Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aeternum. por PauYh796

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Numero de palabras del capítulo sin notas: 12.115

¡¿Marica?! No, gay. Parte III

 

Esa sensación de no poder acércate a una persona porque si llegas a hacerlo alguno de los dos cometerá una estupidez. Sí, esa misma sensación estaban experimentando tanto Sasuke como Naruto. Después de aquel beso y de la confusión de Sasuke cada uno se había ido sin decir palabra, cada uno en dirección diferente olvidando totalmente el tema del Vodka.

 

Sasuke había ido a su habitación mientras que Naruto había tomado un camino totalmente diferente; estaba sumido en sus pensamientos, y es que no entendía lo que había hecho: Había llegado donde Sasuke, le había plantado un beso y para rematar la cuestión le había lanzado un “me gustas” que ahora parecía totalmente fuera de lugar.

 

—Sí, de seguro fue el alcohol —se dijo a sí mismo.

 

La luna se mostraba resplandeciente en medio del cielo, un poco tapada por unas nubes pasajeras. Hipnotizado, Naruto se quedo parado admirando el cielo y se rio de sí mismo.

 

Era una escena un tanto rara; era una persona parada en medio del camino riéndose a carcajadas mientras su vista estaba fija en el cielo. Y como era de esperarse era rara para una chica rubia que pasaba por el lugar. La chica notó la inusual escena y comenzó a aproximarse con un poco de cuidado; no tardo mucho en notar de quien se trataba. -¡Naruto! –Exclamó feliz.

 

—Temari —saludó el rubio dejando de reírse y volteando la vista hacia la chica.

 

—¡No he podido hablar contigo! —se quejó haciendo un puchero. Naruto asintió con la cabeza en señal de apoyo.

 

—Podríamos hablar ahora mismo —le propuso Naruto con una sonrisa, pero en muy pocos segundos se transformo en una cara seria—. Nada de ese tema —agregó con voz severa.

 

Temari suspiró. —De acuerdo —esperó unos segundos mientras desenterraba de su mente posibles temas de conversación; no se le ocurrió nada—. El toque de queda comenzaba a las diez; no entiendo que haces acá —mencionó lo ya obvio. Pero como no sabía que hablar, comenzar por saber el por qué de que Naruto estuviera allí era un buen principio.

 

Por otro lado Naruto se vio acorralado. —Tenía calor en la habitación y salí a refrescarme —mintió.

 

—¡Ja!; no te creo. ¿Qué estabas haciendo?

 

—Si te lo dijera tendría que matarte —se burló el chico—. Si Gaara se enterase, me mata —mencionó lo último con miedo.

 

Temari se quedó en silencio un rato mientras procesaba la información, sacaba y descartaba conclusiones. De repente un flash vino a su cabeza y en sus ojos centellearon unas llamas de rabia. De sopetón se acerco a la boca de Naruto para oler su aliento; es obvio lo que encontraría allí. Frunció el seño molesta. —¿Por qué? —le preguntó igual de enfadada.

 

—Solo me divertía.

 

—Tienes suerte de que sea yo la que se ha enterado. Como dices, si Gaara se entera, te mata.

 

—Lo sé, por favor no le digas Temari.

 

—¡Claro! ¿Por qué he de decirle a mi hermano que tú estás borracho? —ironizó.

 

—No estoy borracho —eso último lo dijo con voz pesada haciendo que la afirmación fuese totalmente falsa.

 

—Ya, ya, como digas. Ten suerte de que no te delatare —Naruto le sonrió—. Ahora sí, dime qué haces acá.

 

—Estoy confundido.

 

—¿Sobre qué?

 

De nuevo, y con el alcohol en las venas, el chico comenzó a reír estruendosamente. —¡Yo que sé! —gritó. Temari lo miró algo enfadada y estresada pero no dijo nada.

 

En ese instante supo que no era momento para hablar con Naruto, así que lo dejo solo. Pero antes de irse se acercó a él para depositar un suave beso en su mejilla. —Menos mal esto no es hábito —le dijo en un susurró causando que Naruto dejara de reír—. No podría soportar que fueras por esos malos caminos. Recuerda que eres como mi hermano menor —le sonrió y se fue sin decir más.

 

Naruto quedó con una sonrisa boba en la cara; de nuevo, después de mucho tiempo sintió el calor familiar que no recibía hace tiempo… Y se sintió vivo. Aun en medio del camino se sentó en el suelo mientras suspiraba sonoramente. Por alguna razón ya no se sentía tan confundido como antes, ahora sentía que de alguna manera había hecho lo correcto, ¿Lo correcto al besar a Sasuke?, pensó riéndose. Pero eso ahora no importaba, después de todo él ya había besado a Sasuke una semana antes, en el cementerio.

 

En otro lado Sasuke salía de su habitación, se sentía ahogado en ella y pensó que con algo de aire fresco podría calmarse. Pronto la salida de su habitación se convirtió en un paseo por los desolados caminos. Recordó como había abandonado a sus compañeros en el salón de juegos; poco le importo; es más, una satisfacción macabra creció en su interior, pobres idiotas, esperando por el licor que nunca llegaría.

 

Camino hasta que se vio aun más apartado de las habitaciones, incluso comenzó a crearse una historia en la mente en la que él era el protagonista de una serie de sucesos en el abandonado lugar, era cosa de terror; comenzó a creer que de pronto aparecería un fantasma o algo así, tal vez algún ente de alguna leyenda urbana. Tal vez él podría ser el primero en ver al jinete sin cabeza o al Sombrerón. Esa última la descarto en seguida ya que él no era una mujer hermosa que pudiese ser engañada por un enano con guitarra.

 

Pero lo que se encontró era algo diferente.

 

Muy diferente, no era ni el Sombrerón, ni un fantasma. No, se encontró con un humano, uno bastante escandaloso y bastante… Bastante, Dobe. Aquella cabellera rubia fue reconocida por Sasuke aun a distancia. En principio pensó en dar la vuelta e irse como si no hubiera visto al rubio, pero su plan fue frustrado al notar que el rubio lo miraba fijamente, tenía una sonrisa en la cara, aquella sonrisa que no quería irse.

 

Se miraron fijamente por un buen rato, estaban a bastante distancia, pero ninguno se acerco. Naruto lo miraba desde el suelo y Sasuke con la cabeza un tanto girada, sus pies tenían la perfecta posición para irse en cualquier instante.

 

Pasó un tiempo, ambos mirándose sin ninguna expresión en la cara; sus ojos conectados, esa paz que sentían uno con el otro, negándose a decir cualquier cosa; aquello rompería toda la atmosfera. Se quedaron así minutos, varios minutos; el ambiente era bochornoso, hacía calor, pero ellos parecía que no sentían eso. Sumidos en su propio universo, entendiéndose con la mirada se sonrieron el uno al otro; la primera expresión en todo ese tiempo. La sonrisa duró unos segundos, en seguida Sasuke emprendió camino y se alejaron uno del otro.

 

Pero la verdad era que nunca se habían sentido tan cerca.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

Con el sol en lo alto, la tierra desprendiendo un calor insoportable y muchos ruiditos provenientes de los árboles; los equipos perdedores de la competencia del día anterior alzaban sus tiendas de acampar en medio de un claro en el bosque.

 

En la mañana, a eso de las seis, un hermoso (Nótese el sarcasmo) sonido de trompeta los había levantado a todos; los instructores se mostraban sonrientes y emocionados por comenzar a cumplir el campamento improvisado (castigo a los perdedores de la competencia), al equipo ganador le habían dejado quedarse en el lugar, con buena comida y la entretención que quisieran. Los instructores más los estudiantes se encaminaron al bosque, un bosque frondoso e incluso terrorífico.

 

Después de una larga caminata de varias horas, y al llegar a un lugar adecuado para acampar los instructores se sentaron a descansar dejando a los equipos con la difícil tarea de montar la tienda ¡Y es que más de uno nunca en su vida había ido a acampar!... Eso incluye a los ya conocidos Sasuke y Naruto. Cada uno metido en su tarea, tanto que ni dejaban que sus respectivos compañeros de equipo ayudaran; con un —¡Yo puedo! —hicieron que las seis personas aparte de ellos se relajaran y descansaran mientras el pelinegro y el rubio hacían el trabajo pesado.

 

Y llevaban más de una hora intentando armar la tienda.

 

—¿Seguro que no quieres ayuda? —le preguntó Neji a Naruto que intentaba encajar dos piezas.

 

—¡No! —bramó enfadado.

 

Neji alzó las manos poniéndolas hacia el frente en un intento de calmar a la fiera bestia. Se alejo lo más rápido que pudo sentándose en un lugar cercano. Exactamente lo mismo pasó con Sasuke, que al escuchar que Kiba le ofrecía ayuda se molesto y le lanzó una mirada asesina, que, sin exagerar, dejo a Kiba pálido.ndose en un lugar cercano. Exactamente lo mismo pas

 

Siguieron en eso por un buen tiempo, incluso se hizo hora de almorzar; Ino y Sakura se perdieron rápidamente, Kiba se quedo un poco más pero terminó yéndose igualmente. Karin había desaparecido hace horas, Neji alego tener que ayudar con la comida y también se perdió, eso dejaba a Naruto, Sasuke y a Hinata que solo estaba sentada a un lado de Naruto en un intento de darle apoyo moral. Aun así eso no hacía que milagrosamente los chicos supieran como ensamblar una tienda de acampar. 

