Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aeternum. por PauYh796

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Número de palabras del capítulo sin notas: 7.337

La inminente explicación.


Itachi irrumpió en la oficina cual súper héroe, sólo era cuestión de imaginarse una capa en su espalda y tendría toda la pinta; Sasuke volvió la vista hacia su hermano mayor quien al parecer ya tenía la costumbre de entrar y salir cuando quisiese. Quizá aún se creía presidente.  


—Muchas cosas no cuadran. Cosas que vienen de mucho antes…  


Sasuke miró con incredulidad a Itachi. —¿Tu qué…? ¿Cómo apareces así de la nada? Hace más de un mes que no te veo ¿sabes? ¿Por lo menos un saludo?


—Hola —saludó falsamente con una sonrisa postiza.


—Hola —replicó Sasuke sonriendo de lado.


—¿Ahora sí? —Sasuke asintió—. De acuerdo… —continuó Itachi—, ¿cómo murió nuestro padre? —preguntó alzando una ceja inconscientemente.


—¿Un infarto?


—Eso creemos —respondió de inmediato, acto seguido arrojó unos papeles a las manos de Sasuke, este último las tomó y rápidamente entendió que eran.


—El acta de defunción de Fugaku.


—Aja… ¿Qué dice?


—Causa de muerte: intoxicación —lo pensó unos segundos—. ¿Intoxicación? ¿Eso quiere decir que…?


—Tal y como lo ves, alguien mató a nuestro padre por alguna razón.


—En ese caso, ¿por qué el acta de defunción dice la causa real de la muerte? ¿No era mejor esconder eso?


Itachi se encogió de hombros y negó suavemente. —No lo sé… por ahora estoy haciendo una averiguación pero aparte de ello tengo otra noticia, algo más grave.


Sasuke no dijo nada pero la mirada que le mandó a Itachi hizo que este último hablara.


—Sabaku no Gaara ¿te suena ese nombre? —Sasuke asintió—. Pues bien, si alguien tenía que saber del pasado de Naruto —los oídos de Sasuke se pusieron más eléctricos—, ese era Gaara. ¿Recuerdas Hasd Corp? —prosiguió sin acabar un tema, y ante el asentimiento de Sasuke respondió—. Orochimaru es la cabeza de Hasd Corp.


Lo siguiente que sonó fue el puño de Sasuke chocar contra la mesa sonoramente a la vez que un gruñido casi bestial salía de su garganta. —Orochimaru —siseó amenazante—. ¿Cómo no lo supe? Sólo ese maldito podría estar detrás de semejante atrocidad —respiró hondo unas cuantas veces—, por eso sabía de Naruto mucho antes, por eso me dijo lo que me dijo ese cinco de mayo ¡es un maldito! Burlándose de mí todo el tiempo, sonriendo tras escena…


—Cálmate —intervino Itachi—. Sé lo que sientes pero ahora tenemos que actuar bien, Orochimaru se fue del país; me encargué de que así fuese hace ya unos meses, la policía está tras de él por sus movimientos ilícitos desde que volvió a Japón. Eso nos explica por qué Naruto volvió a aparecer, parece ser que lo salvé sin saberlo.


Sasuke sonrió amargamente. —En cuanto Naruto volvió me dijo que su padre había tenido que esfumarse, hace poco me dijo que desde niño siempre deseó tener una familia feliz, que nunca pudo ser por esos experimentos. Nii-san… ¿en qué momento el Naruto que conocimos se volvió tan frágil?


—¿A qué te refieres? —preguntó Itachi frunciendo el seño.


Un tosido de parte del menor alertó a Itachi para la siguiente palabra que soltaría Sasuke, una palabra que lo mantendría en suspenso por los próximos minutos.


—Acompáñame.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Los dos hermanos Uchiha se quedaron parados frente a la puerta de la casa de Naruto, Sasuke con ansiedad por entrar pero Itachi pensando seriamente en lo que encontraría dentro.


—Descubrí que una persona puede destruirse por completo en unos siete días —declaró Sasuke soltando una sonrisa irónica—. Es triste ¿verdad?


Sin más preámbulo Sasuke entró en la casa, cuya puerta estaba curiosamente abierta. Los dos avanzaron por la planta baja que estaba en completa oscuridad a excepción de una ventana sin ningún tapujo, por la cual se metía toda la luz del mediodía, subieron al segundo piso, Itachi siguió a su hermano obedientemente hasta que él entró en una habitación sin golpear la puerta, a pesar de tener unas cuantas dudas respecto a ello el mayor entró de igual manera.


Y dentro no había nada de luz más que la que se colaba por el borde de la ventada alumbrando directamente a la cama en la que reposaba un cuerpo demasiado quieto para su gusto. Sasuke caminó hasta la cama para pronunciar un nombre que hizo que Itachi abriese los ojos sorprendido.


—Naruto.


Como por arte de magia el cuerpo inmóvil se removió un poco hasta que se sentó y el rayo de luz que se colaba a la habitación dio directo a la cara de un chico rubio que de hecho se veía mucho más demacrado. Sasuke comprobó con rabia que la bandeja de comida que había dejado allí la última vez estaba totalmente intacta y por consiguiente la complexión del rubio era mucho más delgada.


—No estás comiendo —afirmó enfadado pero a Naruto pareció no importarle lo que Sasuke decía, Itachi aún miraba la escena atónito, negó unas cuantas veces antes de decidir caminar más cerca de Naruto, y en cuanto Sasuke lo notó le sonrió con nostalgia.


—¿Lo ves? —Itachi asintió pero aún estaba un poco shockeado de verlo así.


—Come —insistió Sasuke pero Naruto no reaccionó—. Come —repitió, y de nuevo fue ignorado. Itachi, al notar la mirada triste de su hermano menor frunció el seño comenzando a enfadarse. Aún así, Sasuke sin querer rendirse tomó el abandonado plato de comida, tomó un poco de carne con las manos y la acercó a la boca del rubio intentando que comiera, pero Naruto al sentir el olor de la comida en su cuerpo sin reparo alguno lanzó una manotada contra Sasuke haciendo que botara el pedazo de carne al suelo.


