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La pianista de negro por Jesse DelaCroix II

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Notas del fanfic:

¿Porque no me pertenece Junjou Romantica? ;_____; dejare de respirar hasta tener los derechos >;D y poder hacer lo que yo quiera :B 

 No, no puedo soy asmatica u_u''

 

Notas del capitulo:

Hola :B !!!

 

Yo otra vez :o) vengo a traerles una nueva historia n_n donde todo trata acerca de como arruinar una boda :o) y destruir el amor entre los novios ;3 (soy mala xdmuajajajjaja :B) 

Estos son los pasos para arruinar una boda ;o) y tal vez asesinar a los novios (No la verdad es que soy una blandengue asi que no se preocupen por eso ;____; lo mas probable es que todo termine bien ;-;)

 En resumen se trata de una sadica que tiene el poder de destruir el amor de pareja y pienso poner a prueba a todas las parejas :I (Algunas se salvaran :D otras no ;-;)

 

 

Ritsu, ¿Te casarías conmigo?                                                                         Las cuatro palabras le salieron espontáneamente de los labios, me golpearon con gran fuerza, me hicieron perder la respiración durante un momento, hicieron que mi pecho se contraiga, mucho más de lo que ya estaba, realmente me afectaba su compañía, sus palabras, su cuerpo, su rostro, sus acciones, todo, pero ahora lo que imperaba en mi borrosa mente era como responder a su proposición.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El escenario era bastante simple, estábamos en un parque, atrás nuestro, un solitario árbol de cerezo dándole un último adiós a sus hojas rosadas mientras sus ramas miraban curiosas lo que sería uno de los momentos que marcarían mi vida.

Takano-san se había arrodillado rápidamente ante mí, no lo había visto, no había tenido oportunidad de detenerlo, aunque dudaba mucho de mis movimientos de escape. Toda la gente se había arrinconado lejos de nosotros, dándonos espacio, conspirando espontáneamente contra mí, y mi orgullo, siempre contra mi orgullo. Mis piernas temblaban, sentía la espalda totalmente empapada, mis mejillas se las habían arreglado para crear, junto con mi sangre, un nuevo matiz de rojo, él seguía arrodillado, esperaba mi respuesta, de su bolsillo sacó una caja negra, y la abrió lentamente, torturándome con cada segundo que pasaba. La caja contenía un anillo dorado, la piedra era un círculo de diamantes rodeando un gran ámbar en forma de corazón con un color idéntico a sus ojos. Sacó otra vez, una segunda caja, una blanca, el anillo que tenía era exactamente igual al otro, con el detalle de que la piedra era una esmeralda, también con un color sospechosamente idéntico al de mis ojos. No eran los anillos más convencionales del mundo, hasta parecían anillos de noviazgo, pero,… me encantaban, era extraño.

 

Yo seguía aun sin poder soltar alguna palabra, estaba muy nervioso, sudaba por todo el cuerpo, mis piernas estaban tan débiles que desmerecían ese título, las mariposas batían férreamente sus alas en mi pecho torturado por los veloces latidos de mi corazón.

Takano-san volvió a examinar los anillos, aun no levantaba la vista, tomó las piedras que se desprendieron de sus mitades, habían sido previamente partidas. Con sus níveos dedos, Takano-san tomo la mitad del ámbar y la encajó en el anillo de la esmeralda, formando una única piedra en forma de corazón, era increíble, los dos colores quedaban muy bien a pesar de que jamás habría pasado en otra situación. El escenario era empalagoso, todo era demasiado perfecto; hizo lo mismo con la mitad de la esmeralda y el anillo del ámbar, y  se dirigió a mí.

 

 

 

  Ritsu, ¿Te casarías conmigo?                                      Repitió.

 

 

 

Mi corazón latía desbocado, me dolía todo el pecho, estaba muy feliz, tan feliz que podría llorar, estaba muy nervioso, no podía articular ninguna palabra, mis mejillas ardían infernalmente, la intensidad del rojo aumentaba, el tiempo pasaba, los pétalos de cerezo caían hacia una muerte segura.

 

 

El silencio se hacía ensordecedor.

