Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aeternum. por PauYh796

[Reviews - 71]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Número de palabras del capítulo sin notas: 10.775

Quiero respuestas, ¡Ya!

Actualidad, Japón, madrugada del 15 de julio.

—¡Uchiha Sasuke!, morirás, te aseguro que morirás —gritó Itachi al notar como la reja de afuera de la mansión Uchiha se movía ruidosamente. Posicionado justo en la puerta Itachi se cruzó de brazos a la espera de que Sasuke abriera la puerta y se enfrentara con su destino.

Tardó un poco, lo que ocasionó que Itachi se frustrara aun más, sin embargo no tenía la intensión de abrir primero la puerta. Después de un poco la puerta principal se abrió dejando ver al herido Sasuke y al inconsciente Naruto.

Sasuke se quedó quieto, a la espera del regaño, de algún golpe, de las preguntas; estaba dispuesto a soportar todo eso, pero estaba cansado, solo quería dormir y ya.

Aun así, los golpes no llegaron, ni los gritos, ni las preguntas; los ojos de Itachi se habían vuelto paternales, miraban cariñosamente a los dos chicos que tenía enfrente. Primero tomó a Sasuke por los brazos y le dio un ligero apretón, en señal de una especie de abrazo; luego comprobó que el que peor estaba era el rubio, por ello sin ninguna clase de esfuerzo lo tomó en brazos y caminó lentamente hacía las escaleras, con Sasuke pegado a su espalda caminando gracioso, puesto que tenía un tobillo lastimado su andar era chistoso, nada del porte de los Uchiha.

Llegaron hasta la habitación de Sasuke donde Itachi depositó al chico sobre la cama, luego sin pedir ninguna clase de permiso caminó hasta el armario y de él extrajo ropa que luego colocó al rubio con una especie de cariño extraño, siendo cuidadoso, como un hermano mayor al que le encargan cuidar y proteger a su hermanito. A la vista de Sasuke fue de lo más extraño, aunque Naruto estuviera magullado no había ninguna herida que curar, aun así Itachi mantenía la vista en los moretones y las cortadas, en las vendas que cubrían el cuerpo del rubio; de nuevo sonrió paternalmente. Cuando Naruto estuvo por fin vestido Itachi hizo una última acción, arropándolo, ahora dejando que durmiera en la cama de Sasuke. De nuevo, Sasuke se permitió ver la escena y por un momento deseó que se pudiese decir: “Y durmió plácidamente”.

Itachi se levantó, caminó por la habitación como gato enjaulado, eso mientras pensaba en que hacer, sin duda alguna aun seguía frustrado; bajo él sentía la mirada de Sasuke, penetrante, como la de todo Uchiha. Sin pronunciar palabra aun Itachi caminó hasta la puerta de la habitación y salió llamando a su hermano menor con la mirada, Sasuke se sintió confundido pero no lo dudó y siguió a Itachi ahora con la plena convicción de que Naruto estaba por fin a salvo de experimentos raros y amenazas burdas. Caminaron lentamente por el largo pasillo, en medio de esto Sasuke se preguntó si Mikoto estaba en casa, lo descartó con algo de decepción.

Entraron a la habitación de Itachi donde Sasuke caminó rápidamente hasta la cama donde se tumbó grotescamente, no tardó mucho y se arrepintió de semejante acción, de inmediato su espalda y tobillo dolieron como nunca haciendo que jadeara de dolor. Itachi frunció el seño al ver la escena, pero aun sin decir nada salió de la habitación silenciosamente, volviendo a los pocos minutos con una pequeña cajita; Sasuke entendió lo que pasaba, sin recibir ninguna orden por parte de su hermano mayor se quitó la ropa quedando solo con un holgado bóxer, volvió a acomodarse sobre la cama solo que esta vez más lentamente.

Itachi se acercó mientras de la cajita sacaba una venda y algo que parecía crema antiinflamatoria, primero se concentró en el inflamado tobillo de pelinegro; con toda la calma del caso hizo la curación lentamente, tanto que a Sasuke comenzó a darle sueño, pero sabía que si lo hacia la calma fingida de Itachi se esfumaría, así que mejor aguantarse el cansancio por un poco más.

Poco a poco las manos de Itachi pararon de dar el pequeño masaje al tobillo del otro, después lo vendó fuertemente.

En seguida Sasuke se recostó boca abajo, de nuevo Itachi comenzó a dar un pequeño masaje en la espalda de su hermano menor; Sasuke se preguntaba cómo era que Itachi sabía lo que le dolía, lo que no, e inclusive cómo era posible que lo estuviera curando en vez de estarlo matando lentamente por la preocupación que de seguro le había hecho pasar. Como fuese, el masaje en su espalda era relajante, por fin sentía que la tensión desaparecía, respiró relajado con bastantes dudas en su mente.

Aun así el masaje duró muy poco; al sentir como las manos en su espalda paraban Sasuke se sentó lentamente ahora consciente de que el dolor había disminuido notablemente, agradeció a Itachi mentalmente, después de todo estaban en ese son de no hablar ni un poco. Y no sabía quién rompería el silencio, pero por ahora él no sería.  Cuando estuvo sentado en el borde de la cama de nuevo Itachi se dispuso a limpiar las heridas de la cara de Sasuke, las astillas del cobertizo se habían clavado dolorosamente; esta tarea no fue muy larga, la mayoría de las astillas estaban clavadas superficialmente, solo dejando pequeñas marcas que parecían picaduras de insectos.

Se miraron mutuamente.

Itachi sonrió y Sasuke se encogió de hombros.

—Te estoy dando la oportunidad de que me expliques todo esto —declaró Itachi sin notable enfado en el rostro, sin embargo su voz estaba forzada, contenía el enojo, tanto que parecía que un Tic aparecía en el lado izquierdo de su cara.

Sasuke suspiró. La hora había llegado…

Giró la cabeza hasta un punto muerto de la habitación, dudando entre que decir y que no, a la vez en lo que pensaba si debía inventarse alguna mentira que callara a Itachi por esa madrugada, para que así él pudiese dormir como lo estaba deseando desde hace rato.

Pero nada de eso era factible, Itachi esperaba la verdad, y no iba a aceptar nada más que la verdad.

—¿Está bien que te cuente todo desde un principio? —preguntó con algo de temor en la voz.

Itachi asintió lentamente.

—Desde el primer día que Seichi Naruto apareció en el salón de clase sentí que todo se volvió de cabeza… —comenzó a narrar el chico—. Al principio eso poco me importaba, pues yo tenía mi propia realidad, la misma en la que había vivido los últimos diez años; al principio quise cerciorarme de la verdadera identidad de Naruto, por ello comencé a planear un poco de todo. Lo invité a la casa Uchiha, a la espera de que tú o mamá me afirmaran que él era Namikaze Naruto —miró el punto muerto bastante distraído—. Pero no fue así —aclaró con voz distante—. Ambos se aseguraron de que quedara en mi cabeza que él no era mi Naruto...

Itachi miraba atentamente los movimientos de Sasuke, analizaba cada cosa, cada suspiro, cada que se quedaba pensativo y distante, cuando dudaba entre hablar o no. Por otro lado Sasuke pretendía continuar con la historia después de conocer a Seichi Naruto, e Itachi ya la conocía; por encima pero la conocía. —Ya sé tus deseos por querer que él fuera Namikaze Naruto —mencionó con la voz un poco dura—. Lo que no entiendo es desde el día en que accediste a formar parte de la multinacional Uchiha antes de tiempo, de abandonar el instituto, ¿eso no te molestó?

Sasuke asintió levemente. —Aunque me gustase la idea de comenzar a trabajar, sentí que fue apresurado, quería hacerlo, pero sentía que no tenía tiempo de decir un adiós. En el momento en que pensé eso me detuve y pensé: ¿un adiós?, ¿pero a quien?, de repente me sentí frustrado, me negué a salir de la casa hasta el día en que tuve que trabajar por primera vez; en ese tiempo pensé en las personas que cabrían para “una despedida”, no encontré a nadie, mejor dicho, nadie me importaba, ¿por qué tendría que despedirme de una manada de babosos?; pero había una persona que resaltaba por sobre todos; ese era Naruto.

Se lo pensó, esta vez no fueron segundos, se sumió en sus pensamientos varios minutos, a la vez Itachi no se impacientó, esperaba que Sasuke estuviese listo para seguir hablando.

