Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aeternum. por PauYh796

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Esta historia ya esta siendo publicada en mi cuenta de Fanfiction.net, así que con toda certeza digo que la historia es completamente mia, y los personajes como las marcas pertenecen a sus dueños. 

 

Notas del capitulo:

Numero de palabras del capítulo sin notas: 7.039.

 


 Imposible.


Hace unos años, Japón. 25 de febrero.


¡Sasu-Chan! —gritó una voz a lo lejos. ¡Sasu-chan! Cuando llego se arrodillo al lado del pelinegro que estaba recostado contra un árbol intentando dormir.


¿Qué quieres? dijo el de cabello negro abriendo los ojos.


Es-ca-pe-mo-nos.


¿Qué? ¿De qué hablas?, la última vez que nos escapamos nos castigaron —dijo haciendo un puchero infantil.


Sasuke-chan, tienes 6 años debes ser temerario.


No, no quiero ganarme un castigo por tu culpa.


—Vamos, Sasuke, Sasuke, Sasuke, Sasuke


—¡Ya!, está bien Naruto, iremos.


Los dos niños se levantaron y escondiéndose entre árboles y arbustos llegaron a los límites del jardín. Ningún adulto estaba cuidando a los niños que corrían alegremente por el patio del jardín así que fue demasiado fácil saltar el pequeño muro y quedar afuera. Naruto comenzó a correr seguido por el pequeño Sasuke, ambos niños tenían 6 años e iban al jardín de su barrio. Eran vecinos incluso desde antes de nacer, con solo unos meses de diferencia Sasuke era mayor que Naruto. Corriendo apresuradamente se internaron en un bosque que delimitaba con el jardín.


Después de correr unos minutos, se encontraron justamente donde querían, era una parte del bosque en la que había un gran lago que venía justo de la montaña, totalmente rodeados de la naturaleza se dejaron caer sobre el suave césped. La historia de ese lugar era interesante; hace uno o dos años Sasuke y Naruto se encontraban cerca del bosque, comenzando con una típica pelea por quien era más “fuerte”, y para probarlo comenzaron a hacer competencias, las competencias cada vez mas difíciles hicieron que comenzaran a pelar en serio, corriendo tan fuerte que sus piernas temblaban del esfuerzo, o aguantando la respiración  tanto que casi se podía ver como se ponían azules, así con diferentes competencias. Sorprendentemente iban empatados; no podían saber quien en realidad era más fuerte. Así que se propusieron una carrera de desempate, así comenzó la carrera, era hasta unos árboles más allá del bosque. No terminó muy bien y con ambos alegando que habían terminado primero, la cosa se tornó densa y comenzaron a golpearse y a rodar por el suelo. Al final terminaron en aquel lugar que desprendía tanta paz, y los golpes cesaron, dejando a dos pequeños niños rendidos en el césped con varias heridas en sus cuerpos, aun así en paz total. Con la respiración agitada se quedaron ahí horas y horas, lo suficiente para que el sol se escondiera dando paso al cielo nocturno lleno de estrellas.


Desde ese día casi siempre iban a ese lugar, era un lugar que nadie conocía, siempre Kurenai-sensei los regañaba por escapar del jardín y perderse quién sabe dónde, nunca habían podido dar con el escondite de los dos pequeños; así que por ahora era un lugar seguro.


—Sasu-chan, ¿No amas este lugar? —dijo el rubio suspirando.


—Claro que si Naru-chan.


Se quedaron allí en silencio unos minutos más, después ambos se levantaron dispuestos a volver al jardín a sabiendas que apenas aparecieran les darían una buena reprimenda. Cuando volvieron a entrar al jardín muchos maestros los buscaban en el patio en el cual ya no había ningún niño. La primera en verlos fue Kurenai-sensei que se acerco rápidamente y le dio un golpe en la cabeza a cada uno.


—¡¿Se puede saber en donde estaban, mocosos?!


Tanto Naruto como Sasuke se dieron una mirada cómplice. —Nop —dijeron al unisonó infantilmente. Por su parte Kurenai-sensei suspiro enfadada y solo les pidió que volvieran al edificio para su siesta.


Una vez dentro, ambos se acomodaron cada uno en un futón acomodado cuidadosamente para su siesta. Naruto, al ver los futónes muy separados se levanto y con una sonrisa confiada movió su futón al lado del de Sasuke y se recostó. —Naru-chan, ¿Qué haces?


—Me sentía muy lejos —dijo con simpleza para después comenzar a cerrar los ojos realmente cansado. Sasuke suspiro y no dijo mas, tímidamente saco su mano del futón para tomar la de Naruto casi al tiempo que se quedaba totalmente dormido.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Hace unos años, Japón. 6 de mayo.


Las sonrisas tristes llenaban el lugar, muchos “lo siento” y “era una gran persona” se escuchaban en el ambiente, incluso por ahí rodaba alguna lágrima. Mientras todo esto pasaba había un niño, sentado en el rincón del lugar, sus ojos negros eran duros y se rehusaban a llorar, el traje negro que llevaba combinaba perfectamente con su cabello negro-azulado.


No pasó mucho tiempo hasta que una cabeza rubia llego al lugar, también llevaba un traje negro. Apenas llego al lugar se soltó bruscamente de la mano de su padre, que era casi idéntico a él en apariencia física, y se encaminó a buscar a su amigo. Pasó en medio de muchas personas empujándolas y susurrando un “perdón” a todo aquel al que pegaba. Recorrió el lugar unas tres veces y nada que encontraba al pequeño, cuando iba a comenzar la cuarta lo vio, alejado en un rincón, siendo totalmente ignorado por todos los presentes. El rubio se acerco rápidamente con la respiración agitada.