 

 

Los rosados pétalos del árbol de cerezo caían, la luz del crepúsculo había asesinado silenciosamente la luz del día, a pesar de que no podía verle, estaba seguro de que los ojos de Takano-san rogaban por una respuesta.

 

 

 

***

 

 

Ya habían pasado varios minutos, el día de hoy, me había armado de valor para pedirle matrimonio a Onodera, le había comprado un lindo y bastante personalizado anillo, había conseguido que tengamos un día perfecto, hasta el clima se ponía de mi lado, lo había hecho todo, todo para que él sea mío, siempre lo había sido, pero esta vez sería para siempre, para él, yo sería algo más que un molesto pretendiente, sería su esposo, me encargaría de hacerlo feliz, y con eso yo también sería muy feliz, una vida plena y feliz con la persona que amo.

Pero Ritsu parecía no responder, eso me preocupaba, me hacía sentir nervioso, se demoraba mucho, no cambiaba su expresión, los minutos pasaban y no respondía, me preocupaba tener que esperar hasta que la luz de luna nos inunde.

Cada segundo me torturaba más, me hacían pensar que él no me amaba después de todo, me sentía como un tonto, como un iluso. Supongo que, a pesar de todos mis esfuerzos, la respuesta es un no. Debí haberlo visto venir, no soy lo suficientemente bueno para él.

 

 

Bien, entiendo como te sientes,… no es necesario que lo digas en voz alta, me voy, muchas gracias por tu tiempo.                                                                                               Le dije para romper el incómodo momento por el que estaba pasando. Su mirada era baja, a pesar de que yo me encontraba agachado, no podía verle. Tampoco debería verle, supongo que le debió de resultar repulsiva la idea de casarse con un hombre.

 

 

 

Cogí lo poco que me quedaba de dignidad y de felicidad, me disponía a hacer lo mismo con los anillos,…

 

 

Ritsu me quitó rápidamente los anillos con un increíble sonrojo en la cara. Tomó el más pequeño y se lo puso en su dedo índice, tomó el otro y lo puso en mi dedo anular. Muy a pesar de la violencia con la que lo hizo, todo encajaba perfectamente.

Volteé a verlo, era increíble me había aceptado, yo, estoy tan feliz, yo,….

 

 

Takano-san, acepto casarme contigo                                     Y después escondió su notoria vergüenza en mi pecho.

 

Ritsu,…

 

 

 

Sentía su tibio cuerpo en mi torso, estaba temblando y se notaba el calor que irradiaban sus mejillas, su espalda demandaba ser abrazada, así que lo envolví con mis brazos, estaba tan feliz que podría llorar, Ritsu por fin me había aceptado, nos íbamos a casar, seríamos felices, y, con suerte, algún día, formaremos una familia.

 

 

 

…, estoy irremediablemente enamorado de ti, gracias por aceptarme, ¿Sabes?, Yo solía vivir en soledad antes de conocerte, pero ahora estoy feliz de que por fin estaremos juntos, y esta vez será para siempre                                                                                       Le  dije mi enésima confesión en la entrada de su oreja, ante esto, su pequeño, comenzó a temblar.

 

Y-yo, también                                                                             respondió bajito.

 

 

Nos quedamos así por un rato, él escuchando mi rebelde corazón, y yo, jugueteando y oliendo su cabello, era muy feliz, era mi mejor día, o al menos hasta que llegue el día de la boda, imaginaba todo, la gran iglesia, las flores, su traje blanco y; el mío negro, el sol iluminando nuestro día, la marcha nupcial que marcaría oficialmente que él era mío, mío y de nadie más, lo estaba imaginando todo, estoy muy emocionado, estoy, estoy,….

 

 

 

Ritsu.                                                                          Lo llamé lentamente, para no incomodarlo.

 

 

¿Sí? ¿Pasó algo Takano-san?                                                                Me respondió, con su dulce voz.

 

 

Vamos a mi departamento, te necesito ahora.

 

Notas finales:

 

 

Espero que les haya gustado n.n

Dejen comentarios !!!!!!!! :B

 Nos vemos :D

 

XOXO

 


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