Cuando un “pip” de un reloj cercano sonó marcando hora en punto Sasuke se espabiló.

—Pensaba en lo mucho y tan poco que había pasado con él —siguió como si no hubiera pasado más que un segundo entre frase y frase. Una carcajada no muy sonora salió de su boca antes de seguir hablando—. Esto no lo sabías, pero ya que estamos en esto te contaré, Nii-san —pausó dándole suspenso al asunto—. Sé que eres muy detallista como para notar que el pasado cinco de mayo lo pase mucho mejor que otras veces, tu sabes de mejor mano todos los colapsos que tuve ese día; pero este año no, es irónico que se deba a Seichi Naruto, pues él me ayudó a superar el escabroso día; fue un pervertido de primera clase porque en medio de tanto terminó dándome un beso —lo último lo dijo con voz baja pero no lo suficiente como para que Itachi no escuchara, que al recibir la nueva información había abierto los ojos enormemente, pero sin pronunciar palabra—. Después de eso… —continuó Sasuke sin dar tiempo a parar—. Comenzamos una especie de besuqueo constante entre los dos, dime loco si no me crees al afirmar que con eso se forman fuertes lazos, de esos que comienzan a ser inquebrantables.

Sasuke alzó la vista por primera vez en todo lo que llevaba del relato para encontrarse con los ojos sorprendidos y algo ausentes de Itachi, aun así parecía seguir prestando bastante atención.

—Lo jodido es que después de eso noté algo —continuó—. Note que por más que quisiera ver a Seichi Naruto como alguien más, siempre iba a compararlo con Namikaze Naruto, y a pesar de saberlo no me importó, mientras pasaba todo esto estábamos en el viaje de hace tiempo; en cuanto volvimos pasó algo rarísimo, aun no sé si fue real o no, pero lo tengo tan presente en mi mente que afirmo totalmente que es real.

—Después de unos días de volver del viaje fui a ese lugar como siempre, todo iba igual, simplemente intentaba ocupar la mente en algo más mientras permanecía allí, al final terminé durmiéndome como de costumbre, solo que esa vez algo diferente pasó. Namikaze Naruto, mi Naruto se me presentó en un sueño, ¿o en la realidad?; como sea, el punto es que lo vi, me habló y por fin pude sentir esa cercanía que tanto extrañaba, lo que me sorprendió fue la frase que me dijo justo antes de irse: “Él no soy yo”, entonces lo comprendí, supe que había estado confundiendo las cosas todo ese tiempo, me sentí como un idiota. Aquel día fue el que me dijeron que comenzaría a trabajar.

Itachi comprendió que la escena que se había presentado tiempo atrás, cuando Sasuke había llegado totalmente alterado y perdido, con la frase de: “confirme que Seichi Naruto no es Namikaze Naruto”¸ había sido por ello.

—Pero después de eso tuve la duda más grande —prosiguió ahora negándose a parar, parecía que en un punto comenzaba a decir las cosas más para sí mismo, como si quisiera sacar todo eso que tenía dentro—. En cuanto me entere que no vería más a Seichi Naruto, pues ahora no volvería a estar en el instituto tuve la oportunidad de alejarme de él. Lo logré los primeros días, pero después era imposible, comencé a intentar localizarlo, pero nada; al final me había medio rendido, sumergido en aprender de administración de empresas lo más rápido. Todo cambió ayer, cuando salí de la multinacional porque el ambiente se había vuelto sofocante, caminé y me encontré con alguien del instituto, me dijo que Naruto estaba desaparecido, que no había vuelto a ir al instituto. Y aunque me cueste admitirlo me preocupé muchísimo, tanto que poco pude dormir; tan poco pude dormir que al alba salí de la casa en busca de Naruto, había decidido no volver, no hasta que lo encontrara… Eso me lleva a la desaparición de hoy, no entiendo nada, sé que están haciendo algo terrible con él, es un experimento, es algo inhumano. Estaban experimentando en él, en su cuerpo —afirmó con voz temblorosa—. No quiero que sufra todo eso… no lo puedo explicar, pero no podía dejarlo en ese lugar; arriesgué todo por sacarlo de allí, ahora quiero que me responda todo lo que tengo para preguntarle —concluyó más serio.

—Eso explica el por qué de la piel magullada del chico —meditó Itachi rehusándose a decir el nombre.

—Sí —aceptó.

—¿Pero por qué tomarse tantas molestias en buscarlo?

Ahí estaba. Ahí estaba la pregunta que Sasuke tanto temía y a la vez añoraba.

Le volteó la mirada a Itachi pensando que si la veía descubriría todo en seguida. Pero el actual presidente de la multinacional Uchiha no es un tonto, pensando un poco, sacando vagas conclusiones sin llegar realmente a la verdad. Miró a Sasuke, con la mirada tan típica de un Uchiha, extrayendo información sin necesidad de palabra alguna.

—Lo amo —afirmó Sasuke en voz baja, temblando producto de los nervios; no tuvo intención de negar, luego de su afirmación solo se quedó allí, a la espera de que Itachi reaccionara gritándole o algo peor.

Itachi lo miró. —Solo quiero que me respondas una cosa —dijo serio—. ¿A quién amas? ¿A Seichi Naruto o la recreación de Namikaze Naruto que tu mente vio en este Naruto?

Sasuke no titubeó. —Solo lo amo —afirmó—. A Namikaze Naruto lo amaba por su ternura, siempre estaría a mi lado sin importar que, él me amaba como nada, me sentía protegido bajo sus brazos, pensaba que nada nos separaría jamás. Pero Seichi Naruto es otro cuento, hace tonterías, pero lo que me más me gusta es que puedo sonreír sinceramente cerca de él, me saca sonrisas donde antes no existían, en parte siento que soy yo el que debe proteger a alguien ahora, quiero sacarlo de eso en lo que esta; se ve débil y eso no me gusta. Nii-san, si algo tengo claro es que amo a Seichi Naruto. Totalmente seguro en que Namikaze Naruto, mi Naru-chan es otro amor, otra clase de amor. Los amo a ambos, pero solo puedo intentar estar con uno, uno que por fin ha despertado mis emociones después de tanto tiempo.

Itachi sonrió y asintió. —Pero, ¿amor? ¿No es algo precipitado afirmar esto?

—No lo sé, pero es la única palabra que puede envolver todo esto que siento. No quiero alejarme de él, no quiero dejarlo solo.

Itachi se sumió en pensamientos para al final afirmar:

—De acuerdo, no te diré ni que lo acepto ni que no lo hago, solo te dejaré estar… Pero Sasuke, te advierto, en cuanto vea que esto puede destruirte haré hasta lo imposible para alejar a ese chico de tu vida.

—¿Eso significa que puede quedarse?

Itachi asintió. —Considerado un periodo de prueba.

—Gracias.

—Otra condición…

—¿Cuál?

—En cuanto lo descubras y rectifiques, quiero saber cuál es el pasado de ese chico.

—Naruto, se llama Naruto —exclamó Sasuke ya molesto debido a la actitud de Itachi—. De acuerdo, te contaré todo en cuanto tenga claro que es lo que sucede.

—Está bien. Aparte de ello procura ser feliz, recuerda que si eres feliz yo lo soy. Y también que estoy acá para cuando lo necesites.

—Y para cuando quiera otro masaje —bromeó Sasuke.

—Eso es una ocasión especial, no esperes que lo haga de nuevo.

Una carcajada salió de la boca de ambos, pero a la vez Sasuke recordó algo que lo hacía preocuparse de nuevo. —Quiero estar con él —afirmó mientras se levantaba de la cama con la única visión de ver a Naruto.

Itachi vio como Sasuke levantaba y caminaba hasta la puerta que permanecía cerrada, pero justo antes de salir le habló. —Sasuke —comenzó hablando lentamente—. No quiero que te lastimes a ti mismo, solo espero que lo que afirmes sea real, que lo amas a él y no a una ilusión de un amor pasado; puedes lastimarlo a él, si tanto quieres protegerlo debes hacerlo de una manera idónea, primero tienes que entender la situación.

—Y lo haré, no te preocupes.

Sin decir más Sasuke salió de la habitación, con paso apresurado se acercó hasta su habitación, donde al entrar pudo divisar el cuerpo dormido del rubio, su respiración era pesada, pero ahí estaba, por lo menos respiraba; no quería meditar sobre nada de lo ocurrido en el día, pues no entendía mucho y no quería matarse la cabeza haciendo suposiciones, quería dormir.

