Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Síndrome de Estocolmo por Krad_Elric

[Reviews - 65]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Al fin pude actualizar, siento que han pasado meses desde la última vez pero a decir verdad me han pasado cosas que han interferido completamente en mi rutina y es por ello que no había tenido tiempo suficiente para escribir.

 

Una semana había pasado desde aquel incidente.

 

Naruto trataba de estar con su padre a cada momento que tenía.

 

Ya no quedaba más de aquellas preocupaciones mundanas por las que antes no podía dormir. Esta vez eran cosas mucho más grandes, cosas que jamás había imaginado pasarían y que ahora tendría que enfrentar.

 

Al fin habían pasado los exámenes y la preparatoria había terminado, sin embargo aún no se sentía listo para entrar al mundo de los adultos.

 

No quería tener que lidiar con grandes responsabilidades y aún así cargaba el peso del mundo entero en sus hombros.

 

- Deberías ir a descansar a tu casa, te aseguro que tu padre estará bien, hoy haré de guardia – decía el doctor que había estado haciéndose cargo del padre de Naruto durante ese tiempo.

 

- Si despierta debo estar aquí, con él – a pesar de todos los problemas que habían tenido, no podía abandonarlo, era su padre después de todo.

 

Desde hace ya mucho tiempo se habían roto los lazos familiares por lo que no tenían a quien recurrir, sólo se tenían entre ellos y por más que Naruto detestara la idea de que su padre fuera completamente cuadrado, él le había dado la vida, incluso a pesar de que lo había negado.

 

Por otro lado estaba la parte correspondiente a Sasuke. Desde que el sujeto lo había amenazado trataba de alejarse de él lo más posible. No había visto al tipo enmascarado desde entonces, pero estaba seguro que no sería la última vez, como fuera tenía que ser cuidadoso, Sasuke corría peligro y no se perdonaría si algo malo le pasara.

 

Salió del hospital asegurándose de que su padre se quedaba en buenas manos dirigiéndose a su casa. Hacía días que no se duchaba adecuadamente y no dormía lo suficiente.

 

Una ligera punzada en su cabeza lo obligó a detenerse, últimamente la cabeza no paraba de dolerle.

 

“No te volverás a acercar a él”

 

“Naruto”

 

“Naruto”

 

- Naruto – la voz de Sasuke interrumpió la voz en su cabeza. Miró los ojos de Naruto contraídos mientras se sujetaba la cabeza con fuerza, algo no andaba bien con él.

 

- ¿Qué haces aquí? – habló inmediatamente el rubio alejándose unos pasos del pelinegro.

 

- Hace días que no te veo, no contestas mis llamadas y… Estoy preocupado por ti – su voz sonaba tranquila, sin embargo sus ojos no lo estaban del todo.

 

Cuando Naruto se veía de esa forma, Sasuke no podía evitar sentir la necesidad de jugar con él, de mostrarlo débil ante sí mismo y ante él, pero si realmente lo amaba debía dejar eso atrás.

 

- No es buen momento para… - el sonido de alguien cruzando tras él lo alarmó.

 

Las pisadas en los charcos de agua acumulados en el estacionamiento del hospital mezcladas con el eco hacían del ambiente algo tétrico.

 

Naruto giraba su rostro a ambos lados intentando observar de donde provenían tales pisadas.

 

- ¿Naruto? – cuestionó el pelinegro mirando la forma en la que se comportaba el rubio.

 

- Debes irte – pidió dando más pasos hacia atrás. Estaba comenzando a comportarse como un paranoico pero después del ataque a su padre debía hacer todo lo posible para evitarle problemas a los que quería.

 

- No – dijo Sasuke caminando hasta él tomándolo por un brazo y atrayéndolo hacia sí.

 

- ¡Suéltame! – gritó jalando su brazo con fuerza alejándose del pelinegro hasta chocar contra su auto, el cuál comenzó a sonar debido a que la alarma se había activado.

