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Yonekuni y su problema de disfunción eréctil por Pumkins

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Notas del capitulo:

Hola aqui esta el siguiente capitulo jejejeje una vez mas habia olvidado que tenia un fanfic jajaja XD

pero bueno aqui esta lo que sigue, segun yo iba a ser un fanfic de 5 capitulos, veamos que pasa :D

 

¡¡¡¡Ring!!!!

-¿Si?-contesto el teléfono

-Fujiwara, soy yo…

-Madarame… -alcance a escuchar como susurraba mi nombre, del otro lado del teléfono

-Me preguntaba si tendrías tiempo libre esta noche

-… ¿Esta noche?- pregunto, con tono vacilante

-Si, quisiera cenar contigo y poder conversar

-…-paso un minuto de silencio en lo que creo, su cabeza deducía la respuesta

-Solo hablaremos, no te preocupes tanto

.Mmm… está bien

-Bueno entonces ¿a las 8 está bien? Pasare por ti a tu consultorio

-Sí, está bien- me dijo y colgó inmediatamente.

Ya había pasado una semana desde ese incidente en su consultorio, no habíamos vuelto a hablar desde entonces, y no es porque yo no quisiera hablarle, todo lo contrario había estado luchando con mis ganas de llamarlo para que no creyera que estaba muy desesperado.

Después de lo ocurrido cuando llegamos al clímax, pasamos alrededor de un minuto recuperándonos. Shiro se levanto inmediatamente y se coloco la ropa interior y los pantalones, y yo inevitablemente tuve que hacer lo mismo aunque me hubiera gustado bastante una segunda ronda. Paso otro rato de silencio en el cual Fujiwara no se digno a mirarme en ningún momento.

Pero finalmente hablo. No eran las palabras que esperaba escuchar pero de algún modo me las esperaba.

-Vete- me dijo, aun sin mirarme- Tal parece que no te ocurre nada, estas perfectamente bien de salud, así que ya no tienes por qué venir.

No dije nada, solo asentí con la cabeza y me fui. Era obvio por la forma en que lo dijo que estaba molesto y no era buena idea echar mas leña al fuego. Tome mis cosas y me marche en silencio.

Recordando lo ocurrido me pareció sorprendente que aun con todo eso, Fujiwara hubiera aceptado verme de nuevo, pero tal vez el quería respuestas al incidente, tanto como yo quería darle esas respuestas.

-Como has cambiado- le dije a mi reflejo en la ventana de mi despacho, mientras pensaba en el- ¿A dónde se ha ido el adorable delegado? Si hubieras sido el tu de nuestros días de escuela, indiscutiblemente en vez de echarme a la calle me habrías dicho que me amabas, ¿no, Inchou?- suspire.

De alguna forma extrañaba al delegado amable que siempre hacia todo lo que quería sin protestar.

El día pasó muy, pero muy, extremadamente muy lento, y por fin llego la hora de ir por Fujiwara. Salí de mi oficina lo más rápido posible, evitando a cualquier persona que pudiera retrasarme, incluso tuve que rechazar la oferta de tres lindas chicas que me preguntaron sobre salir, en el elevados. Corrí hasta mi auto y me puse en marcha hacia el consultorio de Shiro, llegue 15 minutos antes de la hora que había dicho así que tuve que quedarme sentado un rato esperando, mientras veía como la gente salía de su consultorio. Primero salió una anciana con una cubeta y un par de escoba y trapeador, supongo que era la señora de la limpieza, después salió una pareja de ancianos, bueno no precisamente ancianos una pareja mayor, para ser más precisos y al final, justo cuando faltaban 5 para las 8 salió Fujiwara y su secretaria de la cual se despidió afectuosamente con un abrazo, lo cual no me gusto para nada. Una vez la mujer se perdió en el horizonte, Salí de mi auto y me dirigí a donde estaba el delegado, este me vio y camino a mi encuentro.

-Inchou!- le dije- hola…

-No soy Inchou- me respondió secamente y me paso de largo, en dirección al auto. “Todavía está molesto” pensé y le seguí. Le abrí la puerta del copiloto y subió, yo también subí al auto y seguimos nuestro recorrido al restauran de mi elección en silencio.