 

Era cuestión de tiempo para que Hinata también se rindiera y se fuera a comer. Ahora, con ambos chicos solos el silencio fue sepulcral, cada uno concentrado en su tarea, casi ignorantes de estar solos. Pero esto no duró mucho tiempo, Naruto, notando el silencio a su alrededor alzó la vista de su trabajo, sondeó el lugar, miró a Sasuke unos segundos y en seguida volvió a bajar la vista hacia las partes de la tienda en frente de él. Tomó en las manos una hoja con instrucciones y comenzó a repasarla por millonésima vez sin resultado alguno.

 

Tal parece que Sasuke tuvo la misma idea; tomó las instrucciones y las miro muy concentradamente. Así durante unos minutos, tan absorto estaba que no se había fijado que Naruto volvía a posar la vista en él, mirándolo como si fuese todo un espectáculo.

 

Sasuke miró las instrucciones una vez más, a los pocos segundos abrió los ojos totalmente sorprendido. —¡Así que los tubos son para mantener la carpa en pie! —exclamó asombrado.

 

Aquella afirmación no pasó desapercibida para Naruto que de inmediato se echo a reír a carcajadas nada disimuladas. Sasuke volteó a verlo algo frustrado. —¡Cómo si tu ya lo hubieras descubierto, Dobe! —le acusó con voz un tanto chillona.

 

—¡Ya lo había descubierto! —dijo mientras cesaban las risas—. Hace como media hora… —agregó en voz más baja.

 

Ambos se miraron y se echaron a reír.

 

Luego volvieron a sumirse en un silencio algo frustrante, cada uno concentrado en hacer lo mejor posible la tarea.

 

Todos los equipos, a excepción de ellos dos, ya habían terminado de alzar sus tiendas y ahora se dispersaban para hacer diferentes tareas; conseguir leña, los instructores no habían dejado que llevasen provisiones, así que les tocaba cazar su comida. Otros simplemente vagaban para todos lados sin saber qué hacer.an dejado que llevasen provisiones, as

 

Neji y Hinata volvieron con una vaga esperanza de encontrar la carpa armada. Esperanza que fue pisoteada al ver como el rubio aun tomaba en sus manos la hoja de instrucciones, la miraba, la volteaba, la volvía a estudiar, la volteaba de nuevo.

 

—¡Esto es patético! —exclamó Neji ahora algo molesto—. ¡No puede ser tan difícil!

 

—No es difícil… —afirmó Naruto en voz baja aun concentrado en las instrucciones.

 

—¿Entonces…?

 

—Yo puedo hacerlo solo —dijo por enésima vez el rubio—. No necesito ayuda —agregó.

 

—¿Acaso se trata de una tonta competencia por ver quién es mejor? —preguntó mirando alternamente a ambos chicos.

 

—Para nada —respondió Sasuke sin mirarlo.

 

Hinata suspiró y no dijeron más. Se quedaron a observar la escena, tanto Naruto como Sasuke, arrodillados en frente de las piezas de la carpa, sin saber qué hacer con tanta cosa. —Algo me dice que tendremos que dormir al aire libre —se dijo a sí mismo Neji.

 

Negándose a seguir viendo la escena se fue de nuevo; de seguro alguien estaba haciendo algo entretenido en algún lugar. Naruto sentía como con cada segundo que pasaba la tarea se hacía más difícil, y Sasuke de igual manera no avanzaba, en todas las horas que llevaban haciendo la tarea solo habían descubierto algo que era de extrema lógica para cualquiera. El rubio se levantó y se acercó a Sasuke. —Te propongo algo —le dijo captando de inmediato la atención del otro.

 

—¿Qué?

 

—Montemos las carpas juntos, por muy típico que suene, dos cerebros piensan mejor que uno.

 

Sasuke se lo pensó unos segundos para después asentir con la cabeza levemente. En seguida se levantó y se posicionó junto a su ahora compañero de campamento. Miraron la carpa aun desarmada por un buen tiempo sin ocurrírseles nada para comenzar. —De la práctica aprendemos —afirmó emocionado Naruto.

 

Se agacharon y tomaron varios de los tubos que había desparramados por el piso para mirarlos como si fueran lo más maravilloso del mundo. —Probemos a unir dos —propuso Sasuke. Sin detallar ni qué medida eran ambos tubos, los unieron forzosamente ocasionando que salieran disparados uno del otro. Y uno de los tubos aterrizo en…

—¡Mi ojo! —gritó Naruto al tiempo que se presionaba el ojo derecho con una de sus manos.  

Sasuke no se pudo contener y comenzó a reír a carcajadas. —¿Estás bien? —preguntó en medio de las risas.

—¡¿Cómo pretendes que este bien?!

El pelinegro por su parte no dejo de reírse en unos cuantos minutos, Naruto intentaba olvidar el dolor no muy efectivamente. Cuando por fin se callaron, se miraron y no pudieron evitar volver a soltar una risotada.  

Alejado de Naruto y Sasuke, un chico miraba la escena casi agazapado contra el suelo, cuidando que no lo vieran, como si estuviera haciendo algo malo, aun así  Idate estudiaba la escena que estaban montando ambos mencionados con odio. —¿Cómo se puede ser tan tonto? —se dijo a sí mismo.

En eso Sasuke y Naruto habían comenzado a juguetear, pero al igual intentaban terminar su tarea, solo que ahora reían y corrían, se jalaban el uno al otro de la cintura. Se veían bastante juntos y eso hacía que a Idate le hirviera la sangre. Sentía que no podía dejar ser feliz a Sasuke; como si Sasuke estuviera destinado a ser infeliz.

—Y me asegurare que así sea —dijo en un susurro con una sonrisa malévola.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

Cuando la noche estaba a punto de caer Sakura e Ino volvieron a aparecer, se habían compadecido de los chicos y habían llevado un plato de comida para cada uno. Naruto, al verlas llegar se le iluminó la mirada y sin decir nada le rapó el plato a Sakura para en seguida comenzar a comer como si no lo hiciera durante días. Sasuke, había recibido el plato algo más calmado, aun así no pudo contener la ansiedad y también comenzó a comer apresuradamente.

 

Poco después llego Kiba sonriente pero al ver el desastre que se suponía debía ser su tienda su sonrisa se borró de inmediato. —Todo el día ¿y no pudieron armarla? —dijo decepcionado.

 

Naruto y Sasuke se miraron para después reír. Resultaba que después de la idea de Naruto de trabajar juntos habían hecho de todo menos trabajar, primero habían intentado armar la tienda, claramente no funcionó. Luego se habían puesto a bromear y a jugar cosas tontas, lo que hizo que la atención se desviara y terminaran haciendo lo opuesto a lo que deberían hacer.

 

Entonces, las seis personas restantes veían con preocupación las dos tiendas aun desarmadas, ahora, con la oscuridad a poca distancia no tenían tiempo para armar nada. Pero, parece que todas las tiendas eran lo suficientemente grandes para hospedar a más de cuatro personas. Por ello, rindiéndose inmediatamente todos se despidieron y se fueron a buscar alojamiento en alguna tienda de algún compañero, dejando a ambos chicos solos.

 

—Dormiremos al aire libre —afirmó Naruto.

 

Sasuke asintió algo resignado pero a la vez divertido. Se rindieron y dejaron de lado intentar armar la tienda… Terminaron de comer en silencio, todo se estaba volviendo más silencioso, todos los demás equipos estaban alejados, cada uno metido en su propio universo, de seguro pensando cosas para hacer hasta que se hiciera más tarde. Contar historias de terror y cosas así. Por otro lado, en la mañana, al llegar al lugar, ambos equipos habían decidido hacerse alejados de los demás, por lo cual ahora una conveniente cortina de árboles los separaba de los demás.

 

Tal parece que había una fogata no muy lejos de donde se encontraban, pero de ninguna manera irían. Preferían quedarse en la oscuridad y el silencio. Preferían quedarse uno al lado del otro.

 

Con esto llegó la hora de dormir. La improvisada fiesta que habían armado los demás había terminado, tal vez por orden de los propios instructores. Ahora todo estaba silencioso y la fogata ya había sido apagada, inclusive puede que todos ya hubieran caído dormidos, madrugar un domingo, a nadie de buen corazón se le ocurría eso.

 

—¿No es sorprendente que no tengamos resaca? —le pregunta Naruto a Sasuke mientras ambos están sentados contra un gran roble.

 

—Supongo que somos resistentes al alcohol —responde Sasuke recordando el día tan calmado que habían pasado. No habían tenido los típicos síntomas de la resaca después de una noche de fiesta; a lo mucho habían tenido bastante sed.

 

—Entonces ya tengo compañero para mis noches de juergas y alcohol.

 

—Seguro —acepta Sasuke.

 

Se quedaron en silencio disfrutando el ambiente templado del lugar. Cuando caía la noche ya no existía ese bochorno insoportable, más bien era un agradable calorcillo no muy alto.

 

—Seria típico si en este momento nos aterráramos. Ya sabes, bosque oscuro, ruidos raros.

 

—¿Asustarme? ¿Yo?... Sigue soñando Dobe.

 

—Idiota —le rebatió en voz baja.

 

—Si tienes miedo puedo darte un abrazo —le molestó.

 

—Si lo mencionas tanto es porque el que necesita un abrazo eres tú, ¿verdad, Sasuke? –

 

—Cállate.

 

—No lo negaste.

 

Sasuke lo miró asesinamente. —No, no necesito un abrazo.

 

—Como digas…

 

Sasuke no respondió lo que obligó a Naruto a quedarse en silencio. —¿Escuchaste eso? —le preguntó Naruto en el momento en que sintió un ruido raro.

 

—Estas imaginando cosas.

