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Aeternum. por PauYh796

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Notas del capitulo:

Numero de palabras del capítulo sin notas: 10.026

 

5 de mayo.

Hace unos años, Japón, 5 de mayo.

—Sasu-chan, prometo que no me separare de ti, estaremos juntos por siempre.

—Por siempre es mucho tiempo.

—No importa, cumpliré mi promesa Sasu-chan, porque te quiero.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Actualidad, Japón, 5 de mayo.

Así que el día había comenzado con un tortuoso sueño de la confesión que había tenido con su Naruto tiempo atrás; Sasuke abrió los ojos realmente cansado, aquel maravilloso (Nótese el sarcasmo) día estaba frio y se notaba cansancio en el ambiente, cuando se fijó aun no había amanecido, giró y vio que eran las cuatro de la mañana, genial, en ese mismo instante hace diez años Fugaku Uchiha había muerto, aparentemente por un infarto, historia que nadie se creía, ¡Por favor!, para la vista de todos, incluso de Sasuke, aquella muerte no había sido más que un asesinato bien planeado.

Dormir en ese instante era una estupidez, solo le serviría para soñar más cosas inservibles. Inservibles murmuró una voz dentro de la cabeza del adolescente. ¿Son realmente inútiles todos estos sueños?, sí, se dijo a sí mismo Sasuke. Eran inútiles, pero eran lo que tenía, eran lo que hacía que viviera… pero, ¿Por qué sufría tanto cada vez que tenía que recordar? Aquella pregunta sin respuesta era un suplicio.

Camino a oscuras por la habitación y decidió tomar un baño, fue un baño de agua caliente, casi que le quemaba la piel, cuando salió su cuerpo tenía un todo rojizo, poco importaba ya que ese tono se pasaría casi enseguida, en cambio, el calor fingido que sentía mientras se bañaba se esfumaba lentamente. Ahora, bajo el escudriño del espejo Sasuke se miro detalladamente, su cara… ¿Qué era esa expresión?, sí, definitivamente se sentía como un niño perdido, ese temor de no encontrar un camino para volver a casa. Entonces se fijó nuevamente en su cara y le dieron unas ganas inmensas de llorar; pero, ¡un Uchiha no llora!, entonces se lavó la cara dispuesto a ahuyentar las lágrimas que amenazaban con salir.

Se vistió con el uniforme del instituto como cualquier otro día, y volvió a virarse hacia el reloj; las cinco de la mañana; en ese momento hace diez años había sonado el  teléfono central de la casa despertando tanto a la madre como a los dos hijos, confundidos habían ido a contestar, entonces Mikoto había palidecido y casi caído al suelo de no ser por los brazos de Itachi que estuvieron allí para agarrarla justo a tiempo. —¿Qué paso? —había preguntado Itachi con una mirada profunda. Mikoto sin nada de delicadeza en ese momento, incluso diciéndoselo a si misma más que a cualquiera de sus hijos, como intentando creerse la situación, y a pesar de que un pequeño Sasuke los observaba a la expectativa dijo. —Es tu padre, ha muerto —hasta este entonces aun no sabe cuál fue su reacción de ese momento, recuerda que pensó que nunca podría impresionar a su padre convirtiéndose en un gran heredero, entonces las lágrimas corrieron por sus ojos e Itachi notó por primera vez a su hermano menor y soltó a Mikoto para tomar a Sasuke en sus brazos; claro que a Itachi también le dolía, pero en ese instante sintió que debía frenar su corazón para apoyar a su hermano de seis años que lloraba desconsolado. Al final los tres se habían dado un abrazo, Mikoto no tomó el mejor papel ya que necesito más apoyo del que pudo dar, pero de alguna manera cada uno había recibido algo de paz dándose ese abrazo, Sasuke dejo de llorar y se dijo que no lloraría mas en esa situación (promesa que no cumplió claramente).

Sasuke se vio tan sumido en sus pensamientos que cuando volvió a la realidad ya había amanecido y el día mostraba un sol absurdo que solo logró estresar a Sasuke, el maldito destino se burlaba de él poniendo el día azul y bonito para que todos en todas partes de la tierra se levantaran y dijeran “Que bonito día”. Entonces resopló cual caballo, y se dirigió a la cocina, desayunaría algo y después se iría al instituto.  

Cuando llegó a la cocina allí se hallaba tanto Itachi como Mikoto. —Sasuke —dijo la última sorprendida—. ¿Iras a estudiar?

—Sí —respondió como si fuera cosa obvia, lo cual era…

—Pero…

—Mamá, si no hago algo enloqueceré —dijo el pelinegro e Itachi asintió dándole la razón.

—¿Estás seguro?

—¡Que si!

—De acuerdo Sasuke —dijo ella aún preocupada. A Sasuke por su parte se le había quitado el apetito, decidió no comer.

—Me voy, adiós mamá, Nii-san —dijo mientras giraba para irse antes de que alguien le dijera algo más que pusiera su cordura en una cuerda fina.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

En ese mismo instante, Japón, 5 de mayo.

—…Y pronto aterrizaremos en Japón, espero que el viaje haya sido de su total agrado. —habló el copiloto.

—¡Que viaje tan pesado! —murmuro el hombre de traje que servía a Orochimaru, después de todo había tenido que planear y arreglar ese viaje con un límite de unas dos horas, y el hecho de que la serpiente —como lo llamaba a sus espaldas— estuviera encima de sí no había ayudado.

—Orochimaru-sama, ¿Qué haremos al llegar a Japón? —preguntó el hombre llamado Kabuto a su amo.

—Persuadir a Sasuke, si no lo logramos antes sin duda ahora lo lograremos, después de todo tengo una carta jugando a mi favor.

—¿Qué es?

—Eso no te importa.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Actualidad, Japón, 5 de mayo, viernes.

¡Esto definitivamente era lo peor!, apenas Sasuke había llegado al instituto le había saltado Asuma-sensei encima recriminándole el hecho de haber ido a estudiar, a la vez le dio el más sincero pésame, aunque a Sasuke le pareció una broma de mal gusto se obligo a sí mismo a sonreír y decir un pesado gracias, entonces la gente que había alrededor, curiosa, se había acercado y después de escuchar parte de la conversación ¡Lo recordaron!, ese era el aniversario de la muerte de aquel gran empresario, unos se acercaron a Sasuke y dijeron las palabras reforzadas de Lo siento por su perdida, y mil babosadas mas, otros habían huido literalmente, no querían meterse con Sasuke en ese día tan “fatídico”, ¡Que de fatídico no tenía nada!, como lo mencionado aquel día era uno de los más felices de su vida pero a la vez de los más trágicos.

Entonces apenas había entrado al salón de clases Sakura le había saltado encima, con más confianza le dio solo una sonrisa animadora, cosa que ayudó a Sasuke más que cualquier otro pésame falsamente dicho, por fortuna Sakura no le había dicho lo siento, Sasuke había asumido que cada persona que le decía lo siento debía ser un enemigo, porque, es como si le dijeran que lo sentían por lo que había pasado con su Naruto, entonces Sasuke pensó que le daba más importancia a ese beso infantil que a la muerte de su propio padre, ¡Vamos! ¡Eso lo había superado hace tiempo! O eso quería creer, pero, comparando con Itachi, él lo había superado y ahora recordaba a su padre con nostalgia pero más allá de eso no iba, ¿Por qué Sasuke no podía pensar igual?

Iniciaron las clases con un aburrido profesor de filosofía que explicaba cosas al azar sobre Sócrates, platón, Aristóteles y otros filósofos más; en medio de eso estaban cuando llego un rubio agitado con el uniforme a medio poner y el cabello todo desarreglado. —Seichi, otra vez tarde —reclamó el maestro.

—Lo siento, me quede dormido —dijo mientras se sonrojaba y bajaba la mirada.

