Siempre eh sabido que Yonekuni es un semental, un homofóbico, creído, y por supuesto un estupido.
Lo que menos me espere es que fuera un buen padre. A decir verdad esa era una de mis mayores preocupaciones antes de aceptar su propuesta de matrimonio, pero tambien me sorprendi la primera vez que me pidio matrimonio. Pero el matrimonio no es del todo malo, gracias a eso lo tengo solo para mi.
Aunque aun hay días donde me arrepiento, como son los casos de sus acosadoras, no hay día en que no tenga que ahuyentarlas.
Desde sus supuestas "amigas" hasta sus compañeras de trabajo, las maestras del kinder de nuestro hijo, en el supermercado, en el banco, la camarera, la recepcionista, ¡incluso mientras va en auto! Estar con el es a veces muy molesto, lo unico que me ayuda a continuar es el hecho de que tenemos un hijo, y de que estoy seguro, por lo menos ahora, aun me ama.
-¿En que piensas? -me pregunto mientras tomaba cafe y leía el periódico
-No es nada-le dije y el me miro con sospechas- ¿Que?- pregunte
-¿Me ocultas algo?- inquirió
-No realmente- bebí un sorbo de mi cafe
-Estabas pensando un alguien verdad
-Pienso que Kunimasa..
-¿Kunimasa? ¿DE ENTRE TODOS ELIGES A MI HERMANO PARA ENGA—ARME?
-....-
-¿Como puedes hacerme esto?-gritaba con tono exagerado de novela
-Madarame...-me beso
-Debes llamarme por mi nombre Inchou ya estamos casados y continuas usando mi apellido
-Mira quien habla- conteste
-Hablando es serio, ¿Que es lo que te preocupa?-suspire, nunca le he dicho a Yonekuni que mi trabajo de medio tiempo, desde que estábamos en preparatoria a sido espantar a sus enamoradas, pero eso solo aumentaria su ego.
-No es nada, vámonos llegaremos tarde a la junta en la escuela- desvíe el tema
-Si esta bien- me siguio.
Hoy había junta en el kinder de nuestro hijo, originalmente iba a ir yo solo, pero por alguna razón nuestro hijo estaba encaprichado en que fuéramos los dos.
Pasamos por el pasillo en direccion a la puerta principal, sentí su mano en mi cintura y me jalo hacia el. Beso mi cuello y paso sus manos por mi pecho, deteniéndose un poco en mis tetillas y después bajando hacia mi entre pierna. Fue ahí donde lo detuve.
-Llegaremos tarde- le dije y el me miro, no estaba molesto, solo un poco decepcionado.
Cuando salimos y cerro la puerta entonces lo abraze por la espalda. No es que nos dijéramos frecuentemente cuanto nos amábamos, sino que lo demostrabamos con pequeñas acciones como esas.
Llegamos a la escuela, Yonekuni no tenia idea de donde estaba, incluso se mostro sorprendido cuando escucho el nombre del kinder, y por supuesto no sabia donde se encontraba el aula de nuestro hijo.
Finalmente, lo guie al lugar, entramos y nos sentamos, no había mucha gente aún solo unas cuantas mujeres.
En cuanto Yonekuni puso un pie dentro todas las cabezas voltearon a su dirección, y comenzó el cuchicheo obviamente relacionado a el. Estabamos apenas acomodandonos en nuestros lugares cuando una de las madres se acerco.
-Usted debe de ser uno de los padres-afirmo la mujer, Madarame la miro, pero no dijo nada, se encontraba impasible
-Me gustaría tener su telefono, es importante para los padres estar conectados, por cierto ¿usted es casado? -antes de que el pudiera contestar, el sensei entro y nos pidio tomar asiento a todos los presentes. El volteo a verme, pero yo estaba entretenido en mi celular, sin prestar atencion a lo que pasaba a mi alrededor.
La junta trato sobre un festival que abría pronto y querian de nuestro apoyo.
A la salida, mi pequeño vino a saludarnos, me quede con el un rato mientras me decía como había estado su dia. Madarame había sido raptado por todas las madres solteras, divorciadas y desesperadas que no hacían mas que obviar lo desesperadas que estaban. Me despedí de Shuhei, el aun tenia unas cuantas clases antes de la hora de salida y pasaria el día con sus primos así que Noririn iba a ir por el mas tarde. Justo cuando me despedía de el una voz me llamo desde atrás, era uno de los maestro, un chico vastante joven de talvez unos veintitantos años, cabello negro corto, delgado, un poco mas alto que yo, bien parecido unos bonitos ojos café claro.
Hable con él por un rato, era uno de los maestros de Shuhei, el cual se mostraba un tanto preocupado, por Shuhei, él no se llevaba muy bien con los otros niños y sin embargo era muy parcitipativo con las niñas, cuando el maestro le había preguntado el por que, Shuhei respondio que su papa le había dicho que "los hombres son escoria que debe morir" . Me disculpe con el en todas las formas posibles y le dije que hablaria con Shugei ( y con Yonekuni, por decirle esas cosas al niño). El maestro me dijo que no me preocupara, palmeo mi hombroy sonrió, yo también le deolvi la sonrisa y fue en ese momento que me di cuenta que Madarame me observaba, estaba serio, aun rodeado de esas mujeres que hablaban y hablaban a su alrededor, mas que mirarme a mi, su mirada se dirigida al maestro. Si las miradas mataran entonces Madarame estaria condenado a cadena perpetua.
Termine mi conversación y me dirigí hacia el, me abrí paso entre las mujeres y lo tome del brazo,
-Ya debemos irnos- le dije y sonrei. Las perras me miraron boquiabiertas y el se sonrojo. Nos abrimos paso entre ellas y después con el mismo brazo que lo sujetaba se solto de mi agarre y me tomo por la cintura, de vez en cuando pasaba por mi trasero, y después volvía a subir por mi espalda hasta llegar a mi cintura.
Si él piensa que algo bueno pasara hoy esta muy equivocado, esta noche se llebara el regaño mas grande de su vida, ¡Como se atreve a enseñarle esas cosas a Shuhei! Eso no se lo voy a perdonar. ¡Olviden lo que dije sobre que era un buen padre! Sufrirá de abstinencia esta noche.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español