De haberlo hecho en el sofá, ahora nos encontrábamos en el baño, era un baño bastante espacioso y lujoso, contaba con dos lavabos, una tina de baño grande y una regadera. Frente a nosotros había un gran espejo.
Shiro se encontraba de pie sosteniéndose de la mesa del lavabo de mármol, aun llevaba puesta la camisa, pero le colgaba solo de un hombro, sus pantalones, ropa interior y zapatos habían desaparecido al igual de sus habituales lentes de montura gruesa.
No me había dado cuenta antes pero el cabello del delegado era más largo que antes y cuando agachaba la cabeza no podía ver sus ojos.
El se encontraba de frente al lavabo y yo detrás de él, puse mis manos en su espalda y lo incline un poco mas contra el lavabo, después tome sus caderas y lo hice levantarlas más. En cada movimiento podía escuchar los gemidos de satisfacción que cada vez mas… se esforzaba en esconder, me incline y lamí el lóbulo derecho de su oreja, de nuevo, un suspiro.
Las embestidas eran rápidas y contantes, el delegado seguía tan estrecho como lo recordaba y me excitaba el sonido de chapoteo que salía con cada embestida, la esencia de Shiro empezaba a marearme pero no quería detenerme.
Ahora pase de tomar sus caderas a tomar sus manos las cuales seguían aferrándose al lava manos, entrelace sus dedos con los míos y continúe moviéndome, mientras dibujaba pequeños y numerosos chupetones a lo largo y ancho de su cuello, después me volví a su espalda y continúe dejando marcas.
Me vine una vez dentro de él y gimió.
-Inchou-le dije al oído- ¿Alguna vez lo has hecho por ti mismo?-pregunte
El me miro por el espejo con expresión confusa, no entendía de qué hablaba yo.
Entonces tome por la cintura y lo levante, lo senté en el lavabo. Se sorprendió y me vio por el espejo atónito. Yo tome sus piernas y las separe, en el espejo podía verse el pinto en el que él y yo nos uníamos.
Su rostro se sonrojo… mucho…
Con mi mano derecha, con mi dedo anular, toque ese punto y el hecho un respingón.
-Hablo de si… alguna vez te lo has hecho a ti mismo- seguía tocando ese punto con mi dedo y él seguía estremeciéndose.- ¿Lo has hecho con tus dedos?
El delegado me miro, esta vez volteo a verme directo a los ojos, su mirada era avergonzada y cohibida, después lentamente bajo la mirada y negro con la cabeza.
-¿En serio? ¿Nunca?, ni siquiera por aquí adelante-dije y tome su miembro y comencé a frotarlo
-Ah! Mm!!... ah… Yonekuni… N-no… no lo eh hecho-intentaba alejar mis manos
-Entonces… por qué no lo averiguas ahora, ¿mm?
-Ah… mm.. ¿Qué? Saque mi miembro de dentro suyo y después lo hice recargarse contra mí, mi brazo derecho lo sujetaba, pasada de un hombro a otro y con mi otra mano tome la mano izquierda del delegado.
El me miraba por el espejo, expectante y temeroso al mismo tiempo. Tome dos de sus dedos y los introduje en mi boca, los lamí repetidamente, con mi lengua dibujaba círculos con mi lengua. El rostro de Inchou enrojecía, avergonzado, tan avergonzado que las lagrimas comenzaba a salir una vez más.
Solté sus hombros y con mi mano derecha separe sus piernas e introduje sus dedos dentro de sí pulsándolos con los míos.
-AH!! Ahaahh- gemía
-¿Cómo te sientes Shiro? ¿Se siente bien?-pregunte y lamí su mejilla por la que corría una lagrima.
-E… es.. extraño-contesto.
Lo hice introducir una y otra vez sus dedos dentro de sí, los hacía jurar en circulo e introducirlos más adentro, el delegado se contraída cada vez y comenzaba a mojarse mas y mas, sus caderas empezaban a moverse por sí mismas cada vez con más velocidad. Su cabeza se recostó contra mi pecho y empezaba a estirar su cuello hacia atrás. Shiro lo estaba disfrutando.
