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Secret Love por Misa Tsukamoto

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Notas del capitulo:

Ehm...bueno en realidad xD no sabía como llamar a éste capitulo realmente~

Aquí conocerán al que me cambio totalmente la idea simple de mi fic (o sea al creador futuro del drama de éste fic xd) Aunque en realidad ya lo conocieron xD

Oh~ hice one-shot JaeUp (?) es decir Youngjae x Jongup si gustan leerlo:

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=82765  (lo sé, lo sé~ soy muy molesta con mis promociones y mi fanfics sin fin lol)

Espero guste el cap ^^

Y un dato más: martes actualización (siempre c:) ♥

El fin de semana había transcurrido demasiado veloz después de aquello, Youngjae había perdonado a Daehyun pero no le había dado otra oportunidad aun, más bien, estaba alejado de él, cada vez que el mayor se le acercaba se comportaba distante, realmente le dolía el hecho de que no quisiera decir que tenían una relación, pero aun así, intentaba llevarse bien con él, eran como una pareja extraña, estaban bien, pero a la vez sabían que estaban mal, a su vez, Youngjae le había contado que estaban seguros, no le comentó lo que Zelo le había dicho esa noche en el baño, pero le dijo que al parecer Zelo había llegado lo suficientemente mareado como para no darse cuenta de nada, así que podía desmentir tranquilo lo de los gemidos que no habría problemas; Daehyun así lo hizo.

 

Zelo se había vuelto una madeja de hilo enredada, su subconsciente se encargaba de recordarle lo que aquel viernes había pasado mientras dormía, el menor comenzaba a preocuparse de estarse volviendo loco; pero para su mala suerte, cada vez que veía al mayor no podía evitar sonrojarse, sentirse torpe y comportarse como un idiota nervioso; parecía hasta un acosador, no podía quitarle los ojos de encima, y le espiaba en todo momento, se sentía mal, no quería aquello, se negaba a creer que sentía algo, o tenía una especie de atracción por su hyung, no podía aceptarlo; pero raramente su cuerpo se movía solo, gobernaba más que sus pensamientos y terminaba siendo un tonto guiado por instintos.

 

Era lunes, de mañana, casi las seis para ser más exactos, Himchan terminaba de preparar el desayuno, los maknaes, se aprontaban para ir a sus estudios, vistiéndose los uniformes, y aprontando sus mochilas, Daehyun en la cocina, comía lo que iba encontrado a su paso, y Yongguk había salido unos momentos para hablar con el manager él solo, como el líder y representante del grupo.

 

El timbre del apartamento sonó, todos se sorprendieron, pero fue Daehyun quien abrió la puerta, al hacerlo se encontró con un joven, cabello negro, labios finos, ojos oscuros; alto, vestía una remera de color gris y un pantalón negro. Sonrió mostrando sus bellos dientes.

 

-eh… -Daehyun quedó casi estático, no sabía ni quien era, le miraba sorprendido esperando que el misterioso joven se presentara o dijera qué necesitaba. -¿si? –preguntó al ver que el otro no hablaba.

 

Zelo extrañado se acercó a la escalera bajando despacio mientras se colocaba su corbata del uniforme. No se imagino todo lo que sentiría por dentro al ver a aquel intruso, sus ojos se entrecerraron, frunció su ceño enojado, y sus labios hicieron un tierno puchero en forma de molestia; le observaba desconfiado, mientras su estomago comenzaba a  revolverse, aquel hombre en la puerta, era ese mismo que había besado los labios de Himchan aquella noche que lo encontró cuando salieron juntos con Yongguk.

 

-Daehyun ¿quién…. –Himchan caminó por el pasillo más que rápido, como sus pies podían, torció su cuello hasta un costado señalando a la persona frente a Daehyun –tú, tú, tú ¿qué rayos haces aquí? –estaba molesto, sus ojos extrañamente de psicópatas lo confirmaban, Zelo se agachó sentándose en la escalera para observar mejor y que los demás no le notaran.

 

-tranquilo, sólo quiero conversar, nos quedó una charla pendiente. –sonrió divertido y elevó sus manos, Daehyun se sintió algo incomodo, y como si el viento lo arrastrara hizo una reverencia y se marcho lo más pronto posible de allí, regresando a la cocina.

