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Liveliness por ksjoonah

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Notas del capitulo:

Bueno... aquí les dejo otro capítulo ;)

Espero les guste :)

P.D: Debo agradecer a mi amiga parku que me ayudó mucho para escribir este capítulo

Arigato, Xie Xie, Gamsahbnida...

...todos los agradecimientos para vos ♥

*bbuing bbuing*

Capitulo 5

 

Me quedé observándolo por unos cuantos segundos. Nuestras miradas se habían encontrado y no podía apartar mis ojos del hombre frente a mí.

Él se acercó sigiloso y me tendió la mano.

-Hola. Soy Kim Jong In- se presentó sin ningún titubeo -Puedes llamarme Kai. Me designaron esta área por el momento ya que estoy en el último año de mi carrera. Espero que podamos entendernos- finalizó con una sonrisa.

Este tal Kai, me ponía de los nervios. Se creía las mil maravillas y su falsa sonrisa no se la tragaba nadie. Igualmente, no pensaba darle el gusto enojándome. Así que decidí seguirle con su aburrido jueguito.

-Hola. Soy Kim Jun Myeon- dije mientras estrechaba su mano -Puedes llamarme Suho. Me hicieron venir inútilmente a este lugar, en donde sus profesionales son una desgracia y se creen que son el centro del mundo- agregué y luego le regalé una socarrona sonrisa.

Mi madre que había estado observando la situación, dirigió hacia mi una mirada con ojos asesinos y luego se volteó ignorándome hacía el medicucho, con una sonrisa forzada ante la vergüenza que sentía.

-Perdonalo- dijo nerviosa -normalmente se porta respetuoso con los demás- agregó para luego atravesarme con los ojos nuevamente. Yo, por otro lado, no le prestaba demasiada atención ya que estaba en una lucha interna con Kai y no pensaba perderla.

-No se preocupe señora- dijo él junto a otra de sus sonrisas desagradables -Me gustaría poder hablar con él a solas.

-¿Está seguro?- preguntó mi madre -No me parece muy conveniente.

Kai asintió con seguridad y ella pareció haberlo entendido, por lo que salió. Pero antes de cerrar la puerta me envió una última mirada de odio que parecía decir -Pórtate bien-fue lo que supuse.

Una vez solos, me dispuse a hablar libremente.

-¿Sabes? Tú no me caes bien y supongo que a ti tampoco te caigo. Así que hagámoslo fácil- suspiré -Has tu trabajo así podré irme y no veré tu cara nunca más.

-Tú de hecho me caes más que bien. Pienso que es una lástima que yo no a ti- dijo sonriéndome, lo cual ya me había cansado y quería abofetearlo -Haré mi trabajo ya que lo pides tan gentilmente.

Me hizo esperar mucho tiempo antes de empezar, por lo que me cansé y hablé:

-¡¿Es que piensas torturarme eternamente?!- chillé -¿Puedes hacer tu trabajo de una maldita vez?- pregunté y luego noté que Jong In me observaba detenidamente después de mi ataque de ira.

-Quítate la ropa- dijo sin vacilación.

-¡¿Qué?!- me ruboricé ante su demanda.

-Te estoy pidiendo que te quites la ropa ¿Qué no se entiende?- preguntó Kai, lo cual hizo que me sintiese un imbécil -Voy a hacerte un estudio físico.

-Es que…- dudé en hacerlo. No solía mostrarle mi cuerpo a nadie, porque estaba muy flaco y me avergonzaba de ello -Pregúntame lo que quieras. No es necesario que me desvista.

-Déjate de vueltas y hazlo de una vez- dijo inquisidoramente.

Me tomó bastante tiempo ceder ante su petición, pero no tenía alternativa por lo que acepté. Mientras me sacaba la ropa, Kai no dejaba de mirarme. Primero me quité la remera y luego el resto de la ropa, hasta que quedé solamente con unos boxers que mi madre me había regalado en navidad, unos de color rojo -¡que horror!- pensé, al tiempo que me cubría para que no pudiera ver mi ropa interior.

Jong In se acercó de forma cautelosa hacia mí.

-¿Por qué te tapas?- preguntó curioso -Ambos somos hombres- sus últimas palabras sonaron un tanto irónicas ¿Acaso estaba juzgando mi sexualidad?

-No es por nada- contesté ladeando la cabeza a un lado.

Ante mi repuesta, no habló por unos instantes pero se canso de mi testarudez y me sujetó las muñecas fuertemente. No pude luchar con él. A pesar de ser poco más alto que yo, su fuerza era mucho mayor. Intenté aflojar el agarré, pero en mi arrebato el consiguió ver lo que ocultaba.

 -Curioso- dijo él observándome de arriba abajo, varias veces.

-¿Qué cosa?- pregunté avergonzado, aunque sabía a que se refería.

-Tus boxers van a juego con tus rosadas mejillas.

Me sonrojé furiosamente ante su comentario. Él se estaba burlando de mí, lo cual me molestaba soberanamente.

-Eres muy lindo- dijo viendo ahora mi rostro que ardía por la incomodidad.

