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Síndrome de Estocolmo por Krad_Elric

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Era un sábado por la mañana. El cielo estaba nublado y casi no había gente en las calles. La ventana del rubio estaba cerrada debido a que su padre había prohibido rotundamente que se volviera a abrir.

 

Por supuesto que eso no iba a impedir que Naruto volviera a ver a Sasuke, el problema ahora era que en ese preciso momento el rubio era el que había decidido no verlo.

 

El reloj marcó las 8 de la mañana. Para esa hora su padre ya se había ido como usualmente lo hacía. Abrió la puerta y caminó por el pasillo mientras se ponía una chaqueta de piel negra. Lo único que quería era salir un rato, alejarse de todo lo cotidiano y despejar su mente, y para ello sabía del lugar perfecto.

 

El lago.

 

Tomó sus llaves de una mesa que se encontraba en la entrada y abrió la puerta para encontrarse con Sasuke y su mano en el timbre.

 

- ¿Qué haces aquí? – preguntó el rubio mientras salía de la casa y cerraba con llave. Intentaba aparentar que no le causaba emoción verlo.

 

- Son las 8. Tu padre se fue – respondía serio el pelinegro caminando detrás del rubio.

 

- ¿No tienes algo mejor que hacer? –

 

- ¿Sigues molesto por lo de ayer? –

 

Naruto siguió caminando. Un relámpago iluminó el cielo, Sasuke miraba de reojo al rubio, al parecer no le importaba el clima.

 

Ni tampoco darle una respuesta.

 

- ¿Te regañaron o algo? – preguntaba el pelinegro introduciendo sus manos en su chaqueta gris caminando junto al rubio.

 

- No te importa –

 

- ¿Quieres dejar de hacerte la victima por un momento y responderme? –

 

Naruto no dijo nada, simplemente siguió caminando por unos minutos hasta adentrarse en un camino sin pavimentar.

 

Muchas veces ya había ido a ese lugar simplemente para estar sólo; para pensar sin tener que darse explicaciones; para relajarse. Sin embargo, esta vez no iba sólo. Sabía perfectamente que Sasuke lo seguía, y a pesar de estar enojado con él, el mismo quería que así fuera, quizá las cosas se solucionarían.

 

- ¿A donde me estas llevando? – preguntó el pelinegro caminando entre varias ramas y raíces que se levantaban por encima de la tierra.

 

- Yo no te estoy llevando a ningún lado. Tu me estas siguiendo – respondió Naruto adentrándose aún más entre los arboles.

 

Las copas eran tan altas y frondosas que casi no se podía ver la luz del sol. La humedad predominaba en área además de los constantes sonidos de los animales que habitaban ahí.

 

El agua se podía escuchar correr. Estaba cerca, ya podía ver las rocas características del rio.

 

Giró un poco la cabeza observando a Sasuke. Por su semblante podía darse cuenta que jamás había ido a un lugar así.

 

Ambos se quedaron unos minutos observando el lugar. Naruto estaba sentado arrojando rocas al rio, en su cabeza se preguntaba si lo que había dicho Sasuke era verdad, deseaba que lo fuera por que lo que sentía por él era tan intenso que de no serlo seguramente sería muy doloroso.

 

Aún para él.

 

Se puso de pié recargándose contra un árbol intentando olvidar por un minuto la escena del día anterior, pero le resultaba realmente difícil hacerlo.

 

Naruto caminó hasta un muelle viejo al que le faltaban tablones y que parecía estaba apunto de caer. Sasuke lo seguía muy de cerca intentando no resbalar.

 

- De todas, tenía que ser Sakura… - dijo el rubio mirando el agua cristalina.

 

- Sólo fue un beso, ya te dije que es para cubrir las apariencias –

 

Naruto giró sobre sus talones y miró directamente a los ojos al pelinegro tomándolo por la playera negra que usaba y atrayéndolo más hacia sí.

 

- Dime que no sientes nada por ella –

 

Una sonrisa torcida se formó en los labios de Sasuke. El sólo saber que Naruto sentía celos lo hacían sentirse superior, poderoso y sobretodo importante.

 

- ¿Eso quieres que te diga, o prefieres la verdad? -  mientras pudiera jugar con él lo haría sin titubear, no había nada que le gustara más que verlo dudar de si mismo.

 

- La verdad –

 

Sasuke tomó las manos de Naruto y las apartó de si para sujetar las de él con una suya  tomándolo por el pelo de la nunca y con la otra acercándolo un poco más.

