Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aeternum. por PauYh796

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Número de palabras del capítulo sin notas: 10.977

¿Los más cercanos son los más alejados?


Casi igual a los edificios administrativos de la multinacional Uchiha; se alzaba una gran construcción de aspecto moderno, más de veinte pisos, y en lo más alto se mostraba el gran letrero que decía: multinacional Namikaze. Sasuke entró sin problema alguno, abajo había varias personas que iban de un lado a otro, al fondo detrás de una gran mesa una refinada recepcionista contestaba las llamadas entrantes.


Con temor avanzó hasta la recepcionista, aparentando paciencia esperó a que ella terminara una llamada y en cuanto estuvo seguro de que la atención de la chica estuvo sobre él habló.


—Quiero ver a Namikaze Minato.


Era exagerado decir que la chica se desternilló de la risa ahí mismo pero así era, es que nadie llega y pide hablar con el presidente de semejante multinacional así de la nada. Aunque por dentro aun se reía se las arregló para contestarle al chico que la miraba impaciente. —Eso es imposible.


Necesito ver al presidente.


El tono urgente parecía real pero ella no podía hacerle caso a cualquier loco que se presentara allí. —Mira —comenzó en tono conciliador—, es imposible que el presidente hable con alguien como tú, así que ve a buscar a alguien más para molestar.


—¿Alguien como yo? —se preguntó a sí mismo ofendido.


—No quiero problemas con los altos mandos así que ¿por qué no te vas?


—Yo —comenzó Sasuke—. Soy Uch…


Pero fue interrumpido por la mujer, que lo miraba agresivamente. —No me importa —dijo firme—. No me importa quién seas.


—No me voy a ir hasta que pueda subir.


—Puedes comenzar a armar un campamento —dijo ella burlona.


Sasuke se alejó unos cuantos pasos de la mesa de la recepcionista, frustrado comenzó a caminar por el perfecto suelo ganándose la mirada de unos cuantos que pasaban por allí. Después de unos segundos de frustración Sasuke entendió que no podía simplemente quedarse ahí caminando por todas partes como un idiota, volvió hacia la recepcionista y ella cuando lo vio solo soltó un suspiro.


—Quiero verlo —repitió Sasuke.


—¿Quién te dijo que él está acá? Creo que todos están enterados de que el presidente ha pasado años sin venir a este edificio.


Sasuke se permitió bufar. —¡Está en todos los periódicos! —gritó ahora estresado—. Los medios no iban a dejar pasar la noticia del gran empresario que volvía su país.


—Chico —Sasuke contuvo la rabia—. Muchos oportunistas buscan a los grandes empresarios para engañarlos y prosperar con sus pequeñas empresas nacientes. Y aunque no tengas esa clase de intención no dejaré que alguien como el presidente pierda su tiempo tan estúpidamente solo porque un niñato quiere verlo.


Por la mente de Sasuke pasó una imagen en la que aquella chica era acorralada contra la mesa y después golpeada dolorosamente, pero se controló conteniendo su rabia por enésima vez, pero eso se volvía imposible debido a esa sonrisa burlona que se asomaba en la cara de la mujer.


—Esto no nos va a llevar a ningún lado —susurró Sasuke—. ¿Por qué no hacemos las cosas más fáciles para los dos?


—¿Te vas a ir? —preguntó la mujer volviendo la vista a un moderno computador.


—¡Eres imposible! —gritó Sasuke, los presentes lo miraron—. ¡Mírenla! —gritó sin reparo alguno, y comenzó a hablar con las personas que lo miraban, les contaba muy por encima que necesitaba ver al presidente y que aquella recepcionista no cooperaba con el inocente objetivo que tenía, de las personas que escuchaban unas seguían la historia interesadas pero otras tantas simplemente seguían con sus vidas como si allí no pasara nada.


Sasuke se calmó a sí mismo cuando terminó de contar su historia a los desocupados, mientras giraba de vuelta a la recepcionista escuchó como alguien desconocido le deseaba suerte y él solo sonrió internamente.


—Señor, no arme un escándalo —murmuró la recepcionista ahora enfadada.


—No lo haría si pudiera ver al presidente.


—Ya le dije que eso es imposible.


Sasuke suspiró, la recepcionista suspiró. —¿Por qué es tan importante? —preguntó ella cediendo ante la presión.


—Eso no le incumbe.


La poca compasión que había mostrado la chica se esfumó con eso último. —¡Es usted insoportable! Quiere ayuda pero no se deja ayudar.


Sasuke se encogió de hombros. —Es algo confidencial, nadie se puede enterar de ello.


—Para ser sinceros, el presidente no ha salido de su oficina desde que llegó; solo sé que está allá arriba por el alboroto que se armó cuando llegó. Y no creo que el presidente quiera bajar solo porque un sujeto decidió que era buena idea ir en busca del magnate de una importante multinacional.


—¿Venía él solo? —preguntó Sasuke ignorando la mayoría de lo que había dicho la chica.


—No, llegaba con alguien más.


Sasuke volvió a asentir lentamente. —Aun así tengo que verlo.


—No puede —repitió la chica de nuevo aunque ahora su voz denotaba un tono suplicante.


Sasuke comprendió que tenía que buscar otra manera de alcanzar y ver a Minato. Giró la cabeza hacía las escaleras, si salía corriendo hacia ellas había una pequeña posibilidad de que lograse escapar de los sujetos de seguridad, aunque eso ultimo no era muy probable, porque los hombres de seguridad mantenían la vista fija en él, pues le habían tomado desconfianza al ver como contaba sus desgracias a todo el mundo. Lo pensó otro segundo y lo decidió, comenzó a correr. La recepcionista gritó alterada y todos los presentes viraron en busca del escándalo, los guardias de seguridad reaccionaron inmediatamente echándose a correr detrás de Sasuke, quien al ver que lo seguían apresuró el paso tomando rumbo a las escaleras.


Si Sasuke llegaba a las escaleras aquello significaría victoria, solo unos cuantos metros más y llegaría, a pesar de que los guardias le seguían muy de cerca Sasuke de una manera u otra sentía que iba a la fija, que iba a ganar… aun así algo inevitable pasó; de la nada el pelinegro chocó contra algo que provocó que cayera al suelo de espaldas cerrando los ojos en el acto, los sujetos de seguridad llegaron pero frenaron en seco cuando vieron la escena.


—¡Me dolió! —gritó Sasuke dispuesto a gritarle al que lo había lanzado al suelo.


Pero no le respondieron.


Sasuke abrió los ojos lentamente, en frente de él un hombre bien vestido también estaba en el suelo mirándole fijamente. Ambos se quedaron quietos, el mundo se había detenido hasta que un hombre desconocido exclamó asombrado.


—¡Sasuke!


Y el aludido viró, con esa acción terminó de ubicarse en el espacio-tiempo. —¿Kakashi-sensei? —preguntó en un murmuro, luego volvió a mirar al sujeto que al igual que él había terminado en el suelo. Abrió los ojos sorprendido y supo que en realidad no estaba preparado para eso.


Se levantó apresuradamente e intentó correr a la salida pero dos cosas se lo impidieron: la primera fueron los guardias que al ver que tenía ganar de huir le cerraron el paso. Y la segunda fue el dolor en su tobillo que le impidió siquiera moverse un poco más. Frenó totalmente a la vez que intentaba esconder la expresión de dolor.


Alguien suspiró. —Cuando eras un niño eso pasó una vez, te caíste torciéndote el tobillo… creo que jamás volveré a ver a un Uchiha llorar de esa manera. En ese entonces no tuviste reparo en mostrar lo que sentías, no como ahora que quieres fingir que no duele.


Uno de los guardias que miraba la escena estupefacto soltó una leve sonrisa. —Llevo varios años bajo el mando de Minato-sama y esta es la primera vez que le veo sonreír —dijo para sí mas Sasuke alcanzó a escuchar, regañándose mentalmente volvió la cabeza a Namikaze Minato quien aún permanecía en el suelo.


Ambos hombres se miraron fijamente el uno al otro durante unos interminables segundos hasta que Sasuke decidió hacer algo más que quedarse allí parado como un idiota.


—Soy Uchiha Sasuke —de acuerdo, esto no fue lo más inteligente que Sasuke pudo decir o hacer pero era lo único que su cerebro procesaba en ese instante. Minato se echó a reír, Sasuke miró entre confundido y furioso, Kakashi encarnó una ceja, y los guardias de seguridad creyeron estar viendo a otro Minato.