El maestro suspiró. —Tome asiento, y que sea la última vez Seichi.

—Sí —Sasuke se permitió reírse, este Naruto era tan… dobe.

Cuando este Naruto llego a su asiento Uchiha aun soltaba unas risillas. —Usuratonkachi —le dijo.

—Cállate, teme.

—¿Ahora eres tú el que llega tarde?

—Me quede dormido —dijo sonrojándose de nuevo. Sasuke dejo de reír para mirar a este Naruto, ¿Cómo una persona podía despeinarse de esa manera? Acercó la mano un tanto tímidamente y la dirigió hacia la cabeza del rubio para acomodar los mechones que mas sobresalían. —¿Te levantaste tan tarde que ni tiempo dio a que te peinaras, dobe?

—Así de tarde me levante —dijo riéndose.

Después de la escena ambos se fijaron más en la clase, pero… ¿Sasuke había reído? ¿En ese día que era como un tabú reír? Sonrió al recordar el día anterior, definitivamente el había olvidado cualquier rastro de sus demonios al estar con este Naruto, ahora no había sido diferente, por unos segundos había olvidado la razón de su malhumor, incluso había olvidado que día era. Entonces una idea extraña paso por su mente, acaso, ¿Este Naruto era su cura?, sí, parecía que así era…

Entonces las clases de la mañana pasaron, entre pensamiento y pensamiento llego a la conclusión que este Naruto en serio era lo más cercano que tenia a una cura para el malestar que causaba el día, pero casi de inmediato se regaño por pensar de mas, tal vez el factor físico incluía ahí, aunque este Naruto no fuese su Naruto sin duda era muy parecido físicamente, aunque le faltaban esas rayitas tan cautivadoras que tenía su Naruto en las mejillas, era como un remplazo…

¡Esperen!, ¿Un remplazo?, no, Sasuke no podía estar pensando en eso, nadie era remplazo de nadie, Seichi Naruto era diferente a Namikaze Naruto, Sasuke no había pensado en remplazar el espacio que había dejado su Naruto con este Naruto, una cosa nunca es igual a otra, todas son diferentes, entonces la idea de remplazar a su Naruto sonó tan absurda como ver una campaña política y creerse todas las promesas de los candidatos. Por ello decidió nunca intentar remplazar a su Naruto con este Naruto. Había aceptado que ambas eran personas diferentes entonces la palabra remplazo desapareció de su mente.

Después de las clases de la mañana, en el descanso, todo el alumnado masculino del salón decidió hacer un gran partido de Basketball, todos los del salón estaban invitados y todos habían aceptado, menos uno… Sasuke. Inclusive este Naruto había aceptado totalmente emocionado, las estudiantes femeninas habían hecho dos grupos para animar el partido, así todo el instituto se vio involucrado en la idea de la cual nadie supo cómo había sido pensada.

Con Sasuke fuera quedaban dos equipos exactos, entonces tomando la forma tradicional de hacer equipos se eligieron dos capitanes, uno era Rock Lee y el otro nada más que este Naruto, resultaba que este Naruto había estado en la liga de la ciudad durante varios años, y era bastante bueno, por razones desconocidas había abandonado el Basketball; entonces, Lee al notar conocida la cara de Naruto se dedico a averiguar y encontró noticias de varios campeonatos ganados, de partidos extraescolares, cualquiera diría que este Naruto tendría futuro como basquetbolista profesional; un día que no tenía nada de especial abandono todo y no volvió a jugar. Pero eso no le quitaba el talento, así que mientras discutían quienes serian los capitanes alguien dijo que Lee sería bueno ya que era muy atlético y Lee de una vez salto y postulo a este Naruto de segundo capitán, al principio, este Naruto se había negado, entonces Lee soltó toda la información y dijo quien era; todos, incluido Sasuke habían quedado con la boca abierta y Lee victorioso jalo a Naruto y lo volvió segundo capitán. Entonces por selección de capitán eligieron sus jugadores, primero Lee que eligió a Neji, ya que lo tomo como “buena” estrategia, Naruto escogió a Shikamaru que a pesar de no ser tan atlético tenía un cerebro prodigio y sería mejor estrategia para ganar el partido. Sasuke miraba todo el espectáculo desde un lado de la cancha con pereza para moverse; y antes de que los capitanes pudieran terminar de escoger, Chouji salió corriendo de la cancha, todos quedaron confusos y miraron a Shikamaru pidiendo explicación.

—Parece que con tanto ajetreo se le “olvidó” comer, entonces fue corriendo a comprar algo, es mejor sacar a Chouji del partido, no jugara.

—¡Pero eso deja a mi equipo incompleto! —se quejó este Naruto.

—Consigue otro jugador —sugirió Lee—. Al final no importa si no es de nuestro curso.

—Entonces escogeré a quien quiera —dijo con una sonrisa, y en seguida comenzó a sondear alrededor buscando un posible jugador, entonces su miraba azul se todo con una mirada negra; sonrió macabramente.

—Sasuke —dijo.

—¡¿Qué?! —gritó el aludido saliendo de su dispersión.

—Lo que oíste, teme.

—Yo dije que no iba a jugar, no me pueden obligar —entonces gritos de parte de las chicas como de los chicos se escucharon, las chicas lo animaban a que jugara y aunque algunos chicos lo estaban insultando por ser tan “cerrado” la mayoría lo animaba, eso incluía a Naruto. El pelinegro cedió a la presión, al final se vieron todos en la cancha, los capitanes parados en el centro y un árbitro de un curso mayor, lanzaron el balón y el juego comenzó.

Al principio el juego se veía reñido, ambos capitanes jugaban bastante y todo el tiempo se hacían con el balón pero justo antes de poder encestar alguno de defensa se interponía en sus caminos quitándoles el balón, incluso, en medio de la desesperación sacando el balón fuera de los límites de la cancha; entonces así pasaron la primera parte del partido, a pesar de que Sasuke no quisiera jugar se vio más involucrado en el juego que muchos otros jugadores, por alguna razón hacia equipo perfecto con este Naruto, uno de los dos tomaba el balón y sin pensárselo mucho se lo pasaba al otro que lo cogía sin mucha dificultad… en fin, como una máquina que funciona perfectamente.

Sasuke corría con el balón hacia la cancha contraria cuando un chico, Idate, se le acerco. —Uchiha —le dijo con una sonrisa burlona.

—¿Qué quieres? —le dijo mirando fijamente a la cancha y cuidando que no se le viniera nadie encima.

—Quería darte el pésame, después de todo hace diez años que tu papá murió —dijo falsamente—. He de admitir que esto lo hago solo porque mi madre me obligo a eso, no quiere “tener malas relaciones” con los Uchiha.

Sasuke bufó y apresuró el paso hacia la cancha realmente furioso, dio un salto e hizo una gran cesta. Lo que ignoraba es que este Naruto había visto y escuchado lo que Idate decía, y una mueca de incredulidad se formaba en su cara, ¿qué hacia Sasuke en el instituto si era el aniversario de la muerte de su padre?

El partido continuó, y ahora con Sasuke furibundo el equipo iba ganando ya que el pelinegro se había dedicado a dejar todo en la cancha, en una acción masoquista comenzó a esforzarse de mas haciendo que los demás jugadores no le pudieran seguir el paso; lo que había sido un trabajo en equipo con este Naruto ya no existía, Sasuke estaba jugando prácticamente solo haciendo que todos se enfadaran, ¡si jugaban un partido, era para que lo jugaran todos! ¿Quién se creía Sasuke para hacer eso? Pero todos callaron e intentaron seguir jugando. Y lo hacían por una única razón, lastima; todos estaban enterados de la “situación” entonces intentaban aparentar normalidad, las dos razones por las que Sasuke no noto lo que estaban haciendo los demás fueron; primera, estaba demasiado metido en su mundo como para darse cuenta; segunda, Naruto que era el único que no estaba haciendo lo que los demás seguía jugando de verdad e intentaba que Sasuke jugara en equipo.