 

- Yo soy sólo tuyo – finalizó mirando prepotentemente a los ojos azules que se cerraban. Sus labios se rosaron un momento y después el pelinegro eliminó la distancia comenzando a besarlo pasionalmente al grado en el que ambos tuvieron que dar un par de pasos hacia atrás.

 

El tablón donde ambos se apoyaban cedió haciendo que ambos cayeran contra el fango violentamente.

 

Sasuke había caído sobre Naruto. Ambos cubiertos de pies a cabeza de lodo café. El pelinegro no pudo evitar soltar una carcajada mientras se levantaba un poco del cuerpo del rubio para verlo.

 

Naruto levantó la cabeza despegándola con dificultad, sus mechones de cabello rubio se pegaban a su rostro debido al fango. La caída no había sido tan dura pero tener a Sasuke sobre él se volvía incomodo en cierta forma.

 

El pelinegro miró por unos segundos el rostro sucio de Naruto. Detestaba admitirlo pero lo que sentía por él no era sólo una simple amistad. Realmente era una emoción muy intensa la que lo obligaba a estar con él.

 

A ser parte de él.

 

Quitó los mechones de rostro con cuidado embarrando en el proceso un poco de lodo en su frente y lentamente se acercó a él para volver a besarlo.

 

Sus labios se movían con tranquilidad, su respiración era calmada. Muy diferente a las otras veces que ambos se habían besado. Esta vez no había urgencia ni lujuria; esta vez había una emoción más fuerte uniéndolos.

 

La lengua de Naruto buscó la de Sasuke sin terminar el contacto. El rubio quería más. Sus brazos subieron por la cintura del pelinegro hasta envolverlo por completo; sus manos se aferraron a su espalda y lo estrujó con fuerza.

 

Deseaba estar así para siempre.

 

Naruto se alejó un poco solo para rosar sus labios con los de Sasuke. Su aroma lo embriagaba, su sabor lo volvía loco, y su cuerpo lo hacía sentir fuerte. Con él tenía todo lo que deseaba.

 

La lluvia repentinamente comenzó a caer. Ambos se pusieron de pié y empezaron a caminar fuera del fango. Naruto levanto un poco el rostro para que las gotas de lluvia removieran el lodo de su rostro.

 

Hacía ya tanto tiempo que no se mojaba en la lluvia que casi había olvidado esa sensación. La última vez fue cuando él aún era un niño; su madre y su hermano aún vivían con él y esa tarde la lluvia había formado un doble arcoíris, él deseaba salir pero sabía que sus padres les dirían que no y sin imaginarlo su mamá lo tomó en brazos y ambos salieron a mojarse. Se divirtió mucho esa tarde, pero él jamás había imaginado que iba a ser la última vez que vería a su madre.

 

Sasuke se apresuró y abrazó a Naruto por la espalda encajando su nariz en su cuello, simplemente sintiendo su piel, abrazándolo, disfrutando de su compañía.

 

El rubio sonrió un poco relajándose, su mirada se perdió por un segundo entre los arboles al otro lado del lago, cuando repentinamente divisó una silueta ajena al paisaje. Una mascara blanca con tres ojos rojos y orejas picudas. Al parecer los miraba.

 

Naruto se estremeció.

 

- ¿Tienes frío? – preguntó el pelinegro abrazando con más fuerza al rubio.

 

- No – respondió sin quitar la mirada del sujeto enmascarado.

 

- Deberíamos regresar –

 

- Si – Naruto desvió la mirada un segundo, esa mascara lo ponía nervioso, lo mejor sería irse por hoy de ahí. Giró nuevamente su rostro y esta vez ya no estaba el enmascarado ahí.

 

La lluvia no parecía cesar, los ojos azules se posaban de vez en cuando en la silueta de su compañero mirando lo bien que se veía aún bajo la lluvia.

 

Y así era, solo así. Naruto estaba enamorado de Sasuke.

 

El rubio levantó una mano y sujetó la del pelinegro; sin embargo Sasuke rápidamente soltó el agarre y se alejó unos pasos de Naruto.

 

Él lo entendía bien, mientras nadie los viera todo estaba bien, pero en el momento en el que su reputación o su imagen estuvieran en peligro no había nada más que una simple amistad entre ellos.

 

Por ahora eso estaba bien. Si con eso podía estar cerca de él aun que sea solo unos momentos, trataría de seguir el juego.