—Sé que eres Uchiha Sasuke desde que un empleado me avisó que alguien de cabello negro y ojos negros estaba preguntando por mí cual vil psicópata —aclaró Minato aun soltando leves risas—. Cuanto tiempo sin vernos, Sasuke.


Con esa sonrisa que Minato le dio Sasuke comprendió que en realidad Namikaze Minato no lo odiaba. Y aquello volvió a abrir una dolorosa herida, eso rompió el orgullo de Sasuke, por lo cual sin reparo alguno sonrió negándose a llorar, volvió a caer en el suelo y todos los presentes se sumieron en un silencio sepulcral.


Por otro lado, la recepcionista que había contemplado la escena se retiraba silenciosamente al descubrir que en realidad se había negado y que en realidad había peleado con nadie más que Uchiha Sasuke, presidente de la multinacional que más rivalizaba con los Namikaze.


Volviendo con Sasuke éste simplemente mantenía una expresión tonta en la cara.


—Váyanse —ordenó Minato a los guardias de seguridad que aun estaban allí pendientes de la escena.


—¿Y qué hacemos con él? —preguntó uno refiriéndose a Sasuke.


—Nada.


Así uno a uno los guardias se fueron retirando dejando solo a Sasuke, a Minato y a Kakashi, este último miraba a los otros dos que a su vez se miraban uno al otro sin importarles siquiera que aun siguieran en el suelo. Pronto Kakashi sintió que sobraba en ese reencuentro, así que sutilmente volvió escaleras arriba sin decir nada, Minato por fin notó que estaba en el suelo pero aquello no le preocupó, simplemente cambió de posición a una más cómoda y miró fijamente al chico pelinegro que tenía en frente.


—Quiero hablar —anunció Sasuke desde el suelo. Sin quererlo una imagen llegó a la mente de Minato, en la cual se veían dos niños jugando; como era de esperarse uno tenía cabello rubio y el otro un oscuro cabello negro azulado. Con esto una nostalgia horrible se instaló en su mente.


—¿Quieres hablar? —y aunque no lo premeditó la pregunta sonó hosca y sarcástica. Ante esto Sasuke se encogió de hombros avergonzado, pues de cierta manera entendía que lo que estaba haciendo no era lo más lógico del mundo. Minato se fijó en la postura que tomaba Sasuke. —Lo siento, lo siento —se apresuró a disculparse aunque en realidad no tenía que hacerlo.


—Hay algo que tengo que decir. Por eso me tomé el atrevimiento de volver.


—¿Qué puede ser tan importante?


—Naruto —declaró firme. De seguro la cara de Minato era épica pero en realidad nadie la vio, pues Sasuke no era capaz de levantar la mirada, y por eso mismo se quedó mirando el suelo como si fuera lo más interesante del universo.


De nuevo, como un interruptor que se apaga y se prende, el humor de Minato se transformó por completo, ahora ya no mostraba esa pose relajada que tenía antes. Sasuke se atrevió a levantar la mirada para encontrarse con la vista de Minato ahora sombría; la sonrisa se había desvanecido.


Y Sasuke se asustó, ya no era el magnate de la multinacional Uchiha, era de nuevo el niño de cinco años que se escondió detrás de una columna en cuanto vio a Minato llegar al hospital y posteriormente enterarse de la muerte de su propio hijo. Un incómodo silencio creció y se mantuvo un tiempo interminable. Bueno, eso hasta que Minato lo rompió.


—Cuando me dijeron que Uchiha Sasuke estaba buscándome dudé muchísimo en bajar o no, al final me auto convencí diciéndome que encontrarse con antiguos conocidos suele ser muy nostálgico y a la vez feliz, te encuentras con las personas que un tiempo atrás estuvieron allí formando parte de tu vida y de tus sonrisas. Pensé que sería emotivo. Entonces… Sasuke —su tono se aseveró—. ¿Qué haces acá? Venir solo para recordar malos tiempos ¡qué valor!


—¿Puedo decirte una cosa? —Minato se encogió de hombros, Sasuke suspiró antes de hablar—. ¿Qué harías sí te dijera que Naruto, tu hijo, sigue vivo? —preguntó recordando la pregunta que Orochimaru había dicho al aire tiempo atrás.


Minato abrió los ojos sorprendido. —¿Qué haría? —aún no se lo creía pero se obligó a sí mismo a guardar la compostura—. No lo creería —respondió al final.


—¿Y que si te dijera que esto último es totalmente cierto?


—¿Qué insinúas?


Sasuke volvió a rehuirle la mirada escondiéndose bajo su propio cabello, Minato por su lado esperó pacientemente a que Sasuke decidiera continuar, aunque al ver que esto no sucedía se levantó del suelo ganándose una mirada de Sasuke. —Este no es el mejor lugar para hablar —aclaró suavemente—. Ven conmigo.


Sasuke imitó los movimientos de Minato y en cuanto estuvo de pie se dispuso a subir las escaleras pero Minato le miró y negó, acto seguido se encaminó a la salida del edificio, las personas que habían estado minutos antes se sorprendieron al ver que en realidad el presidente iba a salir, los rumores comenzaban a esparcirse puesto que ya más de uno había identificado a Sasuke como el joven presidente de la multinacional Uchiha, unos cuantos conocían la historia sucedida hace once años y comenzaban a preguntarse la razón de aquel encuentro.


—¿A dónde vamos? —se atrevió a preguntar Sasuke.


Minato sonrió mientras se giraba. —A la casa en la que vivimos en ese entonces —y los recuerdos comenzaron a arremolinarse en la mente de Sasuke.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Sasuke caminaba detrás de Minato como si fuese su sombra, lo que a su vez causaba una increíble sensación de terror en el mismísimo Minato. En silencio llegaron hasta una casa/mansión que probablemente era mucho más grande que la mansión Uchiha, y aquel lugar también estaba lleno de recuerdos.


En cuanto llegaron no entraron directamente a la mansión, se quedaron parados afuera con una cara de perdidos. —¿Lo recuerdas? —preguntó Minato sin verle a la cara a Sasuke.


—¿Todo el tiempo que pasé acá durante mi más remota infancia? —esperó unos segundos y continuó en cuando Minato asintió con la cabeza—. Lo recuerdo —concluyó.


—¿Sabes por qué te traje acá? —preguntó Minato a la vez que se sentaba contra la puerta principal, Sasuke negó con la cabeza a la vez que imitaba las acciones de su compañero y de igual manera se sentaba contra la puerta en el suelo.


—Para que entiendas que todo esto es pasado. Que esta casa ya no está para hacer de fortaleza para sus juegos imaginarios; hace once años salí de este lugar y desde entonces nadie ha vuelto a entrar…


—¿A qué viene eso?


—¿Por qué viniste? Te repetiré la misma pregunta hasta que te dignes a contestar.


—Me comienzo a preguntar qué tan buena idea fue venir hoy —Sasuke recostó la cabeza contra la puerta y estiró sus piernas. Minato frunció el seño mas no dijo nada respecto a lo último que había dicho Sasuke.


—¿Te sientes culpable?


Sasuke giró la cabeza sorprendido. —Sí —respondió sin la firmeza que hubiera deseado—. Desde que pasó hasta… ahora —abrió los ojos mirando directamente al cielo—. ¿Cuántas veces deseé morirme? Nunca quería creerme que mi vida había cambiado en un instante; la gente puede pasar del cielo al infierno en un segundo. Siempre quise disculparme Minato-san, pero pasé los primeros días llorando y en cuanto comprendí que debía hablar y pedir perdón me dijeron que el Minato que tanto admiraba se había ido del país.


—Y con eso perdiste la oportunidad de librar la culpa de tu mente —concluyó.


Sasuke asintió.


—Naruto está vivo —pronunció lentamente con cada palabra quemándole la garganta, Minato no reaccionó, se quedó ahí quieto como si fuese un muñeco—. Por eso volví —continuó—. Porque ahora sé que Naruto está vivo, no sé cómo, no sé por qué… solo sé que está ahí, y siempre lo ha estado.


—¿A qué clase de juego juegas?


—Ninguno, debía avisarle Minato-san, y eso hago ahora mismo.


—No te creo.


—Es difícil ¿no? —una leve risa por parte de Sasuke aligeró el ambiente—. Yo tampoco lo creía; lo vi después de diez años, el parecido físico era impresionante pero yo simplemente ignoré ese hecho, pasaban los meses y millones de situaciones se presentaron; situaciones que poco a poco tenemos que revelar y descubrir sus verdaderas intenciones; a decir verdad me niego a creer que en realidad tuve a Naruto frente a mí todo este tiempo, pero es lo que es. Lo que importa ahora mismo es saber que después de todo el verdadero Namikaze Naruto está durmiendo en un hospital.


