Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aeternum. por PauYh796

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Número de palabras del capítulo sin notas: 8.596

Ironía.

 

Sasuke caminó siendo seguido por Naruto. Algunos alumnos de la universidad ya comenzaban a preguntarse porque el magnate Sasuke Uchiha siempre era perseguido por un chico de procedencia desconocida y un resplandeciente cabello amarillo.

 

—Sasuke —llamó Naruto.

 

Y aunque no recibió respuesta continuó. —Sé que no debo recordarte cosas malas pero ese día me prometiste que siempre me recordarías de una manera, ¿qué cambió?

 

—La ignorancia es felicidad —recitó Sasuke—. En ese momento simplemente hice una promesa sin fundamento. Aunque ¡buena suerte para ti! Aun te recuerdo.

 

Naruto suspiró.

 

—Recuérdame como la persona que posiblemente amas —dijo Sasuke.

 

Naruto lo recordó. —Lo escribí en la carta —dijo en tono bajo y Sasuke asintió.

 

—Hay algo que no entiendo. ¿Por qué sacrificarse por mí? ¿Acaso no añorabas ser libre?

 

—Más que nada. Pero como sabes, el amor es raro; estás dispuesto a agotar cada gota de tu existencia solo para que esa persona muestre una sonrisa, siento que es así y no lo puedo cambiar, no lo quiero cambiar.

 

—De acuerdo, pero más allá de eso… olvida todo.

 

Naruto lo miró con un interrogante plasmado en la cara, y Sasuke sonrió.

 

—Olvidemos todo. Tú olvida la sangre, los experimentos, el pasado y el futuro. Yo olvidaré de igual manera la sangre, la culpa, los recuerdos y el futuro. ¿Entiendes? No podemos avanzar con el pasado a cuestas.

 

—Pero el pasado forma lo que somos ahora.

 

Sasuke soltó una carcajada. —Tu un vil experimento y yo un suicida deprimido. ¡Linda combinación!

 

—¿Acaso quieres olvidar a Namikaze Naruto? —preguntó con una maliciosa sonrisa a sabiendas de que ese era un tema delicado.

 

—No —negó Sasuke sin ningún cambio en su humor—. A él lo amo, siempre lo amaré, y eso no cambiará. Pero no tengo que recordar todo lo que pasó en ese año… la muerte de mi padre, la muerte de Naruto… la oscuridad.

 

Una chispa de celos atravesó todo el cuerpo del rubio para instalarse en su humor. Por primera vez desde que conocía a Sasuke tenía celos de su amor de niños. En ese instante agradeció que Namikaze Naruto estuviera muerto porque si no él mismo iría a matarlo.

 

—¿Y qué ganamos olvidando? —preguntó escondiendo sus celos.

 

—Ya sabes… como dice la canción.

 

—La fiesta —recordó Naruto—. ¿Dices que esa será como mi prueba?

 

—Aja. ¿Alguna vez has ido a una fiesta?

 

Naruto negó.

 

—Exacto —sonrió—. Esta fiesta es el inicio de otra fase en la vida Seichi-Uchiha. Como un nuevo comienzo.

 

—¿O sea que en este nuevo comienzo ya no existirían mis errores?

 

Sasuke asintió. —Como si recién nos conociéramos. Tú nunca pensaste en venderme, eso es lo que quiero decir.

 

Naruto sonrió. —Solo un día más —afirmó—. Mañana sábado es la fiesta, quiere decir que para el lunes, para el primer día de clase seremos dos personas de mentalidad diferente a la actual.

 

—Espéralo, Seichi.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

En cuanto terminó el último día de inducción Sasuke se encaminó a la mansión Uchiha. No pudo entrar porque afuera —y sonriente— se encontraba Itachi junto a un automóvil.

 

—¿Qué haces? —preguntó Sasuke acercándose a su hermano.

 

—Es mi nueva adquisición —contestó sonriente—. ¡Admíralo!  Un audi s3 en todo su esplendor.

 

—¿Por qué compraste un auto?

 

Sasuke miraba confundido y a la vez Itachi le sonreía a su reciente compra. —Necesitaré un auto en cuanto comience las clases —dijo sin dejar de mirar la carrocería negra—. Y desde siempre he querido un audi.

 

—¿Y el otro auto? —preguntó Sasuke refiriéndose al otro automóvil de Itachi, un lujoso lexus que había obtenido a sus diecinueve años.

 

—Lo guardaré —respondió con simpleza. En seguida sonrió ampliamente—. ¿Quieres dar una vuelta?

 

Sasuke asintió resignado al comprender que por nada del mundo Itachi aceptaría un no por respuesta.

 

El sábado en la mañana, y después de varias horas yendo de lugar a lugar con Itachi, Sasuke fue a la multinacional, y es que aunque no lo aceptara le hacía falta la oficina de presidencia. Entró para encontrarse con varias pilas de informes esperando a ser revisadas, con un suspiro se sentó dispuesto a comenzar el trabajo.

 

Las horas pasaron volando y cuando menos se lo pensó afuera ya estaba totalmente oscuro, y la oscuridad misma daba paso a la que sería una larga noche. La dichosa fiesta sería en un lugar apartado de la ciudad, en un gran club que de alguna manera alguien había alquilado, la hora estaba estipulada para las nueve de la noche, pero hablando con seriedad, nadie tomaba esas horas en serio. Salió de la multinacional Uchiha y volvió a encaminarse a la mansión Uchiha, llegó en tiempo record. Allí solo cambió su ropa por algo más informal,  y justo antes de salir tomó su celular para hacer una llamada.

 

¡Sasuke! —contestaron al otro lado de la línea.

 

—¿Quieres que pase por ti a tu casa?

 

Al otro lado Naruto frunció el seño. —No es necesario, ya nos encontraremos en la fiesta misma —respondió sin dudar. Sasuke asintió y murmuró un ligero si para en seguida cortar la llamada sin decir más.

 

Tenía planeado tomar un taxi hasta el lugar de la fiesta pero al salir se encontró con el audi de Itachi, aparcado mostrando todo su esplendor, llamándolo para que se acercara. Y como en las películas en cada uno de sus hombros apareció un ángel y un demonio respectivamente, la lucha no duró mucho porque con una sonrisa Sasuke volvió a entrar a la mansión Uchiha solo para tomar las llaves del audi. Salió silenciosamente como un vil ladrón, abrió el automóvil y se subió.

 

—Pero yo no sé conducir —dijo al aire—. Supongo que puedo aprender mientras.

 

Como si fuera un talento innato Sasuke se las arregló para llegar hasta el club privado en el que ya se podía escuchar el alboroto que causaban los universitarios. Aparcó el auto fuera y se aseguró de dejarlo bien cerrado, acto seguido entró al lugar y de primeras de encontró con un sonriente Kiba.

 

—¡Quien diría que el aburrido Uchiha Sasuke vendría a una fiesta! —dijo escandaloso. Más de uno escuchó y sorprendidos se viraron hasta Sasuke sonriéndole. La cosa era simple, muchos de esos estudiantes saldrían dentro de unos años a enfrentarse directamente con el mundo empresarial, y obviamente a más de uno se le había ocurrido que para hacer menor el impacto debían tener de amigo al presidente de la multinacional más exitosa de los últimos años: Uchiha Sasuke.