 

El pelinegro se apresuró y acorraló al rubio contra el coche acercando sus labios hasta su oído.

 

- ¿Está aquí, verdad? – dijo pegando su cuerpo al del rubio observando sobre el toldo entre las sombras lejanas al otro lado del estacionamiento.

 

- No quiero que te vaya a pasar nada – habló el ojiazul aferrándose al cuerpo del pelinegro estrujándolo como si fuera la última vez que lo hiciera.

 

- Te juro que yo mismo lo voy a atrapar y lo voy a matar – sus ojos ardían en furia.

 

Imaginar que alguien a parte de él podía ser capaz de infringirle tanto temor lo ahogaba. Él debía ser el único que pudiera generar emociones tan fuertes en Naruto, él y nadie más.

 

- No quiero que nada te pase – susurró al aire tomando al pelinegro en sus brazos.

 

El eco en el lugar hacía que hasta esa ligera frase fuera perfectamente audible. Incluso para un par de oídos que se ocultaban entre las sombras. Rechinaba con furia los dientes siendo cauteloso para no ser descubierto.

 

Sasuke alejó su rostro del rubio un poco para después depositar unos cuantos besos cortos en sus labios.

 

- Ven conmigo esta noche, mañana podemos regresar, juntos – dijo el pelinegro mientras bajaba su mano lentamente hasta la entrepierna de Naruto acariciándolo sobre la tela.

 

El rubio asintió con la cabeza comenzando a caminar junto al pelinegro mientras se aseguraba de que nadie los siguiera.

 

Un escalofrío recorrió su espalda.

 

 

Ambos entraron en el auto, Sasuke encendió el aire acondicionado y la música sin olvidar poner ambos seguros. Llevó su mano nuevamente hasta el pantalón del rubio y comenzó a bajar su cierre.

 

Naruto tomó la mano del pelinegro y la guió hasta el botón indicándole lo que debía hacer.

 

Estaba más que cansado, exhausto. Pero podía aguantar un poco más si eso significaba tener sexo con él.

 

Sasuke desabotonó el pantalón de Naruto y comenzó a masajear su pene sobre el bóxer de color negro que usaba. Podía sentir como lentamente crecía hasta que un bulto se formaba.

 

Una mano del rubio se estiró hasta llegar al pantalón del pelinegro haciendo lo mismo que él había hecho. Introdujo su mano en el bóxer de Sasuke y palpó su pene ya erecto.

 

Un suspiro fue liberado de sus labios.

 

No podía negar que nadie lo excitaba tanto como lo hacía Naruto, el sólo pensar en él era suficiente para masturbarse en su ausencia.

 

Sasuke tomó la nuca de Naruto y lo atrajo hacia sí violentamente lamiendo sus labios e introduciendo su lengua jugando con la del rubio. Bajó el elástico de los boxers hasta donde pudo y comenzó a masturbarlo.

 

Naruto empujaba su cabeza haciendo el beso más intenso hasta que el pelinegro se alejó y bajó para comenzar a chuparlo.

 

El rubio sentía la calidez y la humedad de la boca de Sasuke ocasionándole gran placer.

El pelinegro no tardo en comenzar con el sube y baja. Sus actos al principio eran lentos y tortuosos haciéndole querer más. Una mano del rubio empujó la cabeza del pelinegro haciendo que su miembro entrara hasta su garganta.

 

Sasuke hizo un sonido con la garganta al sentir que casi se ahogaba, sin embargo no paró y por el contrario aumento la profundidad en su boca.

 

Naruto no resistió más y liberó un gemido ronco. Sus piernas se extendieron un poco y sus manos se cerraron. Sasuke sabía exactamente que puntos tocar para volverlo loco.

 

 

El ojiazul obligó al pelinegro a levantar la cabeza y lo besó con urgencia y lascividad mientras sus labios se humedecían.

 

Un relámpago iluminó la obscuridad del estacionamiento marcando una silueta negra en el espejo retrovisor.

