Se maldecía internamente. Nunca encontraría a la persona correcta en su vida. No tenía suerte en el amor, y siempre lo hacían sufrir. Era el único que salía herido en la corta relación.
Se encontraba en el baño, sentado sobre la tapa del inodoro con la puerta trabada liberando su dolor. Las lágrimas no dejaban de caer de sus ojos azules y deslizarse de sus mejillas.
Luego recordó lo que le dijo su ex novio en el inicio de clases.
—Lo siento, Naruto. Pero no me siento atraído por ti.
Neji lo dijo sin mostrar sentimientos de por medio y se sentó en su banco, dejando al rubio destrozado y sin habla.
Pensó que sería feliz con él, parecía un buen sujeto, pero erró en su pensamiento. La vida la traía una desgracia tras otra. Sonrió con amargura, tal vez estaba destinado a ser infeliz el resto de su vida. Le costó horrores admitir su homosexualidad abiertamente. Y cuando se presentó el novio que creía que sería su verdadero amor, la vida le pegó duramente.
Su primer novio fue un chico llamado Sai.
Alguien que casi no mostraba gestos en su rostro, pero era atento y amable con todos. Fue una tarde detrás del colegio, que se dignó a confesar sus sentimientos. Ese día estaba sumamente nervioso y mostraba sus mejillas muy sonrojadas.
El de cabellos negros, correspondió sus sentimientos y comenzaron a salir. Claro que sus padres no tenían idea de su noviazgo. Los días pasaban y la mente de su novio solo giraba a una dirrección.
Estaba de visita en casa de Sai. Su familia no estaba y eran las seis de la tarde, sentados en un sofá con el televisor prendido.
—Naruto... ¿Me amas?-preguntó de la nada.
—Por supuesto que si-sonrió.
—¿Harías el amor conmigo?
—Yo...-sus mejillas estaban rojas-No estoy listo...
—Vamos-le animó. Se le fue encima-Lo haré con cuidado.
—Es que...
—Sssh-tapó sus labios con uno de sus dedos-No te asustes, te gustará.
Por cumplir los deseos de su amor, Naruto se entregó en cuerpo y alma a Sai. Fue doloroso, pero luego experimentó un hermoso placer. Fue el día más hermoso de su vida o eso creía. Al mes, visitó un día sabado su casa por motivo de sus cumpleaños. Llevaba un regalo y estaba muy emocionado por dárcelo. Se paró en la puerta, tocó un par de veces, pero no obtuvo contestación. Se animó a abrir y la puerta estaba sin llave, entró, parecía estar todo en silencio, pero no era cierto.
—¡Aaahhh!
¿un gemido?
—¡Sai como me la metes, jodeeeeerr!
Esto debía ser una estúpida broma. Sai no podía hacerle esto. Subió al cuarto de su novio con el cuerpo temblando y los ojos húmedos, la puerta estaba entreabierta y los vio. A Sai y su amante de cabello pelirrojo, estaba embistiendo a un chico que no era él. Se tapó la boca conteniendo el llanto y bajó sin hacer ruido, cuando llegó a la salida, salió corriendo y huyó a su hogar, su único refugio.
Cuando la semana dio inicio, observó en la entrada a Sai y a su amante, pasó de largo, pero una voz lo detuvo.
—¿Nos vas a saludarme, Naru?-preguntó sonriente el pelinegro.
Se dio la vuelta y le mostró una falsa sonrisa.
—Buenos días, Sai-se disponía a continuar.
—¿y el beso?-lo tomó de la muñeca.
Naruto contuvo el nudo en su garganta.
—¡¡QUE TE LO DE ÉL!!-señaló al pelirrojo, con odio en su mirada-¡Vete a la mierda!-y se alejó a paso veloz al interior del colegio.
Sai y Gaara quedaron sin habla. Más tarde, Naruto se enteró que eran novios, los habia visto hacer el amor en el baño. Una mala impresión que le costó un mar de lágrimas.
