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Siempre en tu memoria por Kotoko-chan

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Notas del fanfic:

Fue un momento de reflexiones y vi una imagen que me encanto, por esa razon nacio este fic... Espero les guste...

                Todos tenemos algo que amamos, algo que queremos proteger cueste lo que cueste, que este cerca de nosotros si se puede… pero no puedo hacer eso, seria puro egoísmo, y además… le dañaría estar cerca mío todo el tiempo…

                Veo como la nieve cae lentamente por la ventana, como entra por el ventanal del salón, y como el frio viento inunda todo el departamento, llegando a mis pulmones  aire puro y no el que estoy acostumbrado a recibir, con nicotina que dañen mis pulmones.

                Tomo la lata de cerveza ya medio vacía que me dedico a beber, tirando por el desagüe lo que queda dentro, dándole una digna despedida con mi sonrisa.

                Tome mi abrigo y una bufanda rosa, colocándomela en el cuello para no atrapar de golpe el frio envolvente, y con paso seguro y ya acostumbrado me dirijo al parque.

 

 

                Al abrir mis ojos veo las paredes llenas de fotos mías con distintas personas, algunas abrazadas, otras mostrando un saludo a la cámara, todas y cada una con los nombres de quienes salen bajo ellos.

                Tome mis cobijas, corriéndolas para destaparme y sentir el frio calar mis huesos. Tomo una libreta que está al lado de mi cama y abro donde está el separador de pagina.

-“Llamar a Hiro – 88476XXX”

Cojo el teléfono y marco el número que se encuentra anotado, esperando oír alguna voz al otro lado.

-Shuichi! – Me grita, pero dejo un largo silencio – soy yo, Hiro, tu amigo.

-Hola – digo con un tono de voz monocorde.

-Como despertaste, te sientes bien? – me pregunta y no entiendo el porqué de su preocupación

-Si, me siento bien… etto… tengo que irme – y tan solo dicho esto, cuelgo el teléfono, sin esperar a que diga algo… Qué raro el sujeto.

 

                Volví a tomar mi libreta, viendo los diferentes puntos que mantenía anotados, quedando prendado uno en particular, no entendiendo el porqué está escrito algo tan pérdida de tiempo.

 

-“Ir al parque”

                Bueno, si eso dice, eso hare… no es como si hubiese algo más interesante, y lo más probable es que encuentre niños jugando por ahí.

                Tomo mis ropas y me cambio rápidamente, ya me bañare cuando vuelva…

                Al terminar de cambiarme, tome un abrigo y note como había un cumulo de bufandas en mi habitación, pero sin prestar mayor atención salí de mi casa, caminando por las estrechas calles de mi vecindario, tomando le curso al parque más cercano.

                Cuando llego, veo efectivamente niños jugar, aun cuando es temprano y el frio inunda el lugar. Me dirijo a algún lugar cómodo para verlos, notando como una persona de bufanda rosa está sentada en la banca que yo quiero.

                Estaba listo para buscar otra banca, pero la persona me sonríe y no tengo más opción que ir hacia donde está el.

 

-Buenos días – saludo con mi particular sonrisa.

 

-Buenos días – me sonríe también, dejando en mi pecho un sentimiento de nostalgia y tristeza, el cual inunda todo mi cuerpo.

 

-Disculpe, le conozco? – le pregunto al sentir esa incomoda sensación.

 

-No lo creo, señor…? – sus ojos dorados junto con su blanca piel me hipnotizan por completo.

 

-Shuichi – respondo automáticamente, sintiendo como mis mejillas se sonrojan por tal descuido.

 

-Es un gusto – me vuelve a sonreír – yo me llamo Eiri…

 

 

                Cuando llego al parque, lo primero que hago es sentarme en la banca más cercana a donde están los niños jugando. No es que los quiera ver, es solo que llamara más la atención de quien espero tranquilamente.

                Y no pasa mucho tiempo hasta que llega, con un simple abrigo, sin bufanda que tape su bello cuello. Camina con pasos lentos, como si estuviera pensando en alguna cosa mientras ve a los niños. Se acerca a la banca en la que estoy y me mira, se que querrá buscar una banca que este sola, así que simplemente le sonrió, recibiendo de regreso su bella sonrisa y su acercamiento hacia la banca, dejando que disfrute su compañía.

-Buenos días – me saluda cortésmente, dejando en mi pecho la angustia.

-Buenos días – Le sonrió disfrazando el sentimiento que me embarga, y viendo su rostro, podría decir que algo parecido le atraviesa el corazón.

-Disculpe, le conozco? – como me gustaría decirte que nos conocemos hace más de un año, decirte que te acuerdes de mi, pero el solo disfrutar tu presencia todos los días hace que valga la pena mi sufrimiento.

-No lo creo, señor…? – Cualquier persona me diría que soy un estúpido al preguntar algo que ya se de sobra, pero no me importa ser un estúpido si así consigo tener más tiempo con él.

-Shuichi – se sonroja al decir su nombre.

-Es un gusto – le sonrió abiertamente – yo me llamo Eiri…

-… - me mira por unos segundos, desviando su mirada sonrojada al mirarle a los ojos.

-Y que hace tan temprano por la mañana aquí? – Pregunto para escuchar su voz, para saber que está aquí conmigo.

-Nada en particular, solo quería pasear un poco – si supiera que eso no funciona conmigo, si supiera que se la razón de su presencia… no se qué haría yo si el supiera.

-Le gusta ver a los niños jugar?

