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SANJI DECIDE MORIR por steve98

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Notas del capitulo:

Bueno aqui ya me estan echando de la lap XD!! asi que no pondre muchas notas :p

Solo que perdon xD!! de nuevo tarde un poco D: pero esta algo larguito y pasan cosas interesantes, ¬w¬!! asi que ustedes deciden si me perdonan o no ya con el capi leido XD!!

Y ando bien feliz por que ahora tengo beta xD!! Tengo quien me diga mis fallas... que son muchas e.e... Beta!! debes ser mas ruda conmigo ¬¬ xD!! Y sii, no se si quieras que sepan quien es con la que me entretengo como medio dia en faec y con la que estoy de secretismos (?) xD!! asi que no lo dire ¬u¬

Pero bue xD

Sanji:Oye, que cosas le hiciste al cabeza de alga ¬¬

Yo: cositas cositas!~ D: no creo que te guste XD

Sanji: y yo que te iba a hacer nieve ¬w¬

Yo: D:!! Chantajista xD!! Esta bien... le hice cosas malas u.u

Sanji: como te atreves!?!?!?! *aventando y pateando todo a su paso XD*

Yo: por eso no te queria decir TT^TT

Sanji: damas, al fic, por que yo tengo asuntos que arreglar con "este" ¬¬

Yo: ahora me tratas de don-nadie T^T

Sanji decide morir.

Parte XVIII

Sanji Pov’s.

Zoro y yo estuvimos en el jardín, viendo como la nieve caía. Seguía aun abrazado a él, no me importaba mucho que nos vieran así, me sentía genial, nada más me importaba en esos momentos. Aunque me parecía raro que Zoro se quedara viendo a un punto fijo por más de veinte minutos, me estaba empezando a preocupar. Me levante y empecé a tratar de que me notara, pero seguía igual.

Le di unas palmaditas en el rostro con mi libreta pero ni parpadeo.

¡Dios! ¡Zoro! ¡Vuelve a la vida marimo! ¡Marimo!

Quería hablarle, pero no podía, así que solo lo zarandee un poco, pero seguía igual.

-Oigan chicos, tienen que irse a adentro –nos indico un enfermero. No le hice caso y tome el rostro del cabeza de alga entre mis manos, no sin antes dejar la libreta y la pluma a un lado. Acerque mi rostro y pegue nuestras frentes. No pronuncie nada, pero en mi mente se escuchaba fuerte y claro. “Ey marimo, te estoy hablando, vamos, vamos, tienes que volver a la realidad” había pronunciado, pero aunque seguía mudo, sentía como si el pudiese escuchar mi voz, no sabía explicar la extraña sensación que sentía.  Si este marimo no reaccionaba, le daría una cachetada como hace poco al de pelo celeste, o quizás una buena patada en el rostro.

Recuerdo que fue el día anterior, que me encontré con Smocker, y charlamos un poco.

-¡Eh, Sanji, veo que ya puedes caminar! –dijo el sonriendo, y con sus dos puros de siempre. Su cara madura de siempre, parecía cansado, hecho polvo.

Lo salude levantando una mano, me encontraba en esos momentos fumando, pero él sabía que no podía hacerme cambiar de opinión ni nada parecido, además, el me los dio, no le veo problema.

-Veo que ya empezaste a fumar los cigarros que te di, ¿Qué tal? ¿Cuántos llevas? –pregunto interesado, acercándose y quedándose parado, mientras yo estaba sentado en el pasto del jardín, recargado a una pared. Después de quedarse a mi lado unos segundos, se recargo en la pared el también, aun de pie.

Levante cinco dedos de mi mano izquierda. Pues llevaba muy pocos cigarrillos fumados sinceramente, pero porque siempre me distraía o si no era eso, me tenían muy bien vigilado. También ya me habían cachado viendo las pastillas y medicamentos. El director mando a tenerme bajo vigilancia continua, así que no puedo fumar tranquilamente en cualquier parte.

-¿Qué? ¿Apenas esos? Que poco llevas niño –dijo riendo. Solo bufe un poco. Y empecé con la escritura de siempre para comunicarme, enserio estaba ansioso por poder hablar.

“No es mi culpa, el director ordeno que me mantuvieran bajo constante vigilancia” le dije enojado.

-Ah, de seguro te cacho haciendo algo, pero no te preocupes, no creo que dure mucho, no le gusta aburrirse, y seguro tú no has de hacer muchas cosas interesantes –dijo mientras soltaba una risa. Yo solo le mire y sonreí un poco, pero me hice el ofendido.

