Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Junjou Teenagers. por Son Yamuri

[Reviews - 61]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hai! No, no estaba muerta. Solo... desaparecida ñ///ñ

 

Lamento mucho la tardanza y agradezco muchísimo sus reviews y que hayan estado al pendiente de mi fic. ¡Los amo!

Claro, mucho tuvo que ver que me rompiera la mano mientras entrenaba y creo que el reescribir todo el capítulo tampoco ayuda -sonrisa nerviosa-.

 

Seh seh, excusas. No les entretengo más, ¡disfruten! Espero que les guste.

 

 

Capítulo dedicado a Kim Usagi y Brenda-san. Lo lamento chicas pero aquí está lo prometido.

Después de muchas explicaciones de parte de Nowaki a sus hijos y varios ataques de pánico por parte de Hiroto, al fin Nowaki consiguió calmar a sus hijos y explicarles todo: desde los celos que le tenía a Usami-san cuando comenzó a estar con Hiro hasta la vez que lo golpeó el día en que nacieron. Poco después de eso llamó Hiro diciendo que llevaría un invitado a cenar algo muy extraño para los chicos pero nada para Nowaki quien ya sabía quién llegaría.

Todo el día Hiroto estuvo pensando en esa fotografía que vio. Donde estaban sus padres y los otros hombres en un departamento, como si hicieran galletas o algo por el estilo... No podía dejar de pensar en esa fotografía. ¿Por qué sus padres la habían atesorado tanto?

Y ahora, ahí estaban, Minato había regresado de con sus abuelos y ayudaba a sus hermanos a servir la comida, y los 3 adultos estaban ya sentados en la mesa.

 

- Oye Hiroto -dijo Tetsuya en un susurro-, ese hombre, ¿no es el de las fotografías?

- Sí, estoy seguro -dijo Hiroto- no cualquier persona al llegar se te hubiera echado al cuello llorando y diciendo "oh mira los bebés ya están crecidos".

- Chicos, ¿ya vienen a cenar? -dijo Nowaki desde la mesa.

- ¡Ya vamos! -dijo Hiroto llevando las últimas cosas a la mesa.

 

Ya una vez todos en la mesa, las pláticas de ponerse al día con sus vidas y familias no se hicieron esperar.

 

- Y ¿cuándo dices que llega Shinobu? -dijo Hiro ya comiendo.

- Mañana al amanecer si no hay ningún retraso -dijo Miyagi.

- Ya veo, será muy emocionante el estar todos juntos de nuevo -dijo Nowaki con una sonrisa- ¿Y qué puede contarnos de sus hijos, Miyagi-san?

 

Un aura entre negra y gris rodeó al mayor ante la mención de sus hijos.

 

- ¿Qué pasa? -dijo Nowaki mientras tomaba algo de zumo.

- Pues verás... es muy extraño...

- ¿Qué hay? -dijo Hiro.

- Pues... simple: mira a tus tres hijos. Ellos tienen diferentes tonos de voz, diferentes personalidades y diferentes gustos, ¿verdad? Pues... Reiji, Ryutaro y Shungiku son... idénticos.

- Bueno, es normal ¿no? Después de todos son trillizos...

- No, no entiendes Nowaki... son IDÉNTICOS.

- ¿Qué quiere decir Miyagi-san?

- Pues mira... ellos... son idénticos en todo: en como caminan, en como hablan... ellos están sincronizados en sus movimientos, si uno voltea a la derecha los otros dos lo hacen a la vez, caminan al mismo ritmo, mueven las manos a la vez... parpadean al mismo tiempo, hablan al mismo tiempo, te miran de forma idéntica... si no fuera por qué Shungiku es mujer y por el lunar bajo el ojo izquierdo de Ryutaro, estarías viendo una clase de clones o reflejos...

- Vamos Miyagi-san, no es para tanto...

 

Miyagi sacó su cartera y les mostró una foto que dejó a Hiro y a Nowaki con una gota y a los chicos un poco sorprendidos.

Estaba un hombre rubio de ojos grises, y delante de él 2 chicos idénticos y una chica que la hubiera confundido con otro chico de no ser por su cabello largo y sus labios. Los 4 personajes de la fotografía tenían la misma expresión: mirada penetrante y seria, no sonreían y sus caras parecían decir "toma rápido la maldita foto".

 

- Hubieran visto cuando eran niños -suspiró Miyagi-, seguían mucho a Shinobu, verlos juntos era como... como ver a unos patitos siguiendo a la pata... y de la misma forma, haciendo una fila india

- Vaya... ¿son muy problemáticos? -dijo Hiro.