-¡No digas idioteces!- chillé, y ante la distracción logré que me soltara y me alejé. Me sobé las muñecas, examinando que no estuvieran lastimadas.

Repentinamente, empezó a caminar nuevamente hacia mí y yo a su vez retrocedí, pero la pared me impedía seguir por lo que me sentí acorralado. Cuando llegó hasta donde me encontraba, posó dos de sus dedos por debajo de mi mandíbula y los deslizó hasta mi abdomen. Giraron alrededor de mi ombligo y volvieron a donde habían comenzado. Una sacudida de excitación recorrió mi cuerpo y un gemido inevitable salió por mi garganta. Instintivamente al sentirme azorado, me tapé la boca pero a Kai no se le había pasado por alto. Me miraba con ojos lascivos y con una ladina sonrisa de suficiencia.

-Después de hoy, me gustaría volver a verte- declaró y luego depositó un beso en mi frente.

Por otra parte, yo me encontraba en un estado de shock hasta que volví en sí.

-No cuentes con ello- dije fulminándolo con la mirada.

Kai río a carcajadas y luego me miró para decirme:

-Espérame aquí vuelvo en unos minutos- dijo aún riendo mientras salía por la puerta.

Aproveché que se había ido para cambiarme, ya que no aguantaba más las burlas de ese sujeto.

 

[Kai POV]

Entré en un baño del hospital que se encontraba muy cerca de mi consultorio. Me miré al espejo y me sentí irritado. Revisé que no hubiese nadie y asi fue, por lo que me sentí un poco más relajado. Ese chico me había hecho bajar la guardia por un instante. Me lavé la cara, pero la frustración no se iba. Dirigí una mirada hacia abajo y noté mi erección bajo los pantalones.

-Mira lo que este chico me ha producido- dije al tiempo que reía amargamente y me sujetaba la entrepierna.

De repente, la puerta se abrió y dos personas entraron. Sin pensarlo, crucé las piernas para que no se dieran cuenta pero fue muy doloroso y un gemido se escapó de mis labios. Por suerte, no parecieron escucharlo.

-¡Kai!- exclamó uno de mis colegas, el cual me pareció bastante inoportuno.

-Hola Hyung- saludé gentilmente con una sonrisa forzada.

-¿Te encuentras bien?- preguntó alarmado después de observarme -Pareces no sé… frustrado- comentó entre pausas intentando indagar acerca de mi situación.

-No es nada-  él estaba en lo cierto pero debía evitarlo ya que no sabría como explicarle, si es que me descubría -Solo me siento un poco descompuesto.

-Deberías ir a tu casa y descansar- explicó el otro que se encontraba detrás, el cual desconocía su nombre.

-¡Sí eso haré!- dije mientras los empujaba para que se fueran -Necesito un poco de tiempo a solas. No se preocupen.

-Está bien- dijo hyung con un gesto de alivio y ambos se marcharon por donde vinieron.

Utilicé el momento de soledad, para meterme dentro de un cubículo del baño. Debía de poder bajar eso de alguna forma y rápido, por lo que me desabroché el pantalón.

Me sorprendí mucho al ver el tamaño que había adquirido y me sentí como en mi primera vez. A pesar de la experiencia que tuviese, no podía controlarme después de haberlo tocado, por lo que huí. Nada se comparaba a la sensación que me había producido tocar esa piel.

Me sentí afiebrado y me dejé caer sobre el inodoro. Volví a mirar mi erecto miembro -no creo poder solucionarlo simplemente de esta manera pero al menos debo intentarlo- pensé. Sintiéndome azorado por estar haciéndolo en un baño público, traté de evitar cualquier titubeo, bajé mi mano y lo tomé. Hacía tiempo que no dependía de mi mismo para esto. Entre jadeos, empecé a deslizar mi mano de arriba a abajo tratando de recordar vivamente el cuerpo de Suho.  

 

[Suho POV]

Después de un largo tiempo de paz a solas, apareció bruscamente abriendo la puerta de par en par, lo cual me sobresaltó. Se sentó en su escritorio y sacó una ficha médica de un cajón.

-Veo que te has cambiado- dijo sin siquiera mirarme -Te haré algunas preguntas y podrás irte- agregó secamente, por lo que me cuestioné que le habría sucedido para tal cambio de actitud.

-¿Eres bipolar o tienes un gemelo maldito?- pregunté con sarcasmo.

-¿Qué es eso de maldito?- cuestionó dirigiendo un rápido vistazo hacia mi para luego ladear la cabeza y evitar que nuestras miradas se encontrasen -Y para tu suerte, sólo hay uno como yo- agregó -y ese soy yo mismo- otra de sus sonrisas se asomaba.

-Solo pensé que eras diferente al que…- me detuve antes de terminar -De todas formas, no me importa- añadí desinteresado. No tenía porque decírmelo asi que lo ignoré.

-Soy el mismo de siempre, pero ya no debo perder más tiempo, así que terminemos con esto de una vez. Hay muchas personas esperándome.

