Ryou lloraba desconsoladamente al haber visto algo así, pero su cara de desesperación cambio por una de sorpresa al oír lo que ella dijo.
-fuiste el primero de nosotros en morir.
-q…que dices?
-es que aun no te das cuenta verdad?- se quito la capucha y entonces dejo ver su rostro, Ryou estaba pasmado.
-no eres nada curioso, verdad?, realmente me sorprendió que hasta ahora no hayas insistido en saber quien era yo.
-imposible, tu…eres!
-creo que es hora de presentarme formalmente, gusto en volver a verte Ryou, soy Kisara Ishtar
-Kisara Ishtar?
-bueno mi nombre real si es Kisara, pero en cuanto a lo de Ishtar ese apellido lo tome de Malik. En esa época nosotros vivíamos en un pueblo llamado Kul Elna, era un pueblo solo de ladrones.
-ladrones?
-si, aunque no todas las personas eran malas, pues si robaban era solo para sobrevivir. El día que el faraón destruyo la aldea por la creación de los artículos del milenio, los pocos sobrevivientes me culparon a mi, por mi color de piel y cabello, decían que era yo la que había traído la desgracia, tal vez porque en ese tiempo era raro ver a una persona que no fuera morena en Egipto, así que estuvieron a punto de matarme, si no fuera por que Yugi y Heba me ayudaron, ellos no se hubieran detenido hasta matarme.
Yugi y Heba me aceptaron con ellos, después encontramos a Malik quien ya conocía a Bakura desde algún tiempo atrás, así fue como nos hicimos una familia.
-bueno basta de hablar de esto, debemos ir al palacio del faraón.
-el palacio?
-si, tienes que saber que fue lo que ocurrió después que murieras.
Hubo un cambio de escena, de pronto ya estaban de nuevo en el palacio exactamente en la plaza principal, había mucha gente, al parecer todos lo aldeanos se habían reunido para observar el espectáculo.
-querido pueblo- hablaba Aknadin el padre de Seth- ante ustedes están los responsables de la muerte del faraón y de la destrucción del pueblo vecino que conocíamos como Kul Elna – la gente al oír esto empezó a abuchear y a maldecir a los ladrones, que yacían encadenados de manos y pies.
-eso es mentira!!!
-si, nosotros no hicimos algo así, el maldito faraón fue el culpable de lo sucedido en Kul Elna!!
-como se atreven a negar lo que hicieron!! bueno ya que el faraón ha muerto yo tomare el trono y me encargare de que todos ustedes reciban su merecido por cometer semejantes actos.
-como te atreves a acusarnos de algo tan atroz, ustedes la maldita familia real fueron los que destruyeron Kul Elna!!
-aun se atreven a negarlo?, acaso olvidan esto?- dijo Aknadin mientras sacaba la sortija del milenio.
-te atreves a negarlo después de que encontramos esto entre tus posesiones, acaso no este uno de los objetos del faraón?- todos palidecieron, si bien era cierto que no habían tenido que ver con la destrucción de Kul Elna la sortija del milenio que Bakura tenia los delataba en cuanto a la muerte de *Akhenamkhanen*, y si el ahora faraón Aknadin decía que ellos eran culpables también de la matanza en el pueblo de ladrones, nadie les creería cuando dijeran que ellos no eran los culpables. Estaban perdidos.
Morían ese día, y no había nada que hacer al respecto, pero eso no es lo que mas los asustaba, pues solo podían pensar en la forma en que los príncipes, el capitán y el sacerdote, los observaban desde unos de los palcos del palacio de forma decepcionada, triste, se habían creído todo lo que Aknadin había dicho.
-lo he decidido!, todos ustedes morirán en la horca!- declaro Aknadin. Yugi y Heba solo se tomaron de la mano, Kisara abrazo a Malik, quien estaba temblando, en cuanto a Bakura, solo agacho su cabeza como aceptándolo, al menos así podría estar junto a Ryou.
-pero antes, pueblo mío, me parece que ustedes deberían encargarse de esos asesinos que fueron quienes les quitaron a su amado faraón – la gente comenzó celebrar semejante noticia y así comenzó una lluvia de piedras sobre los ladrones. En este punto Yami y Atem no pudieron seguir viendo eso, así que se apresuraron a dejar ese lugar, seguidos de Marik y Seth.
Los ladrones se sintieron a morir al ver que sus amados se habían ido de ahí, al parecer no les interesaba lo que les estaba pasando.