—Sasuke-chan, casi que no te encuentro —no obtuvo respuesta del pelinegro, el aludido solo se limitó a observarlo unos segundos para después desviar la vista hacia un punto muerto. Sasuke creyó que el rubio no se daría cuenta, que el rubio no vería a través de su máscara de frialdad. Pero no fue así, el rubio al instante supo perfectamente como estaba Sasuke, Naruto conocía perfectamente a su mejor amigo y sabia que no estaba nada bien, pero también sabía que nunca lo admitiría y pelear con él en esta situación no lo valía; por ello solo le puso una mano en el hombro como diciéndole “estoy acá, estoy contigo”.


Así pasaron unos minutos, la gente seguía llegando, muchos hipócritas llegaban decían un falso “lo siento” y después desaparecían de nuevo, Sasuke no se había movido ni un poco, y Naruto imitándolo hizo lo mismo, su mano seguía en su hombro, para Sasuke eso era suficiente para mantener su cordura en lo que todo terminaba. Seguían en la misma posición cuando un hombre se les acerco, más bien a Sasuke.


—Sasuke, quería venir a ver como estabas, se que debe ser muy duro para ti —dijo el hombre falsamente, algo que Naruto noto inmediatamente, estaba seguro que Sasuke también lo había notado, entonces no dijo nada. Sasuke ignoró al sujeto de la manera más hosca; pero ese hombre se negaba a rendirse—. Supongo que estas triste, después de todo tu padre acaba de morir, pero no debes estar deprimido, todavía tienes a Mikoto y a tu hermano mayor —de nuevo el hombre fue ignorado, así que antes de rendirse por fin dijo—. Sasuke, espero que nuestras compañías hagan negocios en el futuro —sí, eso se veía venir, lo que acababan de ver era puro interés de aquel hombre. Sasuke suspiro y esa fue casi que la primera señal de vida desde hacía horas por parte de Sasuke.


—¿Estás bien? —preguntó Naruto.


De nuevo Sasuke se sumió en un mutismo que a la vista de Naruto era absurdo, pero no rebatió nada, conocía a Sasuke lo suficiente como para saber que en un momento como ese no mostraría sus sentimientos. Era totalmente diferente a él, cuando Kushina, su madre, había muerto se la había pasado llorando de brazo en brazo, todo el mundo lo consolaba; incluso Sasuke lo consoló en ese entonces, todo el mundo lo entendió, era un niño de cuatro años recién cumplidos, obviamente le dolía la pérdida de su madre, pero el rubio hiperactivo lo superó, eso a vista de todos, aun le dolía no tener una mamá que lo llevara y recogiera del jardín como a los demás niños. Aunque… tenía a Mikoto, que tras la muerte de Kushina se había vuelto una especie de madre para Naruto, pero sabemos que no era igual. Naruto, a pesar de su corta edad, sabía lo que era perder a un ser querido, y aunque perder al papá no sabía cómo se sentía, supuso que no era muy diferente de perder a una mamá, era algo irremplazable.


La reunión siguió en las mismas condiciones, Itachi y Mikoto estaban muy ocupados atendiendo a los presentes que casi no notaban a Sasuke. El pequeño aparentaba que no le importaba, pero ¡Vamos!, ahora lo que más necesitaba era un abrazo de su madre diciéndole que todo iba a estar bien. Sabía que debía ser paciente y esperar, pero quería abrazarla.


Y siguiendo su deseo, se paro bruscamente alejando la mano de Naruto que aun seguía en la misma posición y comenzó a buscar a Mikoto. La vio a lo lejos y comenzó a caminar rápido hacia ella, por los pasos apresurados a su espalda sabía que Naruto lo estaba siguiendo; una vez llego lo suficientemente cerca de Mikoto le iba a hablar, pero no lo hizo al escuchar de lo que hablaba con uno de los presentes.


—Mikoto-san, ¿Cuál fue la causa de la muerte? —preguntó el sujeto preocupado.


—Me temo que no lo sé, fue demasiado repentino, Fugaku nunca estuvo enfermo…


Parece que ese fue el detonante que rompió la cuerda fina que era la cordura de Sasuke, porque pasó de estar con una cara de indiferencia a estar totalmente desesperado, su respiración se volvió irregular y la única manera que vio para calmarse fue irse de ahí. Por ello salió corriendo, Mikoto se dio cuenta; grito su nombre pero fue en vano, Sasuke ya corría muy lejos de ahí, y corría, y corría, no quería pensar en nada, ¿por qué? ¿Por qué justamente su padre tenía que morir? ¿Por qué era tan doloroso? Cuando menos lo pensó estaba internado en el bosque y solo se le ocurrió un lugar al cual ir. Sí, iría a ese lugar tan relajante, ese lugar que compartía con Naruto.


Se desvió un poco del camino por el que iba y en cuestión de minutos se encontraba de nuevo en ese lugar mágico, pero la paz que espero sentir no llegó, es más, sentía más ansiedad, ¡no había razón para que eso estuviera pasando! Le dieron ganas de gritar, pero antes de que pudiera hacerlo vio a un rubio apareciendo por en medio de los arboles.


—Me caí como tres veces intentando alcanzarte Sasu-chan —dijo divertido el rubio quitándose unas ramas que se habían atascado en su cabeza. Sasuke esbozó una sonrisa, muy pequeña, pero fue una sonrisa.


El rubio atravesó a trompicones el césped hasta llegar a Sasuke y le dijo en un susurro. —¿Estás bien?  —el pelinegro no supo que fue, pero después de reprimir tanto sus sentimientos optó por dejarlos salir. Negó fuertemente con la cabeza y dejo que las lágrimas corrieran libremente por su cara, la primera reacción de Naruto fue sorpresa, Sasuke estaba llorando, su segunda reacción fue abrazarlo fuertemente, dejando que Sasuke llorara, y llorara…


—Sasuke, no lo entiendo bien, pero me sentiría muy triste si mi papá muriera —dijo acariciándole suavemente la cabeza.