Dos meses después conoció un chico llamado Kiba. Alguien muy hablador, era chistoso, amaba los perros y cuidaba mucho del suyo. Pensó que con él todo cambiaría, que podría al fin poder estar junto a un ser que lo ame.
Cuando se le confesó, Kiba tomó unos días para pensarlo claramente. Luego de una semana tuvo su respuesta y comenzaron a salir. Pirmero fueron tiernos roses, luego besos más largos seguido de la pasíon junto a sus lenguas. Finalmente, trás dos meses, Naruto se entregó a Kiba sintiendo que era él la persona correcta.
Hicieron el amor muchas veces en casa del castaño cuando no habia nadie. Al fin, Naruto se sentía amado, pero la felicidad duró poco.
Comenzó a apartarse de él y apenas hablaban. Días despues, Kiba lo citó en el recreo en un lugar lejos del resto de estudiantes.
—Me acosté con Hinata.
Era claro, era honesto. Al comienzo no supo como tomarlo. Kiba intentó explicárselo con tranquilidad. Admitió estar enamorado de la joven, pero nunca pensó que ella le correspondería. Se le había declarado hace unos días en su propia casa, la conversación se extendió y pasaron al sexo como si nada.
Estaba seguro de lo que quería. Amaba a Hinata.
Naruto se descontroló y le dio una golpiza en la mejilla isultándolo de la peor forma posible. Se sintío nuevamente usado y sucio por segunda vez. Salió de allí dejando a Kiba con la mejilla adolorida y se encerró en el baño por bastante tiempo perdiendo las horas restantes de clase.
Alegó de sertirse descompuesto y regresó a su casa con un peso enorme en su corazón. Si es que le quedaba algo de él.
Sinceramente estaba perdiendo todas las esperanzas de amar y ser amado. Veía día a día a Sai y Gaara, a Kiba y a Hinata, Dios, cuanto dolor albergaba su débil alma.
Habían pasado tan solo cuatro semanas, algo decaido, pero se mostraba firme. Ese día, se unió un nuevo compañero al grupo.
—Preséntate.-habló el profesor.
—Sasori, solo eso diré.
Cuando lo vio quedó fascinado por su belleza. El pelirrojo se sintió observado y miró en el fondo aquellos ojos azules y sonrió. Ese día se sentó junto a él y a partir de ahi se volvieron grandes amigos.
Le agradaba y mucho. Veían un película de acción, sentía la mirada penetrante de su amigo y se ponía nervioso al instante.
—Naruto...
—¿sí?
—Me gustas.
Sus mejilas se sonrojaron y quedó sorprendido por unos segundos. No esperaba eso de Sasori. Pero se sentía feliz.
—Yo...
—No tienes que decir nada ahora-se precipitó a callarlo-Toma tu tiempo.
—Gracias-sonrió agradecido.
Pasó una semana, dos, y luego una tercera, finalmente había tomado una desición. En el recreo caminaron atrás del instituto.
—También me gustas.
Sasori lo abrazó a su cuerpo y ato seguido besó sus labios siendo correspondido de inmediato por el rubio. Alegre y con una nueva luz en su vida. Llevaban dos hermosos meses de novios a espaldas de sus padres. Por lo que para evitar problemas, se juntaban en casa del pelirrojo que vivía en un departamento con su hermano mayor.
—Te amo-besó los labios del rubio, miestras acariciaba sus mejillas.
—Yo a ti-susurró.
Ese día hizo el amor con Sasori porque supuso que era correcto demostrarle cuanto le amaba. Tuvieron muchos días llenos de pasión y de amor. Sin embargo, algo ocurrió tiempo más tarde.
