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Liveliness por ksjoonah

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Notas del capitulo:

Perdonen la demora!!! >.<

Bueno espero que les agrade porque a mi me gustó mucho escribirlo :)

 

NO ANTICIPO NADA PERO...  ¡CHAN CHAN!

 

Capitulo 7

 

[Kai POV]

Estaba muy agotado luego de haber trabajado durante dos días seguidos, por lo que cuando llegó la hora del descanso me encerré en mi consultorio.

Mi recreo no duró mucho ya que a los pocos minutos, tocaron la puerta.

-Pase- dije después de sentarme correctamente y ordenar lo que estaba sobre mi escritorio.

Uno de mis colegas entró llevando una historia clínica, que parecía ser bastante nueva por lo que supuse, su paciente sería un recién llegado.

-Hola Jong In ¿Cómo has estado?- preguntó evaluándome con ojos críticos -Puedo suponerlo por tu aspecto.

-Si- asentí -hace dos días que no paro- me sentía fastidiado.

-No quiero molestarte, pero me han dado esto para que te lo entregue- explicó apenado y me dio la historia clínica.

-Es trabajo no te preocu…- no pude terminar la frase, porque me había sorprendido al ver a quien correspondía la ficha en mi mano. Empecé a reírme muy fuerte y mi colega se asustó.

-¿Por qué te ríes?- preguntó el curioso médico frente a mi escritorio.

-No es nada- negué ahora un tanto más calmado, aunque aún mantenía algunos temblores por intentar reprimir el regocijo -Gracias. Me encargaré de esto.

Mi colega dejó el consultorio con una expresión de desconcierto, porque no le había explicado lo divertido que me parecía la situación.

 

Era algo del destino que esto llegase a mis manos.

-Jun Myeon- leí -Parece ser que soy muy afortunado de volver a verte- me sentía muy feliz por poder encontrarme con él nuevamente, lo cual me hizo sentir con más ganas de continuar trabajando. Sin embargo, a medida que leía el diagnostico, cualquier pequeña alegría que había tenido anteriormente desapareció. La causa de su segunda aparición en el hospital, no era simplemente por estrés.

-Tengo que hacer algo- me dije con determinación. Me levanté de mi cómodo asiento y me dirigí hacia la puerta. Cuando estaba por salir, me detuve a cavilar mi acción -¿Qué diablos estoy haciendo?- pensé lanzando una mirada al techo. Suspiré y volví a ver el papel en mi mano. No tenía mucho que meditar, por lo que dejé que mi cuerpo actuara por instinto. Salí definitivamente de mi lugar y me dirigí al segundo piso.

Una vez arriba, busqué la habitación ‘225’ pero me detuve pocos metros antes de llegar, ya que junto a su puerta había un chico que parecía tener su mísma edad. Supuse era un amigo. Él tenía dificultad para entrar ya que se había quedado un largo rato inmóvil frente a la puerta. Me acerqué para preguntarle si necesitaba ayuda, pero antes de alcanzarlo se decidió y entró.

Cuando el pasillo quedó completamente vacío, me aproximé hasta estar lo bastante cerca para poder escuchar. No era que yo fuese un entrometido y que me gustase meterme en asuntos ajenos, pero Jun Myeon me resultaba muy interesante, por lo que no me importó y me apoyé sutilmente contra la entrada. Me sentí demasiado afortunado al notar que la puerta no estaba cerrada en su totalidad.

-Lo siento- dijo el chico, al cual desconocía, había empezado a llorar.                                                                     -¿Porque sientes todo? ¡Esto no ha sido culpa tuya!- gritó Jun Myeon con desesperación. No entendí a que se debía su exagerada reacción, pero me había preocupado ya que el otro no paraba de sollozar.
 -Pero…- el desconocido se calló cuando Jun Myeon lo sujetó del cuello de la remera.