Por ello con paso decidido se acercó hasta su cama donde entró lentamente cuidando no mover mucho a Naruto. Pensaba que inmediatamente tocara la almohada se dormiría, pero eso solo fue un vago sueño, pues al estar ahí sintió que era un total desperdicio hacer semejante barbaridad; ahora estaba junto a una persona que sin querer se había vuelto demasiado especial para él, ahora, en ese instante, no quedarse a admirar el cuerpo a su lado podría considerarse ilegal. A pesar de la piel magullada, los cortes y las vendas aun se veía perfecto, tal vez perfecto era una palabra muy grande pero en ese instante Sasuke lo veía así.

Poco a poco pudo concebir el sueño que tanto estuvo añorando tanto tiempo.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

—Nos llamaron a un juicio —afirmó Itachi soltando unos papeles sobre una gran mesa de madera.

Estaba junto a varias personas de traje, todos con miradas serias, totalmente abrumados por la decisión de la multinacional Namikaze de hundir a los Uchiha. Sasuke, que a pesar de estar totalmente cansado había tenido que levantarse como cualquier día para ir a trabajar, ahora se encontraba sentado en un rincón de la mesa algo estupefacto por el anuncio que había hecho Itachi segundos atrás.

—Parece que ahora si viene toda una lucha —analizó uno de los hombres de traje.

Itachi asintió. —No importó cuanto quisimos un concilio, ofreciendo grandes sumas de dinero, todo con tal de no llevar esto a un tribunal, la multinacional Namikaze quiere hundirnos; en este momento no importa cuánto estas dos empresas fueron aliadas, no importa la gran relación que llevaba mi padre con Namikaze Minato, no podemos destruir lo que muchas generaciones han forjado; vamos a pelear con todo, eso implica jugar con la misma moneda.

—¿A qué te refieres, Nii-san? —preguntó Sasuke algo asustado.

—Vamos a tener que usar las debilidades de la multinacional Namikaze.

—¿De qué hablas? —preguntó confundido.

—Necesitamos derribar a la multinacional Namikaze —afirmó el presidente totalmente serio, más de uno abrió la boca sorprendido sin poder musitar palabra.

—¡Pero los lazos de ambas empresas fueron fuertes por años! —se quejó un hombre viejo.

—¡No me importa! —gritó Itachi aun más fuerte que el anterior hombre—. Sé perfectamente lo que los Uchiha y los Namikaze han logrado juntos durante todos estos años; sé todo lo que Namikaze Minato nos ayudó en los momentos críticos de la empresa, pero no me dejaré vencer en esto, si de algo estoy seguro es de lo mucho que tengo que proteger a los Uchiha y a todos sus empleados… En este momento debemos pensar en nuestro bienestar, eso implica sacar a los Namikaze del juego.

Todos callaron unos segundos después del discurso del actual presidente, cada uno pensaba en sus propias opciones; algunos de los presentes en esa mesa ejecutiva habían pasado buenos momentos junto a los Namikaze y sus anteriores generaciones, pensar en destruir algo que técnicamente amaban les causaba un retorcijón en el estómago.

Pero al final todos sabían que solo tenían una opción, y solo una opción.

Lentamente todas las personas presentes asintieron con la cabeza dando a entender que estaban de acuerdo con el presidente; más allá de los lazos de amistad tenían que proteger su empresa, en ese momento tenían que desprenderse de todo sentimiento. Pero, todos asintieron menos uno. Sasuke permanecía atontando en una esquina sin prestar real atención hasta que vio como todos se ponían de acuerdo.

—¿A qué debilidad deberíamos apuntar? —pregunto la única mujer del lugar recordando lo que el presidente había dicho minutos antes.

—Su presidente lleva mucho tiempo manejando la empresa de manera inadecuada… —respondió Itachi, inclusive parecía que una sonrisa malvada adornaba su rostro.

—¡Pero tú sabes la razón de eso! —interrumpió Sasuke antes de que su hermano pudiese decir algo más.

—Si vamos a hacer algo… —dijo Itachi ignorando la queja de su hermano menor—. Debemos destruir la multinacional desde el interior.

—¡¿Qué?! —gritó Sasuke sin poder ahogar el terror que inundaba su cuerpo.

—Desde hace tiempo cuando dos empresas necesitaban deshacerse una de la otra la mejor manera era infiltrando gente en la empresa enemiga; pero eso es algo retrogrado —aclaró otro de los hombres de traje.

—Eso no importa —exclamó el presidente algo desesperado—. En el momento en que Sasuke tome el poder la multinacional podremos atacar desde dentro; necesitamos al presidente nuevo para que todos tengan su atención centrada en él, yo podre hacer todo lo interno contra los Namikaze, para ello necesito que Sasuke asuma la presidencia cuanto antes.

—¿Cuánto falta para tu cumpleaños chico? —le preguntaron.

—Unos ocho días.

—¿Y cuanto para la citación en el tribunal?

—Aun no hay fecha —respondió Itachi.

—Entonces tenemos que actuar antes de que impongan una fecha.

Todos los presentes asintieron de acuerdo al plan que comenzaba a armarse.

—Primero esperaremos al cumpleaños de Sasuke, después él asumirá la presidencia en el acto; con esto la prensa se volverá loca e intentara seguir al nuevo presidente en todos sus actos, esto desviara la atención de todos; muchos empresarios estarán centrados en Sasuke, verán cómo se desarrolla en sus primeros días. Cuando eso pase nos moveremos en la oscuridad, infiltrando a alguien, más adelante arreglaremos los detalles bien —declaró el presidente con total decisión en la voz.

Y Sasuke miraba la escena totalmente aterrado. Él simplemente no quería que Minato-san sufriera más de lo que ya había sufrido, de seguro en ese instante lo único que tenía Namikaze Minato era la multinacional. A Sasuke le aterraba tener que terminar de quitarle todo a Minato.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

La confusión se había vuelto cosa de todos los días para Sasuke, no terminaba de salir de una y llegaba otra cosa que lo volvía a confundir de nuevo. Se estaba hartando de esa situación.

Había vuelto antes que Itachi a la mansión Uchiha alegando que estaba demasiado cansado, pero en realidad solo quería ver a Naruto, de repente había sentido ganas de ver los ojos azules del chico. Pero se decepcionó al llegar y encontrar que Seichi Naruto aun dormía en su cama, con la misma posición en la que Sasuke lo había visto por última vez.

Caminó silenciosamente por la habitación; al momento de salir de la multinacional Uchiha había pensado en ir a ese lugar en busca de hablar con su Naruto, cosa que al instante le pareció algo absurda, pues esos días intentaba auto convencerse de que aquello había sido un sueño, temía aferrarse a algo inexistente, eso haría que perdiera la poca cordura que tenia.

Sin nada más que hacer se sentó en el borde de la cama, dejándole todo el espacio posible a Naruto. En medio del aburrimiento, al atardecer contó las horas que Naruto había pasado dormido; haciendo cuentas al aire concluyó que a eso de las once de la noche había caído inconsciente después de “curarse”, al final contó 20 horas, veinte horas que el rubio había permanecido dormido, inmutable a todo su alrededor. Ahora, pensándolo Sasuke se preguntaba acerca de la extraña manera en que Naruto se había curado de la enfermedad que lo mataría en poco tiempo, aun todo era muy confuso y realmente no quería pensar en ello, pero por más que lo intentara los recuerdos del día anterior se arremolinaban en su mente, negándose a irse.

Todo estaba vuelto un enjambre.

Sasuke gritó sin provocar ruido alguno, solo un gemido ahogado que mostraba toda su frustración; en seguida se tomó el cabello jaloneándolo levemente, intentando pensar con claridad. Pero pronto el jalón leve se convertía en un jalón desesperado, uno que incluida casi toda la fuerza en brazos de Sasuke, comenzaba a sentir como varios mechones se desprendían, aun así no paraba, ¿Qué acaso no podía tener la mente en blanco por unos segundos?

—Por fin podre ver en vivo la expresión de “arrancarse el pelo” —murmuró una voz patosa a su espalda haciendo que Sasuke dejara su tarea masoquista para girar hacia Naruto que permanecía con los ojos entreabiertos.

—Dobe —le dijo sonriente.

—¿Mal día?

—Sí te lo dijera —se burló el pelinegro.