Sasuke no respondió y luego de unos minutos las lagrimas cesaron, luego se quedaron en la misma posición otro rato, mientras Sasuke calmaba su respiración, y luego más tiempo, aquella posición era muy cómoda para ambos, por su parte, a Naruto le gustaba tener a Sasuke en brazos, ese calor tan reconfortante que sentía era adictivo. A Sasuke le pasaba algo parecido, simplemente, se complementaban uno con el otro. Lentamente se separaron lo suficiente como para que la respiración del otro se sintiera en sus rostros.


Naruto se acercó a Sasuke y le dio un suave beso en la mejilla, lo cual ocasionó que el pelinegro se pusiera completamente rojo. —¿E-eso que fue? —preguntó sorprendido.


—Papá me dijo que cuando alguien esta triste debes darle un beso para que se sienta bien.


—¿Minato-san te dijo eso?


—¡Sí! —dijo con su flamante sonrisa el rubio, para luego quedarse en silencio unos segundos. Lentamente se acercó de nuevo a Sasuke para darle un beso en la otra mejilla.


—Papá también me dijo que cuando encuentre a la persona que ame debo darle muchos besos —sonrió—. Me dijo que la mejor prueba de amar a alguien es darle un beso en los labios.


Sasuke no tuvo tiempo a responder porque cuando se dio cuenta los labios de Naruto se habían posado en los suyos. Se unieron en un beso infantil y un tanto patoso pero no importó, un beso era un beso.


Se separaron y por primera vez Sasuke apreció la belleza natural del rubio, su piel era bronceada, totalmente diferente a la suya, su mirada cálida y ojos azul cielo, esas marcas extrañas en las mejillas, eran marcas de nacimiento y nadie sabía porque estaban ahí, su cabello era rubio como el sol, y su sonrisa, ¡ay! Su sonrisa, era cálida, reconfortante, enamoradiza. Pronto Sasuke salió del shock momentáneo y se fijó en la situación en la que se encontraba.


—¿Ahora qué haces? —preguntó Sasuke aterrado.


—Le doy un beso a la persona que más quiero.


—¿En serio? ¿Soy la persona que mas quieres? —preguntó sonrojado.


—Si, Sasuke-chan es la persona que más quiero en el mundo.


“El amor no tiene edad”, eso es verdad. En ese instante esos dos niños se habían enamorado perdidamente uno del otro, no había razón para separarse de nuevo, era un amor puro, uno verdadero, podían ser pequeños pero entendían lo que era el amor.


Y nuevamente se dieron otro beso, seguía siendo infantil, solo un toque de labios que duraba unos segundos, pero seguía siendo algo realmente romántico. Justo cuando se separaron Naruto susurró algo. —Sasu-chan, prometo que no me separare de ti, estaremos juntos por siempre.


—Por siempre es mucho tiempo.


—No importa, cumpliré mi promesa Sasu-chan, porque te quiero.


—Yo también te quiero Naru-chan.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


 


Actualidad, Japón. 1 de mayo.


El sonido insistente del despertador lo obligaba a levantarse, acaso, ¿no podía quedarse soñando por siempre?  El joven de cabello negro decidió no pelear más consigo mismo y se dirigió al baño, su imagen era bastante sombría, pero no haría nada para remediarlo, se dio un baño rápidamente, luego se vistió con el uniforme del instituto y bajó las escaleras cansadamente.


—Sasuke, ¿Desayunaras?—preguntó Mikoto desde la cocina.


—No, comeré algo en el instituto.


—De acuerdo, Sasuke, hoy no llegues tarde tu hermano Itachi dijo que vendría a cenar, parece que por fin tiene algo de tiempo libre del trabajo.


—Está bien, llegare temprano, me voy.


—Cuídate.


Sin más conversación Sasuke se encaminó al instituto, de nuevo había soñado con eso, ¿acaso no podía olvidarlo? ¿Por qué seguía soñando con ese chico rubio? Lo peor del caso es que siempre soñaba con él en esta época del año, no lo veía hace unos diez años y aun no podía olvidarlo, era patético. Pudo seguir con su vida después de lo que paso, pero el hecho de que siga soñando con el dueño de esos ojos azules era realmente absurdo. Pero cada año, cuando se acercaba esa fecha comenzaban los sueños. Todo esto, soñaba con él y con el día de su primer beso. Si, Naruto había sido su primer beso, pero nunca podría decir que sería la última persona a la que besaría.


El pelinegro sacudió la cabeza bastante confundido, ¿cuál era el punto de los sueños? Acaso el destino se burlaba de él diciéndole algo como “no puedes estar con él, pero recuérdalo” Sasuke tenía que admitirlo, no tenía sentido engañarse diciéndose que no, pero era verdad, se notaba de lejos. Aun seguía enamorado de Naruto, pero ¡esa relación no es normal! Son dos hombres, la sociedad no lo aceptaría. Pero, los tiempos han cambiado, los homosexuales ya no son tan rechazados como antes, podía tener una relación con Naruto y nadie diría nada, incluso podían casarse y…


—¿De qué estoy hablando? —murmuró Sasuke para sí mismo—. Nunca podre tener una relación con Naruto, es imposible, yo… ya perdí mi oportunidad.