—¿Un hospital?


—Soy tan idiota como para conducir un automóvil totalmente alcoholizado y él lo suficientemente bondadoso como para no dejarme solo. Terminamos chocando, de hecho acabo de salir del hospital, y eso porque prácticamente escapé en cuanto supe la verdad. La genética no miente.


—Te equivocas. Es imposible.


—¿Por qué es tan imposible?


—No me hagas decirlo —siseó Minato—. Es simple el por qué, él está muerto.


—¿Me concederías el derecho de la duda? Si no estuviese seguro no me hubiera atrevido ni a venir acá.


—¿Qué te hace estar tan seguro?


—Es la persona que amo —dijo por primera vez firme en sus palabras—. No olvidas a la persona que amas… —iba a seguir pero algo llegó a su cabeza, algo que le impidió continuar; y algo que definitivamente debía decir a alguien más, entendió varios de sus pensamientos a lo largo de todo el tiempo que había pasado, y no podía quedarse con ello dentro, por lo cual se viró a Minato para hablarle.


—En cuanto le volví a ver me auto convencí de que era otra persona y no el mismo que había amado en mi más remota infancia; y aunque sabía que no era el mismo Naruto poco a poco comencé a enamorarme, comenzando por un beso, siguiendo por palabras, tonterías, consejos, problemas aun mayores. ¡Es un idiota! —gritó molesto—. ¡Es el idiota del que me enamoré dos veces! ¿Puedes creerlo? Si no era suficiente con enamorarme una vez, tuve que hacerlo dos veces.


—Lo sabía —murmuró Minato.


—¿Qué cosa?


—Que se amaban, no era de amigos esa relación que llevaban; siempre supe que se amaban.


—¿Estás en contra?


—No, ni un poco —luego su expresión se tornó más dura—. ¿Estás seguro de lo que afirmas? —preguntó sin ningún atisbo de miedo, claro que él mismo quería que las palabras de Sasuke fuesen ciertas, Sasuke asintió sin musitar palabra.


—Minato-san —comenzó Sasuke después de unos segundos—. ¿Puedo preguntar el por qué de la demanda contra la multinacional?


Minato se tensó y por primera vez mostró duda en sus ojos, pues a pesar de todo en los últimos minutos sus ojos no habían denotado desesperación; ahora estos se mostraban avergonzados. —No lo sé —respondió—. Me di cuenta de que estaba en el año número diez desde que todo había terminado, estaba resentido pero nunca pensé en hacer nada; luego llega este hombre y comienza a decir una cosa tras otra, me pasa una hoja escrita que sólo tengo que firmar para posteriormente enviar a las oficinas de la multinacional Uchiha, la firmo y la hoja es enviada junto con la demanda.


—Podría acabar con todo lo que se ha forjado a lo largo de los años.


—Lo sé, y por un instante no me importó.


—Era preferible tener una buena venganza que una alianza que en realidad no servía para nada.


Minato asintió. —Intenté frenarlo poco después de que lo impusiera a la junta de socios pero estos ya estaban emocionados al pensar en quitar del camino a la única competencia. Dejé que ellos actuaran por su cuenta y no quise inmiscuirme más en eso.


—No es la decisión correcta.


—Lo sé —repitió—. Pero era la más sencilla —luego rió suavemente—. Quién lo diría, un niño me está sermoneando por los errores que he cometido en todo este tiempo —le lanzó una sonrisa a Sasuke en la que le dijo que no se preocupara más por ello; eso era lo bueno de las personas que hacen conexión unas con las otras: no necesitan palabras para entender sus sentimientos—. ¿Podemos volver al tema original? —preguntó Minato cerrando abruptamente el tema.


—¿Qué cosa? —respondió Sasuke como quien no quiere la cosa.


—Ya sabes… ¿estás totalmente seguro de que él está vivo?


—Si lo vieras en persona dejarías de dudar.


—De acuerdo —pronunció firme, Sasuke soltó una risa—. ¿De qué te ríes?


—Me esperaba otra cosa —respondió Sasuke a la vez que ahogaba las risitas—. Tal vez quería que fuese un drama mayor, en el que comienzas a golpearme mientras gritas que lo que afirmo no es cierto, algo que… de una u otra manera me haga exterminar por completo la culpa.


—¿Aún te sientes culpable?


—¿Cómo no? Aunque esté vivo eso no quita el hecho de que probablemente yo cause todo lo que ha pasado en estos diez años, y aunque no entiendo cómo es que sigue acá, confío plenamente en que habrá una buena explicación para todo este enredo.


—No soy muy partidario de los dramas. Muchas lágrimas involucradas.


—Entonces… ¿es hora de volver a verle?


Minato asintió. —Aunque quiera o no, es hora de enfrentarme con mi pasado —dijo con pose pensativa—. Después de todo un niñato de 18 años lo está haciendo en este momento —afirmó en referencia a Sasuke.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Entrar al hospital era raro, por lo menos para Minato, quien hacía once años que no pisaba ese "terreno de mala suerte". Sasuke caminaba con toda la confianza del caso, alegre por dos cosas: la primera era recordar cada segundo que si era verdad que su Naruto estaba vivo, y la segunda saber que después de todo ahora de pronto era digno de la confianza de Minato, o inclusive de su perdón. Avanzaron en dirección a la habitación del rubio, en el camino se encontraron con Tsunade, aquella mujer de presencia imponente que al verlos se desvió de su camino para hablarles.


—¿Minato? —preguntó ella algo sorprendida.


—¡Tsunade! —respondió él con alegría.


—¿Ya lo sabes? —preguntó en tono más serio, Minato asintió levemente—. ¿Quieres verle? —agregó y de nuevo Minato asintió, sólo que ahora con más energía.


Sin decir nada los tres caminaron juntos hasta llegar a la puerta de la habitación, donde se detuvieron al ver que Tsunade lo había hecho.


—¿Qué pasa?


—Ahorita… —comenzó a relatar ella—. Naruto despertó y cuando lo hizo la primera imagen que vio fue a la enfermera de turno que hacía su revisión rutinaria; se puso como loco a gritar y a patalear en todo sentido, sólo gritaba sin decir nada —suspiró—. Así que lo sedamos, pero al parecer su cuerpo es inmune a esto porque no se durmió en su totalidad, sólo entró en un letargo en el que se ha quedado desde ese momento.


Sin decir más abrió la puerta lentamente, tanto que inclusive parecía película de terror. Los tres avanzaron dentro de la habitación, y sentado en la camilla estaba Naruto con un aura sombría rodeándole casi por completo. Minato quedó de piedra al verle, porque un padre sabe reconocer a su hijo cuando se lo ponen en frente, e inevitablemente sus ojos se llenaron de lágrimas; miró a Sasuke y éste asintió, para sus adentros Minato pensó lo único que podía pensar: es verdad. Dio dos pasos para estar más cerca de la camilla y ahí Naruto notó la presencia de alguien más; alzó la vista hacia Minato.


—¿Quién eres? —pronunció con voz pesada debido al sedante.


¿Qué tienes que sentir cuando tu propio hijo te pregunta quién eres? Cuando no te reconoce… las lágrimas que había estado conteniendo se desbordaron en ese instante, tornando sus ojos rojos casi de inmediato.


—¿Por qué lloras? —preguntó Naruto en son infantil.


—Estoy feliz —contestó Minato.


—Pero las lágrimas son símbolo de tristeza…


No siempre, a veces lloras de felicidad. Las lágrimas son la reacción para muchas emociones acumuladas en tu cabeza.


Naruto asintió pensativo pero sin quitar el aura sombría, luego alzó la cabeza y vio a Sasuke, una sonrisa se implantó en su rostro, el aura sombría desapareció casi por completo y él estiró los brazos al frente como dando una bienvenida. —¡Sasuke! gritó emocionado. Creí que no volverías.


Sasuke sonrió. —Claro que eso no iba a pasar, tonto… iba a volver costase lo que me costase.


Naruto sonrió contra su pecho lleno de felicidad, miró a Sasuke a los ojos y le preguntó: —¿Viene contigo? —señaló a Minato, Sasuke asintió.


—¿Quién es? —volvió a preguntar.


Sasuke iba a contestar, y de hecho tenía planeado decir la verdad respecto a la situación pero Minato se le adelantó. —Un amigo —dijo con una sonrisa.


