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SANJI DECIDE MORIR por steve98

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Notas del capitulo:

Bueno ya aqui esta el siguietne capi, espero que les guste ^^

Sanji:Espero que no e hayas hecho nada malo... *mirandolo con aura asesina*

Yo: N-NO!! QUE VA QUE VA! CLA-CLARO QUE NO!*pensando: me va a matar mil veces, encontrara la forma de hacerlo... en verdad T.T*

Zoro: Dejalo tranquilo... el pobre parece gatito asustado....U

Yo: *arrinconado XD*... di-disfruten...lllU

Sanji: hai hai! Mis queridas damas, qui el capi... ^^

Sanji decide morir.

Parte V

Sanji Pov’s.

Abrí los ojos lentamente, y me sorprendió saber que no estaba en el mismo lugar que hace unas horas antes… ¿O habrán sido días? La verdad, es que no tengo noción del tiempo alguna en estas circunstancias, pero de lo que si estaba seguro era que cada que me despertaba, había una alguien nuevo cuidándome, y al verme despierto, inmediatamente me volvían a poner sedado, por lo que podría decirse que estaba tan drogado, que no recordaba ni mi propio nombre, ni siquiera el por que estaba allí.

A ver, cálmate… ¡Ya!, Soy Kuroashi no Sanji, tengo 23 años de edad, soy rubio con ojos azules… algo falta. ¡Ya se! ¿Por qué estoy aquí?

Veamos, ya se mi nombre, y estoy aquí, por que cometí suicidio, ¡Eso es! ¡Por eso!...

… ¡Oh por cielo santo no! ¡Estoy en Shichibukai Yard, ya recuerdo!

Me senté con algo de dificultad en la cama y mire a mí alrededor. Parecía un cuarto, pero solo que en este, había mas personas, todas igual que yo, –con aquellos pantalones blancos de algodón y camisetas de igual color–, pero con menos tubos. Oh que alegría, ya no estoy hecho de plásticos, ahora puedo ver mi piel y todos los moretones gracias a los pinchazos de las jeringas de aquellos tubos que me mantenían artificialmente vivo.

-Que bien que despertó –dijo una voz la cual reconocí como la que me conto aquella extraña historia, e inmediatamente voltee de donde provino. Un hombre fornido y de pelo color extraño, y era alto. Tenía una mirada algo atemorizante, que a kilómetros se notaba que tenía un mal carácter. Estaba en la puerta, soltó humo de un puro que vi que tenia en sus manos, por alguna razón vi su otra mano –seguro era curiosidad o inercia– y me sorprendí al ver otro puro en estas. Soltó el humo y apago los puros, entrando y quedando frente a mí.

Vi que había alguien detrás de él, y aunque no podía moverme, hice el intento. Pero un dolor agudo me hizo dejar de intentarlo.

-¿Te duele el pecho? –pregunto el hombre mientras yo me estrujaba  la camisa blanca y respiraba agitadamente. Sentía como si me estuviesen atravesando lentamente alguna daga en el pecho, era agudo, lento y doloroso.

-¡…! –intente decirle que me dolía mucho. Pero nada salió de mi boca. Me toque los labios asustado y mi mente se puso en negro, mi cuerpo se quería desmayar, pero no, no dejaría que de nuevo me recostase y  tener que perder la oportunidad de obtener respuestas.

El hombre que anteriormente estaba fumando unos puros, estaba de brazos cruzados mientras me veía, como analizándome. Le agarre un brazo y le apreté, haciéndole saber que de verdad quería que aquel dolor parase.

Pasaron unos minutos, pero él no se movió. Mi corazón que antes latía desenfrenado, empezó a calmarse, y junto con el dolor empezaron a desaparecer poco a poco, hasta que se fue por completo.

Seguí respirando agitadamente, pues el aire no me llegaba, y después de uno momentos, mi respiración volvió a la normalidad.

-Eso que acabas de experimentar, fue el principio de un ataque cardiaco –dijo el hombre de los puros. Le mire atontado, mientras que aun estrujaba la camisa en la parte de mi pecho, con algo de miedo.

-¿…? –¿Un paro cardiaco?... De nuevo, la voz no me salió. Intente hablar, pero nada, absolutamente nada de nada. Me toque de nuevo los labios mientras pensaba en que podría estar pasándome.

-Tus cuerdas vocales están aun dormidas niño, de tanto sedante que te pusimos algunos de tus órganos están en un ligero coma, pero no te preocupes, en uno o dos días se te pasara todo, además de que puedes experimentar una ligera amnesia que también pasara sin contratiempos, no hay nada de que preocuparse ¿Esta bien mocoso? –me miro, como esperando a que le respondiera.

-… –me quede callado, pues aunque hubiese querido hablar, no hubiese podido.

-No puede hablar y todavía te quedas esperando a que te responda, dale algo con que comunicarse hasta que pueda hablar –dijo ese alguien que estaba detrás de el otro.

El fornido y grandote se quito de en medio y dejo ver a otro hombre igual o más o menos igual de grande que él. Estaba seguro que si uno de esos me daba el porrazo, hasta ahí llegaba enserio. El otro era aun mas atemorizante que el primero, pues este tenia una cicatriz que le cruzaba todo el puente de la nariz y parte de debajo de los ojos. Tenía el pelo negro hacia atrás y tenia una sonrisa que más que tranquilizarme, me atemorizaba un poco.

