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Esta no es una historia de amor... es una de dolor por Maddie Lawliet

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Notas del capitulo:

Mmm... por ahí aparece un enlace de una lista de videos, son dos, pero son la misma canción, si lo escuchan mientras leen, se siente genial xD Así que si deciden hacerlo, pues lo ponen en reproducción automática.

-¡Amor!- corría como niño con una canasta de fresas- ¡Están deliciosas!- decía feliz.

-¡Eres tan lindo!- decía riendo sentado en el suelo de la casa de campo abandonada que habían encontrado en uno de sus viajes sin rumbo y que se había convertido en su lugar secreto. Era una casa sencilla, vacía y en buen estado, estaba rodeada de vegetación y muy cerca de ahí habían cultivos de fresas, las favoritas de Minho.

-Ten- le dio una en la boca mientras él ocupaba sus manos para tocar en la guitarra una dulce melodía. Se sentó en el suelo junto a Jonghyun, recostando su cabeza en el hombro de su novio, pues no quería interrumpir- Esa melodía suena dulce- sonrió sincero, sintiéndola.

-Es lo que siento cuando estoy contigo, este sentimiento de calidez que me haces sentir, como si mi hogar fuera cualquier lugar en el que estoy contigo…- lo miraba con ojos sinceros, con la chispa de amor tan característico de las personas enamoradas. Se dedicaron una tierna sonrisa.

-Te amo Kim Jonghyun.

-Te amo Choi Minho.

Jonghyun dejó la guitarra de un lado para delicadamente besar a Minho sumergiéndose en su mundo, donde solo ambos existían e importaban. Donde podían ser felices juntos. Donde existía una eternidad, un “Vivieron felices para siempre”. Ese era su cuento de hadas.

 

Qué lastima que todo cuento tiene su fin… Qué lástima cuando te das cuentas, que las flores son un ser vivo, y todo ser vivo, muere. Que lástima que no sabes que las flores mueren desde que las cortas y no tienen raíces, desde ese momento comienzan a marchitarse. Aunque la verdad… Nada es para siempre.

 

http://www.youtube.com/watch?v=bWmovafgBug&list=PL1EEDF1A0A8FBE872&index=1&feature=plpp_video

 

Su boca no sabía a deseo sino a dejadez, sus abrazos no sabían dulce sino amargos, sus sonrisas no eran cálidas sino gélidas, sus miradas no eran brillantes como con chispa sino que eran opacas sin vida y desviadas a un punto perdido, el corazón de Minho no parecía lleno sino vacío, vacío de su presencia.

-¡Amor!- lo abrazó tirándose a él, besándolo con desespero- Debes estar tan cansado, trabajando hasta tan tarde, mira, si ya son las once de la noche y tú vienes de trabajar todo el día…

Respondió al beso como desganado.

-Discúlpame amor, estoy cansado y muero por descansar- lo tomó de la cintura gentilmente para apartarlo.

-Mi amor, te amo- lo abrazó cálido, con amor- mucho, mucho…

-Sí, yo también te amo, mucho…- respondió al abrazo y a la muestra de afecto débil.

-¿Y mi beso de buenas noches?- le pidió tierno haciendo un puchero como un cachorro que no recibe muestras de afecto de su amo.

Le dio un beso sencillo para luego cortar con un “Buenas noches, que descanses”, cuando antes recibía cosquillas, recibía un beso eterno y embriagante, un lleno... totalmente contrario a ese.

Había estado soportando todo eso que se agravaba más y más en los últimos cuatro meses, se había mantenido firme pensando “Es solo mi imaginación” “Exagero mucho” “Estoy seguro que me ama” “Sé que me ama muy en el fondo” “Seré feliz si él está a mi lado” “Seré feliz si soy capaz de besar sus labios, aunque para él los míos no existan”…

Llorar y llorar, era lo que hacía en las noches solitarias, cuando eran pasadas las diez y la comida frían en la mesa esperaba a su dueño, un dueño que ya no llegaba a las once, sino a las una de la madrugada.

-Amor…- ahora suspiraba las palabras, ya no las decía con emoción- ¿Comiste? ¿Estás cansado?

-¿Estabas llorando otra vez?- decía arrastrando las palabras mientras se recostaba contra la puerta, tambaleante- Deja de ser tan niñita de una vez por todas- decía como hastiado.

-¿Por qué vienes a esta hora? ¿Has estado trabajando muy fuerte y por eso fuiste a beber? ¿Estás muy cansado?- decía las palabras con dolor, entrecortadas, quebradas.