 

—No, no estoy imaginando nada… Te aseguro que escuché un ruido proveniente de allá —lo último lo dijo señalando las profundidades del bosque. Sasuke, haciendo un poco de caso a lo que le decían viró hacia el bosque y se quedo observando un buen rato. Pero nada pasaba. Como él decía, solo eran imaginaciones del rubio. Pero cuando comenzaba a relajarse escuchó un ruido proveniente de aquella dirección y pegó un brinquito.

 

—Sí, si lo escuché —afirmó.

 

—¿Crees que sea un oso?

 

—¿Osos? ¿Con este clima?... Lo dudo mucho.

 

—Entonces… ¿Un fantasma?

 

—No creo… —mencionó algo inseguro.

 

—Eso no suena muy confiable —le acusó a lo cual Sasuke solo se encogió de hombros y se quedó totalmente quieto a la espera de aquel ser desconocido que se aproximaba lentamente.

 

—¿Miedo? —le dijo Naruto sonriente.

 

—C-Claro que no —respondió pero su afirmación no sonó nada convincente.

 

—Que yo recuerde te aterran las cosas de miedo.

 

—¿Q-Quien te dijo eso?

 

—Lo averigüe por cuenta propia, ¿O acaso no recuerdas como saliste esa vez del castillo del terror? —preguntó recordando la “cita” que habían tenido hacía varios días.

 

—Fue un momento de debilidad.

 

—…Ya había escuchado eso antes —mencionó pensativo.

 

En eso estaban cuando de repente sintieron otro ruido proveniente de quien sabe dónde. Sasuke volvió a saltar ahora un poco más asustado y Naruto no pudo hacer más que reír.

 

—¿A qué le tienes miedo, Sasuke?

 

—¿Acaso nunca has visto películas de terror?, en ellas cuando menos te lo esperas te sale un demonio, un fantasma, lo que sea. Pero en escenarios particulares siempre están los bosques; en la película “camino hacia el terror”, hay un sujeto que secuestra personas en un bosque. ¿Cómo no estar espantado con semejante historia?... ¿Qué tal que salga alguien y quiera cortarnos en pedacitos?

 

—¿Qué ganan cortándonos en pedacitos?

 

—¡Yo que sé!, son unos psicópatas que lo único que quieren es ver sufrir a los demás.

 

—¿Y dices que eso que se acerca es un psicópata?

 

—Exacto.

 

—¿Así que afirmas que vamos a morir?

 

—Es probable.

 

Naruto se quedó en silencio, le daba gracia ver a un Sasuke tan aterrado por lo que pudiese pasar. El sonido apareció de nuevo. Pero esta vez venia de otra dirección; pensaron que aquel ser se estaba alejando pero casi de inmediato volvió a sonar otro ruido en la misma dirección del principio.

 

—¿En serio crees que vamos a morir? —preguntó de nuevo el rubio.

 

—¡Ahora parece que son dos psicópatas!, así nada que hacer… Creo que hoy moriremos —exageró.

 

Naruto comenzó a removerse inquieto y se pegó hombro con hombro a Sasuke. Comenzaron a enroscarse como si eso fuera a servir e hiciera que los supuestos psicópatas se fueran.

 

—Naruto… —lo llamó.

 

—¿Hm?

 

—Si voy a morir acá, no quiero morir antes de hacer algo.

 

—¿Algo? —preguntó al tiempo que volteaba para ver la cara del pelinegro.

 

Sasuke sonrió confiadamente. —Esto —sin dar tiempo a nada primero acarició la tersa piel del rubio con una de sus manos y en seguida se acerco rápidamente para posar sus labios contra los del rubio en un beso que dominó desde el primer instante. Primero abrió su boca lentamente haciendo que Naruto tuviera que imitar la acción para tener que sumergirse en un mar de desenfreno. El beso era lento pero apasionado, no abrieron sus bocas por completo, eso hacía que todo se tornara incluso más curioso; el choque de dientes contra dientes se volvía excitante. Aquel beso hizo que olvidaran por completo la situación en la que se encontraban.

 

El beso era lento, por lo cual podían respirar a la vez que seguían besándose. Y por eso el beso se torno largo, bastante largo.

 

—¡AH! —fueron interrumpidos por ese grito.

 

Se separaron rápidamente y vieron que el grito provenía de la dirección en la que se encontraba el supuesto psicópata. Pensaron lo peor. Pero que sorpresa se llevaron al ver a una pelirroja salir corriendo de entre los árboles y aterrizar justo en medio de ellos. —¿Karin? —preguntó confundido Naruto.

 

—Yo sabía que ustedes tenían pinta de Gays pero de ahí a que se anden besuqueando acá. ¡Me acaloré solo de ver ese beso tan apasionado! —dijo feliz mientras se posicionaba en frente de la mirada confundida de ambos chicos. Primero, Karin había aparecido de la nada. Segundo, nunca nadie la había visto decir tantas palabras juntas y con esa emoción en singular.

 

—¿N-Nos viste? —atinó a preguntar Sasuke.

 

—¡Sí!, ame ese beso… Cuando desaparecí esta mañana me interne en el bosque a leer, pero después de tanto me quede dormida. Cuando desperté no sabía dónde estaba, así que pase varias horas sorteando caminos para ver como llegaba. Entonces fue cuando los vi de lejos, me comencé a acercar pero cuando veo como se comienzan a besar, ¡me tuve que contener para no salir corriendo hacia acá en ese mismo instante!... No me pude seguir conteniendo y vine —todo eso lo dijo con una sonrisa reluciente en la cara.

 

—Pero ayer nos viste besándonos, no hay ninguna diferencia —le dijo Naruto confundido.

 

—Ahí te equivocas, ayer era un mero juego, inclusive yo besé a Sasuke antes que tú, pero no tuvo importancia porque era un tonto juego. En cambio hoy estaban en serio, un beso apasionado y con toda la necesidad se daban ese beso. Incluso se me aceleró el corazón.

 

—Entonces los ruidos extraños los hacías tú —concluyó Sasuke.

 

—¿Ruidos? —preguntó inocentemente.

 

—Olvídalo.

 

—¿A qué viniste? —preguntó de repente enfadado Sasuke. Ahora que se centraba en la situación actual Karin había interrumpido ese gran beso. Aparte de eso, por culpa de Karin Sasuke se había comenzado a aterrar, pero… por culpa de Karin le había dado ese beso a Naruto.

 

—¿De qué hablas?, a dormir por supuesto —luego se fijó en ambas tiendas totalmente desarmadas e hizo una cara de desilusión—. ¿En donde dormirán?

 

—Al aire libre —respondieron al unisonó.

 

—¿Dices que tengo que dormir al aire libre? —preguntó intentando no creerse aquella afirmación.

 

Naruto se tomó el mentón pensativo. —Puedes irtsido clasificada como la antisocial que nunca se juntaba con nadie más, que se la pasaba leyendo libros. Pero todo eso poco le importaba a la chica, para ella, todos esos que la criticaban valían aun menos que sus propias críticas.

 

—Entonces duerme al aire libre.

 

—De acuerdo —aceptó sin más remedio.

 

El suelo no era tan incomodo para dormir, cubierto por una suave capa de tierra se convertía en una cómoda cama, por lo cual no fue nada difícil que los tres se acomodaran recostados en el suelo. Por alguna razón Karin había quedado en medio de ambos chicos, nadie lo planeó, pero así quedaron; a su izquierda Naruto y a su derecha Sasuke. Naruto no tardó mucho en quedar profundamente dormido, lo mismo no sucedió con los otros dos adolescentes que se sumieron en una atmosfera algo incomoda. No sabían que decirse.

 

Y no es como si tuvieran algo que decirse.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

El tiempo paso más rápido de lo esperado. Cuando menos se lo pensaron estaban alistando todas las cosas para volver, el dichoso campamento había terminado.

 

Entre tantas cosas que arreglar se tardaron más de lo esperado. La mayoría de los equipos se habían tardado en desarmar las tiendas de acampar, lo cual resulto gracioso para los equipos que no armaron tienda, Sasuke y Naruto miraban la escena sentados contra un árbol; parecía que desarmar las carpas era igual de difícil que armarlas. Se alegró de no haberlas armado. Aparte de eso la noche había pasado bien sin necesidad de aquellas molestosas cosas, no fueron necesarias para nada. Definitivamente esas cosas solo servían para causar dolores de cabeza.

 

La caminata de regreso se había vuelto eterna. Todos estaban cansados y sudorosos; caminaban en filas de a cuatro a excepción de los instructores que iban de a tres. De casualidad a Naruto le había tocado estar a la cabeza del grupo, justo detrás de los instructores.

 

Y no paraba de quejarse.

 

Cosas como “estoy cansado” resonaban en los oídos de todos pero salían de una sola persona. Aquel rubio fastidioso estaba haciendo que les comenzara a dar dolor de cabeza, ¡y es que no sabía cuando callarse!, los primeros minutos todos habían aceptado que se quejara, más de uno estaba cansado; pero después de unos minutos más la mayoría comenzaba a desesperarse. Más de uno quería darle un golpe al rubio ojiazul a ver si se callaba.

 

—¿Ya casi llegamos? —se quejó por millonésima vez.

 

Nadie le respondió.

 

—¡No me ignoren! —gritó frustrado.

 

Al ver que nadie le respondía de nuevo camino a grandes zancadas hasta estar a la par de los instructores que al verlo le sonrieron. —¡No me sonrían después de ignorarme! —dijo haciendo un puchero infantil.

 

—Deja de quejarte, estas molestando a los demás —le regaño Temari.

 

—Pero…

 

—Nada de peros —interrumpió Kankurō fingiendo estar enojado—. Ya casi llegamos.

 

—¿En serio?

 

—Sí.