 

Naruto miró de reojo y rápidamente se alejó del pelinegro. Su corazón se aceleró y olvidó por completo cuan excitado estaba.

 

Un fuerte golpe se escuchó en la parte trasera del auto. Ambos giraron para encontrarse no sólo con la mascara blanca con tres ojos, habían dos mascaras más justo a cada lado.

 

Otro golpe más y las ventanas reventaron.

 

Inmediatamente Sasuke quitó el freno de mano y presionó el acelerador. Lo único que quería era bajar del auto y matar a golpes al sujeto, pero no era estúpido, sabía que ellos tenían la ventaja.

 

Comenzó a conducir por las calles mientras la lluvia comenzaba a caer con fuerza. Naruto trataba de contenerse pero los había visto, él los había visto y ahora iba a cumplir con su palabra.

 

Temía.

 

Un par de luces aparecieron justo de tras del auto acercándose a gran velocidad, Naruto le gritaba a Sasuke que  se apresurara mientras se ponía el cinturón de seguridad con dificultad debido a que sus manos temblaban.

 

Y repentinamente todo se congeló.

 

Ninguno de los dos miró la luz roja frente a ellos ni el auto que iba también a gran velocidad.

 

La colisión fue inminente.

 

El coche dio varias vueltas sobre la acera. Naruto observaba como cientos de cristales volaban por todas partes sin mencionar el estruendoso ruido del metal arrugándose como papel.

 

Todo era lento y a la vez muy rápido.

 

El ojiazul no se había dado cuenta de nada hasta que observó como Sasuke salía disparado por el cristal de enfrente.

 

En ese momento sintió un fuerte dolor proveniente de su estomago, la cabeza le dolía y sentía como la sangre escurría por ella.

 

 Y también sentía una fuerte punzada en el pecho.

 

- ¡Sasuke! – gritó mientras el auto aún giraba.

 

Las luces parpadeaban, la lluvia se metía por todas partes y los relámpagos alumbraban la escena.

 

Naruto no pudo mantener sus ojos abiertos mucho más tiempo.

 

El sonido de un motor acercándose fue apenas audible. El rubio escuchaba como la puerta junto a él era arrancada y un par de brazos lo rodeaban para sacarlo del auto. El estomago le ardía, y su cabeza aún daba vueltas.

 

La lluvia mojaba su rostro y se metía en sus ojos. Sus parpados se abrieron con pesadez captando algunas escenas. La mascara blanca frente a él tomándolo por la nuca.

 

El sujeto cubría su estomago con algo que se sentía caliente y después lo tomaba en brazos alejándolo del piso húmedo.

 

- Sasuke – susurró tratando de mantenerse consciente.

 

Su cabeza se colgó hacia atrás y miró un cuerpo tendido sobre el piso unos metros lejos del destrozado auto iluminado por los relámpagos.

 

Era Sasuke.

 

Naruto se soltó y comenzó a correr hacia el pelinegro arrojándose al suelo junto a él. El agua se había teñido de color rojo.

 

La punzada en su pecho se había convertido en un llaga sangrante que cubría del color de la sangre sus ojos.

 

El enmascarado corrió hacia él y lo sujeto por las piernas atrayéndolo hacia sí con dificultad debido a que Naruto forcejeaba.

 

 

Un relámpago más y un fuerte golpe en la cabeza fue lo último que sintió el rubio.

 

La imagen de Sasuke siendo cubierto por la lluvia y arrastrado por las sombras se quedó congelada en su mente.

 

Aún a pesar de haber perdido la consciencia.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Estaba acostado de lado hacia un muro de concreto. Un pequeño bombillo de tras de sí iluminaba escasamente el espacioso cuarto. Había humedad en el aire sin mencionar el olor a tierra mojada que cubría su nariz.

 

Los ojos del rubio se abrieron rápidamente mientras enfocaba el muro frente a él; giró recostándose sobre su espalda sintiendo una punzada seguida de algo de ardor proveniente de su estomago. Trató de levantarse la playera pero se dio cuenta de que sus manos estaban atadas al igual que sus pies; con ambas manos subió un poco la tela para darse cuenta de que tenía varias gasas y una venda rodeando su cintura.