—¡Basta! —gritó Itachi sin paciencia, jaló a Sasuke y lo quitó de su camino, luego tomó a Naruto de los hombros y lo sacudió—. ¡Despierta! —gritó con rabia en la voz, al no notar reacción sin miedo alguno le dio una cachetada al rubio que sonó con eco en la habitación.


Y Sasuke se aterró. —¡Nii-san! —gritó espantado—. ¡Espera! ¡No lo lastimes!


Pero Itachi ya hacia oídos sordos a las suplicas de su hermano. —¡¿Qué  haces?! —volvió a gritar aún sacudiendo a Naruto—. Idiota —musitó antes de soltar al rubio estresado, Naruto siguió imperceptible ante los ruidos de afuera.


—¡Nii-san! —reclamó Sasuke—. Míralo como está —lo señaló—, con heridas por todas partes y a ti no se te ocurre mejor idea que golpearlo de nuevo, ¿no crees que ya tuvo suficiente de golpes?


—Tienes que hacer que reaccione.


—Eso lo sé, pero no a golpes.


Itachi se sentó junto a Naruto acariciando la mejilla roja producto del golpe. —También lo considero como un hermano menor —susurró con nostalgia—. Cuando lo creí muerto me dolió mucho, y sentí un alivio de aquí al infinito cuando descubrí que estaba vivo. Pero esto… ¿no es lo mismo que estar muerto? —Sasuke asintió pero en sus ojos estaba la determinación de hacer que su Naruto volviese a ser quien era, pero para ello necesitaba toda la ayuda posible, así que le comenzó a contar a Itachi lo que había pasado en el último tiempo, las drogas y el intento de suicidio.


—Está deprimido —afirmó lo obvio Itachi al final del relato—. Creo que lo mejor sería juntar a esas personas que se volvieron allegadas a él, y quizá ellos puedan sacarlo de ese estado en el que se ha metido.


—No me ha hablado desde aquella vez —analizó Sasuke pensativo—. Pero no sé quién será el chico que también sabe toda su historia… —frunció el seño—, de resto creo que sólo tenemos a Kiba de nuestro lado, nadie se volvió tan allegado a él.


—¿Y Sakura? —se preguntó el mayor—. Me dijiste que le contaste que Naruto estaba vivo, ella nos podría ayudar… recuerda que también fue su amiga en ese tiempo.


—De acuerdo, la contactaré.


A Itachi se le iluminó la cabeza, miró a Sasuke con una sonrisa para luego afirmar: —Gaara, Temari, Kankurō. Si ellos no pueden sacarle de ese estado creo que nadie podría.


Sasuke asintió pese a que no le gustaba la idea de volver a ver a Gaara.  


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Actualidad, en algún lugar.


—Parece que la policía se ha calmado —dijo Kabuto a Orochimaru y a Kujaku. Él sonrió y ella sólo rodó los ojos estresada por todo lo que se iba a venir.


—Así que es hora de volver a Japón —exclamó la serpiente victorioso—. Aún me buscan pero parece que no con tanta intensidad, así que iremos a Japón, tomaremos a Sasuke y a Naruto.


—Será difícil secuestrar al presidente de la multinacional Uchiha.


—Eso lo sé, pero no lo secuestraremos.


—¿A qué te refieres?


—El punto débil de Sasuke es y siempre será Naruto, por ahora sólo debemos preocuparnos de atrapar a Naruto y Sasuke vendrá por cuenta propia.


—También necesitamos a Danzō —afirmó Kujaku mirando sus uñas como si fuesen lo más interesante del mundo, pero Orochimaru chistó. No quería contactar a Danzō, ya llevaba años sin verlo y por él que las cosas se quedaran así, pero definitivamente necesitaba a ese hombre si quería completar el trabajo de una vida.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Actualidad, 2 de marzo, Japón.


En primer lugar había sido difícil encontrar a Gaara, que parecía seguir escondiéndose de quién sabe qué. Aún así fue el primero que pudieron encontrar, rápidamente le contaron la situación pidiendo también ayuda de sus hermanos, pero Gaara negó la presencia de estos dos. No dio razones pero era más que obvio que no debían preguntar el por qué.


Pese a que era bastante temprano (aún no pasaban las ocho de la mañana), y con la misma seriedad que lo caracterizaba, Gaara pidió que lo llevaran hasta donde Naruto se encontraba; fueron en silencio, y sólo Sasuke entró junto a Gaara mientras Itachi esperaba fuera de la casa, subieron hasta llegar a la habitación de Naruto, en la puerta Gaara pidió que le dejaran entrar solo.


—Necesito hacer algo que no puedes ver —declaró sin perder la tranquilidad en la voz, Sasuke asintió a regañadientes y Gaara entró a la habitación para encontrarse con la misma deprimente escena, todo estaba desordenado y Naruto permanecía parado junto a la ventana evitando los molestos rayos de sol.


—Naruto.


El rubio alzó la cabeza y esbozo una sonrisa al ver a Gaara. —Así que este es su plan —susurró con voz patosa.


—¿Su plan?


—Sasuke insiste en hacer que yo vuelva a sonreír, que simplemente me olvide de todo, yo no quiero eso. Me gusta encerrarme en mi cabeza, y por eso seguí por el camino de las drogas, pero ahora ya no tengo provisión alguna de eso, mi cuerpo ya eliminó toda toxina pero yo todavía quiero encerrarme en mi cabeza… y curiosamente sólo lo logro cuando Sasuke entra en la habitación. De resto debo ser yo mismo —suspiró—, él te trajo para que “me saques de esto”.


—Me estás hablando a mí, te voy a sacar de esta depresión.


