidad.
Jonghyun le quitó suavemente la carta de las manos de Jinki, éste levantó un poco el rostro para ver a Jjong, Dubu tenía una cara de sorpresa, mezclada con felicidad.
El menor leía cada palabra escrita por el mayor.
Era mejor que cualquier cuento.
Se sentía en paz. Lo correspondían.
Cuando terminó de leer la carta, miró a Jinki, que aún seguía en una reverencia de 45º. De repente, Jonghyun rodeo al más alto con sus fornidos brazos, hundiendo su rostro entre el cuello y su hombro.
-Claro que los acepto…- Dijo con una paz irreconocible, no típica de él. El mayor sólo se sorprendió.
-¿Lo dices en serio?- El menor asintió, se separó un poco del mayor para poder verlo a la cara.
-Sí, recién cuando me dijiste que te gustaba alguien… Yo sentí muchos celos… Y dolor. No entendía por qué ésos sentimientos, pero justo en el momento que me abrazaste, algo hizo “click” en mi cabeza. No puedo creer que mi nivel de estupidez sea tan alto. He pasado gran parte de mi vida enamorado de ti, y me vengo a enterar a mis 22 años de edad.- Rió, para luego volver a su tono de voz serio.- Creo… No, estoy seguro de que te amo, Jinki.
-Jonghyunie…- El menor recordó que ése era el apodo cariñoso que usaban sus novias para llamarlo, le causo amor y ternura que el mayor le haya llamado así.- Y-yo tenía mucho miedo, pensé que no me aceptarías, que me golpearías o algo… Pero, realmente, muchas g-gracias por aceptar mi corazón, realmente te adoro y te amo, Jonghyun…- Lágrimas de felicidad salieron de los pequeños ojos del más alto, peor lloraba por felicidad, una felicidad que nunca había sentido. Jonghyun borró cada lágrima con sus labios.
-Seamos felices juntos, Jinki, ¿lo prometes?
-Lo prometo.
Sus rostros de a poco se fueron acercando poco a poco, dándose así el primer beso de la reciente pareja, estaba lleno de amor y ternura, que con el paso de los segundos, se convirtió en uno con pasión y hambre, hambre del otro. Se separaron por ésa odiosa necesidad de respirar, pero aún así se mantenían pegados, tenían sus frentes unidas y los cuerpos fundidos en un abrazo cálido y lleno de amor. Sonriéndose el uno al otro, esperando ser felices juntos el resto de sus vidas.
“Jonghyun-ah, ¿qué puedo decir?
Realmente, no sé qué escribir aquí, pero haré mi mayor esfuerzo.
¿Recuerdas el día que nos conocimos?
Ése día tuve mas tropezones y caídas que lo normal. Pero ahí estabas tú, a ayudarme a levantarme, y eso no ha cambiado, hasta el día de hoy, eres lo único que me puede ayudar a levantarme en todas mis caídas o tropiezos.
Nos hemos conocido hace más de 15 años, sí que pasa el tiempo rápido, ¿no crees?
Hablando de tiempo. Yo realmente quiero pasar todo el resto de mi vida contigo. Sé que puede sonar cursi y tonto, pero realmente yo quiero ser algo más que simple amigos.
No aguanto más, tengo que decirte mis sentimientos o siento que explotaré, no importa si me aceptas o no, sólo quiero que sepas lo he sentido por ti, así podré quitarme éste peso de encima.
Te amo, ¿puedes entender eso?
Pueden ser dos palabras simples para ti, pero para mí, son palabras importantísimas, que harían feliz a cualquiera.
Kim Jonghyun, yo te amo. A pesar de que seas mi amigo, no puedo controlar mis sentimientos, sólo quiero estar contigo. ¿No te parece anormal que paso más tiempo contigo que en mi propia casa?
A veces pienso que eres tan despistado. No entiendo cómo no te has dado cuenta que estoy rendido a tus pies… Creo que deberías prestarle más atención a los demás.
Yo sólo sé que eres la persona con la cual quiero pasar el resto de mi vida. Despertarme al lado de ti, formar una familia y ser felices.
¿Te gustaría hacer todo eso conmigo?
Porque realmente yo te amo.
Si me aceptas, seré realmente la persona más, más feliz en el mundo. Y si no me aceptas, creo que me dolería perder tu amistad…
Bueno, eso ha sido todo…
Te amo, recuerda eso, para siempre.”
Mi corazón te quiere decir
Gracias por aparecer ante mí, porque yo…
Yo lo sé, cuando te veo, todo mi cuerpo tiembla con emoción
Yo lo sé, cuando estamos juntos, brillamos más que cualquier cosa en ésta tierra, porque yo…
Tu existencia es como el agua para mí
Estoy contigo, así que soy feliz y nada más.