—Ahhh… vale —Naruto sonrió como antes solía hacerlo, ¿sería por el sedante?... Sasuke se preguntó aquello, porque desde que lo había vuelto a encontrar nunca le había visto sonreír tan amenamente. Al final llegó a la conclusión de que en realidad era Minato el que hacía que Naruto estuviese tan feliz, porque aunque su mente no lo sabía su cuerpo sí… su cuerpo sabía que se encontraba cerca de su progenitor.


—La hora de las visitas está por terminar —anunció Tsunade interrumpiendo el momento.


Minato asintió, luego viró hacia Sasuke aun sonriendo. —Debo volver a la empresa —anunció—. Después de todo me escapé… —soltó una risa burlona.


Sasuke asintió.


Minato volvió la vista a Naruto, era tan nostálgico ver al hijo que creyó muerto durante tanto tiempo. Era irreal y aunque su cuerpo lo sabía, su mente se negaba a creerlo, se sentó al borde de la camilla sonriéndole a Naruto; con una acción un poco tímida abrió los brazos y… piensen que es naturaleza, genética o lo que sea, pero Naruto entendió de inmediato el acto y como un niño pequeño se refugió en los brazos de Minato abrazándole fuertemente también. Por alguna razón las lágrimas comenzaron a correr en ambos lados, el abrazo duró unos cuantos segundos, y en cuanto se separaron Minato susurró una única cosa. —Cuídate.


Acto seguido salió de la habitación limpiándose los rastros de lágrimas y Sasuke le siguió. Cuando salieron Minato paró de repente y miró a Sasuke con la felicidad implantada en los ojos. —Gracias —murmuró.


—Hay otra cosa que no he dicho… —le dijo Sasuke apenado.


—¿De qué se trata?


—Es sobre lo que Naruto ha estado haciendo todo éste tiempo…


El silencio le indicó a Sasuke que debía continuar; por ello suspiró. —Ha sido un experimento humano… han experimentado con él de todas las formas que puedas imaginarte; estas personas quieren crear armas genéticas, y él es el sujeto en cuestión que cumple todas las condiciones para soportar todos los experimentos. Ya como nos reencontramos es otra historia, ya todo el tiempo que ha pasado es cuento de otro día.


Minato cerró las manos en puños. —¿Quién? —preguntó.


Sasuke se quedó en silencio y una imagen se le vino a la cabeza, algo que le había dicho Naruto hace no mucho: "Sasuke, mi padre está detrás de cada experimento, de cada orden; él y mi madre comenzaron todo. Es así de simple, y así de triste." —¿Su padre? —preguntó más para sí mismo que para Minato, quien a su vez miró a Sasuke confundido.


—¿De qué hablas? —preguntó al ver que Sasuke no se movía.


—Detrás de cada experimento que le hicieron —comenzó con voz pensativa—, detrás de cada cosa estaba su padre… —miró a Minato—. O por lo menos quien él cree que es su padre.


—¿Nunca te dijo un nombre? —Sasuke negó.


Se quedaron en silencio un par de segundos hasta que Minato tomó una decisión, de su bolsillo sacó una tarjeta y se la extendió a Sasuke. —Cualquier cosa me llamas a ese número —aclaró Minato—. Voy a encargarme de averiguar quién es el maldito que se atrevió a hacerle semejante monstruosidad.


Sasuke sonrió; por fin iba a tener ayuda en medio de todo ese enredo. —Minato-san… yo le prometo que hasta que todo esto se aclare me encargaré de cuidarlo, y de hacer que recupere todos sus recuerdos.


Minato posó sus manos en los hombros de Sasuke. —Sasuke, ahora que eres el presidente de la multinacional Uchiha es necesario que comiences a saber de ese mundo, de las verdades de lo que ha pasado. De hecho… voy a contactar con Mikoto —Sasuke alzó la mirada y asintió incapaz de decir más.


Tsunade salió de la habitación, y ambos hombres voltearon a mirarla, ella los miraba con el seño fruncido. —No pueden forzar los recuerdos en Naruto —declaró—. Tienen que esperar, cuando él esté listo para recordar lo hará.


—Pero eso puede llevar mucho tiempo —se quejó Sasuke entendiendo que Tsunade sólo se refería a lo que había dicho él acerca de recuperar los recuerdos del rubio.


—No importa —replicó ella comenzando a perder la paciencia—. Sasuke, no puedes entrar y decirle que en realidad es otra persona, podría ser algo realmente sorprendente y no sabemos cómo reaccionaría ante semejante noticia.


—¿Entonces sólo podemos esperar?


Tsunade asintió, Sasuke sintió una mano en su hombro y cuando giró vio a Minato que le sonreía paternalmente. —Lo harás bien —susurró, Sasuke asintió con más confianza.


Minato se despidió con la mano y se perdió por los blancos pasillos del hospital, Tsunade informó que debía ir a revisar a otros pacientes, y Sasuke volvió a entrar a la habitación con un permiso especial para poder quedarse esa noche. "Le daremos de alta mañana", había dichoTsunade, "así que mejor quédate con él esta noche".


Naruto seguía sentado para cuando Sasuke volvió a entrar, su vista estaba pérdida en quién sabe dónde. —¿Qué pasa? —preguntó Sasuke.


—Se siente raro —murmuró Naruto de vuelta.


—¿Qué cosa?


—Él ya no está acá pero aun siento sus brazos, aún siento como me abrazó. Se siente diferente a todos los abrazos que alguna vez recibí.


—Es diferente.


Por alguna razón Naruto se veía diferente a lo que era antes del accidente, o inclusive antes de la fiesta. Se veía más deprimido, más quebradizo; era diferente porque todo el rencor que Sasuke le había tenido en los últimos días había desaparecido casi por completo, una nueva sensación renovada había nacido en el Uchiha desde que el nombre Namikaze Naruto había vuelto a aparecer sin ser sólo un recuerdo de alguien fallecido.


—Sasuke… —comenzó Naruto—. Perdóname —murmuró sin mirarle a los ojos— …Por todo lo que hice —agregó.


—Shh, shh —Sasuke se sentó junto a Naruto y le acarició suavemente una mejilla—. Ya no digas más… es mejor que descanses.


—Tengo sueño.


—Duerme.


Poco a poco Naruto se recostó, se quedó dormido casi de inmediato y Sasuke le vio dormir toda la noche hasta que se hizo de madrugada y tuvo que irse, después de todo no podía faltar más a la universidad, y menos si quería sacar la carrera adelante en menos tiempo de lo requerido. Como Naruto seguía durmiendo Sasuke se fue sin despedirse, pero prometiéndose a sí mismo volver para cuando Naruto fuese dado de alta.


Fue cuestión de minutos para llegar a la universidad y cuestión de horas para que pudiese salir de esta; las clases eran aburridas, y que empresas por aquí, que términos por allá, la única razón para que Sasuke no hubiese salido corriendo del salón de clases era porque si en serio quería ser un magnate reconocido tendría que soportar esa clase de cosas tan detestables.


Lo bueno fue que apenas las clases terminaron Sasuke salió corriendo cual vil atleta rumbo al hospital, justo en la entrada del hospital se encontró con Tsunade.


—Se está cambiando —anunció ella—. Le hicimos unos últimos exámenes y no tiene nada. Aún así mejor si están pendientes ante cualquier anormalidad.


Sasuke asintió, posteriormente avanzó hasta la habitación; Naruto ya estaba vestido con la misma ropa del día de la fiesta; en cuanto vio a Sasuke sonrió. —¿Listo para irte? —preguntó.


Después de un asentimiento por parte de Naruto salieron en silencio del hospital; cuando habían llegado a la recepción a pagar la cuenta les habían informado que la cuenta ya había sido pagada; no dijeron más y lentamente se fueron bastante confundidos hasta que Sasuke cayó en cuenta de que en realidad debió ser Minato quien había pagado, sin embargo no le dijo nada a Naruto. Sasuke caminaba con toda intención hacia la mansión Uchiha, pero Naruto le seguía con duda.


—¿A dónde vamos? —se atrevió a preguntar.


—A mi casa.


Naruto frenó en seco y Sasuke giró a verlo con una ceja alzada. —No quiero —murmuró infantilmente, la cara de Sasuke se tornó confusa y no faltó que hablase para que Naruto entendiera lo que intentaba preguntar—. De hecho… —continuó—. Desde que él se fue tengo la casa para mí solo, y ya no hay razón para que vaya a la mansión Uchiha… no quiero incomodar.


