Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Síndrome de Estocolmo por Krad_Elric

[Reviews - 65]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

No tengo cara para pedirles disculpas por dejar tanto tiempo el fanfic, de verdad lo siento.

Últimamente Naruto tenía mucho en que pensar, tanto, demasiado... No sabía sí podría con todo, era tan agobiante que ni siquiera podía expresarlo adecuadamente, no del todo.

¿Cómo se suponía debía reaccionar? 

Era como caminar cuesta arriba en un camino sin fin con cada vez menos energía.

Su mirada perdida en el muro blanco frente a él, una de sus manos abrazando su cuerpo mientras la otra se movía intranquilamente sobre una de sus piernas. Esperaba afuera con uno de los sujetos, el que no era una bestia agresiva. Dentro yacía Gaara cuidando de Menma. Nadie había sospechado nada, el rubio se había encargado de cubrir su cabello con una gorra, sus ojos con gafas y hacía lo posible por que nadie se diera cuenta que era igual al chico que estaba adentro descansando.

 

Temía que alguien que lo pudiera conocer se diera cuenta que había dos como él, que le alertaran a su padre y que lo obligaran a separarse de su hermano, sus temores eran poco probables, incluso rayaba en la paranoia, sin embargo para él era todo lo que quedaba. Dejaba de lado el hecho de que había sido secuestrado por su misma sangre, golpeado y que le había mentido desde el principio. Había decidido ignorar que Menma había preferido ocultarse y privarlo de su libertad antes de encararlo y tener un encuentro racional.  No juzgaría a su hermano por sus actos que denotaban su evidente locura, pues Naruto mismo sentía que en su cabeza algo ya no estaba bien.

 

Eran tantas las cosas que necesitaba pensar y que ni su moral ni sus valores ni su congruencia podían identificar porque ya no estaba seguro como funcionaba todo eso.

 

Deseaba que su padre estuviera bien y repentinamente la imagen de Sasuke surcaba su mente, pero como un acto reflejo inmediatamente se concentró en algo más. Nuevamente comenzaba a suceder lo que ya hace mucho no pasaba. Su mente activaba esos procesos de defensa que lo alejaban de la realidad.

 

 ¿Comenzaría a ser como en el pasado?

 

¿Se volvería a perder dentro de sí?

 

Hace algunos días sólo deseaba que alguien lo ayudara para poder escapar; ahora sólo esperaba que nadie se enterara de que había sido secuestrado y llevaba días supuestamente perdido para no meter en problemas a Menma.

¿Qué sucedería ahora? 

 

La puerta de la habitación se abrió, el pelirrojo salió con un gesto que evidenciaba su disgusto. Sus ojos de tono verdoso se posaron en los azules cubiertos por las gafas y pudo notar una ligera mueca, quizá insulso para otras personas, pero para el rubio significa una declaración de odio que se confirmaba a cada mirada y pequeño gesto que intercambiaban. 

               — Despertó y quiere verte — escupió sin parpadear, su expresión daba un poco de miedo, sin embargo sus facciones masculinas y casi perfectas aminoraban el sentimiento.

Naruto se puso de pie sujetando su estómago sintiendo un ligero malestar, se disponía a entrar a la habitación cuando Gaara lo sujetó por el brazo con fuerza.

               — Nada de estupideces — le dedicó una mirada más e inmediatamente soltó el agarre para comenzar a caminar por el pasillo largo seguramente con dirección a la cafetería. 

 

El rubio se adentró en la habitación deshaciéndose de su improvisado disfraz. Dentro sobre la cama yacía su hermano con un par de tubos entrando por su nariz, suero y algunos otros cables conectados a él que leían sus signos vitales. Sus ojos bien abiertos contrastando con unas enormes ojeras, su cabello desaliñado que se veía perfecto de esa forma.

 

Una sonrisa surcó su rostro mientras su ceño se relajaba al verlo entrar.

 

¿Cómo te sientes? — preguntaba sin saber bien como comenzar. Era como un deja vu  verlo ahí recostado. Caminó unos pasos y se colocó justo al lado de él para mirarlo de cerca.