- Ojalá lo fueran -suspiró Miyagi-, si te pido que me cuentes alguna travesura de tus hijos, de seguro tendrás más de diez o veinte para contar... pero en cambio mis hijos... son tan serios, tranquilos, inexpresivos... sinceramente la última vez que los vi llorar fue cuando tenían 6 años. Nunca causaron problemas, la última vez que Shinobu los castigó fue cuando sacaron el primer lugar con 9.8 y lo peor de todo fue que cumplieron el castigo sin quejarse o intentar negociar...

 

Hiro y Nowaki escuchaban atentos, en cambio Hiroto y Tetsuya murmuraban.

 

- ¿En serio crees que existan chicos así? -murmuró Tetsuya a su hermano.

- Pues parece un poco deprimido, tal vez sea cierto...

- Oh vamos Miyagi-san, no creo que sea para tanto -dijo Nowaki.

- Bueno... mañana cuando vayamos con Akihiko los verás.

- Disculpe -dijo Hiroto tímidamente- ¿con Akihiko?

- Usami Akihiko -dijo Miyagi terminando su comida.

- ¡¿Heeeee?! ¡¿Que iremos con Usami Akihiko?! ¡¿a dónde?!

- A su mansión.

- ¡¿Por qué no me lo habían dicho?!

- ¿No lo hiciste?! -dijo Hiroki mirando a Nowaki.

- Como empecé a hacer los preparativos de la cena lo olvidé...

- ¿Por qué tanto escándalo? -dijo Miyagi a Tetsuya ya que Hiroto parecía demasiado escandalizado como para responder.

- Es que Hiroto es un gran fan de Usami Akihiko. Me gustan sus libros pero Hiroto en verdad los ama...

- Ya veo... jaja y pensar que fue Akihiko quien cambió sus pañales...

- ¡¿Qué?! -dijo Hiroto que había alcanzado a escuchar eso.

- De hecho Akihiko es padrino de ustedes -dijo Hiro tomando su té.

- ¡¿En serio?! Oh por... ¿qué tanta confianza no tendrán que lo llaman por su primer nombre...?

 

Los tres adultos rieron ante eso.

 


*****

 


Akira estaba en su habitación acompañada de Sirius, su hermoso gran danés negro, sentado a su lado. Ella estaba en su escritorio el cual estaba al lado de la ventana que la separaba de su cama. Escribía. Le gustaba mucho escribir, lo adoraba, de hecho tenía escritas varias novelas que no se atrevía a publicar debido a que sentía que si lo hacía, la publicarían y tendría fama por el simple hecho de que en su nombre venía el apellido "Usami". Y si usaba su otro apellido, "Sumi", sucedería lo mismo ya que su abuelo que tanto adoraba era escritor. A todo esto, no conocía a su abuela...

Escuchó que tocaron su puerta y Sirius gruñó.

 

- Adelante -dijo ella sin dejar de escribir.

 

Escuchó unos suaves pasos y luego escuchó su cama crujir.

Era su papá.

 

- Akira -dijo Keiichi- hay algo que debo decirte... perdón si no te lo dije antes...

- ¿Qué es? -dijo dejando de lado sus escritos y mirando a su papá.

- Bueno... -Keiichi dudó unos momentos en hablar pero ya había comenzado y no había marcha atrás- A ti te gusta mucho leer a Usami Akihiko ¿verdad?

- Sí..

- Bien, verás...no sé cómo reaccionarías si te digo que su apellido está muy conectado con el nuestro.

- ¿Quieres decir... que Usami Akihiko es familiar nuestro?

- En realidad es tu tío.

- ¿En serio? -dijo bastante sorprendida, pero a la vez...

- Sí. Tu medio tío mejor dicho.

-¿Y por qué no me lo habían dicho antes?

- Pues Akihiko-san se fue a Inglaterra poco después de que nacieras y tu padre y él no se llevaban muy bien...

- ¿Eso quiere decir que no podré acercarme a él?

- No, no es eso, al contrario antes de que se fuera tu padre y él hicieron las pases...

- ¿Entonces?

- Pues... la verdad yo sabía que te emocionarías un poco...
- Estoy muy emocionada -sonrió ella- no puedo creer que un novelista tan grandioso sea mi tío...

- Bueno -sonrió Keiichi-, sabía que te emocionarías al saberlo, pero como él estaba en Inglaterra y sinceramente no sabíamos si regresaría algún día...