—¡No incomodas! —se apresuró a contestar Sasuke pero su voz sonó más desesperada de lo que hubiese querido.


—Aún así preferiría volver a mi casa.


Sasuke resopló molesto. —Está bien —aceptó—. Pero si me pongo intenso para llamarte mejor no te quejes —Naruto mostró una resplandeciente sonrisa y asintió fuertemente con la cabeza.


Así se desviaron del camino con dirección a la casa de la que Sasuke no tenía muy buenos recuerdos, pues la última vez que había estado allí su cuerpo había pagado las consecuencias; y debido a todo eso había comenzado esa cuenta regresiva que cuatro meses después crearía confusión, mucha confusión.


Sasuke insistió en acompañar a Naruto hasta la puerta de su casa, y éste último no se negó, después de todo si tienes alguien que te acompañe mientras caminas el camino se hace más corto. Llegaron a la esquina de la casa, se miraron por unos segundos en silencio hasta que Sasuke pronunció. —Nos vemos mañana —y Naruto asintió, pues a ninguno de los dos se les olvidaba que ahora sea como sea eran estudiantes universitarios.


Un momento incómodo se formó porque no sabían cómo despedirse, ¿debían darse la mano? ¿Un abrazo?... ¿Un beso? Con una sonrisa tímida Naruto palmeó el brazo de Sasuke, luego se viró y caminó hasta la casa que de seguro era muy grande para que una sola persona viviera en ella.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Dicen que cuando haces algo el tiempo se pasa volando. Y así era. Entre clase y clase, explicaciones para Kiba y ligeras sonrisas para sus demás compañeros ya era mediodía, y para Naruto no parecía que ya hubiesen pasado más de doce horas desde que se había despedido de Sasuke. Fue gracioso entrar a "teoría de la música I" y encontrarse con Kiba sentado en primera fila, ¿desde cuándo ese chico tenía talento para la música? Se vieron y soltaron una sonora carcajada, luego Kiba preguntó por la desaparición de Naruto y éste contó el accidente y los posteriores días en el hospital.


—¿A dónde vas? —preguntó Kiba en cuanto vio a Naruto girar en dirección opuesta a la que él iba.


—A buscar a Sasuke —respondió el otro poniendo más distancia—. Iré a buscarlo a su facultad… ¿sabes? Creo que ya no me odia.


—¿Qué pudo haber cambiado en dos días?


Naruto hizo una pose pensativa sin tener ni idea de todo lo que había pasado; ignoraba por completo que hubo un cambio del cielo a la tierra para Sasuke. Con una sonrisa boba llegó hasta la facultad de Sasuke y le esperó en la puerta; no pasó mucho tiempo para que él apareciera, se sonrieron mutuamente.


—¿Tienes algo que hacer esta tarde? —preguntó Naruto.


Sasuke lo pensó unos segundos para después asentir. —Desde lo que pasó la última vez no confío en los socios y en lo que puedan estar haciendo a mis espaldas, así que mejor hacer acto de presencia en la multinacional para que no crean que les estoy dando vía libre —agregó y Naruto asintió a pesar de que no entendía la mayoría de lo que había dicho Sasuke, también se sintió decepcionado en parte, porque quería pasar tiempo con él.


Sin embargo contestó: —Está bien, entonces supongo que nos veremos mañana.


—¿Te parece si mañana almorzamos juntos?


—Seguro.


Y así tomaron caminos separados. Por un lado a Naruto no le interesaba encerrarse en la que ahora era su casa, e ir a buscar a Kiba ya no estaba en sus planes. Así que se dirigió a la cafetería de la facultad de música, allí compró algo de comer y se sentó en una mesa a ver el tiempo pasar. Pero ese último propósito no se cumplió, mientras estaba en la mesa alguien se sentó a su lado borrando toda la tranquilidad que había logrado crear en ese poco tiempo.


Viró hacía el recién llegado y abrió los ojos sorprendido.


—¿Quieres algo de tomar?


Naruto negó fuertemente con la cabeza. —¿Qué haces acá? —preguntó confundido.


—Tenía que volver.


—¿A qué? ¿Qué quieres ahora? ¿Qué acaso todo era una ilusión?


—¿Tu libertad? —se burló.


—No tienes el derecho de volver a aparecer acá como si todo fuese normal. Las cosas ya no son como antes, ya no estoy atado a ti.


—¿Sólo porque te dijeron que eras libre, y porque te dieron una vida? Un cupo en la universidad y un poco de dinero; dime… ¿por eso ya no eres lo que eras hace dos meses?


—Intento no serlo.


El recién llegado soltó una carcajada. —Es imposible. Siempre serás lo mismo… mi experimento favorito.


Naruto dejó de mirarlo cuando su mente volvió a llenarse de recuerdos; no, no era Orochimaru quien hacía los experimentos, él simplemente miraba los resultados. Pero existía una persona que siempre estuvo desde el inicio, su científico loco personalizado; aquella persona que siempre se encargó del dolor, los experimentos. El hombre de cabello corto y negro que estuvo desde siempre.


—¡Es increíble! —gritó el científico anonadado—. Salgo por un momento y cuando vuelvo no hay nadie, todo lleno de policías requisando hasta el más mínimo agujero, logro contactar con Orochimaru y el maldito me dice que las cosas se pusieron complicadas, que me esconda y me olvide de todo. ¡Imagínate! Quería que me olvidara del experimento con el que llevo diez años.


—¿Por qué no hacerlo? —le replicó el rubio con algo de miedo en la voz.


—Para Orochimaru es fácil ir y venir, yo he estado metido en esto durante mucho tiempo; no lo abandonaré como si nada. Si Orochimaru se rindió yo no.


—¿Quieres decir que planeas continuar con la investigación?


—De hecho sí, pero no quiero que las cosas sean como antes —esperó unos segundos dándole suspenso a la frase—, quiero que estés de acuerdo.


Y aunque no lo quería Naruto comenzó a carcajearse. —¿En serio? ¿Quieres que acepte ser tu conejillo de indias de nuevo?


—Es más fácil si el sujeto en cuestión acepta.


—¿Crees que sería tan idiota de aceptar? Es más, ni siquiera debería estar hablándote… científico loco.


El hombre se encogió de hombros, se levantó y caminó fuera de la facultad dejando a Naruto inusualmente nervioso, tanto que sus manos comenzaron a temblar y quiso tener a alguien al lado para que le dijera una o dos palabras amables; claro que nadie llegó y eso fue aún más frustrante. Repasando la conversación una risita irónica abarcó los labios del rubio, no… era imposible, ahora él era libre.


Pero irónicamente el día siguiente llegó como una exhalación, sin embargo las cosas no eran tan malas porque Sasuke había dicho que almorzarían juntos; por ello Naruto se la había pasado feliz toda la mañana, y en cuanto fue medio día salió corriendo —y con guitarra al hombro— en dirección a la facultad de Sasuke. Pero a medio camino se detuvo cuando sonó su celular, y era un mensaje de Sasuke diciendo que pospusieran el almuerzo; ¡un mensaje! Ni siquiera tuvo la delicadeza de llamar.


Naruto resopló molesto y caminó de vuelta a la facultad de música pero no entró al edificio, se sentó afuera, sacó la guitarra comenzando a tocar algo sin sentido, sólo dejando que sus dedos se movieran por ésta, cerró los ojos desconectándose del universo que lo rodeaba.


Pero el aura que había creado se vio interrumpida cuando alguien le sacudió el brazo, Naruto abrió los ojos y frente a él estaba un chico desconocido que sólo le pasó un papel doblado y se fue sin más; confundido abrió el papel, dentro había una única palabra escrita en una caligrafía desconocida para él: cuídate. ¿Era eso una amenaza? Con miedo lanzó el papel lejos e intentó encontrar al desconocido que le había dado el papel, pero nada… el chico había desaparecido como un fantasma, de nuevo sus manos comenzaron a temblar y soltó la guitarra; ésta cayó al suelo haciendo un estridente ruido que llamó la atención de las personas que pasaban por allí, sin embargo nadie hizo nada.


Cuando el temblor cesó Naruto levantó la guitarra sólo para descubrir que tenía una abolladura en el cuerpo, se enojó consigo mismo por no ser capaz de cuidar su pertenencia más preciada, guardó la guitarra y sin muchas ganas volvió a entrar a la facultad para su siguiente clase, que a su vez se pasó mucho más lento de lo que esperaba.