 

Pronto llegaron a la calle que unía sus casas. Uno parado frente al otro, Naruto no quería despedirse tan rápido, pero no había remedio.

 

El rubio dio un paso hacia delante sin embargo una mirada extraña en el rostro de Sasuke lo detuvo, no podía besarlo. Levantó una mano y esperó a que Sasuke respondiera, sin embargo sólo recibió un golpe con el puño cerrado en un hombro en forma amistosa y después comenzó a caminar hacia su casa dejando al rubio con la mano extendida.

 

Naruto sonrió melancólicamente, sólo deseaba aguantar lo suficiente.

 

Comenzó a caminar hasta su casa y para su sorpresa el auto de su padre estaba en la entrada.

Entró por la puerta de la cocina quitándose la ropa para no mojar el suelo, sólo se dejó la playera y los boxers. Subió las escaleras sin encontrarse con su padre que a decir verdad no esperaba que le dijera nada más después de lo de ayer.

 

Entró a su habitación dirigiéndose directamente al baño. Una ducha era lo que más necesitaba, sentía el fango hasta en los oídos.

 

Trataba de no pensar en Sasuke, pero era lo único que hacía últimamente.

 

¿Por qué de todas las personas tenía que ser él?

 

Sakura lo amaba y él estaba seguro de amarla también hasta que de un día para otro comenzó a sentir algo diferente por él. Cada segundo que pasaba, en clases, en los entrenamientos, al platicar por la ventana, incluso cuando no lo veía pensaba en él.

 

Soltó un golpe contra la pared mientras el agua caía sobre su cabeza. Se odiaba por amarlo.

 

Por esperarlo.

 

Salió de la ducha y se vistió nuevamente, la lluvia afuera no parecía terminar pronto. Giró la perrilla de su habitación dispuesto a bajar a comer algo cuando al abrir la puerta se encontró con su padre.

 

- Hola – saludó el rubio tranquilamente, pero el cuerpo de su padre obligándolo a entrar a la habitación lo hizo dudar sobre si tenían que hablar algo más.

 

- ¿Estabas con Sasuke? – preguntó Minato con autoridad y un rostro serio.

 

- ¿De que hablas Papá? – de una u otra forma él siempre lo sabía, de nada serviría mentirle y tampoco quería hacerlo.

 

- Respóndeme –

 

- Si, estaba con él –

 

Minato se llevó una mano al rostro y comenzó a caminar por la habitación en un intento de controlarse.

 

- Te castigo, te quito el carro, te prohíbo verlo, cierro la ventana con llave y aún así me desobedeces, ¿tengo que tenerte encerrado para que me hagas caso Naruto? –

 

- Ya no soy un niño papá, se que es lo que hago. ¿Y tu? –

 

- No me hables así Naruto, estas metiéndote en algo de lo que no te vas a salir tan fácilmente –

 

- ¿Cuál es tu maldito problema? – Naruto jamás le había levantado la voz a su padre, mucho menos le había respondido de esa forma.

 

- ¿Quién eres? ¿En serio quieres hacer esto?. Es momento de que crezcas y dejes tus estupideces –

 

- ¿Es estúpido amar? –

 

- Sólo es una etapa –

 

Ambos se exaltaban cada vez más, comenzaban a hacer y decir cosas de las cuales después se arrepentirían y si esto seguía así, tal vez las consecuencias serían mucho peores que un simple arrepentimiento.

 

- Escúchame papá, él y yo nos amamos, es sólo eso, amor… - sin embargo no pudo terminar de hablar debido a que Minato le propinó un golpe obligándolo a caer contra el suelo.

 

- Debes dejar aún lado tus pensamientos sucios y pensar en tu maldito futuro Naruto. Escúchate, tienes que cambiar o… –

 

Naruto soltó una carcajada mientras se limpiaba la sangre que brotaba de su labio inferior.

 

- ¿O qué? –

 

- No pienso tener un hijo así – finalizó saliendo de la habitación cerrando la puerta con fuerza.

 

Naruto se quedó sentado ahí unos minutos, estaba sumamente enojado y también dolido. Quizá no debió hablar, tal vez debió ceder y decir que sólo era una etapa, pero como fuera la realidad es que Minato le había dicho que no iba a tener un hijo como él.

 

El rubio se puso de pié y caminó hasta su cama sacando de debajo de esta una maleta negra. Estaba hecho. Debía afrontar las consecuencias de sus decisiones.

