Piuu~
I
Primer día de clases… seguramente emocionante para muchos de mis compañeros, aunque para mí es igual. Miro a mi alrededor buscándolo; realmente hay mucha gente aquí, me pregunto si me podré acostumbrar rápidamente al aire universitario.
Algunas chicas me saludan; y, aunque ni siquiera sé quiénes son, ya me están pidiendo mis datos… qué rápidas que son. Detrás de ellas logré divisarlo acompañado por un tipo extraños de cabellos castaños, más claros que el pelo de él y ojos iguales a su cabello.
—¡Misaki! —grité levantando mi mano, señalando dónde estaba y apartando, de paso, a las molestas jóvenes que no paraban de acosarme.
—¡Shinobu! —expresó sonriente al distinguirme, tomó al tipo con el que estaba de la mano y se acercaron a donde yo estaba, apartando a las adolescentes que habían quedado a mi alrededor—¡Shinobu! ¿Cómo estás? ¡Tanto tiempo! —preguntó con su siempre tierna y sincera sonrisa.
—¿Qué dices? ¡Nos vimos hace dos semanas! —acoté sonriente y con sarcasmo, sabía que para Misaki un día ya era demasiado tiempo sin verse, pero qué más da, es un excelente amigo después de todo—. Estoy bastante bien, aunque no puedo creer que ya me hayan sacado el número de teléfono —suspiré algo decepcionado—. Yo lo había cambiado para que nuestras compañeras de secundaria no me acosen más, pero ahora me acosaran las de la universidad al parecer —agregué seguido de una carcajada corta.
—Así parece. Pero es algo raro, tienes tantas chicas a tu alrededor y sin embargo tú no te enamoras de ninguna —reclamó Misaki con una clara expresión de celos –o tal vez envidia- en su rostro—. Me encantaría tener miles de chicas a mi alrededor también… pero al parecer yo esparzo homo-feromonas —agregó asustado mirando hacia los costados.
Miré al tipo que estaba junto a Misaki y logré ver una mirada extraña cuando mi amigo agregó lo de las homo feromonas… me pregunto qué era lo que pasaba por la cabeza de ese tipo.
—Ah, olvidé presentarlos —acotó—. Shinobu, él es Sumi Keiichi y es mi sempai en el departamento en el que estoy anotado. Sempai, él es Takatsuki Shinobu, es hijo del… —lo miré con instintos asesinos, no quería que nadie supiera que soy hijo del decano de literatura, ya que eso traería más problemas de los que ya tengo con las chicas ahora—… Ehh, nada. Bueno, él está anotado en el departamento de leyes.
Desafortunadamente, Misaki y yo nos anotamos en distintos departamentos, aunque casi todos nuestros horarios coincidieron gracias a nuestra calificación en el examen de ingreso, en el cual ayudé a Misaki ya que para él era algo demasiado complejo… aunque en realidad era demasiado simple para mi gusto. No comprendo porqué el resto de nuestros compañeros no pudieron pasar el examen.
—Mucho gusto —dijo el sempai extendiéndome la mano y sacándome de mis pensamientos—. Tú eres hijo del decano del departamento de Literatura, ¿verdad?
Una pequeña sensación de ahorcar a ese tipo recorrió mi cuerpo, y lo hubiera hecho de no haber sido porque Misaki interrumpió con un grito que hizo que quisiera ahorcarme a mí mismo.
—¡Mira, Shinobu, es Miyagi-sensei!
Miyagi You se acercaba a nosotros, con su siempre encendido cigarro –siempre fuera de clases, por supuesto- y admirado por varias alumnas de la universidad por su juventud –aunque para mí es un viejo- y ser tan buen profesor y persona, o eso creen ellos; me pregunto qué pensarían si lo conocieran como Misaki y yo.
—¡Oh, no lo puedo creer! ¿Misaki y Shinobu? ¿Qué tal están, pequeños? —preguntó el viejo, claramente sorprendido pero feliz—. No me digan que vienen a Mitsuhashi.
—Así es, sensei, yo estoy anotado en economía y Shinobu en leyes —respondió Misaki con su sonrisa inocente.
—Bueno, y a ti Keiichi ya te conozco, este es tu último año, ¿verdad?
—Así es, sensei —respondió pacíficamente—. Creo que realmente extrañaré esta universidad, los grandes profesores, los excelentes compañeros y también extrañaré su buen gusto para la literatura, sensei.
Al parecer el viejo no había cambiado. Recuerdo que lo tuve en mi tercer año de secundaria y él realmente tenía buen gusto para la literatura, siempre nos recomendaba libros de excelente calidad. Desde lo más bajos autores hasta best-seller como Usami Akihiko, a pesar de que éste tenía tan dieciocho años cuando leí uno de sus trabajos por primera vez, hace aproximadamente diez años.
—¿Y qué tal tú, Takatsuki-kun? ¿Te has anotado en la materia de tu padre? ¡Posiblemente vuelvas a ser mi alumno si es así!
—No es algo que le incumba, pero no me anoté en literatura.
Ya era seguro… el rumor de que “¡El súper sexy estudiante nuevo, Takatsuki Shinobu, es hijo del director del departamento de literatura!” se esparciría en tan sólo un mes; y un mes y medio ya estaría lleno de falsos amigos provenientes del departamento de literatura, como pasó en la escuela secundaria. El único que se mantuvo a mi lado siempre y sin faltarme, fue Misaki, es por eso que le tengo tanto afecto y confianza… pero, para mi mala suerte (otal vez no), este afecto y confianza se convirtieron en amor… mi primer amor (o de eso intento convencerme).
—Ahh, ya veo… sigues igual de rebelde que siempre, ¿Verdad?
—Usted sabe, sensei, según mi psicólogo, mi rebeldía es un nivel natural por mi pasado y es gracias a un trauma de mi niñez… o algo así —respondí fríamente para hacerle recordar a aquél canalla lo que le hizo a Misaki, cómo lo hirió físicamente y cómo me hirió psicológicamente a mí.
—Ah…jajajaja, ya veo, bueno… —la campana del comienzo de clases sonó y junto con ella se oyó la voz del director general de la universidad—. Ahh, tengo que ir allí. Discúlpenme —se despidió algo nervioso y largándome una mirada que tomé como de advertencia.
—Vaya que ustedes dos son raros —dijo Misaki y lo volví a mirar con instintos asesinos—… Es decir… tú lo manipulas aunque él es nuestro sensei, ¿verdad? Jejejeje...
—Mmm,
Pequeños flashes de aquella marca imborrable regresaron a mi mente… cómo mordía el cuello de mi mejor amigo, dejándole pequeñas marquitas; el sonido del pantalón de sensei bajando, los gemidos de Misaki suplicando que se detuviera, el como me acorraló a mí también y, finalmente, el como me hizo practicarle sexo oral…
—Maldito idiota —susurré furioso, apretando mis puños y llamando la atención de Misaki.
—Shinobu… tranquilízate, por favor. Eso es algo del pasado —dijo dándome pequeñas palmadas en la espalda.
—Lo sé. Vayamos a la ceremonia de entrada, nos nombraran y nosotros no estaremos y nos pondrán ausente —dije con mis ojos tapados, ocultando las pequeñas lágrimas que me habían salido.
-On the floor- Jennifer Lopez ft Pitbull