“Oh, pues perdóname, no todos podemos ir de un lado a otro haciendo cosas de enfermeros y aprendiendo y sorprendiéndonos más cada día” le escribí mientras le veía con algo de sorna, pero solo bufo y sonrió.

¿Qué era un loco?... esa pregunta, extrañamente de nuevo volvió a asaltar mi cabeza. Ya tenía la opinión de un loco, que fue Usopp. Me daba por saber cuál sería la respuesta de un enfermero como lo era él.

“¿Qué es un loco?” pregunte con la libreta. El me miro, exhalo el humo de sus puros y sonrió, aun con su humeante boca.

-Un loco, es una persona incapaz de comunicarse con las demás, es incapaz de hacer saber lo que siente, incapaz de ser como los demás, ¿Entiendes? –pregunto, viendo hacia algún punto fijo en frente, pero no supe que era.

¿Incapaz de ser como los demás?... No, definitivamente, no alcanzaba a comprender del todo. Así que negué con la cabeza.

-Bueno, mira, la locura, es la incapacidad de poder comunicar las propias ideas y pensamientos de uno mismo, hacia los demás. Un ejemplo, por decir, uno está en algún país extranjero, viéndolo todo, entendiéndolo todo, lo que pasa a nuestro entorno. Pero como si fueses incapaz de expresarte, y de ser ayudado, porque, no sabes la lengua que se habla en el lugar –dijo y después alzo los hombros sonriéndome, yo solo le correspondí con una igual y asentí.

“Todos nosotros hemos sentido eso alguna vez” escribí. De nuevo, escuchaba a alguien en este lugar diciendo algo coherente, aunque esta vez no fuera un loco, de seguro la mayoría de los enfermeros estaban iguales o peor de enfermos que los pacientes a los que atienden. De seguro entonces, ellos eran locos, por ya estar hartos de cuidar unos, se les pego la locura quizás, así que lo que estoy pensando, para no hacerme más enredos en mi cabeza, es que, Smocker está loco, y está diciendo cosas con sentido.

-Sanji… –dijo, inhalo y exhalo un poco de humo, le mire con atención, sus facciones se veían más duras que hace un momento, pero también se veía que recordaba algo que quizás no le gustaba, pero sonreía, sádicamente, pero lo hacía.

-Todos en este mundo, de una forma u otra… somos locos, aunque lo neguemos, es lo que somos, está en nuestra naturaleza negar, pero ser –dijo sonriendo aun sádicamente, mientras el humo se le escapaba por la boca.

Solo asentí, pues no sabía lo que pudiera ser una buena respuesta a eso que me decía.

-Además, hay locos en diferentes fases y niveles, y todos, recuérdalo Sanji, todos y cada uno de nosotros nos hemos encerrado en nuestro propio mundo, y eso, es lo que hacen los locos –dijo, y su sonrisa se borro.

-Debo irme, tengo trabajo que hacer y lo quiero terminar pronto, quizás en tus últimos días te estaré molestando, ¿Vale? –dijo, y aunque su cara se notaba fría, note en sus ojos un rayo de ternura y compasión, lo que me hizo sonrojar un poco. Sentía como si me tratase como un niño pequeño, aunque no me molestaba en absoluto. Solo sonreí ligeramente y no hice nada.

-Oigan, tienen que irse a adentro, y Zoro, tu tratamiento será pronto, te sugiero que estes ya, en tu habitación, no andes causando problemas –nos volvió a hablar el enfermero.

Lo mire, fulminándolo con la mirada y el quedo callado. Bien, le daría la cachetada, no despertaba. Era por su bien, así que si me reclamaba le diría que andaba como baboso en su mundo. El era un loco, estaba atrapado en su propio mundo, no podía expresarse como una persona “normal” lo haría, el se adentraba en su mundo, y el decidía cuando iba a salir, eso era lo que Smocker quería que entendiera.

Solo respire hondo, pues sabía que si el marimo reaccionaba, a mi era al primero al que se le echaría encima por tal cachetada.

Le di la bofetada, pero no sentí lo mismo que con el peli celeste, no sentí cuando le di golpe, y apretaron mi muñeca. Abrí los ojos, sorprendido, ¿Cómo demonios fue que reacciono tan rápido?

-No pensabas darme tal bofetada y que me fuera a dejar ¿verdad? –pregunto con una ligera sonrisa, solo alce los hombros, con mis mejillas ligeramente rojas. Me levante y agarre mi pluma junto con la libreta.

El enfermero venía detrás de nosotros, quizás para asegurarse de que entráramos.

-Vamos a mi habitación, pronto me tocara el tratamiento –dijo él con indiferencia.

