Las nueve de la mañana, bastante temprano a decir verdad, solo por el pequeño detalle de que tenía que estar en la preparatoria Ryonan a las diez en punto para el partido de práctica que tendrían esta y su preparatoria Shohoku, el desayuno lo traía todavía en la boca; un pan reseco que encontró en la alacena y al cual no le dio tiempo de ponerle nada, la ropa se la iba poniendo todavía cuando salió y para colmo su pelo era una maraña con nudos pues no le dio tiempo ni de agarrar el cepillo en fin un verdadero desastre, pero pensándolo mejor que más le daba su aspecto si seguramente el entrenador no lo dejaría jugar debido a que solo hacia una semana que lo habían dado de alta de clínica de rehabilitación donde trataban su lesión.
Llego dando saltos a la estación donde se reuniría con sus compañeros los cuales no parecían nada contentos.
-Estúpido, cuando será el día que llegues temprano – le grito Ryota, nuevo capitán del equipo
-Torpe – susurro un alto moreno , lo cual enfureció a Hanamichi, como se atrevía ese zorro a insultarle cuando él hacía lo mismo dando la escusa de quedarse dormido
-Jojo Sakuragui sube al vagón el tren ya se va – le grito el profesor Anzai
En efecto en ese junto momento se anunciaba el cierre de puertas y sus compañeros entraban lo mas rápido que podían, el estaba a tres vagones de distancia por lo que quedo separado de ellos – mejor – pensó así no tendría que soportar sus regaños y los insultos de Rukawa, que iluso fue al pensar que después de aquel partido contra Sannoh podrían llevarse mejor si hasta la mano se habían dado.
El tren estaba casi vacío, pero la mayoría de los asientos estaban ocupados, decidió quedarse parado frente a la puerta contraria así al menos disfrutaría de el paisaje. Una estación mas tarde subieron unas cuantas personas pero a la siguiente el tren se atesto por completo. Hanamichi quedo atrapado contra la puerta y la multitud, ni siquiera su intimidante altura lo salvo de ser aplastado y aun faltaban cinco estaciones para llegar, en definitiva ese no era su día.
Pasando una estación mas el tren se lleno aun mas y Hanamichi comenzó a sentir que algo no andaba bien, en un principio pensó que la mano rozando su trasero había sido un accidente por el jaloneo del tren pero una segunda y tercera era demasiado para coincidencia, volteo hacia atrás para ver que sucedía y quedo sorprendido al encontrar a dos tipos de traje tan altos que incluso le sacaban un par de centímetros estaban de espaldas a el por lo que no podía ver sus rostros, además parecían ser bastante fornidos pues ocupaban un gran espacio en el tren – no hay forma de que unos tipo como esos acosen a un hombre – penso inocentemente Hanamichi que creía se encontraria a un viejo calvo y con cara de pervertido, pero esos tipos parecían respetables.
Una estación más paso y Sakuragui se tranquilizo al no sentir ya esa mano furtiva, pero a la siguiente el tren dio un frenen tan brusco que casi pierde el equilibrio siendo apenas sujetado por el cuerpo de una persona a su derecha.
-Disculpe yo.. – su nariz se topo con una fuerte barbilla tuvo que alzar un poco la vista para ver a la persona que le había sostenido la cual no era otra que uno de esos hombres de traje solo que ahora se encontraba de frente a él y lo observaba con una sonrisa completamente malévola.
No era feo, debía decirlo, tenia facciones relajadas y parecía bastante joven pero esa sonrisa no le era nada agradable parecía que se burlaba de él y eso no lo iba a permitir. Hanamichi se paro derecho nuevamente recuperando el equilibrio y encarando así al tipo.
-¿Se te ofrece algo? – le pregunto mientras le dedicaba su eficaz mirada que mata
El tipo sonrió aun mas –a mi nada pero a mi amigo si – le dijo en susurro mientras daba un paso hacia enfrente, el pelirrojo retrocedió unos centímetros por inercia topándose con una enorme pared, allí detrás de él se encontraba el otro tipo de traje, lo habían acorralado.
Eso tenía que ser una pesadilla, como era posible que el gran Hanamichi Sakuragi se encontrara en una situación que más bien les sucedía a indefensas chicas en trenes atestados. Una descarada mano se poso en su trasero con tanta brusquedad que casi le saca un gemido.
-Bastardos voy a matarlos a los dos – Hanamichi estaba que estallaba en furia primero le proporcionaría un cabezazo mortal al tipo de enfrente y luego le desharía la entrepierna al otro con una patada, pero antes de poder hacerlo, con una enorme fuerza el degenerado que le tocaba el trasero le torció el brazo izquierdo hasta el punto de lastimarlo.
-Será mejor que no armes escándalo señor deportista – le dijo el hombre, pues conocía bien el uniforme que el chico llevaba puesto.
El pobre pelirrojo se quedo helado, si armaba un escándalo en ese momento sus pocas posibilidades de jugar ese día se volverían cero, nadie le creería lo de ser toqueteado en el tren, pero no podía permitirles a esos desgraciados hacer lo que quisieran con su persona.
Mientras pensaba la mano en su trasero comenzó a moverse violentamente por toda la extensión de sus firmes nalgas haciéndole reaccionar con un brusco sonrojo que no paso desapercibido para el tipo que tenía enfrente y que obviamente también estaba disfrutando, eso era todo por mas expulsado que quedara no iba a permitir tal ultraje tomo toda su fuerza para zafarse del agarre lográndolo apenas pues el tipo tenía unas fuerzas de miedo, iba a propinarles una buena paliza cuando el anuncio de la siguiente estación lleno el vagón haciendo que ambos hombres dieran un paso hacia atrás
-Valla llegamos a nuestra parada, y yo que estaba disfrutando de el paisaje – se burlo el que estaba frente a el
-Y que lo digas, tendremos que dejar el banquete para después pelirrojo – dijo el otro ya perdiéndose en el hervidero de gente para salir junto con su compañero
Hanamichi por lo mientras estaba de piedra, que demonios había sido eso.
La siguiente parada era la del pelirrojo así que bajo automáticamente porque su mente todavía estaba en blanco.
-Hey Hanamichi que diablos haces parado como idiota tenemos que correr – le grito Ryota. Hanamichi corrió para alcanzar a sus compañeros que lo esperaban a unos metros
-Hanamichi Sakuragi estas muy distraído que es lo que te pasa – le pregunto Ayako al verlo completamente perdido
-Ah no me pasa nada Ayako – le respondió apenas pues seguía perplejo por lo ocurrido
Mientras tanto cierto pelinegro no le quitaba la vista de encima a la mano izquierda del pelirrojo y a las rojas marcas de dedos que parecían muy recientes.
>En la estación anterior
- oye ¿que demonios estábamos haciendo? –
- creo que estábamos acosando a un hombre –
- ¡¡¿Qué?!!-