Hola me llamo Joan tengo 19 años, estudio la universidad y trabajo en una florería.
Era una mañana de diciembre 15. Los royos del sol se colaron por mi ventana anunciándome que ya era hora de levantarme, me enrolle con la cobija pues todavía no quería levantarme. Pero cuando me di una vuelta en la cama no me di cuenta de que ya estaba en la orilla haciendo que me callera de culo.
-¡auch!- fue mi súper-manera de salir de la cama (muy efectiva por cierto) aunque derrame unas lagrimillas. _si sigo pegándome en las nalgas pronto no tendré_ así que me levante y me dirigí a mi armario, pero me tope con mi tocador cuando me vi reflejado, supe que era un desastre, los ojos hinchados y llorosos, la piel más blanca de lo que ya es, mi labios completamente descoloridos, ojeras, en fin la cosas más horrorosa después del coco.
Como mi estado era demasiado deplorable me metí en la ducha y de golpe abrí el agua fría, porque era mejor para la piel y mi cabello…. Jajaja ok no. Era para ver si así espabilaba un poco. Al terminar me dirigí a mi armario para buscar que ponerme. Al terminar de buscar me cambie con un pantalón algo pegado de color negro, una blusa del mismo color con un estampado en color blanco, mi chamarra negra y mis converse rojos. Y luego me puse frente al espejo para pintarme de negro los ojos (esto lo hago desde que estoy en la prepa, y de verdad me gusta). Más tarde baje a la cocina donde me encontré con mi madre quien estaba algo ocupada. Ella es súper-amorosa y mi padre es súper-frio, a veces me pregunto cómo relaciones así pueden durar 30 años. Baje a desayunar y al terminar me levante de la mesa para lavar los trastes. En eso mi madre me detiene y me escanea.
-¿te estás sintiendo bien?- me pregunto mi madre algo preocupada al ver mi estado tan deplorable
-si mama me siento bien-no la verdad es que no. Me han dado unos intensos mareos que ya no aguanto. Pero para que mi madre no se preocupara le tuve que mentir.
- está bien pero no te sobre esfuerces ¿he?-
-de acuerdo. Ya me voy a la escuela a-ma- le dije para anunciar mi despedida mientras tomaba mi mochila
-que te vaya bien. Y no llegues muy tarde a casa-
-seguro. Pero hoy me toca ir al trabajo de medio tiempo- y dicho esto se marcho a la universidad.
Mientras caminaba me dieron unas tremendas ganas de vomitar… y vi un bote de basura donde me desahogue. En eso sentí unos brazos que me rodeaban la cintura. Yo muy alterado me pare de golpe y vi a Brandon.
-¿pero qué rayos te pasa?- le dije apartándolo de mi.
-nada solo te quería venir a espabilar. Ya pareces una chica embarazada. Te andas mareando y luego vomitas…. Eso no es normal…-
-¿Que acaso andas acosándome?- le dije asustado mientras me alegaba rápidamente.
-nada de eso. Anda cuéntame que paso con cesar- me miraba interrogador.
-luego te digo primero hay que llegar a la escuela.
-de acuerdo-
Así que nos pusimos en marcha para llegar a la escuela. Pero no pude evitar en pensar en lo que me dijo mi casi hermano. Aunque lo conocía de hace poco me cae muy bien anqué a veces se comporta como un perro pequeño alrededor tuyo. Pero de ahí en fuera es genial. Al llegar a la escuela me encontré con Derek y Valery. Con quien platicamos a gusto antes de entrar al salón de clases. En la hora de clases no puse atención a lo que debía hacer y me perdí mirando a la ventana mientras pensaba en lo que dijo mi compañero _embarazado_ pensé _aunque no están loco ya que yo... Pues ya saben… pero no lo creo… Todavía no estoy…. ¿se podría decir días?_ y por fin tocaron la campana mi salvadora que me ayudo para no seguir pensando cosas raras. Mis amigos me llamaron para ir a desayunar todos juntos. Al bajar las escaleras salimos por un gran pasillo lleno de alumnos de todo tipo. Y varios minutos después estábamos sentados a la sombra de un árbol.
-ahora Joan suelta la sopa. Dinos que paso con cesar- me dijo mi amigo Brandon
-¿he?- ahí estaba la pregunta incomoda.
-si dinos ya- dijo entusiasmada Valery
Ellos eran los únicos que saben que yo estaba saliendo con cesar ya que accidentalmente nos vieron caminando juntos. Hace algún par de días. Y se los tuve que contar para que guardaran el secreto. Y debido a eso cada que nos vemos me preguntan cómo va todo entre los dos. Es algo fastidioso pero re confortable porque sabes que hay alguien (en este caso al guienés) apoyándote.
-uh- di un suspiro antes de decirlo todo –rompimos-
-¿pero qué?-dijo Valery
-¿Cómo?- dijo Derek. Quien no había hablado mucho.
-¿pero porqué?-esta vez fue Brandon muy conmocionado.
-no es como si hubiéramos roto… ya que no estábamos saliendo oficialmente, solo estábamos manteniendo una relación basada en solo sexo-dije con simpleza pero lleno de dolor.- además me di cuenta de que yo era como una puta-tenía ganas de llorar pero no lo hice.
-¿pero cómo es que tú eras la puta?-dijo con sorpresa Derek
-¿que acaso no se amaban?-pregunto curioso Brandon
-era unilateral. Verán el estaba comprometido con Renata, y resulta que se comprometieron hace más de un año-
-¡pero qué patán! ¿No a caso tequito tu virginidad?-dijo Valery más que enojada
-Fue por mutuo acuerdo… de hecho yo lo incite a eso…. Me siento como la peor de la puta de los barrios de más mala muerte .me ciento tan estúpido- dije tomando mis rodillas y escondiendo mi cara en ellas.
-vale cálmate, no lo sabías, y el no te lo conto, así que la culpa es de ambos por igual- le dijo Brandon atrayéndolo hacia él.
En eso tocaron el timbre para entrar a clase y todos se metieron. Yo me la pase más tranquilo y pude prestar atención a las clases. Al salir del salón todos nos reunimos ahí. Y platicamos de otras cosas muy entretenidas hasta que llego el novio de Valery y nos la quito. Después fue el turno de Brandon quien por muy sorprendente que sonara era etéreo sexual, su novia es simpática y nos la presento hace 2 meses, y por ultimo Derek que se iba solitario pero a unas cuantas cuadras más alguien lo alcanzaba y ese alguien era Jael. Una chica bajita y al parecer muy divertida que esta locamente enamorada de él pero este ni la pela o eso hace creer. Yo decido ir caminando a paso lento y al llegar a mi casa no encuentro a nadie así que subo a mi habitación y me tiro en mi cama. Queriendo descansar en eso suena mi teléfono. Lo abro y me lo pego a la oreja.
-¿bueno?-
-que bien que estas ahí, oye creo que nuestro encuentro tendrá que esperar hasta el 24-
-¿pero de que hablas?-
-gracias por entender, bueno nos vemos,- el colgó
-oye, oye. – Escucho el pitido que suena anunciando el termino de la llamada.- ya no quiero jugar más a la prostituta- y me rueda una lagrima
Me tiro en mi cama y lloro desconsoladamente hasta que me quedo profundamente dormido…
Continuara…