Hace tiempo que Naruto no estaba al lado de Sasuke, y eso no se podía cambiar, ya no eran niños, ya no podían jugar a las escondidas en el bosque y hacer carreras para ver quién es mejor, esa relación ya no existía, se había esfumado, Sasuke debía haber olvidado lo que vivió con Naruto, pero era imposible, totalmente imposible. No podía olvidar con facilidad a la persona a la que más quiso. ¿Quiso? ¿Tiempo pasado? El seguía enamorado de Naruto, pero en esa relación no había futuro.


—Naru-chan —susurró al viento, un susurro que nadie más escucho.


Ahora se encontraba a unos simples pasos del instituto, era hora de volverse frio y calculador, era hora de dejar a Naru-chan a un lado para vivir la falsedad, para ponerse una máscara y aparentar una personalidad que no es él, para sumirse en recuerdos junto a Naruto, para añorar la salida del instituto y poder ir al bosque, para estar un paso  más cerca de Naruto.


Entró al instituto y de una vez se dirigió a su salón de clases, cuando entró la mayoría ya estaba acomodado dispuestos a iniciar su primera clase del día, hasta ese momento Sasuke se dio cuenta de lo tarde que iba al instituto.


Se acomodó en su asiento ignorando los gritos de todas las chicas del salón que se enloquecían con solo su presencia, se puso a ver por la ventana nada interesado en la situación, minutos después entro Iruka-sensei, el tutor del salón a darles un aviso.


—Escuchen, desde hoy tendremos un nuevo estudiante, se quedara acá permanentemente, por favor ayúdenlo y trátenlo bien —todo el mundo respondió con un si perezoso—. Anda, preséntate —dijo Iruka-sensei. Sasuke, hasta ese momento no estaba interesado, escuchaba al maestro a lo lejos pensando en la fecha que se acercaba, no iba a ser nada bonito ese día. Simplemente el hecho de pensar que ese día recordaría todo lo que había sucedido hace tanto tiempo era torturante, deseaba, realmente deseaba que pudiese dormir lo que queda de su vida, dormir y seguir soñando.


—Buenos días —dijo el nuevo estudiante—. Mi nombre es Seichi Naruto —Sasuke giró realmente sorprendido, había dicho Naruto, ¿verdad? Cuando vio al nuevo estudiante por primera vez casi se desmaya ahí mismo, ese era… ese era Naruto, el cabello rubio, los ojos azules, las marcas no estaban, pero a nadie engañaba, ese era Namikaze Naruto, no había duda.


Cualquiera que hubiera visto la cara de Sasuke en ese momento se habría aterrado, pero, ¿cómo no estar en Shock? Ese era Naruto, su Naruto, ¿era posible? ¿Era posible que el Naruto que tanto había amado se apareciera de la nada en frente suyo? No, eso era imposible, de seguro era una burla mas del destino, una burla que decía: “mira, si no sufrías ya con su recuerdo, mejor poner a un sujeto con el mismo nombre del Naruto que amabas, es más, que sea parecido físicamente”. Ahora, por alguna razón esta “imitación” que se había interpuesto en su camino lo ponía ansioso, ¿Qué pasaría si este fuese el verdadero Naruto? El Naruto con el que paso casi toda su infancia, su mejor amigo, la persona que más quería.


—De acuerdo Naruto, —prosiguió Iruka-sensei—. Puedes sentarte al lado de Uchiha.


Momento, ¿había dicho Uchiha? ¡No!, pero, si lo pensaba, tener a este Naruto cerca le ayudaría a saber la verdad. Sonrió casi malvadamente, un nuevo plan se había formado en su cabeza.


Naruto llegó al lado de Sasuke y le sonrió, recordaba esa sonrisa, tan cálida. —Soy Naruto —dijo.


—Sasuke —dijo sin más. Eso era un punto en contra, si era el mismo Naruto obviamente recordaría su nombre, pero el sujeto si se había inmutado; había tres opciones; la primera, ese no era su Naruto; la segunda, este Naruto no recordaba su nombre; y la tercera, que fuese muy buen actor. Por su parte, Seichi Naruto se sentó con una sonrisa vaga en la cara.


Entonces Iruka-Sensei se fue y llegó Asuma, su profesor de física. Así comenzó su primera clase, una aburrida clase de física, Asuma-sensei; al parecer igual de aburrido puso unos ejercicios para que todos los hicieran como repaso antes del examen final; y el estudiante nuevo hacia muecas en señal de no estar entendiendo nada, se tomaba el cabello y se lo jaloneaba, comenzaba a borrar en su cuaderno cada que un ejercicio no le daba o simplemente no sabía cómo hacerlo; Sasuke, había acabado los ejercicios hace tiempo, y se dedicaba a ojear a Naruto con una sonrisa burlona en la cara.


—Hey, Sasuke, Sasuke —lo llamó Naruto.


—¿Qué quieres?


—¿Sabes cómo hacer esto? —preguntó con notoria preocupación en la voz.


—Sí.


—¡Dime como!


—Es un tema muy fácil, ¿cómo puedes no entenderlo?


—Nunca he sido bueno en física, ayúdame —Sasuke suspiró, giró lentamente hacia él y comenzó a realizar el ejercicio diciendo lentamente los procedimientos que hacía para hacerlo, Naruto miraba atentamente y asentía sin entender nada.


—Sigo sin entender —suspiró Naruto derrotado.


En eso, Asuma-sensei estaba dando una vuelta por el salón para revisar el avance de los estudiantes, cuando se fijó en Naruto se acercó. —Naruto, ¿sucede algo?


