Mi vida contigo y sin ti. por Shappie_blue

“¿Sabes lo que sentí yo? Apareciste pero mi corazón ya no te pertenecía”

Hacía meses que la actitud de Lee EunHyuk estaba distante, apenas y miraba a la persona que compartía su cama. Siempre que se quedaba a solas con su pareja inventaba cualquier excusa que le permitiera escabullirse, ¿Por qué?, eso nadie más que él lo sabía.
Era de esperase que inclusive no quisiera contestar las llamadas ni textos siendo que tiempo atrás era el quien insistía en ese aspecto. ¿Qué motivos tenía bajo esa mascara de frialdad e insensibilidad? ¿Qué le atormentaba?, nadie sabía la respuesta. 

Lee DongHae suspiró mientras miraba por aquel ventanal de su habitación, observaba detenidamente el reflejo del sol en los vidrios expuestos a la intemperie. Muchas preguntas inundaban su mente, se sentía solo y como si fuera poco, lo estaba. 
La noche anterior había sido una de las peores, con las múltiples discusiones, claro estaba que no era perfecto, y por ende, debía reclamar sus derechos como pareja. Ahora esa era la razón de le invadiera la soledad en ese lugar. Era absurdo imaginarse a su novio vagando de un lugar a otro, estaba molesto pero como siempre, se preocupaba, era de esperarse, ¿no?, después de todo EunHyuk significaba su vida entera. 
Una sonrisa melancólica apareció en sus labios al escuchar el cerrojo de la puerta el abrir y cerrarse, sin embargo, no se movió siquiera un centímetro, permaneció ausente. Aun cuando aquellos pasos firmes se acercaran y unos cálidos brazos le rodearon la cintura. 

-Lo siento Hae…- Fue lo que interrumpió el silencio infernal, siempre era así, pelea tras pelea y disculpa más disculpa. 

-No importa. Supongo que… Pasaste frío.- Era meramente imposible ser indiferente, no se lograba cuando se amaba con locura a la otra persona. El más alto asintió unas cuantas veces enfatizando sin palabras su respuesta. DongHae giro un poco para poder abrazarlo de manera que las disculpas quedarán de lado y solo ese amor se presentara en cada entraña de ambos cuerpos. Para Hyuk no fue difícil inclinarse y depositar un suave beso sobre los labios del, apenas, más bajo. Quizá era lo más fácil que ese día haría. DongHae no se negó en lo absoluto, cerro los ojos correspondiendo, no obstante, tenía un sabor extraño, como de aquellas veces en donde después de la felicidad viene lo peor, como si una gran tormenta se avecinara. 


Eran alrededor de las 4:00 pm, tal vez más tarde, pues el sol estaba en todo su esplendor, los rayos se colaban por la ventana, en donde el cuerpo de Hae yacía tendido en la extensión de la cama. Un lastimero rayo en el rostro le hizo removerse incomodo e instintivamente tentó con la palma de su mano el colchón buscando a su compañero. Un beso había llevado a otro, una caricia se había extendido y finalmente el hecho de terminar haciendo el amor fue inevitable. Abrió un poco los ojos tratando de ignorar por completo lo mal que calaba la luz en sus adormilados parpados, echo un vistazo a la alcoba buscando en cada rincón, pero nada. De nueva cuenta, solo. Salió de entre las sabanas color azul claro para tomar del suelo los pantalones, era extraño. Estiro un poco sus tensos músculos y al hacerlo percibió un extraño olor en el ambiente, parecía… ¿perfume?, fue entonces que desvío la mirada hasta el armario, se encontraba abierto y un poco desordenado. No pudo evitar enarcar una ceja al acercarse y descubrir que los cajones más bajos estaban vacíos, exactamente los cajones donde el mayor guardaba sus pertenencias. Ropa interior, algunos calcetines, corbatas. 

-¿Hyuk?...- Preguntó tontamente al aire, no queriendo pensar lo peor, camino por el pasillo, el recibidor, la cocina, el baño. -¿EunHyuk? Monito… ¿Dónde estas? – Arrugo el entrecejo, algo dentro de su pecho palpitaba, era un miedo, un miedo que jamás había sentido, sabía que algo andaba mal, lo sospechaba, pero no quería, no debía aceptarlo. Un sonido le hizo salir de sus pensamientos, era el sonido de un motor. Su cuerpo reacciono por si mismo, y sin importarle lo más mínimo que se encontrara semidesnudo, bajo las escaleras, escaleras que parecían eternas, nunca había sido un problema subir y bajar del cuarto piso. Algo dentro de si, le decía que sería la última vez que sonreiría, que sería feliz… 

Tercer piso, segundo, primero… 

Salió lo más rápido que sus piernas pudieran permitirle, y lo vio, si, estaba ahí, del otro lado de la acera, con dos maletas en ambas manos, y parecía que su rostro reflejaba la aflicción del mismo rostro de DongHae, eso no lo detuvo, ni siquiera le regalo una sonrisa, una cálida mirada, no dijo ni hizo nada para que el pequeño pececito le recordara felizmente, solo subió al taxi mirando hacía el frente. Con una seña que podía notarse índico al conductor que avanzará, el coche, enseguida obedeció. Y entonces todo fue tan rápido que inclusive, el más bajo no pudo salir del shock en el que se encontraba, no supo como fue que de un momento a otro se encontraba corriendo detrás de él, no se percato cuando fue que cayo en el asfalto y sus rodillas sangraban, no pudo asimilar cuando fue que… Había perdido su razón de vivir y así mismo, las ganas de que su corazón continuara latiendo. No lo sabía, porque EunHyuk se había marchado yjunto con él se había ido toda forma de ser quién era. 

"¿Sabes lo que sentí yo? No, no lo sabes, porque mientras tu te olvidabas de mi, otra persona se encargaba de recoger mi destrozado corazón”