 

Después de guardar su ropa se dirigió hasta el estudio de su papá donde seguramente estarían las llaves de su carro.

 

Efectivamente, al entrar observó la las llaves justo en el centro del escritorio, extendió una mano y las tomo cuando repentinamente su papá giró sobre su silla y lo sujetó por el brazo.

 

- Si te vas no te molestes en regresar – dijo reafirmando su agarre. Le dolía excesivamente decirle todas esas cosas a Naruto, pero el coraje lo cegaba, sus actos estaba siendo guiados por sus emociones y no por la razón.

 

Naruto miró unos segundos los ojos de su padre y después arrebató su mano para salir del estudio y posteriormente de la casa.

 

Nuevamente sentía esa sensación. Esa cubetada de agua fría en la espalda, se sentía rechazado, primero por su madre y ahora por su padre.

 

Metió la maleta a la cajuela y se subió al auto arrancando y manejando sin saber bien a donde. Estaba furioso, el pecho le dolía y sentía un nudo en la garganta. La lluvia chocaba contra el cristal haciendo que fuera imposible ver. Frenó un poco y después se estacionó frente a una casa.

 

Sacó su celular y comenzó a escribirle un mensaje a Sasuke.

 

“Necesito hablar contigo, ¿Podemos vernos?”

 

Espero unos minutos y no hubo respuesta, la cabeza le dolía y la lluvia no paraba. Se recostó un poco en el asiento y sin querer se quedó dormido.

 

 

 

 

 

El timbre del celular lo despertó, miró la pantalla observando que habían pasado un par de horas y un mensaje de Sasuke.

 

“Estoy ocupado ahora, mañana tal vez”

 

Naruto cerró el celular y lo arrojó al suelo, repentinamente tenía ganas de llorar, sin embargo cerró sus puños y golpeó el volante. No iba a dejar que algo así lo alterara, él era más fuerte que todo eso.

 

La lluvia había parado, el cielo ya se podía apreciar un poco más claro; sin embargo se hacía tarde y no había buscado un lugar donde quedarse esa noche a dormir. Tenía que cuidar el dinero que tenía así que prefirió ir al lugar de siempre.

 

Encendió el auto y comenzó a manejar hasta el camino empedrado por el que había ido con Sasuke, no sabía bien que hería después ni como se las arreglaría, sin embargo, pasara lo que pasara debía ser fuerte.

 

Estacionó el auto entre unos arboles siendo cuidadoso de tener el espacio suficiente para maniobrar. Apagó el auto y por lo tanto las luces; limpió el cristal que comenzaba a empañarse y se dio cuenta que había una luz afuera.

 

Abrió la puerta del auto y miró en la lejanía una lámpara moverse, trataba de observar sin embargo no distinguía quien la portaba. Repentinamente la luz se dirigió hacia el y después se apagó.

 

Intentó no prestar atención y volvió al auto entrando por la puerta trasera recostándose doblando un poco las piernas. Esa noche iba a ser larga debido a lo incomodo, pero después de todo pudo conciliar el sueño.

 

 

A la mañana siguiente el molesto sonido de su celular lo despertó nuevamente, sus ojos se abrieron rápidamente siendo cegado por la luz del sol que se metía por los cristales del auto. Se levantó cubriéndose con su ante brazo los ojos y tratando de alcanzar el celular con el otro.

 

Tenía dos mensajes, el primero de Sasuke y el otro de su padre.

 

“Tu padre vino a hablar conmigo hoy en la mañana, ¿Qué carajo hiciste Naruto? ¿Dónde estas?. Llámame”

 

Estaba apunto de llamarle al pelinegro cuando levantó la mirada por un segundo. Frente al auto estaba el sujeto de la mascara blanca vestido todo de negro.

 

Simplemente observando.

 

Naruto contuvo el aliento, había algo en él que le causaba cierto miedo. Se mantuvo quieto imitando al sujeto al observarlo; cuando repentinamente el tipo se acercó al auto con rapidez e intentó abrir la puerta.

 

El rubio inmediatamente saltó al asiento del piloto y comenzó a buscar la llave que llevaba en el bolsillo del pantalón. El enmascarado se rindió al intentar abrir la puerta. Se alejó unos pasos y de un solo golpe reventó el cristal junto a Naruto.

 

El rubio introdujo la llave y arrancó, sin embargo el sujeto lo tomó por el cuello de la playera jalándolo hacia sí. Naruto levantó la mano y le soltó un puñetazo en la mascara al tipo haciendo que esta cayera al suelo. El sujeto inmediatamente se cubrió el rostro y recogiendo la mascara comenzó a correr entre los arboles.