 

-¿hablar? ¡¿hablar?! ¿a está hora? –Himchan sentía el impulso de cerrarle la puerta en la cara, pero aquel joven se lo impidió poniéndose entre la puerta y el marco de ésta.

 

Los ojos oscuros rogaban al parecer, Himchan comenzó a sentir pena, le dolía ver a aquel individuo así, además, aunque fuera tan sólo un año menor que él, para Himchan era como un pequeño niño. Soltó un suspiró y su mano sosteniendo la puerta se aflojó dejándole pasar, cerrando la puerta luego.

 

-dime, habla rápido, los maknaes están por bajar para irse –Himchan se paró firme con sus manos a las caderas, miraba el suelo, pues no podía verle a los ojos.

 

-quiero que regresemos –el intruso le miraba apenado, expresando cada palabra de aquella frase con tristeza mezclada con esperanza.

 

-imposible –Himchan negó sin siquiera verle.

 

Zelo les estaba espiando, apretó el cuello de su corbata, sus ojos asesinaban a aquella persona, y aunque le costara admitir aquello realmente, estaba celoso, absolutamente celoso.

 

- es preferible que las cosas queden como están –dijo el mayor y acto seguido el menor, al parecer ex novio del comandante se acercó hasta él negando, Himchan intentaba detener sus manos que parecían querer abrazarlo, y alejarse de sus labios, los cuales creía que tenían el objetivo de un beso.

 

Zelo se iba a levantar, extrañamente un instinto de golpear a aquel joven que no conocía, le había invadido, quería bajar los demás escalones que le restaban, aparecerse allí y gritarle a ese que se alejara de su Himchan… ¿su Himchan? Sacudió la cabeza molesto y confundido.

 

La puerta se abrió, y de ella entró Yongguk, sus ojos rápidamente eyectados en ira y sorpresa se fijaron en aquella persona que no pertenecía al grupo, Himchan tembló por un momento asustado del destino de ese niño, el otro se separó rápidamente del comandante, y Zelo se volvió a sentar.

 

-¡¿qué hace él acá?! –el maknae de BAP abrió grande sus ojos, Yongguk conocía a esa persona. -¡vete ahora mismo! –se abalanzó sobre el otro, Himchan se interpuso intentando calmar al líder. –te dije que no quiero volver a verte cerca de Himchan.

 

-hyung, tranquilo, él ya se iba –Himchan sacó al intruso fuera casi a empujones, él otro no era tonto, y veía la agresividad con la que Yongguk se manejaba, por ello, salió, pero no se rendiría tan fácil, en el pasado, había perdido a Himchan, y estaba dispuesto a recuperarlo, fuese cual fuese el precio.

 

Yongguk quedó mirando con ira la puerta cerrada por donde aquella persona se había ido, Himchan suspiró cabizbajo, pasó por el costado del líder encaminándose a la cocina para terminar de hacer sus cosas.

 

-¿estás bien? –Yongguk le siguió, Himchan no le miró, sólo asintió de espaldas caminando.

 

La reacción del líder había sido muy rara según Zelo, muy fuera de lo común, su hyung no actuaba así por cualquier cosa, algún motivo debía de haber; la idea de que aquel joven hubiera lastimado a Himchan le removió todo por dentro; se levantó de la escalera y regresó a la habitación, en ese momento Jongup bajaba por su desayuno, y Youngjae estaba en la puerta, al parecer le había observado todo ese tiempo.

 

-Zelo… -Youngjae inclinó su rostro viendo al suelo, el maknae se estremeció al oír su nombre. –te molesta ese chico ¿no es cierto? –casi susurró, y Zelo no puedo evitar desviar la mirada hasta un costado, mirando la blanca pared con algo de rabia en sus ojos.

 

-no sé de que hablas –se hizo el desentendido mientras mordió su labio inferior restando importancia al asunto; pero en realidad, debía admitir que Youngjae tenía razón.

 

-habla con Himchan hyung ¿si? –le aconsejó Youngjae; el cual elevó su rostro y acercándose a Zelo le acomodó la corbata, se sorprendido al ver ese nudo tan apretado; realmente el maknae debía de estar alterado para hacer algo así.