 

Ignorando a Kiba Sasuke llegó hasta la barra donde estaban dando alcohol a diestra y siniestra.

 

Una copa, dos copas, tres copas. ¿Por qué Naruto no llegaba? El alcohol comenzaba a colarse a sus sentidos pero aun no estaba totalmente tomado, lo irónico era que siempre que se acababa su copa de la nada otra aterrizaba en sus manos. En medio de la somnolencia comenzó a pensar si alguien lo quería emborrachar para después secuestrarlo y usarlo como juguete sexual.

 

De su bolsillo sacó su celular, fue fácil encontrar el número de Naruto en la lista de llamadas recientes por lo cual —y en medio de todo el ruido— esperó a que contestaran.

 

¡Lo siento! —se disculpó el rubio en cuanto contestó—. Me perdí de camino al club este, pero bueno, me encontré con un grupo de gente que va a la fiesta y ya casi llegamos.

 

Sasuke sonrió. —De acuerdo —gritó contra el celular—. Nos vemos en unos minutos.  

 

Colgó disponiéndose a tomar otro trago pero una vocecita se lo impidió. —¿Quieres bailar? —preguntó una voz femenina, Sasuke volvió a guardar el teléfono en su ropa.

 

—Soy gay —respondió él sin ningún atisbo de duda o miedo.

 

La recién llegada rió por lo alto. —¡Esto es imposible! ¿Por qué los mejores son homosexuales? —se quejó con una presencia inexistente, luego desapareció tan pronto como llegó.

 

La música estaba a todo volumen pero Sasuke no bailaba, seguía sentado en la  barra donde de vez en vez otra copa de quien sabe que llegaba a sus manos. La bebía sin ningún interés en particular, las cosas cambiaron en cuanto un ruidoso grupo de gente entró vitoreando.

 

—¡Por fin! —gritó aliviada una chica—. Casi que no llegamos.

 

Y por ahí una cabeza rubia se asomó buscando a alguien en específico, alguien que no tardó en encontrar. Caminó hasta la barra sonriente.

 

Viene hacía ti, dijo una vocecilla en la mente de Sasuke. Con su jean apretado y la camisa polo abierta se veía demasiado apetecible, demasiado, pero sacudiendo la cabeza alejó los pensamientos y puso una sonrisa en su rostro a la vez que Naruto terminaba de llegar, se sentó junto a Sasuke sonriéndole encantadoramente. —Llegué —anunció lo obvio, Sasuke asintió. Les llegaron dos copas de alcohol que tomaron con ansia.

 

—¿Qué es esto? —preguntó Naruto después de que pasó la quemazón en su garganta. Sasuke se encogió de hombros negando levemente, él tampoco sabía.

 

Pero retomando la sonrisa Naruto preguntó. —¿Quieres bailar?

 

—No —respondió frío—. No me gusta bailar.

 

—Pero… ¡quiero bailar! —se quejó con un puchero pero Sasuke ni se inmutó—. Aparte es la primera fiesta en la que estoy, quiero disfrutar todo.

 

Se tomó otro trago de algún alcohol desconocido, se sentó junto a Sasuke mirándolo fijamente y con una expresión aburrida, los tragos seguían llegando y ellos se los tomaban en silencio, solo con el ruido del club en sí a sus espaldas. Pero su jueguito de miradas se vio interrumpido cuando Naruto sintió una presencia a su lado. Una chica le sonreía.

 

—Cuidado —dijo con amable voz—. No soportaría que hubiesen dos homosexuales acá, porque yo también quiero un poco de diversión, y definitivamente no la obtendré si todos son homosexuales —terminó con un adorable puchero.

 

Naruto la miró curioso y ella le sonrió de vuelta. —¿Quieres bailar? —preguntó haciendo la misma invitación que le había hecho a Sasuke momentos atrás, Naruto miró a Sasuke con el ceño fruncido; él no aceptaría bailar así que… ¿por qué no?

 

—Será un placer  —dijo cordialmente, sin mirar a su acompañante se fue con la chica al centro de la pista de baile.

 

Comenzaron un vaivén lento, Naruto miró curioso en cuanto la chica sacó de quien sabe donde una pequeña pastilla, le sonrió a Naruto y se la extendió. —Verás luces con esto —anunció.

 

Naruto miró desconfiado. —¿Qué es?

 

—Lo mejor del mundo —respondió la chica, acto seguido se metió a la boca otra pastilla. Es ahora, pensó Naruto a la vez que tragaba con rudeza lo que le ofrecían.

 

Canción de fondo: All The Things I Could Never Say – Kele.

 

Una nueva canción sonó, el ritmo suave pero embriagante dominaba sus sentidos, comenzó a moverse con lentitud de un lado a otro, su cuerpo se sentía ligero, suave. Se apegó más a la chica y comenzaron a bailar muy pegados, intentando meterse en la piel del otro. La pequeña pastilla comenzaba a hacer su efecto causando que de un momento a otro su cuerpo se animara. Y todo se volvió una locura en cuanto la canción dejó de sonar dando paso a música mucho más animada.

 

Todos los que estaban en la pista comenzaron a saltar al son de la nueva canción, el dj que permanecía a un lado demostró sus habilidades en cuanto comenzó a mezclar diferentes canciones, dando lugar a un frenesí entre adultos jóvenes. Y aun lado de la pista Sasuke miraba fijamente a Naruto con un letrero celoso plasmado en toda su cara, se tomó otro trago y se levantó tambaleándose para alcanzar a Naruto en medio de la pista de baile.

 

En cuanto llegó miró a la chica con ojos asesinos. —Piérdete —ordenó, y ella como fiel esclava se fue en busca de alguien más.

 

Naruto miró a Sasuke confundido. —¿Qué hiciste?

 

—Bailemos —dijo Sasuke ignorando la pregunta. Naruto simplemente se dejó, comenzaron a bailar al ritmo de una canción menos movida, poco a poco comenzaron a acercarse más el uno al otro hasta que Naruto tomó a Sasuke de la cintura atrayéndolo, y Sasuke imitó la acción también posando sus manos en la cintura de su compañero.

 

—Has crecido —afirmó el pelinegro al notar como los centímetros que los separaban meses atrás ahora se habían extinguido casi por completo.

 

Naruto sonrió, luego fijó su vista en los labios de Sasuke relamiéndose los propios con lujuria. —Quiero besarte —anunció sin apartar la vista, Sasuke no se movió y eso le dio a Naruto el pase para continuar con su lujuriosa intención. A pesar del ruido, del sudor y del calor se dieron un fogoso beso que duró unos cuantos segundos.

 

Se separaron mirándose el uno al otro a la vez que sonreían. —Estás borracho —afirmó Naruto recordando el sabor a alcohol que tenían los labios de Sasuke.