 

En ese momento las imágenes del accidente llegaron a su cabeza y la desesperación con ellas.

 

Lo había dejado, lo había dejado herido tendido en el piso.

 

Se removió un poco en el sucio colchón en el que estaba acostado y torpemente trató de levantarse; sin embargo el sonido de una puerta de metal abriéndose lo obligó a detener sus actos y a regresar a la posición original en la que estaba.

 

Varios pasos se escucharon acompañados de algunos murmullos para que después la puerta fuera nuevamente cerrada.

 

Naruto escuchaba atentamente todo lo que sucedía a su alrededor, las gotas que caían, las pisadas húmedas del sujeto que se acercaba, el crujir del colchón ante el cambio de presión y la respiración dentro de la mascara.

 

Sus ojos inmediatamente se cerraron, debía fingir que aún estaba dormido si quería al menos tratar de escapar.

 

Una mano sujetó su hombro y lentamente lo volteo para que quedara recostado sobre su espalda. Sintió el guante de piel mojado levantar su playera hasta el cuello y después como nuevamente era tapado.

 

El sujeto se puso de pie y se dirigió a un sofá en la lejanía. Donde la luz del pequeño bombillo ya casi no llegaba.

 

Naruto entre abrió los ojos y trató de observar cada detalle de su rango de visibilidad.

 

Una mesa con un par de sillas junto al colchón, una pequeña ventana en lo alto del muro, una pequeña puerta abierta era el baño, varias cadenas en el piso y la inmensa puerta de metal.

 

Sin olvidar el permanente aroma a tierra mojada.

 

Habían algunas cosas más a unos metros de ahí pero la luz no llegaba y era imposible para el observar con claridad.

 

Estaba sumamente nervioso, tenía miedo, pero también estaba enojado y decidido.

 

 

Mataría a ese infeliz y escaparía de ahí a como diera lugar.

 

Un flash entró por la pequeña ventana seguido por un estruendoso trueno. Al parecer no paraba de llover. No sabía cuanto tiempo había pasado desde el incidente, sólo esperaba a que alguien hubiera llegado a ayudar a Sasuke.

 

Pedía, rogaba que así fuera.

 

Contrajo los ojos para evitar llorar, debía ser cuidadoso o de lo contrario se daría cuenta de que estaba despierto.

 

- Deja de fingir – se escuchó en el eco de la habitación la voz del sujeto enchinándole la piel.

 

Naruto finalmente abrió los ojos y se recargó contra la pared sentándose rápidamente. Miraba a todos lados pero no podía divisar al hombre, hasta que lentamente la mascara blanca comenzó a salir de la penumbra.

 

- ¿Qué es lo que quieres de mi? – gruñó el rubio temblando de impotencia.

 

El sujeto siguió caminando hasta quedar frente a él y acuclillándose levanto una mano y lo señaló con el dedo índice. Su cabeza se ladeo y se movía de arriba hacia abajo como observando cada detalle del rubio.

 

- ¿Por qué yo?, ¿Quieres dinero?, lo tendrás… Pero déjame ir – el enmascarado negó con la cabeza y le dio un golpe en la mejilla al rubio derribándolo contra el piso.

 

En un rápido movimiento sujeto su cuerpo y lo atrajo hacia sí recostando al rubio en sus piernas y comenzó a acariciar su rostro mientras lo abrazaba del pecho.

 

- Sólo te quiero a ti – susurró en una voz tétrica y auto complacida.

 

El cuerpo de Naruto temblaba ahora involuntariamente, su expresión era de sorpresa mezclada con temor.

 

El rubio inmediatamente comenzó a removerse en los brazos del sujeto hasta que pudo ponerse de rodillas y alejarse nuevamente de él.

 

- ¡Aléjate de mi o te mato en este preciso momento maldito pervertido! – dijo Naruto levantando ambas piernas en el aire. Sin importar que estuviera lastimado lucharía hasta que no pudiera más.

