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Despacio y sin razón. por Cerezza

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Notas del fanfic:

FICHA.

NOMBRE: DESPACIO Y SIN RAZÓN.  (Re-escrito).

AUTOR: Cerezza.

GENERO: Drama, angst, fluff, intento de cómico.

CLASIFICACIÓN: Pg-13.

ADVERTENCIAS: Mpreg.

RESUMEN: ¿Un alma en manos de Zeus? ¿Aiorios vuelve a la vida? ¿Aioria debe cuidar un bebé? ¿Shura y Saga quieren ser padrinos? 

Nota: Iniciado año 2006. Re-escrito año 2012.

 

CAPITULO I: Perplejo.

Luego de la última guerra Santa, Kido Saori logró interceder con las figuras del Olimpo para conseguir que sus fieles caballeros volvieran a gozar del milagro de la vida. Los cambios que ocurrieron en su sitio de reunión fueron, como era obvio, la reconstrucción total del Santuario, obviamente con mejores resultados en el templo del Patriarca por intereses propios, donaciones y reparaciones en el poblado y la mejora de las relaciones con aquellos seres del inframundo. Después de todo, se suponía que vivirían un largo tiempo de paz, según rezaban las estrellas.

Los últimos altercados bélicos habían originado una constante comunicación con los dioses, incluido el poderoso Zeus, y un consejo semanal con sus adorados caballeros para oír pacientemente cada uno de los reportes y sugerencias que pudiesen emitir.

Todo funcionaba espléndidamente, el pueblo parecía estar saliendo de los días negros que había vivido debido a su precaria situación económica, ya comenzaba el verano lo que significaba un mejor clima y eso conllevaba a que distintos turistas se acercaran a visitar el lugar, y como si fuese poco, los caballeros estaban tranquilos para con ella y con el resto. Sin embargo, todo ese relajo se vería afectado ese día...

La pelimorada reencarnación de Diosa suspiró. ¿Con qué cara miraría al rubio Shaka luego de la misión que le había encomendado su ‘padre’ y Hera?. Era algo totalmente descabellado para que lo realizara un caballero de su orden... y no sólo por el hecho de ser hombre. El asunto era muy delicado, ilógico e incluso ridículo. ¿Cómo presentarlo a sus fieles, si ni siquiera ella lo aceptaba?

 

“Athena, los caballeros ya están reunidos esperándola”

“Muchísimas gracias Shion” la joven sonrió algo distraída, cogiendo en su camino al salón a su querida Niké “No sé qué haría sin ti”.

 

El, ahora, rejuvenecido patriarca, torció la boca en un gesto extraño y en un suspiro mal disimulado masculló un quedo “Probablemente lo que te corresponde.”

 

 

La sala de reuniones era un gran salón de colores claros, adornado con distintas representaciones de los signos zodiacales que representaba cada guerrero. En el centro del lugar, una gran mesa de madera maciza se alzaba imponente con una gran cantidad de sillas simples, a diferencia de aquella situada en un extremo, más similar a un trono.

La Diosa entró lentamente sin armar mucho revuelo, llevándose la sorpresa de encontrar a sus caballeros dispersos por todo el sitio, seguramente cansados de esperarla correctamente sentados.

Mu de Aries practicaba su táctica especial de telequinesis contra Shura de Capricornio, manteniéndolo en el aire sin darle la oportunidad de tocar el suelo con sus pies, mientras el español hastiado se dejaba hacer.

El segundo caballero se encontraba convenientemente cerca de la mesa que contenía todos los bocadillos, degustándolos sin reparo.

Aquellos portadores de la armadura de Géminis se encontraban como siempre compitiendo. Saori a veces pensaba que había sido un error sugerir (léase: ordenar) que Kanon se mudara hacia el Santuario. No había que ser muy inteligente para entender que Kanon extrañaba el Pilar que custodiaba en los dominios de Poseidón.

 

“o.O”

“o.O”

“¬¬”

“¬¬”

“*3*”

“*3*”

“nººn”

“n.n”

“¡Gana Saga!” declaró sonriente Aioria que era el supuesto mediador de todo el asunto.

“¿Por qué~?” Kanon se negaba rotundamente a ser el segundón en todo lo que sucedía en su vida.

“No puedes hacer como Mu”

 

A un costado de la mesa, Afrodita de Piscis se arreglaba minuciosamente las uñas, bastante hastiado por tener que esperar a alguien cuando normalmente era al revés. A su lado, DeathMask intentaba, con todo el poder de su cosmos, volver negro su cabello turquesa brillante. Seguro y eso volvía loco al más hermoso de todos los caballeros.

Shaka de Virgo en un rincón más alejado trataba de meditar, mientras a su lado el castaño Dohko, sentado a su lado más vulgarmente le enseñaba una cantidad innumerable de revistas para adultos.