Lo seguí, pero recordé su falta de orientación y reí al darme cuenta que íbamos en dirección opuesta. Me miro un tanto enojado y con las mejillas ligeramente rojas, creo que se había dado cuenta, por lo que me reí abiertamente y el solo bufo.

Cuando estaba dispuesto a irse, le agarre de la mano y la entrelacé con la de él, me miro confundido, pero solo empecé a caminar rumbo a su habitación, yo pasos más adelante que él para guiarlo, pero sin soltarle de la mano, como si fuera un niño pequeño.

Llegamos a su cuarto, donde abrí sin preocupación alguna, y entramos. Lo solté, el se dirigió a su cama, donde se sentó, y yo cerré la puerta. Tenía la piel chinita y estaba igual de fresco en el cuarto que afuera, pero no era un frio incomodo ni mucho menos, me sentía bien. O es que era que estar en ese lugar ya me afectaba la cabeza.

-¿Tienes frio? –pregunto. Yo asentí ligeramente, y con las palmas de mis manos toque mis mejillas, ¡Estaba helado!

Me quede parado y recordé la incómoda charla que tuvimos poco después de que entre a Shichibukai Yard.

Vi una silla cerca de su cama, y decidí mejor sentarme ahí.

-Sanji… yo… quería saber si haz considerado lo que te dije, quiero saber si podría tener oportunidad –dijo él. Esas palabras me dejaron tieso como hueso. No quería de nuevo tener esa conversación.  Mire al suelo y solo alce los hombros, algo incomodo.

La verdad es que no podía imaginarme teniendo una relación con un hombre, pero quizás si lo intentaba, tal vez funcionase, aunque… ¡Bueno!... se siente raro, extraño y diferente el que un hombre me pida este tipo de cosas. Me siento nervioso, y la verdad me gustaría decirle que si, me gustaría experimentar esto, pues no puedo negar que el marimo me atrae –aunque sea solo un  poco– y quisiera saber que se siente estar con un chico.

Antes, ya se me habían declarado chicos y chicas por igual, pero a los hombres jamás los aceptaba. Nunca fui homofóbico ni mucho menos, pero es que tenía miedo. ¿A qué? Ni yo lo sé, me sentía inseguro, incomodo con los hombres que me lo pedían.

Pero con el marimo… es como si fuera… no lo sé, no sé cómo explicar lo que siento, me siento cómodo con el marimo, se siente bien el pelear con él, y sus manos tan grandes, las toque en la cocina cuando le hice la crepa. Solo lo he hecho una vez, pero esa vez fue…. Como si mi interior hubiese explotado, y me indicara que me tenía que dar cuenta que ese cabeza de alga me gustaba.

Zoro Pov’s.

Estaba acostado en mi cuarto, con el rubio sentado en frente mío. La habitación estaba en silencio. Parecía sentirse incomodo con lo que le preguntaba. Pero es que yo quería saber la respuesta, si no, no podría tener mi tratamiento a gusto.

-¿Y bien? –presione un poco, la verdad no me importaba tener que presionarlo para que me diese una respuesta. Estaba loco, no me importaba mucho las personas, sus sentimientos.

Empezó a escribir rápidamente en su libreta.

“La verdad es que… “el portazo que dieron llamo la atención del rubio y bajo la libreta, para voltear a ver. Mire a la persona que entro así, con ganas de asesinarle, cuando por fin me iban a dar una respuesta, se les ocurre interrumpir.

-Nami, ¿Pero qué rayos pasa por tu cabeza para que entres dando un portazo? –dije malhumorado. El rubio desapareció de la silla para empezar a ver a la pelirroja con corazones en los ojos y empezar a escribir poemas para cortejarla. Por un momento perdí la noción del tiempo, la ira me invadió y me pare furioso, pero reaccione antes de poder dirigirles la palabra o si quiera hacer algo.

-Zoro, es hora de tu “tratamiento”. ¿Lo sabes no? Con el tratamiento especial no debería nadie alrededor, más que los que nos encargamos y, mucho menos una persona, después puede que quede peor. No debería estar este chico aquí –dijo ella apuntando al rubio, quien sonreía bobamente a su lado. ¿Qué no se supone que no sentía nada más que amistad por ellas?

-¡Ah, déjame en paz! Yo hago lo que quiera, además, igual no me gusta tener el tratamiento solo contigo, quizás me envenenes mientras no esté consciente –dije lo último en un murmullo, pero de seguro escucho perfectamente porque me miro, fulminándome y queriéndome de seguro encajar miles de cosas.