 

Repentinamente el sujeto se volvió loco y comenzó a golpear la pared y a destruir los pocos muebles que habían. Una silla de madera voló hasta cruzar la habitación mientras que la otra era destruida contra la pared.

 

Golpeaba el muro con los puños una y otra vez hasta que la solida pared comenzó a cuartearse y desprender polvo.

 

- ¡No soy un maldito pervertido! ¡No lo soy! ¡Hijos de perra! – gritaba mientras golpeaba repetidamente el muro.

 

Naruto inmediatamente se hizo hacia atrás mirando lo que hacía el sujeto, al parecer era una palabra que no le gustaba en lo absoluto.

 

El enmascarado soltó un gruñido y se cubrió la mano con la otra, seguramente se había herido después de golpear el muro tantas veces.

 

El rubio aprovechó que estaba distraído y trató de desatar las sogas de sus pies pero al parecer iba a ser imposible sin algo para cortarlas.

 

- De nada sirve que intentes escapar, no podrás – su voz sonó más calmada pero con un atisbo de dolor. Naruto se acercó como pudo hasta la puerta y observó un bien pensado mecanismo con varios candados y palancas que a decir verdad sobraban. Pero tenía razón, en esa condición no podría salir.

 

El sujeto se dirigió hasta el sofá y de abajo sacó un maletín de primero auxilios. Naruto pudo lograr ver bien el resto del lugar.

 

Otro colchón sobre el piso, un sofá desgastado y varias repisas con libros empolvados, sin mencionar las enormes cantidades de recipientes con comida tirados por doquier.

 

Si no quería dinero, y no quería cobrarse alguna especie de retorcida venganza en contra suya, ¿Por qué lo retenía?.

 

- ¿Qué es lo que quieres conmigo? – dijo con un poco de esfuerzo mientras se recargaba contra una pared y se dejaba caer con pesadez.

 

No debía bajar la guardia pero aún estaba cansado y tenía el cuerpo molido.

 

- Ya te dije que no quiero nada contigo, te quiero a ti – decía molesto el enmascarado mientras se quitaba el guante dejando ver su blanca piel manchada por algunos moretones verdeceos en sus nudillos.

 

Naruto no entendía en lo absoluto a lo que se refería. Debía pensar, algo tenía que hacer para salir de ahí. Al parecer no le haría daño si no intentaba escapar, pero… ¿Qué significaba que lo quería a él?

 

- Deberías tomarte unas placas, podrías tener algo roto – fingió que le importaba mirando cada detalle en el comportamiento del enmascarado.

 

Repentinamente dejó la venda que estaba a punto de ponerse y en un rápido movimiento ya se encontraba arrodillado frente a Naruto.

 

Levantó su mano blanca y delgada hasta el rostro del rubio y lo acarició con mucha delicadeza.

 

Su piel se enchinó en ese preciso momento como si una corriente eléctrica pasara por sus nervios. Sus ojos azules se posaron sobre los pequeños hoyos de la mascara y levantando lentamente las manos metió sus dedos pulgares en el pliegue entre la piel del cuello y la porcelana blanca.

 

Por un segundo había olvidado los actos que aquel hombre había realizado, sólo quería ver quién estaba bajo la mascara.

 

El sonido de unas llaves y algunas cadenas chocando contra la puerta de metal los distrajeron de sus actos.

 

El enmascarado inmediatamente se alejó acomodándose la mascara jalando un par de palancas y quitando un par de candados.

 

Naruto agitó la cabeza y  regresó a la realidad.

 

La puerta se abrió dejando ver a otro sujeto portando una mascara y ropa de color negro, Naruto intentó aprovechar que entraba para escabullirse por abajo pero una patada en el estomago lo detuvo arrojándolo al interior del lugar.

 

Un grito lastimero se escapó de su garganta. Otro sujeto más entro en la habitación cerrando la puerta tras de sí.

