-eso fue patético- se quejo Seiya
-por que lo dices Seiya?- pregunto el peli-verde
-no dio nada de miedo-
-tienes razón- Hyoga recién salía de la “casa del terror”
-y ahora a donde vamos?- Shiryu estaba unos pasos más atrás.
-A los autitos chocadores!- dijo el rubio
-Siii!- dijo Shun emocionado.
Dicho esto se fueron a los autitos chocadores.
En otra parte de la feria…
-Kiki ya te dije que eso no es para chicos como vos- dijo Mu con seriedad. El pobre quería ir a la montaña rusa y Mu no lo dejaba por que decía que era muy chiquito
-ya déjalo! Es más! Si quieres yo lo acompaño- Alde se ofreció con una sonrisa
-pero… es que es muy peligroso-
-ya veras que no- agarro a Kiki y se lo llevo a la montaña rusa. Se subieron y dieron toda una vuelta. Cuando se bajaron Kiki saltaba de la excitación,
-es lo mejor del mundo- estaba muy feliz- quiero subir de nuevo. Vamos Alde?
-tal vez más tarde- había comido demasiado y esas vueltas le revolvieron el estomago, por eso no se sentía muy bien que digamos.
-vamos! vamos! vamos!- Kiki se quejaba.
-por que no lo acompaños vos Shion?-
-porque yo soy demasiado viejo. Mejor que valla Dohko-
-estas loco? yo ni pienso subirme a esa cosa-
-por que no?- le pregunto Kiki
-es que…-
-es que, que?-
-es que me da miedo- dijo apenado casi en un susurro. Al oír esto todos los presentes se empezaron a reír a carcajadas.
-no es gracioso!- se había puesto rojo
-si lo es- Shion apenas podía hablar, le faltaba el aire de tanto reírse…
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Saori se encontraba paseando por la mansión Kido, parecía estar muy nerviosa. Caminaba por el comedor, iba a la cocina a tomar un poco de agua, volvía a su escritorio y así todo el tiempo. El reloj dio las 12 en punto, el corazón le dio un vuelco, respiro hondo y se quedo sentada. De repente todas las luces se apagaron, el cielo se oscureció por culpa de las nubes. La puerta de estudio se abrió lentamente dejando ver la figura de un hombre alto que estaba acompañado.
-que haces aca? Yo ya cumplí con mi parte, por favor andate-
-ese no fue el trato- dijo el hombre que acaba de ingresar a la sala
-yo les di el día libre y les sugerí el lugar, ellos aceptaron y fueron. Mi parte esta cumplida- quería que se fuera lo antes posible.
-pero todavía no termina- el hombre le hizo una seña a dos de sus acompañantes. Estos avanzaron y agarraron a Saori de los brazos impidiendo que se moviera. Ella trato de librarse del agarre pero lo único que consiguió es que le apretaran más fuerte.
-que es lo que queres? Yo ya cumplí Hades- la peli-morada se encontraba muy nerviosa.
-te dejare en paz cuando estén muertos y vos vas a tener que verlo todo- pudo divisar una leve sonrisa en el rostro de Hades
-no! Por favor!- no podía contener sus lagrimas.
-no entiendo por que lloras. Después de todo, fuiste tu quien los guió a la trampa-
-yo no quería…- dijo en un susurro, las palabras se anudaban es su garganta
-y entonces por que lo hiciste?- verla sufrir era de lo más hermoso
Saori lo miro fijamente sin poder contestar, ella no había querido hacerlo pero se vio obligada a hacerlo, había sido manipulada fácilmente como una niña tonta. Miro por sobre el hombro de Hades, para ver quienes eran los que lo acompañaban y ahí estaba, con su mirada fría sin expresión alguna, siempre serio y distante. Su cabello azul azabache resplandecía con la luz de los relámpagos que caían. En cuanto el la miro ella desvió rápidamente la mirada hacia el suelo.
-Aiacos, Minos tráiganla.- ordeno Hades. Ellos obedecieron y se llevaron a Saori.
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Por otra parte Camus y Milo caminaban tomados de la mano. Camus sostenía un oso gigante de peluche que Milo había ganado para él en uno de esos juegos en los que hay que embocar el aro en una botella.