Ella suspiro pesadamente y un enfermero más entro al lugar. Me quede quieto observándolo, era un chico menor que yo seguramente, de pelos negros, ojeras y ojos grises.

-Sera mejor que lo hagamos rápido, si es que quieres ver a tu padre, ha venido de visita muy seguido ¿sabes? Así que mejor apúrate, a la cama. Y tu chico, tienes que salir –dijo ella, tratando de sacar a Sanji, pero este se resistía un poco, o más bien no. Si no que se quedaba parado viéndome curioso, y Nami tratando de empujarlo hacia afuera, pero no lo lograba.

-Sanji, ¿Quieres ver? –le pregunte serio, pero por dentro estaba que no cabía de felicidad, el estaría conmigo en el tratamiento, me hacia feliz de algún modo.

“¿Qué es el tratamiento?” pregunto con la libreta, y Nami solo estaba esperando a que el saliera.

-¿Quieres ver? –pregunte de nuevo, ignorando su pregunta.

-Oye, rubito, tienes que salir, vamos –le hablo Nami de nuevo. Sanji le dirigió una mirada, y de nuevo me miro a mi, indeciso entre Salir o aceptar mi invitación.

-¿Quieres ver? –insistí de nuevo. De verdad quería que se quedara, aunque fuese por curiosidad, quería que se quedara, hasta que me durmiese.

Sanji Pov’s.

La pelirroja me quería sacar, y el marimo me invitaba a quedarme, ¿A cuál de los dos debería hacerle caso?

Saldría de mi rutina. E incluso aprendería de ese raro “tratamiento” que le harían o darían a Zoro, aun cuando no lo necesitase iba a aprender algo, y lo único que necesitaba era: aprender a tener paciencia. Pero… mi curiosidad es más grande, así que asentí. Lo sentí por la dama que me vio un poco enojada, pero yo tenía curiosidad, y una mujer en estos momentos de mi vida, como estaba, no me iba a detener.

Además, ¿Qué hacia Law aquí?

-Bien, vente –dijo él, se acostó en su cama, derecho y viendo hacia el techo. Me acerque a el, y la que escuche al marimo llamarle “Nami”, me agarro del brazo.

-Esto no es ninguna exhibición, te sugiero que salgas –dijo ella, y después paso de mi, para empezar a sacar medicinas la mesa metálica de al lado de la mesa de Zoro.

-Nami, no ha vivido nada, y morirá pronto, no hará daño que vea. Déjalo que se quede –le pedio Zoro con voz dura y con los ojos cerrados, que antes veían al techo.

-Vale, pero no quiero que haga ruido –dijo ella. El marimo inmediatamente rio ante su comentario.

-Sanji no es muy hablador, esta mudo –le dijo. Me acerque a la cama donde Zoro se mantenía sereno. Me quede observando su rostro tranquilo,  mientras la enfermera pelirroja preparaba una jeringa, lo que me asusto un poco. Mire a Law, como pidiéndole una explicación de por qué estaba ahí, me miro y solo sonrió ligeramente y miro a la chica.

Nami, se acerco a Zoro, con la jeringa en manos.

-Explícale lo que estás haciendo Nami, o se asustara –dijo Zoro, viéndola duramente, después me dirigió una mirada tierna, lo que me sorprendía, y no pude evitar sonrojarme un poco. Puse mis manos al borde de la cama, estaba más alta que la mía, seguramente por lo que le harían.

Presencie como Law, empezaba a amarrar a Zoro en la cama, de las muñecas, los tobillos, y el abdomen, aunque yo me sentía algo asustado, por otro lado, el marimo no, solo sonreía.

-Recuerda explicarle Nami, se está asustando –dijo él. Lo vi enojado y solo bufe, para mantener mi mirada en el.

-Ey, chico –me hablo la pelirroja, y voltee.

-Esto, es una jeringa con dosis de insulina –explico sonriente. Quizás feliz de que fuera tratada como algún médico que explica a los pasantes los procedimientos y los medicamentos correctos, a pasantes inexpertos.

-Se aplica a los diabéticos para contrarrestar los niveles altos de azúcar. Pero cuando la dosis es mucho más de lo normal, como en este caso, el descenso del nivel de azúcar, provoca que quede en un estado de coma –dijo con tono grave y técnico. Law también se mantiene n la conversación, interesado en ello.

La chica golpeo ligeramente la aguja con una de sus uñas, y saco el aire de la jeringa. Se acerco a Zoro, quien me veía, ahora sin expresión, solo, esperando. Ella aplico la aguja en pie derecho de Zoro.