Sasuke se acercó a la cancha contraria entonces el sujeto de nombre Idate estaba a punto de explotar, no soportaba la situación; Sasuke hizo la posición para lanzar un tiro más certero pero antes de que pudiera Idate de gritó desde la otra esquina de la cancha.

—¡Uchiha! ¡Estamos siendo considerados porque es el aniversario de la muerte de tu padre! ¡Pero tampoco nos jodas el partido jugando tu solito! ¡Después de todo solo te tenemos lástima!

Sasuke sabía que en ese día era más vulnerable de lo usual, sabía que aunque ese comentario le hubiera dado igual cualquier otro día, pero hoy no; por eso, totalmente sorprendido y de espaldas a todos los demás dejo caer el balón mientras mantenía la posición de lanzamiento, salir corriendo seria una escena muy de película romántica, entonces, ¿qué debía hacer?, antes de encontrar respuesta a eso sintió la presencia de este Naruto detrás suyo, casi que podía ver la miradita de lástima que le lanzaba debido al comentario hiriente que le habían mandado.

—No te atrevas a decir nada —dijo Sasuke con la voz amenazadora.

Giró hacia Idate, le lanzó la mirada más terrorífica que alguien vería nunca jamás y se fue dejando a todos callados.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Después del descanso el ambiente en el salón de clase era realmente incómodo, Sasuke aun no había vuelto, pero justo cuando algunos se aliviaban ya que no tendrían que soportar a Sasuke la siguiente hora, llego, y llego con una mirada asesina. Caminó hasta su asiento con pasos pesados y bajo la mirada de todos, incluso de este Naruto. Sakura parecía ser la más preocupada, después de todo ella era la única que conocía la situación perfectamente, incluso sabia de ese beso. Cuando Sasuke llegó a su puesto notó la vista fija de Naruto, sabía que todos lo estaban mirando, pero notaba la mirada de este Naruto más que las otras, giro hacia él y con una expresión facial le pregunto. —¿Qué pasa?

—Sasuke…

—No digas nada, dobe.

—Pero…

—No soy una niñita, estoy bien.

El rubio suspiró y viro hacia el profesor de trigonometría que intentaba explicar un teorema, pero que notaba que el ambiente del curso no estaba dispuesto a escuchar una clase en la que entraban hipotenusas, catetos, ángulos y un sinfín de cosas más; todos se fijaban en un único estudiante. Pasaron unos segundos en los que todo el salón se quedo en absoluto silencio entonces este Naruto volvió a susurrar.

—Sasuke… —y lo dijo con voz tan lastimera que a Sasuke le dieron ganas de llorar, pero se lo trago, primero, debía ser fuerte; segundo, no lloraría en frente de un montón de babosos que poco entenderían lo que estaba sintiendo en ese momento. Volvió a sentir la vista fija de todos; sintió la vista de Sakura, que entendía lo que estaba pasando, y sintió la vista de Naruto que intentaba entender lo que estaba pasando. Entonces se hartó. Dio un golpe con ambas manos a la mesa, todos giraron con sorpresa, el “calmado” Sasuke estaba haciendo un espectáculo. Giró dispuesto a irse pero la mano de este Naruto lo detuvo.

—¿Qué haces?

—¡Estoy harto! —gritó el pelinegro—. ¡No necesito las miradas de lástima!

Entonces se fue azotando la puerta.

Silencio.

—Iré por él —se apresuró a decir Sakura y sin esperar el consentimiento del profesor salió corriendo, recorrió todo el instituto pero no lo encontró, y es que en ese instituto no había muchos lugares para esconderse, entonces la única solución era que…

Se había ido.

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No lo soporte, pensó Sasuke mientras caminaba por las calles, se sentía como un cobarde, pero ¿quién no cedería a esas miradas? ¡Eran lástima! ¡Lástima en su estado más puro!, para unos solo era interés, sus familias tenían negocios con la familia Uchiha entonces debían ser “amables” con el fututo heredero de la compañía; en realidad, Fugaku en su testamento estipulo que la compañía debía pasar a manos de Sasuke, ya que Itachi se había decidido a estudiar otras cosas, su padre le había dado la oportunidad y esperaba sobrevivir hasta que Sasuke tuviese edad suficiente para manejar la empresa, pero, murió. Y Sasuke tenía seis años. ¿Qué se podía hacer?, Itachi renunció a sus sueños y manejo la empresa, aun así, en el momento en que Sasuke cumpla dieciocho años la empresa pasara a ser de Sasuke y se declarará como nuevo líder del clan Uchiha, por ahora, Itachi, queriendo conservar la niñez y juventud de su hermano se encarga de todo, pero, en lo más hondo de su ser desea que Sasuke cumpla la mayoría de edad rápido, así podrá retomar los sueños que dejó atrás.

Entonces Sasuke se dio cuenta de lo patético que estaba actuando, pero, ¿podía ser patético un día? ¿Podía llorar por las cosas que no tiene solo un día? ¿Podía añorar a su padre solo por hoy?

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Sakura se detuvo agitada, después de todo llevaba corriendo un buen rato, pero por fin pudo vislumbrar la cabeza de Sasuke, se sostenía el cabello intentando conservar algo la cordura. Sakura termino de acercarse y dudo si debía hablar o no, pero, ya había corrido hasta allí, echarse para atrás seria lo que menos podía pensar.

—Sabía que estarías acá —dijo con voz suave.

—Sakura —se giro para verla.

—No pareces Uchiha —se burló—. Un Uchiha no sale corriendo.

—Lo sé.

—Pero me gusta, Sasuke-kun, me gusta que demuestres que aun tienes sentimientos.

—Parezco un cobarde.

—No —sonrió—. Te pongo una mejor etiqueta… Humano.

Se quedaron en silencio unos segundos que parecieron interminables. —¿Cómo sabias que estaba acá? —dijo Sasuke con una mirada nostálgica.

—Lo deduje, o estabas acá o estabas en ese lugar que compartías con Naruto; como no sé dónde queda ese lugar primero vine acá, aparte no quiero repetir la experiencia —dijo mientras recordaba.

 

Hace unos años, Japón.

Se habían acabado las clases del jardín pero aun quedaban cuatro estudiantes ahí, sus padres aun no venían a recogerlos y no había manera de que se pudieran ir solos a casa, así que a Kurenai-sensei solo se le había ocurrido tenerlos en el patio del jardín hasta que alguien llegara a recogerlos; claro que ya había pasado algún tiempo y nada. Los cuatro eran, Sasuke, Naruto, Sakura e Ino.

—Sasu-chan —se quejaba Naruto—. Estoy aburrido, ¿Quieres ir a ese lugar?

—Está bien, Naru-chan.

Entonces ambos niños se encaminaron hacia el bosque dejando a las dos chichas confundidas, y la curiosidad atormentó a Sakura que convenció a Ino para ir detrás de los dos niños. Ahora Sasuke y Naruto caminaban adentrándose en el bosque, solo que no sabían que detrás de ellos Sakura e Ino intentaban seguirlos para descubrir su “lugar secreto”, De repente Sasuke y Naruto habían desaparecido de la vista de ambas chichas, entonces ambas se pegaron la pérdida del siglo y terminaron internadas en una parte peligrosa del bosque totalmente asustadas, con sonidos “extraños” cerca, lloraron, corrieron e hicieron mil cosas, y para mas colmo ni Sasuke ni Naruto estaban cerca. Esos dos estaban lejos disfrutando de su lugar secreto. 

—Aun no sé cómo logramos salir de ese bosque con vida —se burló Sakura.

—Ustedes son unas bobas, solo a ustedes se les ocurre internarse en el bosque así.

—sí, lo sé, y aun lo lamento —él la miro con mirada lastimera y triste—. Sasuke-kun —prosiguió Sakura—. ¿Qué necesitas para estar feliz de nuevo?