 

Excelente — mintió tomando la mano del rubio para acercarlo más.

 

Sus ojos eran hipnóticos, tan similares pero tan diferentes entre ellos. Estaba perdido. Ni el aroma a hospital, ni sus moretones, ni las escenas de violencia que vivió, ni siquiera el recuerdo de Sasuke interfería en lo que ahora su mente se concentraba.

 

Menma.

 

Un silencio se formó, largo y tranquilo sin molestar a ninguna de las partes. Sus pupilas encontradas, sus respiraciones mezclándose en el aire y  recuerdos de varios años atrás revoloteando en el espacio.

 

El pelinegro se incorporó un poco más en la cama y atrajo lentamente más hacia sí a Naruto. Inmediatamente una resistencia se formó por parte del rubio, sin embargo, no fue más que cuestión de hacer más fuerte el agarre para que este cediera.

 

Acércate, tengo algo que decirte — pidió sin parpadear y sin necesidad de obligarlo. Su rostro se colocó junto al del rubio y casi rosando su lóbulo con sus labios comenzó a hablar.

 

Te prometí que siempre estaríamos juntos — voz grave y tranquila como una melodía que nunca te cansas de escuchar, ojos fijos y su mano acariciando la piel de su hermano.

 

Naruto no supo que decir. Sabía que palabras usar, quería decirle que era muy feliz por encontrarlo, quería abrazarlo y pretender que nada antes de ese día había pasado, pero la forma en la que lo dijo; el tono, la mirada, la insinuación. Nada era correcto.

 

Alejó un poco su rostro mirando hacia las sabanas, comenzaba a sentirse incomodo. Quizá eran cosas suyas y lo malinterpretaba, o quizá ya no era una hermandad.

 

El rubio se había desconectado de la realidad tratando de ordenar el caos en su cabeza. Menma lo miraba, su vulnerabilidad, su inocencia, su intranquila mente pensando en diferentes posibilidades a excepción de la realidad.

 

Todo eso era lo que tanto había deseado para él, lo que había buscado todo ese tiempo.

 

Seguir a su hermano a las diferentes escuelas, verlo dormir en las noches, caminar por donde él lo había hecho, era una tortura. Estar lejos de él y a la vez tan cerca era asfixiante pero se conformaba con eso pues sabía que si regresaba a su vida su salud mental y la de él se verían nuevamente comprometidas.

 

Naruto pensaba que Menma había muerto y le costó mucho trabajo poder incorporarse a la sociedad. Menma, por su parte ya había dejado eso a tras, ya no le importaba pertenecer y sus actos lo demostraban pues en sus manos ya había sangre. Él sólo quería a Naruto, ya sea contemplándolo de lejos, oliendo su ropa cuando no estaba, mirándolo oculto desde las sombras.

 

Hasta que un día un pelinegro de cabello largo irrumpió con lo sacro de ese ser con el que se había obsesionado. 

 

Sasuke lo tomó en la única forma en la que él jamás se atrevió. Eso no podía suceder; Naruto era su hermano, su sangre corría por sus venas, todo en él le pertenecía en forma física y mental.

 

Ese maldito debía pagar por ensuciarlo.

 

Colocó su mano blanquecina en el rostro del rubio y se acercó a él aprovechando el colapso mental en el cuál estaba a punto de sumergirse para besarlo.

 

Naruto lo sentía, sentía sus labios humedecerse con los de él, sentía su lengua jugar y sentía su sabor recorrer su boca. Algunas lagrimas se escurrieron por sus mejillas sin moverse.

 

Estaba estático.

 

Perdido.

 

Una mano del pelinegro bajó inmediatamente al pantalón de Naruto y sobre la tela comenzó a tocarlo notando una erección completa. Separó sus labios y lo miró con malicia.

 

No era tan puro como lo creía.

 

Unió nuevamente sus labios y repentinamente un empujón en el pecho lo obligó a detenerse. Limpió con el dorso de su mano sus labios y trató de salir de la habitación. Sus pasos se detuvieron al sentir un jalón en la chaqueta obligándolo a voltear su mirada.

 

Menma lo sujetó y lo atrajo a la cama junto a él.

