Observe la habitación lentamente: El estudio estaba iluminado dando la ilusión de que aun era de día pero la luz no podía ahuyentar la atmosfera de semi felicidad semi tristeza que embargaba a los chicos. Por un lado estábamos felices por que habíamos terminado exitosamente de grabar Sexy, Free and Single y confiábamos en que sería todo un éxito pero al igual que el año pasado cuando habíamos terminado Mr. Simple la tristeza robaba todas las risas al saber que perderíamos a uno de los miembros y no era el dramático Heechul esta vez, ya todos nos habíamos acostumbrado a su ausencia, esta vez era el motor de nuestro grupo, el centro de nuestras vidas por que sin él no habría Super Junior, nuestro líder Leeteuk.
El líder se mantenía positivo al respecto y a la vez intentaba pasar todo el tiempo que podía con Kangin quien estaba menos que dispuesto a perder un segundo de caricias o de abrazos del angel.
—Wookie —Saludo Sungmin al sentarse a mi lado— ¿Por qué estas triste?
Si había alguien a quien no pudiera ocultarle lo que en verdad pasaba por mi mente ese era Lee Sungmin, desde hacia varios años me había dado cuenta que me observaba desde la distancia y me regalaba sonrisas sinceras que me hacían sonreírle de vuelta.
—No estoy triste— Intente mentir en vano.
—Vamos —Dijo y me tomo de las manos suavemente— No te creo, dime.
Tuve que contarle porque me sentía triste y que no quería que llegara el momento de despedirnos, Minnie sonrió y me abrazo. Olvide porque estaba triste.
Tal vez porque yo era muy tímido o porque a Minnie le gustaba lo lindo pero nuestra relación nunca fue tan abierta como el EunHae que se comía a besos a la primera oportunidad, nosotros compartíamos miradas y sonrisas, guiños y en raras ocasiones pucheros. Nos reuníamos en la esquina más alejada y nos tomábamos de la mano.
—Tus manos son pequeñas— Dijo comparando las suyas con mis manos.
—Es porque tienes dedos largos —Respondí y sonreí, me gustaba tocar su piel porque era suave y siempre cálida.
—Siempre tienes las manos cálidas— Murmuro y tomo mis manos, las acerco a su cara— Me gusta tocar tu piel.
Beso cada uno de mis dedos y a cada beso sentía que mi cara aumentaba de tono, pronto la sentí arder.
—Te sonrojaste— Dijo sonriente, intente no mirarlo pero me di cuenta que el también estaba rojo como tomate.
—Tu también— Ambos reímos.
Aun reía cuando me di cuenta que el estaba mirándome serio, mi sonrisa se congelo y lo mire. Me abrazo fuerte como quien no quiere perder a alguien, como quien quiere conservar esa persona para siempre. Cerré los ojos y me concentre en su colonia esa que me volvía loco, que me derretía como helado al Sol, se alejo un poco deshaciendo nuestro abrazo y me beso, sus labios suaves se aplastaron contra los míos separándose rápidamente volviendo a su forma normal. Sentía que los labios me hormigueaban y que la cabeza me daba vueltas, toque mis labios con los dedos, los tenia entumecidos por el contacto repentino.
Sungmin sujeto con fuerza mis manos para alejarlas de mi boca y me volvió a besar sin aflojar su agarre, comenzaba a herirme pero dejo de tener importancia cuando mis labios tomaron el ritmo de los suyos, fundiéndonos en un beso de nunca acabar. Lento, cadencioso y dulce, podía escuchar el corazón de Sungmin latiendo junto con el mío. Llevo mis manos a su cuello donde las dejo reposar y llevo las suyas a mi cintura acercándose más.
El sonido de nuestros corazones latiendo al mismo tiempo era ensordecedor pero sus labios hacían que el resto del mundo dejara de existir, no fue agresivo ni intentaba llegar a mas solo era la manera que teníamos de decirnos lo que sentíamos por el otro, sin que lo dijera en voz alta estaba seguro que me amaba.
Mire alrededor y lo que había parecido una eternidad habían sido pocos minutos. Los chicos seguían en lo suyo cada quien distraído sin prestarnos atención. Sonreí y haciendo uso de todo mi valor lo volví a besar.
—Wookie —Murmuro sin dejar de besarme.
—Lo sé— Respondí rápido, quería seguirlo besando.
—Se que lo sabes —Se separo— Pero aun así te lo diré, te amo.
Lo volví a besar, me volvió a besar y nos separamos.
—Di que me amas —Pidió. Me reí nerviosamente y oculte la cara entre mis manos. Sungmin rio y me abrazo.
—Te amo— Murmure contra su pecho.