—Sabes lo que necesito Sakura, y sabes que ya no está acá…

—A Naruto, ¿verdad?

Asintió. —Sakura… no deberías estar acá, será mejor si vuelves al instituto.

—Lo haré, pero no porque me lo estás diciendo Sasuke-kun, sino porque sé que quieres estar solo… O con alguien que es mejor compañía que yo.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Nada, Sasuke-kun, me iré, pero piensa un poco mas… Recuerda que  no eres un cobarde solo por llorar.

—No estoy llorando.

—No lloras necesariamente con lágrimas.

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Cuando Sakura atravesó las puertas del instituto de nuevo, varias personas le saltaron encima preguntando por Sasuke, ella se negó a contestar o solo contestaba con palabras vagas y sin dar muchas explicaciones y se dedico a buscar a este Naruto. Lo que Sasuke no sabía es que la única razón por la que dejo Sakura lo había dejado solo fue porque considero que este Naruto sería mejor compañía que ella misma, Sakura sentía que esos dos compartían un vinculo bastante fuerte, por ello sabia que este Naruto sería mejor consuelo para Sasuke; aunque aun no entendía el vinculo por alguna razón pensaba que Sasuke definitivamente sonreiría, era eso o se molestaba y no le volvería a hablar, pero era un riesgo que debía correr, después de todo lo intentaba hacer por su amigo. Cuando vio a este Naruto corrió hacia él con la esperanza de que aceptara su plan fácilmente.

—Sakura —dijo el rubio al verla.

—Hola.

—¿Encontraste a Sasuke?

—Sí —esperó unos segundos—. Está mal.

—¿Mal? ¿En qué sentido?

—Emocionalmente.

—¿Dónde está?

—No estoy segura de decirte —dijo intentando levantar la curiosidad y la preocupación de este Naruto.

—¿Por qué?

—¿Serás suficiente consuelo para Sasuke-kun?

—¡Sí! —gritó enérgicamente.

—¿En serio?

—Sí, no te preocupes Sakura-chan, si dejas a Sasuke en mis manos te prometo traerlo de vuelta con una sonrisa en la cara, no te defraudare.

—De acuerdo —sonrió—. Pero antes debes saber que tienes que ir con cuidado para hablar con él, procura no tocar mucho las heridas abiertas —esperó—. Y debes saber que será muy hosco e incluso hiriente.

—Está bien, lo hare, ¿Dónde está?

—Prueba a buscarlo en el cementerio central —dijo con una sonrisa que demostraba lo efectivo que había sido su plan.

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Naruto escapó del instituto mientras nadie estaba prestando atención, y con esa ya eran tres personas que se escapaban y nadie se daba cuenta (Genial, ¿no?), entonces apenas este Naruto se vio en las calles de afuera del instituto se apresuró y tomó un taxi; totalmente hecho un manojo de nervios se acercó hasta el cementerio rogando porque Sasuke siguiera allí, porque, si se iba él perdería su oportunidad… Mientras el taxi avanzaba Naruto meditaba sobre la situación, y más aun, se preguntaba el por qué de estar tan preocupado por Sasuke, ¿a qué se debía?, ¿por qué tenía esa necesidad de hacer sonreír a Sasuke? Y más aun, ¿por qué tenía esa sensación de nerviosismo?... La había tenido todo el día y sentía como si hubiese olvidado hacer algo, algo importante.

Llegó al cementerio y esa sensación  fría le llegó al cuerpo, ese ambiente tan… muerto, era un tanto tétrico, comenzó a caminar y por alguna razón el frio aumentaba, cosa que ignoró, después de todo estaba allí con un objetivo y ese era Sasuke; la verdad, aun no sabía muy bien que era lo que debía hacer en ese lugar, solo sabía que Sasuke estaba mal y que el deber de hacer que sonriera había caído en sus hombros, pero era imposible ¡se habían conocido hace unos 5 días! ¿Por qué la conexión tan fuerte que sentía con él?

Pasó todas las lapidas que estaban ubicadas sobre el césped sin ver a Sasuke, entonces se dirigió hacia las tumbas que estaban en lo alto; los muchos árboles que tenía el lugar daban una impresión de tranquilidad, pero era una falsa tranquilidad. Entonces con un poco de temor caminó por entre las flores, las lapidas y las personas visitantes hacia donde creía se encontraba Sasuke.

Entonces lo vio.

A lo lejos, dándole la espalda, se encontraba colina arriba y sin prestar real atención alrededor solo mirando fijamente un lugar, este Naruto dudó, pero se obligó a desaparecer las dudas de sí mismo, y nuevamente se obligó a caminar al lugar donde Sasuke se encontraba sumido en sus pensamientos, subió dando cada paso como si fuese un gran avance y después de unos minutos se encontró a uno o dos metros de Sasuke. Se quedó en silencio, bien, no había pensado que le iba a decir, pero ahora eso que mas daba.

Tenían que dejar fluir las cosas.

Naruto no habló pero Sasuke notó que alguien lo miraba, entonces giró la cabeza lentamente para ver los ojos azules que tanto se parecían a los de él, entonces por alguna razón le entró un enfado absurdo, le enfadaba ver a este Naruto ahí, entonces relacionó todo.

—Maldita Sakura —murmuró.

—Ella solo quería ayudarte.

—¿Mandándote a ti? —dijo con la voz cargada de odio.

—Supongo.

—¿Qué puedes entender de esto?

Silencio.

—Nada, ¿Verdad dobe?... Supongo que aún tienes a mami y papi en casa.

—Eso no viene al caso, Sasuke.

—Es verdad, no viene al caso porque hoy es mi día, ¿No es así? Hoy es el día en que la lastima de todos está sobre mí.

—¿Lastima? La mayoría estaban preocupados.

—Y todos tan buenas personas —dijo irónico.

—Cállate, sabes que es verdad.

—No sé qué vienes a hablar acá dobe… Si todo es tu culpa.

—¿Mi culpa? ¿Yo que hice? —preguntó de repente enfadado.

—Existir —murmuró.

—¡¿Pero qué te pasa?! ¡¿Ahora mi existencia es tu problema?! —de dos zancadas abarcó la distancia que los separaba y lo tomó del cuello de la camisa para fijar sus ojos en los de él.

—Sí, tu existencia es mi problema —este Naruto no se controló y de un golpe mandó a Sasuke al suelo.

—¡Esto es lo que me pasa por preocuparme por otras personas! —se dijo a sí mismo. Se tomó el cabello y lo jaloneó levemente en señal de frustración; se giró dispuesto a irse pero una mano en su brazo se lo impidió, cuando volvió a virarse vio a Sasuke arrodillado con la cabeza gacha.

—Dobe… —habló—. He estado pensando, desde que llegaste no te he dicho por tu nombre ni una sola vez.

El rubio abrió los ojos, era verdad. —No lo había notado —admitió restándole importancia, pero claro que solo fue una apariencia; la gente la mayoría de las veces no tenia problema en llamarlo Naruto, después de todo el no era de la realeza ni mucho menos, entonces su nombre era solo eso, un nombre, no buscaba convertirlo en algo conocido…

—Entonces —continuó Sasuke—. Estuve pensando en la razón de eso.

—¿Cuál es?

Sasuke no respondió, entonces este Naruto aprovecho la oportunidad para enfriar su cabeza y pensar con algo más de claridad, vio que en la cima de esa colina había pocas lapidas, como si fuera un espacio preferencial, se fijo en una.

Fugaku Uchiha.

Amado esposo y padre cariñoso.

—¿Fugaku… Uchiha? —preguntó.

—Mi padre.

—Claro, debí suponerlo, no estás en el cementerio para otra cosa.

—¿Quieres saber la razón?