Lo bese una y otra vez, su lengua era experta y suave como la seda, no me pedía permiso en nada, a diferencia de las otras chicas con las que había salido, Shiro ponía las reglas cada vez y cada beso era mucho mejor que el otro.
Además de sus dedos también introduje dos de mis dedos. Un grito de satisfacción inundo las cuatro paredes de ese baño, el espejo empezaba a empañarse.
Lo tome y lo dirigí a la bañera. Abrí la llave del agua caliente y nos introdujimos juntos, el agua hacia que nuestros beso tuvieran un sabor extraño, pero nos invitaban para no detenernos. Nos frotamos cuerpo contra cuerpo y nuestros miembros se frotaban contra sí.
Momentáneamente nos mirábamos fijamente el uno al otro, solo cuando nos faltaba el aire.
Lo puse en 4 contra la bañera y comencé a introducirme en el, fue un poco difícil al principio porque mi miembro palpitaba y era un poco doloroso, pero Fujiwara fue muy cooperador y se sentó sobre el por sí mismo. Estaba de espaldas a mí y mi vista se enfocaba en su trasero y en el punto que nos unía. Jugué con sus tetillas y masaje su pecho varias veces. El me sostenía por el trasero, como si de esa forma intentara hacer que nuestra unión fuera más profunda.
Lo hicimos en el baño dos veces más, después pasamos a la habitación y ahí creo que fueron otras 5 veces más (no estoy seguro), solo sé que para cuando me di cuenta el sol ya había salido. Desperté en su cama con él junto a mí, recostado en mi brazo, la luz del sol que entraba por esas enormes ventanas iluminaba la habitación y prácticamente todo el apartamento. Mire el reloj y eras las 2:30, teniendo en cuenta que ya había sol supuse que eran las 2:30 de la tarde, es decir, que habíamos pasado casi 1 día entero teniendo sexo.
Agradecí al cielo y a mi virilidad que hoy fuera domingo, así no tenia que preocuparme de ir a trabajar.
Lo observe dormir por un momento, sus orejas y cola estaban a la vista y tenía una expresión apacible y serena en su rostro, casi parecía un ángel.
Me levante y me dirigía al baño, teniendo en cuenta la gran cantidad de sexo que habíamos tenido se me hizo muy dificultoso orinar. Después de orinar salí del cuarto y fui a la sala a buscar mis pantalones, los encontré rápidamente estaban a la entrada a unos 3 metros de la puerta, los tome y me los coloque… después recordé que no traía ropa interior y esa si me costó un poco más de tiempo encontrarla, estaban debajo de el pantalón y zapatos de Shiro, ahora que lo recuerdo fue él quien me los había quitado. Me sonroje un poco al recordar lo de la noche anterior, pero estaba muy feliz. Cubrí mi sonrisa con mi mano y me dirigí a la cocina, la cual era relativamente pequeña y al igual que el resto del departamento era de color blanco, comencé a pensar que, tal vez el color favorito del delegado era el blanco ._.
Vi una cafetera, busque el café y un poco de agua y prepare un poco, mientras me lo bebía contemplaba la ciudad, tan lejana como se veía desde ese punto, no parecía la misma ciudad de siempre en la que había vivido todo este tiempo.
Escuche un par de pasos y voltee la mirada. El delegado había despertado y entraba a la cocina. Llevaba una camisa blanca holgada muy simple y un pantalón de elástico negro también holgado.
-Buenos días Inchou- le dije y él me miro
-Ah… buenos días-respondió mientras se acercaba a la cafetera.-Aunque creo que es muy tarde para dar los buenos días- comento, sirviéndose el café.
-Es cierto-le di la razón y continúe bebiendo. Tomamos nuestro café en silencio mientras contemplábamos la ciudad.
Después mí vista cambio de ver la ciudad a verlo a él, me concentre específicamente en su cuello, las marcas que había dejado la noche anterior podían verse debajo de la camiseta. Me acerque a él instintivamente, bese ese chupetón. Se estremeció un instante y después viro el cuerpo a mi dirección y me miro, nuestros ojos se contemplaron por un instante y después nos besamos.
Lo hicimos de nuevo, en esa cocina… ya no recuerdo cuantas veces.