Salí del hospital y tome un taxi, no habia llevado mi auto porque era fin de semana y las calles estan atiborradas de gente. Derrepente, en el camino, sin darme cuenta lagrimas salieron de mis ojos y no pude detenerlas.
Me desborde en casa, llore como un niño cada vez que recordaba sus palabras y su rosto, fue ahí cuando me di cuenta de la magnitud real del daño que le hice al delagado, de cuanto lo lastime en aquellos años y en este tiempo. Cuanto sufrió con lo de el bebe, todo el dolorque e acumulo... no había forma de poder pedirle perdón a esta persona, un lo siento no seria suficiente, ya ni siquiera sabía si lo volvería a ver, me pidió que lo dejara en paz ¿como podría hacerlo ahora después de verlo así?
Dos días después intente llamarlo por medio de un telefono publico, no quería usar el mio si lo hacia tal vez no respondería. Pero de todas formas nadie respondio.
Después del trabajo fui a su departamento... Nadie respondió. Me quede un poco mas esperando a que llegara , pero nunca apareció, estuve fuera de su casa por alrededo de dos horas pero no había ni rastro suyo.
Me fui a eso de las 10, sin haber conseguido nada. Tal vez necesitaba un tiempo para estar solo así que lo deje pasar.
A la semana siguiente volví a intentarlo, pero como la vez anterior nadie respondió, fui de nuevo a su casa y de nuevo nadie respondió. Esa vez me percate de algo, no había rastro de su presencia, es decir, de alguna foma esto se sentía diferente. Por puro impulso pregunte al encargado del lugar (un hombre ) si sabia si Fujiwara llegaría tarde o había salido de viaje. El hombre me dijo que Shiro se había ido.
Se fue, se fue y no me dijo a donde... definitivamente se escapó de mi.
-Así que eso significaba ese "Adiós" que me diste- me dije...
Dos semanas mas pasaron, ya casi había transcurrido un mes desde la ultima vez que tuve noticias suyas.
Kunimasa me dijo que si el se habia ido entonces que lo dejara irse, que tal vez eso era lo mejor y que hiciera mi vida de nuevo.
Lo intente, realmente lo intente. Comenze una vez mas a salir con chicas, cualquiera que se ofreciera, cualquiera que fuese bonita... cualquiera que fuese un perro... Extrañamente nada me sabia igual, la comida, la chica, el agua, nada... ya no me concentraba en la chica, ni siquiera podía fingir ponerles atención, todo el tiempo pensaba en Shiro.
Esa noche cuando llegue a casa recibi una llamada.
-¿Hola?- conteste
-Hey!- dijo la voz del otro lado.
-¿Ah?- respondí, era la voz de un hombre. Lo cual era raro ya que yo siempre evitaba relacionarme mucho con ellos.
-Soy Ousho ¿me recuerdas? El querido mejor amigo de "Shiro-chan"
-...... ¿Que quieres?- inquiri
-Vaya forma de saludar- se quejo
-No te salude, solo te pregunto que que es lo que quieres
-Kunimasa me contó la situacion-dijo, y yo quise ahorcar a Kunimasa, ¡así que había estado contándoles de mi vida a todo el mundo!
-Así que solo llamas para burlarte- iba a colgar
-¡NO TE ATREVAS ACOLGARME!- grito del otro lado del teléfono- ¡Maldicion! Y yo que estoy aquí de buena fe ayudandote- se quejo- Aunque realmente no quiero hacerlo
-¿Ayudarme tu? ¿Como?
-Acaso no quieres saber donde esta Shiro?- no conteste, ¡por supuesto que quiero saber estupido! Pensé, pero trate de lucir controlado.
-¿Tu sabes donde esta?
-Si
-¿Donde?
-En mi casa- dijo y mi corazón se detuvo.
-Por que esta...
-Guarda silencio y solo anota la dirección...
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