—Lo haces sonar muy feo… simplemente no tengo ganas de hacer nada, ni de comer, ni de reír, sólo quiero dormir y punto final.


 —Cobarde.


Naruto giró sorprendido. —¿Qué me dijiste? —de dos pasos largos y rápidos Gaara llegó hasta el rubio, mandó su mano fuertemente contra el chico, y debido a su delgadez Naruto terminó en el suelo a la vez que su nariz comenzaba a sangrar—. ¿Merezco un golpe? —retó a Gaara desde el suelo.


—No, no lo mereces —suspiró—. Mereces cosas mejores que esto, pero te estás quedando ahí, en los golpes. ¿Por qué no me lo devuelves? ¿Por qué te dejas golpear sin devolver el golpe?


—Tsk… no me importa; por mi mejor si en una de estas me terminas matando.


—Idiota —en ese punto Naruto dejó de responder, seguía consciente, eso sí; pero decidió ignorar a Gaara que esperó varios minutos y al final simplemente salió del lugar bajo la atenta mirada de Sasuke, no se dijeron nada pero en la mirada de Gaara no estaba la simple rendición, algo tramaba. Eso seguro.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Las cosas habían comenzado a tomar un rumbo “peligroso” desde que Itachi —y de manera apresurada— había mandado a volar a Orochimaru, haciendo que huyera a otro país. Pero todo había sido tan afanado que en medos de nada el mismo Orochimaru y su compañía descubrieron que fue la multinacional Uchiha quienes lo habían descubierto. Por consiguiente se había comenzado a maquinar una venganza extremista en contra de Uchiha Itachi; lo que nos lleva a Sasuke, actual presidente de la empresa, por consiguiente el mejor blanco “a atrapar”, o sea de cumplir una venganza. Eso sin contar que Sasuke era necesario para los planes de Hasd Corp.


Entonces, ahora, en medio de un lugar desconocido, probablemente en un país, en un continente alejado Kujaku y el mismo Orochimaru preparan sus cosas para ir de vuelta a Japón; hace poco han conseguido que un policía (corrupto seguramente) les diera ingreso al país, y de igual manera ha cobrado por su silencio. Pese a toda duda en su mente Orochimaru terminó aceptando el trato, furioso con la familia Uchiha va de vuelta para completar lo que empezó, porque el tiempo se agota con cada tik tok que marca el reloj.


Pero moviéndose de nuevo con Naruto, y con la declaración de Gaara, Sasuke se ha sentido un poco más tranquilo después de la visita del pelirrojo; cuando entró en la habitación recién Gaara se había ido notó como los ojos de su rubio se volvieron furiosos, emoción que no había mostrado desde hace mucho.


—Naruto —exclamó Sasuke con un dejé de alegría en la voz, ahora que la visita se ha ido están los dos solos de nuevo. Sorpresivamente Naruto responde.


—Estoy cansado.


—¿Quieres dormir? —su voz preocupada no pasa desapercibida.


Naruto negó con la cabeza, sin decir más se dirige a un armario cercano, toma ropa limpia y se cambia bajo la no tan atenta mirada de Sasuke; su ropa es normal, y bajo esa camisa —ahora grande— su estado demacrado se oculta un poco mejor. Con las manos, y de manera ruda, Naruto desenreda su cabello, sin embargo termina aún más despeinado. No se preocupa por ello.


Sale de la habitación descalzo, y sólo hasta ese momento el estupor de Sasuke cesa casi por completo, se sacude y sigue a Naruto pensando que Gaara ha  logrado el cometido de aquella visita, Naruto baja y por fin luego de interminables días se para debajo de unos rayos de sol que se meten por la ventana de la sala común.


Se queda ahí tiempo indefinido, le agradan los rayos de sol de la mañana, ya casi es medio día pero el sol es lo suficientemente frío como para no estresarse, suspira unas cuantas veces, y cuando el sol vuelve a esconderse tras las nubes se da media vuelta, camina de nuevo a la habitación y se encierra. Suspira en medio de la oscuridad de nuevo.


Y ese es por mucho el mejor avance que Sasuke ha visto. Los días siguientes pasan igual; a eso de las 6:30 de la mañana Naruto se levanta, se viste como si fuera a salir, baja las escaleras con los pies descalzos para pararse siempre en el mismo punto. Sin pensar en nada se queda ahí hasta que el sol disminuye minutos después. Luego camina hasta la cocina y toma agua, mucha agua; sube las escaleras, vuelve a su habitación y ahí se encierra el resto del día.


También Sasuke se ha acostumbrado a recoger los platos de comida totalmente intactos, se pregunta cómo es que Naruto no se enferma, simplemente cada día está más delgado, casi en huesos. Un día en especial había algo diferente, Naruto estaba abajo como siempre y Sasuke fue a la habitación para recoger la comida, cuando entró el plato no estaba donde él lo había dejado, para más colmo estaba a medio comer. Todavía quedaba más de la mitad de la comida pero Sasuke sonrió, sin decirle nada a Naruto respecto al tema se llevó el plato.


Naruto seguía debajo de los rayos de sol, sin decir nada Sasuke caminó hasta quedar junto a él recibiendo la luz. Naruto sólo le dedicó una mirada.


—¿Tienes frío? —preguntó Sasuke pero no obtuvo respuesta.


Así se quedaron en total silencio, pasaban los minutos y el sol no disminuía. Ya eran más de las ocho de la mañana y ambos seguían ahí de pie sin mostrar cansancio alguno. Pasadas las nueve comenzaban a tener un calor casi insoportable, pero Sasuke no se iba a mover hasta que Naruto lo hiciera.


—Tengo calor —musitó Naruto respondiendo a la pregunta hecha horas atrás; pero —y por más raro que sonase— Sasuke estaba feliz, esas eran las segundas palabras que le decía Naruto desde hace muchos días ya.