 

Naruto no esperó más y aceleró hasta salir al camino. Estaba asustado, sin embargo se controlaba.

 

Condujo un par de minutos hasta estar lo suficientemente lejos del lago y tomó su celular no sin antes abrir el mensaje de su padre.

 

“Sasuke no siente lo mismo que tu. Date cuenta de lo que esta pasando. Vuelve a casa y platiquemos”

 

¿Qué significaba eso?

 

Naruto se sentía frustrado, muchas emociones juntas querían salir y sin embargo no lograba expresarlas. Soltó un grito y se llevó las manos a la cabeza, debía hacer algo o simplemente explotaría.

 

Marcó el numero de Sasuke y esperó a que contestara.

- Te tardaste horas en llamar – sonó la voz del pelinegro al otro lado del teléfono.

 

- Necesito hablar contigo –

 

- Estamos hablado –

 

- En persona – Naruto se estaba cansando de la actitud de Sasuke, por más que lo quisiera no iba a aguantarlo mucho tiempo más.

 

- No puedo, estoy algo… ocupado – respondió casi en un murmullo.

 

- Estas con Sakura – afirmo Naruto encendiendo el auto y estrujando el volante con exceso de fuerza.

 

- No – mintió.

 

- ¡Dime si estas con ella! – gritó el rubio.

 

- ¿Y qué si estoy con ella, vas a llorar o vas a armar una escena? – escupió con autosuficiencia.

 

- ¿Así es como va a ser? –

 

Sasuke soltó una carcajada y después colgó el celular.

 

Naruto comenzó a manejar sin saber bien a donde ir, últimamente sólo sentía coraje y frustración, quizá después de todo su padre tenía razón.

 

 

 

 

Después de conducir algunos minutos encontró un hotel donde podía quedarse al menos por ese día, necesitaba descansar realmente, estaba exhausto a pesar de que no había hecho nada últimamente.

 

 

Después de registrarse entró a la habitación dejando de lado la maleta y arrojándose contra la cama, cerró sus ojos unos momentos y después se volvió a levantar para tomar una ducha.

 

Ese día paso lento. Tenía 5 llamadas perdidas de su padre y él simplemente estaba acostado mirando televisión.

 

Esa noche se desveló hasta que sus ojos se cerraron.

 

 

A la mañana siguiente se despertó tarde. Abrió su maleta y se vistió con su uniforme usual. Estaban por terminar las clases y no podía darse el lujo de faltar a la escuela después de que ya habían pasado por alto muchas de sus faltas.

Estacionó el auto y se dirigió a su salón; para su mala suerte le tocaba con la mamá de Sakura y debía sentarse frente a Sasuke.

 

Respiró profundo y se adentró en el salón disculpándose por llegar tarde y recibiendo los regaños sarcásticos de la maestra. Todo eso lo podía controlar muy bien, pero mirar el rostro de Sasuke lo volvía loco. Quería golpearlo y besarlo, quería estar con él pero también quería alejarse lo más que pudiera y sin embargo, tomó asiento frente a él.

 

La clase pasó tranquila, sin embargo Naruto para nada estaba tranquilo. En su cabeza se repetía una y otra vez que estaba exagerando las cosas, sólo llevaban unos días de estar en esa extraña relación en la que no sabía ni como denominarse.

 

No importaba que las cosas fueran de esa forma, conocía a Sasuke de toda su vida y sabía que las cosas no podían estar mal entre ellos, pero también pensaba en que lo amaba intensamente y en que Sasuke sabía bien al respecto y aún así lo torturaba cada vez que podía, lo detestaba por eso y sin embargo no se quejaba.

 

Pasó el segundo periodo, y el tercero. El día escolar transcurrió como siempre hasta que era hora de marcharse.

 

Ninguno de los dos se había dirigido la palabra, hasta que Naruto no pudo más. Debía dejar de preguntarse y de dudar, tenía que saber que es lo que realmente pasaba por lo que buscó a Sasuke quién estaba con Sakura.

 

- Sasuke, ¿Podemos hablar? – cuestionó sujetando por el hombro al pelinegro.

 

Ambos voltearon, Sakura sonrió al ver a Naruto y lo saludo como siempre. Sin embargo Sasuke sólo le mostró una cara de disgusto.