En medio del aburrimiento intentó llamar a Sasuke, pero a pesar de que la llamada entraba y daba tono alguien la ignoraba, y así durante varios intentos. Debido a esto Naruto comenzó a enojarse, pero para ser sinceros no tenía nada de que enojarse, pues Sasuke no tenía ninguna clase de compromiso con él, y el hecho de que ignorara sus llamadas no debía de significar nada.


Las clases terminaron y justo en la entrada de la universidad lo abordaron de nuevo; el mismo hombre… su científico loco.


—¿Vas a casa? —preguntó él como si fueran amigos.


—No te importa… —se interrumpió en medio de la frase al descubrir que a pesar de todos los años en los que 'conocía' a ese hombre no sabía su nombre, sin embargo no se lo iba a preguntar.


—¿Lo decidiste?


—¿Qué se supone que debía decidir?


Naruto debía admitir que aquel hombre estaba dando un espectáculo nada digno, pues corría detrás de sí como un perro faldero; y aún así no podía quitarse esa incomodidad de encima cuando él se acercaba.


—No soy un hombre paciente —siseó el hombre—. Si quisiera podría simplemente llevarte conmigo, después de todo no sería la primera vez que eres privado de tu libertad.


—Pero no lo harás… —a pesar de que Naruto quiso que esa afirmación saliera firme sonó como una súplica desesperada. El científico sonrió. —Quiero mostrarte algo —declaró, Naruto le miró con desconfianza—. No intentaré nada, lo juro.


Así comenzaron a caminar en total silencio, en medio de todo Naruto se preguntó por qué no tomaban un taxi o cogían un bus, mas no dijo nada al respecto y sólo se dedicó a seguir a su acompañante procurando mantener una distancia prudente. Llegaron a un lugar desolado; un lugar que Naruto ya conocía. Era ese barrio fantasma, donde sucedió aquella masacre.


—¿Conoces la historia de éste lugar?


Naruto asintió. —Los asesinaron a todos, un hombre seguramente desquiciado.


—No realmente.


—¿A qué te refieres?


—Eso fue hace mucho tiempo ya; teníamos una visión para comenzar con los experimentos, pero aquella era una época mucho más conservadora, así que tuvimos que buscar otra manera de conseguir a las personas que harían las pruebas. Encontramos esta comunidad de personas que vivían sus vidas lejanos a la ciudad… tomamos a un chico y él fue el comienzo de todo. Mostró resultados favorables, pero tuvo unas malas secuelas; si su cuerpo bien pudo soportar cada prueba, su mente fue un caos total. Un día de descuido por parte del equipo y el tipo se hizo con el equipo quirúrgico, asesinó a unos cuantos de los médicos y salió… terminó por matar a toda su comunidad.


—¿A qué viene la historia?


—Cuando el chico murió después de un mal experimento pasó un buen tiempo hasta que encontramos a nuestro siguiente prospecto, y ese eres tú… pero no sabemos qué clase de secuelas traiga en otro sujeto.


Naruto entendió en ese instante a lo que se refería el hombre, le estaba dando una advertencia, en pocas palabras le estaba diciendo que aunque ahora fuese libre siempre quedan las secuelas del pasado ¿y si él también enloquecía? Ósea que no era seguro que se rodeara de personas, porque en cualquier segundo podría explotar y causar una masacre como la de hace veinte años.


—No voy a volver —declaró con firmeza. El hombre/científico simplemente se encogió de hombros como quien asume un reto.


—A decir verdad no tienes ninguna razón para quedarte.


—¡Si tengo! —gritó desesperado y luego lo pensó— …tengo a Sasuke —murmuró con más duda.


El hombre se rió. —Si tan sólo supieras.


—¿Saber qué?


Nadie dijo más, se quedaron en silencio como si esperaran que la otra persona hablase primero y por consiguiente que perdiera la "batalla". El silencio se volvió insoportable para el científico, por eso habló primero. —No le importas a Sasuke —susurró pero con firmeza.


—No sabes de lo que hablas.


—Pregúntale a ver que te responde, sólo así vas a poder saber la verdad tras de todo. Pero para que vivir tal sufrimiento, mejor si te lo saltas y de una vez vienes conmigo.


—¿La verdad? ¿Cuál verdad? —preguntó ignorando la última parte de lo que le habían dicho.


El hombre sonrió de nuevo, sacó de su bolsillo un papel que le entregó a Naruto. —Voy a obtener lo que quiero, y para ti es mucho mejor si somos aliados porque así consideraría darte cierta libertad de vez en cuando; inclusive podrías ir a la universidad —Naruto miró el papel; en él estaba escrita una dirección—. Voy a estar ahí —agregó—. Piénsalo, decídete y me buscas.


Naruto caminó en dirección a la mansión Uchiha una vez el hombre se fue, pues estaba seguro de que Sasuke no estaba en la multinacional. Llegó en menos tiempo del esperado y tocó el timbre; segundos después apareció el mismísimo Sasuke en la puerta, se sonrieron mutuamente, Sasuke con alivio y Naruto simplemente con felicidad, pero aun así mantenía la conversación con el hombre muy metida en su cabeza.


—Sasuke ¿puedo hacerte una pregunta? —dijo el rubio una vez entraron a la casa y se sentaron en la sala común; al lado de Naruto descansaba la guitarra guardada en su elegante funda.


—Claro.


A pesar de que lo dudó al final terminó preguntándolo. —¿Qué soy para ti?


Para Sasuke el mundo se detuvo unos segundos con esa pregunta, porque de hecho Naruto, éste Naruto lo era todo para Sasuke, porque desde hace muchísimo tiempo que Namikaze Naruto es todo para Sasuke… sin embargo, ¿cómo responderle sin decirle exactamente por qué? Era imposible, pues él le estaba preguntando como era de importante Seichi Naruto en la vida de Sasuke, y esa respuesta no tiene el mismo peso que la realidad aplastante.


—¿Seichi Naruto? —preguntó Sasuke y el otro asintió.


Siendo honesto Sasuke contestó. —Una persona importante —sin fijarse en sus palabras agregó—: Pero la más importante siempre será Namikaze Naruto.


Aunque para Sasuke decir eso era alagar al Naruto que tenía en frente, para éste Naruto fue todo un puñal en la espalda, porque se sintió traicionado de una u otra manera, se sintió celoso de nuevo. Pero se tragó todos esos sentimientos para sonreírle a Sasuke quien al parecer aun no se había dado cuenta del significado de sus palabras.


—Pero él está muerto —mencionó Naruto con delicadeza.


—Aunque así sea siempre será lo más importante, soy capaz de sacrificar a quien sea por él —contestó Sasuke de nuevo sin pensar en sus palabras ni ver la reacción que tenía Naruto ante éstas.


—¿Inclusive a mí? ¿Me sacrificarías?


Era raro porque no estaban en sintonía uno con el otro; de alguna manera Sasuke pensaba que Naruto entendía perfectamente cada expresión que soltaba, que en realidad si se la estaba diciendo a Namikaze Naruto; por otro lado Naruto seguía repasando la conversación anterior en su cabeza, una y otra vez. "No le importas a Sasuke"; ahora esas palabras tenían tanto sentido que dolía.


Respondiendo a la última pregunta Sasuke dijo. —Sí, qué más quisiera —estaba refiriéndose a querer que Seichi Naruto desapareciera para que el verdadero Naruto volviese a la vida. Claro que para Naruto sonó totalmente diferente, fue hiriente y cruel.


Se levantó de golpe y caminó a la puerta, Sasuke lo siguió. —¿A dónde vas? —preguntó. Naruto aferró a su mano al papel que tenía el lugar donde ahora se dirigía.


—No hay nada que perder —murmuró Naruto, luego sin decir más salió de la mansión Uchiha dejando tras de sí a un muy confundido Sasuke.


Avanzó por las calles vacías hasta dar con un motel de mala muerte; ni siquiera tuvo que entrar pues un hombre que nunca había visto le reconoció y de inmediato le llevó frente al científico loco quien a su vez estaba victorioso pues no pensaba que su plan diese resultado tan pronto, interiormente se burló de Orochimaru, su ahora ex-aliado.


—¿Cuál es el trato? —preguntó Naruto aparentando la seguridad que no poseía por ningún lado.


—Por hoy necesito unas muestras de piel y de sangre —lo pensó unos segundos— ...La última vez metí un dispositivo en tu cuello, necesito sacarlo o tendría graves consecuencias —agregó.


—Eso significa cortar, y después vendas para las heridas, ¿verdad? —suspiró en cuanto el hombre asintió—. En realidad no me gusta la sangre.