Se callaron, pues en ese leve reencuentro las palabras sobraban. Sasuke poco a poco tomaba una adecuada posición para quedar justo en frente de Naruto, el cual permanecía recostado mientras Sasuke se sentaba cruzado de piernas sobre la cama. Sus ojos se conectaron en un mundo sin fin, como aquella vez en el viaje, después de la extraña confesión de Naruto. —¿Cómo estás? —preguntó Sasuke mirándolo.

—Como si hubieran experimentado conmigo —respondió Naruto burlándose de sí mismo. Chiste que no le causo nada de gracia a Sasuke, que frunció el seño al recordar la situación en la que se encontraban; Naruto se percató y de inmediato le escondió la vista al Uchiha.

—No puedo martirizarme por eso —afirmó Naruto con la voz algo sombría.

—Ahora no tenemos el peligro de que alguien me descubra infiltrado en una casa que no es la mía, así que… ¿Me contaras?

—Yo…

—No olvido la promesa que hicimos —se apresuró a interrumpir Sasuke—. Recuerdo que dijimos que hablaríamos en cuanto estuviéramos listos, pero creo que la situación ha cambiado un poco, ya no soporto tanta confusión, entre ti y la multinacional me estoy volviendo loco.

—¿Qué pasa con la multinacional?

Sasuke suspiró. —La verdadera razón de que comenzara a trabajar antes en la multinacional es una demanda que nos impusieron, no sería problema con cualquier otra empresa, puesto que nuestra influencia es más; pero precisamente nos demanda la multinacional Namikaze, aquellos que puede tengan más influencia que nosotros. Ahora, han decidido destruir la multinacional, yo no quiero eso, después de todo sería destruir parte de él.

Naruto asintió levemente a la vez que se reincorporaba un poco en la cama. —No quieres quitarle nada más a los Namikaze, ¿verdad? —afirmó algo cansado y respirando agitadamente por el esfuerzo de haberse levantado.

—Sí —aceptó—. Pero… cuéntame —pidió mirándolo sin nada de severidad en los ojos.

—Ya lo sabes… —habló lentamente—. Soy el único que cumple una serie de condiciones para experimentos específicos.

—¿Cómo fue que terminaste involucrado en estos experimentos?

—Antes, cuando era más pequeño hacían los experimentos en otras personas, probaron con todas las edades, descubriendo que los niños entre un rango de ocho a nueve años eran los que más resistían sin morir después de la primera semana. Aun así todos los sujetos de prueba morían tarde o temprano, pero nunca sobrepasaban el mes. Recuerdo ver como de aquel lugar salían cadáveres y más cadáveres, creo que desde pequeño me acostumbré a ver la muerte en todos lados. Yo nunca formaba parte de los experimentos pero me veía en ese ambiente a diario… —omitió el por qué de eso—. El caso es que un día hice una travesura, ocasionó que uno de los doctores allí presentes me inyectara algo que debía ir en uno de los sujetos; todos esperaron que muriera, pero no pasó, un mes, dos meses y nada. Descubrieron que yo debía ser el sujeto de pruebas.

—¿Hace cuanto…?

—Desde los siete.

Sasuke ahogó un gemido. —¿Por qué has desaparecido el último mes?

—Digamos que hice algo mal; no seguí ordenes, y al no hacerlo tuvieron poder sobre mí, pues no tenía con que oponerme. El último mes me sometieron a más pruebas de las que podía soportar.

—¿Solo están creando el arma biológica?

Naruto negó tristemente.

—Un arma —contestó—. Desde que vieron que cumplía con las suficientes condiciones comenzaron a volverme una especie de súper humano, con más resistencia que los demás. Hasta ahora solo han logrado crear el arma biológica, solo que no pueden usarla en nadie más, como si solo yo pudiese controlar semejante cosa. En cuanto a su ideal de un súper humano, han hecho cualquier clase de prueba para medir aunque sea un mínimo avance; nada funciona. La semana pasada, en medio de su desesperación comenzaron a hacer pruebas con electricidad; soporté 35 miliamperios, pero en seguida convulsioné inclusive me desmayé, quede totalmente débil.

—Hace un mes… —comenzó a relatar—. En el día en que nos molestaron una llamada hizo que salieras corriendo el instituto, al siguiente día no apareciste en el instituto y al siguiente tenías un corte en el abdomen…

—Debía ir y cumplir con un experimento, en realidad solo era una inyección, pero esa gente no desaprovecha para hacer más pruebas. Aun es un misterio porque yo soy el único que soporta el virus sin morir, por ello quieren averiguar eso, para así estar un paso más cerca de crear un humano perfecto. Ese día la inyección hizo que durmiera, en cuanto desperté estaba en mi casa, estaba amaneciendo y tenía una venda alrededor del abdomen. Creo que ese día sacaron muestras del tejido de mi estómago.

Sasuke se sintió cohibido, en parte le frustraba que Naruto hablara de ello como si fuera lo más normal del mundo; a la vez entendía esa actitud, pues desde muy pequeño se había visto involucrado en ese mundo; tal vez, ya era normal para él.

—Hay algo que no entiendo… ¿Cómo pudiste curarte del virus?

Naruto se lo pensó, miró a Sasuke y le sonrió. —Por ti.

—No entiendo.

—No es necesario que entiendas, no ahora… —respondió agregándole suspenso al asunto, aunque sin querer hacerlo realmente. Sasuke en seguida comprendió lo que le decían, ahora no era momento adecuado para entender, en parte prefería quedarse sin entender. De nuevo recordó lo que le habían dicho: No hagas preguntas de las cuales no quieres saber su respuesta. Pero aun así quedaba algo que faltaba por preguntar, y podría ser que esa fuera la pregunta más importante.

—¿Por qué permitir que hicieran esos experimentos? —le preguntó.

Naruto en seguida le dio la espalda a Sasuke, diciendo con eso que no pensaba responder a ninguna pregunta más que le hiciera; cosa que el pelinegro entendió casi perfectamente, ese tema, parecía que aun no era hora de hablarlo. Por ahora la confusión era un poco menor, claro que aun existían preguntas, pero sabiendo la razón de las varias ausencias de Naruto ahora podía volver a dormir en paz, ahora situándose en solo el problema de la multinacional Namikaze.

Pero, aquel no era momento de pensar en más problemas.

Sin remordimientos Sasuke se arrastró hasta Naruto que aun permanecía de espalda y lo abrazó, pasando sus manos por donde estaba el corte ya sano, luego apoyó el mentón en el hombro izquierdo del rubio controlando su respiración así evitando que el viento se colara por el cuello de Naruto. —Pero me alegra que estés bien —afirmó contra el oído del chico. Naruto asintió y sonrió levemente además del pequeño sonrojo que aparecía en sus mejillas.

—Gracias —le susurró—. ¿He dormido mucho?

—Aja —afirmó—. Más de 20 horas.

—Creo que recuperé todo lo que no dormí el último mes.

—¿Tienes hambre?

—Sí, mucha —gritó el rubio recuperando su habitual sonrisa.

—Espérame acá, traeré algo.

—No, quiero estirar las piernas.

Sasuke asintió. Caminando lentamente llegaron hasta la parte baja de la mansión Uchiha donde comieron algo rápidamente preparado; mientras comían hablaban de cosas triviales, como el perro tierno que Sasuke había visto camino a la multinacional, o como Naruto había hecho que sacaran a Kiba de clase. Cosas que eran de dos personas normales que vivían una vida casi perfecta.

—¿Tu madre? —preguntó Naruto algo tímido.

—Solo no está, no sé cuando vuelva pero tampoco me importa mucho.

La respuesta de Sasuke había hecho que Naruto frunciera el seño y que de repente se enfadara; claro que no fue un enfado que mostró, solo se revolvió en su asiento, en busca de salir de la penetrante mirada de Sasuke, que, al ver la actitud de Naruto se comenzaba a preguntar lo que sucedía, pero de igual manera no quería preguntarse y preguntar nada, como había dicho esos eran temas que debían abarcar otro día.

Por otro lado estaba Mikoto, que aparecía y desaparecía todo el tiempo, pues ya no podía estar en un mismo sitio. Sasuke se conformaba solo con saber que ella estaría bien donde fuese, Mikoto era libre de hacer lo que quisiera, Sasuke lo entendía, aunque eso significara sacrificar su propia felicidad de calor familiar.

—Te parecerá irónico pero estoy que me caigo de sueño —dijo Naruto a Sasuke mientras lavaban los platos que habían ensuciado.