 

Kankurō sabía que aquella mentira contendría al rubio unos minutos más. Pero no mucho tiempo, así que tenía que pensar en algo para que no siguiera quejándose por todo; de alguna manera sentía el peligro emanando de toda la masa de estudiantes a su espalda, presentía que si el rubio volvía a hablar todos se abalanzarían sobre él, y por más tonto que fuera el peligro tenía que cuidar al que había declarado su hermano menor.  Iba a hablar pero Gaara se le adelantó.

 

—Naruto —comenzó sin mirarlo a los ojos—. No querrás que la turba detrás de nosotros se nos lance encima a causa de lo estresante que estas siendo.

 

—Lo siento.

 

—No —dijo Gaara sin mirarlo a los ojos en un intento de molestarlo.

 

—¡Gaara!

 

—No —y le volteó la cara.

 

—Gaa-chan, por favor —pidió en tono meloso.

 

A causa de esto Gaara lo miró abriendo solo uno de sus ojos, y sonrió. —No —dijo de manera menos firme.

 

Naruto comprendió que Gaara solo molestaba y rió quedamente. En seguida se le lanzó al cuello y le plantó un pequeño beso en la yugular. —Por favor.

 

—Está bien. Pero donde vuelvas a hacer eso, te mato.

 

Naruto se estremeció, Gaara hablaba en serio, muy en serio.

 

Caminaron unos minutos más y por fin pudieron ver las grandes puertas que en ese momento eran su más preciada salvación. Comenzaron a caminar más rápido, ansiosos por llegar, bañarse, y echarse a dormir.

 

Así acabo el lunes, un lunes aburrido. Todos dormían sin excepción alguna. En la noche, después de cuatro días Iruka, Asuma, Gai y Ebisu aparecieron. Tal parece que habían hecho actividades que habían impedido que volvieran a cuidar de los alumnos. Nadie se quejaba. Aun así el viaje se volvió un poco monótono después de eso. Haciendo actividades típicas la cosa ya no era tan interesante como parecía en un principio.

 

Los siguientes cuatro días fueron bastante típicos, ya no había más castigos ni más emociones. De repente Naruto y Sasuke se habían vuelto excelentes amigos, se la pasaban para todos lados juntos, Sasuke de repente se veía más sonriente. Cosa que no paso desapercibida para Sakura, ella, que conocía a Sasuke bastante bien se alegraba de la sonrisa sincera que últimamente mostraba con más y más frecuencia. Parecía que por fin tenía una razón para levantarse cada mañana, aunque esta afirmación no fuera tan directa, sin duda una parte era real. Aunque a la vez estaba preocupada, le preocupaba el daño que podía hacerse Sasuke a sí mismo. Acéptelo o no, Sasuke estaba viendo en Seichi Naruto al difunto Namikaze Naruto.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

Actualidad, Japón, viernes.

 

El gran bus de viaje que los había transportado una semana atrás estaba esperando a que todos los estudiantes terminaran de alistar sus cosas para poder irse de una buena vez. Naruto ya había terminado de alistarse y ahora se encontraba hablando con los instructores. Sabían que era una despedida pero no querían verlo de esa manera, aunque no podían ignorar la situación...

 

—¿Cuándo creen que nos volvamos a ver? —preguntó Naruto con la vista algo perdida.

 

—No sé, pero no será pronto.

 

Temari afirmó lo que los cuatro ya sabían. No se iban a volver a ver en un buen tiempo, no podían mientras las cosas siguieran igual de peligrosas. —No me perdonaré que les pase algo —dijo Naruto en voz baja.

 

—¿Qué nos puede pasar? —mencionó Temari en un intento de relajarlo.

 

—No quiero ni pensar en la respuesta de esa pregunta.

 

—¿Desde cuándo el menor se preocupa por sus hermanos mayores? —preguntó Gaara con voz calmada—. Todos somos mayores de edad, Naruto. Tú preocúpate de vivir tus dieciséis años en calma, que nosotros nos preocupamos de nuestras vidas.

 

Naruto sonrió; era verdad, Gaara tenía 19 años, podía valerse por sí mismo. Y tanto Temari como Kankurō no se quedaban atrás, ella con 24 años y él con 23. Naruto era como el menor de esa familia de cuatro; hacia tiempo Gaara se había autoproclamado hermano mayor del rubio, como consiguiente se convirtió en hermano menor de Temari, Kankurō no tuvo mucho que hacer allí.

 

—¿Debería comenzar a llamarte Onii-san, Gaara? —bromeó Naruto.

 

—¡No te atrevas!, Gaara, mi nombre es Gaara.

 

Todos rieron por el repentino ataque de rabia del pelirrojo.

 

Después de unos minutos terminaron de llegar los estudiantes y guardaron todo el equipaje en el bus; en seguida comenzaron a subirse quedando abajo pocas personas, entre ellas Naruto que quería pasar todo el tiempo posible con sus hermanos mayores.

 

Cuando fue tiempo de arrancar se despidió de cada uno de manera lenta, como alargando el momento. Le dio un abrazo a cada uno, musitó un cuídense y sin más subió al gran bus para dejar atrás a aquellas personas que podía decirse eran su familia. Al inicio del recorrido estuvo en silencio, a su lado estaba Sasuke mirándolo con curiosidad, aun así no decía nada. Poco después se durmió contra el espaldar de la silla.

 

Sasuke decidió dormir también, lo cual no fue muy difícil porque se durmió en seguida. Cuando volvió a abrir los ojos habían llegado al instituto y todos bajaban lentamente, parecían totalmente cansados. Naruto aun dormía así que Sasuke lo levanto suavemente.

 

—Dobe… —lo llamó, pero el rubio se negaba a reaccionar.

 

—Se me olvidaba que este Dobe no se despierta fácil —murmuró. Sin ningún resentimiento le dio una pequeña palmadita en la cara que hizo que reaccionara de golpe; sonriendo le musitó un inaudible “vamos”, el rubio asintió y se levantaron. Tomaron su equipaje lo más rápido posible, sin despedirse de los demás se encaminaron juntos a sus casas sin musitar mayor palabra.

 

Llegaron al lugar donde tenían que coger diferente camino y pararon sin irse aun.

 

—Esta semana paso de todo —dijo Naruto con una sonrisa pequeña.

 

Sasuke suspiró solo al recordar… —¿Me lo contaras? —preguntó Sasuke recordando la promesa que había hecho Naruto con respecto a su colapso nervioso.

 

—Después.

 

El pelinegro asintió resignado.

 

—A cambio tú me tienes que contar lo que no sé —dijo firme en su posición, Sasuke abrió los ojos sorprendido—. Hay cosas que no sé de la historia del otro Naruto, y cosas que no sé de ti. Si vas a saber todo de mi no veo la razón de no saber de ti.

 

—De acuerdo —aceptó Sasuke—. Pero solo cuando tú me cuentes yo lo haré.

 

—¿Promesa?

 

—Promesa.

 

Se quedaron en silencio, cada uno meditando sobre la promesa que acababan de hacer. Contar todo, sonaba tan sencillo y a la vez tan difícil…

 

—Es tarde, deberíamos irnos —dijo Sasuke.

 

—Voy a dormir todo lo que pueda, me siento cansado.

 

—Todos estamos igual —rió.

 

Naruto sonrió. —Sasuke… —pausó unos segundos—. ¿Puedo besarte?

 

Sasuke quedo de piedra, pero solo unos segundos. Pensó en lo irónico que era que Naruto le pidiera permiso para un beso sabiendo que ya había tomado varios sin ninguna clase de permiso. Aun así no le dijo nada y asintió levemente. Naruto no perdió tiempo y se acerco, alzó la cabeza para alcanzar los labios de Sasuke, posó los suyos y en seguida se separó y se fue sin decir más.

 

Eso no fue un beso.

 

—Fue solo un roce de labios —murmuró Sasuke algo decepcionado, pero superándolo rápidamente tomó su equipaje y se encamino hacia la gran casa Uchiha. Pero justo cuando tomaba camino hacia la casa recordó algo y de inmediato se desvió por el camino más corto al bosque.

 

Hacía mucho que no iba a visitar a su Naruto.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

Seichi Naruto entró a su casa que permanecía en la penumbra total; parecía que no había ido gente allí en varios días. Suspiró algo agotado. Caminó hasta la cocina y sacó algo rápido de comer, lo comió con ansia y después subió las escaleras hasta su habitación. Justo antes de entrar su vista se perdió en el fondo del pasillo donde una de las puertas permanecía cerrada, se estremeció a la vez que sacudía la cabeza. Entró sin pensar mucho más; apenas vio su cama no lo resistió y se tumbó en ella, al instante se durmió como si no hubiera dormido en días.

 

Más tarde, cuando ya había anochecido unos ruidos en la parte baja de la casa alertaron al rubio, que a pesar de seguir cansado había despertado de sopetón al menor ruido. Con cautela y sin hacer mucho ruido salió de la habitación. Avanzó con paso cauteloso hasta el borde superior de las escaleras; una vez allí se agachó levemente para escuchar con mayor claridad la conversación de abajo.

 

—¿Salió de viaje? —se escuchó como la voz de una mujer preguntó, se le notaba la frustración en la voz.

 

—Algo así menciono —respondió un hombre restándole importancia.

 

—¿Entonces…?

 

—Estoy esperando a que vuelva para comenzar —la voz del hombre se escuchó más cercana y Naruto se aterró. Y aun más con la última afirmación que había dado el sujeto. Corrió a su habitación y cerró la puerta con seguro; pero los pasos se volvieron más cercanos e incluso más aterradores, por el sonido de los pasos se podía deducir que no solo venia una persona, era más de una, eran dos… ¿o tres?, Naruto no vio más opción que volver a tumbarse en su cama y fingir estar dormido. Pero a los pocos segundos vio las siluetas de aquellas personas por la puerta.