 

Sasuke sonrió nuevamente. —Esto no es nada, ¿recuerdas que éramos compañeros de copas designados? Pues eso, el alcohol no hace efecto en mí —dijo confiado a la vez que recordaba meses atrás cuando en el viaje habían tomado vodka.

 

La canción de nuevo cambió pero ellos se alejaron de la pista de baile dirigiéndose a la barra donde de nuevo los tragos seguían llegando.

 

—Si alguien viera al presidente tomando así de seguro se armaría un escándalo —se burló Naruto. Sasuke por su lado hablaba cosas sin significado alguno, se quejaba con cualquier cosa absurda, claro que Naruto no estaba en todos sus sentidos, una delgada capa de sudor cubría su rostro, y la pequeña pastilla aun no terminaba el efecto.

 

—Deberíamos irnos.

 

Sasuke lo miró y negó. —No quiero —dijo infantilmente.

 

—Mañana tienes que volver a la multinacional ¿no es así? Entonces es mejor si duermes para que se te baje la borrachera.

 

—Ya pareces Itachi —se quejó—. Diciéndome lo que puedo y lo que no puedo hacer.  

 

Sin decir nada Naruto tomó a Sasuke de brazo y  lo comenzó a arrastrar por el medio de las personas  hasta dar con la salida del club. Afuera no estaba tranquilo, varias personas que ya no soportaban el calor del interior habían salido en busca de aire fresco o en busca de un lugar más silencioso para hablar con esa persona que recién habían conocido.

 

—Consigamos un taxi.

 

Sasuke que hasta ese momento se había dejado arrastrar tranquilamente se soltó bruscamente. —¿Taxi? No necesito un taxi cuando tengo un perfecto automóvil.

 

—¿Sabes manejar? Aun así no estás en condiciones para conducir. Aparte de eso, ¿trajiste un automóvil?

 

Sasuke sonrió. —yep —dijo infantilmente—. Un hermoso y flamante Audi S yo no sé qué —movió la mano restándole importancia—. Puedes tomar un taxi o lo que quieras pero yo me voy en el Audi —finalizó.

 

—¡Pero estás tomado! —gritó impidiéndole el paso al automóvil.

 

—No —en seguida soltó una risa—. Estoy perfectamente, mira —estiró los brazos hacia arriba y levanto una pierna formando un cuatro con su cuerpo, se tambaleó un poco mas no se cayó—. Ahora si me permites.

 

—¡No! ¡Espera! —Naruto fue detrás de Sasuke quien a su vez llegó al audi y se subió al lado del conductor, Naruto alcanzó a tomarlo del brazo antes de que cerrara la puerta, lo miró con ojos suplicantes pero él ni se inmutó, de otro movimiento brusco se soltó, y al sentirse libre cerró la puerta de golpe.

 

Al sentir el rugido del motor Naruto se asustó, corrió al lado del copiloto y se subió. —Por lo menos voy a estar acá —anunció a la vez que cerraba la puerta.

 

Sasuke sonrió satisfecho y emprendió marcha.

 

Aquel club estaba en lo más profundo de una desolada carretera que para esa hora ya estaba totalmente oscura, pero el audi tenía perfectas luces delanteras y una potencia que hacia vibrar cada parte de tu cuerpo. Con una sonrisa Sasuke aceleró por la carretera vacía haciendo que Naruto se aferrara más al cinturón y que se pegara contra el asiento, como la vía era larga Sasuke no tuvo reparo en acelerar a todo lo que daba el motor, por otro lado Naruto poco a poco perdía el color de su rostro, pero en medio del estupor volteó hacia Sasuke y miró con el ceño fruncido que no llevaba cinturón.

 

—Por lo menos colócate el cinturón —demandó molesto. Sasuke soltó una carcajada.

 

—No lo necesito.

 

Naruto, sin dejar de fruncir el seño soltó su cinturón y se estiró hacia Sasuke para ponerle el cinturón él mismo. Sasuke no se negó y dejó que Naruto acomodara el cinturón. De un momento a otro Sasuke giró bruscamente el volante y el audi se sacudió provocando un pequeño salto para ambas partes.

 

Naruto lo miró estresado. —Sasuke, ¿en serio sabes conducir? —preguntó.

 

Sasuke con una sonrisa boba dijo. —Claro que no, pero puedo aprender mientras lo hago.

 

—Estás borracho —afirmó el rubio—. Nos vas a matar.

 

—La muerte es solo el comienzo —dijo Sasuke y en seguida soltó una carcajada. Apretó el acelerador todo lo que su pie pudo, y de repente perdió el control sobre el volante. La curva vino de la nada y Sasuke no tuvo tiempo para girar el volante, cerró los ojos fuertemente y esperó el impacto.

 

El carro chocó directamente con el separador de la carretera, rompiéndolo siguió su curso hasta el bosque donde una larga colina hizo que el audi diese vueltas. Sasuke se sentía aferrado contra el cinturón de seguridad que hacía su trabajo impidiendo que se moviera, el sonido del cristal rompiéndose hizo que intentara centrarse, pero el auto seguía su camino colina abajo.

 

Un fuerte roble paró el auto golpeándolo contra el costado izquierdo dejándolo totalmente abollado, Sasuke abrió los ojos, sentía leves punzadas de dolor en varias partes de su cuerpo pero nada lo suficientemente doloroso. Para su suerte el audi quedo de pie, permitiéndole girar a su alrededor.

 

Naruto no estaba en el interior.

 

Asustado quitó el cinturón y arrastrándose salió por el cristal totalmente pulverizado, se deslizó por el capo hasta dar con el frio pasto, luego y en medio de la oscuridad comenzó a buscar el cuerpo de Naruto. Mientras caminaba a gatas por el pasto unos cuantos cristales se incrustaron en su piel expuesta, aun así intentó enfocar sus ojos buscando una única cosa.

 

En cuanto lo localizó se aterró al verlo desplomado en el suelo sin ningún rastro de movimiento, aun a gatas se acercó, se escandalizó cuando al llegar notó como el rubio no se movía y de su cabeza descendía un hilo de sangre interminable, asustado recostó la cabeza de Naruto en sus piernas y comenzó a murmurar cosas inentendibles.

 

No muy lejos del lugar un grupo de estudiantes mayores caminaban riendo estruendosamente, habían decidido salir de la dichosa fiesta antes para ir a hacer cosas más interesantes. La chica del grupo notó las inusuales líneas en el suelo y posteriormente notó como el separador de la carretera estaba totalmente destruido se alarmó pero a la vez se fascinó; sin decir nada corrió hasta el borde de la carretera, soltó un grito impresionada al ver el automóvil todo destrozado.

 

—¡Un accidente! —gritó ella en cuanto logró cuadrar toda la escena. Sus compañeros se acercaron afanados; los hombres bajaron la colina para ver el auto y buscar algún sobreviviente, pero el auto estaba vacío… buscaron en los alrededores hasta que dieron con dos chicos, uno inconsciente y el otro estaba ido totalmente. Llamaron a una ambulancia y la chica que los había visto inicialmente se agachó junto a Sasuke, le comenzó a murmurar cosas que Sasuke no entendía pero que sin embargo intentó escuchar como medio para no cerrar los ojos, pues sentía que si no lo hacía el sueño le vencería.