—Sí, no entiendo nada


—A ver —Asuma-sensei comenzó a explicarle y Naruto no cambiaba su cara de “No entiendo nada”; al final el profesor dio por entendido el tema y volvió a recorrer el salón silenciosamente; Naruto se quedo mirando la hoja del cuaderno por un buen rato sin pensar realmente en nada.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Todos los estudiantes salían desesperadamente de los salones de clase, por fin habían terminado las clases de la mañana, habían sido eternas, bueno, por lo menos así fueron para Sasuke que se había matado pensando toda la mañana, y pensaba respecto a cierto rubio que había sido transferido hace unas horas, simplemente se creó infinitos escenarios de que pasaría si ese fuera su Naruto, y también que pasaría si no fuese así. Al final no consiguió nada, así que decidió armarse de valor y preguntarle a Naruto de frente quien era y de donde venia.


Pero sin el suficiente valor para preguntarlo se dijo a si mismo que le preguntaría en la hora del descanso, después de las clases de la mañana, pero algo pasó:  Apenas acabo la última clase antes del descanso Naruto se vio rodeado de muchos estudiantes, todos preguntándole cosas que el respondía vagamente, un chico, Sai, había invitado a Naruto a salir con él en el descanso, Naruto no se negó y se fue con él, con eso la oportunidad de Sasuke para preguntar se había esfumado; por ello ahora se encontraba caminando por los pasillos totalmente enfurruñado.


—¡Sasuke-kun!


Sasuke giro lentamente para encontrarse con unos ojos verdes. —Hola Sakura.


—¿Qué te paso? Saliste realmente molesto de clase.


—Nada.


—Te conozco Sasuke-kun, te pasa algo —dijo con voz acusadora.


—Sakura, ¿recuerdas a Naruto?-


—¿Namikaze Naruto?-


—Si.


—Claro que lo recuerdo, no podría olvidar a ese idiota… Era nuestro, amigo


—…


—Pero, —prosiguió Sakura—. ¿Qué pasa con él?


—El Naruto que llego hoy a clase…


—Sasuke-kun, ¿Te afecta que este nuevo estudiante tenga el mismo nombre de… él?


—No, no es eso… Aparte del nombre, es muy parecido físicamente.


—La verdad no recuerdo el rostro de Naruto —admitió ella apenada.


—Hmp —fue todo lo que respondió Sasuke.


—Como sea, Sasuke-kun, no te deprimas… No importa que este tenga el mismo nombre de Naruto, que no te afecte.


—Pero…


—Sasuke-kun —interrumpió Sakura—. Perdona por lo frio que diré esto, pero tú y yo sabemos que paso con Naruto, sabes que no va a volver, esta persona no puede ni es Naruto, el Naruto que tanto queríamos hace tantos años se fue, como si se hubiera mudado a otro país, allí tiene su vida y no volverá, así que, en serio deja que no te afecte… Solo vuélvete el Sasuke de siempre, frio y calculador.


Mientes Sakura, así no soy yo. Pensó Sasuke.


Sakura sonrió y puso una mano en el hombro de él justo después se fue hacia donde estaban los demás estudiantes; Sasuke se quedo pensando en lo que dijo Sakura mientras comenzaba a caminar lentamente por los pasillos, “como si se hubiera mudado a otro país, allí tiene su vida”, debía aceptarlo, era como dijo Sakura “el no volverá”, pero, ¿cómo había podido irse dejando a tantas personas tras de sí? Naruto, él le había dicho que lo quería, que era la persona más importante de su vida, eso, eso no fue una mentira, ¿verdad? Sacudió la cabeza intentando alejar los pensamientos, se odiaba en esta época, se volvía sentimental y sentía que su barrera se debilitaba, sentía que cualquier persona podría herirlo, que volvía a ser un indefenso niño de seis años. Al final decidió aceptar el consejo de Sakura y hacer que esto no le afectase, o por lo menos lo intentaría; por ello se encaminó hacia el patio, donde había un gran árbol que le recordaba ese lugar que compartía con su Naruto.


Cuando llego frunció el seño al notar que su árbol estaba siendo opacado por alguien más, se acerco dispuesto a gritar a quien fuera que estuviera allí, cuando le vio la cara al sujeto, no era nadie más que este nuevo Naruto que comía un gran Sándwich regando todo por todos lados. Sasuke se quedó parado un momento, recordaba algo.


—Naruto, ¡Naruto! —gritaba una pequeña Sakura de 5 o 4 años.


—¿Qué quieres Sakura-chan? —preguntó el rubio metiéndose mucha comida a la boca.


—¡No hables con la boca llena! Y, Naruto, come decentemente, tu comida no se escapará.


—Prefiero asegurarme —dijo con la boca llena de comida y con una sonrisa burlona.


—Sasuke-kun, dile algo —dijo la chica.


Sasuke hasta ese momento se encontraba admirando el bosque en el que estaban; las tres familias habían decidido hacer “un día de campo”, entonces, como era de esperarse, los tres niños se habían visto envueltos en el paseo; ahora los adultos estaban en otro cuento y ellos comían sobre un típico mantel de cuadros rojos y blancos. Cuando Sakura le hablo, Sasuke salió de su ensoñamiento y giro hacia la disputa que tenían los otros dos niños y sonrió burlándose de sus amigos.


—¡Sasuke-kun! —gritó Sakura al ver que no recibía apoyo de su amigo.


—Sakura-chan, —dijo el rubio (aun atragantado de comida)—. Déjalo, Sasu-chan me apoya en todo lo que hago.


—Naru-chan, no comas así —dijo el pelinegro tiernamente—. Debes aprender a comer bien, después de todo eres el próximo heredero de una gran compañía.


—Sasu-chan, te lavaron el cerebro, aun no quiero pensar en la compañía, y tu deberías hacer lo mismo —Justo después, Naruto le saco la lengua a Sasuke y Sasuke a Naruto.