- Ya veo... ¿y por qué decides contármelo hasta ahora? Y ¿mi padre está de acuerdo?

- Sí, lo hablamos ayer. Y la razón por la cual te lo digo ahora es por qué mañana iremos a su mansión.

- ... Mañana ¿iremos a la mansión de... mi tío?

- Sí, nos invitó a comer junto con otras personas.

 

Akira se tensó. Eso era exactamente lo que temía, "otras personas". Keiichi lo notó y de inmediato agregó - No te preocupes querida, son amigos de tu tío.

 

- ¿No pueden... ir otro día?

- No, son demasiado especiales para él como para dejarlos también aparte. Además... son buenas personas. Si no hubiera sido por ellos, tú hubieras nacido en la calle.

 

Ella miró a su papá extrañada.

 

- Verás, cuando empezaste a nacer yo no tenía forma rápida de llegar, así que tomé un taxi pero resulta que se quedó atorado en el tráfico. Yo bajé y pensé en caminar 25 minutos para llegar al hospital pero caí debido a las contracciones. Ya pensaba que nacerías ahí cuando ellos llegaron en una camioneta, me vieron, me recogieron y me llevaron al hospital, donde tú naciste.

- Ya veo...

- ¿Qué es lo que te preocupa?

- Papá, tú sabes lo que la gente de mi escuela piensa sobre el hecho de tener dos papás... ¿que pasaría si...?

 


Enmudeció al ver que su papá reía.

 

- ¿Qué pasa? ¿Dije algo gracioso? -lo miró extrañada.

- Cariño, ya verás cuando lleguemos, ¿sí?

- Pero papá...

- Busca algo bonito que ponerte cariño ¿sí? -sin decir nada más salió del cuarto, dejando a la chica extrañada y confundida.,

 

*****

 


Eran las 7:00 a.m. en la casa Kusama. Los padres están tranquilamente dormidos en su cama pues es el día libre de ambos y aprovechan para despertar un poco más tarde.

En los otros dormitorios, Minato dormía abrazando a su pequeño oso de peluche y probablemente soñando. Pero no se podía decir lo mismo en el otro dormitorio, el de los hermanos mayores. El pobre Tetsuya de removía de un lado al otro y se ponía la almohada en la cara para intentar bajar el sonido que hacía Hiroto cambiando trajes, lanzándolos a un lado y murmurando.

 

- Hiroto... por favor... basta...

- Que a ti no te interese el estar presentable ante Usami Akihiko no es mi problema, pero yo quiero causarle una buena impresión.

- Por favor parece que verás al emperador o algo así...

- ¡Calla! ¡Tengo que estar perfecto!

 

En el cuarto de los padres, Hiro ya se removía incómodo.

 

- Nowaki... Hiroto de nuevo...

- Hiro-san... -adormilado- es tu turno...

- Yo fui la última vez...

- No es cierto, ese fui yo...

- Yo fui cuando Minato se orinó...

 

Sabiendo que Hiro había ganado por eso, se levantó dando tumbos y pegando un hombro a la pared se fue así hasta llegar a la habitación de sus hijos.

 

- Chicos... ¿qué pasa ahora...?

 


Tetsuya se enderezó. Traía grandes ojeras y parecía muy cansado.

 

- ¡Es Hiroto papá! ¡Ha estado cambiando y lanzando trajes desde las cinco!

 

Resignado, Nowaki se acercó a su hijo quien en esos momentos examinaba un traje color negro.

 

- Hiroto... ¿ahora qué pasa?

- Solo quiero estar presentable para Usami-san papá -gruñó de forma exasperada como si dijera "¡es que miren con quién voy a ir!". Nowaki sonrió, sabía que ese sería un día importante para él.

- "Y no solo para él" -pensó sonriente-. Mira hijo... a Usami-san no le gustan estas cosas...

- ¿Las corbatas? ¿Entonces crees que debería usar un moño...?

- No, no me refiero a eso. A Usami-san no le gusta que las personas que le interesa conoce hagan tanto alboroto solo por qué irán a verlo.

- Pero papá, estamos hablando del mundialmente famoso Usami Akihiko...

- Lo sé, sé de quién hablamos y sé lo que significa para ti, pero entiende que a él no le gusta. A él le interesa mucho conocerte por qué eres su ahijado. Imagina la decepción que llevará al ver que su ahijado se comporta de la forma que él tanto odia...

 

Hiroto bajó la mirada. Nowaki le sonrió dulcemente.

 

- Vuelve a dormir ¿sí? Necesitarás estar bien descansado si no quieres dormirte en su mansión.