 

Cuando su vista se volvió aun más borrosa alcanzó a divisar unas luces rojas que titilaban fastidiosamente, pocos segundos después un hombre con uniforme de paramédico que se acercó y le dijo a la chica que podía retirarse, ella silenciosamente se fue y el paramédico se dispuso a hacer su trabajo, miró a Sasuke, luego bajó la vista al cuerpo inconsciente de Naruto e intentó alejarlo de los brazos de Sasuke, pero él poniendo la fuerza que definitivamente no tenía no permitió que el paramédico cumpliera su trabajo, y el paramédico —al parecer acostumbrado a esa clase de comportamiento— sonrió.

 

—Si lo no sueltas no podré revisarlo —declaró de forma conciliadora, pero Sasuke movió la cabeza ahora en forma negativa, y de nuevo el paramédico entendió. Para sus adentros maldijo al chico de cabello negro, pero imponiendo su profesionalismo simplemente aceptó y comenzó a revisar a Naruto ahí mismo, bajo los brazos de Sasuke. Después de un rápido examen volvió a mirar a Sasuke quien veía todo aun más borroso, el sujeto soltó una suave risa.

 

—Al parecer perdió mucha sangre, si lo llevamos al hospital ahora mismo tendrá más posibilidades de salvarse.

 

Y como si hubiera dicho las palabras mágicas Sasuke soltó a Naruto, luego, dejándose llevar por el cansancio cayó de espaldas al suelo cerrando los ojos y quedando inconsciente en el acto.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

Se despertó sin abrir los ojos, el olor esterilizado del lugar le hizo recordar todo lo que había pasado. Tenía resaca —de seguro producto del alcohol— pero eso no le impidió abrir los ojos, y en cuanto lo hizo se vio en una blanca habitación, aun sin ver sintió la asquerosa ropa de hospital y debajo de esta sintió unas vendas forjadas a su pecho. Se levantó de la camilla y no tardó en encontrar su ropa, se vistió rápidamente, era una suerte que no tuviera ninguna clase de aparato conectado a su cuerpo. Se dispuso a salir cuando una enfermera llegó.

 

—No puede irse aun —anunció con el seño fruncido.

 

—¿Qué pasó? —preguntó Sasuke—. Después de que quedara inconsciente… —agregó.

 

—Los trajeron al hospital e hicimos toda clase de exámenes para descartar cualquier hemorragia interna, usted solo mostró una pequeña lesión en las costillas.

 

—¿Y qué hay del chico que estaba conmigo?

 

—Perdió mucha sangre; después de unas cuantas transfusiones de sangre le inducimos a un coma para que se recuperara completamente.

 

—¿Cuándo despertará?

 

—No tardará. Ya lleva un buen tiempo dormido.

 

—¿Cuánto?

 

—Poco más de veinticuatro horas. Son las tres de la mañana del lunes, tú también dormiste un buen tiempo. Llamaré a tu hermano, le diré que despertaste.

 

Sasuke abrió los ojos sorprendido. —¿I-Itachi? —la enfermera asintió.

 

“Estoy muerto”, pensó Sasuke.

 

Y después de unos interminables minutos Itachi atravesó la puerta cual huracán, su primera acción fue darle un suave golpe en la cabeza a Sasuke. —¡No sé qué hacer! —gritó exasperado—. ¿Te golpeo por conducir borracho? ¿Te abrazo por sobrevivir? ¿Te mato por hacerle eso a mi audi?

 

Sasuke soltó una ligera risa de satisfacción. —Puedes hacer todo.

 

—¡Idiota! —le reprendió Itachi—. Definitivamente después de esto no voy a dejar que si quiera pienses en sacar la licencia de conducir. ¡Y para más colmo faltas a tu primer día de clase!

 

—Aun estoy a tiempo de llegar. Las clases comienzan a las siete y es poco más de las tres.

 

—¡Claro que no! No vas a ir así de débil a la universidad.

 

—¿Débil?   

 

—Llevas durmiendo veinticuatro horas; ¡claro que estás débil! —Sasuke resopló molesto, Itachi agregó: —Hoy me encargaré de la multinacional, tú asegúrate de no morirte en mi ausencia.

 

Sasuke asintió e Itachi sonrió, le dio un cálido abrazo antes de irse. —Para que sepas —murmuró justo en la puerta—. La reparación del audi la pagas tú.

 

Luego, sin más salió y se fue. Sasuke se quedó solo unos segundos hasta que decidió que debía ir en busca de Naruto, pues no sabía cómo estaba y eso literalmente lo estaba matando por dentro. De nuevo de dispuso a salir y de nuevo esa enfermera se lo impidió atajándolo en la puerta.

 

—Ya le dije, no puede salir —siseó molesta—. Espere unos minutos que la doctora vendrá para revisarlo.

 

—No tengo tiempo para eso, debo salir —como un niño terco actuaba Sasuke y para más colmo la enfermera le seguía el juego en son de mamá regañona que no quiere que su hijo juegue más en la calle.

 

Estaban en eso cuando una mujer rubia llegó, su aspecto era imponente y mostraba una leve sonrisa que se escapaba de la comisura de sus labios, pero su sonrisa se transformó en una perfecta o en cuanto vio a Sasuke. —¿Uchiha Sasuke? —preguntó la rubia mientras una sonrisa volvía a formarse y esta vez  se le quedaba en la cara—. ¡Si que has crecido!

 

—¡Tsunade! —gritó Sasuke sorprendido al ver a la regia mujer.

 

—El paciente quiere irse del hospital —anunció la enfermera cual vil chismosa. Tsunade miró desaprobatoriamente a Sasuke, acto seguido le plantó un golpe en la cabeza.

 

—No puedes irte —sentenció aparentando tranquilidad.

 

—No voy a irme —dijo recalcando la palabra—. Solo quiero ir a ver al chico que estaba conmigo en cuanto sucedió el accidente.

 

Tsunade asintió. —El chico —murmuró pensativa—. Acaba de despertarse, pero no ha hablado así que precisamente venía a buscarte para que hablaras con él.

 

Sasuke asintió. —¿Por qué no habla?

 

—Usualmente después de estos accidentes el paciente entra a un estado post-traumático, comienza a deprimirse y aunque no es muy grave lo mejor es prevenir.

 

—¿Dónde está?

 

Tsunade señaló una puerta al fondo del pasillo y Sasuke sin esperar a que le dijeran más se encaminó a la misteriosa puerta, por otro lado Tsunade volvió la vista a la enfermera. —¿Por qué no me dijeron que Uchiha Sasuke estaba acá?

 

La enfermera se encogió de hombros. —No lo creí necesario.

 

Tsunade volvió a asentir pensativa.

