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Aeternum. por PauYh796

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Notas del capitulo:

Numero de palabras del capítulo sin notas: 7.015.

De citas y otros problemas.

Hace unos años, Japón, 20 de septiembre.

 

—Naru-chan —decía un feliz Sasuke. Naruto por su parte solo giró, lo miró y volvió a quedarse quieto.

—Naru-chan ¿Qué te pasa?, te ves triste.

—No te preocupes, Sasu-chan —dijo con una sonrisa melancólica mientras volvía a mirar a un punto no ubicado de la carretera.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

—¡Naru-chan! ¡Despierta! ¡Naruto! —gritó Sasuke sosteniendo el cuerpo moribundo de su mejor amigo—. Despierta, despierta, por favor despierta —decía entre lágrimas, también sentía la sangre correr por su cabeza pero eso poco le importaba, todo lo que le importaba era ver a su amigo, a la persona que más quería muriendo en el suelo, y lo peor, verse a él, sin poder hacer nada para salvarlo.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Actualidad, Japón, 2 de mayo.

Sasuke maldijo por milésima vez el día, no solo “esa fecha” se acercaba más y más, sino que ahora los sueños se volvían más y más recurrentes. No sabe si para su suerte o su desgracia pero Seichi Naruto no había ido a clase ese día, eso lo agradeció, así tendría tiempo para pensar sin necesidad de que el rubio estuviera rondando por todos lados recordándole cosas innecesarias.

El día paso particularmente lento, cosa que a Sasuke le pareció todo un martirio, pero decidió no  decir nada en todo el día, o por lo menos en las clases de la mañana; así que parecía un asocial (más de lo habitual); el caso es que mucha gente había ido a insistir que se uniera que no se quedara en un rincón tan solitario, Sakura se veía preocupada pero no tuvo agallas de acercársele al pelinegro; por otra parte Ino si que había estado pegada a Sasuke intentando arrebatarle algo de información, cosa que fue inútil y no es como si Sasuke estuviese escondiendo algo, más bien  no sabía lo que le pasaba, o sí, sí sabía, y tenía que ver con el plagio de Naruto que se había presentado el día anterior, pero más que eso tenía que ver con esa fecha, por alguna razón esa fecha se había convertido en el mas esplendoroso infierno, y eso desde que salía el alba, no, incluso antes, ese era el día en que los demonios de Sasuke volvían, un momento, ¿Qué demonios? Ese día podía considerarse el más feliz de su vida, claro que eso solo por partes, y era sencillo de explicar. Uno; ese día había muerto su padre. Dos; ese mismo día había sido el velorio de su tan amado padre. Tres; su cordura estuvo en un fino borde, entre la demencia y la salud mental, entre llorar y aparentar ser fuerte. Cuatro; su cordura se rompió. Cinco; el que hizo que no enloqueciera realmente fue su ex mejor amigo. Seis; lo logro dándole su primer beso. Siete; ese sería el beso que más recordaría en toda su vida, y se lo había dado a la persona que más quería. Y por último, ocho; no sabía si debía recordar ese día con alegría o tristeza. Pero todo eso eran cosas que a pesar de ser tan importantes no tenían tanto peso sobre los  hombros de Sasuke, acá lo único que importaba era que ese día Sasuke estaría particularmente débil, se sentiría vulnerable y perdería todo el orgullo Uchiha, porque seguramente lloraría, y lloraría como todo un maricón. 

—Uchiha, Uchiha —llamó alguien.

Y sí, de seguro ese día seria tortuoso y tener que ver a Naruto dando vueltas por ahí no lo animaba… Un segundo, ¿alguien lo estaba llamando? Volvió a la realidad para encontrarse con Gai-sensei ¿en qué momento había comenzado la clase de educación física? ¿En qué momento se había cambiado? Y sobre todo, ¿por qué diablos llevaba a Sakura en brazos?  

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

—Hmp —fue lo que dijo Sasuke mientras Sakura le reclamaba el hecho de hacer perdieran la carrera; sí, de alguna manera habían comenzado una carrera en la que tocaba llevar a una persona alzada, Sasuke no supo como termino de pareja con Sakura y tampoco sabía cómo había comenzado la carrera, o porque se había detenido en medio de la pista, ocasionando que terminaran en último lugar.

—Sasuke-kun  —llamó Sakura—. ¿Qué te pasa hoy?, estás mas ido de lo usual.

—Nada, ¿Por qué habría de pasarme algo?

—¡Te conozco desde hace años!, a mi no me puedes engañar, definitivamente te pasa algo.

—Lo que digas… Sakura.

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Actualidad, En algún país, 2 de mayo.

—¿Deberíamos encargarnos de la situación antes de tiempo? —preguntó un misterioso hombre con traje negro.

—No, sabes que no podemos hacerlo aun… Pero descuida, que pronto sacaremos a Minato del mercado multinacional.

—Como usted diga Orochimaru-sama.

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Actualidad, Japón, 2 de mayo.

Después del “episodio” de la clase de educación física el día se pasó más rápido de lo esperado y cuando menos se lo pensó Sasuke se encontraba recogiendo todas sus cosas para salir del instituto, lo que había anhelado durante todo el día. El día anterior no había podido ir a ese lugar por este nuevo Naruto, ya que el día anterior se suponía que iban a trabajar Sasuke dejo de segundo plano el compromiso que tenia con ese lugar, el compromiso que se impuso a sí mismo de ir cada día a aquel bosque, por ello ahora necesitaba ir, necesitaba sentirse cerca de su Naruto una vez más. Y por eso, una vez que termino de alistar su mochila y salió prácticamente corriendo de aquella prisión —por lo menos ese día se había sentido así, una prisión—.