 

Para estar malherido su fuerza no había cambiado mucho.

 

En un rápido movimiento atrajo más al rubio y lo recostó un poco sobre la cama, colocándose sobre su cintura y cubriéndole la boca con una mano para callar sus quejidos a causa del llanto que ahora en verdad lo hacía verse vulnerable.

 

No sabía, pero realmente estaba rompiendo algo en la cabeza de Naruto.

 

O quizá sí sabía.

 

Deja de llorar — decía mientras relamía las lagrimas del rostro del rubio. Una ligera sonrisa se formó en sus labios al verlo derrumbado.

 

Naruto negaba y temblaba bajo sus piernas. Sus ojos abiertos relucientes y rojos.

 

El pelinegro agachó su cabeza hasta ponerla en el cuello del rubio y mientras absorbía su aroma acariciaba con la mano libre su cuerpo.

 

Sé que lo disfrutas, sé que tú también lo deseas — escupía mientras sentía la erección de Naruto.

 

Sus caderas comenzaron a moverse lentamente en un vaivén ligero mientras su rostro aún estaba encajado en el cuello del rubio ocupado en lamer y dejar marcas sobre su piel, marcas que le recordaran a cualquiera que quisiera acercarse a él que ahora tiene un nuevo dueño.

 

Naruto lloraba como niño, sin embargo su cuerpo mostraba sus verdaderos deseos. Hace mucho no había estado tan excitado y tan conmocionado y eso era lo que lo estaba volviendo loco.

 

Cuánto daño más podría hacerle Menma.

 

Si su cuerpo reaccionaba de esa forma ante el tacto de forma tan natural, Naruto lo veía como algo obsceno. No pensaba en otra opción, no pensaba en el estímulo, sólo en que estaba cometiendo un error y que su cuerpo lo aceptaba sin problema.

 

Una mordida en la clavícula y fue suficiente para regresar a Naruto de su letargo. Inmediatamente colocó una mano sobre la herida ya tratada y cuidada de su hermano y con un poco de fuerza empujó para alejarlo de sí.

 

Menma soltó un quejido e inmediatamente su cuerpo se curvó hacia atrás dejando a Naruto el espacio necesario para poder escapar de su agarre.

 

Si bien era verdad que últimamente se sentía presa de todo lo externo que le estaba sucediendo, también es cierto que Naruto posee una fuerza muy evidente y que a pesar de que estaba volviéndose lentamente todo eso que temía, no podía permitirle en este momento a Menma robarse la poca cordura que le quedaba.

 

El pelinegro se removió entre las sabanas mirando un poco desconcertado al rubio, jamás pensó que aún quedara fuerza en él.

 

Naruto comenzó a caminar hacia atrás para dejar a Menma descansar mientras él se tomaría un respiro para poner un poco de orden en el maldito caos que rugía con furia en su cabeza.

 

—   Creí que estarías conmigo siempre, lo prometiste — sonó la voz del pelinegro de forma completamente diferente, casi dulce.

 

 

Naruto levantó el rostro para enfrentase a un rostro ajeno a él. Era como si su hermano de antaño regresara.

 

—   No pienso irme — dijo sin moverse de su lugar.

 

Menma bajó la mirada luciendo triste.

 

—   Siento haberte lastimado, de verdad… lo siento

 

Naruto dudaba en acercarse pero verlo de esa forma nuevamente doblegó su juicio y finamente avanzó hasta estar junto a él.

 

Tomó su mano tímidamente y la estrujó un poco haciéndole entender sin necesidad de palabras que estaba bien.

 

—   ¿Me extrañaste tanto como yo a ti?

 

—   Cada día…

 

Menma tomó la mano del rubio y lo atrajo un poco más hacia él.

 

—   ¿Qué tanto? — jalaba de él hasta tenerlo agachado junto a su rostro.

 

Naruto no había notado que a pesar de que eran gemelos Menma era mucho más atractivo que él, ante sus ojos al menos; su rostro viril, su voz grave, su mirada dura y expresiva, sus flequillos negros más largos que los suyos, sus ojos azules unos tintes más obscuros, sus largas pestañas y su piel blanca como porcelana realmente podrían lograr cautivar a cualquiera, a quién fuese.