 

Sasuke entró a la habitación, esta no era muy diferente a la que él había despertado, las paredes eran blancas y el olor esterilizado. Terminó de entrar para encontrarse a Naruto sentado contra el espaldar de la cama mirando sus manos como si fueran lo más interesante del mundo, su cara estaba pálida pero no tenía mal aspecto por lo cual Sasuke sonrió suavemente, por dentro se sentía realmente feliz de que Naruto siguiera vivo, porque a decir verdad no soportaría vivirlo por segunda vez.

 

—Hola —le saludó, Naruto alzó la vista le esbozó una sonrisa y la volvió a bajar.

 

—Me alegra que estés bien

 

De nuevo Naruto no respondió pero Sasuke se encogió de hombros, avanzó lo que le quedaba y se sentó en el borde de la cama, Naruto no negó por lo cual Sasuke pensó muy bien sus siguientes palabras. —Quería pedirte perdón, si no hubiera sido por mi estupidez no estaríamos acá.

 

—No es tu culpa —y Sasuke sonrió porque por fin Naruto había hablado.

 

Se sumieron en un no tan incómodo silencio, Naruto fijó su vista en su brazo. —¿Crees que me vaya a morir? —preguntó. Sasuke lo miró confundido—. Mira —señaló su brazo donde se veía una aguja incrustada y a esta estaba conectada una bolsa de sangre de donde caían pequeñas gotas de sangre cada tanto—. Casi siento como si me estuviera convirtiendo en un vampiro.

 

Sasuke sonrió. —No te preocupes, estás en las mejores manos.

 

Naruto le devolvió la sonrisa pero luego, sin previo aviso sus ojos se volvieron hacia atrás y cayó desmayado sobre la camilla. Sasuke se alteró y de inmediato corrió al pasillo para comenzar a gritar como loco en busca de ayuda, la primera en llegar fue Tsunade que sin decir nada entró a la habitación, Sasuke la siguió.

 

Pasados unos minutos Tsunade se dio la vuelta y miró a Sasuke, sus ojos no notaban preocupación por lo cual Sasuke se alivió. —Está bien. Solo tiene fiebre, se le pasará después de un rato.

 

Se quedaron en silencio, Sasuke se sentó en una silla y Tsunade se recostó contra la pared negándose a irse así sin más. Poco tiempo después una nueva enfermera entró con un pequeño recipiente lleno de agua y en sus manos unas toallas que de seguro usaría para bajarle la fiebre al rubio. Los dos presentes miraron como la chica hacía su trabajo sin interferir en nada; las cosas comenzaron a volverse raras en cuanto la enfermera pasó una toalla húmeda por el rostro del rubio, y como si le hubiera quitado parte de la piel su cara se volvió aun más pálida.

 

Extrañado, Sasuke se levantó de su lugar para preguntarle a la mujer con la mirada que había pasado, ella le mostró la toalla que había quedado sucia después de tal acción. —Es maquillaje —anunció ella sin dejar de mostrarle la toalla, Sasuke entrecerró los ojos.

 

Tsunade viendo la situación solo le indicó a la mujer que quitara todo el maquillaje de la cara del rubio, ella siguiendo la orden continuó… era impresionante que con cada pasada más maquillaje quedara en la pequeña toalla. Y como si fueran arqueólogos haciendo un descubrimiento ninguno dejó de mirar hasta que no hubo rastro de maquillaje.

 

Se acercaron para ver el resultado final, Tsunade abrió los ojos sorprendida y Sasuke ahogó un gemido tapándose la boca en el acto.

 

—¿Qu-qué es esto? —preguntó sin despegar su mano de su boca.

 

Tsunade negó con la cabeza. —Es imposible —susurró incrédula.

 

Pasaron unos segundos de total incredulidad antes de que Sasuke se virara hacia Tsunade acusándola con la mirada. —¡¿Por qué?! —preguntó exaltado. Tsunade se encogió de hombros, y luego Sasuke recordó algo esencial—. ¿Cómo supieron lo de las transfusiones de sangre? ¿Qué tal que tuviese alguna rara enfermedad?

 

La enfermera aun teniendo miedo de meterse en la conversación habló. —Cuando llegó no sabíamos que hacer por lo cual buscamos en los registros del hospital; como es el mejor hospital de la ciudad la mayoría de personas tienen historial acá y de ello podemos sacar la información que necesitemos.

 

Sasuke recordó que Naruto nunca había estado en ese hospital. —Eso es imposible —murmuró—. Él no puede tener un registro en este hospital.

 

La enfermera asintió. —Es verdad, pero sin duda alguna encontramos un registro que concordaba con cada cosa, inclusive con las huellas digitales y el tipo de sangre, sin duda alguna era la misma persona.

 

Sasuke miró a la enfermera, miró a Tsunade, luego miró a Naruto, vio su cara en la que ahora sin maquillaje tres perfectas marcas en cada mejilla se mostraban, aquellas marcas eran lo único con lo que distaba a Seichi Naruto de su Naruto. —Es imposible —volvió a murmurar—. El único registro así que puede haber aquí es el de…

 

—Namikaze Naruto —interrumpió Tsunade, y la enfermera asintió sin percatarse de que estaba haciendo, sin embargo con toda la inocencia del mundo avanzó hasta el inconsciente rubio, tomó su muñeca y les mostró el brazalete que le habían puesto al ingresar al lugar. Sasuke se acercó para notar que en la muñeca, y en el brazalete había un único nombre: Namikaze Naruto.

 

—Como el expediente era el mismo y no sabíamos su nombre pues no llevaba ninguna clase de identificación decidimos poner el nombre que más concordaba —Sasuke miró su propia muñeca en la que tenía el mismo brazalete pero con su nombre, luego volvió la vista a la enfermera.

 

—Pero él está muerto —dijo Sasuke con convicción.

 

—No existen dos personas que tengan las mismas huellas digitales y sin duda este chico es el mismo de aquel registro.

 

—¿Eso quiere decir que…?

 

Volvieron a quedarse en silencio totalmente estupefactos. —Está vivo —afirmó Sasuke después de  unos minutos—. Siempre creí que estaba muerto pero está vivo —al mismo tiempo se dejó caer al suelo cerrando sus manos en puños.

 

—¡Pero aun es muy temprano como para dar esa afirmación! —se quejó Tsunade.

 

—¿Qué más prueba quieres? —Sasuke miró a Naruto—. Solo míralo, es él pero más grande.

 

Rindiéndose Tsunade murmuró. —Está vivo. No hay duda.

 

Sasuke se levantó de golpe, intentó correr pero su cuerpo no daba para eso… caminó y  salió del hospital sin mirar nada en realidad, pasó la calle sin siquiera dar un vistazo a los autos que pasaban. Caminó un poco y se encontró con un parque, que a la luz del amanecer le recordó el bosque, aquel bosque… ese lugar que había compartido con Naruto en su momento, el lugar donde se habían vuelto novios. Sin quererlo sus ojos se volvieron acuosos.

 

—¿Por qué estoy llorando? —preguntó al aire.

 

Se sentó en el pasto, el parque estaba casi vacío, solo unas cuantas personas que salían a correr en la mañana. Y casi involuntariamente Sasuke comenzó a repasar los últimos meses en los que de igual manera había extrañado a su Naruto. Pero siempre lo tuvo ahí… desde el momento en el que se presentó con otro nombre, con esa sonrisa, con ese cabello revuelto pero atractivo; siempre fue su Naruto.

