Así cada uno fue hacia la puerta que le había tocado y entraron para cada quien encontrase con quien menos esperaban.
Como no podían seguirlos a todos al mismo tiempo optaron por seguir a Akefia, así que entraron en la misma habitación con el, mientas los demás entraban en la habitación que cada quien había elegido.
Primera puerta
Yugi entro, pero todo estaba oscuro no podía distinguir nada, lo único que pudo distinguir en todo esa oscuridad y silencio fue la voz de alguien al llamarlo.
-te estaba esperando, mi querido Yugi.
-vaya, no esperaba encontrarlo aquí príncipe Yami pero tengo asuntos que atender, así que con permiso- comienza a caminar hacia la puerta, pero Yami fue mas rápido y antes de que Yugi pudiera hacer algo, Yami ya lo había lanzado a la cama y se había posicionada sobre el.
-no escaparas de nuevo Yugi.
-quítame las manos de encima!!
-no, no lo hare…desde el momento que entraste en esta habitación eres mío.- acerca sus labios a su mejilla y comienza a darle corto besos en ella para luego acercarlos a su oído y decirle:
-Yugi, desde aquella vez que te vi dormido en la orilla del rio con el sol sobre tu hermosa piel, me enamore de ti, y no sabes cuanto te deseo, tienes que ser mío.- acerca sus labios a los del mas pequeño y comienza a besarlo dulcemente, mientras que Yugi no hacia nada para defenderse aquellas palabras lo había dejado muy sorprendido, jamás creyó que el príncipe correspondía sus sentimientos, así que solo se dejo llevar y comenzó a corresponder los besos y las caricias que el otro le brindaba.
Segunda puerta
-oh vaya, ya te habías tardado en llegar hasta aquí, creí que no vendrías, Malik.
-esa voz, no puede ser!, ¿el capitán del ejercito del faraón?
-¿no me digas, que no recuerdas mi nombre?, ¿o ser mas bien que no quieres recordarme, Malik?
-Marik!!- dijo con rabia
-vaya entonces si recuerdas a tu querido primo, creí que me habías olvidado - dice con falsa tristeza.
-maldito seas!! – saca una daga e intenta herirlo, pero para Marik no es mas que un juego de niños y rápido lo acorrala contra la pared.
-sabes, alguien debería enseñarte algunos modales – toma ambas manos de Malik con una de las suyas sobre su cabeza, mientras que con la otra comienza a acariciar sus piernas.
-maldito seas, suéltame!!- pero el otro ignora sus gritos y sigue subiendo su mano por la pierna del otro para luego comenzar a besar su cuello.
-no, detente… haaa- su voz comenzaba a temblar a causa del placer
-no me rechaces Malik, ambo sabemos que tu también me deseas.
-pero…
-no me importa que seamos familia, sabes que te he amado desde siempre y eso no cambiara.
-Marik yo…también te amo.
Marik al escuchar esto sonríe y continua con sus caricias.
Mientras tanto en la tercera puerta…
Entro y casi tropieza no había ni una vela o antorcha que alumbrara el lugar, camino un poco por aquella habitación pero no alcanzo a ver nada así que supuso que no habría nadie allí, así que decidió salir para ir a ver a otra de las habitaciones pero cuando se dio vuelta alguien ya estaba bloqueando la puerta.
-tu!!? - dice molesto
-oh, creí que estarías mas feliz de verme, es una suerte que hayas llegado justamente a esta habitación, o no será mas bien que viniste intencionalmente a verme?
-hmp que tontería, ahora hazte a un lado, no tengo tiempo para esto “`príncipe”.
-hacerme a un lado?, desde que te vi hace unos días en el mercado cuando peleamos no he dejado de pensar en ti, seria demasiado tonto de mi parte dejar pasar esta oportunidad –Atemu invierte sus posiciones y ahora es Heba quien esta en de espaldas contra la puerta, el príncipe se dejo caer de rodillas y comenzó a besar los muslos del otro, y a pesar de que el mas pequeño intentaba quitárselo de encima, sus caricias y la forma en la que pasaba su lengua cerca de su miembro eran demasiado excitantes, y antes de que se diera cuenta ya tenia sus dedos enterrados entre el cabello del príncipe.
Cuarta puerta
Bakura entro, esta habitación si estaba iluminada así que busco por la habitación con la mirada al objetivo pero ya que no la vio, salió de ahí creyendo que entonces otro de los chicos la encontraría, entonces vio que el pasillo estaba vacio así que camino un poco mas hasta donde se veían unas grandes pilares y ahí un poco mas al fondo habían dos puertas pero estas se veían mucho mas elaboradas incluso una de ellas tenía incrustaciones de piedras preciosas, supuso a quien pertenecía y para su buena suerte no había guardias cerca.