Llegamos, escogí uno de los restaurantes más caros que mi tarjeta de crédito pudiera pagar y especialmente había reservado una habitación privada para que nadie pudiera molestarnos.

Un camarero, un hombre de mediana edad nos llevo al lugar y nos abrió la puerta, dejo varios aperitivos en la mesa y después nos dio las cartas, cada quien escogió algo, el mesero tomo la orden y se marcho alegando que regresaría con los platillos. En cuanto se fue el silencio en la habitación fue penetrante, tanto que incluso a mi me parecía incomodo (y eso que estoy acostumbrado a los silencios incómodos). Entonces intente hablar para romper el hielo.

-Fujiwara, ¿como es que tienes tanto éxito en tu trabajo? Incluso tienes uno de los despachos de medicina más famosos de la ciudad

-Todo se logra con esfuerzo, ¿que no lo sabías?-una respuesta mordaz… para una pregunta estúpida ¬¬. Realmente está enfadado.

-Si estas de tan mal humos no debiste aceptar mi oferta de venir a cenar

-Y dime, si eres tan perspicaz ¿Por qué crees que estoy enfadado? ¿y por qué crees que he venido?

-… ¿la buena comida te llamo?- no debí hacer una broma como esa, ¡¡¡¡pero estaba tan desesperado por romper el hielo!!!!

-Además de eso… quien puede resistirse a comida gratis. Incluso si viene de ALGUIEN como tu- “me ha acorralado” pensé

-Bueno, ¿me vas a decir lo que quiero escuchar?- pregunto secamente, con la miraba más fría que he visto en mi vida.

Si…- le dije, pero antes de poder continuar el mesero regreso con la comida y destruyo el ambiente

Comimos en silencio por un rato, la comida era buena de eso no hay duda, pero no podía disfrutarla como me habría gustado, no con las cosas tan tensas como estaban.

-¿Y bien?- me pregunto de repente y me saco de mis pensamientos.

-Si...- le dije y tome su mano, lo que lo sorprendió bastante, ya que su expresión cambio- Fujiwara…-le dije, con el tono más serio que podía- Lo siento, no lo hice con la intención de hacerte enojar, tampoco era mentira que tuviera un problema como ese, era verdad, 100% verdad, pero cuando te vi a ti, cuando volví a tenerte cerca, cuando soñé haciéndolo contigo, ese problema desapareció repentinamente- cuando mencione eso de que soñé hacerlo con él, Shiro se ruborizo- Por esa razón es que me he dado cuenta de algo muy importante, algo que siempre debí haber sabido. Inchou, yo te amo- le dije y espere por una respuesta. Su expresión cambio, aquel rubor de unos momentos antes se desvaneció y volvieron sus ojos fríos, esta vez mas fríos y lejanos que nunca.

-… ¿Eso es todo?- me dijo, y me desconcertó- ¿Así que tu pene es el que te dice a quien amar, he? Madarame tu no necesitas un medico, tu lo que necesitas es un ¡PSIQUIATRA!- se levanto y se dirigió hacia la puerta, yo lo seguí y pude colocar mi mano contra la puerta entes de que el pudiese abrirla.

-¡Inchou por favor escúchame! No es eso lo que quise decir…

-NO ME INTERESA LO QUE SEA QUE QUIERAS DECIR- se volteo a enfrentarme- ¿!Tú crees que voy a creer semejante cosa!? Más aun, que la creería después de estos años. Por favor Madarame ¡Madura! ya no tengo tiempo para ti, para tus juegos o para tener que estar sufriendo por culpa tuya! Tengo derecho a ser feliz y felicidad es lo ULTIMO que tú me darías. Eres un homofóbico ¿no? Te aconsejo que sigas siéndolo y no te arruines la vida, ya estas viejo para esto, las mujeres no siempre vas a hallarte atractivo, sienta cabeza de una vez!- aprovecho mi momento de shock, abrió la puerta y se fue.

Notas finales:

Espero que sea de su agrado ya veremos que pasa despues 

Sayonara


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