La situación se había ido de control, por lo que me decidí a entrar pero me detuve al instante de ver lo siguiente. No cabía en mi sorpresa lo que estaba contemplando. Suho había atraído hacia sí a ese chico y lo estaba besando, pero no un simple beso sino que intentaba buscar su cercanía, tomándolo por la nuca e introduciendo uno de sus dedos para que abriera su boca.
Tuve una mezcla de sensaciones inexplicables. Tanto la irritación como el deseo se apoderaban de mí. Me sentía muy molesto, pero cuando me imaginaba a mi mismo en ese lugar, siendo besado de esa manera tan sensual y provocativa, quería seguir observando. Generaba en mí que pareciera un niño sin experiencia alguna.
Cuando volví a concentrarme en lo que tenía frente a mis ojos, noté que la situación había cambiado bastante. Suho, ahora se encontraba arrodillado y aprisionando al chico con sus brazos. Él empezó a deslizar sus manos bajo la remera del otro y éste ahogó un gemido. De repente, se apartaron uno del otro ya que el desconocido parecía sofocado.
Desde mi perspectiva solo podía ver a Jun Myeon, por lo que me sentí muy enojado al percibir la expresión que le estaba regalando a su amante. Se reía travieso pero a la vez increíblemente adorable, lo cual me causaba ansiedad por tenerlo entre mis brazos. Él volvió a besarlo, como una sutil caricia y luego en el comienzo de la mandíbula hasta la clavícula, en donde se detuvo por un instante. Succionó la zona de forma muy erótica, lo cual me produjo temblores de excitación y deseo por poseerlo. Quería que fuese mío y de nadie más, pero sentí un dolor punzante en el pecho al escuchar lo que Jun Myeon había dicho.
-Me vuelves loco- admitió, después de escuchar los sonidos de placer que salían con fuerza de la garganta de su amante -Me gustas- confesó a otro, lo cual me hizo sentir inmensamente miserable. Quería escuchar la contestación que daba el chico, pero oí unos pasos que se acercaban y me escondí tras una columna entre los cuartos.
El doctor Do venía acompañado de la madre de Jun Myeon y entraron en la habitación. Menos de un minuto había pasado, y la mujer salía ahora con el chico desconocido, el cual hace momentos había estado muy meloso con su hijo.
Una vez ya se alejaron lo suficiente, volví a aproximarme a la escena. No había podido pegarme a la entrada ya que ahora esta, se encontraba abierta de par en par, por lo que me quedé a un costado.
Luego de que el médico le comentara el estado de su enfermedad y le explicara que había soluciones para poder curarse, Suho pareció negarse a escuchar y lo último que dijo realmente me fastidio.
-No tengo motivos para arriesgarme a una operación de la cual no se si luego podré contarlo. Esta es mi resolución- quería callarlo por lo que me paré bajo el umbral de la puerta.

-Con que necesitas motivos ¿eh?- dije disimulando mi enojo con una gran sonrisa. Ambos curiosos, se voltearon para ver quien era. Una risa impertinente salió de su boca cuando me vio. El pendejo irrespetuoso, me lanzo una sonrisa irónica de desprecio.
-¿No te enseñaron a tocar?- pregunto ridiculizándome, al tiempo que realizaba el gesto intentando enseñarme como a un niño pequeño.
-Toqué pero nadie pareció escucharme, por lo que entré sin permiso- me inventé una excusa en el momento y luego saludé al doctor Do, para evadir el asunto.
-¿Cómo estás Kai?- preguntó mi colega sentado junto a la cama de Jun Myeon.
-Bien, sólo pasaba por aquí- mentí nuevamente.
-Que incordio- comentó con una expresión de repulsión, la cual me resultó contagiosa.
-¡Suho debes comportarte!- exclamó el doctor Do -A partir de ahora él será tu médico- al parecer él ya sabía que me habían solicitado que fuese el médico encargado de Suho.
-Es un chiste ¿no?- dijo Jun Myeon con disgusto -¿Él mi médico?- empezó a reírse a carcajadas y lo fulminé con la mirada, pero él no pareció darse cuenta.
-Los dejaré solos para que hablen- dijo el doctor Do, lo que había esperado por bastante rato. Quería hacerle ver a Suho que se metía con la persona equivocada.

Una vez solos, busqué su mirada y cuando la encontré, le dirigí unos ojos llenos de malicia y perversión. No me molestaba tanto lo de recién, eso ya lo solucionaría a su debido tiempo, sino su asunto con aquel chico. Me había dejado fatalmente alterado y pensé que necesitaba desquitarme. 
-Los niños traviesos necesitan una buena dosis de disciplina ¿no estás de acuerdo?- comenté y empecé a caminar hasta donde él se encontraba.