Y con esas pocas palabras en mente Sasuke retrocedió del sol, de un jalón suave también acercó a Naruto a la sombra. Ambos suspiraron aliviados, Naruto una vez fuera no dijo nada más, y Sasuke tampoco. Luego —en un silencio aterrador— subieron a la habitación, Naruto volvió a encerrarse y Sasuke se fue camino a la universidad, porque después de todo tenía que seguir estudiando.


 


Pero después de unos días la poca paciencia que caracteriza a los Uchiha de nuevo se volvía presente. Naruto seguía comiendo, más bien manoseaba la comida, probaba unos pocos bocados y al final deja más de lo que come; obviamente estaba débil e incluso enfermo, sin embargo su ya costumbre de ir bajo los pocos rayos de sol seguía en pie, tomaba agua y volvía a encerrarse.


—¿Hasta cuándo pretendes seguir así? —preguntó Sasuke después de que Naruto apartara el plato de comida sin ingerir mucho.


—No tengo ganas de hacer nada —susurró—. Sasuke… ¿tú podrías…?


—No —negó de inmediato el pelinegro a sabiendas que desde que Naruto le había vuelto a hablar intentaba persuadirlo para que le consiguiera de ese polvito blanco que antes lo llevaba al cielo y de vuelta. En otras palabras: que le diera droga.


—Sólo una vez.


—No —Naruto parecía un niño pidiendo un dulce, pero esto no es tan inocente como se creería—. Espera un segundo —agregó el pelinegro, salió de la habitación y bajó con afán hasta el primer piso, de ahí tomó la guitarra que había llevado consigo ese día; la misma que días atrás Naruto había dejado abandonada en la mansión Uchiha, subió de nuevo. Antes de entrar desenfundó el instrumente, entró en la habitación extendiendo el objeto.


—¿Qué…? —se preguntó el rubio al ver su guitarra.


—Yo creo que naciste para esto —explicó Sasuke—. Tocas la guitarra muy bien a pesar de que obtuviste una hace pocos meses, ¿eso no te dice nada? Vuelve a tocar.


—Yo…


—Hazlo.


—Yo no soy capaz de tocarla —aceptó Naruto, Sasuke le miró confundido. El rubio para explicarse extendió sus manos que temblaban fuertemente debido a la ansiedad todavía presente—. Mis manos tiemblan mucho, no puedo tocar las cuerdas ni ubicar los trastes —e inconscientemente sus ojos albergaron tristeza; Sasuke lo notó y bajó la guitarra hasta dejarla acostada en el suelo, luego se acercó a Naruto, no lo tocó pero su cuerpo estaba lo más cerca que pudiera.


Y pudieron quedarse así.


Pero el inesperado sonido del celular de Sasuke desvaneció por completo el ambiente, y el aludido abrió los ojos sorprendido al ver el identificador de llamadas de su celular. Al reconocer el número se alejó rápidamente para contestar lejos de Naruto.


—¿Minato-san?


—¡Sasuke! —hubo un silencio incómodo—. Te dije que me mantuvieras informado de todo en cuanto a Naruto y su alrededor —acusó Minato y Sasuke se asustó. Iba a disculparse pero de nuevo Minato se adelantó—. Nunca creí recibir una llamada de un desconocido explicándome la actual situación de mi hijo.


—No quería preocuparlo —habló Sasuke en tono apresurado.


—Pues precisamente así estoy, ¡preocupado! —luego apareció otro silencio de nuevo, Sasuke procuró alejarse lo suficiente de Naruto saliendo de la habitación para que este no escuchara la conversación, en su mente se preguntó quién había sido el que contactó a Minato, y en palabras burdas “le había ido con el chisme”; pero era tan obvia la respuesta, sólo Gaara pudo haber hecho semejante cosa. Así que este era su plan… ya como había sabido de la existencia de Minato no tenía mucha relevancia.


—En serio no quería preocuparlo —repitió pensando en el pelirrojo—, sé que Naruto no está en su mejor momento pero poco a poco va abriéndose nuevamente, ya verá, es cuestión de tiempo.


—Sasuke —suspiró—, ¿puedo confiar en ti? —y Sasuke asintió pese a que Minato no lo veía.


—Sí Minato-san, no se preocupe más. Yo puedo con Naruto, para cuando usted lo vea de nuevo él ya no va a estar así, va a estar bie-


No terminó porque Minato le interrumpió abruptamente soltando una noticia cual bomba. —Me voy a ir —Sasuke no dijo nada y Minato se apresuró en explicar—. Necesito hacer unas cuantas cosas para la multinacional; en una semana me iré del país, y no sé para cuando pueda volver.


—¿Y qué va a pasar con Naruto?


—Confío en ti para cuidarlo y estar con él en lo que yo regrese. Si no ha recuperado sus recuerdos en once años no creo que lo haga de aquí a mañana, o de aquí a una semana.


—¿Cuánto tiempo dejaré de verlo?


—Aproximadamente un año.  


—¡¿Tanto?! —gritó, luego, y al notar que Naruto podría escucharlo bajó el tono de voz hasta que susurró—, es mucho tiempo, y usted acaba de volver; acaba de encontrar a su hijo. No puede irse.


—Mi hijo que no sabe que soy su padre —musitó con nostalgia y rabia contenida.


—Dele un poco de tiempo Minato-san, todo se arreglará —vagamente recordó como le había dicho lo mismo a Naruto—. Por favor, posponga su viaje.


—No —suspiró—. Lo siento Sasuke, no puedo… veré a Naruto cuando vuelva.


—Supongo que no puedo hacer magia para lograr que se quede —dijo Sasuke resignado y agachando la cabeza como un cachorro.


—¿Magia? —desde su lado Minato sonrió—. Creo que si puedes hacer magia, en muchos lugares —hizo una pausa—. Me tengo que ir, adiós Sasuke, fue un placer verte de nuevo.