 


Un momento, ¿cuál era la razón de que Sasuke estuviera recordando algo como eso al ver a este Naruto?, bueno, este Naruto comía igual de grotescamente que su Naruto. Pero, su Naruto no es el único en el mundo que comía así, aunque, de nada ayudaba que este Naruto se pareciera tanto a su ex-mejor amigo.


—Hey, Usuratonkachi —saludó Sasuke.


—No me digas Usuratonkachi, teme —rebatió Naruto con la boca llena de comida.


—Come bien.


Naruto hizo un sonido de fastidio y siguió comiendo. —Dobe, ¿No estabas con Sai?


—Lo invitaron a un partido de Basketball, no quería jugar así que me quede acá.


El pelinegro se acercó y se tiró junto a Naruto recostándose contra el árbol… comenzó a contar los números en su cabeza en busca del suficiente valor para preguntar. Sí, se sentía patético haciendo eso, ¡vamos!, no era tan difícil.


—Dobe.


—¿Qué pasa, teme?


—…¿En donde viviste durante tu infancia?


Y de repente se formó un silencio, no era incómodo, pero tampoco era realmente cómodo; Naruto se sumió en sus pensamientos un buen rato, pasados cinco minutos o más, este Naruto habló.


—La verdad, no lo recuerdo… Cuando era pequeño tuve un accidente que borró todos mis recuerdos, no sé nada de antes del día en que desperté en el hospital, pero sé que viví toda mi vida en otro país, esta es la primera vez que estoy acá.


¿Amnesia?, así que era eso, ¿esto era una nueva esperanza de que su Naruto reapareciera en su vida? Un momento, él había dicho que nunca había estado en Japón, así que… sí, era imposible, pero… nada perdía en seguir preguntado, “si, Sasuke, puedes perder algo… La poca cordura que te queda”. Dijo algo así como una voz en su cabeza.


—Dobe, ¿Conoces mi apellido?


—Claro, —una chispa de esperanza saltó en los ojos del Uchiha—. Uchiha, es el apellido de esa gran multinacional, ¿verdad?, claro, ¿cómo no conocerlo? –Y la esperanza había muerto de nuevo.


—¿Puedo preguntar una última cosa?


—Sí, supongo…


—¿Cuál fue tu primer beso? —y Sasuke lo sabía, el primer beso de su Naruto había sido con él…


—El primer beso que recuerdo, es con una chica, hace unos años —esa era la última pisca de esperanza que quedaba y sí, estaba siendo pisoteada—. Pero, —continúo el rubio—. Sé que ese no es mi primer beso, creo que mi primer beso fue en un sueño, yo… estaba con alguien importante, sé que quería mucho a esa persona… no lo recuerdo bien, pero sé que es así, yo, me sentía en paz… —enmudeció unos segundos para después son una sonrisa decir. —No me hagas caso, estoy delirando.


Así Sasuke supo que no podía rendirse, después de todo rendirse no es una palabra que este escrita en el diccionario Uchiha, tal vez, ese sueño fuese real y que ese sea su Naruto, no, aun no podía rendirse. Definitivamente debía encontrar la verdad. ¿Cuál es la verdad que quieres encontrar? Dijo de nuevo esa fastuosa voz, pero, era verdad lo que decía, ¿Cuál era la verdad que quería encontrar? ¿Qué ese era su Naruto? Anhelaba eso con todo su ser, quería que este fuese el verdadero Naruto, pero tenía que dejar de pensar en cosas de niños, no podía aferrarse a una persona que era tan parecida a Naruto, Sasuke llevaba muchos años asimilando la situación y aunque aun no lo lograba del todo, de algo estaba seguro… su Naruto no volvería.


Ninguno dijo nada más y se quedaron en silencio, Sasuke logró dejar su mente en blanco y sentir algo de paz, paz que no sentía hace mucho tiempo, en cambio Naruto se sentía inquieto y no podía dejar de pensar que algo estaba mal, tenía un mal presentimiento, un instinto que le decía que corriera, que corriera lo más lejos que pudiese, que escapara… pero, ¿escapar de qué?


Así se acabo la corta hora que tenían de descanso, cuando el timbre sonó para volver a clases, ambos estudiantes se levantaron perezosamente y sin decir nada se encaminaron al salón de clases de nuevo, cuando llegaron Naruto descubrió que en seguida tendría dos horas de literatura.


—¡No puede ser! —gritó decepcionado mientras caminaba hacia su lugar.


—De acuerdo —dijo Jiraiya acomodando unos papeles dispuesto a comenzar la clase.


Sasuke ya no pudo dejar su mente en blanco y de nuevo todos los pensamientos que llevaban agobiándolo desde la mañana volvieron, entonces pensó en algo; la única manera de sacarse la ansiedad y la incertidumbre de encima era confirmar que este no era su Naruto. Pero, ¿cuál era la mejor manera de confirmar eso? Sin duda alguna hay ciertas cosas que Naruto no podría olvidar de ese tiempo, eso incluía a Itachi y a Mikoto, ambos se habían convertido en familia de Naruto; así que era imposible olvidarlos, su Naruto no olvidaría los brazos de Mikoto, sus cálidos abrazos, eso no. Y si Sakura no lo había podido ayudar ya que no recordaba el rostro de Naruto, sin duda ni Mikoto ni Itachi olvidarían a Naruto, si ellos le confirmaban que ese era su Naruto, él se encargaría de hacer que Naruto lo perdonara por lo sucedido tiempo atrás.


Ahora la duda era, ¿cómo llevaría a este Naruto a su casa?