 

Se habían detenido.

 

—¿Por qué está cerrado? —preguntó alguien afuera.

 

—De seguro ya volvió.

 

Sin mucho esfuerzo, y a pura fuerza bruta la puerta fue abierta. El rubio cerró los ojos inmediatamente y se tapo la cara. Alguien se acercó hasta quedar junto a la cama, se sentó suavemente sobre esta y comenzó a pasar la mano por la cara de Naruto, creyendo que realmente estaba dormido.

 

—Vamos a comenzar —anunció firme y de inmediato el lugar se lleno de personas.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

En la oscuridad del bosque Sasuke estaba recostado plácidamente sobre el césped.; había pasado bastantes horas allí y sentía que no quería irse por nada del mundo. Cuando llegó se había puesto a hablar al aire de todo lo que había pasado, necesitaba contárselo a alguien, y nadie era mejor que su Naruto.

 

—…Y no sé qué quiere ese tal Gaara —finalizó Sasuke.

 

Esperó por la respuesta que nunca llegaría.

 

Suspiró con un deje de melancolía. —Pero ya no es más lo que debo contarte —prosiguió mirando un punto muerto—. ¿Estarías celoso de que me besara con otro aparte de ti? —se preguntó.

 

En seguida algo extraño pasó, sintió una extraña brisa recorriendo todo su cuerpo. No, la brisa no era fría; era bastante cálida, se sentía bien. —¿Eso es un sí? —preguntó riéndose levemente.

 

De nuevo la brisa lo acorralo. —Ya debo estar volviéndome loco. Es eso ó tengo sueño —se levantó tambaleándose un poco debido a que había mantenido la misma postura durante varias horas.

 

—Adiós —se despidió.

 

Un ventarrón soplo sobre el gran prado con un susurró que Sasuke no alcanzó a escuchar.

 

Adiós.

 

Caminó por en medio de los árboles que conocía tan bien con la esperanza de llegar rápidamente a su destino. Pero mientras estaba en medio de la oscuridad de repente algo saltó hacia él; una mancha rojiza que salió de la nada.a tan bien con la esperanza de llegar r

 

—¡Sasuke-kun!

 

—¡Karin! —gritó Sasuke sorprendido—. ¿Qué haces acá?

 

—Estaba buscando un lugar para leer pero de repente oscureció y me perdí.

 

—Tienes la costumbre de perderte en bosques, ¿no es así? —preguntó recordando la escena de unos días atrás, cuando Karin había hecho que se enloquecieran de terror.

 

—¿Qué haces acá tan tarde?, ¿y aun estas con el equipaje? —preguntó un tanto sorprendida pues ella ya había dejado su equipaje en casa, incluso ya se había bañado.

 

—Estaba en un lugar —se limitó a responder.

 

—No preguntaré lo que no quieras contar —le sonrió—. Pero por ahora, ¿Me ayudas a salir de este bosque?

 

—Sígueme.

 

Caminaron juntos en silencio hasta el final del bosque donde levemente se despidieron con la mano y cada uno tomó caminos diferentes.

 

No pasó mucho para que Sasuke llegara a la gran mansión Uchiha donde Mikoto lo recibió con una sonrisa bastante maternal. Aunque le gustó lo paso de largo y rápidamente se encerró en su habitación. En realidad no estaba cansado pero quería estar solo. No había razón para ello, simplemente era uno de esos días en los que irónicamente odias a toda la humanidad.

 

Y aunque no estaba cansado se durmió rápidamente en una noche sin sueños. Una oscuridad profunda pero refrescante.

 

El fin de semana pasó rápidamente y pronto se hizo lunes de nuevo, tendrían que volver a estudiar, y por más duro que haya sido el viaje de la semana pasada, sin duda no era más duro que tener que volver al instituto.

 

Sasuke había usado su corto fin de semana para intentar buscar información acerca de Gaara y sus hermanos, había encontrado lo obvio. Primero, parece que su familia dirigía una empresa de bajo renombre pero aun así poderosa, administrada por el padre de los tres hermanos, cuarto en la dirección de la empresa, actualmente desaparecido. Tal parece que hace unos años, y debido a problemas internos de la empresa, tal vez incluso ilícitos, el cuatro presidente había desparecido de la faz de la tierra, al mismo tiempo que sus tres hijos se habían ido del país, se decía que el padre había escapado dejando a sus hijos en medio de deudas con el bajo mundo y que por ello los herederos también habían decidido salir del país. Pero puede que eso no sean más que rumores malintencionados, todo eso eran cosas dichas por los medios de comunicación, y los medios de comunicación no eran nada confiables.

 

Eso bien lo sabia Sasuke, que durante la mayoría de su vida ha tenido que soportar los chismes que se inventa la prensa con la intención de hacer que los Uchiha cayeran más bajo, aun así gracias a la astucia de Itachi y a la buena imagen de Mikoto poco a poco los medios desistieron de crear una mala imagen a los Uchiha, fueron en busca de otras presas, a pesar de eso, cada vez que hay un evento, cualquier cosa relacionada con los Uchiha los medios no tardan en estar allí, en busca de cualquier información.

 

Como carroñeros.

 

Pero dejando de lado eso, Sasuke caminaba al instituto recopilando la información en su mente. Le había surgido esa necesidad de saber todo de esas personas, le parecían demasiado sospechosas, ocultaban algo, algo que posiblemente Naruto aun no sabía.  

 

En el instituto todos se quejaban de tener que volver a clases, para más colmo los habían recibido con un examen sorpresa; una evaluación para diagnosticar que tanto se les había olvidado en esos pocos días sin la rutina de los estudios. Cabe agregar que a más de uno le fue mal, eso incluía a Sasuke, que a pesar de tener buenas notas casi siempre ahora se veía sumido en pensamientos que consideraba más importantes. Naruto no se quedo atrás, aun no se acostumbraba al ritmo que llevaba el instituto, y no entendía el tema acertadamente.

 

La hora del descanso después de las clases de la mañana llegó bastante rápido. E igual de rápido el descanso había acabado; la última hora Naruto y Sasuke se la habían pasado hablando animadamente de cosas no muy importantes. Eran curiosos los acercamientos que tenían; estaban hablando y de repente la atmosfera se tornaba lujuriosa y apasionada, no hacían nada, de repente callaban toda palabra y se quedaban mirándose, cualquier roce entre ambos cuerpos podría desencadenar algo no apropiado para las mentes inocentes del instituto.

 

Cuando entraron al salón este estaba totalmente vacío.

 

—¿Llegamos muy rápido? —preguntó Naruto.

 

—De seguro —respondió Sasuke mientras caminaba hacia su puesto. Naruto se había quedado en la puerta del salón a la espera de algún indicio que le permitiera entrar. Sasuke se extrañó al ver un pequeño papel encima de la mesa, lo tomó entre sus manos y lo leyó fugazmente, arrugó el entrecejo y casi se podía ver como una vena en su frente se brotaba.

 

Naruto notó las reacciones de Sasuke y se acercó lo suficientemente rápido y tomó el papel sin darle tiempo a Sasuke a decir lo contrario, lo leyó y de igual manera arrugó la frente.

 

—¿Qué es esto? —preguntó.

 

—Lo debieron haber dejado en medio del descanso.

 

El rubio volvió a bajar la vista hacia el papel donde claramente decía:

 

Uchiha y Seichi son unos maricas.

 

Ahora aquel papel reposaba en la basura totalmente arrugado. No habían dicho mayor palabra respecto al tema, poco les importaba semejante situación. Aun así era raro que ya hubieran pasado varios minutos desde que acabara el descanso y aun nadie apareciera. Sasuke iba a preguntarle a Naruto que creía de la situación pero antes de que lo hiciera Kiba llegó al salón bastante agitado.  

 

—¿Qué hacen acá? —preguntó extrañado.

 

Ambos solo pudieron mirarlo confundidos. —Deje mi libro acá —aclaró el castaño—. ¡Ustedes si son distraídos!, esta mañana Ebisu-sensei informó que la clase hoy sería en el salón de informática. Todos están allá.

 

Sasuke asintió y emprendió camino hacia las afueras del salón, para dirigirse a esa gran habitación llena de computadores. Kiba se situó junto a él y Naruto los siguió de lejos; aunque no le importase aquella nota, no dejaba de preguntarse quién la pudo haber dejado allí.

 

Llegaron al salón de informática, donde aun los estudiantes se acomodaban, en parejas, una por computador. Naruto y Sasuke se posicionaron en uno al final del salón, tenían vista de todas las pantallas de las parejas de en frente. —Prendan los computadores —indicó Ebisu-sensei.

 

Todos hicieron caso lentamente y prendieron los computadores.

 

Pero…

 

A todos se les salió una exclamación al ver la pantalla, y la imagen que reflejaba esta. Pasada la sorpresa todos comenzaron a reír a carcajadas.

 

Tanto Naruto como Sasuke no cabían en su impresión, miraban la pantalla en un intento de que lo que estaban viendo desapareciera y en seguida apareciera algo inocente como el logo del instituto o algo así. Pero no, la imagen no cambiaba.

 

En la pantalla, y no solo en una, en la pantalla de cada uno de los computadores aparecía una foto del beso que Naruto y Sasuke se habían dado en el salón de juegos, mientras jugaban, con el Vodka hasta la cabeza. Pero eso no era todo, a pesar de que la foto se veía totalmente bien, encima de esta habían letreros con la misma palabra una y otra y otra vez.

 

Maricas.