Se acerco y tratando de hacer el menor ruido posible se adentro en aquella habitación, y ahí estaba su objetivo, el faraón quien no se percato de la presencia del otro, hasta muy tarde cuando sintió la punta de la daga que Bakura sostenía sobre su cuello.
-este es mi día de suerte, mira que encontrarte aquí a mi merced, listo para morir.
-Bakura!! Maldito, guard…!!!
-ni siquiera lo intentes- dijo mientras apretaba la daga aun mas a su cuello, logrando que el faraón se callara.
-ahora pagaras por todo *Akhenamkhanen*- y antes de que el otro siquiera hablara, el ladrón ya había enterrado en su yugular la daga.
Ryou no podía creer lo que veía, solo siguió con la vista los siguientes movimientos del ladrón, el cual solo dejo ahí el cuerpo agonizante del faraón, se acerco hacia una mesa que ahí estaba y tomo un extraño objeto que parecía hecho de oro puro y salió de aquella habitación.
-así que de esa forma fue como lo mato y obtuvo la sortija del milenio - dijo la chica mientras seguían al ladrón.
Entonces saco de entre sus ropas un poco de pólvora y le lanzo una de las antorchas que alumbraban el pasillo, la explosión de escucho en gran parte del palacio alertando a todos.
Los ladrones supiera al oír aquello, que era la señal de escape, así como lo tenían planeado cada uno escaparía por alguna de las salidas que ya conocían, y así lo hicieron los primeros 2 ladrones, en cuanto a la chica que aun estaba con Seth al escuchar aquello supuso lo que pasaba así que salió de la habitación encontrándose con Bakura quien solo le dijo:
-vámonos!!- y esta solo asintió y siguió a Bakura, mientras que Seth que salió de la habitación con intención de seguirla no pudo ya que se topo con la nube de humo que la explosión había producido así que perdió su rastro.
-ven tenemos que seguirlos- dijo la chica, aunque Ryou debido al caos no podía ver bien así que solo iba por donde la chica le decía.
Y así cada uno salieron del palacio y siguieron corriendo hasta llegar a donde cada quien había dejado a su caballo, para tomarlo y dirigirse a la cueva, solo fueron unos pocos minutos de diferencia antes de que todos se reunieran.
Cuando los 3 ladrones menores vieron que la misión había resultado un éxito y tenían de vuelta a la chica, tenían intención de celebrar, pero ella les hizo saber que debían irse de ahí:
-que dices, porque deberíamos irnos?
-Seth me lo dijo, que ya tenían conocimiento de este lugar, si nos quedamos aquí no tardaran en venir a arrestarnos por eso debemos irnos de inmediato.
-me temo que no solo es eso por lo que debemos irnos.
-de que hablas Akefia?
-pues verán… yo mate al faraón, así que pronto vendrán a por nosotros, así que tomen lo necesario, ahora mismo nos largamos de aquí!
-Bakura Akefia, eres lo máximo, ese maldito faraón por fin pago por lo que nos hizo!!
-aunque ahora no es momento para festejar, me temo que tendremos que posponer la celebración.
Entones todos tomaron lo necesario y salieron de aquel lugar.
-y ahora que haremos, no tenemos a donde ir?
-tal vez deberíamos ir a otro pueblo.
-no podemos quedarnos cerca, pronto nos encontrarían.
-no se preocupen por eso, solo síganme…ya pensé en el lugar perfecto para que podamos escondernos.
-los otros 4 se miraron confundidos pero no dijeron nada, solo siguieron al mayor de los ladrones.
Mientras tanto Ryou y la bruja estaban parados frente a la casa del Ryou del pasado.
-¿que estamos haciendo aquí, porque no seguimos a Bakura y a los demás?
-tranquilo Ryou, ellos se dirigen hacia aquí, pronto podrás verlos nuevamente.
Cabalgaron por bastante rato, el frio del desierto ya comenzaba a calarles además del cansancio por ser ya de madrugada.
-Bakura faltara mucho?- pregunto mientras trataba de esquivar algunas ramas.
-¿estas seguro que sabes por donde vamos?, se puede escuchar el rio muy cerca y ya que no vemos nada, no creo que sea seguro seguir por este camino- dijo el otro
-hmp, acaso dudan de mi, mocosos?, ya les dije que se a donde nos dirigimos y no falta mucho para llegar, de hecho ya hemos llegado – dijo mientras apuntaba a cierto lugar en la oscuridad, los cuatro ladrones enfocaron la vista y logaron ver una casa, así que rápido se bajaron de los caballos y los amarraron para cercarse a aquel lugar.
-ves, te dije que pronto estarían aquí!- dijo la chica señalando a los ladrones.
Bakura se acerco a la puerta y comenzó a tocar, después de todo era de madrugada y tal vez estaría durmiendo así que esperaron unos minutos, hasta que la puerta se abrió, y un somnoliento alvino los miro confundido, para decir sorprendido:
-Bakura?