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[KyuMin] Profesor de Literatura. por peri

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Notas del fanfic:

Bueno, de hecho es una experiencia personal, pero quería plasmarlo en un couple que adoro. Ahhh, me parece algo muy raro ya que es la primera vez que me he fijado en un profesor. Pero bueno, ahí les va la historia, espero les guste n_n

Notas del capitulo:

De hecho solo es un OneShot ^^

La mañana empezaba y daba inicio a ese día tan ansiado desde la semana anterior. Un sábado como cualquier otro, si fuera una persona común; pero no es el caso. Era un día en el que se podía dejar volar la imaginación, un día en el que solo importaba la última clase del horario semanal de la escuela, un día en el que le volvería a ver.

Lee SungMin despertó eufórico de solo saber que ese día vería de nuevo a su profesor. 

Se duchó; se vistió y arregló aún sabiendo que su profesor jamás se fijaría en él, y la verdad poco le importaba porque él seguiría haciéndolo; alistó sus cosas, ingirió un intento fallido de desayuno, aseó su pequeña boca y salió rumbo a la escuela con toda la ilusión armada en su mente.

Si bien era cierto, al chico le había costado mucho aceptar su obseción por aquel profesor de literatura. No podía más. Cada que el toque de campana anunciaba que la hora esperada había llegado, su corazón saltaba de alegría y en su estomago, miles de mariposas se hacían presentes para terminar de empeorar su situación. Hasta que un día cayó en cuenta que algo le pasaba con el dichoso profesor.

Sus pequeñas y pálidas manos temblaban ante aquel pensamiento, ante el solo imaginar que podía fijarse en un docente, y no solo eso. Lo que más le atormentaba era que fuera un hombre y no una mujer. 

Inmerso en lágrimas, se hundó entre sus cobijas mientras escuchaba una de las cuantas grabaciones de audio que había sacado de las clases semanales. Se molestó consigo mismo, con el mundo y con el profesor por hacerle sentir aquello que se negaba a aceptar. Pero en el fondo, una pequeña voz, le gritaba que tal vez aquello no era tan malo; que tal vez si no lo comentaba como quien gana un premio, no terminaría siendo tan malo después de todo.

Secó sus lágrimas y sonrió al escuchar nuevamente la voz de aquella persona que lo llevaba lejos del mundo real.

 

Una vez que llegó a la escuela, ganó sitio y sentó casi en la primera carpeta. ¿Casi? Sí. Él simplemente no podía estar muy cerca, por lo que optaba por sentarse en la segunda o tercera carpeta, siempre emocionado, pero todo se desvanecía al recordar que las tres primeras clases eran las más aburridas de todas. Primero con Historia Universal; ni siquiera podía dormir por haberse sentado cerca al pupitre del profesor. Luego Geometría; era terrible en las matemáticas, de hecho era lo que más odiaba. Y para hacer más terrible la espera: Trigonometría. El probre muchacho odiaba esas tres materias. Pero lo que más rabia le daba, era que seguía la hora de almuerzo, la cual duraba media hora. Durante esa media hora, no comía, no pensaba, no dormía, no hacía prácticamente nada más que mirar el reloj, rogando por que avanzara. 

Ese día, no tenía amigos. Todos sabían -o más bien creían- que el pequeño llegaba de mal humor, ya que fulminaba con la mirada a cualquiera que se le acercara. 

Pero, la espera había acabado al escuchar la campana sonar. 

Sus manos temblaban nuevamente, su estómago crujía y a la vez era llenado por sensaciones extrañas que solo él sabía la razón por la cual estas aparecían; sus labios esbozaban una sonrisa estúpida que ni él mismo controlaba. 

El profesor había ingresado, pero como era de costumbre, los alumnos seguían haciendo el alboroto característico para el grado de instrucción. Lee SungMin le miró a la delegada y esta entendió que tenía que parar  todo ese alboroto. Al minuto todos ya se encontraban sentados y calmados, así que el profesor empezó a escribir sobre la pizarra.

El pequeño alumno solo buscó la opción de grabrar en el móvil y lo guardó el en el bolsillo del saco del uniforme. Se acomodó, empezó a copiar lo que el profesor escribía. 

El profesor no decía ni una sola palabra mientras escribía. Empezaba su discurso, una vez terminada la pizarra. Y era ahí cuando LeeSungMin también dejaba de escribir, de hecho dejaba de hacer todo lo que estaba haciendo -y no solo él, de hecho todos miraban atónitos cada acción de aquel indibiduo-. Apoyaba los brazos sobre el puputre y se dedicaba a observar aquella figura que se encontraba en medio del salón. Aquellos labios gruesos que se abrían para dejar escuchar los peomas más bellos; aquellas manos que se unían a la actuación prolija que llevaba a cabo durante cada clase; aquellos cabellos tan cedosos y ligeramente alborotados; aquellos ojos negros que poseían la mirada más profunda y que hacía suspirar a al pequeño desde su pupitre; aquella lengua que mojaba esos labios tan perfectos una vez que su propio aliento los secaba; aquellas expresiones tan únicas a la hora de actuar; aquella forma de caminar de un lado a otro, siguiendo tal vez las escenas escritas en los libros más famosos y reconocidos; aquella voz que se unía a la actuación y a sus gestos únicos de una forma tal que miles de escalofríos recorrieran su pequeño cuerpo.

Lo estaba matando -por así decirlo-, pero a él le gustaba agonizar cada sábado por la tarde. 

─ Alumnos, hasta acá el tema. Un placer, hasta la próxima semana. ─Se despedía con una sonrisa antes de retirarse del aula. El salón se llenaba de aplausos, gritos, y demás en señal de agradecimiento ante la emoción causada una vez más por aquella clase.

SungMin solo podía suspirar con una gran sonrisa en sus labios y apagar el móvil no sin antes guardar la grabación.

─ Un día de estos me matará profesor Cho. ─ Murmuraba para sí mismo entre risas mientras guardaba sus cosas antes de salir. 

Notas finales:

Creo que lo dejé inconcluso xDDDDDDDDD lo siento D: 

Mmm.. depende de los vistos, lo sigo y tal vez le pongo lemon xDDD bueno~ no sé ^^ 

Gracias por leer♥


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