- Es de mi incumbencia, ya que eres la madre de mi hijo.- contesto Tobi, con mofa.
- Es “Mi hijo”, tú no eres su padre.- respondió Deidara con coraje, como se atrevía a decir que era su hijo, después de que lo negara en el tribunal, no tenia derecho simplemente no lo tenía.
- Dei-chan, déjalo así, mejor vámonos Natsume debe estar esperándote – te recordó tu novio, Shigure.
Shigure era un hombre sencillo, fue uno de los clientes cuando Deidara se prostituía, fue amable y después de su primera vez juntos solía buscarlo siempre alejando a los demás, tardo tiempo en convencerlo de cambiar de trabajo a uno mas decente como él le decía y cuando empezó a trabajar en el club se molesto pero no le quedo mas remedio que aceptar el nuevo empleo, pero cada que tiene la oportunidad trataba de convencer a Deidara de dejarlo.
- Tienes razón, vámonos de aquí – respondió Deidara para seguido tomar la mano de su novio y dirigirse a casa.
Tobi veía con coraje como es que se alejaban esos dos, ningún tipo pobre le iba a quitar a Deidara era lo más importante que poseía por que a pesar de haberse divorciado Deidara seguía siendo suyo, se desharía de ese sujeto lo mas pronto posible para que no interfiriera en sus planes.
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Cuando Deidara y Shigure llegaron al departamento del primero, al abrir la puerta se encontraron con la niñera que cuidaba de su pequeño Natsume.
Natsume era un niño de 2 años de cabello negro como su padre y curiosos ojos rojos como su bisabuelo paterno, lo único que saco de la sangre materna fue el temperamento explosivo cuando se enojaba arrojaba las cosas más cercanas que tuviera desde el biberón hasta las figuritas de arcilla que hacia Deidara para pasar el tiempo y ganar dinero extra.
Despues de dar las buenas noches a la niñera y despedirla, Shigure preparo la cena para Deidara y él, cuando la comida estuvo servida en la mesa Shigure decidió empezar la conversación con la pregunta obligatoria de cada noche.
- Deidara, ¿Cuándo te casaras conmigo?- dijo con voz seria.
Deidara se le quedo mirando durante unos segundos para luego desviarla- Shigure ya hemos hablado de esto, no tengo ningún interés en casarme de nuevo desde lo de Tobi decidí eso, no quiero volver a sufrir.
- Yo jamás te hare sufrir como ese sujeto lo hizo, Deidara tu sabes lo mucho que te amo, no solo a ti sino también a Natsume, por favor dame la dicha de ser tu esposo – dijo Shigure con desesperación.
- Dame tiempo por favor, quiero estar seguro de la decisión que debo tomar – contesto Deidara – no solo debo pensar en mí sino también en Natsume, no quiero que él se acostumbre y luego nos demos cuenta de que es un error.
- Jamás lo seria, cuando dos personas se aman como nosotros no puede ser un error. – Contesto Shigure con desesperación intentando convencer a Deidara.
- Eso es lo que yo pensaba cuando me case con el bastardo de Tobi y mira como termine, lo siento mucho Shigure pero no puedo tomarlo tan a la ligera.- rebatió Deidara de forma triste, no quería volver a hacer un castillo de cristal y que este se destruyera como en anterioridad.
Shigura miro a Deidara con resignación ya no debería forzar la conversación y lo más sensato que pensó fue en marcharse antes de perder el poco control que le quedaba.
- De acuerdo, ya no insistiré en el tema por el momento pero sabes que no me daré por vencido tan fácilmente y continuare preguntándote hasta que te rindas y decidas formar una familia conmigo.-
- Esta bien lo pensare detenidamente y te daré mi respuesta en un mes – contesto
Deidara con resignación – espero que eso sea suficiente para ti.
- Dei, no te arrepentirás, ya verás que tu y Natsume serán muy felices conmigo te tratare como lo mereces.- contesto Shigure con alegría, por fin lo había logrado después de tanto tiempo Deidara le daría la respuesta a su pregunta, por fin seria suyo, SOLO de él.
Despues de dar por terminada la velada Shigure se marcho deseándole buenas noches mientras Deidara lo miraba marchar su único pensamiento fue que esperaba no arrepentirse de su decisión, sin saber que el destino le tenía deparada otra cosa.