A pesar de que a Sasuke le gustaba caminar, era tanta la necesidad de llegar a ese lugar que tomó un taxi que lo dejo en los límites del bosque; una vez se bajó corrió hacia el bosque, corrió hasta que sus piernas se agotaron completamente y en menos de veinte minutos se hallaba allí, en medio de la cascada, tirado contra el césped completamente agotado.

Durmió allí, cuando estaba en ese lugar sentía una tranquilidad inexplicable, a pesar de sentirse incompleto, bueno, realmente se sentía incompleto la mayor parte del día pero acá, podía sentir el calor de Naruto cerca, lo podía sentir junto a él, aunque se sintiera como un niño de seis años de nuevo, no importaba porque allí nadie lo lastimaría, ahí el podía ser el, sin mascaras porque su Naruto era su soporte y mientras estaba con el Sasuke podía ser de nuevo ese niño feliz y sin preocupaciones; sin ataduras y en completa paz el pelinegro cerró los ojos y durmió.

Cuando despertó era de noche y todo en el bosque se había vuelto tenebroso y oscuro, pero Sasuke se sabía el camino de memoria, así que sin miedo de perderse ni nada de eso se encaminó hacia los límites del bosque, a la salida más cercana a su casa; justo a una carretera, una que debía atravesar cuesta arriba para llegar a la gran casa Uchiha, no era lejos, pero tampoco era muy cerca y ahora particularmente no quería caminar ni un poco; justo antes de salir del bosque giró hacia donde se encontraba ese lugar y dijo en un susurro al viento. —Adiós, Naru-chan —luego de eso se encaminó por la carretera que estaba completamente desolada.

No tardó en llegar a su casa, pero se decepciono al encontrarla vacía, totalmente vacía, aquella gran casa era terrorífica vacía. En  la cocina había una nota de Mikoto que decía que había tenido que salir del país de urgencia para arreglar unos asuntos antes de “esa fecha”, siendo la viuda del gran empresario Fugaku Uchiha aun tenia asuntos que arreglar respecto a la familia Uchiha, a pesar de que Itachi ahora se encargaba de las empresa Mikoto era la imagen del clan, era la que un ponía la cara antes de “esa fecha” y anunciaba a los medios lo que harían en los días siguientes. Por otro lado Itachi se quedaría en la oficina, entonces quedaba él, totalmente solo.

Sin ganas de quedarse en su casa sin hacer nada volvió a salir, ahora caminando hacia el parque, por alguna razón le gustaba ese parque de noche, sin ruidos y totalmente tranquilo, por alguna razón ese parque no era víctima de la contaminación visual haciendo que de noche las estrellas se vieran realmente brillantes. Cuando llego se sintió un tanto feliz y eso era por la soledad del lugar, pero la felicidad no duró mucho; encontró que no estaba solo el parque, a lo lejos se veía una silueta de un adolescente recostado contra un árbol. Resoplando molesto se levantó dispuesto a decirle a esa persona que se fuera (era algo egoísta y él lo sabia). Se acercó para encontrarse con esos ojos azules tan parecidos a los de… él, y de nuevo el destino se burlaba de él haciendo que se encontrara con quien menos se esperaba, ese era… Naruto, el plagio de su Naruto.

—Dobe —saludó Sasuke acercándose lentamente.

—Teme —dijo un tanto sorprendido.

—Estas invadiendo mi parque —dijo con una sonrisa burlona.

—¿parque? Tienes que saber que llegue antes que tú.

—Pero yo he vivido más tiempo acá que tu.

Touche —la luz de la luna se incrementó haciendo que la cara de este Naruto se iluminara y Sasuke pudiera verla.

—¡¿Qué te paso?! —preguntó un poco exaltado Sasuke al ver que el ojo de Naruto estaba adornado por un lindo golpe que estaba realmente morado.

—Nada importante —dijo el rubio encogiéndose de hombros mientras caminaba hacia una banca de madera que estaba cerca y se tumbaba sin ningún cuidado, Sasuke lo imitó y se sentó junto a él apoyando los codos sobre sus rodillas. Después de un rato de silencio este Naruto decidió hablar.

—¿Me vas a decir que haces tan tarde acá, teme? —preguntó este Naruto mientras ponía las manos detrás de la cabeza.

—Depende, ¿Me dirás que te pasó en el ojo?

—Ya te dije que no fue nada importante.

—Aun así… quiero saber.