- Está bien... -dijo en un murmuro mientras caminaba a su cama.

 

A punto de salir, Nowaki volteó justo en el momento en que Tetsuya le decía un mudo "gracias". Le sonrió y le guiñó el ojo para luego regresar a la cama con su amado demonio.


*****

 

Akira abrió sus ojos, sintiendo que sus párpados estaban muy pesados. Intentó moverse y se dio cuenta de que Sirius estaba a los pies de su cama. Como pudo salió y caminó hacia el baño para darse una ducha. Cuando salió y comenzaba a cepillar su cabello escuchó que tocaron su puerta.

 

- Akira ¿estás visible? -era Haruhiko.

- Sí padre, entra.

 

Haruhiko entró y vio a su hija sentada en el tocador cepillándose. Parecía ayer cuando Keiichi la tenía casi que obligar a sentarse para cepillar su cabello.

 

- ¿Ya te dijo Keiichi lo de hoy?

- Sí, que iremos a ver a mi tío Akihiko.

 

Asintió.

 

- ¿Y tú estás de acuerdo con eso, padre?

- ¿Por qué no habría de estarlo?

- Pues... nunca me habías hablado de él... debió de ser por algo ¿no?

- Así es, pero realmente no importa mucho. Tengo algo para ti.

 

Ella sonrió y se volteó para encararlo completamente.

Adoraba ver esa linda sonrisa en el rostro de su hija. El mayordomo entró con dos enormes fundas. Era obvio lo que era.

 

- ¿Vestidos? -sonrió alegre.

- Me gustaría que usaras uno hoy.

- Claro que sí padre. ¿Cuál te gustaría más?

- Eso lo dejo a tu elección. Cualquiera de los dos estará bien.

- Muchas gracias por los vestidos padre -rio- aunque me parece un poco extraño de tu parte...

- Sí, Akihiko tiene una hija...

- Oh, es cierto, tengo dos primos ¿verdad?

- Tres.

- ¿Eh?

- Termina de arreglarte, nos iremos en una hora.

 

Haruhiko salió dejando a su hija extrañada y un poco confundida. Sirius hizo un pequeño ruido y ella volteó a verlo.

 

- A veces yo tampoco lo entiendo -siguió cepillando su cabello.

 


*****

 

- ¡¡PAPÁ MIRA A HIROTO!!

- ¡¡ESA ES MI CORBATA LA TUYA ERA AZUL!!

- ¡¡IDIOTA LAS DOS SON AZULES!!

- ¡¡PAPÁAAAA HIROTO PISÓ A TEDDY-CHAN!!

- ¡¡YO NO FUI!!

- ¡¡CÁLLENSE LOS TRES AHORA MISMO!!

- ¡¡PERO ESA ES MI CORBATA!!

- ¡¡ES LA MIA!!

- ¡¡BUAAAAAA TEDDYYYYYYY!!

 

Nowaki estaba en la cocina masajeando sus sienes (¡¡QUE SE CALLEN LES DIGO Y DEJEN DE PELEAR!!). Estaba acostumbrado a tanto ruido matutino (¡¡PERO PAPA DILE A HIROTO QUE LA CORBATA DEL CABALLERO ERA LA MIA!!) pero este día parecía especial. Bueno, era especial pero (¡¡LA TUYA ERA LA DEL DRAGÓN!!) esta vez había muchas más peleas. Estaban acostumbrados a que si peleaban, con que solo Hiroki abriera la boca bastaba para que los tres se quedaran callados y dejaran de pelear (¡¡BUAAAAAA TEDDDDYYYYYYYY!!) pero esta vez incluso Hiro estaba peleando. Esto ya le estaba molestando en serio, la cabeza comenzaba a dolerle...

 

- ¡¿Podrían por favor los cuatro guardar silencio?! -dijo Nowaki exasperado.

 

El silencio invadió el hogar, los otros cuatro se habían quedado congelados mirando a Nowaki bastante sorprendidos. Y es que cuando Nowaki EN VERDAD se enojaba hasta el mismo Hiroki se congelaba del miedo.

 

- El desayuno está listo -sonrió.

 

Los cuatro casi corriendo se fueron a la mesa a esperar que Nowaki sirviera. Mientras comían Hiroto preguntó lo que le había estado molestando toda la mañana.

 

- ¿Cómo he de llamar a Usami-san?

- Supongo que te dirá que le llames "tío" o algo así -dijo Nowaki.

- Seguramente -agregó Hiro-. Conociéndolo es probable.