 

Youngjae estaba seguro que entre Himchan y Zelo pasaba algo, pero sus pensamientos estaban muy lejos de la realidad, él creía que realmente aquella noche, el comandante y el maknae habían concretado eso que por el destino y el sueño de Himchan no se había dado; él pensaba que entre ellos dos, había una relación secreta como la de Daehyun y él, por eso, le aconsejaba a Zelo que hablara con el mayor, el dialogo, para Youngjae, era indispensable en una relación.

 

-…gracias –musitó el menor algo sonrojado, Youngjae le miró fijo a los ojos -¡por la corbata! No tengo nada que hablar con Himchan hyung –se atajó aumentando aquel sonrojo mientras desviaba su mirada constantemente; Youngjae rió.

 

Cuando Youngjae y Jongup se fueron a sus estudios, Zelo se quedó, no tenía excusas para ello, pero se encaprichó como niño chico y no hubo ser que le hiciera ir, Yongguk se había alterado otra vez, no quería que el maknae dejara de estudiar, velaba por su futuro, y el estudio era algo muy importante en la vida como para que el menor le dejara pasar; aun así al ver la firmeza de la decisión del maknae en quedarse, decidió resignarse, y dejarlo por ese día.

 

-¿llamaste Junhong? –Himchan entró a la habitación que todos compartían, allí solo se encontraba Zelo, quien al parecer le había llamado.

 

Le observó y sus labios se entreabrieron, un sofoco escapó de su corazón haciendo que necesitara respirar un poco más profundo, sólo un suspiro; le miró de arriba hasta abajo, y volvió a subir para situarse en los labios ajenos. El menor estaba parado frente al ropero, guardando su saco y su corbata, aun traía la camisa puesta, algo desabotonada en el pecho al igual que en las mangas, el pantalón de vestir del uniforme le quedaba excelente, y sus cabellos rosas que parecían un sabroso helado le tentaban demasiado.

 

Zelo asintió y le hizo un gesto al mayor para que cerrara la puerta, Himchan sacudió su cabeza, tratando de desechar todo pensamiento que tuviera que ver con lo bien que veía a Zelo en esos momentos, y luego cerró la puerta; las persianas estaban bajas, por lo que tuvo que encender la luz para que aquel cuarto no quedara a oscuras.

Ninguno dijo nada por unos momentos.

 

-¿en realidad lo olvidaste? –el tono de voz del maknae era serio, sus labios apenas si se abrían para pronunciar aquellas palabras, su mirada penetrante estaba en Himchan.

 

No pudo evitar embriagar sus ojos viendo al mayor también, Himchan estaba simple, una remera de manga corta oscura y un pantalón deportivo del mismo color, como él no saldría de la casa, su vestimenta era muy típica, su cabello, corto, imposible de despeinarse, estaba desarreglado raramente, y sus pies estaban sin medias, descalzos en el frío piso. Zelo quiso sonreír, pero no lo hizo, debía aguantarse, su hyung estaba tan lindo ante sus ojos,… ¿lindo? ¿Estaba viendo lindo a un hombre? Su corazón dio un vuelco al notar aquello, y no pudo evitar que comenzara una leve taquicardia que le hacia creer que su corazón escaparía por su boca.

 

-¿de qué estamos hablando? –Himchan sonrió confundido, la mirada de Zelo rápidamente se estableció en los labios extendidos del mayor.  

 

-del viernes a la noche… -se acercó al mayor, Himchan no retrocedió, estaba hipnotizado ante aquel pequeño de gran altura -¿cómo pudiste olvidarlo? -Sí, le dolía que aquello fuera así, que el comandante le besara, le hiciera sentir todas esas sensaciones juntas y luego se olvidara, como si él no significara nada.

 

-estaba borracho Zelo, no sé ni quien me trajo mucho menos sé lo que paso… -iba a seguir hablando, pero los ojos de Zelo se achicaron juzgándole.

 

-yo te traje, en un taxi, y luego –el maknae hizo una pausa, miró el techo haciéndose el tonto y sonrío pícaramente –luego, nos quedamos dormidos en el sofá… -Himchan sonrió confiado ante aquello.

 

-¿no será que a ti se te está olvidando un detalle? –se acercó más al menor, acortando sus distancias, el maknae bajó su rostro para verle otra vez, seguía sonriendo y un sagaz brillo adornaba sus ojos.