El rubio suspiró. —Hoy vine al parque casi a medio día y había muchos niños jugando, uno en especial llamo mi atención, se veía tan… feliz, y eso que solo jugaba con una nave espacial de plástico; el caso, mientras ese niño jugaba llegó otro más grande y fortachón  y comenzó a molestar al otro, le quito la nave de plástico y la rompió ¡la rompió!, entonces me enfadé, fui y le grite al niño. El niño se quería hacer el fuerte frente a mí, claro que no lo logro, le di un golpe en la cabeza y el niño se fue llorando. Entonces ayude al otro niño y me agache junto a él para tranquilizarlo a que se encontraba bastante alterado, tome los pedazos de la nave de plástico y la arreglé como pude, entonces ese niño se fue con una sonrisa en la cara diciéndome unas simples gracias y yo me quede solo de nuevo. Pero que sorpresa cuando luego de unos minutos volvió el niño al que le había dado un golpe y venia con otro sujeto, de seguro era su hermano mayor, pero era el típico adolescente rebelde, aun así venia como protección de su hermano menor y bueno, no sé porque pero no me quise meter en más problemas, entonces cuando el sujeto me reto, me dejé, claro que lo insulté diciéndole que ese no era el ejemplo que debía darle a su hermano menor; claro que no me escucho y todo lo que logre fue que se cabreara más y más; al final me dio un golpe del cual no me defendí y cayo directamente a mi ojo. El sujeto de seguro tenía pensado seguirme pegando pero me defendí, no lo golpee pero no deje que me volviera a golpear, después de todo más de cinco años de entrenamientos a diario en defesa personal no iban en vano, y después de un rato el sujeto se cansó y se fue con su hermano menor, cabe agregar que mi ojo fue el que sufrió todo el daño, pero bueno, lo valió, si no hubiese ayudado al niño ahora me sentiría mal y me sentiría culpable. Desde ese momento he estado parado acá y he estado pensando en cómo sería yo a esa edad, ¿Seria un brabucón o seria un niño inocente? Y bueno he divagado en mil cosas más, pero no vienen al caso…

—Estuvo bien ¿no crees?, te dejaste golpear para conservar la felicidad de un niño, aunque de seguro esa nave de plástico no le durara mucho, aun así, por lo menos ahora es feliz.

—Si supongo… ahora, Sasuke ¿Me dirás que haces acá?

—No es nada difícil de entender, cuando llegue mi casa esta estaba completamente vacía y no me gusta estar allí, no mientras no hay nadie, así que preferí venir acá a pasar el rato… como digo, no es nada complicado de entender.

—Entiendo, me siento igual…

Se quedaron en silencio unos segundos.

—Hey Sasuke, se me ocurrió un libro que ponemos leer para el proyecto de literatura.

—¿En serio? ¿Cuál?

—Confesiones de una máscara de Yukio Mishima.

—No sé cual es… ¿De qué trata?

—Es como un relato autobiográfico de un joven que tiene que ponerse una máscara frente a todos para aparentar ser normal, también dice como el joven va descubriendo poco a poco su homosexualidad… es interesante.

—Entonces hagamos el proyecto sobre ese libro.

Se quedaron unos minutos en silencio mirando al cielo, pero Sasuke cada tanto desviaba la mirada hacia este Naruto para apreciarlo, tenía que admitir que era muy atractivo, que sus ojos hablaban solos y que su sonrisa quemaba hasta al más frio corazón.

—Es hora de volver a nuestras casas —anunció Sasuke.

—Sí, hora de volver a la realidad —sonrió mientras se levantaba.

—Dobe —dijo Sasuke aun sentado—. ¿Por qué faltaste a clase hoy?

—…No quise ir, no me sentía con ganas.

—¿En serio? ¿Eres de esos adolescentes rebeldes que van a clase cuando les da la gana? ¿Acaso no tienes padres que te hagan ir a clase todas la mañanas?

—Supongo que no… —dijo contestando solo a la última pregunta—. No importa, es hora de volver, se hace tarde, nos vemos mañana, teme —repuso con una sonrisa.

—Está bien… adiós —el pelinegro se paró y se fue dejando a este Naruto con una sonrisa melancólica en la cara.

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Actualidad, Japón, 3 de mayo.

El despertador sonaba insistentemente obligando a Seichi Naruto a levantarse, lo apagó y se paró, la cama era particularmente amplia, cabían más de dos personas ahí; su habitación era grande y con colores vivos que hacían que esta se viera tan… iluminada.

El rubio caminó hacia el baño y tomó una ducha de agua totalmente helada, cuando salió se vio al espejo y sonrió melancólicamente, no entendía la razón de estar así, él no era una persona que se ponía triste con cualquier cosa, pero, desde que llego a ese lugar comenzó a sentir melancolía por todo… No sabía el por qué pero sabía que desde que se desmayo sin aparente razón su instinto le decía que huyera, y pensando en eso, si su instinto le decía, le gritaba que huyera era porque en este lugar había algo malo, algo con lo que no debería encontrarse, pero, ¿qué era?, realmente él quería saber que era y no huir como un cobarde.

Bajó a la cocina y como se lo esperaba, vacio… todo era un silencio sepulcral y casi que palpable, el adolescente suspiró. Desayunó un simple café y salió rumbo al instituto, era temprano, pero era mejor pararse en la entrada del instituto a quedarse en esa casa que incluso parecía aterradora.

Cuando llegó había unos cuantos estudiantes caminando por todos lados, los salones de clase aun no estaban abiertos así que eso obligaba a todos a quedarse afuera aguantando frio, Naruto volvió a suspirar, sentía que ese no iba a ser su mejor día, aun así sonrió al recordar el tiempo que había pasado con el teme la noche anterior, era una sensación inexplicable lo que sentía cuando estaba cerca de Sasuke y la verdad no quería detenerse a pensar mucho en ello por temor a descubrir algo que no quisiera. La noche anterior en cuanto llego a su casa se sorprendió al notar el golpe de su ojo, en realidad se veía peor de lo que esperaba y bueno, no se quejaba, después de todo era el mismo él que se había dejado dar ese golpe… aunque claramente había sido por una buena razón.

—¡Naruto! —gritó una chica de ojos verdes llegando hasta el rubio que estaba recostado contra una pared.

—¿Tú eres…?

—Sakura… Haruno Sakura.

—Ah sí, ahora lo recuerdo… Lo siento —dijo sonriendo.