-Ahora pasara esto, el entrara en un coma inducido. No te asustes si se le ponen los ojos vidriosos, o si no te reconoce, es normal –dijo ella. Por un momento mi corazón se acelero, temía por el marimo, no quería verlo así.

¡Lo que estaba haciendo era algo horroroso!

“Es horrible, inhumano, las personas luchan para salir de aquí, de este estupido lugar, no para entrar en coma” le escribí rápidamente, entre asustado y enojado. La libreta cayó de mis manos después de que ella la leyera, y solo agarre la mano del marimo. Me sentia furioso y temeroso ante aquella situacion.

-Las personas luchan para vivir, y no para cometer suicidio, el estado en el quedara , será que su organismo quedara en reposo, sus funciones se reducen drásticamente y las tensiones inexistentes desaparecen –dijo ella, restándole importancia, con ojos fríos, sin expresión, como si fuese algo que a nadie iba a importar, ¡Como si Zoro fuese una persona más! Pero no, yo… él era… ¡El era Zoro, por dios, y a mí, si me importaba!

Apreté su mano, pero la de él estaba inmóvil, y sus ojos iban de un lado a otro, confundido.

Acerque mi rostro al suyo, y de nuevo intente hablar.

-Zoro… si… quie…ro… –con voz dificultosa logre decirlo, y me sorprendí, pero seguía aun algo temeroso por el cabeza de alga, que ni le tome importancia y acaricie sus cabellos.

Sentía la mirada de Law en mi espalda, y la de Nami igual, lo mas posible por que estuviese hablando.

-Tranquilo… ma-rimo… yo… a… ce… pte, ¿Lo, entie… ndes? Sere… mos… pare… ja… –dije con voz ronca y entrecortada, y jadee por el esfuerzo que hacía, pues en esas pocas palabras me asfixiaba hablando.

-No te molestes, el ya no puede oírte –dijo la chica. Mire al marimo, sus ojos estaban sin brillo y su boca entreabierta, parecía muerto en vida. Puse mi oreja en su pecho y gracias al cielo que seguía latiendo su corazón.

El idiota que antes parecía burlón y que nada pudiese derrumbarlo, además de arrogante, ahora estaba sin vida echado en la cama, y con espuma saliendo de su boca, me asustaba. Me asustaba el hecho de poder perderlo, por alguna razón que no comprendía, sentía que eso puede ser la peor cosa que me pase en estos momentos.

Solté la mano del marimo, y apreté mis manos haciéndolas puños.

-¡¿QUE DEMONIOS CREE QUE HIZO?! –logre gritarle a la mujer, con furia contenida. Sentí el sabor metálico de la sangre en mi garganta, de seguro me hice daño. Pero no me importaba. No importaba que él me hubiese pedido que fuésemos pareja, que ahora pudiese caminar, que ahora pudiese hablar, si no era el marimo quien estaba ahí para ver mis últimos momentos viendo mis pequeños logros, recuperándome poco a poco.

-Solo hice mi deber niño –dijo ella.

Empecé a gritarle a Zoro, tratar de que me hablara, de que despertara, también a gritarles que los denunciaría, que le llamaría a la policía, al periódico, a los derechos humanos, hasta llegue a amenazarles con que les haría cosas sangrientas y demás.

-¡Tranquilícese! ¡Incluso en el manicomio, es necesario acatar algunas reglas! –grito la mujer, harta de mi. Law me sostenía de los brazos y yo forcejeaba intentando que me dejase en paz y aventármele a esa bruja que le hizo aquello a Zoro.

-Vamos Sanji, estas cansado, deberías descansar –dijo Law, y sentí un piquete en mi cuello. Después… mi mente se nublo, y nada. Me habían inyectado algo… bastardos.

Notas finales:

Bueno ahi esta, puse a nami de mala ewe!! xD

pero ademas nunca me ha gustado esa gata ladrona ¬¬ no se por que xD!! creo que por que no le hace caso y trata mal a Zoro y Sanji T^T!! buenoo xd

xKatex, como te dije, aqui esta el capitulo hahahaha XD!!

Sanji: ohh escritor~ escritor hermoso escritor te estoy hablando, mira que te tengo una sopresita~ ^.^

Yo: *escondido debajo del sofa XD* sera una bazooka D:!!

Sanji: *ve debajo del sillon y me ve sadicamente* buu~

Yo: ay wee no maa. D:!! *huye XD*

FIn...

Marimo: donde estan mis katanas o.o??

XD!! nos vemos d;

dejen muuuuuuuuuuuchos rws ok?

Ciaossu~!


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