 

De repente una imagen volvió a su cabeza.

 

De repente recordó muchas cosas de la realidad de Seichi Naruto, el Seichi Naruto que sobrevivió a los experimentos atroces que cometían con él, el Seichi Naruto que intentó suicidarse, el Seichi Naruto que vivía una vida nada envidiable, ese mismo. Y las preguntas comenzaron a arremolinarse en su cabeza, ¿quiénes son los que Naruto llama padres? ¿Qué pasó los últimos once años? ¿Qué significaba todo eso? Una furia se plantó en Sasuke, se sintió usado porque definitivamente Naruto tenía que recordarlo.

 

—Cuando era pequeño tuve un accidente que borró todos mis recuerdos, no sé nada de antes del día en que desperté en el hospital.

 

Esa frase. Remitiéndose al primer día en que había conocido a Seichi Naruto recordó esa vaga explicación que le había dado, ¿era verdad? También había que recordar que en ese entonces Naruto tenía la intención de entregar a Sasuke a quien sabe quién a cambio de su propia libertad, es posible que haya dicho esa mentira con tal de no tener que dar explicaciones sobre su pasado. ¿Pero si en serio era verdad?

 

No entendía. Pero eso no importaba porque aunque había mil dudas por responder, sin duda alguna había una verdad irrefutable en medio de toda esa locura.

 

Namikaze Naruto seguía vivo. Y de nuevo la culpa se plantó en el pecho de Sasuke.

 

Las lágrimas se volvieron más intensas a la vez que los segundos pasaban y Sasuke se agarraba fuertemente del suelo para no ceder ahí mismo. Comenzó a llover y los pocos que estaban en el parque tomaron camino a sus casas para salvarse de la lluvia, todos menos Sasuke.

 

Sin esperárselo sintió unos brazos pasarle por la cintura, intentó recordar el olor pero no pudo, tocó los brazos y estos eran delgados, no era un hombre. Lentamente giró para encontrarse con unos ojos verdes que lo veían fijamente. No se dijeron nada por un tiempo que pareció eterno, Sasuke decidió romper el silencio por lo cual se dispuso a hablar.

 

No pudo decir nada porque casi inmediatamente le reprendieron. —¿Qué haces en medio de la lluvia? Y para más colmo, llorando.

 

Como un idiota Sasuke tartamudeó. —S-Sa-Sakura.

 

Ella le sonrió.

 

—¿Qué pasó? —preguntó a la vez que deshacía el abrazo y se sentaba junto a Sasuke sin importarle que su ropa se mojara.

 

Sasuke le esquivó la mirada pero aun así sentía la mirada fija de la chica. —E-es N-naruto —se sentía extraño volver a decir su nombre ahora que sabía quién era realmente—. Él está vivo.

 

Sakura abrió los ojos sorprendida e instintivamente se llevó una de sus manos a su cuello dejándola ahí sin moverse ni un poco, luego de unos segundos y tragándose su estupefacción susurró lo suficientemente duro para que Sasuke la escuchara. —¿Sabes de lo que estás hablando?

 

—Yo sé que suena como una locura, como un delirio, pero acabo de comprobarlo, no hay ninguna duda… el Seichi Naruto que conocimos hace unos meses es en realidad Namikaze Naruto, el mismísimo heredero de la multinacional Namikaze, hijo de Minato y de Kushina, es el mismo rubio idiota con el que jugábamos, al que le hacíamos travesuras… el mismo que supuestamente murió, pero no es así, está vivo.  

 

Sin quererlo las lágrimas comenzaron a deslizarse por los ojos de Sakura. —¿En serio? —preguntó y Sasuke asintió mientras se quitaba los rastros de agua de las mejillas.

 

—Pero… ¿cómo?

 

—Ayer en la noche tuvimos un accidente de auto mientras salíamos de una fiesta, la genética no miente, los registros están allí, las marcas de su rostro ahí estaban. Es él, no hay duda.

 

Luego Sakura comenzó a reír entre lágrimas. —¡Ya sabía yo que ese idiota no podía estar muerto! —gritó victoriosa—. Pero si el volvió, ¿por qué no nos dijo que era él? —preguntó cuando cayó en cuenta.

 

—No lo sé, yo también me lo pregunto. Pero recuerdo que él me dijo que tenía amnesia, solo que no sé qué tan verdadero sea eso.

 

—¿Por qué lloras?

 

Sasuke miró a otro lado. —Hay algo que tú no sabes —murmuró sin mirarla, ella no respondió y solo lo miró esperando que le dijera qué—. Sobre la muerte de Naruto —agregó.

 

Un silencio tenso se formó entre los dos hasta que Sakura decidió romperlo. —Sabes que puedes decírmelo —dijo sonriendo y Sasuke asintió.

 

—En aquel tiempo fuiste a Europa a ese internado por lo cual no sabes nada y nunca me molesté en decírtelo porque ya era cosa del pasado. Pasó el día de mi cumpleaños número siete, ese día tuvimos una comida con los amigos más cercanos, y a pesar de que la muerte de mi padre había sido hace poco todos nos divertimos mucho, la mansión estuvo abierta un buen tiempo así que alguien se aprovechó de ello. Ese día, al atardecer estaba caminando a mi habitación cuando un hombre me golpeó y posteriormente me sacó de la mansión a escondidas.

 

Sakura se tapó la boca asustada. —¿Ellos…?

 

—Sí. Me secuestraron.

 

De nuevo se quedaron en silencio otro poco en lo que Sasuke organizaba las ideas en su cabeza y se calmaba a sí mismo para evitar desesperarse allí mismo.

 

—¿Eso pasó? —preguntó Sakura sin creérselo del todo—. ¿Qué pasó después?

 

Sasuke suspiró. —Me desperté en una abandonada bodega, era enorme y yo tenía miedo, siempre había sido criado como un niño caprichoso y me aterré en cuanto descubrí que estaba lejos de todas esas personas que quería. Recuerdo echarme a llorar por un buen tiempo, en ese momento no me importó encajar en el perfil Uchiha, simplemente lloraba porque eso necesitaba. Pasado un tiempo aparecieron unos hombres que me informaron de mi situación, estaba secuestrado por ser el heredero a la multinacional Uchiha y pronto sacarían provecho de eso porque comenzarían a sobornar a mi familia en busca de dinero.

 

»No sé que pasó en el mundo exterior durante ese tiempo. Pero conté cada día que estuve encerrado, al final se sumaron setenta y seis días, era poca la luz solar que recibía día a día por lo cual mi piel se tornó aun más pálida y la poca comida hizo que perdiera peso en extremo, aun así yo no dejaba de pensar que en algún momento me encontrarían. Un día uno de los hombres llegó hasta esa asquerosa bodega, a pesar de que nunca me habían tocado ese día simplemente llegó, me golpeó y se fue; más tarde otro llegó y yo le pregunté la razón del golpe, él simplemente se encogió de hombros, luego murmuró “esto lo pagarás, niño”.