- Entonces los dos hijos de Usami-san serían como una clase de primos para nosotros ¿verdad? -dijo Tetsuya.

- Sí -Hiro terminó su comida y se levantó a lavar su plato- y por favor cuando estemos allá quiero que se comporten.

- Sí pa' -dijeron los 3 chicos a la vez.

 

En eso sonó el teléfono y Nowaki fue a contestar. Poco después regresó con una expresión confundida.

 

- Hiro-san era Usami-san. ¿Tú le pediste una limosina para ir?

- Claro que no él ofrecía mandar una pero me negué... ¿por qué?

- ...

- ¿Nowaki?

- Eh, verás... Usami-san llamó y solo dijo "dile a Hiroki que su limosina llegará en media hora" y colgó.

- ¡¿QQUUUUUEEEEEEE?! ¡¡ESE BASTARDO!! ¡ME LAS VA A PAGAR!

- ¡Hiro-san espera! ¡ya no podemos hacer nada, si Usami-san tiene razón llegarán por nosotros en media hora!

- Eso es cierto ¡¡¿ustedes que rayos esperan para ir a arreglarse eh?!! ¡¡LARGUENSE AHORA MISMO A BAÑAR!!

 

Los 3 hermanos corrieron de la ira de su papá antes de que comenzara con la artillería pesada.

 

 

*****

 

 

Akira bajó las escaleras con su enorme perro a un lado. Keiichi estaba abajo arreglando sus cosas cuando logró ver a su hija bajar.

 

- Haruhiko, ven -susurró a su marido que estaba a unos metros de él.

 

Cuando ambos estuvieron juntos lograron ver a su hermosa hija bajar las escaleras. Traía puesto uno de los vestidos que Haruhiko le regaló, uno rosa hasta las rodillas, de cuello cuadrado y mangas cortas. Tenía detalles de encaje y hacía juego con sus zapatos de charol rosa y el moño en su cabeza. Traía su cabello suelto y les sonreía.

 

- ¿Me veo bien? -preguntó al llegar abajo.

- Te ves hermosa -sonrió Keiichi sujetando suavemente su hombro. La sonrisa y mirada de Haruhiko respondían la pregunta.

- ¿En serio? Creo que me veo un poco ñoña...

- Claro que no. Solo hace falta algo... -de una de las cajoneras sacó un pequeño brillo labial rosa que tenía pensado regalarle otro día, pero este día era perfecto. Se acercó a su hija y él mismo se lo puso y cuando terminó se lo entregó -. Listo. Ahora estás perfecta.

 

Ella les sonrió alegre y se sonrojó un poco. Muy por dentro, Keiichi se preguntó la razón por la cual su hija no se comportaba de esa forma en la escuela o frente a las demás personas.

 

- Bien, ya estoy lista. ¿Nos vamos ya?

- Sí -dijo Haruhiko- entra al auto.

 

Ella se adelantó y antes de que Keiichi la siguiera lo detuvo.

 

- Keiichi, ¿le has dicho...?

- Sí, ayer mismo -dijo Keiichi- no le conté detalles, solo le pedí su ayuda.

- ¿Crees que funcionará?

- Haruhiko, piénsalo bien. No tiene amigos, ¿qué mejor que los hijos de ellos y de tu familia?

- ... Tienes razón.

 

Keiichi sonrió y le dio un casto beso en los labios.

 

- Será mejor irnos, tu hija nos está esperando.

- Solo por eso no te llevo ahora mismo a la cama.

 

Keiichi se sonrojó y lo miró. De no conocerlo, le hubiera parecido imposible que alguien dijera esas cosas con un rostro serio, casi inexpresivo.

 

 

*****

 

 

- ¡Hiro-san, la limosina llegó!

- Ya vamos.

 

Hiro se volvió a inclinar hacia su pequeño hijo, Minato, arreglándole el cabello y quitándole unas manchas de tierra de la mejilla.

 

- No seas tímido ¿de acuerdo Minato? Recuerda que eres un Kusama.

- S-sí papi...

 

Lo miró de forma dulce y le acarició una sonrosada mejilla. Minato le sonrió y apretó su pequeño Teddy contra su pecho. Hiro se enderezó.

 

- ¡Tetsuya, Hiroto, es hora!

 

El primero en responder a su llamado fue Tetsuya. Iba vestido como normalmente lo haría; unos jeans azul claro, una playera blanca (la nueva) con el kan ji de "fuerza" y un brazalete del mismo color. Traía puestos sus Nike blancos e iba peinado de forma rebelde.