 

Sasuke miró asesinamente a Kiba, que era el que tenía más cerca, ¿Cuándo le habían tomado esa foto?, Kiba se encogió de hombros y negó con la cabeza; él tampoco tenía idea de donde había salido esa foto. Si fueran otras personas habrían quedado heridas emocionalmente, pero Sasuke ni se inmuto, como si le hubiese dado igual, Naruto, a pesar de que veía con estupefacción la foto, no se veía nada afectado por ello. Bien, heridos no se sentían, eso no significaba que furiosos no se encontraran.

 

Sasuke sabía que si se quedaba en ese lugar terminaría insultando a todo el que se le atravesara en el camino. Por ello, antes de que cometiera una locura, y sin importarle mucho Naruto se levantó lentamente, caminó hacia la salida dando paso a paso, sin prisas, sin nervios, como si lo que acababa de pasar no fuera con él. Salió del salón y se perdió por los pasillos, sin perder la cordura en ningún momento. Llegó al salón de clase, se acercó a la basura y saco el pequeño papelito que habían encontrado minutos atrás. Lo miró una y otra vez. En seguida, sin importarle si alguien lo veía comenzó a sacar de cada una de las mochilas de los demás estudiantes un cuaderno para comparar letras.

 

Una vez acababa con un cuaderno, sacaba otro y volvía a mirar. Iba a encontrar al maldito que había hecho esa bromita tan fastidiosa. Terminó de revisar los cuadernos de todo el salón, no le importó que quedaran desparramados por el piso. Pero no había dado con la letra, seguramente él que había dejado aquella nota era de otro curso, y seguramente esa misma persona había hecho esa imagen. ¿Pero en qué momento la habían tomado?; la foto estaba tomada desde una considerable distancia, no pudo haber sido ninguno de los presentes de ese día.

 

Se sentó en su silla a la espera de que acabara la clase.

 

No después de mucho tiempo los estudiantes comenzaron a volver al salón, algunos tenían una cara tristona, de seguro los habían regañado. Pero vaya sorpresa que se encontraron al llegar al salón y notar que sus cuadernos estaban botados por doquier. Miraron a Sasuke en busca de una explicación, el aludido solo se encogió de hombros y les mando una mirada de “me llegan a hablar y los mato”, cerró los ojos a la espera de que pasara algo más.

 

Pronto sintió que alguien se sentaba a su lado. —Sasuke —lo llamó Naruto, como no.

 

—¿Qué? —preguntó hosco.

 

—No debiste desordenar los cuadernos de los demás —le reprendió.

 

—Comparaba las letras de todos estos con la letra del papel —respondió sin mirarlo a la cara.

 

—Aun así…

 

—¿Qué acaso no estás enfadado? —le interrumpió.

 

—Claro que sí, pero…

 

—Pero nada —se levantó de golpe captando la atención de todo el salón. En seguida miró a sus compañeros que lo miraban fijamente—. Voy a encontrar a quien hizo esto —siseó—. Con un Uchiha no se juega —lo último lo dijo con tal voz amenazadora que a más de uno se le erizó la piel. Más de uno le aparto la mirada realmente preocupado.

 

—¿Encontraste al que tiene la misma letra? —preguntó Naruto en un susurró después de haberse recompuesto de la amenaza del Uchiha.

 

—No —murmuró—. Pero estoy seguro que es de nuestro grado, si no es de este salón será de la otra clase.

 

—¿Por qué estás seguro que fue de nuestro grado?

 

—Solo dos clases fueron al viaje, ambas del mismo grado. Es obvio.

 

Naruto asintió levemente. —Entonces… —se vio interrumpido por el sonido insistente del celular—. Un segundo —le dijo a Sasuke mientras tomaba su celular. Primero vio el número, su cara cambio drásticamente y mostró una preocupación extraña. Esta reacción no fue ajena a Sasuke que miraba atentamente los movimientos de su compañero.

 

—¿Hola? —contestó el rubio con un deje de preocupación en la voz.

 

Su cara cambiaba a todas las expresiones mientras por la otra línea decían quien sabe que. Entre enfado, preocupación e inquietud; pero la más destaca fue la tristeza que le crispó el rostro. Justo después dijo una sola palabra. —Sí —colgó y sin esperar nada más tomo sus cosas para en seguida salir corriendo del salón de clases. Sasuke lo siguió pero el rubio no se percato de nada, salió por la puerta principal del instituto, de un salto pasó la reja y se fue corriendo dejando a Sasuke bastante confundido.

 

¿Qué había pasado?

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

Al día siguiente Naruto no fue al instituto.

 

Sasuke intentó llamarlo, pero nada. No cogía el celular, sonaba y sonaba pero nadie lo contestaba. No sabía cómo contactar con el chico, parecía que se lo había comido la tierra en cuestión de unas pocas horas. Pensando en posibilidades de lo que pudo haber pasado Sasuke casi ni durmió. Pensando descubrió que no conocía nada del rubio, nada, el rubio conocía varias cosas del él, y a duras penas Sasuke conocía partes de una historia a la que todavía no le encontraba mucha coherencia.

 

Al final Sasuke no se dio ni por enterado que habían hecho ese día en las clases, se vio concentrado en mil cosas menos en las aburridas clases de física. Cuando menos se lo pensó todos recogían sus cosas para salir. Aquel día nadie se le había acercado ni para respirar cerca de él; todos sus compañeros de clase le habían cogido un miedo especial luego de la amenaza del día anterior. Por suerte ese día no le gastaron ninguna broma, pero eso no había quitado las risitas que lanzaban al verlo, más que herirlo lo ponían furioso.

 

Esperó a que todos salieran del salón, justo después sacó aquella nota de uno de sus bolsillos y comenzó a hacer el sondeo de nuevo, solo que esta vez sacaba algún cuaderno, lo revisaba y después lo dejaba en el mismo lugar donde lo había encontrado. De nuevo no encontró nada, por ello decidió revisar la otra clase, de seguro allí estaría el culpable.

 

Caminó por el pasillo unos cuantos metros y se encontró en la puerta de la otra clase, entró lentamente cuidando que nadie lo viese entrar allí.

 

—Sasuke-kun —dijo una voz un poco chillona.

 

Sasuke giró lentamente para encontrarse a Karin sentada en una silla apartada de las otras, se encontraba sola con un libro en las manos. —¿Qué haces acá?

 

—En mi casa no es agradable leer, procuro mantenerme lo más alejada posible —esperó unos segundos—. ¿Y tú qué haces acá? No es tu clase…

 

—Ya lo sé, pero necesito encontrar a ese maldito.

 

Karin dedujo las cosas rápidamente. —Me entere de lo que paso ayer, de seguro quieres venganza.

 

—No sé si venganza, pero quiero encontrarlo o encontrarla. Con un Uchiha no se juega sin consecuencias.

 

Karin sonrió. —Te ayudaré.

 

—¿En serio?

 

—Sí —en seguida dejó el libro a un lado y comenzó a sacar cuadernos a sabiendas de lo que quería hacer Sasuke. Y aunque casi nadie sabía la existencia de aquel papel Karin se había enterado, después de todo ella era invisible para la mayoría, pudo ver como Naruto y Sasuke encontraban ese papel el día anterior, le dio curiosidad lo que tenia escrito y una vez los chicos habían salido del salón había tomado el papel en sus manos, lo leyó y de inmediato volvió a dejarlo en su lugar.

 

—Muéstrame el papel —ordenó la pelirroja, al principio Sasuke la miró sorprendido pero después le paso la pequeña nota. Karin comenzó a comparar las letras pero ninguna coincidía. Por otro lado Sasuke ya sabía de memoria como era la letra por lo cual comenzó a mirar por su cuenta.

 

—Esta se parece —anunció Karin. Sasuke se acercó y tomó el cuaderno que le ofrecía Karin junto a la nota.

 

—Sí, se parece —aceptó—. Pero no es totalmente igual, digamos que por ahora tengo un sospechoso –sonrió satisfecho mientras pasaba las hojas para encontrar el nombre del susodicho.

 

Frunció el seño.

 

Como no, aquella persona no era nadie más que el maldito Idate.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

El día siguiente Sasuke llegó más temprano de lo habitual al instituto, aunque habían varios estudiantes a las afueras del establecimiento aun no habían abierto las puertas, por lo cual el pelinegro no tuvo más remedio que esperar recostado contra una pared.

 

La razón de que hubiese llegado temprano esa mañana no era muy compleja, sus pensamientos no lo dejaban dormir, entonces, frustrado y sin más remedio se había alistado temprano y había salido de la gran casa Uchiha aun más temprano de lo acostumbrado.

 

Sonrió al notar como venia cierto rubio, parece que Naruto, al igual que él, ese día había llegado especialmente temprano al instituto. Su andar era realmente lento, tal vez estaba cansado, pero por nada se iba a librar de dar una explicación a su ausencia el día anterior.

 

—Dobe —dijo a modo de saludo cuando Naruto estuvo lo suficientemente cerca.

 

El chico volteó, lo miró, le sonrió levemente y siguió caminando. Su andar aun era lento por lo que a Sasuke no le tomó nada de tiempo alcanzarlo. —¿Qué pasa?

 

—Nada —respondió el chico mirando fijamente al suelo.

 

—¿Seguro? —perspicazmente Sasuke comenzaba a sospechar que algo no andaba bien.

 

Naruto se dio cuenta que si seguía en esa actitud Sasuke comenzaría a hacer preguntas molestas, por ello puso su mejor sonrisa. —No pasa nada, en serio. Ayer no dormí bien, estoy cansado.

 

—A todo esto, ¿Por qué faltaste ayer?

 

—Tenía asuntos que resolver con mi padre —sonrió sinceramente. O al menos eso parecía.

 

—Creo que descubrí quien fue el de la nota y él de la foto —mencionó Sasuke cambiando de tema.