 

“Nah~~~” El de libra lo miraba de reojo alzando una ceja “Tú no puedes ser tan casto y puro”.

“Maestro, entienda algo por favor, yo me d…”

“¡No!” lo interrumpió fuertemente con su varonil voz “Mira esto, no puedes negarte. Mira que muchachita tan linda~”

“Mmm~” El rubio levantó levemente un párpado. Espió lo que contenía la revista y sin mostrar expresión alguna en su rostro miró al mayor “Está sangrando por la nariz, maestro Dohko” hizo una pausa “He visto mejores, por si acaso”.

El castaño se limpió toscamente el líquido que escurría por su rostro, para luego procesar lo confesado “¡Chicos! ¡Shaka está blasfemando~~!!”

 

Un moreno muchacho se abanicaba sensualmente mientras se arrimaba contra una de las murallas de gran salón. Agitaba armoniosamente una mano delante de su rostro, girando la cabeza de un lado hacia otro, pasándose la otra por detrás del cuello.

 

“Tengo calor” susurró sensualmente el caballero de Escorpión alzando su sencilla y casi transparente camisa de entrenamiento simulando que aquello aliviaba su temperatura “¿Tú no Camus?”

“No” su respuesta fue corta y seca. No daba pie para iniciar una conversación.

“¿Harías algo por mi querido caballero de Acuario?” usó su voz ultra grave para remover, aunque fuese un poquito, el organismo del aguador.

“¡No Milo!” lo miró fijamente, frunciendo el ceño, notoriamente enfadado “¡No me disfrazaré de conejito para bailarte sobre la cama~~!”

 

Desgraciadamente para el caballero de los hielos, hubo uno de esos momentos donde todos los participantes del salón se quedaron en silencio, logrando que su confesión resonara con fuerza dentro del lugar. Algunos se giraron a verlo con grandes ojos de sorpresa, otros simplemente sonreían mirando con admiración a Milo.

 

“¡Já!” DM comenzó a reír sujetándose el estómago con las manos, mientras decía algo entre dientes que sonaba a algo de hielo-caliente-imbécil.

“Camu~s” susurró por lo bajo el octavo guardián.

“¿Qué?” notó que todos sus compañeros de armas estaban en el suelo revolcándose de la risa, pero eso no le impidió continuar “Te encantaba tocar mi colita de algodón.”

Milo carraspeó incómodo, perdiendo momentáneamente toda su sensualidad al sentirse algo decepcionado “Camus, pues… Tu y yo nunca…” se pasó una mano por la nuca, revolviéndose el cabello de paso “nunca hemos… Ya sabes, algo más.”

“¿Crees que no me acuerdo?” El peliceleste se mostraba indignado.

“Supongo te verías lindo~~” Afrodita se metió en la conversación sin hacer caso de los ademanes que DeathMask hacía.

“Sin lugar a dudas” lo miró por el rabillo del ojo con superioridad.

“Insisto” Milo consideró oportuno volver a hablar “Esa fantasía no fue conmigo” estaba molesto “Seguramente te estás viendo con alguien… y no soy yo”.

“No vengas con eso bicho mentiro~so” alargó la sílaba unos segundos hasta perder el sonido de ella. El aguador pareció recordar algo “Bueno, da igual” quiso cerrar el tema cuanto antes.

“Fue un sueño” medio gritó desde el rincón el rubio virgo aún con un ojo abierto. La capacidad de leer la mente de sus compañeros era algo que apreciaba enormemente en algunas ocasiones.

“¿Sueño?” Parecía que el guardián de Escorpión se había sacado la lotería “¿Sueñas conmigo Camus?” El peliceleste lo fulminó con la mirada y sin más se giró para ignorarlo.

“¡ATENCIÓN!” el Patriarca miraba de mala forma a todos los caballeros, en especial a Dohko que guardaba sus cochinadas rápidamente “Señores, nuestra Diosa…” murmullos parecidos a toses y palabras mal disimuladas recorrieron a los jóvenes hombres “Nuestra Diosa merece ser bien recibida. Los quiero a todos sentados derechos y ordenados” observó significativamente a Shaka que sin más remedio tuvo que abandonar su posición de flor de Loto “Escucharán atentamente lo que diga nuestra Señora… pues parece ser de bastante importancia” miró a cada uno a los ojos, enviando dagas a través de sus chispeantes ojos. “Deseo que cualquier duda o consejo, sea planteado con calma y sobre todo, respet…”

“¡Ffffiuuu~!” el silbido de alguien cortó el tenso ambiente “¡Pero qué cosas! Mira virginiano, qué cuerpazo.”

La vena de la cabeza de Shion, Patriarca del Santuario, creció hasta límites insospechados, al notar la falta de interés del rejuvenecido castaño, se supone uno de los más sensatos de la Orden.