 

- ¿Por qué mejor no te vas? – dijo apretando la mano de Sakura con la suya.

 

Naruto observó ese pequeño detalle y no pudo evitar empujarlo con ambas manos por el pecho.

 

- ¿Así es como te gusta, no? – dijo frunciendo el seño y arrojando la mochila contra el suelo.

 

- Realmente eres estúpido – respondió soltando la mano de Sakura y dando unos pasos lejos de ella.

 

- Quiero que me digas en este maldito momento que es lo que sientes por mi – dijo Naruto con voz firme mirando a los ojos al pelinegro.

 

- Si haces esto te vas a arrepentir – musitó mirando de reojo a Sakura que miraba la escena un poco desconcertada. En ese momento se le unió Sai quién tomaba a Sakura por los hombros y la trataba de alejar de la escena.

 

- ¿Es una promesa o una amenaza?. ¿Temes que Sakura sepa que no eres tan hombre como dices?, Sé hombre Sasuke, sé hombre por una vez en tu vida y di la verdad –

 

Sasuke gruño y le soltó un golpe a Naruto el cual lo logró esquivar. Hasta ese extremo habían llegado, quizá no era amor lo que sentía por él.

 

Sasuke avanzó con rapidez hasta Naruto empujándolo con su cuerpo y derribándolo fuertemente contra el suelo.

 

- ¿Quieres una respuesta eh? Aquí está tu respuesta. No te amo, sólo quería cogerte, y mírate Naruto. Sin hogar, sin amigos y sin mi – el pelinegro soltó una risa burlona mientras aprisionaba las manos de Naruto con las suyas propias.

 

Naruto escuchaba lo que decía Sasuke sin poder creerlo. Había sido un estúpido. Cerró sus ojos unos segundos intentando contener las lagrimas que sin querer comenzaron a salir de sus ojos.

 

- ¿Ahora vas a llorar? – escupía Sasuke; una fuerte opresión en su pecho hacía que su voz temblara. Sus mismos ojos se volvieron vidriosos y aún así no paraba. Hasta que un fuerte golpe o derribo de Naruto. 

 

El rubio se ponía de pié lentamente limpiándose las lagrimas. Estaba lastimado, pero no permitiría que lo viera, no lo permitiría…

 

- Te amo maldito Sasuke – dijo mientras caminaba hasta él.

 

- Cierra la boca – decía dando un paso hacia atrás, su mirada había cambiado mientras observaba a Naruto frente a él. En su mente pedía que no siguiera y sin embargo los pasos de Naruto no paraban.

 

- Siempre he estado para ti maldita sea, ¿Por qué no me puedes elegir? – Naruto bajó sus puños y simplemente siguió caminando.

 

- ¡Basta Naruto!, no sigas – esto último lo dijo casi rogando.

 

Naruto miró a Sasuke. Observó como luchaba por contenerse y finalmente entendió que las cosas no iban a ser como el quería.

 

- Hazlo – dijo levantando las manos para tomarlo por la cabeza y besarlo.

 

Un fuerte golpe lo obligó a caer contra el suelo otra vez.

 

Había obtenido su respuesta.

 

Sai corrió hasta Naruto y lo ayudó a parar. El rubio al principio empujo a Sai pero al ver que sus intensiones eran honestas aceptó su ayuda y se puso de pie para mirar por un instante a Sasuke y después darle la espalda caminando lejos de ahí.

 

Sakura lloraba mientras trataba de procesar lo que había sucedido. Sasuke giró el rostro para mirarla pero una cachetada frenó su acto.

 

- Eres un cerdo – dijo Sakura mirando con resentimiento a Sasuke.

 

 

 

 

Naruto se cubría el ojo derecho con una mano mientras se recargaba contra su auto.

 

Sai miraba a Naruto sin decir nada, no sabía bien que estaba sintiendo pero seguramente le dolía.

 

- Te puedes quedar en mi casa – dijo mientras giraba su rostro para observar el cristal roto del auto.

 

Naruto sonrió y tomó la mano de Sai amistosamente.

 

Después de todo no estaba tan sólo. 

Notas finales:

¿Qué les pareció?

Les agradezco mucho a todos los que me dejaron un review. Saben que eso es el motor principal para que pueda seguir escribiendo. Díganme todo lo que piensan, y sobre todo si les va gustando hasta ahora.

Nos vemos en el próximo capitulo y cuanquier duda, reclamo sugerencia no duden en decirme.

 


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