 

»Ese día más tarde noté más movimiento de lo usual, por un momento creí que me matarían, que ya se habían hartado de pedir dinero a la familia Uchiha y que ya no me necesitaban más, me asusté tanto que comencé a llorar a mares, temblaba y me arrinconé contra una pared como si eso fuera a cubrirme de cualquier persona que quisiera hacerme algo, cerré los ojos y comencé a hablar solo en busca de algo que pudiese enviarme lejos de esa situación. En ese instante creí que ya estaba muerto.

 

»Pero sentí algo muy diferente a algo que me matase, fue un abrazo y una calidez que yo ya bien conocía. Abrí los ojos para encontrarme con unos ojos azules mirándome con un brillo peculiar en los ojos, no me dijo nada, sonrió, me tomó de la mano y juntos salimos caminando de ese lugar, en cuanto sentí la luz del sol volví a llorar y el golpe comenzó a dolerme, sentí hambre y un frio asqueroso, como si mi organismo estuviese esperando a que fuera libre para sentir todo el dolor que supuestamente debí sentir dentro. Afuera, y esperándome, estaba Itachi, Minato y mi madre, abracé a mi hermano sin dejar de llorar, abracé a mi madre feliz… ahora que lo cuento me parece una escena de película dramática pero eso ya no importa.

 

»Subimos a un lujoso auto proporcionado por la multinacional y yo por fin pregunté: “¿cómo me encontraron?”. Itachi me miró y señaló a Naruto que miraba por la ventana algo despistado. “Él te encontró”. No necesité preguntar más, solo le sonreí a Naruto y él me devolvió la sonrisa triste, pero de nuevo no me dijo nada.

 

»Pocos días después fue el cumpleaños número siete de Naruto, ya que las cosas por fin comenzaban a calmarse hicimos una fiesta a la que invitamos a varios niños, fue una buena celebración, casi igual a la de mi cumpleaños, y esta vez hubo seguridad por todas parte vigilándonos a los dos; no permitirían que eso volviera a pasar. Cuando estaba atardeciendo los niños se retiraron con sus respectivos padres y con Naruto nos quedamos jugando fuera de la mansión Uchiha, recuerdo tan bien que en aquel juego ambos éramos pilotos de grandes aviones de guerra, y teníamos que matar a los malos. Los adultos estaban dentro disfrutando de alguna amena conversación en la cual nosotros no nos inmiscuiríamos, el ambiente estaba anaranjado, y aunque Naruto jugara conmigo yo lo veía triste; algo le preocupaba.

 

»Le pregunté que le pasaba pero me dijo que nada, yo lo conocía bien y sabía que algo le preocupaba lo suficiente como para no estar jugando animado como siempre lo hacía, pero no hice nada; pude decirle a Minato-san pero no lo hice, pude hacer muchas cosas pero lo que hice fue pedirle que siguiera jugando conmigo y él así lo hizo. Luego, de repente, de la nada una gran camioneta negra se acercaba a gran velocidad, y no parecía querer parar. Naruto reaccionó mucho antes que yo, se lanzó a mi cuerpo protegiéndolo a la vez que la camioneta impactaba directamente contra su cuerpo mandándonos lejos en el acto, yo me golpeé la cabeza pero Naruto…

 

»En cuanto volví a mí mismo la camioneta había desaparecido y yo tenía bajo mi cuerpo a Naruto, estaba lleno de sangre y sus ojos estaban cerrados. De seguro grité mucho porque poco a poco las personas comenzaron a salir, alguien gritó la ya obvia situación, llegó una ambulancia, a mi me tomaron y me alejaron de Naruto, a él lo subieron a una camilla tapándolo, típico acto que hacen en cuanto una persona muere. Mikoto fue la primera en enterarse y le tuvo que contar a Minato, todos corrieron al hospital, yo no tenía nada pero Naruto estaba muerto, era confirmado.

 

—Lo siguiente que pasó ya lo sabes —concluyó Sasuke—. Ese ataque iba directo a mí pero él se interpuso entre los dos y terminó recibiendo lo que yo merecía. Por once años me culpe de su muerte, los intentos de suicidio, la depresión, esas ganas permanentes de querer llorar. De repente me entero de que sigue vivito por ahí, ¿qué quieren que haga ahora que lo sé, que sé que sigue en este mundo?  

 

Sakura sonrió a pesar de las lágrimas. —Yo creo que debes hablar con él —luego volvió a acercar su mano a su cuello y apretó suavemente, Sasuke la miró curioso, ella sonrió.

 

—El día del funeral de Naruto estuve acá, no sé si lo recuerdes. Ese día fue el más triste que viví en muchos sentidos, después de que enterraran el ataúd vi como llevabas una mano a tu cuello y con rabia te arrancabas un collar y lo tirabas al suelo, me acerqué curiosa, lo levanté para ver que era un sol junto a una luna, sabía que tarde o temprano te arrepentirías de haberlo tirado por lo cual lo guardé y decidí esperar al día que lo necesitaras de vuelta.

 

Lentamente se quitó el medallón y se lo pasó a Sasuke, él lo sostuvo en sus manos mientras sonreía, musitó un inaudible gracias, acto seguido se colocó el collar orgulloso de no haber perdido el regalo que Naruto le había dado tiempo atrás. Sakura asintió feliz. —Ahora es tiempo de resolver todas las dudas —anunció a la vez que se levantaba, su ropa estaba hecha un desastre, sin embargo a ella no pareció importarle—. Tenía que llegar a un lugar hace tiempo ya, así que me tengo que ir. Prométeme que hablaras con él, y cuando todo se solucione volveré para darle un gran abrazo.

 

—Lo prometo.

 

Sin más Sakura se fue y cuando estuvo lejos de la vista de Sasuke comenzó a llorar aun más desesperadamente, llanto que había guardado por mucho tiempo al sentirse también un poco culpable, también era llanto que no podía soltar frente a Sasuke porque ella tenía que ser un apoyo para él y no podía permitirse desmoronarse frente a Sasuke.

 

Por otro Sasuke miró el vacío por unos minutos, seguía lloviendo pero con menor intensidad, entonces de repente una idea vino a su mente, se levantó y se echó a correr por las calles como un vil maniático. Tenía suerte de estar cerca de los límites del bosque, en cuanto llegó se adentró y corrió totalmente seguro de por dónde y a donde iba. Totalmente cansado llegó a ese lugar, e irónicamente de nuevo después de tantos años volvió a sentir ese calor especial que proporcionaba ese lugar, cayó de rodillas al suelo negándose a soltar lágrimas.

 

—¡NARUTO! —gritó en medio del claro y el eco resonó en varios lugares—. ¡Aparece! —gritó con menos intensidad—. ¡MALDITO COBARDE! ¡APARECE!