 

- Tetsuya, ¿te volviste a poner la colonia de Nowaki?

- Oh vamos pa', solo fue un poco.

- ¿Acaso no tienes la tuya propia?

- Déjalo Hiro-san -sonrió Nowaki llegando con ellos-. Mejor entra a la limosina.

- Solo iré por las llaves de la casa, llévate a Minato.

 

El niño extendió su mano hacia la de su padre y la sujetó para salir juntos. Tetsuya los siguió.

Hiro regresó a su habitación por su cartera y aprovechó para arreglar su cabello.

 

- Hiroto ya es tarde, ya los demás están en la limosina.

- Y-ya voy...

 

Cuando Hiro volteó se encontró con su hijo peinado de forma en que solo los nerds se peinan, una camisa de manga corta y abotonada con una corbata negra, pantalones de vestir del mismo color y zapatos completamente lustrados. Suspiró, lo tomó de la muñeca y lo llevó de regreso a la habitación.

 

- ¡Ah E-espera pa' ! ¿Qué haces?

 

Del armario sacó una camisa negra y unos jeans negros al igual que sus converse de botín blancos y negros. Se los dio para que se los pusiera y sin decir ni una palabra salió. Hiroto suspiró y comenzó a cambiarse. Cuando salió se encontró a su pa' rebuscando en un cajón.

 

- Pa', ¿así estoy bien?

 

Hiro volteó y lo examinó para luego asentir. Lo despeinó un poco, o mejor dicho le deshizo el peinado tan nerd que se había hecho y se lo acomodó a uno un poco rebelde.

Luego le extendió una muñequera que parecía de tela pero que tenía un reloj digital.

 

- Vaya pa', gracias... -dijo sorprendido mirando el obsequio mientras se lo ponía. Hiro le tomó el hombro y él lo miró.

- Sé lo importante que es para ti, Hiroto. Pero si en verdad quieres agradarle a Akihiko, se tú mismo. Y lo sé muy bien, lo conozco desde hace años, es mi amigo de la infancia, a él no le gusta que le hagan fiestas y reverencias y que digan que lo admiran mucho sin siquiera haberlo conocido. Usualmente no le importa si viene de fans, pero tú más que un fan eres su ahijado y si actúas de esa forma se decepcionará mucho. Y no creo que quieras decepcionarlo apenas conociéndolo ¿verdad?

- No.

- Entonces vámonos. Y relájate.

- Sí.

 

Ambos salieron y Hiro cerró la puerta.

 


*****

 


La lujosa limosina los llevaba lejos de la ciudad. Hiroki iba cabeceando y Minato ya se había dormido en las piernas de Nowaki.

Tetsuya y Hiroto miraban a su alrededor un poco nerviosos. Notaron que la ciudad iba poco a poco desapareciendo para dar vista a zonas de campo.

 

- Papá... ¿tan lejos está su mansión? -dijo Tetsuya al fin.

- No -sonrió Nowaki- allá está.

 

Los chicos voltearon para alcanzar a ver unas rejas que se abrían lentamente. Antes de que la limosina siguiera Hiroto alcanzó a ver un auto negro que iba en dirección de ellos.

Lo miró extrañado un segundo y ya no tuvo tiempo para pensar pues la limosina se detuvo en la entrada. Bajaron. El corazón de Hiroto y Tetsuya se aceleró y sus manos temblaron un poco.

Una vez que los cinco Kusama bajaron, Nowaki tocó la puerta y fueron inmediatamente recibidos por un mayordomo un tanto canoso, que sonrió al verlos.

 

- Ustedes son los Kusama ¿cierto?

- Me agrada verlo de nuevo Satou-san.

 

El mayordomo hizo una reverencia y abrió la puerta para que entraran. Los padres dejaron que sus hijos pasaran primero y luego ellos los siguieron, pero se quedaron atrás principalmente por qué se aseguraban que el auto que llegaba fuera Miyagi. Pero no era. Así que intentando no parecer maleducados entraron a la mansión.

 

 

*****

 

 

- Papá, ¿quiénes son ellos? -dijo Akira al ver como dos hombres veían su auto.

- Creo que son los Kusama -dijo Keiichi mirando a Haruhiko desde el asiento de copiloto-, eran ellos ¿verdad?

- Sí -estacionó el auto mientras veía que entraban a la mansión-. Por lo visto Akihiko no quiso perder el tiempo.

 

Akira siguió mirándolos incluso en el momento en que esos hombres entraron. Pensaba en sus caras, le parecían vagamente conocidas...