 

 

Incluso a él.

 

 

Menma se levantó un poco y colocó su mano en la mejilla del rubio para atraerlo más hacia sí hasta que colocó sus brazos alrededor de su cuello y lo abrazó con delicadeza.

 

Naruto instintivamente correspondió el abrazo y entrecerró sus ojos disfrutando del calor que le daba su hermano.

 

Así permanecieron unos momentos hasta que un toque en la puerta irrumpió el momento haciendo que Naruto se alejara un poco. El pelinegro inmediatamente soltó un gruñido ante la molestia y aprovechó que el rubio bajó la guardia para jalarlo nuevamente y besarlo.

 

La puerta se abrió y el chico del cabello como palmera entró encontrándose con la imagen de los dos hermanos gemelos besándose.

 

Un ligero rubor se apoderó de su rostro y trató de musitar algo pero simplemente no podía, tampoco podía quitar la vista.

 

—   ¿Qué haces sonrojándote como princesa? — decía burlonamente el pelirrojo dando unos pasos dentro del umbral de la puerta hasta que sus ojos se posaron también en las dos figuras frente a él.

 

Inmediatamente su mano derecha se cerró con fuerza destruyendo el baso con café que llevaba mojando su rostro un poco y derramando el contenido. Lanzó el otro vaso que llevaba en la otra mano contra el suelo con violencia y salió de la habitación.

 

Inmediatamente Naruto giró para encontrarse con el chico de la palmera y se alejó de Menma.

 

—   Te trajimos café… bueno traíamos pero… bueno… iré a comprar otro — decía mientras se pasaba una mano por el cabello tratando de ocultar su nerviosismo para después salir de la habitación nuevamente.

 

—   Tienes que descansar, volveré después — finalizó el rubio saliendo por la puerta de igual forma y cerrándola tras de sí.

 

Menma soltó una sonrisa maliciosa y su semblante cambió nuevamente dejando atrás la dulzura y volviendo a la mueca de malicia que usualmente llevaba.

Naruto fuera de la habitación se recargó un poco contra la puerta llevando las yemas de sus dedos a sus labios sintiendo aún la calidez de los de los de su hermano.

 

—   Eh… ¿Quieres venir? — preguntó el chico de ojos cafés a unos pasos del rubio mirándolo aún un poco sonrojado.

 

Naruto levantó la mirada y asintió lentamente mientras se colocaba la gorra y los lentes caminando junto al amigo de su hermano.

 

Ambos se dirigieron hacia la cafetería, uno oculto entre sus pensamientos y el otro un poco nervioso.

 

—   Soy Shikamaru — dijo de forma extraña levantando una mano mientras se rascaba la nuca.

 

Naruto levantó el rostro y correspondió al saludo mirando por fin a los ojos al chicho junto a él.

 

—   Naruto — ambos caminaban por un pasillo largo de color blanco.

 

—   Siento todo lo que pasó… eh… no sé que decir

 

—   Yo tampoco

 

Había tanto que quería saber pero no estaba seguro de querer tener más preguntas en su cabeza y mucho menos estaba seguro de querer saber las respuestas pues aún tenía mucho en que pensar por sí solo.

 

—   Siento mucho la actitud de Gaara, usualmente no es tan gruñón pero últimamente está de muy mal humor

 

—   Es por mi…

 

—   Yo no diría que es por ti…

 

Naruto sonrió un poco y miró con los ojos entrecerrados a Shikamaru.

 

—   No soy estúpido — dijo sin detener sus pasos.

 

Shikamaru sonrió un poco y miró de reojo a Naruto recordando la escena de hace unos momentos y sonrojándose nuevamente.

 

Naruto lo imitó y también lo miró de reojo percatándose de la reacción. Imaginaba que debía ser muy extraño ver a dos hermanos besándose y más siendo gemelos, incluso para él sonaba muy extraño pero no podía negar que lo había hecho.

 

—   Debes pensar que es grotesco… — sin embargo no pudo terminar pues Shikamaru comenzó a hacer un ademan con sus manos y lo interrumpió.