 

—¿Quién? —preguntó interesado el rubio.

 

—¿Quién crees? —esperó—. Nadie más que Idate.

 

—Era de esperarse. ¿Lo confrontaste?

 

—No, estoy casi seguro que fue él, pero quiero darle tiempo a redimirse —caminaron hacia la entrada del instituto; un hombre mayor se acercaba con las llaves, entonces la mayoría de los que estaban cerca se levantaron y al igual que ambos chicos caminaron hasta la puerta. Aquel hombre mayor se movía lentamente, moviéndose a la vez que calculaba todo a su alrededor.

 

—En el momento en que confirme que fue él le daré un golpe en el estomago —prosiguió Sasuke con un tono divertido en la voz—. Así —dijo al momento en que le daba un golpe a Naruto en el estomago, este se estremeció encogiéndose hacia adelante y soltó un quejido de dolor totalmente audible—. Lo siento —se apresuró a disculparse al notar como Naruto prácticamente se retorcía de dolor y aguantaba la respiración en un intento de hacer que pasara.

 

El hombre abrió la puerta, todos los estudiantes se movieron rápidamente al interior el instituto, felices de poder estar bajo techo; después de todo afuera hacia bastante frio.

 

—Descuida, no me duele —afirmó el rubio, se irguió casi inmediatamente y caminó rápidamente para entrar totalmente al instituto. Sasuke se apresuró a alcanzarlo, de nuevo no fue difícil. Naruto permanecía inmóvil en la puerta, no se movía, no respiraba. El pelinegro vio de inmediato lo que pasaba.

 

Primero una nota, luego una foto, ahora… ahora se las habían arreglado para poner posters por todas las paredes, pero no era la misma foto. Era una foto del beso que se dieron en el bosque, se suponía que no había nadie allí y ahora, ¿una foto? Cada cartel tenia las mismas palabras que los anteriores “Son unos maricas”, una frase que llenaba la mayoría del pasillo. Sasuke suspiró, sondeo el lugar para ver a Idate sonriendo en una esquina, no había duda, era él.

 

Uchiha tomó a Seichi de la mano y lo arrastró hasta el salón de clase, Naruto se veía sorprendido pero más allá no. —Es Idate —afirmó.

 

—¿Estás seguro? —preguntó Naruto mientras caminaba a su asiento.

 

—Totalmente.

 

—¿Cómo consiguió la foto del bosque?

 

—Ese día, cuando comenzamos a escuchar ruidos, provenían de diferentes direcciones, uno de esos ruidos resulto ser Karin, el otro sin duda era Idate que se escabulló y tomó la foto cuando no nos dimos cuenta, de seguro paso lo mismo en la noche del Vodka.

 

—¿Entonces qué haremos?

 

—Déjalo con su diversión infantil y patética, a nosotros no nos afecta.

 

—Sí, tienes razón. Que haga lo que quiera —el rubio sonrió y Sasuke le devolvió la sonrisa sin percatarse que el mismísimo Idate escuchaba la conversación.

 

—¿infantil? —se preguntó a sí mismo el chico pegado a la puerta del salón—. Ya veremos lo que es infantil.

 

Después de lo que habían acordado Sasuke y Naruto, las cosas se calmaron un poco. Sasuke no tenía esa mirada asesina por lo cual nadie estaba tenso en el salón de clase, el pelinegro Uchiha había decidido divertirse con la situación que estaba aconteciendo, esperaría a ver que más hacia Idate, esa diversión infantil, intentando dañarlo así. Todo eso solo podía causarle gracia a Sasuke.

 

Así el día paso bastante rápido, las clases se hicieron rápidas e incluso divertidas. Pero, la última clase que tenían, justo antes de poder ser libres fue literatura, y Jiraiya había llegado feliz diciendo que quedaba poco tiempo para que tuvieran que presentar el libro que les había puesto a leer. Eso marcó en Naruto y en Sasuke toda una muerte lenta, se agotaba el tiempo  y ellos no habían hecho nada.

 

Por ello ahora caminaban juntos hacia la casa Uchiha para ver cómo se las arreglaban para presentar el proyecto.

 

—No es como si hubiera recordado que tenía que leer ese libro —se excusaba Naruto.

 

—Lo sé, ahora tenemos que leerlo y pensar como lo vamos a presentar en tiempo record.

 

—Trabajaremos duro hoy.

 

—Seguro —aceptó Sasuke. Caminaban por una calle bastante silenciosa, aunque a la vez era algo pasiva, tranquilizante. Iban en silencio, cada uno sumido en sus pensamientos; no vieron lo que estaba por llegar.

 

Al otro lado de la calle, un hombre de sonrisa ladeada señalo al par de estudiantes que iban caminando para después hacer una seña que indicaba que era hora, que fueran.

 

Los hombres corrieron y atravesaron la calle en tiempo record. Para Naruto y Sasuke de la nada aparecieron cinco sujetos que de un empujón los llevaron a un callejón cercano, tres acorralaron a Naruto y dos a Sasuke. Al principio Sasuke no supo que pasaba, se sintió desorientado.

 

—¿Qué quieren? —preguntó mientras era presionado contra la pared.

 

—Solo venimos a hacer un trabajillo —respondió uno de los sujetos con voz dura y algo relajada.

 

Por la mente de Sasuke pasaron mil cosas, ¿por qué esos sujetos estaban ahí?, ¿Qué querían?, una idea descabellada pasó por su mente. Aunque, no era la primera vez que pasaba. —¿T-Tiene que ver con mi apellido? —preguntó Sasuke forzando la voz, por la posición en la que lo tenían esos sujetos no podía respirar bien y comenzaba a ahogarse.

 

—Ni sé cuál es tu apellido, niño —respondió otro—. Le hacemos un favor a un amigo.

 

—¡Idate! —afirmó Naruto desde su lugar. Los cinco sujetos asintieron.

 

—Por lo menos no son idiotas. Pero ahora a lo nuestro.

 

Sin esperar ninguna otra palabra los sujetos comenzaron su labor. Por un lado estaba Sasuke, acorralado por dos hombres, uno de ellos lo sostuvo por los hombros y el otro empezó a repartir golpes por todos lados, el abdomen, la cara, el cuello, los brazos, inclusive patadas en sus piernas. Al principio él seguía sintiéndose perdido con la situación que pasaba en ese mismo instante,  ¿Idate?, maldito cobarde. Aun así un Uchiha no es tan débil, se soltó fácilmente del sujeto que lo sostenía y le dio un puño directo a la cara al otro, su intención era decirle a Naruto que salieran corriendo. Pero una vez estuvo libre y giró vio algo que no le gusto para nada…

En el suelo, yacía Naruto totalmente indefenso mientras tres hombres le pegaban, se veía pálido y unas pequeñas gotas de sudor caían por su frente. Quedarse quieto fue su gran error, en menos de nada los dos hombres lo habían vuelto a acorralar otra vez, ahora tirándolo al suelo para poder pegarle una mejor paliza.

Golpes y más golpes.

Parecía una lluvia sin fin, una lluvia que traía consigo un dolor lacerante, punzante.

Quien sabe cuando tiempo paso, inclusive Sasuke creyó comenzar a perder la conciencia, todo le daba vueltas. Los hombres pararon.

—Idate-san dijo que fuéramos más contra el rubio ya que sabia defensa personal, vaya estafa —comentó uno.

—Mejor vámonos, podría llegar la policía.

Así los cinco hombres desaparecieron como llegaron, sin dejar rastro. Sasuke se medio levantó, lo suficiente para ver al rubio botado, no se movía, de seguro estaba inconsciente. Se arrastro hasta él, cuando llego vio como estaba de destruido, su camisa, llena de sangre, ese color rojo resaltaba a la perfección con la camisa blanca, parecía que Naruto tenía más heridas que Sasuke. El gran charco de sangre debajo de su cuerpo dormido lo decía.

Con el dolor en todo el cuerpo Sasuke se levantó a la vez que apoyaba al rubio inconsciente en su hombro izquierdo. Lo arrastró hasta fuera del callejón donde por lo visto no pasaba ni un alma. Definitivamente no podría llegar a su casa en esas condiciones. En el lado izquierdo apoyado bastamente Naruto, y en la mano derecha las mochilas de ambos.

Pero de una manera muy irónica la suerte estaba de su lado. En ese momento un taxi giraba por la calle hacia ellos, de manera pesada Sasuke lo paró. El hombre, al ver las pintas de ambos chicos se preocupo y los dejo subir rápidamente al taxi.

—¿Al hospital? —preguntó el hombre.

—No —dijo firmemente, le dio la dirección de la casa Uchiha y después se acomodo en la orilla del asiento, apoyando la cabeza de Naruto en sus piernas.

Mientras comenzaba el recorrido el taxista los miraba por el retrovisor, su vista era preocupada. —¿Los robaron? —preguntó. Pero Sasuke se negó a responder, miró al taxista con ojos duros; aun bajo esa abundancia de sangre el Uchiha permanecía inmune, elegante; su respiración era rápida, producto de los múltiples golpes en las costillas, pero le daba toda la apariencia de chico malo. De súper héroe. El hombre se había rendido a las preguntas, una preocupación estúpida pasó por su mente; le preocupaba que el asiento de atrás del auto quedase lleno de manchas de sangre, eso no sería nada beneficioso.

No demoraron en llegar a la casa Uchiha, Sasuke se alegró por primera vez de que estuviera sola, no soportaría darle explicaciones a Mikoto. Antes de salir del taxi le dejo una considerable suma de dinero al conductor, el sujeto solo sonrió; no le importaba la vida de esas personas; solo el dinero. Con bastante esfuerzo Sasuke sacó a Naruto del taxi, después entró a la casa, botó las mochilas donde mejor pudo y subió al rubio a cuestas hasta su habitación y allí lo dejo, medio moribundo en su cama.