—¿Quieres ser de ayuda? —Naruto le miró fijamente—. De estos experimentos saldrán cosas muy buenas, desde mayor resistencia para los humanos hasta el poder de defendernos en caso de una guerra. Solamente aquellos que sufren serán recordados.


Y de todo lo que el científico loco dijo lo único que le sonó a Naruto fue el simple hecho de ser recordado; de no ser olvidado por las personas… de volverse alguien importante para alguien. Porque en realidad tenía miedo a ser ignorado, a la soledad, y si alguien le daba la más mínima esperanza para ser recordado, pues…


—De acuerdo —murmuró. El hombre asintió satisfactoriamente, le hizo una señal al desconocido que había llevado a Naruto hasta allí y éste entendió, dándole un pequeño empujón lo llevó a la habitación contigua, allí —y de manera escalofriante— estaba perfectamente acomodada una camilla con instrumentos quirúrgicos junto a ella. Y justo detrás entró el hombre/científico…


—Acomódate —dijo con cierto tono cínico.


Naruto se recostó, a la vez se quitó la camisa quedando con el pecho descubierto. ¿Por qué sentía ganas de llorar? Miró el techo sin querer fijarse en su científico loco que ahora comenzaba por ponerse guantes dispuesto a comenzar con la extracción; en su mente comenzó a tararear alguna canción desconocida, apoyó sus manos contra la superficie dura de la camilla. En ningún momento quitó la vista del techo. El científico loco tomó entre sus manos una jeringa dispuesto a anestesiar a Naruto, sin embargo éste último quitó su brazo rápidamente. —Hazlo sin anestesia —murmuró decidido.


—Tengo que cortar —informó el otro—. Sin anestesia va a doler.


—¿Desde cuándo te preocupas de que me duela o no?


El hombre se encogió de hombros, en seguida soltó la jeringa para tomar una lanceta pequeña pero que se veía filosa, la dirigió directamente al cuello y sin miedo alguno comenzó a cortar justo sobre la yugular; pero el corte era tan impecable que no había miedo de nada. Naruto cerró los ojos fuertemente, también apretó la boca para evitar que un grito saliera de esta.


—¿No quieres gritar? —preguntó el científico parando un momento, Naruto soltó una exhalación cansada, no respondió—. Puedes gritar, grita todo lo que quieras.


Por alguna razón ahora era diferente, porque hace unos meses aquel hombre le decía que gritara a forma de reto, para que todo el mundo se enterase de que estaba sufriendo; ahora él simplemente le decía que gritara, pues eso era lo que su alma quería, lo que necesitaba. Y haciendo caso a su cuerpo soltó el grito más desgarrador que alguien pudo o podrá escuchar en su vida; el científico sonrió complacido y volvió al trabajo, sólo que ahora con cada gramo de dolor había un grito que le seguía.


¿Era lo correcto? Naruto estaba volviendo al dolor, y por voluntad propia para más colmo, recordó lo último que le había dicho a Sasuke: no hay nada que perder; sí, no hay nada que perder cuando nadie se preocupa. Pero pensar aquello era todo un dramatismo, pues Sasuke no es todo el universo. Y con eso a la mente se le vino la imagen de Yahiko o de Kiba, quienes en su momento mostraron una preocupación sincera.


¿Pero qué estoy haciendo? Se preguntó Naruto cuando su garganta se cansó de gritar. Por otro lado el científico loco cambió su instrumento por unas delgadas pinzas con las cuales extrajo un cuerpo pequeño del cuello del rubio, el corte comenzó a sangrar aún más y Naruto se asustó.


¡¿Qué estoy haciendo?! —gritó con la voz ronca. En seguida se sentó de golpe y llevó su mano a la herida recién hecha en su cuello. El hombre extendió una mano intentando calmar al rubio pero éste reaccionó agresivamente. —¡No me toques! —gritó histérico.


Y la amabilidad del científico loco se extinguió de repente. —Acuéstate —siseó amenazador.


No quiero —acto seguido murmuró—. ¡No puedo creer que casi caigo en tu jueguito de nuevo! —su mano aun se afianzaba a su cuello intentando parar la hemorragia con esto, sin embargo sentía el líquido caliente bajar por la piel.


—¿Qué te trajo acá? —preguntó el hombre, Naruto se encogió de hombros, él sonrió—. Querías sentir algo, así fuese dolor.


—No es verdad… —volvió a levantar la vista al techo, soltó una risa temblorosa—, ya ni sé lo que estoy haciendo —se viró hacia el hombre—. ¿Quién soy?


Un rayo de culpabilidad cruzó los ojos del científico; sentimiento que duró sólo unos pocos segundos y desapareció dejando al hombre sin sentimientos, que con la misma falta de escrúpulos respondió. —Nadie.


Naruto bajó la vista desesperado. —Es imposible —murmuró—. No puedo no ser nadie… por lo menos soy hijo y amigo de alguien.


—De hecho no —contrarrestó el hombre sin pensarlo, y cuando se dio cuenta de la frase que había soltado simplemente dejó que la información saliera—. ¿Por qué aceptaste hacer las pruebas en un principio?


—Porque papá me lo pidió —respondió el rubio cual niño pequeño.


—Te voy a contar algo… —sonrió maquiavélicamente—. Como dije hace ya muchísimo tiempo que este proyecto comenzó, hemos pasado por varios sujetos sin dar con el correcto. Y un día Orochimaru vio un potencial en ti, vio que eras lo suficientemente apto como para comenzar los experimentos; claro que creyó que sólo podría comenzar con los experimentos cuando tuvieras mayor edad, fue una suerte que tu cuerpo reaccionara bien con tan sólo siete años. ¿Lo entiendes? Desde un principio todo ha sido planeado, desde un principio no fuiste nadie; cada paso que has dado en tu patética vida ha sido planeado. Sólo eres un niño que nació con buenos genes… ni Orochimaru, ni Kujaku son tus padres; para ellos eres mercancía, nada más.


Naruto dejó caer la mano que retenía la hemorragia; ¿era en serio? ¿Y qué pasaba con la ilusión que mantuvo en su pecho durante tanto tiempo? Aquella ilusión de que algún día su padre se convirtiese en un verdadero padre; ¿todo fue un engaño? ¿Inclusive la universidad? ¿Y Sasuke? ¿Qué pasaba con Sasuke? ¿Fue planeado desde un principio todo? Sintió la sangre resbalarse por su pecho pero no le importó.


—Si no soy nadie… —murmuró—, ¿qué soy?


—Parte del sistema —respondió el otro muy seguro de sí mismo—. Puedes seguir siendo nada o puedes ayudar al sistema a progresar.


Naruto entendía a que se referían con eso. Era lo que le habían dicho minutos atrás; si quería ser algo en la vida simplemente tenía que dejarse llevar y convertirse en el conejillo de indias de toda esa gente. Pero por más repetitivo que sea nunca te terminas de acostumbrar al dolor, ni a la oscuridad, siempre parece ser la primera vez; la primera vez que gritas, la primera vez que cierras los ojos esperando que todo sea un sueño.


No quiero repitió mirando fijamente su pecho ahora lleno de líneas delgadas de sangre—. Mátame —pidió suplicante.


—¿Qué dices? —el científico loco no cabía en su asombro.


Si mi única salida es vivir una vida de dolor prefiero morir. Tengo permitido morir ¿verdad?


Pero no ahora.


Se volvieron a sumir en un silencio tortuoso; las manos de Naruto comenzaron a temblar de nuevo, se sintió inclusive más quebradizo que los últimos días, sabía que aquel hombre no lo mataría, pues eso no estaba en sus planes. ¿Qué le quedaba? Prometió no volver a pensar en el suicidio, no desde ese intento fallido.


…Por ahora podía huir de la verdad aplastante.


Era una suerte que no se hubiese quitado los zapatos, por lo cual echó a correr sin importarle detenerse por su camisa. No fue complicado salir de ese lugar de mala muerte; una vez en las calles corrió aun más rápido con el frío de la madrugada colándose por su piel.