-¡Ash!- dijo ya harto- ¡¿Quieres que te diga?! ¡Pues estuve con Kibum! ¡¿Feliz?!

-¿Estuvieron trabajando?- decía con lágrimas imparables saliendo de sus ojos.

-¡Aishhh!- se quejó de nuevo- ¡¿Hasta eso quieres que te explique?! ¡Pues no!- casi escupía su cara- ¡Tuve sexo con él! ¡¿Quieres que te explique eso también?!

Sentía que su respiración se detenía y sus lágrimas le nublaban la vista, pero aun así tuvo la fortaleza de correr hacia él para abrazarlo y besarlo con el dolor del amor que todavía había en él, tal vez lograba encontrar en lo muy profundo del corazón de Jonghyun el amor que pensó que atesoraba en su corazón estos últimos cinco años. Lo que consiguió con esa acción fue un empujón.

-¡¿Qué diablos crees que haces?!- le gritó- ¡Te digo que me acosté con otro y tú me besas! ¡¿Acaso no tienes dignidad?!- ahora él también lloraba- ¿Acaso no tienes orgullo? ¡Pareces un perrito faldero!

Minho solo lloraba, adolorido, necesitaba besar esos labios que sabía que podían darle el amor que tiempo atrás le dieron, necesitaba calmar el dolor del vacío en su corazón. Así que intentó besarlo de nuevo, recibiendo otro empujón. Ambos se miraron a los ojos, adoloridos. Minho creyó ver esa chispa de amor que no había visto desde hace mucho con una mezcla de dolor.

Ambos unieron sus labios con desespero, sintiendo como lentamente el amor se desvanecía, hicieron el amor con el poco pero a la vez infinito amor que tenían, fue doloroso, les partía el alma. Pero era una despedida. Así que lo hicieron, en la cama que presenció un amor dulce y salvaje, bajo la luna que múltiples veces los vio decirse palabras de amor, un amor que prometían sería para siempre. Las manos delgadas aferradas a la espalda ancha y musculosa, los labios gruesos uniéndose y recordándose, grabándose en el otro; su sabor, su estructura, su tacto. Entre llantos, gemidos y suspiros, ambos se daban un último te amo, ambos se lo gritaban. Las lágrimas que resbalaban por la mejilla del más bajo caían en la cara de Minho, quien se encontraba debajo de él, pálido, sudado, con la respiración entrecortada, uniéndose a su llanto, atrayendo a su pronto ex novio en un abrazo, un abrazo que parecía no querer ser roto. Pero… ¿por qué? ¿Por qué tenía que romperse? La respuesta Minho no la sabía, pero conocía tan bien a Jonghyun, que lo sentía, sabía que si tenía que ser roto, terminado.

Besándose entre llanto, durmieron abrazados, recordando la estructura del cuerpo del otro, que tan bien se complementaban y se amoldaban.

A la siguiente mañana, Minho ya no estaba, pero sí sus cosas. Era la primera vez desde que están juntos, que Minho no está ahí para darle los buenos días, ni darle un beso dulce, una mirada amorosa y una sonrisa cálida.

-¿Minho?- llamó con la voz quebrada. Sintió el vacío, el espacio que llenaba Minho, que para Jonghyun era todo, ya no estaba. Empezó a llorar como loco, impaciente, adolorido, necesitaba ese calor, sentía que moriría sin él- ¡Minho!- grito ahogado, ahogado de angustia, en sus propias lágrimas, sin oxígeno.

Entonces escuchó unos desgarradores gritos desgarradores desde la calle fuera del edificio de diez pisos en donde rentaban un apartamento. Sus ojos se abrieron en demasía, sentía muy dentro de su corazón que algo no estaba bien, algo estaba terriblemente mal. Con miedo se asomó por la ventana. Entonces lo vio. Un cuerpo tendido en la acera, con pantalones de dormir blancos y un suéter del mismo color. Desde su quinto piso, pudo distinguir el suéter que le había regalado a Minho aquel día de mucho viento en primavera, cuando estaban en la casa de campo, él tocando guitarra y Minho escuchándolo con su sonrisa tan especial, comiendo fresas.

Gritando, llorando, corriendo con fuerzas que pensaba ya no tener, bajó hasta la primera planta viendo desde dentro una multitud amontonada. Corrió hasta ahí abriéndose paso desesperado entre el gentío. Las personas asustadas de ver su estado se apartaron fácilmente, suponiendo que conocía al chico de unos veinte y tantos años que había saltado desde la azotea del edificio.