Corrió al baño de donde saco un botiquín, en seguida volvió y comenzó de inmediato a curar las heridas de la cara de su amigo. No eran tantas, solo una en la parte superior del labio y otra en la frente, fueron fáciles de curar con un poco de desinfectante, el resto solo eran golpes, claro, de seguro tomarían un tono moráceo pronto, ¿pero por qué tanta sangre?

Temiendo lo peor desabrochó la camisa, en el transcurso sus manos quedaron embarradas de sangre, Sasuke se asustó. Pero era imposible, ninguno de esos hombres llevaba algo que pudiera cortar, se detuvo en medio de la tarea y miró hacia la pared de la habitación, tenía miedo de descubrir algo que no quisiera. Pero no podía ser cobarde en semejante situación, su amigo necesitaba su ayuda, lo que él podía hacer era brindársela; esperar que no hiciera lo incorrecto. Por ello se apresuró a desabrochar los últimos botones, pero, lo que encontró no fue una herida hecha minutos atrás. El pecho de Naruto estaba vendado, como si se hubiese ocasionado esa herida ya hace tiempo, y ya se la hubieran curado, pero la venda estaba llena de sangre.

Con unas tijeras que no cortaban bien intentó cortar las vendas, tomó más trabajo de lo esperado y eso le frustraba, aunque no quería saber lo que encontraría debajo de las vendas a la vez quería saberlo con todas sus fuerzas. Cuando por fin las vendas cedieron terminó de cortar y vio la herida. Era algo repugnante; era un corte que atravesaba de lado a lado la zona del vientre, estaba bastamente cosido, definitivamente ya había recibido tratamiento médico, aun así, esa herida definitivamente no había sido hecha por unos delincuentes. Aquel corte llevaba la precisión de un cirujano.

—¿Qué te pasó? —preguntó Sasuke en un susurro que no respondieron.

Pero siguiendo con los primeros auxilios, Sasuke procedió a limpiar la sangre del vientre del rubio. No tardo mucho, pero como no podía ponerle vendas sin necesidad de incomodarlo optó por ponerle unos parches que protegieran la herida.

Pronto se sintió agotado, hasta ese instante notó los estragos de su cuerpo, le entró un sueño inmenso. Por eso sin pensarlo mucho se recostó junto al rubio quedando dormido en el instante.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Sasuke volvió en sí por las suaves caricias que sentía sobre su piel, se sentía demasiado bien por lo cual no quiso abrir los ojos, prefirió quedarse en aquel mundo de sueños por un rato más. A la expectativa de que otra caricia llegara a su piel; no pasó mucho para que sucediera. Sintió algo frio en su piel, le molestó pero aun no quiso abrir los ojos. Esperó de nuevo otra caricia pero esta nunca llegó, se sintió desilusionado y no tuvo más remedio que abrir los ojos.

En cuanto los abrió otra caricia llego a su cara, frente a él se hallaba Naruto pasando cuidadosamente crema sobre la piel de Sasuke. Al notar que el pelinegro tenía los ojos abiertos le sonrió encantadoramente. —Casi no despiertas —afirmó.

—¿Qué hora es? —preguntó confundido.

—Más de las 10 de la noche. Creo que ni tu mamá ni tu hermano han llegado.

—No importa, suele ser así —hizo ademán para levantarse pero el rubio se lo impidió.

—Quédate quieto, te debe estar doliendo todo.

Sasuke asintió pausadamente mientras volvía a recostarse; comenzó a centrarse en la situación que vivía, primero se alegró de que el rubio estuviera despierto, después se apenó al notar que ese mismo rubio estaba curando sus heridas, el botiquín abierto a su lado lo confirmaba. —¿Tú…? —preguntó Sasuke sin terminar la pregunta.

—Cuando me desperté me encuentro con un dormido Sasuke a mi lado, totalmente ensangrentado y sus heridas infectándose poco a poco; luego me fijo en que mis heridas ya están curadas. Tenía que retribuirlo por ello me arme de valor para salir de la habitación para poder buscar agua caliente y poder curarte de manera adecuada —relató restándole importancia.

En eso, de repente a Sasuke lo atacó una duda. La herida en el abdomen de Naruto. Aquella era una pregunta sin resolver pero decidió no preguntar nada, estaba completamente seguro que Naruto no le diría la respuesta a aquel interrogante. Lo dejaría para después.

—Pero más importante que eso —habló Sasuke—. Esto definitivamente ya fue demasiado.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

El instituto estaba en silencio sepulcral, nadie se atrevía a hablar. Antes de que comenzaran las clases, todos estaban en el pasillo molestando y riéndose de cosas sin importancia, pero en eso había llegado Sasuke, totalmente golpeado, había derribado a Idate de un solo golpe y ahora se encontraba sobre él, mirándolo, incitándolo a que se dignara a decir algo. Pero el chico callaba como todo un cobarde, justo detrás de él se encontraba Naruto que miraba asombrado la escena, también tenía varios golpes, pero lo que más lo hacía resaltar era que no llevaba el uniforme del instituto. Llevaba un Jean algo ajustado más una camisa negra que de seguro Sasuke le había prestado.

—¡¿No vas a hablar?! —gritó Sasuke, su mirada era fría, tormentosa y sobretodo furiosa. Naruto no hacía nada por detenerlo, él también estaba de acuerdo, aquello ya había sido demasiado.

—No tengo que darle explicaciones a un marica —dijo Idate en tono denigrante.

Las risas no se hicieron esperar. Aunque a muchos les aterrara Sasuke, y aunque le tuviesen gran respeto no podían evitar reírse ante aquello; ponían a prueba la valía de Sasuke llamándole marica en frente de todos; lo hacían poco Uchiha, con aquel hombre no tenía el derecho de llevar el apellido Uchiha, hería su orgullo en su punto más débil. —Retráctate —le dijo Sasuke.

—No tengo por qué —dijo riéndose—. Marica —afirmó para colmar la situación.

En eso los estudiantes rieron aun más, en una subida de adrenalina comenzaron a corear una sola palabra. —Marica, marica, marica —así, todos reían, se sentían de maravilla. Se burlaban y les gustaba, miraban con desprecio al marica que tenían en frente y murmuraban a su espalda. De nada le valía ser Uchiha si no era hombre, de nada le valía ser el heredero si no podía tomar su cargo como todo un ejecutivo, siempre seria marica.

Sasuke no se controló más y comenzó a repartir golpes por toda la cara de Idate, que comenzaba a preocuparse de lo que le pudiera hacer el demente Uchiha. Dio golpes, todos a la cara, quería dejar marcado en ese sujeto lo que había hecho, sentía rabia, sentía su orgullo herido. No, marica no es la palabra correcta, eso había dicho Mikoto.

De repente varios recuerdos de su infancia se agolparon en su mente, todos recuerdos con su Naruto, ¿era tan difícil aceptarlo?, Namikaze Naruto también era hombre, eso no importó, el tiempo que había pasado con él había sido el más feliz. Eso le rabió aun más, aquellas personas también consideraban un error lo que había pasado con su Naruto. —Sasuke, ya basta —susurró Seichi Naruto a su espalda.

Pero Sasuke no paró.

Siguió dando golpes hasta que sus puños dolieron, hasta que sintió que su orgullo se redimía, hasta que vio que aquellas personas cambiaban su mirada, hasta que sintió que nadie veía como un error a Namikaze Naruto. Las personas que antes habían reído ahora se arrepentían, y comenzaban a comprender que Sasuke no era menos hombre. Unos le tomaban temor y otros le tomaban respeto.

Cuando se agotó, soltó a Idate, este cayó al suelo inconsciente, en seguida Sasuke se levantó y miró a todos los presentes. —No me gusta ensuciarme las manos —comentó mientras se limpiaba los restos de sangre de sus manos—. Pero esto es para que vean que no soy marica —de improviso giró hacia Naruto y le plantó un beso, solo dejaron sus labios juntos, no se movieron. Casi parecía falso, aun así todos se sorprendieron, algunas chicas incluso suspiraron. Sasuke se separó del rubio que lo miraba entre confundido y feliz—. Soy gay —concluyó con voz firme.

Notas finales:

Escribí unas 37 mil palabras para llegar a la conclusión de este capitulo (A que estuvo genial, no?)... -No soy marica, soy gay. -

Me tardé poquito en hacer este capitulo, pero ya entre a estudiar de nuevo. w.w ... Pero no importa, me sacaré mi tiempo para escribir. Pero bueno, al capitulo.

¿Qué dicen de la herida en el abdomen de Naruto?, esa situacion tan misteriosa que se dio en casa de Naruto al llegar del viaje. w.w ... Es bizarro. Pero ya veran como varias cosas se descubren en el transcurso de los dos siguientes capitulos. Incluso ya tengo el titulo del siguiente Cap, sera "Aprendiz", se que no dice mucho pero de seguro levanta sospechas o algo así xdd.

Ay, esos dos ahora ya estan más juntos, y se la pasan besandose xdd... Es genial que hagan eso y aun así su "relacion" aun no tenga una etiqueta en especifico (Las etiquetas lo dañan todo) ...

Y no crean que Gaara, Temari y Kankurō ya salieron de escena, solo estaran en pausa e.e ... Bueno, se vendran cosas buenas.

Sin más, gracias por leer toda esta nota de autora xd, por leer la historia y por dejar Rr... Buuueno, los lectores que solo leen podrian dejar un Rr xdd, no es mucho pedir e.e ...

Ciao.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).