-Si- asentí y me senté en el asiento frente al escritorio de Kai. Me pareció desconcertante la situación, pero me daba igual porque quería irme de una vez por todas.

El cuestionario no fue demasiado extenso. Se basaba principalmente en mi estilo de vida, pero hubo varias preguntas que había hecho, que me resultaron muy inapropiadas. Algo acerca de mi orientación sexual, lo cual después de unos segundos de puros reproches, contesté quitándole cualquier duda que tuviera.

-Si, me gustan las mujeres- declaré. Pero sabía qué no era del todo cierto ya que a pesar de haber estado con varias, nunca me había sentido tan bien como en ese pequeño instante en el que Kai con un simple roce, hizo que me sintiera en el cielo. Repentinamente, al recordar ese momento, lo miré y me sonrojé. Por suerte, él no lo notó ya que ni siquiera ante mi falsa declaración dirigió una ojeada hacia donde yo estaba. Se la pasó todo el resto de la sesión con la cabeza gacha, o al último minuto volteando el asiento para quedar de espaldas a mí.

-Probablemente, nos veremos de nuevo- dijo cuando me dirigía hacia la puerta -Eso espero.

-Yo no lo creo- dije al tiempo la cerraba.

Una vez estuve completamente fuera de su vista, apoyé mi cuerpo contra la puerta y me dejé caer con ésta como soporte. No quería que me viera y olvidar ese momento era lo que más anhelaba.

Suspiré con pesar y junté mis rodillas acercándolas hacia mi cuerpo en un fuerte abrazo. Mi cabeza descansó oculta entre ellas ya que no deseaba ser observado por nadie.

 

Cuando volvíamos a casa, mi madre me veía fijamente.

-¿Qué pasa?- pregunté al sentirme intimidado.

-No te ves muy bien desde que saliste del consultorio- dijo afligida al tiempo que su mano se dirigía hacia mi frente y la palpaba -No tienes fiebre, pero tal vez ¿Deberíamos volver al hospital?

-Sólo necesito descasar un rato. Ya se me pasará- intenté tranquilizarla, lo cual resultó ya que cambio de tema, pero esta vez tocó uno igual de delicado.

-Tienes un humor bastante inusual- declaró ella con una sonrisa empalagosa.

-¡Mamá! siempre es lo mismo contigo- dije agotado -¿Podemos quedarnos callados hasta llegar a casa?- supliqué agonizante y ella pareció entenderlo, ya que hizo un gesto de cerrar la boca. Asi fue el tranquilo trayecto devuelta a la mansión, excepto por los pensamientos que no querían abandonar mi mente.

 

A pesar de las pocas horas que estuvimos fuera, me sentí fallecer por lo que me dispuse a acostarme cuando llegamos.

Mi paz se terminó cuando Kyung Soo vino a despertarme, media hora después.

-¡¿Por qué duermes si son las dos de la tarde?!- preguntó sacudiéndome brutalmente -¿Acaso te consideras normal?

-No, claro que no ¿Acaso tú si lo crees?-  bostecé entre mi ironía, luego de abrir mínimamente un solo ojo ya que el otro estaba tapado por la almohada.   

-No, la verdad que no- negó y al descuidarse por tanto meditarlo, aproveché el momento y me cubrí completamente con la frazada. Él no me lo iba a dejar tan fácil, por lo que se abalanzó sobre mí y empezó a hacerme cosquillas.

-Si que eres molesto, ¿lo sabías?- dije una vez que me sentí cansado de jugar y me había despertado totalmente. Al menos, había logrado que luego de tan mal día, me sintiese mucho mejor.

Se apartó de arriba mío y se recostó a mi lado. Ambos nos miramos y reímos por un buen rato, hasta que D.O se quedó dormido.

-Como me gustaría que te fijases en mí- declaré furtivamente mientras tomaba su mano,  y depositaba un suave y fugaz beso en cada uno de sus dedos. Luego, en la palma y seguidamente en el interior de su muñeca. Permanecí unos cuantos segundos contemplando su rostro y después de mucha cavilación, con la mano disponible acaricié su mejilla y robé un beso de sus labios. Ansié en aumentar nuestra cercanía, pero me detuve temiendo que despertara.

-Por el momento será todo lo que te arrebate- susurré con pesar en su oído. Y sin soltar su mano, me enderecé para mirar al techo.

-¿Qué debería hacer? -pensé con angustia mientras cerraba los ojos que se sentían muy pesados -Ahora tengo dos personas que no puedo apartar de mi mente. Una de ellas, es la que me gusta, el cual duerme junto a mí y la otra es quien odio desde que nuestras miradas se cruzaron-Habían bastado solamente unos pocos minutos para que sintiera aborrecimiento hacia él.

-Kim Jong In- dije luego de abrir los ojos, al recordar el nombre que no podría olvidar jamás -Juro por dios que no te volveré a ver- aseguré y me sentí más relajado, por lo que me dormí.  

Notas finales:

Actualizaré pronto! Nos vemos ;)     ....DAEBAK!!


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