 

- No te atrevas a volver a tocarlo imbécil – defendió el sujeto de la mascara de tres ojos enfrentándose a su propio colega.

 

- ¿De qué estas hablando?, intentaba escapar – respondió el otro sujeto con una mascara con un circulo rojo entre los ojos.

 

- Jamás – dio un par de golpes en el pecho del otro sujeto y después cargó a Naruto con un brazo y lo acostó nuevamente sobre el colchón alumbrado.

 

¿Por qué lo protegía?

 

¿Quién era?

 

 

Naruto tosió un poco y después se llevó las manos hasta la herida sintiendo un poco de tibieza. Seguramente el golpe le había abierto la herida.

 

- Como sea… Sólo te trajimos comida, mañana a las 6 a.m. – finalizó para salir nuevamente por la puerta.

 

El tercer enmascarado clavó la mirada en el rostro de Naruto y después negó con la cabeza un poco de forma errática.

 

- Ya lárgate – escupió el de la mascara de tres ojos y después cerró la puerta quedando solo con Naruto.

 

El rubio no lograba entender bien que era lo que pasaba, ni siquiera podía decir si ellos tres eran amigos.

 

- Comerás y después dormirás – sentenció el sujeto de la mascara abriendo un par de contenedores con lo que parecía ser Ramen.

 

Naruto cubrió su herida con ambas manos y recostó su cabeza en el colchón. Estaba muy cansado y nauseabundo, sólo quería dormir un poco.

 

El enmascarado se sentó frente a él y levantó su cabeza con un brazo mientras que con la otra mano llenaba una cuchara con puerco y caldo que lentamente llevó a los labios del rubio.

 

Naruto se negaba, y hacía su rostro hacia un lado.

 

- Debes comer –

 

- No –

 

- Come – empujaba la cuchara sobre su piel, pero Naruto no deseaba comer.

 

El rubio empujo al enmascarado con ambas manos dejando caer su cabeza nuevamente contra el colchón. El ramen se volteó y mojó la ropa negra del enmascarado.

 

Se levantó furioso y estaba a punto de golpear al ojiazul pero observó una pequeña mancha rojiza bajo el rubio.

 

Lo tomó por un hombro y al girarlo observó que era sangre proveniente de la herida del estomago.

 

 

El rubio cerró sus ojos y durmió.

 

El enmascarado tomó la caja con primeros auxilios y un pequeño frasco antiséptico.  Remojó un trapo con agua del fregadero y levantó lentamente la playera del rubio remojando la cinta con el trapo para que se despegara de su piel.

 

Tomó una esquina de la gasa y la despegó con cautela dejando ver una herida abierta y sangrante. Por suerte sólo era superficial nada peligroso, pero debía ser tratada con cautela, de lo contrario podría infectarse.

 

Pasó un algodón con agua oxigenada limpiando la herida cuidando no tocar con mucha fuerza la carne abierta. Después cubrió la herida con el antiséptico y con una aguja e hilo comenzó a suturar siendo cuidadoso de no deformar el tatuaje en el estomago del rubio.

 

 

Todos sus movimientos eran tan delicados como si se trata de arreglar una obra de arte. Trataba su piel con cautela, movía la aguja y el hilo con maestría y perfección.

 

Observaba su rostro sereno dormir y con su mano desnuda acarició su rostro nuevamente.

 

Llevó su mano a la mascara y lentamente comenzó a quitarla de su rostro.

 

Su pelo se removió y colocó la mascara en el piso junto al colchón.

 

Se agachó hasta quedar a la altura del rostro de Naruto y absorbió su aroma.

 

Finalmente lo tenía, después de tanto tiempo volvía a él y esta vez no lo perdería.

Notas finales:

¿Qué piensan? ¿Después de tanto tiempo aún voy bien?

 

Muy pronto se sabrá quién es el enmascarado, estoy seguro de que algunos ya saben de quién se trata.

 

¡Nos vemos en el próximo capitulo y como siempre espero sus reviews!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).