Sasori había sido invitado a una fiesta de unos amigos. El rubio no quería ir porque no conocía a nadie y se sentiria muy incómodo. Sasori lo comprendió y se fue sin él esa noche. Al otro día, fue a su casa para pasar a buscarlo e ir juntos al instituto como venía haciéndolo los días anteriores. Tenía una copia de la llave, ya que se pasaba la mayoría del tiempo allí.
Al ingresar al living notó prendas tiradas en el piso de mujer. Tragó con fuerza por lo que estaba a punto de ocurrir. Se acercó al cuarto de Sasori y cuando abrió la puerta, lo vio desnudo con una mujer a cada lado de la cama, abrazándolo y con las sábanas enredadas en sus piernas.
Se retiró en silencio de allí tal como vino. No fue al colegio, regresó a su hogar, cuando sus padres regresaban del trabajo, pidió cambiarse de instituto sin dar explicación más que lágrimas.
Sus padres preocupados accedieron y comenzó en una escuela alejada de la otra. No respondió las llamadas ni los mensajes de Sasori, no volvió a saber nada de él.
Konoha, su nueva escuela, estando en el último año y con 17 años, tenía el corazón hecho pedazos, un golpe más y no lo soportaría. Hizo amigos, tuvo días geniales con ellos, se alejó del campo amoroso por un tiempo. A fines de mes de junio, se presentó su siguiente oportunidad.
Neji. Resultaba ser primo de Hinata, si bien le habia hecho recodar tan terrible hecho no debía meter a todos en la misma bolsa ¿Verdad? Era muy callado, pero parecía muy buena persona.
Simplemente un día, Neji se paró frente a él en el recreo y le robó un beso. Comenzaron a salir unas cuantas semanas, sin embargo el ambiente se estaba volviendo algo pesado o eso creía el blondo.
Neji pareció sentir lo mismo, su relación se estaba poniendo aburrida y entonces...
—Lo siento, Naruto. Pero no me siento atraído por ti. Ya no más...
Esta era la relidad. No estaba destinado a ser amado. Otro golpe. ¿Cuánto llevaba encerrado allí? Que importaba... ya no importaba nada. Tomó de su bolsillo una trincheta de un gran filo la posó en una de sus muñecas.
No podía soportar más.
—Váyanse a la mierda... hijos de puta-susurró con lágrimas surcando su rostro.
Cortó su muñeca, luego la otra y sonrió acostando su espalda contra la pared.
oOo
El muchacho entró al baño antes que terminara el recreo. Se disponía a entrar en unas de las cabinas cuando notó algo rojo manchar el piso, un corriente fina de sangre salir por debajo de una de las puertas.
—¿Estás bien?-preguntó del otro lado.
No recibió respuesta.
—¡Mierda!-comenzó a patear la puerta haciendo uso de toda su fuerza en sus piernas.-¡Abre, carajo! ¡MIERDA!-se desesperó, siguió pateando, la puerta estaba cediendo. Se abrió bruscamente dejándolo casi caer hacia adelante, se agarró de las paredes metálicas, y lo vio.
Un estudiante de su misma edad, rubio inconsciente con las muñecas sangrando.
—¡DIOS! ¡¿Que te has hecho?!-lo tomó entre sus brazos, salió corriendo del baño-¡¡¡¡AYUDA, POR FAVOR!!!! ¡¡UNA AMBULANCIA!-gritó histérico en medio del pasillo.
Todos miraban con horror la escena, su compañera se acercó.
—¡¡Sasuke!! ¡Oh, Dios mío!-vio la sangre en las muñecas del chico y llevó una mano a su boca.
—¡Sakura, llama a la directora, estamos todavía a tiempo de poder... hacer algo!
—¡¡VOY!!
La chica peli-rosa corrió a la dirrección gritando el nombre de la directora y llamando la atención de todos.
El azabache se dejó caer contra la pared con el rubio encima suyo recargado en su pecho, sintiendo temor.
—No te mueras... Dobe...-liberó su llanto abrazándolo delicadamente a su cuerpo.
(Continuará)