 

No claro que no… Yo no soy nadie para juzgar… Y a decir verdad no los culpo — se dio cuenta de lo que acababa de decir y se reprendió internamente por no controlar su boca.

 

Naruto soltó una risa en forma burlona mirando al chico junto a él.

 

—   Hace unos días me secuestras y ahora eres condescendiente conmigo, vaya que todos ustedes son extraños — dijo finalmente acercándose a la barra para comprar el café y algo de comer.

 

—   ¿Cómo sigues de tu estómago? — pregunto el chico de la palmera bajando la mirada tratando de cambiar de tema.

 

—   Estoy bien

 

—   Deberías dejar que te chequen aquí

 

—   No puedo poner en riesgo a Menma

 

Realmente había algo muy fuerte entre esos dos hermanos. Ahora lo veía más claro. Sin importarle que haya sido privado de su libertad, golpeado, perseguido y demás estaba ahí cediéndole al pelinegro su seguro, cuidando de él, siendo amable con sus captores. No culpaba a Menma por obsesionarse con él.

 

Ambos regresaban con café y algunos bocadillos mientras hablaban de cosas triviales. El chico de la palmera era bastante agradable dejando a un lado todo los problemas que le causaron.

 

Era una sensación incomoda estar ahí en esa situación y con ellos, pero ya nada tenía sentido, así que dejó un poco de lado la formalidad y la descencia, al menos hasta que Menma estuviera mejor.

 

Llegaron hasta la habitación del pelinegro y se detuvieron al escuchar una acalorada discusión dentro.

 

Gaara levantaba la voz cada vez más, Naruto alcazaba a escuchar algunas palabras. El ojiverde decía que el rubio arruinaría todo y que regresarían a ser recluidos.

 

Menma no respondía.

 

—   No entiendo como puedes arriesgar tanto esfuerzo y trabajo, tanto tiempo que invertimos para escapar de ahí por tu estúpido hermano

 

—   Hey… Controla tu boca si no quieres que la tape

 

—   ¿Cómo? Imbécil, estás postrado en una cama de hospital jugando a la victima para que tu hermanito pueda cuidarte

 

—   Ah… ya entiendo — bufó Menma tranquilo aún recostado. — ¿Estás celoso de Naruto? — esto último lo dijo en un tono burlón verdaderamente irritante.

 

 

Inmediatamente el pelirrojo perdió la cabeza y soltó un grito tratando en vano de ocultarlo con sus puños cerrados. Menma lo miraba divertido.

 

—   Eres tan fácil de leer, no sé que pasa en esa cabecita loca tuya pero Naruto esta muy delante de ti, lo sabías desde el principio y aún así decidiste seguirme

 

—   Eres una mierda… — soltó el pelirrojo clavando sus ojos en el pelinegro.

 

 

En ese momento Shikamaru entró en la habitación sin tocar para que no siguieran hablando más. Después de tanto alboroto lo único que lograrían era hacer que los corrieran de ahí y además, el semblante de Naruto se veía bastante mal, no quería que escuchara aún peores cosas porque parecía que realmente estaba perdiendo poco a poco la cabeza.

 

—   Naruto deberías sentarte, hay algo que debes saber — pidió Shikamaru mientras jalaba a Naruto dentro de la habitación cerrando la puerta tras de él.

 

¿Habían escapado? ¿De dónde? Su respiración se descontroló un poco nuevamente y otra vez el caos comenzó a apoderarse de él.

 

Levantó el rostro y se encontró con ojos verdes y azules mirándolo cual carroñeros.

 

En qué se había metido.

Notas finales:

He estado trabajando en los capitulos posteriores así que esta vez no tardaré tanto, de verdad siento la demora, después de leer los reviews que me dejaron y después de ser tan bien recibido era un insulto de mi parte dejarlo inconcluso así que aquí estoy. 

 

Les prometo que no lo abandonaré hasta terminarlo.

Les agradezco a todos los que se toman el tiempo de leer y dejar un review, de verdad es lo que me impulsa a seguir con esta historia.

Nos vemos pronto.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).