[Suho POV]

Nunca fui una persona que quisiese ser el centro de atención ni pasar desapercibido, pero en ese momento sólo quise desaparecer. Kai se acercaba cada vez más y a mi la desesperación me estaba devorando.
-¿Tal vez debería enseñarte lo que es bueno?- preguntó con lo que me pareció molestia, cuando había llegado hasta donde yo me encontraba.
-¿De qué hablas?- dije ignorando la situación. Me encontraba sudando del nerviosismo, ya que Kai había puesto sus manos en la cama, a los lados de mis caderas y su rostro estaba muy cerca del mío. Sus ojos me atravesaban y analizaban cada parte de mí, esperando una respuesta. Yo había entrado en un estado de shock por lo que no sabía que hacer.
-A mi me parece que lo sabes perfectamente- su aliento me estremeció al igual que sus palabras.
-Dímelo tú, ya que no sé a que te refieres- reclamé por su explicación -realmente no te entiendo.
Ante mi desconcierto, él comenzó a reírse muy fuerte y yo me sentí un completo idiota.
-No entiendo que te causa tanta gracia- dije irritado -eres tú el que habla de cosas sin sentido.
Repentinamente, se volvió serio y sus ojos se desviaron unos instantes hacia la ventana para luego volver hacia mí aún más severos.
-Tienes razón- asintió -te debo una explicación, pero es muy probable que no me entiendas si te lo digo con palabras, por lo que te daré una demostración.
Sin que yo lo notase, me tomo furtivamente por la nuca y juntó sus labios con los míos. Me costó volver a la realidad, hasta que empecé a sentir que su boca me arrebataba el aire. Intenté apartarme de él, pero su fuerza era mucho mayor que la mía. Estaba perdiendo mi resistencia y su aliento me estaba excitando bastante. No podía dejar de recordar lo que había vivido con Kyung Soo hacía unos momentos y sentía que tenía que liberar la frustración que retenía, por lo que con decisión, correspondí a su beso dejando que su lengua se entrelazara con la mía. Sujeté fuertemente del cabello que descansaba en su nuca para atraerlo hacia mí.