—Deberías volver al instituto cuanto antes —aconsejó Sasuke—. Has faltado bastante.

—Pero volver mañana es muy pronto; mañana es lunes, pero no creo que pueda tener nada listo antes de mañana. Una semana, el 23 de julio volveré al instituto.

Sasuke asintió. —Mientras no termines repitiendo el curso todo está bien.

—De acuerdo; ahora, ¿podemos dormir?

Se miraron y rieron, no muy fuerte pero si una risa totalmente sincera. Sasuke asintió, se encaminaron de vuelta a la habitación de este, al llegar Sasuke se cambió de ropa sin pena delante del rubio, el cual si que se apenó, terminando totalmente rojo. Pero que en son de venganza se había quitado la camiseta que Itachi le había puesto el día anterior lanzándola en algún lugar para después tomar otra del armario de Sasuke, el último rió ante el atrevimiento de Naruto, mira que atreverse a tocar las cosas de un Uchiha.

Terminaron recostándose cada uno a un extremo de la cama de Sasuke, dejando todo el espacio posible entre los dos. Se miraban sin hablar, sumidos en un letargo en el que los ojos azules y los ojos negros eran su máxima adicción. Por lo menos en ese momento todo parecía perfecto; y Sasuke rogó porque se quedara así.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Actualidad, 18 de julio, Japón.  

Y cuando todo parecía ir bien de nuevo las cosas deben tomar un rumbo dramático.

Cuando parecía que Naruto estaba bien del todo…

Lo que pasaba; al día siguiente de que Naruto se levantara en la mansión Uchiha, después de que quedase dormido de nuevo todo había comenzado con aparentes pesadillas que hicieron que Sasuke se levantara mientras aun seguía demasiado cansado. Al notar como su compañero se revolvía inquieto a su extremo de la cama se había aproximado cautelosamente algo preocupado, pero su preocupación fue en vano ya que en cuanto se fijó el rubio volvía a dormir pasivamente; por ello cometió el primer error en una serie de errores; se alejó de nuevo mientras volvía a buscar una posición adecuada para dormir, lográndolo en seguida.

A la mañana del 16 de julio Sasuke se levantó tarde para ir a trabajar, por ello sin prestar real atención se había alistado para trabajar rápidamente ignorando totalmente el ovillo sobre la cama que respiraba pesadamente. Después de un desastroso día en la multinacional por diferentes razones que no importaban, se encaminó rápidamente a casa, al llegar lo único que quería era dormir, el cansancio nublaba su mente y se sentía sin ganas para pensar en nada más.

Tanto así que no notó como su cama permanecía vacía, simplemente se tiró encima quedando dormido inmediatamente.

Una noche sin sueños, solo plena oscuridad pero una reconfortante oscuridad, por fin sentía que estaba descansando lo que las últimas noches no había descansado. Cuando volvió en sí ya los rayos de sol se colaban por la ventana anunciando que el 17 de julio había llegado, un día que volvería a ser dentro de un año; eso era algo que nadie pensaba.

Ahora descansado y despejado Sasuke vio por fin a Naruto. No, no estaba durmiendo plácidamente al lado suyo. No, no estaba en el baño. ¿Cuál sería la reacción de Sasuke al notar como Naruto yacía en el piso totalmente inconsciente?; había corrido hasta él intentando levantarlo pero nada, no reaccionaba a ningún llamado, de repente había surgido la duda en Sasuke: ¿Hace cuanto está así y yo ni por enterado?, la culpa crispó su cara al deducir que Naruto estaba así desde ese momento en el que parecía tener pesadillas. Con todo el cuidado que no había tenido los últimos días levantó a Naruto del suelo para en seguida posarlo sobre la cama, descubrió que temblaba ferozmente aparte de ello que su piel ardía, sin necesidad de mirar de nuevo descubrió que tenía fiebre.

Entonces comenzó con los cuidados que antes no había realizado. Primero bajándole la fiebre con un poco de agua caliente sobre su frente; con la culpa instalada en su pecho solo podía pensar en la mejor manera de hacer que su rubio amigo volviera a estar bien. Se preocupó más de la cuenta; eso podía afirmarlo cualquiera que viera la escena desde fuera.

Entonces había comenzado con cuidados sobre el rubio, inclusive con actos tan tontos como mantener la puerta de la habitación cerrada para que no se filtrara ninguna clase de brisa, montones de cuidados inútiles pero que hacían que el heredero se sintiera más en calma consigo mismo.

Eso lleva a Sasuke a la multinacional Uchiha, sentado en la oficina de presidencia, firmando montones de papeles, todos con la fecha 18 de julio. Pero más allá de eso su mente permanecía en su habitación, donde horas antes había dejado a Naruto durmiendo; su fiebre había disminuido pero no se había ido por completo.

Y dejando de lado eso también estaba Itachi y la junta administrativa de la multinacional, todos planeando la mejor forma de destruir a Minato Namikaze y su gran multinacional; cada vez eran más los pros que le encontraban al malévolo plan. Sin Minato ni la multinacional, la empresa Uchiha prevalecería siendo la más poderosa de Japón, ya no habría más peleas por el poder, ocasionando que las nuevas empresas se aterraran al ver el poder implacable de los Uchiha. A Sasuke le aterraba pensar en ello, cada vez estaba más cerca la inminente lucha en la cual los Uchiha han tomado una actitud ofensiva, una que posiblemente haga que los Namikaze pierdan con creces.

Estar todos los días junto a aquellos confabuladores comenzaba a hacer que Sasuke perdiera su paciencia, ahora era insoportable estar en lo más alto del edificio administrativo de la multinacional. Y para más colmo su cumpleaños se acercaba cada vez más, encontrándose ahora solo a cinco días.

Fue la primera vez que Sasuke supo de alguien que no quería que su cumpleaños llegara.

Era posible que a más de uno el drama que soportaba Sasuke no se les hiciera tan dramático, inclusive Sasuke comenzaba a considerarse la reina del drama, comenzó a ver como su vida era una telenovela. No le gustaba para nada, en realidad no le gustaban las telenovelas; entonces pensó en lo irónico que era la situación de telenovela que estaba viviendo.

Entró lentamente a la mansión Uchiha, por más que quería correr y ver a Naruto se tomó su tiempo para cumplir el objetivo, primero pasó por la cocina donde curiosamente había comida preparada lista para ser ingerida, tomó todo lo que pudo en sus manos para después avanzar hasta su habitación silenciosamente.

Al entrar se sorprendió al ver a Naruto sentado contra el espaldar de la cama, su vista estaba perdida en algún punto, pero sus ojos azules parecían tener más brillo que antes; de alguna manera eso alivió al pelinegro Uchiha. Avanzó con paso lento aun con la comida entre sus manos, tal vez fue el ruido que provocó Sasuke lo que hizo que Naruto reaccionara y saliera de su dispersión, giró su vista hacia Sasuke sonriéndole encantadoramente.

—Llegaste —anunció sonriente.

—Tengo comida —dijo torpemente Sasuke—. Debes comer algo.

Naruto asintió alargando los brazos para que Sasuke le diera la comida, el cual no se negó. Así Naruto comenzó a comer desesperadamente bajo la vista de Sasuke. —¿Cómo estás?

—Perfecto —respondió Naruto atragantándose de comida.

Sasuke se acercó y tocó la frente del rubio para comprobar que lo que decía era cierto; sonrió al notar que la temperatura corporal del chico parecía haber vuelto a la normalidad. —¿Hace cuanto estás despierto?

—No lo sé, solo me desperté y me sumí en un letargo hasta que llegaste.

—¿En serio te sientes bien?

—Si mamá —se burló Naruto por la preocupación de Sasuke.

Sasuke solo frunció el seño.

—¿Cómo van las cosas en la multinacional? —preguntó el rubio—. Me contaste que querían sacar a su competencia del juego.

—Todo sigue igual —respondió a la vez que se lanzaba sobre la cama rebotando un poco en el acto—. No sé qué hacer para que desistan de hacer semejante barbaridad.

—Ya encontraras algo.

—Eso no me ayuda.

—Lo siento —se disculpó riéndose.

—Ne, eso debería decirlo yo —comenzó Sasuke recordando la culpa—. No me di cuenta de lo enfermo que estabas, en algún momento creí que me había dado cuenta demasiado tarde.

—Tenías muchas cosas en la cabeza.

—Eso no lo compensa.

—Como digas, pero ya no te tortures con eso.