 

-pensé que el desmemoriado eras tu –esta vez su sonrisa se transformó en una irónica, él, tan tonto pensando que el mayor se había olvidado de aquello, y ahora se daba cuenta que no, Himchan tan sólo se había hecho el que no recordaba nada, el idiota que la borrachera le había quitado la memoria.

 

-¿por qué traes éste tema ahora? La idea era que yo me hiciera el desmemoriado, tú lo olvidaras, restándole importancia, y aquí nada había pasado –suspiró -¿por qué Junhong? –le dolía que el menor actuara así, y con razón, tanto que le costo fingir que nada había pasado porque sabía que ese joven era prohibido, y ahora él mismo le traía el tema.

 

Zelo desvió sus ojos, sin siquiera él saber que contestar; y mientras lo pensaba, en la sala, Daehyun se despedía de Yongguk. Salió, con una chaqueta gris, y algo cubriendo su rostro, cuidándose de las fans; fuera de la de zona del edificio era más fácil que no le reconocieran.

 

Se dirigió hasta el instituto donde Youngjae estudiaba. Quería verle, necesitaba hacerlo, sus ojos extrañaban aquellos rubios cabellos, sus labios, extrañaban los carnosos y tentadores ajenos, su nariz, el perfume del menor, y sus manos deseaban terriblemente acariciar aquella suave piel.

 

Esperó en una de las bancas blancas del patio de aquel sitio, sabía que Youngjae tenía un receso de media hora antes de empezar su próxima clase, así que seguramente le vería. Y como si fuera un vidente, el menor se acercaba a él al pasar unos minutos.

 

-¿hyung? –entrecerró sus ojos tratando de ver si aquel chico realmente era Daehyun, el mayor sonrió.

 

-¿podemos hablar Youngjae? –el nombrado infló sus mejillas dudando, se hamacó un poco en el lugar antes de poder responder; suspiró cerrando sus ojos y asintió.

 

Youngjae tomó del brazo a Daehyun y le condujo hasta un sitio más tranquilo, donde nadie pudiera verles o escucharles. Era una parte alejada del patio, escondida tras una pared de la institución; había un árbol que impedía que la gente pudiera ver aquella esquina desolada, y del otro lado rejas.

 

-te extraño –el mayor se acercó al otro, fue a depositar un beso en aquellos labios, pero Youngjae volteó su rostro. Daehyun se separó un poco.

 

Le observó, se veía tan hermoso en aquel uniforme de camisa blanca, saco y corbata de un color verde oscuro y pantalón gris. Suspiró con una sonrisa; sabía perfectamente que el menor estaba aun molesto por no querer blanquear su relación.

 

-ya te dije que no puedes venir acá, nos pueden ver, además, es aquí donde estudio, no quiero problemas –evitaba verle a los ojos, le costaba y le dolía ser duro con su novio…o lo que en realidad fuera; que triste era no saber que clase de relación tenían en verdad.

 

-perdón, lo sé, pero, en el apartamento no podemos casi estar juntos, y realmente necesitaba estar cerca de ti. –estiró su mano y acarició la piel de la mano ajena tomándola de forma suave. Youngjae miró aquel acto y se perdió en la visión de sus manos unidas.

 

-no podemos porque no quieres decir que somos novios –Daehyun chasqueó su lengua y miró hacia un costado, parecía cansado de aquel tema –cuando cantamos Secret Love jamás me imagine que pudiera vivir una situación así. –dijo.

 

Realmente sí se la había imaginado, deseaba compartir ese secreto con Daehyun, escondiéndolo de la sociedad y sus fans, no era por egoísmo, era porque siendo idols tenían responsabilidades y habían precios que debían pagar, como el no poder decir abiertamente que estaban saliendo con alguien; pero lo que Youngjae no quería era esconderse de sus compañeros, si dijeran formalmente ser novios, no tendrían problemas en el apartamento, podrían estar juntos mucho tiempo; en cambio ahora, casi ni podían disfrutar su amor.

 

-Youngjae, yo te quiero –se acercó al menor, quien le miró a los ojos intensamente –te amo… -susurró y esta vez si pudo besar los labios del otro. Un beso suave, tierno, y rápido. –por favor, dame tiempo.