—No te preocupes, no me había presentado correctamente el día que llegaste y ayer faltaste así que no había tenido oportunidad…

—Seichi Naruto —se presentó él.

—Sí, lo sé —sonrió—. Ven, te presentaré a más personas, es una injusticia que tengas que andar con Sasuke solo porque ya te hecho el ojo —se burló.

Naruto se rió y comenzó a caminar al lado de la chica de cabello rosado, pronto llegaron a un gran pastizal que estaba ubicado detrás del instituto, allí había muchas personas reunidas en un gran círculo, Sakura se acercó hacia donde estaban seguida por Naruto.

—Hola —saludó Sakura en general y todos respondieron a su modo—. Conozcan a Seichi Naruto, ¿recuerdan? Es el estudiante transferido.

Todos saludaron a Naruto y comenzaron a preguntarle varias cosas, que de donde venia, que si se iba a quedar permanentemente, que si tenía novia (esa había sido de parte de Ino), que si tenía novio (y esa de parte de Sai). Al final había conocido a varias personas: Ino, le pareció una chica feliz y una en la cual confiar; Hinata, bastante tímida pero se veía buena persona; Kiba, no le tomó mucha importancia pero parecía una persona competitiva; Neji, le aterró su mirada desde que lo vio, tenía una mirada de “te voy a matar”, este Naruto le sonrió y procuro no hablar más con él, Hinata que notó lo incómodo que estaba el rubio le dijo que le diera una oportunidad a su primo, que no era mala persona; estaba Lee, un extraño chico que curiosamente se parecía al profesor de educación física; Tenten, era un año mayor y era bastante amable; Shino, era extraño y hablaba poco pero por alguna razón le cayó bien a Naruto; alejado de los demás estaba un chico llamado Shikamaru que miraba al cielo como si fuese la cosa más importante del mundo; a su lado se encontraba Chouji, un gordito (que no le gustaba que le dijeran así) que estaba comiendo. Naruto se relaciono bien con todos y aunque Neji aun le daba algo de miedo lo dejó pasar para hablar cómodamente con todos.

—Naruto —decía Ino—. Cuéntanos la historia detrás del golpe de tu ojo.

—Me lo gane de un sujeto por “molestar” a su hermano menor —simplificó las cosas.

—Temerario —se burló Kiba.

—Naruto-kun —habló Sai (sí, Naruto es el centro de atención por el momento)—. ¿Cuál es el por qué de estar tan pegado a Uchiha desde que llegaste?

—No lo sé, supongo que es porque me pusieron de compañero de puesto con el… —Y porque es muy agradable estar con él, se dijo Naruto para sí mismo.

—¡Pero no te vuelvas igual de hosco que él! —gritó Lee. 

—Sasuke-kun es genial —salió a su defensa Sakura—. No se compara contigo Lee.

—Sakura ¡No seas cruel! —se quejaba Lee.

Y así cuando menos lo pensaron el timbre para comenzar las clases sonó, entonces todos se levantaron y se dirigieron cada uno a su respectivo salón de clases; cuando este Naruto entró esperaba ver a Sasuke pero no consiguió su cometido, Sasuke aun no estaba en el salón. Entonces fue a su puesto y se sentó quejándose contra el universo.

Poco después llego Asuma-sensei que también impartía clase de química, entró, saludó y justo cuando iba a comenzar a dictar clase entró un azorado Sasuke al salón de clase pidiendo permiso para entrar y a la vez pidiendo perdón por llegar tarde; este Naruto no pudo evitar soltar una risilla burlona por la situación en la que se encontraba Sasuke, Asuma-sensei lo miró, esperó unos segundos y le dejó entrar como si no hubiera pasado nada, pero le advirtió que si volvía a llegar tarde le pondría una mala calificación que afectaría su promedio, Sasuke asintió y se dirigió hacia su lugar, justo al lado del plagio de Naruto.

—Teme, se supone que debes llegar a las siete —se burló Naruto.

—Cállate, dobe.

El rubio sonrió y se dispuso a prestar atención a las leyes de los gases, tema que comenzaba a explicar Asuma-sensei en la pizarra.

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—Una apuesta —le decía Kiba a Sasuke.

—Hmp —respondió Sasuke ignorando totalmente al otro.

—No me ignores, Uchiha —decía con voz amenazante.

—¿Qué pasa acá? —preguntó Naruto a Shino mientras llegaba a escena.

—Kiba quiere retar a Sasuke una vez más, pero Sasuke no quiere aceptar, por ello Kiba le ha propuesto una apuesta.

—¿Qué clase de apuesta?

—Una cita.

—¡¿Qué?!

—-No lo malpienses… Si Kiba gana se queda con la satisfacción de haberle ganado a Uchiha, pero si Uchiha gana, que es lo más probable, Kiba ha ofrecido organizarle una cita con quien quiera.

—No es mala oportunidad —le dijo el rubio a Sasuke que aun se rehusaba—. Podrías tener una cita con quién quisieras.

Lo que no sabía es que en ese momento a Sasuke le brilló una idea en la cabeza y con una sonrisa prepotente dijo. —Está bien Kiba, acepto

Entonces todo se predispuso, en la pista de atletismo se comenzaron a reunir los estudiantes y Sai comenzaba a hacer apuestas con los estudiantes ¿Quién ganaba? ¡Hagan sus apuestas! Todos se divertían de lo lindo mientras los dos competidores se cambiaban el uniforme por su ropa de deportes, lo malo es que estaban en el mismo lugar y Kiba le mandaba a Sasuke miradas asesinas, el pelinegro no podría estar más desinteresado, incluso en un principio pensó en dejarle ganar a Kiba pero ahora pensaba en beneficios personales entonces estaba concentrándose en una única meta.