Sasuke no respondió, en cambio se fijó más detalladamente en cada movimiento que hacia Naruto, en busca de cualquier temblor, de cualquier signo que anunciara que no estaba bien. Al final parecía que todo estaba bien; Naruto terminó su comida y Sasuke le recibió las sobras.

—¿Podría tomar un baño? —preguntó el rubio con cierta vergüenza—. Siento que hace mucho no me ducho —agregó.

Sasuke asintió levemente a la vez que con un dedo señalaba la no tan escondida puerta en un costado de la habitación.

Sin decir más Naruto se apresuró para llegar rápidamente hasta el baño, donde se encerró y donde pocos segundos después se escuchaba el agua caer, lo que le dio cierto alivio a Sasuke, quien se tumbó sobre la cama poniendo sus brazos sobre su cara, como si la poca luz existente le molestara.

No se quedó mucho tiempo allí, pues después de unos pocos minutos se levantó y velozmente cambió su ropa, para quedar solo con un pantalón suelto sin nada en la parte de arriba. Así, semidesnudo, se volvió a recostar en la cama solo que esta vez un poco más cuidadosamente. Contó en su mente el tiempo que Naruto llevaba metido en el baño, el agua caía, agua que de seguro estaba totalmente caliente porque por debajo de la puerta empezaba a escaparse una delgada línea de vapor que desaparecía segundos después de hacer contacto con el frio exterior. Pensar en las condiciones que existían dentro del baño hizo que a Sasuke se le comenzara a acelerar la respiración.

Se imaginó toda la escena; el agua caliente colándose por todos los rincones del cuerpo de Naruto, resbalándose por su cara para continuar sobre su cuello donde prevalecía aquella cicatriz, luego deslizándose por el pecho para finalmente acabar sobre las piernas.

Sasuke se vio totalmente sonrojado, e incluso se dio uno o dos golpes mentales por comenzar a tener pensamientos tan impuros. Pero entre más se regañaba a sí mismo más pensaba en la situación; ahora sentía como su cuerpo comenzaba a despertarse, y de repente sintió que su cuerpo necesitaba aliviarse de aquellas sensaciones. Su pecho subía y bajaba sobre la cama, sus brazos habían vuelto a la anterior posición, ahora encargándose de esconder su cara acalorada; pero, su mano derecha comenzaba a descender de su actual posición, acariciando suavemente su propio pecho desnudo, donde su propia mano fría causaba una sensación bastante placentera. En seguida su mano siguió ahora sobando deliciosamente el vientre, y justo después… justo después seguía…

Pero su intención se vio abruptamente interrumpida al escuchar como el agua dejaba de hacer ruido y como los pasos mojados de Naruto recorrían el pequeño espacio del baño. De golpe Sasuke se sentó en la cama intentando calmar su respiración que se encontraba totalmente fuera de control.

Esperó “inocentemente” a que el rubio saliera del baño, mientras pensaba en cualquier cosa que hiciera que la recién aparecida excitación bajara, intentaba recobrar un perfil calmado e inexpresivo, cosa algo difícil por el sonrojo que aun asaltaba su blanca piel. Entonces no tardó mucho para que la puerta se abriera mostrando a Naruto solo vestido por una pequeña toalla blanca. Eso no me ayuda, pensó Sasuke algo frustrado.

—No tengo ropa —explicó Naruto a la vez que veía a Sasuke y se sonrojaba al notarlo semidesnudo.

—Toma lo que quieras —dijo Sasuke señalando el armario que reposaba en una esquina de la habitación.

El rubio asintió y caminó lentamente a través de la habitación hasta llegar al gran armario, lo abrió sacando de allí un pantalón holgado parecido al que tenía Sasuke, luego corrió hasta el baño donde cerró la puerta apresuradamente, pero luego de unos pocos segundos la volvió a abrir ahora estando en iguales condiciones a Sasuke.

—Hace calor —mencionó Naruto casualmente, pero a la vez Sasuke lo tomó en doble sentido poniéndose nervioso de inmediato y asintiendo rígidamente mientras el sonrojo que adornaba su cara minutos atrás volvía irremediablemente.

—Estaba pensando en algo… —comenzó Sasuke sacudiendo su cabeza en un intento de alejar la lujuria de su mente—. En tu historia y en la mía hay varias cosas que no hemos dicho, a la vez hay unas otras que ya dijimos… ¿Eso no hace que todo sea aun más confuso?

Naruto asintió. —¿Y eso qué?

—Quiero conocerte mejor, y para ello necesito saber todo de ti. En estos momentos la promesa que nos hicimos me parece inútil.

—¿Eso para ambos lados? —preguntó algo enfadado.

—¿A qué te refieres?

—¿Crees que es tan ineficiente tanto para mi pasado como para el tuyo?, me refiero a… ¿Es ineficiente porque tu no terminas de entender lo que gira en torno a mí?

Sasuke se lo pensó, al final negó levemente.

—En realidad no lo había pensado para mi propia situación, pues en realidad de mí ya no queda mucho más por decir, puedo responder tus preguntas… Pero a cambio deberás responder las mías, aunque en realidad no sabría muy bien que preguntar.

—Pero responder y hacer preguntas solo hará que nos sumerjamos en los recuerdos que seguramente queremos olvidar —dijo Naruto con tristeza, justo después caminó el espacio que lo separaba de Sasuke, al llegar se sentó  en la cama, justo al lado de Sasuke.

—Lo sé, pero me parece tan vital —respondió Sasuke escondiendo su mirada—. Creo que necesito saber todo, solo así podré asegurarme que no desaparecerás.

—¿Desaparecer?

—Sí. Siento que en el instante en que deje rienda suelta a mis emociones desaparecerás.

Naruto tragó en seco. —¿Qué emociones?

—No quiero darle ningún nombre por ahora, solo quiero estar acá, sentirte cerca.

Naruto se sonrojó. —¿Algo así como un “te amo”?

—No lo sé, no me obligues a responder.

Sasuke volteó la vista a Naruto para encontrarse con una sonrisa tierna en la cara del chico. —Hoy no quiero más preguntas —le dijo Naruto.

—La situación no está para eso, ¿verdad?

El rubio asintió.

De repente la atmosfera se torno silenciosa, inclusive caliente, a Sasuke le recordó la vez que se dieron ese beso mientras jugaban bajo los efectos del Vodka y la presión social de los otros adolescentes que los acompañaban en ese momento; aquel fue un beso lujurioso, uno que sin duda valía la pena repetir.

Por ello, y con esos pensamientos se acercó hasta Naruto que permanecía mirándolo con esa sonrisa tierna, aunque su mente estaba nublada por ese arrebatador calor terminó de acercarse lentamente, posando sus labios sobre los del otro encontrando sobre ellos una sensación totalmente suave y relajante. Sin dudas ambos comenzaron a ser participes del beso, era irónico ver como cada beso que se daban era una nueva experiencia, como si todo eso fuera nuevo cada vez que pasaba.

Pero este beso no se iba a quedar como solo un beso, Naruto tomó la iniciativa tocando la desnuda espalda de Sasuke, sus manos eran calientes; Sasuke no se quedó atrás y de igual manera acercó sus manos frías a la espalda del rubio, donde las posó causando un estremecimiento en todo el cuerpo de Naruto. Se pegaron lo más que pudieron, haciendo chocar sus pechos en un sonido extremadamente exquisito, se separaron en busca de un poco de aire, pero en seguida se volvieron a unir.

Sasuke soltó un jadeo aun con la boca de Naruto pegada a la suya, lo que ocasiono un gemido en forma por parte del rubio.

Las caricias se volvían más fuertes, más seguidas; Sasuke poco a poco hizo que Naruto se recostara sobre la cama quedando encima de él, pronto Sasuke bajo de sus labios hacia su cuello donde con toda la ternura del caso dejo un cálido beso donde la cicatriz permanecía casi invisible, en seguida su boca se ocupo de chupetear el cuello de Naruto, cuello que encontró tan suave como la seda. Mientras Naruto aun acariciaba la espalda de Sasuke enterrando suavemente sus uñas en esta, pensaba en lo placentero que eran las sensaciones que sentía en ese instante.

Pero de la nada un pensamiento acechó su mente haciendo que parara abruptamente las caricias en Sasuke.