Ante mi acción, Kai abrió los ojos con sorpresa, los cuales se encontraron con los míos que nunca se habían cerrado. Perecía que los suyos reclamaban con desesperación y yo pensaba darle lo que anhelaba, ya que a mí me pasaba lo mismo. Sus manos recorrieron con seguridad  mi espalda y se deslizaron por debajo de mi remera de hospital. Al sentirlas frías sobre mi piel que ardía, ahogué un gemido de placer.
Me había avergonzado el sonido que había salido por mi garganta, por lo que interrumpí el beso y hundí mi cabeza en su cuello para que no pudiera verme.
Escuché a Kai reírse y me alejé azorado para mirarlo.
-¡No te rías!- musité enrojecido.
-Es sólo que me pareces muy adorable- declaró con una sonrisa, para luego dirigir su boca a mi cuello, depositando un sutil beso. No quería replicar su comentario, ya que deseaba dejar mi impotencia causada por Kyung Soo, por lo que lo dejé que me quitara la remera. Kai por su parte, ahora se dedicaba a contemplar mi torso y a acariciarlo. Me empujó para que me recostara y presionó un interruptor tras el respaldo de la cama, para que ésta quede en posición horizontal.
Su atención no se había desviado de mi cuerpo en ningún instante, por lo que en ese momento me miraba más lascivo que antes. Sus manos que paseaban por mi torso se habían detenido en mis pezones y ahora estos eran masajeados ferozmente. Comencé a jadear de forma brutal y Kai debido al deseo, se lanzó hacia mí para besarme nuevamente. Mordí con delicadeza su labio inferior y él gimoteó de gozo. Sus experimentadas manos se deslizaron hasta mi entrepierna que dolía por la erección.
Debido al éxtasis que sentía, no había percibido que Kai ahora se encontraba sobre mí y me tocaba sin descanso. Empecé a gemir de placer, y él al escuchar los alaridos que salían por mi garganta de forma incontrolable, se había sentido muy dichoso por lo que metió la mano dentro del pantalón para tocar directamente mi miembro. Pasaron pocos segundos para que ahogara el último gemido por el veloz deslizamiento que ejercía sobre mi miembro y finalicé corriéndome en su mano.
-Veo que estabas muy necesitado- dijo llevándose la mano a la boca y lamiéndola con una expresión libidinosa.
-Pienso que tú lo necesitas más que yo- declaré sonrojado luego de dirigir una rápida mirada hacia su entrepierna que la sentía muy grande y abultada sobre la mía -Si me lo pides, te devolveré el favor- dije con pretensión de herir su orgullo para sentirme regocijado. Él comenzó a reírse y yo me sentí incómodo.
-Hazlo- suplicó luego de un momento -Por favor- me sorprendieron sus palabras y mi interior se estremeció.
-Como tú digas- dije antes de depositar un fugaz beso en sus labios.
Lo tomé por los hombros y de forma bruta hice que nuestras posiciones se invirtieran, quedando yo arriba y él debajo. Kai me miró con asombro y yo le regalé una sonrisa traviesa.
Comencé a mover mi cadera sobre su erección en un vaivén, de forma lenta, para estimularlo pero también para desesperarlo. Kai lanzó un gemido ansioso de placer y me sujetó fuertemente del trasero. Me incliné más hacia él, para que nuestras entrepiernas se rozaran mutuamente y ante el rápido movimiento, se estremeció bajo mi cuerpo.
Una risa se escapó de mis labios, pero se vio interrumpida ya que Kai agarró con demasiado vigor mi trasero, lo cual hizo que empezara a jadear salvajemente.
La impotencia se apoderó de mí nuevamente, por lo que mi cuerpo comenzó a actuar irracionalmente y mis caderas se movían con urgencia. Kai, por su parte no paraba de gemir, y ante su anhelo entrelazó sus brazos alrededor mío y me besó fervientemente. Correspondí de la misma manera a su contacto, sin dejar de moverme encima de él. Me tomó por el cabello y ahora dirigió su boca a mi cuello, en donde lamió y luego succionó dejando una pequeña marca que me hizo gritar.
Me alejé ligeramente, para desabrochar su pantalón que parecía a punto de explotar y lo deslicé un poco para poder ver su erección directamente. Kai no pareció muy feliz con lo que estaba haciendo, pero no se opuso y me dejó seguir con lo mío. Al ver su miembro me sorprendí mucho por su virilidad, pero sin vacilación alguna lo sujeté espontáneamente. Quería verlo caer bajo mi osadía y así fue porque ahogó en un gemido de gozo total y se corrió en mi mano esta vez.
Me levanté de encima suyo en busca de algo para limpiarme, pero Kai al notarlo me tomó del brazo y se llevó a la boca mi pegajosa mano.
-¡¿Qué asco?!- musité con desagrado.
-No hagas algo que me haga sentir miserable- dijo con pesar y sus palabras me lastimaron sin intención, ya que me arrepentí de mi arrebato y no podía entender porque me dolía tanto el pecho.
-Lo… siento- dije con dificultad. No sabía que decir, pero lo mínimo que debía hacer era disculparme.
De forma sagaz, me sujetó del mentón y depositó un beso muy diferente a los anteriores. Esta vez era pasional, pero contenía un fuerte sentimiento que no supe reconocer. Fue tan sensacional, que lo tomé de la cintura aprisionándolo y se lo devolví con ansia.
Nuestra soledad se vio interrumpida, ya que tocaron la puerta. Kai se alejó de mí velozmente y yo hice lo mismo.
-Esto no quedara así- susurró con una gran sonrisa, para luego revolver los cabellos de mi cabeza ya despeinados.
Se acomodó la ropa, mientras yo hacía lo mismo y me acostaba en la cama. Luego se dirigió hacia la puerta y la abrió. Mi madre venía acompañada de la de Kyung Soo.
Al recordarlo, me sentí muy mal por lo que había pasado recién y por haberlo olvidado durante todo el asunto con Kai -¡¿Cómo pude hacer esto?!- reflexioné agarrándome la cabeza, pero inesperadamente, mi interior no se arrepentía de nada ya que yo no había traicionado a nadie, sólo a mi mismo en cuanto a mis sentimientos.
-¡Suho!- vociferó mi madre sacándome de mi mundo -es la tercera vez que te llamo. ¿Te encuentras bien?
-Si, mamá- asentí -¿A sucedido algo?
-No. Sólo he venido para decirte que es hora de irnos- dijo aliviada al ver que me encontraba perfectamente -Te esperaremos fuera, así que prepárate- finalizó y salió de la habitación junto a la madre de mi amigo.

Kai se acercó hacia mí y me tendió una mano.
-Me parece que somos más allegados ahora ¿no?- dijo con una enorme sonrisa.
-No te lo tengas tan creído- contesté con sarcasmo, luego de apartar su mano.
-Tú te sientes de la misma forma. De eso estoy completamente seguro. Con el tiempo lo entenderás- aseguró y me tendió mi bolso ya preparado que se encontraba junto a mi cama.
-Te equivocas- dije impulsivamente mientras le arrebataba mi bolso -Para mí esto fue un simple juego, que sirvió para aplacar la impotencia que ambos sentíamos- finalicé y a los pocos segundos de haberlo dicho me lamenté, debido al rostro decepcionado que él me estaba mostrando. Al no saber que hacer, me di la vuelta y salí con urgencia de la habitación dejando a un aturdido Kai tras la puerta.                                      

 

Notas finales:

Nos seguimos leyendo

Bye♥

...GAMSA!!


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