Y colgó sin esperar respuesta. Sasuke se mantuvo quieto con los ojos muy abiertos, sorprendido, y con el celular aún contra su oreja. —¿Magia? ¿Lugares? —musitó para sí mismo todavía estupefacto, lo pensó unos segundos.


—¡Un lugar mágico! —gritó al final, sonrió—. ¡¡El bosque!! —agregó más emocionado y una sonrisa aún más grande se instaló en su cara. Por fin guardó el celular y entró de nuevo a la habitación. Naruto le miró fijamente.


—Acompáñame —exclamó Sasuke. Naruto abrió los ojos de par en par pero antes de poder rebatir nada Sasuke ya lo había sujetado del brazo y ya lo arrastraba escaleras abajo; eso hasta que Naruto se soltó del agarre bruscamente.


—¿Qué haces? —espetó.


—Necesito que me acompañes.


Era indudable el tono en suplica que Sasuke mostraba, pero aquello no era suficiente para ablandar el ahora herido corazón del rubio, quien retrocedió hasta el borde de las escaleras, desconfiado su expresión pasó a tener una chispa de miedo, luego, con lentitud preguntó. —¿Qué quieres hacerme?


Sasuke, que aún no caía en cuenta de su error continuó con su reciente idea. —Hay un lugar al que quiero ir, tú tienes que acompañarme… —con inocencia agregó—. Es un experimento que quiero hacer.


Pero, una persona que ha pasado por cierta experiencia que ha dejado amargos recuerdos suele recrear la escena a la más mínima mención de ella, y una palabra como “experimento” no causaría la mejor reacción en un sujeto que sufre de recordar como esos “experimentos” se llevaron toda pizca de esperanza que albergaba. Naruto retrocedió otro paso, ahora con la cara inundada en terror. —No —musitó. Recordó como su padre lo sacaba de su paz para llevarlo siempre a esos mugrosos sótanos, como se escondía en busca de que eso no pasara. Por su mente pasó una traición de Sasuke, en la que se había aliado con el científico loco para hacer que los experimentos continuaran.


El caso es que en menos de nada Naruto ya tenía toda una película en la cabeza; se echó a correr escaleras arriba y se encerró en su habitación esperando que Sasuke no entrara. Por su lado, el pelinegro sólo hasta ese momento notó su error y sólo atinó a lanzar una maldición al aire a la vez que subía a la habitación ahora cerrada.


—Naruto —intentó llamarle.


—Vete —murmuró Naruto recostado contra la puerta. Ese mismo dialogo se repitió unas dos veces hasta que Sasuke se rindió y bajó las escaleras aún maldiciendo a todos, cuando el único del error había sido él.


-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


—Sasuke… ¡Sasuke! ¡¡Te estoy hablando!! —Itachi resopló molesto al no obtener atención por parte de su hermano —de nuevo—, y al final sólo un golpe con un lápiz logró despertar al pelinegro menor.


—¿Qué decías?


—Tsk… se puede estar incendiando el edificio y tú ni por enterado.


—Lo siento pero tengo la cabeza en otra parte —Sasuke apoyó el mentón contra la mesa de madera de la oficina de presidencia de la multinacional.


—Te decía —repitió Itachi por enésima vez—, que hoy habrá reunión con los socios; todos quieren saber qué pasó con la demanda.


—¿Qué pudo haber pasado? —murmuró el presidente—. Como de nuevo somos amigos de la multinacional Namikaze ellos retiraron la demanda sin pronunciar palabra alguna.


—¿No tienes curiosidad por saber que fue lo que llevó a Minato-san a demandarnos?


—No, y creo que no me importa. No quiero que me diga que me odia, y que por eso nos demandó. No estoy de humor.


—Me encontré con Minato —anunció Itachi y por primera vez en todo lo que llevaban ahí los ojos de Sasuke se clavaron en su hermano mayor.


—¿Cuándo?


—Ayer —en su cabeza Sasuke hizo cuentas, y sólo habían pasado cuatro días desde que Minato le había llamado para anunciarle que se iba del país, por consiguiente otros tres para que se fuera; sacudió la cabeza al no querer recordar ese día. Lo ponía de mal humor.


—¿Qué sucedió de importante?


—Me contó la razón de la demanda.


—¿Ah sí? ¿Y cuál es? —Itachi volvió a resoplar al sentir que la pregunta de Sasuke sólo era obligación y no curiosidad realmente. Sin embargo no iba a dejar el relato a medias, simplemente continuó a pesar de que a Sasuke no le interesara.


—Una advertencia que le hizo Kushina-san —dándole algo de suspenso a la afirmación dejó de hablar unos segundos. Lo suficiente para que Sasuke levantara la cabeza como queriendo saber más—. ¿Quieres saberlo? —preguntó con un toque de burla en la voz. Sasuke asintió cual cachorro obediente, de nuevo. Itachi sonrió al saber que por fin había captado la atención de su hermanito; sin embargo, se quedó en silencio.


—Dime —pidió Sasuke al final.


—Te conté de lo raros que eran los sucesos de hace veinte años —Sasuke asintió—, desde la muerte de nuestro padre, tu secuestro aparentemente cerrado… la misma muerte de Naruto.


—Entonces… —con sus manos pidió que Itachi avanzara en el relato.


—Antes de que Kushina-san muriera habló con Minato, diciéndole que cuidara mucho de su hijo, e incluso pidió que nos cuidara a nosotros, porque “tiempos malos” venían. En ese momento Minato-san no le tomó mucha atención pensando que aquello sólo eran desvaríos de su esposa… ejem —tosió levemente—, después de esos tres hechos que marcaron un mal año Minato-san se fue del país con una gran culpabilidad en su pecho. Una vez fuera recordó lo que su esposa había dicho, así que comenzó a meditar lentamente encontrando cosas en el camino.


—¿Después? ¿Qué encontró?


—Encontró algo que no quiso.


—¿Eh?


—La vida es graciosa —comentó Itachi mirando a otro lado—. Es irónico que Minato-san se refugiara en el mismo lugar, el mismo país al que Naruto había sido llevado.