“¡Dohko! ¿En qué habíamos quedado?” Estaba tan enojado que todos los valientes caballeros de Athena se reclinaron hacia atrás en sus sillas, incluso Mu que conocía mucho más a su querido Maestro.

El monumental reto fue detenido por un grito seguido de un gran ruido, al caer sentado el caballero de la última casa. Por jugar con la silla, haciendo equilibrio en las patas traseras, se había caído, reclamando en el suelo por cuanto le dolía.

“¡Oh, Afrodita! Déjame ayudarte” jugueteó Aioria poniendo cara de gatito malo. Lo incorporó fácilmente, por lo liviano que resultaba ser el peliturquesa y le sobó superficialmente lo dañado.

“¿Qué crees que hacer gato de peluche?” DeathMask habló toscamente, arqueando una ceja mirando el espectáculo casi asqueado.

“¡Ui! DM está enojado” molestó Milo siendo coreado por uno de los gemelos peliazules.

“”Aioria~” un sonrojado Afrodita intentaba volver a sentarse en la mesa restándole importancia al asunto. Hecho un manojo de nervios veía al canceriano hacerle señas obscenas a aquellos que lo molestaban murmurando un sinfín de insultos en italiano.

“¡ATENTOS!” chilló Shion rojo de furia, aquellos puntos en su frente casi unidos debido a lo ofuscada que se mostraba su cara. Giró bruscamente, su dedo índice apuntando a aquel único guerrero que no llevaba puesta su armadura dorada “¿Dónde está?”

Balbuceó un par de palabras, sin lograr contestar la pregunta del lemuriano.

“¿Dónde está tu armadura?” el aliento de Camus, siempre tan helado, chocó contra su cuello escurriéndose traviesamente por su camisa común y corriente “Shion te mandará a limpiar los retretes si no tienes una buena excusa…”

“Camu~s” suspiró acaloradamente, haciendo además de pegarse a él, sin embargo el guardián de la penúltima casa lo fulminó con la mirada.

“¿Tu armadura Milo?” más calmado, Shion lo observó fijamente mientras el pelilila lo abanicaba con un hoja abandonada sobre la mesa.

“Pues~ eh…” por la cabeza del peliazul atravesaron miles de excusas, cada vez más inverosímil una comparada con otra “Mu no alcanzó a repararla” y como era su especialidad, le dio la bomba a un semejante.

El Santo de Aries frunció la frente, ofendido. Quería reclamar por hacerlo parecer un irresponsable frente a su Maestro, a sus compañeros, y por sobre todo, frente a su Diosa.

“¿Qué dices?” habló quedamente “Tu armadura no ha llegado a mi taller hace más de tres meses.”.

“Basta” el lemuriano mayor apoyo una mano en el hombro de su pupilo para  serenarlo. Ya sabía que Milo mentía, habría tiempo después para arreglar todo con aquel bicho. “Athena ya los ha visto, y regresó a sus aposentos esperando que se calmaran. Los quiero tal como están: bien sentados, atentos, calmados, despiertos y sonrientes”

Se acercó a los cuartos privados del templo  y en segundos volvía con Saori que había buscado verse lo más fabulosamente posible para sus guerreros, olvidando lo que antes había observado.

“Caballeros” saludó con cortesía apoyando a Niké en su trono.

“Nuestra señora” los Santos se levantaron presurosos de sus asientos inclinando una rodilla en el suelo, muestra de respeto hacia ella y lo que representaba.

“Me gustaría que escucharan atentamente lo que les diré” sonrió al ver la cara de fastidio del escorpión. Sin duda era el más impulsivo de todos “Querido caballero de la octava casa, no coloques ese semblante” el aludido abrió los ojos al saberse descubierto y temió algún castigo por su falta “Estoy segura que cierto caballero valorará que soportes este discurso” el sonrojo del peliazul fue un buen regalo.

“Athena, pido disculpas por mi compañero de armas” habló serenamente Shaka con los ojos bien abiertos, mirándola con sinceridad “Te ruego entiendas sus tendencias… histriónicas”

“No te preocupes Shaka de Virgo” la ternura se reflejó en sus ojos violeta y el rubio hindú comprendió que su corazonada no estaba errada: él participaría activamente en lo que fuera el tema principal de aquella tertulia “por algo son mis consentidos” agregó desanimada.

“Oh sí” murmuró por lo bajo Kanon. Se ganó un codazo en las costillas, propiciado por su hermanito gemelo que no quitaba la vista del par de lemurianos frente a él.

“Athena: ¿qué te atormenta?” Shura decidió salvar a su compañero, pero también saciando su curiosidad.

“¿Atormentarme?” repitió la Diosa “Creo que no es la mejor palabra. Referirme a mi estado sería algo como… como estar anonadada”

“¿Qué es?” Preguntó con voz grave el geminiano mayor.