Se resignaron a morir, pero de pronto ya no sintieron mas golpes de piedras en lugar de eso lo que Yugi, Heba y Malik sintieron fue unos brazos que los protegían.
Levantaron la vista para encontrarse cada uno con su amado, pero se angustiaron al ver que ellos eran ahora los que recibían los golpes. Aunque no duraron mucho pues al ver que eran la familia real, los aldeanos habían cesado sus ataques.
-como se atreven!!, será mejor que se detengan ahora mismo!- grito Atem
-pero que crees que estas haciendo mocoso!
-que no es obvio, no permitiré que sigan con esto, si ellos dicen que no lo hicieron entonces así es, no voy a permitir que se asesinen si piedad a unos inocentes!
-no puedo creerlo, pero bueno debí suponerlo antes – declaro Aknadin – todos ustedes también son unos traidores!, se supone que deben ser ustedes quienes se cobren con estos ladrones por la muerte de su padre, pero en lugar de eso los defienden!... – sonrió burlonamente – ahora entiendo, fueron ustedes quienes les dijeron a estos ladrones que asesinaran a mi hermano para que Atem pudiera tomar el trono, malditos sean!!
-tanto Yami como Atem se habían quedado sin palabras, ¿Cómo era posible que el que los había conocido de toda la vida y que sabia cuanto amaban a su padre, podía inventar semejante cosa?
Para Aknadin todo esta saliendo mas que bien, no solo se desharía de los ladrones, y ahora muerto el faraón el podria tomar el trono, si no que también podría deshacerse de los príncipes ahí mismo.
-es mentira!!, no puedes acusarnos de algo así!!
-entonces por que defienden a los asesinos de su padre?
-porque ellos serán las personas con las que compartiremos nuestras vidas – dijo Yami cuando estaba por quitarle las cadenas a Yugi.
-Traidores!! ¡así que Aknadin-sama tenia razón, ustedes también son culpables! ¡También deberían morir! – fue lo que empezaron a gritar los aldeanos.
-guardias acaben con ellos!! – grito el ahora Faraón, cada uno solo apretó el abrazo hacia su pareja esperando lo que vendría.
Entonces una lluvia de flechas cayó sobre ellos
Lo ultimo que escucharon fue el grito de la gente angustiada, Yugi que aun se mantenía un poco lucido volteo para encontrarse con la escena de Seth enterrando una pequeña daga directo en el cuello de Aknadin su padre, era la misma daga que le había quitado a Kisara aquella vez en su habitación, cuando todos habían salido del palco el había ido a buscar la daga, podría haber llevado otra arma pero esa podía esconderse bien por su tamaño y necesitaba llegar sin ser descubierto hasta donde estaba su padre.
Soltó el cuchillo y lo dejo caer al suelo, Aknadin cayó muerto al suelo, se acerco rápidamente hasta los ladrones y sus amigos, pero ya era demasiado tarde todos se habían muerto algunos porque las flechas les habían dado en puntos vitales, otros desangrados.
Angustiado tomo a Kisara entre sus brazos, por lo menos ella estaba despierta, la reviso y se percato de que no tenían heridas tan graves como para causarle la muerte, pues Bakura se había encargado de cubrirla cuando les flechas cayeron, la ayudo a levnatrse.
-tienes que irte
-pero tu?
-no te preocupes por eso ahora, me encargare de que logres irte de aquí, te prometo que -iré por ti.
-pero Seth!
-hazlo rápido, no hay tiempo.
-escuchen bien – ya que soy el único que queda ahora de la familia real yo m hare cargo, así que les ordeno que se hagan un lado, ella se ve en este momento, y cualquiera que intente algo lo pagara con su vida – ordeno Seth
Se levanto y con la poca fuerza que le quedaba, comenzó a salir de ese lugar, Seth envió junto con ella a unos cuantos guardias para que se encargaran de que Kisara estuviera a salvo.
Sintió un fuerte golpe y una línea de sangre bajo desde su frente, lo hizo caer, pero ese no fue el único golpe luego de ese vinieron mas, muchos mas, no podía hacer nada aun estaba aturdido por el primer golpe, solo podía ver como su sangre seguía corriendo, hasta que ya no pudo mas y murió. Los enardecidos aldeanos se habían encargado de “hacerle pagar por su traición”.
- y esa es la historia de tu pasado, el de Bakura y el ultimo faraón de Egipto…Ya es hora de regresar a casa, Ryou.