Si la atención de Sasuke había estado a la mitad, en ese momento subió de golpe hasta el punto máximo; un cien por ciento era poco. Totalmente ansioso comenzó a preguntar —¡¿Qué dijiste?! ¿Qué acaso Minato sabía que Naruto seguía vivo? ¿Hace cuánto? ¿Por qué no nos dijo? ¿En-?


—Cálmate —interrumpió el mayor.


—Contesta —exigió Sasuke.


—Claro que Minato-san no sabía que Naruto seguía vivo, pero siempre estuvo cerca de él y nunca lo supo —tomó aire—. Hay un proyecto que muchas personas poderosas han estado siguiendo, su objetivo: cambiar al mundo que vemos ahora. Pero estos empresarios con dinero en exceso simplemente necesitaban más poder, y por ello una propuesta de un científico algo loco llegó a sus manos en el momento preciso.


»Hace unos 22 años estaban en ese corre, corre cuando llegó un hombre de tez pálida y aspecto raro con unas simples hojas en las que explicaba su plan. Este hombre no tenía renombre alguno, era un fulano salido de la nada pero su plan parecía efectivo e incluso realizable, que consistía en aquello prohibido desde la segunda guerra mundial, exactamente eso: experimentos en humanos.


»Claro que al principio muchos se negaron alegando a su moralidad, y que eso era incorrecto, pero las puertas del nuevo mundo se abrían ante sus ojos, tanto que al final aceptaron. Firmaron un cheque por una gran cantidad de dinero, y uno a uno se lo entregaron al científico, quien se fue dispuesto a conseguir personal, instalaciones, y como no, humanos. El nombre del científico que proponía semejante cosa: simplemente Orochimaru.


»No faltó mucho para que los experimentos comenzaran, muchos muertos al primer mes hasta que encontraron a un sujeto que parecía estar bien con todo, no murió pero fue cuestión de tiempo para que su mente enloqueciera, así el proyecto paró durante un tiempo. Hasta que el mismo hombre se dispuso a continuar bajo la presión de sus jefes; de nuevo hubo muchas muertes, ahora no tuvieron distinción de género, edad o procedencia. Cualquier persona era bienvenida al proyecto, niños, bebés, hombres, mujeres, ancianos… todos murieron uno tras otro, y los hombres de gran poder siempre se aseguraron de que nada de eso apareciera ni en noticias ni en internet.


»Cada tanto se fijaban en las y los empresarios más poderosos del momento, uno a uno los iban invitando a formar parte de aquel proyecto, mostrando el objetivo y el cómo lo planeaban lograr mediante la creación de súper-humanos bajo el mando de ellos. Unos aceptaron. Otros negaron pero nunca dijeron nada de ello a nadie. Y si todo el planeta se estaba uniendo a ese plan, no podían echar en falta a Japón donde dos multinacionales estaban haciendo un gran auge, y la fortuna de sus dueños comenzaba a propasar lo imposible para muchos otros.


»Los contactaron, los llamaron juntos a una reunión secreta en una isla privada; ambos asistieron al son de “el futuro está con nosotros”, curiosos tomaron un avión lujoso hasta el lugar de la reunión.


»—Namikaze Minato y Uchiha Fugaku, tenemos un trato que proponerles —les dijeron.


»El principio del relato parecía muy lindo y decorado, pero al llegar a la hora de la verdad, al cómo se lograría todo eso, ambos magnates dijeron un rotundo NO que resonó en los oídos del líder de la organización. Ese no, no era como el que habían recibido ya varias veces; era un no que agregaba un “vamos a desmantelar todo esto”. Intentaron convencerlos, persuadirlos de que aquel era un buen plan, que lo inhumano se compensaría junto al futuro que se avecinaba. Pero no. Ninguno cedió, volvieron a Japón dispuestos a destruir el malvado plan.


»Juega con fuego y te quemarás. Pocos días después de que volvieran a Japón la muerte de Fugaku Uchiha fue anunciada por doquier, muchos lloraron, muchos se sintieron confundidos, lo recuerdas ¿verdad? Todos recordamos ese día.


»Minato-san sabía la razón de la muerte de Fugaku pero nunca dijo nada por temor a su propio hijo; pensó en llevárselo del país donde estuviera lejos de las personas que habían matado a Fugaku, pero al final no lo hizo; supo que si no hacía nada muchas personas más morirían, decidió acabar con todo de una buena vez, y como sabía que nadie le haría caso decidió reunir una o dos pruebas.


Itachi paró abruptamente el relato y en su cara un rayo de dolor pasó, Sasuke no entendió pero se quedó quieto, casi sin respirar a la espera de que alguien dijera algo. Al final Itachi musitó: —Por favor, no lo odies.


—¿A qué te refieres? —preguntó Sasuke confundido.


—Lo que Minato-san me contó no termina de aclarar el por qué de todo lo que pasó pero esto es una pieza importante del enredo.


—Habla.


Itachi suspiró. —Si para destruir a esas personas Minato-san necesitaba pruebas no podía simplemente infiltrarse con la gente que juró destruir. Entonces una buena oportunidad llegó; el cumpleaños número siete del próximo heredero de la multinacional, Uchiha Sasuke —el aludido abrió y cerró la boca unos cuantos segundos sin querer entender, pero antes de preguntar el mismo Itachi continuó—. Hizo una llamada anónima a esas personas, les dijo que por matar a Fugaku Uchiha su venganza no había terminado, y que al final necesitaban ir contra alguien más, pero el hijo mayor no era buena opción. Dio el día y la dirección de la que sería tu fiesta de cumpleaños, luego ya sabes que pasó. Te secuestraron.


—¿Y qué? ¿Al final consiguió las pruebas que necesitaba? —Itachi se sorprendió por la reacción de Sasuke, antes de contestarle hizo sus propias preguntas.


