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PALABRAS PARA DOS por Mahozahamy Arisugawa

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Notas del fanfic:

Nueva categoría. Ya tenía que invadir alguna nueva. Lo siento. Ji. Ji. Espero que disfruten estos pequeños trozos. 

Notas del capitulo:

Palabras que se vuelven pequeñas historias. Que desvelan algo más llá de la noche. Un secreto oculto entre las sonrisas y las miradas. Disfruten.

1.- Anillo.

 

Era el frío símbolo de su destino, la brillante joya que probaba la nobleza de su linaje. Un diamante maldito, engarzado en plata pura era la pieza de su venganza. Su yo mismo hecho de esta gema antigua… Solo Sebastián lo sabía, que era solo una excusa… para sobrevivir. El anillo significaba todo para la nobleza y los plebeyos, pero significaba nada para los dos, en la oscuridad fría de la habitación.

 

2.- Héroe

 

Sebastián. Siempre atento, amable, confiable, fuerte… en una palabra era perfecto. Siempre que había peligro, siempre que la oscuridad lo rodeaba y el dolor estaba a punto  estaba a tiempo para salvarlo… Pero Ciel sabía que no era su héroe. Este hombre era su demonio, era su espada, su poder, el malvado que estaba a su servicio por diversión. Sebastián era su infame salvador… pero era suyo solamente.

 

3.- Recuerdo

 

“No existe Dios…” Pensaba Ciel, en el rincón de la jaula. “Quien sea, por favor… quien sea… POR FAVOR, no importa quien, no importa cómo, salve… sálvenos”

 

“¿Ara… No eres tu un muy pequeño maestro”

 

Sebástian era su recuerdo, su memoria, su comienzo. El único que respondió a la plegaria de su alma rota, de su mente enferma. Sebástian era el recuerdo, era su los restos de su infancia. Y… su única razón para vivir. Para seguir buscando. Su razón para esperar a esa gente y pelear solo por la venganza, solo por la muerte. Solo para pertenecerle.

 

 

 

 

 

4.- Caja

 

Todo tenía un contenedor. Un lugar para ser, para estar. No solo los objetos, también los humanos. Esa era la ley del mundo. Algo lógico, de sentido común.

 

Solo… que daba lugar a pensamientos más… siniestros… cuando aquellas ideas rondaban su mente. Estar rodeado de las miles de coloridas cajas de golosinas que vendía su empresa, y los empaques de los juguetes le hacía pensar en sí mismo. Su cuerpo era como esas cajas. Su alma era la golosina que el demonio necesitaba… Solo cuando su alma estuviera lista… manchada por el dolor y la oscuridad se separaría de su cuerpo para volverse una parte de él…  “Mi alma estará un día dentro de ti, no es un regalo, es una recompensa…” Sonrió retorcidamente “Solo cuando esté contigo de ese modo, mi espíritu habrá encontrado su sitio”

 

 

5.- Correr.

 

En la oscuridad, intentaba escapar, en sus sueños corría sin descanso, solo para verse siempre rodeado por esos miserables hombres y mujeres que rompieron todo trazo de inocencia, impidiéndole incluso escapar, él suplicaba por su venganza… Y el demonio apareció para encadenar su alma con un contrato eterno.

 

Ahora… Ya no necesita correr. Todo el mundo muere a la vista de sus ojos sangrantes… solo queda el trono y el está listo para ocuparlo.

 

 

 

6.- Tormenta

 

Detesto la lluvia—pensó Ciel—Este gris… deprime…

 

Hasta que él aparece, con una manta para sus entumecidas piernas… Una taza reconfortantemente tibia de su té favorito con leche. Sus galletas preferidas en una bandeja. Y esa sonrisa en sus labios.

 

Entonces Ciel cree sentir que disfruta un poco más los días de lluvia, porque él está ahí, siempre.

 

Hasta que un rayo enorme cimbra la casa cuando respetuosamente y callado, se va con las ordenes que ha dado para la cena.

 

“Detesto la lluvia pero amo los rayos”—murmura ciel a la nada.

 

Ellos le recuerdan a él… Tan poderosos, inalcanzables… Pero peligrosos…Pero aún así cautivantes… bellos.

 

07.- Alas

 

Ellos destruyeron todo, desgarraron sus alas blancas y suaves cuando lo abusaron… Hace tanto tiempo y tan poco. Pero Sebastián había reemplazado todas las heridas con plumas negras… Ahora ya no dolían… Pero siempre sangraban.

 

 

08.- Resfriado

 

Atchooo! Atchoo!

 

---“Parece que me he resfriado”—piensa ciel. Quien se ha sentido mal todo el día y ahora está en cama.

---Oh, querido… ¿Cuántas veces debo decirte que uses un abrigo si vas afuera, joven amo? –pregunta de inmediato el mayordomo, regañándolo.

Ciel devuelve una mirada desafiante, retadora. El mayordomo, sonríe.

---“Detesto sus regaños”—piensa ciel pero no dice nada. Solo hace un puchero encantador y se hunde más en las almohadas.

Sebastián toma su temperatura, luego sacude el termómetro y descansa una mano sin guante en su mejilla, luce preocupado. Deja la maldita cosa en la mesilla y con mucha ternura revuelve su cabello.

---Lo siento—dice por fin Ciel.

---Querido no es del todo tu culpa…--dice sonriendo.

---Es verdad—piensa ciel—anoche ha nevado y Lizzie me ha arrastrado fuera para jugar en la nieve, los demás sirvientes han conspirado para dejarme a solas con ella… Sebastián ha tenido que hacer un encargo en Londres. Y no ha podido salvarme. Pero ella solo quería charlar, ella siempre charla… Como sea detesto estar enfermo en cama y perder un día o dos de valiosos avances en mis investigaciones… Pero aún así… El preocupado rostro de este demonio… me hace un poco más feliz.