—¿De qué? ¿Por la cual no dices mi nombre? ¿El por qué de que yo sea la causa de tus problemas? Sí, me gustaría saberla, Sasuke.

Sasuke levantó un brazo tembloroso y señaló otra lapida, no, no era la lapida de Fugaku Uchiha; era de…

—¿Naruto? —preguntó el rubio.

—Namikaze Naruto —respondió Sasuke. Entonces este Naruto se fijó en la lapida.

Namikaze Naruto,

A pesar de estar tan poco tiempo con nosotros estarás en nuestros
corazones por siempre,

Con amor, tu familia, tus amigos, en especial la gente que realmente te amo.

—Él fue la persona que mas amé —dijo Sasuke mirando con nostalgia la lapida.

Namikaze, pensó Naruto, ¿por qué sentía un cosquilleo en el estómago? —¿Qué tiene que mi nombre sea igual? —preguntó.

—No lo sé —omitió el parecido físico—. Pero, no lo soporto, recordarlo a él cada vez que te veo, no lo soporto.

—Así que si dijeras mi nombre sentirías que lo estas engañando a él, ¿Verdad?

Sasuke asintió.

—Sé que hay algo de la historia que aún no conozco Sasuke —dijo mirándolo para abajo—. Pero, no lo necesito saber, puedes llorar.

Sasuke negó, si aún no había llorado, ahora no lo haría. —No —dijo firme.

—¿Por?

—Un Uchiha no llora.

—¿Y Sasuke? ¿Él si puede llorar?

El pelinegro lo pensó, si un Uchiha no podía llorar, ¿Sasuke si podía? —No —volvió a responder.

—Pero… —Sasuke supo que si Naruto seguía diciendo cosas el definitivamente lloraría y no, no quería llorar, no quería ser tan patético; entonces en un ataque de ira con sí mismo se paró de golpe y se abalanzó sobre Naruto dándole un golpe. —¡Cállate! —gritó. Aunque Naruto no cayó al suelo si tuvo que retroceder unos pasos debido al impacto del golpe, y aunque la fuerza del golpe no fue mucha de inmediato sintió la piel caliente, de seguro estaría roja.

—¡¿Qué es lo que quieres?! —gritó Sasuke aun desesperado—. ¡¿Quieres que me muestre débil frente a ti?!

—¡No! —replicó Naruto—. Quiero que hagas lo que en verdad quieres hacer.

—¡Lo que quiero hacer no lo puedo lograr! ¡Lo que deseo no lo tengo! ¡Quiero hacer que mi madre sonría! ¡Quiero que ella no se sienta tan miserable en las mañanas y se obligue a sonreír para mí! ¡Quiero hacer que mi hermano siga sus sueños y no se estanque con la empresa que aun no puedo heredar! ¡Que se convierta en lo que soñó, que ame a alguien que al igual lo ame a él! Quiero hacer que mi familia se una y volver a sentir ese calor que solo puede proporcionar una familia unida, y sobre todo, sobre todo eso, quiero hacer que Naruto vuelva, quiero que no muera por mi culpa —sus palabras que tan fuerte habían comenzado terminaban en un susurro con un Sasuke cayendo nuevamente de rodillas al suelo ahora, soltando gruesas lagrimas.

Naruto quedó en shock durante unos segundos, Sasuke, aquella persona que parecía tan fuerte lloraba gruesas lágrimas, su respiración se hacía irregular y temblaba, se veía débil y vulnerable, quebradizo y como un niño perdido en medio de la lluvia, en ese momento, en ese justo momento en el que los ojos de Sasuke no paraban de desbordar lagrimas Naruto quiso llorar, este Naruto se había dicho a sí mismo que sabría cómo manejar la situación, pero ahora que había llevado a Sasuke a ese extremo no supo qué hacer, entonces tuvo un vago recuerdo.

Cuando alguien esta triste debes darle un beso para que se sienta bien.

Entonces se abalanzó sobre Sasuke y lo acogió en un abrazo, al principio el pelinegro se sorprendió, pero, eso era tan conocido que se dejo llevar, ese inigualable calor que sentía, los brazos reconfortantes, todo esto era tan de su Naruto, por ello se separó abruptamente y de golpe; este Naruto lo miró confundido.

—No lo hagas —dijo Sasuke mientras limpiaba algunas lágrimas que aún caían de sus ojos—. No lo hagas —repitió.

Ante la mirada confundida del rubio Sasuke dijo: —Él Lo hacía, me jure a mí mismo no compararte con él, por eso mismo no puedo dejar que imites sus acciones.

Este Naruto asintió aunque por dentro estaba que se moría de rabia.

Se sentaron uno al lado del otro en silencio, las lágrimas de Sasuke poco a poco cesaban, el tiempo avanzaba pero avanzaba ignorando a los dos estudiantes que se encontraban al lado de las lapidas de estas dos personas que en su momento fueron de lo más preciado para el pelinegro, donde estaban los restos de muchas personas y donde los vivos iban a recordar a los que se habían ido; los funerales y los cementerios más que cosas hechas para los muertos eran cosas hechas para los vivos.

—Sasuke —habló este Naruto—. ¿Cómo era él?... Namikaze Naruto.

—Era un busca problemas —dijo sonriendo—. Siempre me mal influenciaba para hacer cosas malas, le gustaba escaparse por horas a un lugar que poseíamos los dos, un lugar al cual solo podíamos ir nosotros, nunca nadie lo ha encontrado hasta hoy.

—Un lugar secreto… En el bosque.

—Sí —respondió Sasuke alargando la palabra, ¿cómo sabía que era en el bosque?

—Aparte de eso, ¿cómo era?

—Un tonto que prefería llorar el antes de que llorara alguien que quisiera, a pesar de no tener madre se la pasaba sonriendo en todos lados, y siempre cuando era el aniversario de su muerte no lloraba ni una lágrima, después de que su madre muriera se apegó a su padre y se volvieron como mejores amigos; nosotros estábamos destinados a conocernos desde antes de nacer, con las dos familias amigas que dos niños nacieran para el mismo año y con pocos meses de diferencia era perfecto, ya que forjarían aun más los lazos de amistad que unían a los Uchiha con los Namikaze; entonces crecimos juntos, estudiamos juntos, todo lo hicimos juntos y cuando menos lo pensé, se había convertido en la persona más importante que tenia.

—De seguro te dolió su muerte.

—Sí, nunca llore tanto en mi vida —suspiró—. Y he de admitir que aun no lo termino de asimilar.

—¿Hace cuanto…?

—Diez años —al suspiro número mil Sasuke se fijó que estaba “revelando” todo lo que había pasado con su Naruto y se lo estaba revelando nada más que a este plagio; que, a decir verdad ya no lo consideraba tan plagio.

Las personas pasaban en frente de ellos y se hacía tarde, de las lágrimas ya no había más rastro que los ojos levemente hinchados de Sasuke, el golpe que había recibido Naruto era opacado por el otro golpe que se había ganado días atrás, y a Sasuke no le había quedado ni pequeña marca de la mano de Naruto.

—Sasuke —lo llamó—. Acabo de recordar que ambos escapamos del instituto, por eso todas nuestras cosas aun deben estar allá, y ya acabaron las clases, ¿cómo las recuperaremos?

—Tendremos que meternos al instituto.

—¡Eso es ilegal!

—¿Y qué?

—Luego vienes y dices que era Namikaze Naruto el que te influenciaba a hacer malas cosas.

Sasuke rió. Y con eso este Naruto sintió que había cumplido la promesa que le había hecho a Sakura horas atrás.

—Entonces, ¿Nos vamos? —preguntó con una sonrisa el rubio.

—Sí, seguro… siento que ya no quiero recordar malos momentos estando acá.