En cuanto se cansó de correr cayó de rodillas al suelo, aún temblaba y aún sentía que todo era un revuelto de mil cosas en su mente; pensó en las pocas personas que conocía, esas personas que de una u otra manera le sacaron una sonrisa en medio de la tormenta; pensó en Yahiko quien le había enseñado que la guitarra era su mejor aliada, o por lo menos la música. ¿Dónde estaría Yahiko? ¿Por qué Naruto no pensó en irse con él cuando hubo oportunidad? Un momento… la guitarra, ¿dónde está la guitarra? Sólo hasta ese momento Naruto notó la ausencia del ya conocido peso en su hombro derecho, ¿en casa de Sasuke? Golpeó el suelo frustrado. Una persona se le acercó; una mujer de apariencia extraña, y sólo hasta entonces el rubio comenzó a sentir el dolor de la cortada, la incomodidad del piso, el frío del ambiente y su propia respiración acelerada.


¿Qué sucede? —preguntó la desconocida a la vez que se arrodillaba junto a Naruto—. ¿Mal día?


—Mala vida —respondió de mala gana sacudiendo la cabeza.


—Típico síntoma.


—¿De qué cosa?


—¿Sabes? —ella se sentó junto al rubio apoyando sus manos en la acera—, cuando una persona sufre busca una manera de escapar de su propia realidad; unos la ganan leyendo, otro haciendo ejercicio, inclusive unos que se ganan su libertad haciendo vida social por doquier… nosotros usamos algo mucho más efectivo —Naruto le miró curioso por saber de que hablaba.


Ella —y con una sonrisa— sacó de su bolsillo una pequeña bolsa de plástico que le pasó al rubio, éste la tomó sin ver que era por la oscuridad, lo acercó a sus ojos para descubrir que era un polvito blanco de sospechosa procedencia.


—Inhala fuertemente y verás como todo se vuelve mejor —explicó ella—. Después, cuando necesites más puedes venir a buscarme —señaló una puerta cercana de lo que parecía ser una discoteca—. Pregunta por Konan y nos volveremos a ver.


Acto seguido ella se levantó y caminó en dirección a la puerta, donde entró para perderse en medio de las luces. Naruto se levantó del suelo ahora con la bolsita en mano, caminó como un muerto en vida hasta llegar a esa que ahora era su casa. Entró y pasó de largo todo hasta llegar a su habitación; de un solo movimiento tiró al piso todo lo que había encima del escritorio y abrió la bolsita dejando todo su contenido sobre la mesa.


Armó una línea, con duda acercó la nariz a la madera, ahí se detuvo unos segundos, pensó en todo lo que había pasado en un día. Dicen que con esta clase de cosas entras a un mundo de fantasía que no se compara a la realidad, pensó para sí mismo; luego recordó: sus padres no eran sus padres, ¿entonces? ¿Quién era? Recordó que cuando era un niño deseaba vivir una vida normal junto a sus supuestos padres; ahora nada de eso existía. Inhaló fuertemente sintiendo un escozor desagradable. Lo siguiente que vino fue un malestar general, sin embargo se sentía más relajado que antes, tocó la herida de su cuello y miró con asco la sangre; toda la habitación daba vueltas y aún así se las arregló para llegar al baño, allí se metió a la ducha y ahí se quedó bajo el agua durante un interminable tiempo.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Naruto despertó de golpe, afuera estaba el día iluminado y él yacía sobre la cama sin recordar nada de lo que había pasado o como había llegado a la cama; también había una considerable mancha de sangre sobre ésta. Se levantó para ir al baño y ahí descubrió que las paredes estaban llenas de sangre, casi parecía una masacre horrible… como la de aquel barrio fantasma. Se acercó al espejo para mirar la herida que pese a todo no se veía nada mal; se vendó el cuello tomando varias cosas del botiquín de primeros auxilios que curiosamente estaba allí mismo.


—La universidad —susurró para el espejo.


Pero en ese momento no tenía las más mínimas ganas de ir a la universidad, respiró profundamente para descubrir que de hecho su cuerpo se sentía más liviano de lo que esperaba. Caminó de vuelta a la habitación y encima de la mesa aún quedaba una considerable cantidad de aquel polvo blanco, repitió el procedimiento que había hecho antes y gastó todo lo que le quedaba. Acto seguido salió de la casa con dirección a la mansión Uchiha.


A medio camino se detuvo. —¿A qué voy con Sasuke? —dijo al aire—. ¿La guitarra? No importa —se encogió de hombros y se desvió hacia el parque, el cual curiosamente era al que había escapado una vez después de que los experimentos comenzaran de nuevo; y casualmente ahí mismo se había encontrado con Sasuke.


Al paso de las horas el efecto de la droga comenzó a ser menor y de nuevo comenzaba a sentir ese malestar que implicaba estar en todos sus sentidos. No, no es que fuese un adicto; simplemente era mejor tener esa sensación encima que sentir en serio todo lo que implicaba su vida. En medio de todo recordó que de hecho no tenía más, y que lo que aquella mujer llamada Konan le había dado ya no existía. ¿Debía volver a ese lugar?


—¡No! —se reprendió a sí mismo—. No tengo que convertirme en un patético drogadicto que no afronta sus problemas… —pero la verdad era que él mismo tenía miedo de afrontar cada situación en su vida, porque de repente se dio cuenta que la libertad de la que había alardeado en los últimos días no existía, y que siempre habría un bastardo que volvería en busca de su prototipo de humano perfecto; volverían para los experimentos y volverían para mandarlo de nuevo a la oscuridad. Ya no había nadie por quien soportar todo eso… ni siquiera Sasuke—. Aun así lo amo —murmuró, y tal parecía que otro ser humano había caído en la desgracia del amor no correspondido, o por lo menos así era para Naruto—. Siento que lo poco o mucho que he compartido con él ha sido lo mejor que me ha pasado.


Y aun en medio de toda esta clase de sentimientos estaba naciendo un odio nada usual hacía Sasuke, ¿puedes odiar a la persona que amas? ¿Amarla hasta el punto de odiarla?


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Al siguiente día —y después de las cuatro de la tarde— Sasuke se presentó en la facultad de música buscando a Naruto, se encontró con medio mundo menos con aquel que quería encontrar; y hasta ahora comenzaba a plantearse el por qué de la ausencia del rubio, pues la última vez que le había visto fue cuando salió de su casa después de aquella inusual conversación. Aferró a su hombro la guitarra que llevaba cargando esos dos días, volvió a intentar llamando al celular que de nuevo dio fuera de cobertura.


Decidido Sasuke tomó camino hacia la casa de Naruto, y llegó rápidamente a ésta. El tiempo se pasa rápido cuando tienes tu mente llena de pensamientos. Sólo que no alcanzó ni a acercarse a la puerta cuando vio a Naruto salir de la casa, no le habló y decidió seguirlo para descubrir en que lio andaba metido. Llegaron hasta un barrio nada agradable a la vista, y a pesar de que hasta ahora atardecía Naruto se metió a un bar, claro que Sasuke no le siguió hasta adentro sino que esperó afuera nada pacientemente.


Vio salir a Naruto, y llevaba una bolsa de plástico en las manos mientras una sonrisa de alivio adornaba su cara. Sin esperar más se acercó.


—¿Dónde has estado? —preguntó—. Llevo llamándote todos estos días.


—¡Sasuke! —exclamó Naruto fingiendo sorpresa—. He estado de aquí para allá, ya sabes, viviendo libre —dijo con sorna.


—No fuiste a la universidad en dos días. ¿En qué andas?


Ahora Naruto se puso nervioso e intentó esconder la bolsa de plástico tras su espalda, pero de hecho Sasuke era mucho más inteligente que eso, de un movimiento rápido le arrebató la bolsa de las manos y la sostuvo frente a su cara por unos segundos. —¿Qué mierda es esto? —preguntó serio y olvidando su porte elegante.


Naruto soltó una carcajada burlándose de Sasuke. —¿Qué crees que es?

Notas finales:

De hecho ha pasado mucho tiempo desde que actualicé w.w
Lo siento por eso, pero pues... el capítulo no está tan corto y bueeno, acepten que pasan cosas bastante O_o

Entramos en la recta final del Fic :'D; haciendo cuentas así a lo loco diría yo que le quedan unos cuatro capítulos. Y es que si alargamos mucho la trama ya se comienza a volver cansina x_x

En estos días me dio un ataque de inspiración y terminé escribiendo una buena parte del siguiente capítulo, así que asumo yo que no me demoraré mucho. Y el próximo capítulo está interesante, sep, de hecho MUY raro diría yo. Y como adelanto digo que el tema este de las drogas no durará mucho. Por otro lado se comienzan a revelar más cosas xd

Y bueno, si hay algún errorcillo por ahí me lo dicen ;)

También si quieren asesinarme por no actualizar (?)... como sea xd

Me iré a seguir escribiendo ;)

Adiós.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).