Cuando bajaron el celular de Haruhiko sonó. Tuvo que contestar mientras ella y su papá se arreglaban la ropa.

 

*****

 

- Vaya... -dijo Tetsuya sorprendido ante la elegancia del interior. Hiroto no podía hablar de la sorpresa. Sus padres se veían muy cómodos ¿y cómo no? Si habían vivido ahí al menos por un año.

Fueron guiados por el mayordomo hacia la sala y Nowaki sonrió.

 

- Este lugar no ha cambiado en nada ¿verdad?

- Cierto. Sigue igual.

- Je, hasta parece como si estuviéramos haciendo un viaje en el tiempo.

- No te pongas sentimental ahora Nowaki -dijo suspirando, aunque de alguna forma él sentía lo mismo.

 

El mayordomo los pasó a la sala pero Hiroto se quedó atrás, viendo una fotografía que estaba colgada antes de la entrada a la sala, en un lugar muy visible. Esa foto ¡era la misma que sus padres tanto atesoraban! ¿Por qué...?

 

- Son personas muy preciadas para mis padres -Hiroto saltó al escuchar otra voz masculina a su lado, con un ligero acento inglés-. Me han contado que son sus amigos.

 

Volteó y miró al chico a su lado. Traje de vestir y chaleco negros. Una camisa de manga larga blanca. Una corbata negra. Cabello plateado, sonrisa galante y unos hermosos ojos, uno verde esmeralda y el otro violeta. Aunque no le gustaban los hombres, sintió que si ese chico lo llegara a besar cambiaría completamente de opinión. Se quedó hipnotizado mirándolo.

 

- Mucho gusto -sonrió el chico al ver la expresión de Hiroto.

- Ah... yo... -alcanzó a balbucear Hiroto sin dejar de mirar sus ojos.

- Hiroto -la voz de Hiro- ¿cuántas veces te he dicho que no te...?

 

Tanto Nowaki como Hiroki regresaron y miraron a ese apuesto chico. Después de un par de segundos de mirarse entre sí Nowaki sonrió.

 

- Tú... eres Mamoru, ¿verdad?

- Sí, él es Mamoru -dijo otra voz desde las escaleras.

 

Salieron y de las escaleras iba bajando nada más y nada menos que el gran Usami Akihiko, con ambos brazos ocupados: de su brazo derecho iba otro hombre de cabello castaño y ojos esmeralda, con una dulce sonrisa. De su brazo izquierdo iba una hermosa chica de cabello largo y plateado, de ojos esmeralda y con un aire altanero, aunque su sonrisa era igual de coqueta que la del escritor.

Tetsuya tuvo que codear un par de veces a Hiroto, ¡era de mala educación mirar fijamente a alguien con la mandíbula casi cayendo al suelo!

Al verlo bajar, Nowaki sonrió y un fantasma de sonrisa apareció en el rostro de Hiroki. En cuanto llegaron con ellos Mamoru se les unió y le ofreció el brazo a la chica quien de inmediato aceptó.

 

- Usami-san -sonrió Nowaki al tenerlo enfrente.

- Creo que es mejor si solo me llamas "Akihiko" -dijo con una sonrisa.

- Nowaki-san, Hiro-sensei, me agrada volver a verlos -dijo Misaki sin dejar de sonreír.

- Hee ¿qué pasa? -dijo Hiroki un poco extrañado- Sus modales ahora son un poco extraños.

- Tal vez -dijo Akihiko encendiendo un cigarrillo.

- Tal vez se nos pegó un poco la cortesía de Inglaterra.

 

Hubo un momento de silencio... y para sorpresa de los cuatro chicos, en unos pocos segundos ya había abrazos, apretones de manos y leves golpecitos en las espaldas.

 

- Así que ellos son Mamoru y Sayumi -dijo Nowaki mirándolos-, están bastante crecidos, y Sayumi es muy hermosa.

- Gracias -dijo la chica con una bella sonrisa-. Él es mi amado hermano Mamoru, y supongo que ustedes dos son algo así como nuestros tíos.

- Algo así. Yo soy Nowaki y él es Hiroki, llámenos como quieran.

- ¿Y mis ahijados? -dijo Akihiko casi enseguida.

- Oh, cierto -dijo Hiroki para hacerle señas a sus hijos de que se acercaran.

 

Tetsuya tuvo que morderse un poco la lengua. Parecía que Hiroto caminaba hecho piedra.

Akihiko sonrió cuando tuvo a ambos chicos frente a él.

 

- ¿Que acaso Hiroto no tenía el cabello y los ojos castaños?