Se levantaron con las piernas entumecidas, tal parece que habían estado allí más tiempo de lo que habían pensado, este Naruto recordó algo y se viro hacia la tumba del difunto líder del clan Uchiha, sacó de quien sabe donde una linda rosa blanca y la dejo sobre la lapida; Sasuke miró hipnotizado la escena pero decidió no decir nada y comenzar a bajar la colina levemente.

A los pocos segundos este Naruto alcanzo a Sasuke. —Dobe —comenzó el segundo—. Decidí que no intentare remplazarlo a él contigo, ambos son personas diferentes y así los veré.

Este Naruto asintió.

Mientras caminaban por el césped y entre lapidas casi no se veía gente, entonces este Naruto recordó de nuevo. Cuando alguien esta triste debes darle un beso para que se sienta bien. En ese justo momento pasaba una pareja de ancianos por enfrente, entonces este Naruto jaló a Sasuke detrás de un roble que era bastante ancho y le plantó un beso en la boca de sopetón; al principio Sasuke no reaccionó, después intento quitárselo de encima, pero este Naruto se rehusaba, entonces Sasuke se dejo llevar, no pensó, solo se concentro en el delicioso beso que le estaban dando y poco a poco abrió la boca para comenzar a participar en el beso activamente; pasaron varios segundos en los que el beso siguió ¡y hubiera seguido! Si no fuera por la respiración, si no tuvieran la necesidad de respirar, sin duda ese beso hubiera seguido.

Cuando alguien esta triste debes darle un beso para que se sienta bien —dijo este Naruto—. Llevo con esa frase metida en la cabeza desde hace rato.

Sasuke notó la similitud de las frases, de la frase de este Naruto con la frase de su Naruto, pero hizo caso omiso, tal vez fue porque aun seguía atontado por el beso, pero no quiso perder esa pizca de felicidad con sus torturantes pensamientos. Caminaron en silencio, el camino del cementerio al instituto era bastante largo así que tomaron un taxi y en menos de 20 minutos estaban a las puertas del lugar, todo estaba desolado y  no había ni un alma a la vista.

—¿En serio lo haremos? —preguntó el rubio.

—Claro, no dejare todas mis cosas abandonadas acá.

—Podemos recuperarlas mañana.

—Mañana es sábado, no hay clase.

—Ah, tienes razón, entonces tendremos que hacerlo…

Se acercaron al muro más alejado de la puerta para evitar a los guardias, por si había alguno, entonces Naruto comenzó, tomó algo de impulso, saltó y tomó la parte superior del muro quedando colgado, después con pura fuerza de brazos termino de subir el muro quedando arriba. —Tu turno —le dijo a Sasuke con una sonrisa.

A diferencia de este Naruto, Sasuke no tomó impulso y dio un pequeño salto para quedar agarrado del muro, después, aprovechándose de las elevaciones del muro trepo como una araña y así ambos quedaron arriba; después sin pensarlo mucho saltaron y corrieron hacia la parte posterior del instituto, para suerte de esos dos su salón de clase quedaba en el primer piso, así que podrían entrar y salir casi que sin ser vistos. Cuando llegaron un obstáculo apareció ya que la ventana del salón de clases estaba cerrada y no había manera de abrirla desde afuera; la puerta principal de seguro estaría vigilada, así que, ¿Qué debían hacer? Sasuke se movió por el lugar y se topo con una piedra de gran tamaño, la levantó y miró a Naruto sonriendo macabramente.

—¿Quieres cometer vandalismo, dobe?

—¡¿Qué?! —preguntó exaltado—. No, Sasuke, ¡Ni lo pienses!

—Qué más da —dijo riendo—. Recuerda que hoy soy “emocionalmente inestable”, así que si nos atrapan tomare la responsabilidad.

Sin esperar respuesta del rubio lanzó la piedra contra la ventana que se rompió de una vez con un estruendoso sonido. —Ahora, rápido —dijo Sasuke.

Entonces este Naruto se precipitó y saltó hacia la ventana, con un movimiento típico de Parkour entro sin tocar los pedazos de vidrios que aun habían quedado incrustados en el marco de la ventana; para suerte de los dos, todas las cosas estaban intactas, Naruto las acomodó rápidamente, tomó las dos mochilas y las lanzó por la ventana para que Sasuke las atrapara; iba a salir calmadamente cuando escucho las voces de los guardias por el pasillo a la salida del salón, entonces bastante asustado salto por la ventana cual suicida cayendo de cara al otro lado donde estaba Sasuke, para mas colmo, los guardias no habían entrado al salón.

—Dobe —se burló Sasuke.

—Cállate, teme —dijo aun desde el piso.

Se levantaron apresuradamente y corrieron hacia el mismo muro por el que habían entrado, esta vez Sasuke subió más rápido que la primera vez y esperó arriba a que Naruto le lanzara ambas mochilas, después el rubio subió de igual manera que anteriormente y desde arriba del muro vieron como los guardias llegaban al lugar de los hechos, y llegaban bastante tarde, ya que ahora solo estaban los cristales y ni pequeño rastro de los vándalos que lo habían hecho.

—Vayámonos —dijo este Naruto—. No tentemos nuestra suerte, Sasuke.

—Sí.

El primero en bajar fue Naruto que lo hizo de un salto y desde abajo atrapó las mochilas que le lanzó Sasuke, después el pelinegro bajó; cada uno tomó su mochila y salieron corriendo con la adrenalina corriendo por sus venas; corrían y reían como dos niños, y de hecho se sentían como dos niños que acababan de terminar su travesura maestra.

Cuando se alejaron lo suficiente del instituto volvieron a caminar y Sasuke recordó lo que tendría que soportar al llegar a casa; la dichosa reunión, pero prefirió no mencionar nada al respecto para no hacer que este Naruto hiciera propuestas extrañas y le dijera que él lo podría acompañar o algo así, que las cosas se quedaran tan cual como están. Llegaron a un punto donde era obligatorio separarse ya que las casas de cada uno quedaban en diferentes direcciones.

—Fue divertida la infiltración —comentó este Naruto justo en la esquina donde debían separarse.

—Sí, fue una buena cura para olvidar la situación.

—¿Ahora estas bien? —preguntó el rubio.

—Claro que sí, no volveré a estar tan débil, por lo menos no ahora, deberías sentirte afortunado, viste llorar a un Uchiha —se burló.

—No lo creo, no me gusta verte llorar, Sasuke.

Sasuke sonrió ya que no supo que otra expresión hacer. —Dobe.

—Como sea, es hora de irnos.

—Sí.

Este Naruto hizo un gesto con la mano a forma de despedida y giró dispuesto a irse pero antes de que pudiera Sasuke dijo. —No te veré como remplazo, Seichi —sonrió—. Por eso, daré el primer paso; Adiós… Naruto.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Un suspiro sonoro salió de la boca de Sasuke, había olvidado por completo la dichosa reunión; de seguro Itachi lo mataría por llegar tan tarde; sin querer pensar mucho en la situación entró a la gran casa Uchiha, adentro habían muchas personas, tantas que incluso la enorme mansión se veía pequeña. Sasuke avanzó entre la gente que no lo notaba y encontró a Itachi que lo miró de mil demonios, estaba estresado y eso era más que obvio, sin hablarle Itachi señaló una pequeña puerta ubicada a un costado de la sala de estar; el chicho se dirigió hasta allí y entró, adentro era una pequeña habitación y encima de una mesita había un traje negro hecho a medida, después de todo su uniforme se veía en deplorable estado, se cambió rápidamente y arreglo su cabello sin verse en un espejo, se tuvo que conformar con una lamina de metal que mostraba su reflejo a medias; luego suspiró y salió, ahora la gente si lo notaba, comenzaron a saludarlo y a decir los falsos “lo siento” y a preguntar por él, que cómo era el instituto, que cómo eran sus amigos, que cómo, que cómo… Mikoto no estaba a la vista y eso preocupó a Sasuke pero no pudo buscarla ya que una mujer —bastante fastidiosa— estaba encima de él preguntándole de todo.