“Zeus ha hablado conmigo hace tres días” suspiró juntando sus pequeñas y delgadas manos sobre la mesa “Mientras dormía, él…”

Dohko, a un lado de Afrodita, sonrió ladinamente mirando bajo la mesa una de sus revistas. Sintió algo rozando su rodilla. Molesto la movió, sin embargo, el toque se volvió más íntimo cuando el-pie-ajeno-de-algún-caballero acarició su muslo derecho. Su respiración se agitó y perdió el control total de sus sentidos dejando caer la revista. Tomó una bocanada de aire al ver que el pie venía de la dirección opuesta a la suya. ¡Cielos! Shion estaba frente a él con una sonrisa que según su interpretación, decía a todas luces: “Soy un ser altamente sexual.”

¿Podría ser? ¡Moriría a los doscientos sesenta y tantos años, luego de soportar batallas, premoniciones y niñitos mimados sólo porque su amigo le estaba coqueteando exitosamente.

“Dohko. Dohko. ¡Dohko!”

“¡Santo caballero!” dio un respingo botando su silla al hacerlo. Todos lo miraban pero el castaño se fijó únicamente en el lemuriano mayor que con el codo apoyado en la mesa y su mejilla, a su vez, apoyada en la palma de la mano, lo miraba divertido.

“¿Ocurre algo?” preguntó la pelimorada extrañada por el comportamiento del hombre.

“No. Athena solamente algo me… molestaba” se sentó nuevamente, molesto al sentir la mirada del peliverde sobre él “¿Me harías el favor de repetir lo último que dijiste?”

“Justamente quería relatarles lo más importante. Aquello por lo que los cité unos días antes.” Suspiró colocándose nerviosa de un segundo a otro. “Quizás sonará descabellado lo que les diré. Personalmente me costó mucho comprender sus razones y el por qué…” tragó en seco, queriendo negarse a seguir hablando “el por qué uno de ustedes tendrá q-que cargar con el el el p-peso de todo” apoyó el rostro en las manos blanquecinas. Parecía sollozar a la par que la mano morena y grande de Aldebarán se posaba como muestra de apoyo sobre su delicada espalda “A-Aio-Aioros… él…”

“¡¿Mi hermano?!” el león se levantó de su asiento raudamente. Un relámpago de esperanza en sus ojos. Aunque hacía años se había resignado al trato duro que le habías dado la vida al separarlo de su hermano mayor a tan corta edad, dándole  el peor final al caballero de Sagitario.

“¡Por todos los Dioses! Athena, ¿qué ocurre?” la euforia recorría el cuerpo maduro de Shura y Saga, amigos inseparables del antiguo arquero.

“El alma de Aioros está en manos de Zeus” sus ojos llorosos contrastaban con la sonrisa que delineaba su rostro.

“¿Qué?” el guardián de la quinta casa parecía estar eufórico “Si es necesario ir con él a buscarlas; me ofrezco a emprender la misión” No contenía ya las lágrimas que escapaban de sus ojos verde-amarillas.

“No será eso necesario caballero de Leo” la Diosa limpió delicadamente sus ojos con un pañuelo blanco y perfumado, propiedad de Camus, que se mantenía impasible en su asiento “Zeus quiere que Aioros esté otra vez con nosotros, que disfrute de la vida, del mundo que antes no se le permitió conocer…”

“¿Él… renacerá?” Mu no pudo guardar las palabras que luchaban por salir de su garganta.

“Creo que es la palabra perfecta” Saori le sonrió al sonrojado carnero “Aioros de Sagitario volverá a nacer”

“¿C-cómo?” Shaka inexplicablemente comenzaba a sudar frío. ¿Qué relación tendría él con todo aquello?.

“El alma de Aioros descenderá al…” Saori muy aproblemada miró a sus caballeros dorados amistosamente. Shion se materializó al lado de su Diosa, apoyándola, puesto que parecía partirse en dos por lo que revelaría “Aioros descenderá en Shaka” suspiró “cargará con él mientras dure la gestación.”

“Athe…” las palabras de Milo murieron en su garganta. Sin poder creerlo, bajo los brazos rendido.

“Caballeros de Oro. Shaka estará embarazado los meses necesarios para que nazca un precioso Aioros.”

“Hay una diferencia” el gemelo mayor parecía haberse repuesto de la sorpresa inicial. Lamentablemente no todos estaban así “Shaka es hombre” entre dientes dijo lo último, sus palabras siendo apoyadas por el resto de sus colegas y sobre todo, por un atónito rubio.

“Zeus ya ha arreglado todo”.

Notas finales:

No sé que sucederá con esto.
Necesito saber si a alguien le entusiasma leer sobre esto, sino desecho la idea.
Gracias por leer.


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