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Akai por Paz

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Notas del fanfic:

Bueno ya estoy dentro de la carpeta del año 2004 y si el recuento de fics no me engaña tengo seis para subir. Empiezo con este, desean que sea de vuestro agrado.

Notas del capitulo:

Este fic esta compuesto por cinco capítulos, ni muy largos ni muy cortos. En este primer episodio Hanamichi es un niño un tanto travieso y tiene que pasar por una situación bastante peculiar

Akai

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko

By Paz

Capítulo I: Travesuras

 

Kanagawa. Año 1983

El niño corría por la casa persiguiendo a su perrito, quien huía lo más rápido que podía con sus cortas patas, el pequeño reía divertido, sabiendo que no tenía ninguna posibilidad de escape, tarde o temprano le alcanzaría, finalmente, consiguió agarrarle de la cola y tiró de él, el aullido de dolor del perrito, hizo salir de la cocina a la mamá del travieso niño, viendo horrorizada como su hijo balanceaba de la cola al animalillo que con lastimeros gemidos se retorcía sobre su cuerpo intentando soltar su cola, más solo le quedaba soportar la broma del niño y colgar cabeza abajo.

Se trataba de un cachorrillo, su padre se lo regaló por su quinto cumpleaños, pensando que así su pequeño tendría un compañero de juegos. Lo era, más no en el sentido que su padre y ella deseaban.

-¡¡¡Hanamichi!!! - llamó su atención con tono de censura.

-Estamos jugando... –dijo posando su mirada acaramelada en su mamá.

-Eso no es jugar. –le reprendió- No debes hacerle esas cosas, porque en caso contrario vendrá el dios de los perros y te llevará con él. -Intentó hacer entender a su hijo que no debía darle ese trato al animalito- Solo es un cachorrillo, con toda seguridad está extrañando a su mamá, él que tú le trates así no le ayuda en nada a superar su perdida, tienes que darle cariño, cuidarlo, ser su amigo. Prométeme que serás más amable con él.

-Si, mamá... –bajo la cabeza, al tiempo que soltaba la cola del cachorro, mirando con aprensión al animalito, como si esperaba que ese díos del que su mamá le hablaba apareciera en ese instante para castigarle.

-Tadaima... –se escuchó la familiar voz de su esposo.

-Okaerinasai –dijo saliendo a su encuentro.

<º))))))><

-¿Que pasa con Hanamichi que está tan callado? –inquirió su padre sorprendido del silencio del niño durante el transcurso de la tarde y la cena.

-Ha estado haciendo travesuras con su cachorro y he tenido que reprenderle, con seguridad que esta recapacitando sobre su comportamiento –dijo su madre mirando hacia su hijo que seguía con la mirada baja.

-Le llevaré a su cama. –se acercó a su hijo que sentando en el suelo, sostenía contra su pecho al perrillo como si así sus anteriores travesuras con el animalito quedaban olvidadas. Se fijo que el perrito estaba bastante nervioso en sus brazos.

Se acuclillo a su lado.

-Has pensado que nombre darle?

El niño miró a su padre y negó con la cabeza.

-Deberías pensar en ello, hace dos semanas que lo tienes y con seguridad que él esta esperando impaciente saber como vas a llamarle. –acarició las orejas del perrito.

-Puedo llamarle perro...

-Ese no es un nombre y lo sabes –acaricio la mejilla de su hijo con ternura- Seguro que esta noche mientras duermes encontrarás el nombre adecuado.

Hanamichi asintió.

-Vamos, a dormir entonces. –se levantó, tomándole en sus brazos, sin que soltará al perrito.

El perro escapó de prisa en cuanto se vio libre, temeroso de recibir también un baño, no fue así, el niño tras ser bañado, aún dejaba que su padre lo hiciera, se puso un bonito pijama rojo y se acostó en su cama.

Estaba a punto de cerrar la puerta cuando le detuvo la voz de su hijo.

-Papá...

-Dime...

-¿Vendrá por mi el dios de los perros? –ese era su temor.

-No..., con seguridad que esta tan ocupado que no ha visto tus travesuras. –sonrió volviendo junto a su hijo que le miraba asustado, le dio un beso en la frente y le despidió- Felices sueños, Hanamichi. Tranquilo, no vamos a permitir que nadie que haga daño. A nuestro lado estas seguro.

<º))))))><

Pasaba de medianoche, cuando un sonido despertó a Hanamichi. Se sentó en la cama, restregándose sus ojitos somnolientos, aunque estaba a oscuras la habitación pudo ver al muchacho que sostenía a su perrito con una sola mano, mientras con la otra le acariciaba desde la cabeza a la cola, el animalito ronroneaba feliz arqueando el lomo.

-¿Quién eres? –el muchacho tenía una expresión tranquilizadora y por ello no tuvo miedo, aunque si se preguntó como había entrado.

-Soy el dios de los perros, y voy a castigarte. Sabrás lo que se siente siendo un perrito, durante una semana serás un cachorro, quedaras solo librado a tu suerte. Pasado ese tiempo te traeré de regreso.

Creyó que soñaba, y nuevamente se restregó los ojos, pero el chico seguía allí, solo entonces cuando vió que le señalaba con su dedo índice y que su cuerpo comenzaba estar rodeado de un resplandor azulado gritó asustado.

-¡Papaaaaaá! Guau... guau... –ladró sintiendo que su cuerpo había encogido, que estaba sobre sus cuatro patitas en un lugar lleno de hierba que le hacia cosquillas en el morro- Guau... guauuuu... –lloriqueó tumbándose en la húmeda hierba y escondiendo el morro entre sus patitas, sintiéndose desamparado.

Un ruido cerca de él le sobresaltó, con un ladrido lastimero salió corriendo perdiéndose en la noche, corrió y corrió hasta que se encontró sin aliento y profundamente cansado se apoyó contra una pared, mirando desde su corta altura la inmensa calle desierta que aparecía ante su asustada mirada.

Fue aquella una interminable noche, en la que continuamente le asaltaban mil peligros, considerando que era un cachorrillo y que todo le asustaba. La bocina de un coche, el chirriar de las ruedas, otros perros mayores que él, hasta un borracho quiso llevárselo, más él huyó con sobresalto hasta que se sintió a salvo de aquella mirada extraviada, que no auguraba nada bueno para su seguridad.

Sus correrías le llevaron hasta un inmenso parque, donde además de altos árboles, se veían matorrales donde podía esconderse y allí, en lo más profundo de uno de ellos se metió el cachorrillo sintiéndose muy desgraciado, solo, hambriento y asustado.

Continúa…

Notas finales:

Glosario de Japonés

Tadaima: He vuelto (para anunciar que esta en casa, que ha regresado, se suele responder con un Okaerinasai: Que bien que hayas vuelto.

 He visto que este capítulo si es corto...


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