Si es necesario te lo llevaras a la cama —recordó aquella frase en su mente, con aquella voz tan escalofriante, esos ojos que daban la orden, que asignaban su misión. ——fue su respuesta ante aquella frase. En ese momento él había aceptado lo que le decían, con un solo objetivo en su mente, con una sola visión aceptó semejante cosa. La culpa se instaló en cada poro de su piel, se sintió sucio y la peor basura existente sobre el universo; ahora sabía lo que era sentirse como el peor monstruo del universo.

Sasuke notó como Naruto dejaba de ser participe en el acto por lo cual detuvo su avance para levantarse levemente y notar con gran sorpresa como Naruto dejaba caer los brazos a cada lado de su cuerpo, quedando totalmente inmóvil con los ojos bien abiertos perdidos en algún punto de la habitación. Sasuke estuvo a punto de preguntar qué pasaba pero no lo logró al notar como los ojos de Naruto se llenaban de lágrimas amenazando con desbordarse.

—¿Qué pasa? —preguntó preocupado pero incapaz de gritar.

—Perdóname, no puedo —respondió Naruto a la vez que las lágrimas comenzaban a caer de sus ojos, parecían una cascada que de inmediato hicieron que sus grandes ojos azules se tornaran de un tono rojizo y que su nariz comenzara a congestionarse.

Sasuke se temió lo peor.

—¿Por qué no puedes? —preguntó en un susurro temiendo una respuesta nada agradable.

Pero Naruto no respondió, de golpe se lanzó al cuello de Sasuke haciendo que este quedara sentado sobre la cama, escondió su cara contra la parte interna del cuello del pelinegro aun soltando gruesas lágrimas que Sasuke sintió. Pero sin saber que hacer Sasuke solo atinó a abrazar al rubio por la espalda en un intento de calmarlo, de repente el ambiente lujurioso había desaparecido en su totalidad, ahora remplazado por uno bastante nostálgico.

Lentamente y aun con Naruto en sus brazos Sasuke se recostó cambiando de posición al rubio para que ahora quedaba aferrado a su pecho, donde esperaba que durmiese en paz. Sentía varias zonas de su cuello y pecho mojadas por las lágrimas derramadas, pero poco le importó, solo le importó mantener a Naruto en sus brazos, a la espera de que se calmara, a la espera de que alguna respuesta llegara de toda esa situación.

La habitación se tornaba silenciosa a la vez que Sasuke no podía dejar de pensar de nuevo en lo poco que entendía la situación actual del rubio, también le frustraba ver que en un segundo Naruto parecía estar bien y al otro entraba en situaciones de lo peor.

De nuevo Sasuke se replanteó lo poco que conocía a Seichi Naruto.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

Actualidad, 19 de Julio, Japón.

Al amanecer Naruto se levantó encontrándose aferrado al pecho del durmiente Sasuke, de nuevo la culpa cruzo su mente y se posó en su corazón. Como pudo se alejo de Sasuke sin despertarlo, en seguida se levantó, caminó hasta el armario de la habitación de dónde sacó ropa y se cambió.

Estaba a punto de salir de la habitación cuando se fijó en algo: si desaparecía de la nada Sasuke haría todo por encontrarlo, entonces para no dejarle más preocupaciones dejó una pequeña nota al lado de Sasuke que decía:

Volveré, no te preocupes.

Así salió de la mansión Uchiha silenciosamente, por suerte no se encontró a nadie en el trayecto. Una vez afuera se encaminó por la carretera sin un rumbo fijo, solo quería caminar y alejarse lo más posible de Sasuke Uchiha, desde ese momento sintió que era un insulto para Sasuke que él estuviera cerca.

Pensó en todas las posibilidades, en que podía hacer, ¿Cómo librarse de todas las manchas y atrocidades que traía consigo?, comenzó a pensar en diferentes personas con las cuales refugiarse; con tristeza descubrió que no eran muchas, tenía a Gaara pero lo que menos podía era acercarse a él, eso lo pondría en peligro. Rebobinó a tiempos pasados y a las personas que conoció en el poco transcurso de su vida, todas eran tan amables hasta que descubrían quien era… ¿Cuántas veces había odiado quien era? ¿Y cuántas otras había deseado morir?; tocó la cicatriz en su cuello lo que ocasionó que tuviera un mal sabor de boca. En ese momento por su mente volvió a pasar la salida del cobarde, miró el gran puente que se alzaba justo enfrente de él.

Un salto y podría…

—¡No! —se gritó a sí mismo.

Pasó corriendo el puente para evitar cualquier tentación, todo era muy fácil si pensabas en la muerte, todo era más sencillo si simplemente no tenías que hacerlo.

Un salto y podría…

Volvió a pensar mirando atrás donde el puente se veía cada vez más lejos. Apresuró el paso hasta que el puente ya no estaba en su campo de visión, suspiro aliviado al no encontrar cerca nada que pudiera matarlo. Lo único que había cerca, en medio de una carretera y frondosos árboles; un teléfono.

Caminó hasta el mientras recordaba los últimos instantes que había pasado con Gaara.

 

Se encontraban aguardando a que todos los estudiantes subieran al bus que los llevaría de regreso a la ciudad, la semana del viaje se había acabado. Temari, Kankurō, Gaara y Naruto esperaban abajo alargando más el tiempo de su despedida, pero era inminente que tuvieran que hacerlo en el momento en que el último estudiante se subiera al bus.

Naruto se despidió de un abrazo de Temari, de un apretón de manos con Kankurō, y al momento de llegar a Gaara lo habían dudado pero al final se habían dado un gran abrazo que duró un poco más de lo habitual.

Se iban a separar pero antes de eso Gaara tomó la mano de Naruto dejando en ella un pequeño pedazo de papel. —Por si me necesitas —le había susurrado para justo después separarse y sonreírle como la señal del adiós que debían darse por un buen tiempo.

 

Naruto sabía que no podía conservar ese papel, era demasiado peligroso, la clave perfecta para que encontraran a Gaara. Por ello desde que Gaara le había dado ese papel había pasado los siguientes días memorizando ese número, repitiéndolo tanto que se había vuelto parte de los datos de su memoria, un dato inquebrantable, un dato que su cerebro no osaría borrar.

Una vez en el teléfono marcó el número que ya se sabía.

Le contestaron al segundo timbre, una voz que ya conocía, una voz que se alivió de escuchar, sonrió tristemente a la vez que sus ojos volvían a llenarse de lágrimas.

—Gaara —susurró con la voz partida.

—¿Naruto? ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?

—Hice algo horrible —murmuró ya soltando gruesas lágrimas.

—¿Qué cosa?

—Hice un trato con él.

—¿Qué clase de trato?

Naruto suspiró entre lágrimas dudando un poco, pero sabía que debía decir lo que iba a decir, no podía seguir soportándolo él solo, tenía que decírselo a alguien, a quien sea. —Aposté una vida —le dijo por fin.

—Explícate.

—Con el permiso de que me dejara venir a Japón hice un trato con él, tenía que ayudarle a una única cosa, así me dejaría libre, así podría saber mi pasado para así descubrir mi futuro… Yo… Le aposté la vida de Uchiha Sasuke, si le entregaba lo que quería sería libre, averiguaría mi pasado. En ese momento lo acepté, Uchiha Sasuke me parecía lo peor del universo pero luego le conocí, ya no puedo ni quiero seguir con esto… Ya no quiero entregar la vida de Sasuke a cambio de la mía propia.

Por el teléfono se escuchó como Gaara ahogaba un grito de terror. —No lo hiciste —dijo sin creérselo.

—Perdóname.

—No es conmigo con quien debes disculparte. No puedes usar una vida en beneficio propio Naruto.

—¡Lo sé! ¡Lo sé!, ¡Sé que hice mal!, por eso quiero remediarme, en este mismo instante no me importa dar mi vida para hacer que Sasuke siga con la suya… Tú no entiendes que es lo que quiere él de Sasuke.

—No, no lo entiendo, pero entiendo lo que quiere de ti. Naruto, cuando me fui te prometí que averiguaría quienes son esas dos personas, por ahora estoy armando un complicado rompecabezas, por ahora no quiero que armes una guerra contra ellos.

—Ya lo sé, por ello he dejado que sigan con sus experimentos. Pero ya no lo soporto, odio cuando ella me mira como un objeto ¡a su propio hijo!

—No te diré que hacer Naruto, debes decidir por ti mismo, pero te diré que tienes que soportar, debes intentar convencer a tú madre, a la vez debes evitar que esas dos personas se acerquen más.

—Ya lo lograron —anunció el rubio.