-Soy el director del lugar, Cocodrilo, tu eres el nuevo paciente, Kuroashi no Sanji, un gusto en conocerte –dijo el hombre pelinegro. Yo le mire curioso, y después voltee al otro, y después de nuevo al director.

-Él es Smocker, enfermero de esta área –dijo el director sonriendo.

Alce una ceja y ladee la cabeza, haciendo una mueca.

-Creo que será difícil si no encontramos un medio para que te comuniques ¿No es así? –dijo el director Cocodrilo mientras se reía ruidosamente, yo solo asentí bajo la mirada de aquellos dos gorilas.

-Podríamos darle una libreta, toma –dijo el tal “Smocker” mientras me entregaba lo dicho, y una pluma que saco de quien sabe donde.

Grandioso, ahora podría preguntarles.

Escribí y se los enseñe.

“¿Qué hago aquí?” escribí. El director suspiro sonriente, de nuevo con aquella espeluznante sonrisa.

-Lo mismo que todos Sanji, recuperarte de la locura que afecta en tu corazón, TU locura, estas en el manicomio, para que nosotros te cuidemos y curemos tus instintos suicidas Sanji –dijo mientras me apuntaba. El enfermero de los puros se quedo en silencio detrás de él, con los brazos cruzados.

Yo… yo estaba bien… yo solo quería morir en paz. ¡Y no tenia intentos suicidas! Es verdad que, bueno, falle la primera vez, pero, ¡Era la primera vez! Y tenia pensado que fuera la ultima también, pero al parecer no va a ser tan fácil como esperaba.

“Pero entonces ¿Por qué un manicomio? Yo no estoy loco, no estoy enfermo” escribí enojado. La verdad es que si estuviera con todas mis fuerzas, seria mucho mejor

-Todos dicen eso rubio querido, pero no saben de lo que hablan –dijo el director.

Vale, ese director me creía que yo era un demente, ¡Pero definitivamente no lo era!

“¿Cuánto tiempo estuve sedado?” pregunte.

-Estuviste tres semanas en esta habitación, después de cinco días en sala de urgencias –respondió el enfermero, a lo que yo solo asentí. Con que tanto tiempo había pasado.

“¿Y cuánto tiempo tendré que estar todavía en este lugar?” pregunte ensenándoles la libreta, y con el ceñido fruncido. Estaba con ganas de golpearlos, y lo haría, de no ser por las condiciones en las que me encontraba, pues era muy obvio que aun estaba débil.

Smocker dirigió una mirada al director, el cual suspiro y asintió.

-Vale, dile su situación, además, todos los demás pacientes en poco tiempo lo sabrán gracias a Ace, y el terminara sabiendo de un modo u otro, de verdad que es imposible guardar un secreto en este lugar –dijo lo ultimo Cocodrilo, como si ello le diera lastima.

Sentía que lo que siguiente que aquel hombre me diría, era algo que marcaria mi vida para siempre, algo que no podría borrar y tendría muy presente en mi mente. No se si me iba a gustar, o no, pero estaba seguro que lo que fuera que era, era una noticia para estarme asaltando todo el tiempo.

-Tu corazón dejara de latir pronto, en pocas palabras, morirás antes de cumplir el tiempo que dijeron que estarías en “este” lugar –dijo sin vacilaciones el enfermero.

Aquella noticia no me la esperaba, pero tampoco era algo para asustarme, de seguro me quedaban algunos años para vivir, y ya acabaría todo, pero la verdad es que no pensaba esperar a que eso pasara, tendría que buscar mas pastillas en este lugar si fuese necesario, además, no creo que mi corazón aguante otra recaída. Tengo que hacerlo ahora, o más viejo no tendré el valor para suicidarme y enserio sufriré. Además de que esta vez tengo que cerciorarme que en realidad me dejen perecer en paz.

Mire a los dos seriamente.

“¿Cuánto tiempo calcularon?” pregunte con la libreta.

Esa seria la pregunta que marcaria mi destino y mis acciones.

Estaba nervioso, por saber aquella respuesta, que el enfermero se acercó a mi rostro, y me miro a los ojos, seriamente. Podía sentir como intentaba penetrarme con aquella mirada, pero no me dejaría. Retuve su mirada, al igual que mi respiración, por los nervios de su respuesta.

Notas finales:

Sanji: MALDITO ESCRITOR DE MIERDA DONDE DIABLOS ESTAS?!?!? *rompiendo a patadas la casa del escritor*
Zoro:OI! que nosotros no vivimos aqui, no puedes estar destrozando las cosas... aunque por otro lado, es tu culpa por intentar suicidarte.. maldito cocinerucho de cuarta, hubieras preguntado por un peliverde ardiente y ya verias uqe no querrias ssuicidarte ni en suenios... n.n
sanji: Tu callate marimo! *le avienta pastel*
Zoro: *con pastel en la cara*.... Escritor... te pido solemnemente... DEJME VIOLAR Y TORTURAR A SANJI D:<
Yo: *entrando con un amigo a la casa* zoroo! Sanji!! Pero que han hecho.. mi casa T.T
Zoro: tu dejame violar al cocinero, y yo me encargo de las reparaciones...
Yo: TRATO!! *le estrecha la mano a Zoro*
Amigo mio xD: emm... .___.U

Sera que dejare que violne a sanji? D: o dios no se XD

Bueno en fin dejen sus rws XD

Ciaossu~!


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