Pasaron 3 meses mas, el unico contanto que tenia de Shiro era por correo y por telefono, me enviaba los ecos de el bebe. Ibamos a tener un niño, aun no sabiamos la especie pero eso realmente no importaba. Tambien lo llamaba cada semana para saber como estaba y si necesitada algo. Como estaba embarazado habia tenido que reducir sus horas de trabajo asi que sus ingresos ahora eran menores. Fujiwara me habia prohibido ir a su casa y solo podia llamarlo 1 vez a la semana.
A diferencia de un embarazo de mujer, el embarazo en hombres dura 6 meses dentro del útero temporal y después, de 2 a 3 meses en una encubadora. En hombres que el hijo salga sano y sin ningún problema es difícil, pero cuando las dos especies del padre y madre son semillas pesas (como en nuestro caso) suele ser aun mas difícil. Y los abortos son comunes.
Justo 3 días después del ultimo eco que me envió Shiro, recibí una llamada. Era del Hospital Kiyoshi, en el centro de la ciudad. La voz del otro lado del altavoz era de una mujer, probablemente en sus treinta y con un liberó acento de Osaka, muy bien disimulado.
La mujer me indico que Fujiwara estaba hospitalizado y requería de mi presencia.
Acababa de regresar del trabajo y estaba muy cansado, pero inmediatamente tome mi saco, las llaves y salí corriendo. Tenia un muy mal presentimiento.
Llegue al hospital, me estacione y corrí hasta la entrada. Llegue a la recepción y me saludo una enfermera "rubia" la cual se sonrojo al verme y con un lijero movimento de muñeca se acomodo el flequillo.
-Vengo a ver a Fujiwara Shiro- dije, ella sonrió y se inclino a buscar el nombre entre un montón de papeles. Unos segundos después encontro lo que buscaba. Saco una hoja de su pequeño montón.
-El señor Fujiwara se encuentra el el tercer piso, habitación 613- dijo y después me guió hasta el elevador, inclusive se subió conmigo. Cada determinado tiempo volteava a verme y me regalaba una sonrisa, yo correspondía igualmente aunque en ese momento no estaba de ánimos para hacerlo, era la costumbre la que me obligaba.
Finalmente lleamos a la habitación y justo en ese momento le di las gracias, ella se giro hacia mi y nuevamnte me sonrió, mientras lo hacia tomó mi mano y deposito en ella un papel con su numero de telefono.
La chica se fue, y en cuanto la perdí de vista hice añicos ese papel. Realmente no estaba de humor para eso.
Respire hondo, toque la puerta y escuche un leve "Entre" venir de adentro. Hice caso a la orden. Cuando abrí la puerta Shiro se encontraba centado en la cama con su brazo recargado sobre su pierna izquierda, mientras que con ese sujetaba su cuello y el otro brazo estaba encima de su otro brazo colgando en el aire. Shiro miraba por la ventana absorto en sus pensamientos. La habitación era blanca, la cama estaba colocada justo en el centro y no había otra cosa mas que una silla, equipo medico y una vasinica en el lugar (además de los objetos básicos con las cortinas y las sabanas de la cama). Inchou vestía una bata blanca de hospital con lunares negros que estaba amarrada por la espalda.
-Inchou- dije en voz baja y el pareció despertar de su letargo. No dijo nada, pero me miro- ¿Estas bien?- pregunte, mientras me encaminaba hacia su cama- Me llamaron para avirme que estabas a aqui...
-Necesitaba que vinieras, tenias que ser el primero en saberlo.
-Eso es...- su rostro se ensombreció.
-Sufri un aborto espontáneo- dijo- Lo siento...
-... ¿No sobrevivió?
-Los médicos lo están tratando justo en este momento, pero es muy probable que no...... es muy probable que no...- me senté con el al borde de la cama y coloque mis manos en sus hombros.
-Inchou- comenze y el volteo a mirarme- Eres tan idiota- y estuvo a punto de replicar pero continúe hablando- ¿acaso no te das cuanta de que no estas solo? Yo estoy aqui, es nuestro hijo, de los dos!!, incluso si no quieres eso... No tienes que sufrir solo, tampoco fue tu culpa! Los embarazos entre hombres son difíciles y casi nunca funcionan. Pero por favor inbou no te culpes, yo estoy aquí, puedes apoyarte en mi- lo abraze. El no correspondio el abrazo en ese momento,pero pude sentir como lentamente pequeñas gotas (lágrimas) calientes comenzaban a caer sobre mi pecho. Lentamente Fujiwara comenzó a rodear mi espalda con sus brazos y después de aferro fuertemente a mi. Mientra largos y profundoss sollosos inundaban el silencio de la habitacion.
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