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Descubriendo que no siempre se esta sólo por Paz

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Notas del fanfic:

Es una antigua historia que apareció al hacer limpieza en mis archivos, solo son cinco páginas de Word. Espero que lo disfruteis.

Descubriendo que no siempre se esta sólo

 

Basado en los personajes de Slam Dunk de Inoue Takehiko cuyos derechos de autor le pertenecen 

 

By Paz

 

 

 

Caminaba despacio en dirección a su casa, las calles aparecían en algunos tramos mal iluminadas, más no le importaba, sabía defenderse de cualquiera que se le acercara con malas intenciones. Esa tarde el entrenamiento se prolongó una hora más de lo habitual y después le correspondió limpiar el gimnasio y como no, su compañero de castigo era Rukawa, no es que los hubieran sancionado esa tarde, es que tener que hacerlo con él, era un autentico castigo, al menos así lo creía. Lo hicieron de prisa y en silencio, cada uno su mitad del gimnasio y sorprendentemente ninguno de los dos estaba con ánimos para peleas porque se ignoraron olímpicamente.

 

Al salir, comprobó que se había hecho de noche y contra sus propios principios, el principal de ellos nunca estar malhumorado, estaba fallándole estrepitosamente, porque últimamente su estado de humor no era el adecuado para aguantar la charla insustancial de su Gundam, ni la de nadie, no es que él fuera muy profundo, pero llevaba un tiempo que se sentía desanimado y aun no sabía a que se debía, tampoco era que quisiera psicoanalizarse a si mismo.

 

En el fondo de su corazón sentía que esa noche era diferente, aunque no encontraba una razón que justificará esa sensación. La compañía de sus amigos no le satisfacía por completo, sabía que estaban a su lado cuando los necesitaba, más él ansiaba algo más profundo, no solo necesitaba amistad, amigos tenía y muy buenos, leales al cien por cien, pero… no era suficiente.

 

Fue una de esas noches, en que caminaba pendiente de los pasos de su sombra cuando comprendió que le faltaba el amor, ¿Por qué siempre elegía a las personas equivocadas? Necesitaba amar y ser amado de verdad, con sinceridad, necesitaba alguien a su lado, que le aceptará tal como era.

 

Mientras esperaba a esa persona especial que llenara su vida seguía caminando lentamente, sabiendo que de algún modo no estaba totalmente solo.

 

Se había vuelto una costumbre, pero desde hacia dos semanas alguien seguía sus pasos, siempre los escuchaba a la misma distancia, si él se detenía, el sonido de esos pasos también dejaba de escucharse, si apresuraba el paso, oía que también lo hacia quien iba tras él. Si se volvía para descubrirle era más rápido y se ocultaba entre los edificios. Daba la impresión que estaban jugando al gato y al ratón.

 

No estaba asustado. Ni tan siquiera preocupado. Aunque la actitud de su sombra era bastante sospechosa. De alguna forma saber que llevaba detrás una sombra, le hacia sentirse protegido.

 

Esa noche estaba seguro que iba a ser distinta, en principio, porque una inoportuna tormenta veraniega había caído sobre Kanagawa. Debido a la hora no esperaba compañía, Rukawa había desafiado a la lluvia marchándose apenas cerraron el gimnasio, él prefirió esperar a que escampara, por ese motivo no esperaba tener compañía. Al parecer se había equivocado, pues quedó sorprendido al escuchar el familiar sonido de unos pasos tras él, no habían transcurrido ni diez minutos desde que salió del gimnasio rumbo a su domicilio cuando identificó los pasos a su espalda, tenía que reconocer que quien fuera era bastante persistente.

 

Creyó que esa noche no los escucharía porque se había demorado. Aquella no era su hora habitual, sin embargo, una vez más allí estaban. Una suave sonrisa asomó en sus labios, al parecer una vez más se equivocaba, pues estaba convencido que esa noche caminaría solo por las desiertas calles.

 

Siguió caminando despreocupado, como si caminar de madrugada fuera de lo más normal. Estaba comprobando que sus creencias acerca de ese tipo se estaban desmoronando. Estaba convencido que era un hombre, joven o mayor eso lo ignoraba, sabía que no pretendía hacerle daño, ocasiones no le faltaron, si, definitivamente era un hombre, una mujer no andaría por la calle a esa hora, tener esa certeza no le molesto, ya sabía que ninguna chica quería nada con él, hasta Haruko le rechazó, todos creían que iba a sentirse peor que otras veces, más no fue así, en los meses que fueron transcurriendo se hizo a la idea que Haruko solo amaría al zorro apestoso.