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—¿Esto está bien? —preguntó Naruto a Lee.

—Claro que sí, no te imaginas cuantas veces han competido antes Naruto-kun. —decía el chico animado.

—¿Y qué me dices de las apuestas? ¿Eso no está mal?

—Claro que no —llegó Sai interviniendo en la conversación—. Es una forma de hacer más entretenido todo, por cierto ¿Quién crees que ganara? Hasta ahora las apuestas van a favor de Sasuke, el maldito es muy atlético.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

La gente gritaba histéricamente alrededor de la pista de atletismo,  tanto Sasuke como Kiba estaban en la salida, era una simple carrera de dar dos vueltas en la pista de cien metros, entonces Ino estaba haciendo de la chica que anunciaba la salida, inclusive se había arremangado la blusa del uniforme dejando ver su ombligo.

—¡Hagan sus últimas apuestas! —gritaba Sai.

Los competidores estiraban los músculos para no acalambrarse durante la carrera y todos los estudiantes miraban a la expectativa. —Las apuestas se cierran oficialmente —anunció Sai.

Entonces Ino hizo el anuncio de salida y ambos corredores salieron como alma que lleva el diablo, ambos corrían con todas sus fuerzas, era eso o perder el orgullo, aunque para Sasuke era algo más que eso… iban a la mitad de la pista empatados cabeza a cabeza, entonces Kiba hizo un truco sucio, bueno, ni tanto… Le metió el pie a Sasuke entre las piernas provocando que se cayera, al mismo tiempo le dijo. —No fijamos reglas —a lo que Sasuke lo miro como si fuera la misma reencarnación del diablo. Kiba avanzó dejando a Sasuke atrás en el suelo; el pelinegro lejos de quererse rendir se levanto y volvió a retomar la carrera solo que ahora Kiba lo sobrepasaba por unos cincuenta o noventa metros, aun así corrió lo más rápido que pudo, entonces pasaron la primera vuelta, Kiba iba a la cabeza por considerable distancia y Sasuke pensó en desistir pero, recordó algo.

—Sasu-chan —decía cierto rubio con  una sonrisa.

—¿Qué quieres?

—Te gane.

—Ya lo sé —dijo mirándolo mal—. Es solo una tonta carrera.

—Pero te gane en una tonta carrera Sasu-chan —se burlaba el rubio.

—Cállate.

—Sasu-chan —dijo el rubio acariciando la mejilla del pelinegro—. No debes rendirte aun cuando las condiciones no son nada favorables para ti, aunque pierdas todo el mundo te felicitara por el esfuerzo que hayas puesto.

—Tienes razón, gracias Naru-chan.

—Prométeme que nunca te rendirás Sasu-chan.

—Te lo prometo.

 

¿Entonces? No, no podía rendirse, aunque perdiera no podía, eso le había prometido a su Naruto, entonces, de nuevo, negándose a rendirse corrió tanto como sus piernas le daban y corrió con el objetivo de no defraudar a su Naruto, entonces pasó lo inesperado, Kiba bajo su ritmo y Sasuke lo aceleró, así quedaron de nuevo cabeza a cabeza, Kiba se sorprendió pero volvió a reforzar el ritmo y a tan solo unos metros de la meta Sasuke jugó sucio e hizo lo mismo que Kiba momentos atrás, entonces Kiba se cayó y Sasuke atravesó la meta primero bajo los aplausos de todo el estudiantado.

Sasuke intentó recobrar el aliento y después de un rato pudo respirar con normalidad otra vez, varias personas lo felicitaban; entonces llegó Kiba.

—Bien hecho, Uchiha —dijo.

—Igual.

—Entonces, ¿Con quién debo organizar la dichosa cita? —¡claro! La cita, esa fue la razón que impulsó a Sasuke a hacer toda esta cursilería.

Las chicas del estudiantado miraban con ilusión a ver quién era la “afortunada”. —Con el dobe —dijo Sasuke y todos quedaron con la boca abierta.

—¡¿Con Naruto?! Uchiha, es una cita.

—¿Y no puede ser con un hombre? Que mente tan cerrada.

—¿Es en serio?

—Sí.

Kiba suspiró. —De acuerdo, entonces será así.

Y todo el mundo ignoró la mirada de asombro de este Naruto.

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Después de la conmoción causada por la competencia todo el mundo se dirigió a clase y cada uno de los salones se ganó un regaño por parte de los profesores, después de todo la competencia había llevado más tiempo del esperado y todos habían llegado tarde a las clases después del descanso.

Cabe agregar que muchos quedaron alucinando a causa de la petición de Sasuke, eso incluye a Naruto que se había quedado de piedra y si no es por Shikamaru que le dice que tenía que moverse para ir a clase el rubio se quedaba ahí todo el día intentando asimilar lo sucedido. Sasuke, por otro lado se sentía victorioso y feliz, después de todo había ganado la carrera y una cita.

Ahora, todos nos preguntamos por qué diablos Sasuke quiere una cita con Naruto, ¿verdad?