Y como si el destino quisiera ayudarlo un poco Jiraiya dijo. —Bien, haremos un proyecto de curso, es algo simple, deberán leer alguna obra universal, analizarla y exponerla frente a toda la clase en tres semanas, tendrán poco tiempo, por ello deben trabajar duro; para que no quede tan pesado el trabajo deben hacer parejas… Y ahora, tengan el resto de la clase libre; no tengo ganas de enseñarles nada hoy.


—Hey, Dobe… seamos pareja —susurró Sasuke.


Naruto abrió los ojos totalmente sorprendido. —¿Q-Qué dices? —el pelinegro se dio cuenta de su “error” y se sonrojó.


—No, ¡no hablo de eso! Quería decir… para el trabajo de literatura… Dobe.


Naruto suspiró y susurro un —está bien— para después girar la cabeza lejos de la mirada de Uchiha sonrojándose fuertemente. Sasuke estaba en las mismas condiciones ¡ese dobe!... malentendiendo las cosas.


—Reunámonos en mi casa hoy para comenzar, no me gusta atrasarme con las cosas.


—Como quieras —dijo el rubio notablemente incomodo.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Por fin había acabado el día, un tortuoso día, Sasuke se sentía agotado por alguna razón; ahora se comenzaba a arrepentir de haber invitado al dobe a su casa para hacer el trabajo, quería llegar y dormir hasta que fuera hora de la cena con Itachi, pero eso no sucedería ya que ahora caminaba justo al hiperactivo rubio rumbo a su casa.


—¡Tengo hambre! —se quejaba el rubio.


—Deja de quejarte, ya casi llegamos… Te daré algo de comer en cuanto llegamos.


—Más te vale… ¡Y mejor que sea un gran plato de Ramen!


—Cállate —dijo estresado.


—Sasuke, sí que eres amargado, si eres amargado te mueres más rápido.


Iban caminando por una angosta calle, cuando llegaran a la esquina girarían a una calle el tripe de ancha que esta y llegarían a la entrada de su casa, una gran casa… Pero que en realidad le traía malos recuerdos. Este Naruto caminaba apresuradamente pensando solo en comida. Pronto se acercaron a la esquina justo antes de la casa de Sasuke.


—Dobe, ya llegamos, solo giramos y ya.


—¡Por fin!, Sasuke ¿No deberías coger el bus? Después de todo tu casa está realmente lejos del instituto.


—Me gusta caminar.


Naruto solo se encogió de hombros; unos pasos más y por fin se podía divisar la esquina, ¡la tan anhelada esquina!... el rubio se apresuro y corrió hacia el lugar con una gran sonrisa en la cara.


Pero, cuando llego y pudo ver la casa de Sasuke se quedo de piedra, la anhelada esquina ahora le parecía un infierno, le entraron unas ganas terribles de vomitar acompañadas de un dolor de cabeza titilante, se tomó la boca con una mano mientras con la otra se apretaba el estomago y caía de rodillas sobre la acera. Sasuke al notar que algo no andaba bien corrió hacia Naruto que agonizaba en el suelo.


—¡Dobe! ¡Dobe! ¿Qué te pasa? ¿Estás bien? —le grito preocupado mientras se arrodillaba junto a él, Naruto no tenía conciencia de lo que pasaba, solo quería salir de ahí, miro a Sasuke a su lado y le pareció que no era él, veía a otra persona, eso eran ¿lágrimas?


Totalmente perdido en una agonía no deseable para ningún ser humano Naruto pudo articular una cosa antes de caer totalmente inconsciente.


—Perdóname Sasuke.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Un olor desconocido invadió la mente de Naruto que al fin recuperaba la conciencia; abrió los ojos bastante confundido, recordaba haberse sentido mal y desmayarse pero ¿Cuál fue la razón? Cuando se dio cuenta se encontraba en una habitación desconocida, estaba recostado en una cama que se le hacía muy cómoda, la habitación tenia colores oscuros y de tonalidades frías, a cualquiera le hubiera incomodado estar allí, pero por alguna razón a este Naruto no, se sorprendió al notar que por la ventana ya no estaban los rayos de sol sino la oscura noche, y se sonrojo al ver que no traía su uniforme puesto… Eso significaba que alguien lo había cambiado.


—Por fin despiertas —dijo una voz sobresaltándolo.


—S-Sasuke.


—¿Estás bien?


—S-Si, no sé qué paso… pero estoy bien.


—¿En serio no sabes que paso?... Es como si hubieras visto algo que no querías ver


—No, en serio no paso nada… Cuando era pequeño a veces me pasaban cosas parecidas, pero no es nada importante.


—No termino de creerte pero que más da… ¿quieres comer? De seguro tienes hambre.


—¡Sí!... gracias —dijo lo último en un susurro casi insonoro—. Por cierto, Sasuke, ¿Qué hora es?


—Falta un cuarto para las nueve.


—¡¿Tan tarde es?! —gritó levantándose rápidamente de la cama lo que ocasionó que un mareo extraño se formara en su garganta haciendo que cayera de nuevo sentado.


—¡No te muevas tan rápido!... Dobe.


—Lo siento —murmuró.


—Como sea, te espero abajo…


—Sasuke, espera —el aludido se volvió hacia el rubio—. ¿T-Tu cambiaste mi uniforme? —preguntó realmente sonrojado.


—Sí, no podía dejarte así… tu uniforme esta en el baño —dijo señalando una puerta de la habitación. Sasuke al ver como Naruto no cabía en su asombro añadió: —No es para tanto, somos hombres después de todo.


Y sin esperar respuesta el pelinegro giró y se fue, lo último que había dicho había sido una mentira, él, desde hace tiempo de había declarado gay y el hecho de haber tenido que cambiar al rubio supuso toda una prueba para él, tenia fornidos brazos, de seguro producto de largas horas en un gimnasio, también los abdominales bien marcados, las fuertes piernas, ¿cómo no volverse loco con algo así? Sasuke requirió de todo su autocontrol para no violar a Naruto ahí mismo.