—¿No lo odias?


—¿Odiarlo? ¿Por qué? Mientras estuve en ese lugar nunca me pasó nada más que aguantar hambre y un golpe. No lo odio porque nada pasó, pero a cambio de eso quiero saber que siguió después de eso.


—¿Nunca te preguntaste cómo es que te sacaron de ese lugar?


Sasuke lo pensó unos segundos. —Fue Naruto, ¿no?


—Si alguien sufrió después de tu secuestro fue Naruto, que lloraba día a día llamando a su mejor amigo, que de repente se había deprimido y su salud comenzaba a verse afectada. Minato-san, quien veía todo de pronto se sintió culpable, pero aún no iba a desistir de encontrar esas pruebas, así que en vez de sacarte de ese lugar se decidió por contarle todo a Naruto —soltó una risa nerviosa—. ¡Imagínate! Intentar hacerle entender eso a un niño que no ha cumplido ni siete años.


»Ellos desaparecieron por un mes completo. Minato-san nos dijo que se llevaría a Naruto para intentar sacarlo de esa depresión; pero en realidad se lo llevó para comenzar a “entrenarlo” en cuanto a la vida. Comenzó por algo sencillo como explicarle sobre los héroes y los villanos, el bien y el mal; en su caso él era el bueno del cuento… poco a poco, con imágenes, películas, noticias… le fue informando de todo el caos que es el mundo, le hizo leer libros por doquier, le hizo entender de problemas sociales, de empresas, de todo eso. Tanto así que entre cada segundo Naruto comenzaba a perder esa inocencia en la que crees que todo el universo es hermoso.


»Según Minato-san cuando creyó que Naruto estaba listo le hizo una prueba. Él, siendo una persona influyente en el mundo contactó a un amigo policía que por esa época investigaba a un asesino en serie; tenía unos cuantos sospechosos pero nada los incriminaba del todo. Le preguntaron a Naruto sobre aquel asesinato, sin alguna clase de duda, y como un adulto preguntó por los datos y la información reunida del caso en especial.


»Cuando se los dieron el niño simplemente los leyó como quien lee un cuento infantil, preguntó por los sospechosos y al ver las fotos simplemente señaló a uno. En ese momento todo encajó para el policía ya que al parecer había encontrado al criminal en cuestión, se fue asombrado ante la sonrisa satisfecha de Minato.


—¡¡¿Le robó su infancia?!! —cuestionó Sasuke comenzando a enfadarse, e interrumpiendo el relato de Itachi.


—No creo —con lentitud sacó de su bolsillo una pequeña foto que le había dado Minato—. Esa foto fue tomada justo después de que Naruto señalara al asesino en serie —Sasuke la tomó entre sus manos con delicadeza apreciando el brillo en los ojos de Naruto, no como esos ojos que tiene en este momento; son esos ojos que recuerda, son felices.


—Simplemente le hizo entender la verdad —aceptó Sasuke después de unos segundos de apreciar la foto.


—Eso creo yo —aceptó Itachi—. Le enseñó de violencia e injusticias, pero más allá de traumar a un pequeño niño despertó en él toda curiosidad que pueda nacer en un ser humano, creó un pequeño adulto que fue capaz de deducir algo que un policía entrenado no pudo. Creó al perfecto heredero.


—¿Y después?


—Después le contó la verdad. Le contó de el plan que tenía ese grupo, le contó de la invitación recibida, le contó de los experimentos, le contó de la muerte de su “tío”, y al final le contó la razón del secuestro de su mejor amigo… —Sasuke agachó la cabeza—. Cuenta Minato-san que Naruto escuchó cada relato con una seriedad impresionante, entendió a la perfección y de repente confió en que su Sasuke estaba bien, le dio un abrazo a su padre, agradeció que le hubieran contado la verdad para después decir un “vamos a casa”.


»Para cuando volvieron tu ya habías cumplido unos cuarenta días de confinamiento, nosotros nos moríamos en vida al no tener ninguna noticia. Claro que hubo un pedido de dinero, pero inclusive después de pagarlo no te devolvieron lo que aumentaba nuestra agonía, hubo muchas veces en las que te creímos muerto.


»Recuerdo ver a los Namikaze llegar con un aura diferente, ambos se veían más serios y Naruto ya no estaba deprimido; yo, creyendo que aún sufría por Sasuke intenté consolarlo pero eso no le importó, él que me dijo “Sasuke está bien”. Luego la rutina volvió a ser casi igual, esperamos con paciencia a que los secuestradores decidieran volver a llamar; las noticias estaban disparadas para todos lados, tu secuestro era primera plana por donde se viera. Cuando se cumplieron los setenta días tanto Mikoto como yo estábamos desesperados; ese día volvimos a ver a Naruto, que no parecía nada desesperado a comparación con los primeros días.


»Después de eso sólo sé, y Minato-san sólo sabe que Naruto llegó diciendo que había encontrado a su mejor amigo; Minato no dijo nada y de inmediato dispuso un automóvil para ir a recogerte; llegamos, Naruto nos pidió que le dejáramos entrar solo. Cuando volvió a salir venía contigo, no preguntamos nada pero hasta el día de hoy sólo Naruto sabe que pasó, o se supone que así es.


»Minato-san aún después de eso quiso seguir en su búsqueda de pruebas, comenzó a investigar adentrándose en terreno enemigo. Hasta que lo descubrieron. Estuvo tan concentrado en descubrir algo que al final esa organización se dio cuenta de que alguien los investigaba, y fue peor cuando se dieron por enterados que Namikaze Minato era el que lo hacía. Se tuvieron que vengar al igual que con Fugaku, sólo que esta vez no fueron contra el presidente sino contra su hijo, matándolo.


—Espera, espera… —Sasuke se levantó de su asiento—. ¿Dices que ese ataque iba contra Naruto? —su cara se volvió un poema—, ¿eso dices? —repitió.