Para responder a eso tenemos que retroceder un poco, primero, al momento en que pusieron a este Naruto de compañero de puesto con Sasuke, a este último se le formo en la cabeza un plan para probar o no que este era o no Namikaze Naruto; la primera parte de su plan fue preguntarle de frente, ya sabemos que eso no funcionó muy bien, después de todo lo único que logró fue confundir mas al adorado Uchiha; entonces ¿cuál era el paso a seguir? Pues simplemente, y a vista de Sasuke ¡una cita! Según Sasuke, una cita arreglaría todo, si este era su Naruto el lo sabría después de pasar todo un día con él en plan romántico y toda la cosa. Ahora bien, no sabemos si este plan tan reforzado le va a resultar a Sasuke.

Volviendo a la historia, Sasuke se la pasó el día con una sonrisa triunfal en la cara, más bien era una sonrisa de lo mas prepotente, entonces, a la hora del almuerzo este Naruto por fin tuvo las agallas que estuvo reuniendo todo el día y le fue a hablar a Sasuke.

—¿Quieres decirme que fue lo de esta mañana? —preguntó entre enfadado y sorprendido (Aun).

—¿Qué cosa? —preguntó como quien no sabe.

—-¿Una cita? ¿Los dos? ¿Y ni siquiera tuve derecho de opinar?

—Ah, es sobre eso… No hay mucho que decir, dobe.

—¿Qué insinúas?

—Exactamente lo que crees… Además, no hay porque verlo de mala manera, gané la apuesta y ahora Kiba tiene que organizar todo aparte de eso él paga, no tiene nada de malo ¿verdad?, a menos que… Dobe, no tendrás miedo de salir conmigo en una cita ¿O sí?

—¡C-Claro que no! ¡Teme!... Si lo pones de esa manera no creo que haya problema, pero… ¡Deja de decirle cita! Llamémoslo… una salida de amigos.

—Lo que tú quieras, dobe…

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Más tarde, casi a la salida del instituto Kiba se acerco a Sasuke con una mirada de “algún día de estos te mataré, lo juro”.

—Uchiha… Termine de preparar la “cita” —dijo intentando sonar orgulloso.

—Dile salida de amigos —dijo Sasuke mientras se burlaba interiormente del dobe.

—¿Qué?

—No, nada… En asuntos más importantes, ¿Cuál será la cita? ¿En dónde?

—Teniendo en cuenta que no tuve tiempo de pensar y/o preparar nada, conseguí estos, son para mañana —dijo mientras le pasaba dos boletos.

—¿Es en serio?

—Sí, aparte es una cita no hay porque contenerse.

Sasuke suspiró. —De acuerdo, no es tan malo… pero ¿Y la comida?

—No creas que no pensé en eso Uchiha —y de nuevo saco más boletos y se los pasó—. Son tickets para comer.

Uchiha asintió.

—Ah, y otra cosa —dijo riéndose perrunamente Kiba; de nuevo saco más boletos y se los pasó—. Eso para que se entretengan, pero los que pude conseguir son de una cita dentro de unos meses, así que guárdalos bien —antes de que Sasuke pudiese decir nada el otro se fue casi que corriendo.

Sasuke se sintió confundido por la actitud de Kiba para después mirar los boletos; abrió los ojos desmesuradamente y grito. —¡Maldito Kiba! ¡¿En serio pretendes que vayamos a un sexólogo?! ¡¿Y que aparte de eso nos revele nuestra química como pareja sexual?!

Después de unos segundos Sasuke se calmo y retuvo las ganas de romper esos boletos a la mitad, ese maldito Kiba, tenía que burlarse de él para no sentir su orgullo tan herido. Entonces Sasuke volvió a ver los primeros boletos que entrego Kiba.

—Así que un parque de diversiones… No está mal.

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Cuando se hizo de noche Sasuke se levantó del césped y se dispuso a caminar hacia los límites del bosque para volver a su casa; y justo antes de salir susurro al viento —Adiós Naru-chan —mientras caminaba cuesta arriba por la carretera decidió llamar a este Naruto, entonces saco su celular y  marcó.

¿Sí?

—Dobe, soy Sasuke.

¿Sasuke? ¿Cómo conseguiste mi número?

Sasuke se quedó en silencio, revelarle como había conseguido su número era bastante vergonzoso; de hecho, había ido a la oficina administrativa –Donde guardaban todos los datos de los estudiantes– y le había hecho miraditas sexys a la que atendía, al final aquella mujer se había rendido y le había dado el número de celular de Naruto. —Lo conseguí por ahí —respondió misteriosamente.  

ya…

—No, algo mas importante dobe, ya se cual será nuestra cita…

¡Que no le digas cita!

—Ya, me corrijo entonces… Ya sé cual será nuestra salida de amigos

Esto está mejor… así que, ¿A dónde iremos?

—Un parque de diversiones.

¿En serio? ¿Eso no es de novios?

—No, no, para nada, es toda una salida de amigos —se burló Sasuke.

Cállate, teme.

—Dobe.

Naruto se rió al otro lado de la línea, entonces sonó un crack, como el sonido de una puerta abriéndose. —Me tengo que ir, adiós. —dijo apresurado y colgó.

—Me colgó —dijo frustrado el pelinegro.

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Actualidad, Japón, 4 de mayo.

El día no había sido tan fatídico como lo esperó Sasuke, es más se había pasado bastante rápido y con varios episodios muy graciosos; el primero, en la mañana este Naruto había llegado tarde, lo que le dio oportunidad a Sasuke de burlarse de él y vengarse por la vez que el primero se había burlado cuando a él se le había hecho misteriosamente tarde. El segundo fue incluso más gracioso, en clase de educación física Gai-sensei estaba “conmovido” por la carrera del día anterior e hizo que todos los estudiantes dieran treinta vueltas a la pista de cien metros, eso no sería gracioso si no fuera porque las vueltas se tornaron en una carrera entre todos los estudiantes masculinos, una carrera que nadie gano porque todos estaban casi muertos en el suelo luego de veinte vueltas.  Y así sucedieron varios eventos hasta que por fin fue hora de la salida, en ese mismo momento el partiría con este Naruto hacia su cita… no, su salida de amigos.