Por otro lado Naruto se sentía muy avergonzado así que en cuanto vio que Sasuke salía de su vista corrió al baño donde por suerte y como dijo Sasuke, se encontraba su uniforme. Se desvistió pensando en la ropa que traía puesta, obviamente era de Sasuke pero le quedaba algo holgada, después de todo Sasuke tenía más músculos que él. Se vistió rápidamente mientras intentaba recordar algo de la causa de su desmayo, pero, nada… pero, para que llegara a ese extremo, al extremo de desmayarse, definitivamente su mente lo intentaba proteger de algo.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


—Sasuke —dijo Mikoto al verlo entrar a la cocina.


—Ya despertó —dijo sin más.


—Me alegro, me pregunto que le habrá dado.


—No lo sé, y él tampoco quiere decir.


—No te preocupes —dijo Itachi entrando a la conversación—. De seguro fue cansancio.


—Sasuke —dijo Mikoto con timidez en la voz—. Quería preguntarte algo, ese chico, ¿no es parecido a… él? —el pelinegro no sabía si estar feliz o no, su madre había dicho que este Naruto se parecía a su Naruto y si otra persona más lo decía es porque era real ¿no?


—Mamá —intervino Itachi—. Sabes que eso no puede ser real, de seguro es solo apariencia física...


Itachi tenía toda la razón y Sasuke lo sabía, pero no quería aceptarlo, quería tener esperanza… Estaban en silencio cuando escucharon pasos acercarse desde la escalera y segundos después como un rubio de ojos azules se asomaba por la cocina.


—H-Hola, perdón por la intromisión.


—No te preocupes —dijo Mikoto con una amable sonrisa.


—Mi nombre es Seichi…


—Déjalo en Seichi —interrumpió Sasuke, por alguna razón no quería que ninguno de los otros dos se enterara del nombre de este rubio, por lo menos, no aun.


—¿Vas a comer? —preguntó educadamente Itachi.


—N-No, lo mejor es que me vaya ya a casa… mis padres han de estar esperándome —padres, pensó Sasuke, su Naruto solo tenía a Minato-san.


—De acuerdo —dijo igual de amable Mikoto—. Pero ve con cuidado a casa.


—Si —sonrió.


—Te acompaño —dijo Sasuke.


Así los dos caminaron hacia la puerta de la gran casa Uchiha, que desde hace mucho estaba llena de silencio. Cuando llegaron a la puerta Naruto le dijo a Sasuke que lo acompañara hasta allí que de ahí en adelante podría irse solo. Sasuke no rebatió nada, solo lo dejo irse, se despidieron con la mano y así este Naruto se perdió en la oscuridad de la noche.


Cuando Sasuke volvió a la cocina Mikoto lo abarroto de preguntas que Sasuke solo respondió vagamente. —No sabes cómo me asusté Sasuke, llegas con un chico inconsciente en brazos, no dices nada y lo subes directamente a tu habitación.


Sasuke asintió mientras recordaba los momentos de agonía que tuvo justo después de que este Naruto se desmayara. Lo alzó en brazos y corrió hacia su casa dispuesto a llamar a una ambulancia, pero para su suerte cuando llego a su habitación se dio cuenta que este Naruto estaba durmiendo, ya no estaba inconsciente, ahora solo dormía con la respiración algo pesada debido a lo incomodo que era dormir con el uniforme del instituto puesto, así que pese a los reproches de su conciencia decidió quitarle el uniforme escolar para que pudiera dormir tranquilo, comenzó con la corbata, luego la camisa que desabotono botón a botón para encontrarse con el bien formado pecho y la espalda firme; alejando pensamientos “impuros” le colocó una camisa de alguna de sus pijamas; siguió con los zapatos y después… el pantalón. Sasuke había quitado esa prenda intentando no tocar mucho, y se rio cuando vio que este Naruto tenía unos bóxers de corazones rojos con fondo blanco, por suerte, para él, los bóxers eran holgados y no se le marcaba nada. Cuando por fin término de vestir a este Naruto lo había dejado durmiendo en su cama y se había ido, después había soportado las preguntas de Mikoto, y justo cuando pensó que había acabado llegaba Itachi y tuvo que contar la misma historia por segunda vez.


—Sasuke —lo llamó Itachi.


—¿Qué quieres nii-san?


—Aun eres un niño, por eso quiero decirte algo… —y acá iba otro sermón de su hermano mayor—. Sasuke, no quiero que te hagas ilusiones, esta persona es parecida a Naruto pero de ahí no pasa, ¿entiendes?


—Si, Nii-san, lo entiendo, me he estado auto convenciendo desde esta mañana de que ese no es Namikaze Naruto.


—Y entiendes porque no es Namikaze Naruto, ¿verdad?


—Sí.


—Sasuke, quiero que lo digas…


—¿Qué cosa?


—La razón por la cual sabes que ese no es Namikaze Naruto.


—Porque… —Itachi sabía que Sasuke le dolía decir lo que estaba a punto de decir pero no podía evitar hacer que lo dijera, si no lo decía Sasuke se lastimaría aun más en un futuro.


—Sasuke —lo llamó Itachi.


—El no es Namikaze Naruto porque el verdadero Namikaze Naruto esta… muerto —esperó unos segundos—. Y está muerto porque yo lo mate.

Notas finales:

Como lo dicho este Fic ya habia comenzado a ser publicado, entonces, supongo que los siguientes capitulos estaran colgados dentro de poco.

  

Aun así dejen su opinion de este capitulo. n.n 

 

Adiós y gracias por leer. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).