-¡Minho!- gritó, parecía que desgarraba sus cuerdas vocales mientras gritaba su nombre. La sangre de los orificios de su cabeza salían lentos y sus ojos profundos como el océano se encontraban cubiertos por la piel de sus párpados, seguro si la quitáramos, no habría más océano en que perderse- Mi amor…- abrazaba su cabeza contra su pecho- mi amor… discúlpame tanto…- decía con todo el remordimiento hacia él mismo que había guardado por todo este tiempo- Sólo quería que me odiaras, sólo quería que me odiaras para que fueras feliz sin mi… Pero yo no puedo ser feliz sin ti… por favor…- no soportaba el hecho de tener a la persona que más amaba muerto en sus brazos. Sabía que no había vuelta atrás, el hecho ya había sucedido, Minho estaba muerto biológicamente, nada lo podría traer de vuelta, nadie podría traer de vuelta esos cariños que le hacía, a pesar de que el no estuviera de buen humor, esas sonrisas que le sacaban una en los peores días, ese niño brillante como el sol, que hasta ese día, fue opacado por la gran sombra que él mismo sentía ser- Mi amor… yo te maté… yo fui el culpable… por favor regresa- se mecía como quien perdió su sano juicio- Te amo más que a nada, Choi Minho, por favor… eres el amor de mi vida, sin ti no puedo seguir…

 

Kim Kibum era un joven adinerado y obsesionado con Jonghyun, un día lo drogó e hizo que se acostara con él para quedar embarazado y junto con la amenaza de matar a su novio de varios años Minho, le dijo que se tenía que hacer cargo de él y su bebé. Jonghyun que era de corazón dulce, sabía que la creatura no tenía culpa, amaba demasiado a su novio y era capaz apartarse de su vida solo para que la de él pudiera continuar, pues pensaba que con el tiempo, aprendería a ser feliz sin él. Poco a poco aprendió a endurecer su corazón para hacer que Minho, con el corazón más cálido de todos, aprendiera a odiarlo… cosa que nunca pasó.

 

Choi Minho soportó la frialdad y soledad por meses, y despertó aquel día junto a la persona que amaba, pero sentía que su lugar ya no era a su lado, porque lo hacía infeliz, su corazón adolorido recordaba el amor agridulce de la noche anterior y el dulce que habían antes de que Jong empezara a actuar de manera extraña. Le dio un beso en la frente, luego en los párpados, en las mejillas, a lo largo de la mandíbula, para sellar con un amoroso beso en los labios. Olió su cabello que todavía conservaba su olor peculiar que tanto amaba. “Te amo Kim Jonghyun, siempre lo he hecho y lo seguiré haciendo a pesar de que no esté en este mundo. Por eso me despido, porque solo quiero tu felicidad sin embargo, siento que soy el causante de tu infelicidad. No te sientas culpable, es mi decisión”. Jonghyun encontró la nota en la mesa de noche de su lado. Arrugó el papel formando un puño a su alrededor y lo pegó a su pecho con dolor.

 

Kim Jonghyun, veló a Minho todo ese día, abrazándolo, besándolo, hablándole, diciéndole cuanto lo amaba y necesitaba, pidiéndole que regresara. Al día siguiente lo enterraron, asistiendo solo unos cuantos amigos cercanos de la pareja y unos cuantos colegas algo cercanos a Minho. No había familia, pues solo se tenían a ellos dos. Luego del entierro esa mañana lluviosa de otoño, pasó acostado en el césped húmedo que cubría a su amor…

Luego de tres meses de depresión, oliendo la ropa de Minho, sintiendo la suavidad de la tela, viendo las viejas fotografías juntos, recordando cada objeto que obtuvieron juntos, cada historia, cada momento de felicidad… Bebió todas las pastillas que encontró en su desecho apartamento, cayendo en un profundo sueño, uno que pensó, lo llevaría al lado de su amado para vivir felices para siempre, juntos.

 


~FIN (?) ~

Notas finales:

Espero que les haya gustado :) Me enctantó escribirlo, pero cuando lo leí de nuevo, no me gustó, lo sentí muy cursi xD y como que un poco aburrido u.u -suspira- Pero no importa, lo hice con mi corazón :3 Y me sentía satisfecha mientras lo escribía...

Espero que me dejen comentarios respecto a sus opiniones acerca de la historia, no importa si me insultan xD

Muchas gracias por leer =D

Al menos murieron los dos - se va murmurando - eso es un final feliz para mi...

PD: Cariñito!! No me mates por poner a Key de esa manera TT.TT Sabes que lo amo... No me mates ni te enojes mucho conmigo!


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