Con temor Itachi asintió.


—¿Me dices que he vivido engañado durante once años?


—No tanto…


—¿Cómo así?


—El ataque iba para los dos. A ti por ser hijo de Fugaku y a Naruto por ser hijo de Minato-san.


De alguna manera eso alivió la mente de Sasuke, pero de nuevo recordó que en realidad Naruto no había muerto en ese accidente. —¿…Entonces?


—¿Entonces, qué?


—Ellos no pudieron cumplir la dichosa venganza, porque Naruto no murió.


—¡¿Qué no lo entiendes?! —Itachi se alteró ante la aparente estupidez de su hermano, Sasuke negó lentamente—. A ver Sasuke… dime ¿en dónde ha estado Naruto durante los últimos once años?


Tres, dos, uno… —¡NO PUEDE SER! ¿Ellos tomaron a Naruto? —se llevó las manos a la cabeza totalmente incrédulo—. Ellos han experimentado con Naruto desde entonces a sabiendas de quien era, pero lo hicieron pasar por muerto para que nadie lo buscara.


—La perfecta venganza —concluyó Itachi—. Minato-san todo este tiempo lo creyó muerto y se culpó de ello, tú lo creíste muerto y te culpaste de ello. Cuando en realidad lo secuestraron para seguir con ese maldito plan.


»Minato-san se fue del país totalmente deprimido, lo que no se esperó fue encontrarse allá con un tal Orochimaru que proclamaba ser el creador de la siguiente era. Al principio, y en medio de un estupor total, Minato-san nunca relacionó todos los datos que tenía, poco a poco cayó bajo las palabras de ese hombre al que había conocido, que a su vez actuaba con inteligencia sin revelar que al ser el creador de la nueva era también experimentaba con humanos, mucho menos con su propio hijo.


»Digamos que se volvieron “amigos”, y cuando Orochimaru creyó tener totalmente bajo su control a Minato-san comenzó a hacer su terreno, comenzó a decir todo lo malo de la multinacional Uchiha, comenzó a meter cizaña entre ambas multinacionales. Por eso mismo intentaba acercarse a nosotros, por eso mismo tenía el plan de hacerse socio de los Uchiha, para crear la misma discordia y por consiguiente hacer que ambas multinacionales cayeran.


»Como los Uchiha nunca cedimos Orochimaru se concentró en Minato-san que a su vez sabía que ese hombre no era de confiar. Simplemente hubo una cosa  que hizo que Minato-san “volviera” a sus cabales; recordó la advertencia de Kushina y en medio de sus supuestos cabales culpó a la multinacional Uchiha, y a los Uchiha de todo lo que había pasado, así que se propuso a destruirnos. Simplemente hizo lo que Orochimaru quería que hiciera.


—Sabemos que eso nunca llegó muy lejos pero eso no quita la intención que se tuvo cuando directamente de presidencia llegó la demanda. Tal parece que Minato-san desistió de vengarse después de que Kakashi le insistiera en que aquello estaba mal; tu plan funcionó, Sasuke —Itachi sonrió—. Cuando llamaste a Kakashi pusiste en alto la inminente intención de destruir la multinacional Uchiha. Y sólo cuando Minato-san se enteró de todo pudo atar hilos hasta llegar a la conclusión.


—Debe estar odiando a Orochimaru.


—Quién no —bramó Itachi—. Cuando se vuelva a aparecer le va a ir muy mal, ya se ha burlado mucho tiempo.


—¿Y qué? —se preguntó Sasuke—. ¿Quieres que les cuente a los socios semejante historia? —ambos rieron aligerando el ambiente.


—No, quería que tú te enteraras de todo. A los socios les puedes dar esa patética excusa que inventaste.


—¿Todo esto explica lo que ha pasado durante los últimos doce años?


—Tenemos varias visiones de la historia pero creo que nos falta la más importante —pausó unos segundos— …la de Naruto —Sasuke asintió— Escúchame bien, necesitamos que Naruto recuerde todo lo que pasó, sólo así tendremos pruebas para mandar a esa organización a la nada.


—Tenemos un problema con eso.


—¿Cuál es?


—Naruto me está odiando en este momento. Intenté arrastrarlo fuera de la casa, claro que no funcionó. ¿Recuerdas que la puerta de su cada siempre estaba abierta? —Itachi asintió—. Pues bien, ahora está cerrada y no me quiere abrir; esto está jodido.


—No me importa —declaró Itachi—. Tendrás que ganar la confianza de Naruto, buscaremos la manera de hacer que recupere sus recuerdos, después con sus declaraciones por fin podremos destruir a toda esa gente, parar los experimentos. Necesitamos hacer lo que nuestro padre no pudo… destruir todo eso —dijo con toda la seriedad del caso, la determinación de sus ojos era por mucho la más fuerte que Sasuke había visto en sus pocos años de vida. 

Notas finales:

Sii, genial... soy oficialmente la persona más "x" del universo, que dice que va a actualizar un día y se aparece luego de un mes. 

Pero, vamos... que por lo menos aparecí. Próximo capítulo penúltimo capítulo *alza los brazos triunfante* no queda casi nada,
prácticamente un poco más de drama y después felicidad. 

Título del próximo capítulo: "De experimento a humano". Eso ya suena feliz, a que sí. 

Por otro lado, me disculpo por no actualizar rápido, no tengo excusa válida para ello :$$ 

Creo que llegó el momento de decidir si esto será un NaruSasu o un SasuNaru... 
todo el fic lo he hecho como si este par fueran sukes ambos, pero noo. No sé.
Pero buee, ya después verán el resultado final.

Ahora si prometo por sobre, yo que sé, toda mi música que voy a actualizar rápido.
Como máximo una semana :3

Sin nada más que añadir, adiós.

Gracias por leer el cap, y si ya has llegado hasta acá primero, te mereces un dulce, segundo:
un Rr ya no cuesta nada ¿verdad? 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).