 

 

09.- Rojo

 

Escarlata… Carmesí… como una profunda gema roja… Es un rubí.

Tus ojos son como el fuego del infierno. Un día perderé mi alma por esos ojos. Pero no me Arrepiento.

 

 

10.- Bebida

 

Una mañana muy parecida a cualquier otra, caminaba por el pasillo de mansión cuando…

 

--Maylene, por favor se más…--decía Sebastián pero… Era inevitable…

 

¡CRASH! Finas copas de cristal importado desechas… otra vez

 

--- ¡CUANTAS VECES TENGO QUE DECIRTE QUE TENGAS CUIDADO!—Gritaba a viva voz Sebastián. Su lado oscuro… demoniaco haciendo aparición.

--- ¡P-P-P-P-P-perdón!—suplicaba mi sirvienta.

--- ¡Limpia esto de inmediato! ¿Estás bien, joven amo?

 

No, no estoy bien. Miré mis rodillas. Sangre. Sin esperar mi respuesta me alzó simplemente y me llevó hasta mi oficina y me sentó en el escritorio, revolviendo entre todos los cajones buscando el botiquín de primeros auxilios, por mis piernas escurría la sangre, los trozos de cristal me habían hecho numerosos cortes.

 

Se acercó con la pequeña cajita en manos, dentro debía de haber cinta y desinfectante… justo lo que necesito, más escozor. Levanto la mirada y le atrapo. Sus ojos brillan rojos al mirar deseosos la sangre.

 

---Bébela, si quieres…--digo desafiante. No sé porque he dicho eso.

 

Su sonrisa torcida hace que me den escalofríos. Se inclina lentamente y lame el más largo de los cortes, justo sobre mi rodilla derecha. Inmediatamente mi rostro se vuelve rojo. Quizá esto fue una mala idea.

 

--- ¿Te duele?

--- ¡C-C-Claro que no!

 

Su sonrisa es malvada. Es la expresión de la maldad. Definitivamente eso fue una mala idea… o tal vez no.

 

 

11.- Media Noche

 

Sebastián mira dormir a su pequeño amo. Bañado por la luz plata de la luna. El color plata, le sienta definitivamente, piensa el demonio, tan inocente, tan valiente… incluso cubierta de sombras y manchada de sangre seguía siendo pura, era un alma muy preciada, deliciosa definitivamente… Hermosa… como la media noche. Tierno como un gatito…

 

 

 

 

 

 

12.- Tentación.

 

Algunas veces el alma de Ciel era tan irresistible, tan deliciosa, poderosa, se estremecía al mínimo roce con esa piel… Era sin duda un bocadillo exquisito. Esa pureza era de verdad tentadora… Una tortura deliciosa… dulce… Pero… Tenía que esperar. Después de todo

 

“Cuanto más esperes, más delicioso es el bocado”

 

13.- Vista

 

A veces, Ciel miraba por la ventana de su oficina. Sin una razón en particular. Solo para verlo ahí. Sebastián estaba en los terrenos, claro, gritándole a los sirvientes como siempre. El demonio sonreía entonces y saludaba a su maestro. Que rápidamente se ocultaba, para sonreír a solas. A veces hacer esto le hacía sentirse aliviado.  

 

 

14.- Música

 

Como tutor, Sebastián era más que exigente. Especialmente acerca de sus lecciones de violín. “Sebastián adora la música de violín” Cuanto más difícil es una pieza, cuanto más desea que ciel la ejecute.

“Maldito Bastardo, Sádico” Piensa el chico, pero trabaja duro hasta sangrarse los dedos, tan solo para escuchar esas palabras… “Tu música es hermosa”

 

15.- Seda

 

--- ¡Seda Roja es lo mejor!—gritaba la mujer sastre—No puedes ser tan ridículo. Es la mejor idea que se les ha ocurrido nunca. Y es para la temporada social, ni más ni menos.

---Aún así, está rechazado—replicó Sebastián listo para pelear.

---Los colores le sientan bien—insistió la sastre. 

---Del modo que sea un vestido de seda roja no le sienta bien, es vulgar….

 

Fue idea del Visconde Druitt por supuesto. La más estúpida de las ideas nunca vistas pero al ser realmente innovadora todo el mundo estaba encantado… ¡Travestismo! Una fiesta de disfraces en la que todo mundo portara trajes del sexo opuesto. ¡Todas las damas estaban ansiosas de probarlo! Vistiendo hombres en atuendos ridículos y probando ellas mismas ropas cómodas… ¡Era la nueva explosión de moda en los eventos sociales! Tal había sido el revuelo que incluso la reina apareció vestida como su amado Alberto y vistió a sus mayordomos como sirvientas…

 

 

Al final tal como era de esperarse, la Señorita Nina perdió como siempre y Ciel tuvo que usar un largo vestido de noche en azul marino. No demasiado ridículo… sobrio y elegante. Nada grave para él al menos, ya que no le tocó la peor parte… Porque Lady Elizabeth encantada con el revuelo insistió en elegir el atuendo de Sebastián…

Un largo vestido de seda rosa. El mayordomo no podía rehusar el dudoso honor, ni por su amo, ni tampoco por la joven dama…

 

Nina, brillando de emoción hizo ella misma el vestido con las llamas de la venganza como motivador.

 

Ciel estaba riéndose a sus espaldas.

El negro mayordomo ardía en ira…

Y los tres sirvientes restantes lloraban por los golpes de sus cabezas.

 

A veces, incluso un demonio puede perder.

 

 

Notas finales:

Terminamos la primera parte. Pronto colgaré la siguiente. 

 


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