- Sí, pero por alguna razón le cambiaron mientras creció. El doctor dijo que era normal.

- Bien Akihiko-san, él es Tetsuya, y él Hiroto -dijo Nowaki sonriendo y señalando a sus hijos-. Que por cierto, Hiroto es un amante de la literatura y es un fiel lector suyo.

 

La cara de Hiroto enrojeció bastante. Akihiko sonrió y tomó los hombros de ambos chicos.

 

- Me agrada al fin conocerlos. La última vez que los vi todavía usaban pañales...

- El gusto es de nosotros Usami-sama -sonrió Tetsuya, ya que Hiroto parecía demasiado impresionado para hablar.

- No es necesario que lo llamen así -dijo Misaki suavemente- solo llámenlo tío o algo así. Por cierto Nowaki-san, ese niño...

 

Minato se había estado escondiendo detrás de las piernas de Nowaki pero al ser descubierto salió.

 

- Ah, es nuestro tercer hijo -sonrió.

- Hola -dijo Misaki poniéndose a su altura- yo soy Misaki. Y él es Akihiko.

- Ho-hola... -dijo el niño mirando tímido a ambos adultos.

- ¿Qué creen? -dijo Akihiko sonriendo- Yo también les tengo algo. Tsuzuki, ¿dónde están tus modales?

 

Un niño, apenas un poco mayor que Minato salió detrás del vestido blanco de su hermana. Sus ojos eran violetas y su cabello castaño.

 

- Hee no pudiste soportar la competencia, ¿verdad Akihiko?  -dijo a su amigo.

- Claro que no, yo siempre debo estar un paso adelante -rio suavemente-.

- M-mi nombre es Tsuzuki... -dijo el niño a los mayores Kusama.

 

Nowaki sonrió y también se puso a su altura.

 

- Yo soy Nowaki y él es Hiroki. Puedes llamarnos como quieras. Esos dos chicos son mis hijos, Tetsuya y Hiroto, y él también es mi hijo, su nombre es Minato.

 

Ambos niños se miraron tímidamente y un par de segundos después se sonrieron. Dicen que el amor a primera vista existe, y creo que estos dos pequeños pueden afirmarlo.

 

- ¿Por qué estamos aquí parados? -dijo Misaki sonriendo- Vamos a la sala, Tanaka-san debe de estar preparándonos un té y...

 

Tocaron la puerta. Una sirvienta enseguida abrió y dejó entrar a la pequeña familia.

 

- Haruhiko-san, Keiichi-san -dijo Misaki sonriendo y caminando hacia ellos para recibirlos-. Qué bien que hayan podido venir, llegan justo a tiempo.

- Gracias por invitarnos Misaki -dijo Keiichi sonriendo-.

- Oh, ¿ella es Akira? Está muy grande y es hermosa.

- Gracias Misaki, es muy tímida, por eso está así.

- Oh, ya veo...

 

Mientras ellos hablaban, Akihiko y Haruhiko estaban frente a frente y se miraban fijamente. Luego de un par de segundos se estrecharon manos gentilmente.

 

- Gracias por venir -dijo Akihiko.

- Gracias por habernos tomado en cuenta -dijo Haruhiko- ¿estuvo bien tu vuelo?

- Sí, aunque todo en primera clase es aburrido tenemos la ventaja de que raras veces hay problemas.

 

Ambos hermanos se miraron y luego se sonrieron de forma solemne.

 

- Oh, Keiichi-san -dijo Misaki de la nada-, ellos son los Kusama, ¿los recuerda?

- Claro que sí Misaki.

 

Haruhiko y Keiichi siguieron a Misaki y a Akihiko para saludar a los Kusama. Akira se quedó unos segundos atrás.

Imposible. Era un sueño, ¿verdad? En cualquier momento su mayordomo la despertaría anunciándole el desayuno o algo así.

Pero, si era un sueño, ¿por qué su papá la miraba extrañado? ¿Por qué sintió la mano de su tío Misaki de forma real?

Los Kusama. Claro. Era tan claro. Y ya supo por qué esas caras se le hacían tan conocidas.

Entre el pequeño círculo de personas en medio del corredor, Kusama Hiroto le devolvía la mirada.

Notas finales:

¿Les gustó? ¿No les gustó? Necesito saberlo, para ver si voy bien D:

En serio lo reescribí todo.

 

Bien lectores y lectoras diría más cosas pero me estoy durmiendo. Acá ya son las 3:01 a. m.

 

Gracias por leer. ¡Muchas gracias!



¡Ja ne~!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).