Itachi se acercó hacia donde se encontraba su hermano menor y con delicadeza hizo que la mujer fastidiosa se fuera a dar un paseo por la casa Uchiha. —No entiendo el por qué de estas reuniones —dijo Sasuke molesto.

—Yo también las odio, Sasuke, pero tenemos que hacerlas.

—¿Otra cosa hecha por interés?

—Es algo más complejo, pero, en realidad me alegra un poco ver que las personas aun no han olvidado a nuestro padre, por lo menos sabemos que dejo una pequeña marca en el mundo.

Sasuke asintió dándole la razón a Itachi y se quedaron en silencio con una sonrisa postiza. —Sasuke —lo llamó Itachi.

—¿Hm?

—Lloraste, ¿verdad?… Tus ojos están rojos.

—Era inevitable… Pero gracias a eso ahora no me siento tan patético y cobarde como podría o debería sentirme.

Volvieron a callar, Sasuke por su parte se estaba fijando en los invitados, todos de traje y vestido, con copas de algún vino fino en la mano; cualquier persona ajena que pasase por allí de seguro se imaginaria que era todo tipo de reunión menos una reunión de un aniversario de muerte.

—No puede ser —murmuró Itachi.

—¿Qué pasa, Nii-san?

—Esa maldita serpiente —dijo mirando a la entrada con odio—. No le envié invitación formal ¿por qué esta acá?

Sasuke giró hacia donde veía Itachi y vio a un sujeto que se le hacía conocido, su piel blanca y cabello negro bastante largo le dieron desconfianza, bastante desconfianza, pero sabía que ahora tenía que meterse la máscara y sonreírle al invitado agradeciendo su falso lo siento y más cosas, debía hacerse la mejor persona del mundo. —¿Cómo se llama? —preguntó.

—Orochimaru —contestó Itachi con la voz aun cargada de odio.

El sujeto llamado Orochimaru vio a Itachi y sonrió de una manera que se vio incluso macabra; se acercó a largas zancadas, casi corriendo. —Uchiha Itachi —dijo a modo de saludo.

—Orochimaru-san —dijo el hermano mayor sonriendo, ¡vaya! ¡Qué buen actor era Itachi! Podía mostrar esa sonrisa que se veía tan verdadera pero que era realmente falsa, se dio un apretón de manos con el tal Orochimaru y no hubo ni una pequeña expresión de disgusto. El sujeto se fijo en Sasuke que estaba al lado de Itachi y en su mente sonó toda una orquesta triunfante.

—¡Sasuke-kun! —gritó el sujeto falsamente sorprendido—. Como has crecido.

—¿Me conoce de antes? —preguntó un tanto hosco.

—Sí, claro que sí, yo estuve en el funeral de tu padre hace varios años —y Sasuke lo recordó, aquel había sido el sujeto que se le había acercado en el funeral simulando preocupación por el menor de los Uchiha cuando solo quería hacer negocios con él—. Sasuke, espero que nuestras compañías hagan negocios en el futuro —eso era lo que había dicho al ver que Sasuke no le prestaba ni un poco de atención, ese maldito… ahora Sasuke lo odiaba realmente.

—Claro —sonrió falsamente el menor.

Llegaron más personas e Itachi vio la manera de librarse de la situación. —Iré a saludar a esas personas —anunció para justo después acercarse a la oreja de Sasuke y susurrarle Te lo dejo a ti, después de eso se fue dejando al pobre Sasuke con Orochimaru que lo miraba sonriendo y aún con la banda triunfal en su cabeza.

—Sasuke-kun —lo llamó.

Sasuke giro hacia el sujeto y respondió. —¿Sí?

—Heredaras la compañía, ¿Verdad?

—Cuando cumpla Dieciocho años.

—De seguro en el año en que tenias seis años no fue nada fácil —sonrió—. Después de todo murieron muchas personas apreciadas, ¿No es así?

Sasuke apretó las manos en puños, no era buena idea tocar la herida. —Es así —dijo simplemente para no gritarle las verdades que quisiera, quería insultarlo, le dolía que le dijeran que su Naruto ya no estaba con él, que le recordaran ese año en el que habían pasado tantas cosas que realmente odiaba.

—Hace tiempo Fugaku Uchiha no quiso hacer negocios conmigo, sé que ahora tu no serás tan torpe para negarlo, ¿Verdad, Sasuke-kun?

—Si mi padre no quiso fue por algo, no se preocupe Orochimaru-san, que yo tampoco haré negocios con usted.

A Orochimaru le dieron ganas de zampar a Sasuke contra la pared pero se retuvo a sí mismo con una sonrisa burlona, no debía golpear al siguiente heredero; tenía que relajarse, pensar con la mente fría y volver a hablar. —Sasuke-kun, me das risa; pero entiendo que seas tan hosco, después de todo parece que hoy no es un día muy adecuado para hablar contigo.

—¿Qué le hace creer que es un mal día?

—Te revelare un secreto, Sasuke-kun.

Sasuke giró hacia el hombre con la mirada que denotaba confusión. —¿Qué secreto?

Orochimaru río, Sasuke había caído en su trampa, y había caído tontamente. —Imaginémonos una situación, fue hace diez años cuando una llamada hizo que la familia de tres de los Uchiha se desmoronara, claro, el gran líder del clan había muerto sin previo aviso; entonces en menos de 24 horas se formó todo y se hizo el velorio antes del funeral. El pequeño de la familia, Sasuke Uchiha no pudo resistir la presión, salió corriendo en medio de la reunión haciendo que unos cuantos rieran de la cobardía, desde hace mucho tiempo, desde antaño los Uchiha se habían caracterizado por su carácter serio, con determinación y sobretodo nunca mostraría sus verdaderos sentimientos frente a los demás, entonces el pequeño Sasuke causo una vergüenza para el clan, aún así todos lo dejaron pasar.

Calló unos segundos.

—Después de que Sasuke reapareciera casi al final de la reunión se veía triste y muchos intentaron consolarlo sin éxito alguno; por lo menos después de eso se recupero la dignidad del clan ya que el pequeño Sasuke volvió al perfil de todo Uchiha, así pasaron unos meses, a pesar de los problemas que tuvo la multinacional Uchiha todo iba bien, Itachi se había convertido en la persona más codiciada por muchas empresas, creían que porque el nuevo presidente de la compañía era joven podrían apropiarse de todo lo que Fugaku Uchiha y sus antepasados habían logrado, pero no lo consiguieron, el nuevo presidente era audaz y confiado, hizo muchas cosas que hicieron que la multinacional fuera aun más exitosa; entonces, meses después de la muerte de Fugaku Uchiha hubo un fatal día, ese fue el día de la muerte de el futuro heredero de la multinacional que mejor rivalizaba con los Uchiha: los Namikaze, sí, ese día fatal fue el día de la muerte de Naruto Namikaze. Todo el mundo sabía que el futuro dueño de la multinacional Uchiha tenía una gran relación de amistad con el que debía ser su rival, Namikaze Naruto, entonces cuando murió, todo el mundo supo que el pequeño Sasuke no lo soportaría, se sumió en una tristeza profunda, no tenía ni ganas de ponerse la máscara del perfil Uchiha, ¿cuál fue la reacción de Namikaze Minato al enterarse que su único hijo había muerto? Eso nadie lo sabe, pero, todo el mundo supo que Namikaze Naruto había muerto por Uchiha Sasuke, entonces muchas personas tacharon a Uchiha Sasuke de asesino, tantas personas y tantas veces que el pequeño Sasuke termino creyéndoselo “él había matado a Namikaze Naruto”, como se esperaba Sasuke había caído en una gran depresión, en el funeral oficial tuvo el valor suficiente de acercarse al ataúd de su mejor amigo para verlo “parece dormido” dijo, y nadie lo contradijo; entonces, mientras Sasuke se encontraba al lado del ataúd de su mejor amigo llego su padre, Minato, y Sasuke no tuvo el valor de mirarlo a los ojos, por ello se escondió, obviamente Minato se dio cuenta y cuando sus miradas se encontraron Minato le sonrió, Sasuke se sintió incluso más culpable, y lloró, lloró tanto que sus ojos se secaron.