 

Daehyun no podía sacar a la luz aquella relación; lo amaba como bien había dicho, pero era algo que realmente le costaba, por el simple hecho de que él, estaba igual que Zelo; hasta hace un tiempo, antes de entrar en la empresa, a él le gustaban las mujeres, de hecho en Busan tenía una novia a la cual había querido mucho pero terminó con ella poco antes de ir a Seúl; y ahora todo había cambiado repentinamente, Youngjae había aparecido en su vida moviéndole completamente el piso, haciendo que todo aquello que él había construido a lo largo de su vida, se derrumbara, los valores familiares jugaban un gran papel en su vida.

 

Había aceptado esos sentimientos, pero aun no estaba listo para declarar aquel amor ante las demás personas.

 

Youngjae se abrazó a él y Daehyun correspondió.

 

-lo haré, te daré tiempo –susurró en el oído ajeno –pero…tendrás que darme tiempo a mi también; mientras tu te lo piensas, no estaremos bien del todo, tan sólo seremos Yoo Youngjae y Jung Daehyun. –se separó del mayor. –tengo que irme.

 

Daehyun intentó besarle, pero aquel rubio movió su cabeza simbolizando un “no”, negándose completamente a ello.

Luego, se fue, Daehyun quedó recostado a la pared; con la palma de sus manos apoyadas allí, y su cabeza, completamente inclinada mirando el suelo.

 

Le dolía aquella situación, pero sabía que no había otro culpable más que él mismo.

 

 Así se sentía Zelo también, ahora se culpaba de haber traído aquel tema a flote en una conversación; se preguntaba ¿para qué le había hecho ir a Himchan? ¿para qué le había pedido hablar? Si la verdad era que ni él sabía que iba a decir…aunque quizás, tan sólo la razón por la que le había llamado es que deseaba experimentar todas aquellas sensaciones que nunca nadie antes había despertado en él.

 

-yo no lo sé… creo que es un tema que hay que aclararlo… -Zelo bajó su rostro avergonzado. Himchan le miró con algo de ternura.

 

-yo creo que sé porque lo haces –encaminó una mano a la cintura del menor sonriendo confiado, el maknae siguió dicha mano con sus ojos algo inseguro, la observó un rato sintiendo como ésta se aferraba a su cuerpo, luego desvió sus ojos curiosos al rostro del mayor. –en realidad lo haces porque…quieres repetirlo. –sonrió altanero, Zelo hizo un gesto de desagrado ante la afirmación aquella. –Junhong, estoy seguro un instante conmigo te gusto más que cualquier cita con esas niñas que Yongguk te programa.

 

Zelo comenzó a reír apoyando sus puños en el pecho ajeno separándole un poco, el comandante rió también, al parecer tenía el ego muy grande, pero había dado justo en el clavo, el menor ya ni recordaba las chicas que Yongguk le había presentado, tan sólo por pensar en Himchan.

 

El comandante al contrario de lo que las manos de Zelo pidieron, lo acercó más a su cuerpo rodeándole con ambos brazos, y hundiendo el rostro en el cuello del menor aprovechando su altura, comenzó a besar tímidamente su piel. Los besos eran suaves y tiernos, erizaban la piel del maknae, Zelo cerraba sus ojos y sus brazos intuitivamente ascendían a los hombros de Himchan, terminando por rodear su cuello; luego de aquel acto, el comandante supo que tenía permiso para besar aquellos labios que tanto le estaban tentando.

 

-no podría olvidarte nunca, ni con todo el alcohol del mundo… -formaba su propio recorrido por el mentón, con sus labios, hasta poder llegar a los ajenos –tu piel es realmente exquisita –susurró; Zelo sonrió y lo siguiente que sintió fueron los labios de Himchan sobre los suyos.

 

Nuevamente ese contacto era delicioso y más al no haber alcohol de por medio; despacio, habían logrado marcar un ritmo seductor; el perfume de Himchan se colaba por la nariz del menor, aquella fragancia que tanto había deseado sentir nuevamente, todo era tan atractivo para Zelo, no le importaba ya que aquella persona fuera un hombre, porque realmente, en ese beso, confirmó que lo que había sentido antes no era productor del alcohol.

 

Iban profundizando más ese contacto con sus bocas, sus cuerpos abrazados fuertemente, pegados, casi como si fueran uno solo. El maknae abrió sus ojos delirantes, separó sus brazos del cuello ajeno y cortando el beso de manera brusca, empujó a Himchan haciéndolo caer sobre la cama.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado >< nos vemos en una semana ♥ ^^


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