-te gustaría comer un algodón de azúcar?- pregunto el de pelo azul oscuro
-si, esta bien- compraron el algodón de azúcar y siguieron caminando – que tal si, vamos al… túnel del amor?- esto último lo dijo en un susurro cerca del oído de su amante. Si bien era el caballero más frío del santuario, cuando estaba con Milo todo cambiaba, el se transformaba totalmente y se dejaba llevar por sus sentimientos. Milo sonrío en forma picara al escuchar esas palabras, lo tomo por la cintura y se dirigieron a donde Camus había sugerido…
-en tu cara Saga!- Kanon había derribado todas las botellas y se ganó una armónica.
-diablos!- él solo había logrado derribar 8 de las 10 botellas.
-no te pongas así Sagui- Aioros lo beso en la mejilla y lo abrazó por el cuello.
-yo quería ganar ese muñeco para vos-
-en el próximo juego seguro que ganaras- Saga sonrió-sabes que te amo cierto?-
-si lo se- le dio un dulce beso y se encaminaron al siguiente juego.
-son patéticos- Aioria observaba con asco la patética escena que interpretaban Saga y su hermano.
Kanon se rió, lo que provocó que Aioria lo fulminara con la mirada
-de que te ríes?-
-de vos-
-de mi?-
-si de vos. Le decís patético a tu hermano cuando vos sos más cursi que el-
-eso no es verdad-
-si lo es- poco a poco se acerba a el león hasta dejarlo contra la pared- ahora el gato esta acorralado- lo miraba de forma picara. Aioria desvió la mirada, se sentía nervioso. Kanon se acerco y le robo un beso que el león no dudo en corresponder, se separaron luego de unos minutos cuando la falta de aire se hizo presente.
-mejor vamos a buscar a mi hermano y Saga-
-como quieras- lo tomo de la mano y fueron a buscar a Saga y Aioros que estaban en el puesto de tiro al blanco.
Shura y Shaka no se habían movido de su lugar, seguían sentados bajo el árbol descansando y charlando.
-que crees que estén haciendo los demás?- preguntó Shura
-no lo se, supongo que jugando por ahí-
-si, seguro que eso están haciendo-
-oye Shura…- empezó a decir el rubio.
-que pasa?-
-no te sientes raro?-
-en que sentido?-
-como si nos estuvieran observando-
-no, ¿Por qué?-
-por nada, olvídalo-
Las caricias y los besos se hacían presentes entre Death y Afrodita. El sueco no dejaba de recorrer con sus manos el cuerpo del italiano y además de besar su cuello y pecho. Death acariciaba la espalda y las piernas de Dita provocando que este soltara unos leves gemidos.
-eres increíble- dijo Death entre jadeos.
-vos no estas nada mal- bajó su mano hasta la entrepierna del caballero de cáncer, desabrocho su pantalón y empezó a acariciarla por sobre la ropa interior…
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La joven de cabellos violetas aun lo observaba en lo alto de la colina. Una sonrisa maliciosa se hizo presente en su rostro. Sintió un fuerte cosmos detrás suyo y se volteo.
-que haces acá?- preguntó seriamente
-no deberías hablarme así. Además tampoco es asunto tuyo lo que yo hago o no- respondió este
-que el señor Hades confié en vos no quiere decir que yo también lo haga-
-vos misma lo dijiste. Hades confía en mí y eso es más que suficiente- Ella lo miraba fijamente- decime… hace cuanto que llegaron?
-hace unas cuantas horas-
Ambos se dieron vuelta sorprendido cuando sintieron esa fuerte presencia. Las nubes obscurecieron todo el cielo y los relámpagos se hicieron presentes.
-mi señor- se inclino la joven haciendo una reverencia. El otro solo lo observo – veo que trae a Saori con usted-
-así es Pandora, no iba a dejar que se pierda toda la emoción- al decir esto último sonrió- y vos Ikki no sabía que estabas acá-
-solo decidí adelantarme- volvió a mirar en dirección a la feria y pudo ver a su hermano junto con los otros santos de bronce que estaban a punto de subirse a la montaña rusa.
-no cree que es hora de empezar?- preguntó Radamanthys que hasta entonces no había dicho ni una sola palabra.
-aun no. Démosles un poco más de diversión…
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Al ver que el cielo se nublaba Shura y Shaka decidieron ir a divertirse un rato, antes que la lluvia les arruinara la tarde.
Dita y Death decidieron hacer lo mismo, ir y aprovechar un rato la feria, total lo otro podían dejarlo para la noche, en cambio una tarde libre en una feria no la tenían siempre…