Perdóname Naru-chan, no podre ir contigo hoy. Pensó Sasuke justo antes de salir del instituto.

Todo el camino hacia el parque de diversiones fue llenado por las tonterías de este Naruto, se la pasaba hablando de mil y un cosas. —Sasuke, ¿sabías que los romanos se depilaban las piernas antes de ir a cada batalla?

—Dobe, deja de decirme datos irrelevantes.

—¡No te quejes!, se que te gusta.

—Cállate.

—Teme.

Cuando llegaron al parque de diversiones entraron fácilmente con los boletos que Kiba les había dado. —¿A dónde deberíamos ir primero? —dijo Sasuke a la nada.

—¡La montaña rusa! —gritó el rubio y sin esperar respuesta del otro lo jaló hasta la fila para subir a la atracción. Esperaron unos minutos y cuando iban a subirse Sasuke dijo. —Dobe, ¿te confieso algo? No me gustan las atracciones rápidas.

—Sasuke, no seas tan niña, ya verás cómo te gusta —Y prácticamente lo arrastró hasta el carrito, el juego comenzó y ambos gritaron como locos hasta que por fin acabo.

Cuando se bajaron Sasuke estaba feliz diciendo que volvieran a subir, por otro lado Naruto estaba pálido casi a punto de vomitar y casi le rogó a Sasuke que no subieran otra vez. —Luego eres tu el que me dice niña, dobe —después de ese acontecimiento Sasuke se permitió reírse de Naruto mientras hacían fila para otra atracción menos “fuerte”.

—Sasuke, no me vas a negar que también te dio miedo —dijo el rubio intentando defenderse.

—¡Por supuesto que no me ha dado miedo!

—¿Acaso no fuiste tú el que me dijo que le daba miedo?

—Fue un momento de debilidad, dobe.

—Lo que tú digas, teme.

Así pasaron de atracción en atracción, Sasuke pasó la vergüenza de su vida cuando este Naruto le insistió subirse al “barco pirata” era una atracción en la que a pesar de que podían subirse solo iban niños pequeños, Naruto insistió tanto que al final Sasuke cedió, y durante la mayoría del recorrido del “barco pirata” su cara no pudo estar más roja, niños y adultos se reían de ellos, este Naruto era totalmente indiferente a la situación, disfrutaba su recorrido y disfrutaba sentirse un pirata. Entonces, a varios minutos de acabar el recorrido Sasuke decidió no fijarse en lo que los demás decían y se puso a gritar al son de Naruto que a su vez gritaba al son del animador que decía tonterías como ¡Que los que sean piratas griten Argh!, entonces Naruto grito y Sasuke sin quedarse atrás también grito mientras simulaba tener una espada en las manos. Ambos habían vuelto a ser niños durante esos minutos.

—Estuvo genial —dijo este Naruto al bajarse del barco.

—Sí, la verdad no estuvo nada mal, da la sensación de ser un pirata.

—Y tú no querías subirte, teme.

—Cállate, dobe… Dejémonos de niñerías y vayamos a un lugar más de adultos —dijo el pelinegro refiriéndose a un único lugar, el castillo del terror.

—¡¿Qué?! No teme, por favor… Me aterran esos lugares.

—Y te cito dobe, “no seas tan niña”, vamos, tú me arrastraste a ese estúpido barco, es mi turno.

Sin poder recriminar nada ambos hicieron la fila para entrar al tan temible castillo, a este Naruto le temblaban las piernas y casi sentía que ocurriría un “accidente” con sus pantalones, pero no podía rendirse y quedar mal frente al teme, no, claro que no.  Entraron en una fila de diez personas, para mala suerte a este Naruto le había tocado de último en la fila y Sasuke, nada colaborador, no había querido cederle el lugar, por ello ahora Naruto estaba realmente asustado.

Al final el recorrido no fue tan malo como pudo serlo, Naruto salió riéndose y Sasuke… pobre Sasuke, había salió temblando, pálido (más de lo normal) y casi que a punto de llorar. Entonces los papeles se invirtieron, definitivamente esos dos debían saber sus prioridades. ¿Cuál era el punto de obligar a tu acompañante a subir a una atracción para después casi que bajar llorando? A ambos les había pasado y en dos situaciones diferentes.

—¿Quieres comer? —preguntó el rubio.

Sasuke notó que el espectáculo que estaba dando no era nada digno de un Uchiha así que se repuso casi de inmediato y dijo. —Sí, vamos a comer —en tono realmente serio.

Comieron mientras miraban la noche (Era impresionante, ¡Se había hecho de noche cuando menos se dieron cuenta!), hablaron de cosas sin importancia y se rieron de tonterías, esta vez tanto por parte del rubio como por parte del pelinegro.

—¿Deberíamos subir a alguna atracción más antes de irnos? —preguntó este Naruto.

—No lo sé, aparte, ¿Qué atracción podríamos probar?

—A esta hora solo hay atracciones para enamorados —se burló el rubio.

—Es verdad, no quiero pasar otra vergüenza por tu culpa, dobe.