 

Con la esperanza de que se repitiera lo que había pasado meses atrás siguió gritando a la vez su garganta se desgarraba, pero ese pequeño dolor no importaba; importaba más la impotencia que estaba sintiendo en esos momentos. Meses atrás Naruto se le había presentado en un sueño, eso podía volver a pasar. Sin importarle que su garganta se rasgara Sasuke siguió gritando por varios minutos hasta que sintió como una brisa acogedora lo envolvía y acto seguido la brisa se materializaba frente a él tomando la forma que Naruto tenía en cuanto murió, la forma de un niño.

 

—Sasuke —afirmó sin ninguna expresión en su rostro.

 

—¡Mentiroso! —le gritó Sasuke—. Me lo dijiste, me dijiste que él no eras tú sabiendo perfectamente que sí. ¡Mentiroso!

 

—Es verdad. Él no soy yo, porque él no es Namikaze Naruto, el niño heredero a la multinacional; él es Seichi Naruto, el niño que sufrió experimentos la mayoría de su vida.

 

—No me digas más mentiras —le siseó amenazante. Por otro lado la materialización de Naruto se acercó lentamente y posó sus manos sobre las de Sasuke.

 

—No son mentiras, mientras él no recuerde quien es yo seguiré atrapado entre estos árboles. Soy como un fantasma, el fantasma de Namikaze Naruto, soy sus recuerdos antes de que… —se interrumpió a sí mismo—. Verás, él no soy yo porque hace tiempo ya salí de ese cuerpo, como si fuera su alma, y como si hubiera sido expulsado. En el momento en el que él esté listo para recuperar todo su pasado yo seré libre de volver allí, mientras tanto no.

 

—No entiendo —musitó Sasuke hipnotizado.

 

—Soy el alma del Namikaze Naruto que tanto amas, yo te amo porque te recuerdo pero yo no soy él, Seichi Naruto lo es, pero no será Namikaze Naruto mientras no recuerde sus primeros años de vida. Si quieres recuperarlo a él deberás buscar la manera de que recupere sus recuerdos.

 

Luego, sin decir más, sin decir ningún adiós se volvió a ir convirtiéndose en esa extraña brisa que lo volvió a envolver antes de esfumarse por completo en el aire.

 

—Ahora lo entiendo —musitó Sasuke en medio de la soledad—. En el momento en el que él recupere sus recuerdos volverá a ser mi Naru-chan.

 

Sonrió de medio lado. —Desafío aceptado.

 

Volvió a correr por en medio del bosque hasta salir al camino más cercano que lo llevaba al hospital, en cuanto volvió a pisar suelo firme aceleró el paso y en cuestión de nada volvió a entrar al hospital, donde más de uno lo miró con desconfianza por su ropa desastrosa, pero no le importaron las miradas, caminó hasta la habitación donde Naruto dormía. Entró y lo miró con total adoración, lo amaba, lo amaba muchísimo.

 

Detrás de él entró Tsunade. —Volviste —afirmó.

 

Sasuke asintió. —Ya aclaré todas las ideas que tenía que aclarar —sonrió complacido.

 

—A mi me alegra que Naruto siga vivo —sonrió—. A pesar de lo idiota que era cuando pequeño le tengo un cariño especial.

 

—Él simplemente se hace querer de las personas —se puso serio—. Dime, ¿cómo se curan las personas con amnesia?

 

—Normalmente recuerdan por cuenta propia, no debes forzar los recuerdos, eso nunca. Si quieres hacer que recupere sus recuerdos comienza por mostrarle cosas conocidas, así poco a poco sus recuerdos volverán.

 

Sasuke entendió perfectamente que tenía que esperar, que lo siguiente que se le venía encima no era nada fácil, asintió y Tsunade sonrió pero en seguida bajó la sonrisa. —¿Qué harás ahora?

 

—Nada especial —respondió Sasuke—. Comenzaremos con la universidad, e intentaré recuperar sus recuerdos.

 

—Tengo que irme —anunció Tsunade—. Dentro de poco vendrá una enfermera a revisar que todo esté bien. Suerte. —lo ultimo lo murmuró bajito, en su mente recordó a Kushina y a Mikoto; aquellas mujeres habían sido grandes amigas y ahora tenía a sus hijos respectivamente, los cuidaría.

 

Sasuke asintió, Tsunade se fue. Sasuke se acercó a la camilla y con suavidad se sentó en ella, miró a Naruto sonriéndole, siempre le habían gustado esas marcas en las mejillas del rubio, no entendía porque él las tapaba, en cuanto despertase le preguntaría. Pocos minutos después la enfermera llegó y en sus manos llevaba un periódico, revisó con rapidez los signos vitales de Naruto y se sintió satisfecha con los resultados.

 

—¿Cómo está? —preguntó Sasuke.

 

—Perfectamente —le respondió ella de vuelta—. De seguro en cuanto despierte le darán de alta.

 

Sasuke sonrió, luego viró hacia el periódico y le pareció ver algo conocido. —¿Puedo ver el periódico? —preguntó, la enfermera asintió, le pasó el periódico y Sasuke lo miró, abrió los ojos desmesuradamente, sonrió sarcástico. Bajó la vista a su reloj y vio que estaba justo a tiempo.

 

Giró hacia la enfermera. —Si Naruto despierta dígale que volveré pronto —la enfermera asintió y de nuevo Sasuke emprendió marcha fuera del hospital. Era hora, era hora de enfrentarse al pasado, lo irónico era tener que enfrentarse al pasado de golpe, pero de alguna manera Sasuke se sentía lo suficientemente fuerte como para enfrentar todo eso, todo eso y más. De paso podía arreglar ciertas cosas con respecto a la multinacional. Sonrió mientras corría por las calles. El sol comenzaba a salir, la ironía llegaba a ser exquisita a veces.

 

Recordó el periódico donde decía firmemente que en un vuelo —y de la nada— que había aterrizado al alba el gran magnate empresario Minato Namikaze que volvía a Japón después de once años en algún país desconocido.

 

Era hora de tener una conversación pendiente con Minato. 

Notas finales:

Lo sé, lo sé... es un asco el titulo de este capitulo.

Peeero... ¿qué dicen? A que no se lo esperaban; pues todo el fic hice creer que este Naruto no era el mismo Naruto
y ahora si que si. Pero aun faltan muchísimas cosas que aclarar.

¿De qué tanto hablarán Sasuke y Minato?

¡Hoy es lunes de fic! xd. He de admitir que tenía el capitulo listo el viernes pero mi adorable hermano (sarcasmo)
decidió que era buena idea borrar el documento. Suerte que tenía una copia de seguridad, pero me tocó reescribir el
final, así que no sé que tan diferente haya quedado a lo original.

:3

Es curioso porque este capitulo lo escribí casi todo con música de The Mills de fondo, así que... creo que siempre
relacionaré este capitulo con la canción "guadalupe"... y creo que ya me puse a hablar babosadas. En fin xdd...

Adieu.

Pd. ¿Nunca se han preguntado por mi trauma de despedirme en otros idiomas?

Pd 2. Gracias por los Rr's, les regalaré una barra de chocolate; en serio... espérenla ;). Y para los lectores fantasmas, hmm... ¿les parece la recomendación de la canción que use en la fiesta... la canción de Kele? e.e


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).