-Si, me gusta ver la energía que desprenden al correr de un lado a otro – mira a esos niños corriendo y saltando en los juegos, sin dejar que el frio les detenga.

-Le molesta si platico con usted? – pregunto sabiendo su respuesta.

-Para nada, ya empezó de todos modos – ríe bajo, manteniendo su bella sonrisa en su rostro.

-En que trabaja – sé que soy directo, pero también sé que él no lo tomara en cuenta.

-No lo sé… - susurra.

-Eh?

-Eh? – Me mira sonrojado – es decir no, no lo tengo señor Eiri.

-Tan solo llámame Eiri, no me gusta que me traten de usted.

-Entonces solo llámame Shuichi – sonríe, aun no sé si con cada sonrisa se acorta mi vida o se alarga, porque la felicidad que siento al verlo sonreír hace que mi pecho salte.

-De acuerdo… Shuichi – digo lo mas seductoramente que puedo, viendo como se sonroja hasta las orejas.

- Uhm… - Al parecer se puso nervioso, ya que comenzó a jugar con sus dedos – y… tu? – dice con algo de nerviosismo al tratarme por mi nombre.

-Soy escritor de novelas románticas – sonrió, viendo como abre sus ojos – y también adivino.

-Eh?... como es eso? – su rostro confundido no hace más que darme gracia.

-Mira, dame tu mano – me da su mano rápidamente, dejando notar su emoción – está muy fría –le dije entre molesto y preocupado – toma – saque mi bufanda de mi cuello y la coloque en el de él.

-N-no se preocupe por  mi – trata de sacar la bufanda, siendo yo quien se lo impide.

-Por favor úsala, después ya me la devolverás, si? – sonrió, dejándolo sin otra opción – bueno, veamos – tome su mano nuevamente, pasando mis finos dedos por su palma – veo que te gustan los pokis, pero no cualquier poki, tu favorito es el de fresas, al igual que tu fruta favorita – su rostro de asombro era incomparable, y una risa salía de entre mis labios – también puedo ver que… te gustan los animales?

-S-si! – dice con emoción.

-Pero al parecer tienes una preferencia por los gatos.

-C-como lo supiste!? – se mira la palma de la mano con fascinación – por más que la mire solo veo líneas.

-Eso es un secreto de adivino – sonrió con una expresión triste – por tu rostro puedo decir que te gusta la música y el arte, por tu cuerpo digo que te gusta el baile y estar moviéndote de un lado a otro, por tus ojos se que eres inocente y tímido, por tu nariz se que enfermas rápido y… por tu boca… - paso un dedo por sus labios – se que das estupendos besos y te gusta hablar.

-…. – sus ojos no tenían comparación, no podía decir si realmente estaba tan impresionado o si me temía – eres… genial!! Como sabes tanto, enséñame!

-Umm… no lo se, esto es un secreto – susurro pretendiendo llamar su atención, y fácilmente lo consigo.

-Oh vamos! Yo también quiero saber, eres fantástico, por favor, enséñame – dice sin timidez al tratarme como a un igual.

-Está bien, pero va a ser un secreto entre los dos, de acuerdo? – le digo con voz baja, anotando mentalmente un secreto más que comparto con el – es muy fácil, solo tienes que ver atentamente la palma, notar cada línea, cada marca que te pueda dar una pista – voy diciendo mientras le acaricio la palma de la mano -  por ejemplo, tus manos son suaves, así que debes de cuidarte muy bien, si trabajaras lo harías donde necesites el cuidarte mejor que nadie, como ser cantante – veo sus ojos emocionados, aunque yo ya sabía que era cantante.

-Y lo del cuerpo? – pregunta manteniendo la atmosfera.

-Tienes una complexión delgada, sutil, hermosa, como quien baila y maneja su cuerpo a la perfección.

-Y mis ojos? – susurra ya hechizado por mi voz.

-Tus ojos, aparte de bellos, son profundos, se ven tímidos, y tu boca… son labios apetecibles, que llaman a besarlos – susurro cerca de su rostro, acariciando sus labios.

-Eiri… - susurra, y noto como en este momento tiene un momento de realidad, donde recuerda todo lo que ah pasado.

-Te amo, Shuichi – susurro con tristeza, besando sus labios y siendo correspondido.

               

                Como quisiera que en este momento el tiempo se detuviera, como quisiera no esperar a que el regrese a su realidad, donde no recuerda, donde no estoy en su mente… Como quisiera, que permaneciera eternamente conmigo…

 

-Te quiero mucho – le susurro en un abrazo, el mismo abrazo que el deshace.

-Está bien? – me pregunta con inocencia.

-Si, no te preocupes, solo hace un poco de frio.

-Ves? Mejor te devuelvo tu bufanda – dice intentando sacársela.

-No te preocupes, este color te queda mucho mejor a ti…

-Entonces es mejor que vaya a abrigarse mejor – me dice preocupado, como me gusta ver su expresión cuando está preocupado por mí, es cuando más me siento querido, cuando más feliz soy… Pero es cuando más invade la tristeza mi cuerpo, porque debo separarme un día más de él.

-Tienes razón, entonces me voy, cuídate mucho – le acaricio la cabeza al levantarnos.

-Fue un gusto conocerlo – y se… como duelen esas palabras día tras día.

-El gusto fue todo mío… Shuichi – doy media vuelta y me alejo, escuchando como llega el amigo de él a buscarlo como siempre, y espero… que al final del día, pueda mantener mi cordura para verlo un día más y seguir esperando que en algun momento me busque al recordarme…


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