—¿Cuándo? —preguntó Gaara totalmente serio.

—Hacia el 14 de julio, falta muy poco para que lo logren, tenemos poco tiempo.

—De acuerdo, voy a moverme más rápido. Por ahora no dejes que vuelvan a hacer un experimento.

—¿Me estás diciendo que salga corriendo? ¿Qué me esconda?

—Sería buena idea.

—No juegues conmigo, no lo voy a hacer… Por ahora soy el único que puede controlarlo, aparte de ello estoy seguro que ella se dio cuenta cuando me fui y con quien, ella no es tonta, de seguro se dio cuenta cuando Sasuke me sacó de la casa.

—Un momento, ¿de qué hablas?

—Sasuke se dio cuenta de los experimentos, estaba inconsciente y me sacó de ese lugar, podría decirse que actualmente estoy viviendo en la casa Uchiha.

—Por eso te dejo ir —meditó Gaara algo aislado.

Naruto lo comprendió. —Me dejo ir solo porque eso beneficiaba la misión, porque solo así estaría más cerca de cumplir lo encargado.

Al otro lado de la línea se escuchó un leve golpe.

—Debo irme —murmuró Gaara algo exaltado—. Buscaré la manera de hacer que Temari y Kankurō me ayuden, pero no prometo nada, yo me encargaré de contactarte cuando todo esté listo, por ahora resiste, por favor.

Sin decir nada más Gaara colgó dejando a Naruto perdido, de alguna manera se sentía aliviado por haber soltado aquello que tenía adentro, a la vez se sintió frustrado, esperaba que Gaara le dijera lo que tenía que hacer, en cambio él lo ponía a pensar como adulto, tenía que tomar una decisión, y tenía que hacerlo pronto o si no…

O si no sería muy tarde; pensó con nostalgia todos los recuerdos que se habían formado con Sasuke, se preguntaba porque cuando estaba con Sasuke olvidaba por completo la misión que le fue encomendada. Recordó aquel día en que estaba moribundo en esa habitación de mala muerte, en aquel momento había pensado: No voy a traicionarlo, con eso había pensado en seguir acorde a él, no traicionarlo, en aquel momento con toda la pena había decidido dar la vida de Sasuke en bandeja de plata.

Pero ahora… todo había cambiado de pronto, de repente se veía en una encrucijada, ya no quería herir a Sasuke, como lo dicho estaba dispuesto a dar su vida con tal de salvar la del Uchiha; se arrepintió de haberlo odiado en su tiempo, se arrepintió de haber pensado en seguir con la misión. La culpa era tan grande, ya no podía ver a Sasuke.

Ayer, cuando dijo que yo podría desaparecer en cualquier momento me lo pensé por dos segundos. Era verdad, debía hacer que confiara en mí y justo después desaparecer como un vil criminal, debía huir y dejarlo a su suerte. Yo debía hacer que bajara la guardia para apuñalarlo al siguiente segundo.

Pensó Naruto totalmente afectado.

Pero en medio de la duda, de la culpa y de las lágrimas solo pensó en una cosa. En el viaje, él había declarado abiertamente a Sasuke un —me gustas—,, uno que en su momento fue totalmente real, no tuvo dobles intenciones ni mucho menos. Naruto se preguntaba cuando habían cambiado las cosas; su respuesta fue: “desde el día que vi los sentimientos de Sasuke”, y por eso se refería al fatídico 5 de mayo, aquel día en que Sasuke había llorado abiertamente, mostrándole su sentir a un completo extraño, mostrando que era un humano y no un monstruo como le habían hecho creer a Naruto.

Naruto, que aun mantenía la bocina del teléfono pegada a su cara vio por primera vez con claridad, y por fin supo lo que quería. Volvió la vista hacia la carretera de donde había venido, en seguida soltó la bocina dejándola chocar contra el teléfono y salió corriendo.

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

—Pase —exclamó una voz femenina.

Naruto entró a la oficina improvisada que permanecía en la que había sido su casa poco tiempo. Allí se encontraba aquella mujer de extremo porte y elegancia.

—Hola, madre —dijo Naruto con la voz impregnada en odio.

—Volviste rápido, hijo —se burló la mujer—. ¿Qué haces acá?, deberías estar con Uchiha Sasuke.

—Así que si era verdad que me dejaste ir solo por eso.

—Totalmente verdad, ¿acaso te dejaría ir así como así? ¿A mi lindo experimento?

—No soy tu experimento —siseó furibundo.

—Eso no lo decides tú, no eres libre —dijo la mujer comenzando a enfadarse—. No eres libre hasta que cumplas con lo prometido.

—A eso vine.

La mujer abrió los ojos y sonrió abiertamente. —¿Vienes a decir que cumpliste la misión?

—No —negó firmemente—. Vengo a declinar de la misión; no le haré daño a Sasuke.

Un gruñido salió de la boca de la mujer, en seguida se tragó su enojo y sonrió malévolamente. —Entonces no serás libre, no entenderás tu pasado ni tendrás un futuro —afirmó—. Serás nuestro por siempre.

—Lo entiendo y lo acepto; pero no volveré con ustedes, no ahora, no hasta que este seguro de que Sasuke estará fuera de sus garras.

La mujer se calmó.

—No te dejare irte así como así.

—Tampoco puedes encerrarme.

—¿No? —preguntó la mujer retándolo.

—Sasuke me buscaría por todos lados, eso no les conviene.

—De acuerdo, vete —aceptó—. Pero aun no has dejado tu misión. Cuatro meses —anunció—. Será el tiempo que te voy a dar, en ese tiempo o bien puedes ser un adolescente normal o continuar tu misión, sabes qué consecuencias acarrea la segunda opción… Libertad —tentó la mujer—. Si escoges jugar al adolescente con Sasuke Uchiha dentro de cuatro meses volverás a ser nuestro y te aseguro que no volverás a tener una oportunidad así. Tienes en tus manos las dos opciones, o salvas a Sasuke o te salvas a ti. Pero si decides salvar a Sasuke no volverás a ver la luz del día, porque solo estarás encerrado en un sótano, a la espera del siguiente experimento, solo sabiendo que Sasuke sigue vivo; por otro lado si decides salvarte a ti, no solo sabrás tu pasado, tendrás un futuro, antes de ser libre nos darás el virus, lo extraeremos de tu cuerpo y serás como cualquier humano normal. Te prometimos total libertad y así será.

—¿Qué ganarían sacando el virus? Nadie más ha podido recibirlo sin morir.

—¿No te has preguntado porque te salvaste al obtener la sangre de Sasuke? —preguntó la mujer irónicamente.

Naruto lo pensó un segundo o dos, dio con la respuesta bastante abrumado. —Sasuke también es apto para los experimentos —afirmó totalmente sorprendido.

La mujer rió y asintió. —Lo entendiste. Ahora la decisión es tuya; lo salvas a él o te salvas a ti.

 

Notas finales:

Hola. n.n

 

Antes que nada quiero decir que acabe este capitulo hasta hoy, y lo no revisé pero es que tenía unas ganas de subirlo. Así que lo que se me haya escapado por ahí, lo siento por eso xd.

 

Este capitulo es más largo que el anterior (¡todos son más largos que el anterior!), pero aun así es algo corto, pero ven que pasan miles de cosas!

 

Primero, ¿Qué va a pasar con la inminente destrucción de la multinacional Namikaze?, ¿Será que Minato hace aparición? *suspenso*, también, ¡Por fin se descubrió la "misión" de Naruto!, uhh, fuerte, fuerte... Así que Sasuke también es apto para los experimentos.

 

Y que me dicen del casi-lemmon? xdd, no sé pero me gusto como quedo ese casi lemmon. Y ahora si que se aclaro lo que Sasuke había dicho al final del capitulo pasado. ¡Genial! e.e

 

Siento que hay unas partes mejores que otras pero bueno, que se le hace... Esta semana disfruté (sarcasmo) de unos días sin internet, por eso creo que en este capitulo pasan tantas cosas. Y bueno, a ver cual es la desicion de Naruto.

 

"Lo salvas a él o te salvas a ti"

 

-Espere el siguiente capitulo la próxima semana- *Voz de súper heroe*

 

Por ahora me ire a leer cierto Fic que me tiene atrapada. *Musica de salida* 

 

Ciao :)

 

Pd. Gracias por los Rr's y ahora a esperar unos nuevos!

 

Pd 2. Dejen Rr's *Mirada tierna*


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).