—¿Mi culpa?... difamador, mejor volvamos a casa, ya es tarde.

—O… —Comenzó Sasuke con una voz insinuante—. Podemos ir al túnel de amor.

El rubio abrió los ojos desmesuradamente. —¡Esta me la pagas! ¡Teme!

Salieron del parque de diversiones corriendo, más bien el rubio perseguía al pelinegro, después de unas calles se cansaron, pararon y caminaron juntos hasta cierto punto donde obligatoriamente debían separarse, entonces se despidieron con un —nos vemos mañana— y cada uno se fue a su respectiva casa.

Sasuke notó que hasta ese momento no había pensado en el día siguiente, lo había olvidado por completo y eso no era algo que pudiese concebir, ¿olvidar el día de sus demonios? Definitivamente algo no iba bien; llegó a la esquina de la gran casa Uchiha aun confundido.

Entró y vio que tanto Mikoto como Itachi se encontraban en la casa, así que por fin se habían dignado a aparecer. —Hola —saludó sin muchos ánimos.

—Sasuke —dijo Mikoto—. Mañana…

—No quiero saber nada de mañana, por favor.

—Sasuke —esta vez habló Itachi—. Sé que no quieres saberlo, pero ya eres muy grande como para hacer estas rabietas, así que por favor, se educado, mañana haremos una reunión en la tarde y tienes que estar presente.

—¿Reunión? ¿Para qué? —preguntó en actitud hosca.

—Para recordar al que fue líder del clan Uchiha, tu padre, Sasuke —Itachi dijo su nombre de forma tan intimidante que solo pudo quedarse callado y asentir.

—Me alegra que lo entiendas hijo.

—El hecho de que lo acepte no significa que lo entienda —murmuró Sasuke para sí para justo después mirar a su madre y asentir—. ¿Puedo retirarme ya?

—Sí, Sasuke-

Ahora Sasuke subió las escaleras pesadamente, por alguna razón la felicidad que sentía hace unos minutos se había esfumado, ahora dando paso a los terribles que serían las siguientes 24 horas, no quería recordar, no quería volver a revivir esos momentos; si fuera por él incluso no iría a ese lugar al día siguiente pero no podía fallarle a su Naruto, no, no podía huir como lo haría un cobarde, por ello se intento dar valor a sí mismo, como ese día era el más feliz de su vida, también era el día con el que habían comenzado todas sus tragedias. Entonces, ir a ese lugar a sentirse más descubierto que cualquier otro día era su única opción.

Desde ese día habían pasado tantas cosas que ya ni cabían en la mente de Sasuke, habían cosas que el mismo había decidió sellar, cosas que no quería recordar, pero eran cosas que a pesar de que hiciese de todo para olvidarlas seguían ahí, entonces era imposible huir y eso Sasuke lo sabía bien.

Llegó a su habitación y con pereza se quitó su uniforme para ponerse ropa más ligera y así poder dormir más cómodo, entonces recordó todo lo que había vivido ese día  y una sonrisa involuntaria se posó en sus labios, desearía que todos los días fuesen como ese, realmente deseaba que las cosas no hubieran cambiado, que Naru-chan siguiera junto a él, que su padre aun merodeara por ahí, poder ver a Minato-san, poder ver sonreír todos los días, no tener que sentirse tan patético. Y en ese momento en particular realmente deseaba quedarse dormido las siguientes 24 horas y no tener que recordar ese día.

Aunque más que eso, deseaba no amar tanto a Naruto  y realmente deseaba poder sacarlo de su mente, aunque sabía que eso era totalmente imposible; y eso era porque Naruto había calado más hondo de lo que quisiera.

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—Sasuke no se lo está tomando nada bien, ¿No crees? —decía preocupada Mikoto mientras servía café para ella y para Itachi.

—No te preocupes mamá, en realidad hoy lo veo más relajado que cualquier otro año.

—¿En serio lo crees así?

—Claro, en realidad, hoy se le veía feliz; sabes que este día es difícil para Sasuke entonces lo mejor será dejarlo solo un rato, ya verás cómo se repone —decía con una sonrisa tranquilizadora Itachi.

—Ojala sea así, en serio —dijo la madre de aquellos niños mientras tomaba café y miraba delicadamente al cielo, como pidiendo un deseo a una estrella que había pasado indivisible frente a sus ojos.

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Actualidad, en algún país, 4 de mayo.

—Mañana es el aniversario de la muerte de Fugaku Uchiha Orochimaru-sama.

—Lo sé… y creo que lo mejor es comenzar a planear nuestro regreso.

—¿Entonces…?

—Kabuto, aun no necesito que cierres todos nuestros asuntos acá, iremos a Japón a visitar al querido heredero de la multinacional Uchiha; después podremos planear el siguiente paso —dijo con una sonrisa un tanto macabra.

—Como usted desee, Orochimaru-sama.

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Actualidad, Japón, 5 de mayo.

Notas finales:

Esto de subir sin tener que escribir xd... Por ello este capitulo esta tan rapido; Creo que antes de actualizar de nuevo en FF subire hasta el capitulo 5. 


Pero ahora, al capitulo.

Este capitulo en especial me gusta, porque no hay tanto problema; no hay lio. Y se pasa un buen momento. Pero, lo que viene... El día fatidico de Sasuke. *Suspenso*

Eh.. Gracias por los Rr's del primer capitulo, como estoy subiendo de seguido no doy ni tiempo a comentar, pero que se le hace xdd.

En fin. Adiós, y me gustaria saber tú opinion n.n


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