Sasuke miraba hacia abajo con los puños apretados. —¿Qué gana diciéndome todo esto? —preguntó.

—Espera, Sasuke-kun, falta lo mejor. Después del funeral Sasuke se encerró en su habitación y se rehusó a salir a toda costa, su madre y su hermano estaban preocupados pero no quisieron interponerse logrando con eso que el pequeño se sintiera incluso peor, creía que hasta su familia lo culpaba de la muerte de Naruto Namikaze. Paso lo que nadie pensó, Sasuke comenzó a lastimarse a sí mismo, al principio fue un juego de niños, pero con el paso de las horas todo se volvió más peligroso, con algún filo puntiagudo comenzó a hacerse cortes en todo el cuerpo, se sentía vivo con eso, creyó que si él sentía dolor podría suprimir el dolor de Naruto, incluso el de Minato; como estaba encerrado en su habitación nadie se había dado cuenta de lo mal que la estaba pasando; más de treinta cortes en unas cuantas horas, todo el suelo manchado de sangre, intentando desangrarse de la peor manera, sin plena conciencia de lo que era un suicidio él lo intento, cortes de los cuales salía sangre, no mucha, por ello el dolor era más y más grande, fueron varias horas, varias horas en las que nadie se dio cuenta de lo que sucedía en la habitación de Sasuke; ese hubiera sido el final de Uchiha Sasuke de no ser por su hermano Itachi que pasaba por ahí  y decidió entrar a la habitación de su hermano menor, verlo en ese estado, de seguro fue algo muy desgarrador, llevaron a Sasuke de urgencia al hospital donde debieron suministrarle sangre en grandes cantidades para hacer que sobreviviera, nadie lo entendía, Sasuke no se había puesto así ni por la muerte de su padre, intentar suicidarse, ¡Eso ya era mucho!, entonces Sasuke quedo de manicomio, estaba loco, o eso pensaron; lo llevaron a un sicólogo y paso mucho tiempo hasta que pudiese recuperarse por completo, intentar dañarse con cada cosa que veía, tantos intentos de suicidio, y por una única persona, era algo de locos; mientras todo eso pasaba el líder de la multinacional Namikaze, Minato Namikaze salió del país con la promesa de no volver nunca, se sumió en el trabajo y casi no se sabe nada de él, incluso hoy no se sabe mucho del líder de aquel clan, la compañía va bien pero nadie sabe qué tal este Minato Namikaze.  La conclusión final del sicólogo al cual tuvo que asistir el pequeño Uchiha fue que Naruto era algo esencial para la vida de Sasuke, tanto como respirar, se había aferrado tanto a él que ya no había vuelta atrás y que tenían que dejar que Sasuke viviera como pudiese, si eso incluía a un Naruto imaginario debían aceptarlo.

Sasuke se encontraba temblando, Orochimaru, ¿cómo sabia todas esas cosas?... De repente sintió como las cicatrices se abrían, recordó su cuerpo, aun con algunas de las marcas de aquellos cortes, recordó la desesperación, la ansiedad, la satisfacción que le provoco el dolor, lo tanto que quería morir; sus ojos se aguaron pero retuvo las lágrimas.

Orochimaru se negó a parar en aquel punto. —Pero, Sasuke-kun, ahora si te contare el secreto; a pesar de cómo te pusiste tras la muerte de Namikaze Naruto, del diagnostico del psicólogo, de Minato… de todo lo que paso en ese tiempo, ¿qué pensarías si te digo que Namikaze Naruto sigue vivo?

Sasuke levantó la cabeza asombrado y perplejo ¿sí Naruto siguiera vivo?, no, eso no podía ser. Sasuke se vio negando con la cabeza intentando convencerse a sí mismo que Naruto no estaba vivo, que había muerto, que había sido su culpa.

—Imposible —murmuró

—Eso lo dejo a tu criterio, Sasuke-kun, pero quiero que sepas que no diré más, después de todo un Uchiha nunca hará negocios conmigo.

Orochimaru giro y se fue sonriendo triunfante ya que creía que su plan había triunfado.

Itachi notó cuando Orochimaru se fue y suspiro aliviado, sondeo el lugar hasta encontrar a Sasuke y se acerco a él sonriendo, cuando llego vio a su hermano tomándose el hombro derecho con la mano izquierda, lo miro extrañado. —¿Qué haces? —preguntó.

—Acá esta la cicatriz más visible que tengo, quisiera que desapareciera —dijo.

—Sasuke —susurró Itachi recordando toda la situación vivida años atrás, las heridas de Sasuke y lo inútil que se sintió en ese instante.

—¿Puedo irme, Nii-san?

—Sí.

—Gracias.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Sasuke se dejó caer sobre el frio césped, se encontraba en ese lugar, recordaba todo lo que había pasado tras la muerte de su Naruto y se sintió débil, se tentó a hacerse daño de nuevo pero saco esos pensamientos de su cabeza de una vez, no podía volver a hacer esa clase de tonterías, no volvería a pensar en suicidarse; a pesar de ser niño en ese entonces tuvo que pensar como adulto, eso hizo que tuviera que crecer muy rápido; no era tan feliz como esperaba todo el mundo, y todo lo que había dicho Orochimaru, ese maldito, sabía todo lo que él había pasado, y eso le molestaba, lo que había hecho no era nada digno de un Uchiha, lo que había hecho era algo de lo cual debía avergonzarse. Y, ¿qué haría si Naruto estuviera vivo? Se disculparía, de seguro se disculparía; ¿qué sentiría si Naruto estuviera vivo?

—Sin duda estaría feliz —susurró.

El viento sopló y Sasuke se sintió cerca de Naruto, añoró sus labios y sonrió al recordar a Seichi Naruto, él lo había besado, y le gusto ese beso, una gran experiencia, pero sin duda los besos de su Naruto eran más amorosos y más cálidos; el beso que había recibido de Seichi Naruto había sido más de necesidad que de cualquier otra cosa. Sasuke vivía de recuerdos y él lo sabía, pero eso era mejor que vivir toda la realidad Uchiha, no había nada por lo que quisiera vivir en la realidad y porque vivir en el presente, tampoco valía vivir de esperanzas.

Es mejor vivir de recuerdos que de esperanzas ya que estos fueron pero no sabemos si ellas serán.

Sasuke sonrió al ver que faltaba poco para media noche, faltaba poco para poder superar el maldito día, y aunque había llorado y aunque se había sentido de lo peor se sentía feliz, se sentía feliz de recordar a Naruto, aun se sentía culpable de su muerte, eso no se iría, pero por alguna razón sintió que su Naruto lo perdonaría.

Se levanto para volver a la mansión Uchiha, después de todo llevaba varias horas en ese lugar y no quería preocupar a Itachi, creía que Mikoto no había estado en la reunión ya que no la había visto pero no estaba preocupado.

Antes de salir de aquel lugar se giro. —Naru-chan, no sabes cuánto desearía que estuvieras conmigo, sé que no es posible pero lo deseo, lo deseo con todas mis fuerzas…

Y se perdió en el espesor de la noche.

 

 

 

Notas finales:

Particularmente me gusta mucho este capitulo. Con las emociones de Sasuke a flor de piel. 

Tambien nos enteramos de algo del pasado de Sasuke. ¡Así de mal quedo! :/

Gracias por los Rr's n.n ...

Voy a actualizar pronto para así quedar a la par, y cuando quede a la par con FF subiré el capitulo 6.

Bueno, sin más, dejen su opinion. ^^

Ciao.


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