 

-¿Quién podrá ser? ¿Qué interés puede tener en mí? –y su mente comenzó a divagar acerca de ese desconocido. Buscando en él su ideal de persona. ¿Será bajo? No, tiene que ser alto, tal vez un poquito más bajo que yo. Si, justo así. ¿Rubio? –Hizo un mohín de disgusto- No, definitivamente no, moreno, así hace contraste conmigo -una sonrisa asomó en sus labios, le gustaba imaginarlo moreno y alto. ¿Y sus ojos? ¿De qué color los tendrá? Azules. –decidió- Si, me gustan los ojos azules. ¿Y cómo será? Muy hablador, poco o nada, poco y serio –concluyó- No es necesario que seamos los dos tan iguales, que sepa sonreír, seguro que su risa es agradable. Me gustaría escucharla y también su tono de voz. –se detuvo mientras seguía dialogando consigo mismo. Los pasos que iban tras él comenzaron a adelantarse hasta situarse a su espalda, este ensimismado con sus pensamientos, que por cierto, iba expresando a viva voz no le sintió acercarse- Tiene que ser ordenado y que se enoje conmigo por no recoger mis cosas, le tiene que gustar cocinar –él lo aborrecía- Debería gustarle el cine y también que sea deportista. Recapitulemos, me gustaría que mi sombra fuera alto, moreno y de ojos azules, poco hablador y serio, ordenado, buen cocinero, deportista y amigo de ir al cine. ¡Uy Hanamichi, pides demasiado!! No debes ser tan exigente, así no encontrarás a alguien que te ame. –se reprendió- ¿A quién me recuerda esta descripción? –Se quedo pensativo, de pronto sus ojos se abrieron mucho- ¡¡¡Oh…oh…!!! –Exclamó sorprendido- Mi chico ideal es Rukawa… –ese descubrimiento le dejo perplejo- ¿Amaba al Rey del Hielo? ¿Cómo ocurrió? Me he enamorado!!?!!! –ni el mismo podía creérselo.  

 

Quien le escuchaba expresarse en esos términos sentía latir su corazón cada vez más fuerte, cada palabra del pelirrojo le estaba diciendo mucho más de lo que él expresaba y cuando le escuchó decir que estaba enamorado ya no resistió más y le abrazó.

 

Sakuragi se sobresaltó cuando unos brazos le rodearon, durante un segundo creyó que intentaban inmovilizarle, enseguida la calidez del abrazó y la voz muy suave susurrándole al oído le tranquilizó.  

 

-Me encanta el cine, cocino pasablemente, soy ordenado y nunca podría enojarme contigo, porque te amo demasiado Hanamichi.

 

-Rukawa…!!!! -se volvió a mirarlo sorprendido de que estuviera allí y más aún escuchar su nombre que sonaba tan dulce oírlo de sus labios- ¿Qué haces aquí?

 

-Vivo aquí…

 

-¿Aquí?...

 

-Ahí. –volvió la mirada hacia la casa donde llevaba un rato parado el pelirrojo monologando consigo mismo.

 

-Desde cuando… -que él recordara esa casa llevaba mucho tiempo en alquiler.

 

-Un par de semanas… -se mudó de apartamento para estar cerca del pelirrojo.

 

-Tú eres mi sombra. –una sonrisa feliz asomó en sus labios. Le tomó por los hombros y le acercó a él- Te amo, Kaede –unió sus labios a los suyos, en una caricia lenta, cálida, entreabrió sus labios para saborear su boca que se abrió correspondiendo a la caricia. Se detuvieron mirándose como sorprendidos- A tú casa o a la mía? –preguntó ansioso.

 

-A la mía… -dijo Kaede, no pudo seguir hablando porque Hanamichi le tomó del brazo y casi le arrastró hasta la puerta. Entraron.

 

-Nunca más estaremos solos… -supo que estaban destinados a encontrarse, solo que tardaron en darse cuenta que estaban predestinados a ser uno en dos.

 

-Nunca te dejaré… -afirmó.

 

-Te amo, Kaede…

 

-Te amo, Hanamichi.

 

Y con un beso ratificaron su compromiso.

 

FIN

 

22-23 de diciembre 2003

Notas finales:

He repasado este fic actualizándolo a fecha de hoy, he corregido algunos errores, dándole un mejor sentido de lectura a algunos párrafos y añadiéndoles algunos detallitos más, posiblemente ni siquiera se noten, la trama se ha mantenido tal cual.


En cursiva están los recuerdos de Hanamichi y también los interrogantes que se hace a si mismo el pelirrojo, considerando que el resto de su monologo la expresa a viva voz.


5 de julio de 2012


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