Nunca olvidaré aquella tocata de mi juventud, cuando tenía tantas hormonas que bastaba con una lata de cerveza para ponerlas todas a arder, por aquella época contaba con 19 años y nada de dinero, me habían echado de casa mis padres esperando que de esa forma entendiera lo dura que era la vida y que dejara así de perder el tiempo con la parvada de borrachos con las que solía matar las horas, esos borrachos, incluido yo por supuesto, eran mis amigos, los de toda la vida y algunos nuevos, habíamos estado juntos desde la tierna infancia (la mayoría) y habíamos soñado juntos durante la adolescencia con escenarios iluminados, humo artificial, cervezas por todas partes y la adrenalina y el sudor de la música que nos movía. Ninguno tenía dinero así que nos las arreglamos para conseguir trabajos todos y así juntar en un fondo común lo que ganábamos para beber los fines de semana y armar nuestra propia banda, aprendimos a tocar los instrumentos a pesar de todo lo que teníamos en contra, siempre recordare esa época como una de las mejores épocas de mi vida.
Compartía una pequeña pieza con uno de mis compañeros de banda, era una pocilga bastante decadente, pero era suficiente para nosotros y éramos felices en ella. Nuestra banda hacía tributo a los grandes de culto cada fin de semana en donde nos quisieran oír, nunca faltaba un bar que quisiera roqueros en vivo un fin de semana, o alguna tocata organizada por nosotros mismos con otros grupos, teníamos también temas propios pero era difícil que nos contrataran por ellos, así que los dejábamos para cuando organizábamos con otros amigos los encuentros tipo festival, que generalmente terminaban con cortes de luz y policías por todos lados, éramos felices golpeándonos entre nosotros y escapando de la autoridad que no significaba nada para nosotros en ese entonces… éramos jóvenes y no queríamos crecer. Soñábamos con que algún día nos descubrirían y seriamos famosos y tendríamos dinero y mujeres a penas lo pensáramos, pero lejos estábamos de aquel sueño, nos faltaba un vocalista y hacíamos lo que podíamos para compensar eso, en mi opinión éramos buenos, pero eso bastante relativo.
Yo tocaba la guitarra, see , lo sé todos quieren tocar la guitarra, pero nosotros jamás tuvimos problemas para arreglar quien tocaba que, nos movía la música, nos embriagaba y nos hacía desaparecer, quemarnos, sublimar, yo ya no existía mas apenas tocaba el mástil de esa guitarra de segunda mano que tanto me había costado comprar y mis compañeros se esfumaban también a su manera, nuestra vida era tocar, tocar y tocar y ahuyentar a nuestros padres que de vez en cuando venían a reclamar que le devolviéramos a sus hijos.
Esa noche teníamos que tocar 4 canciones en uno de los bares de la cuadra donde salíamos movernos, eran todas cavernas undeground que albergaban un montón de gente extraña y tratada como paria, podía ver de todro ahí, y cuando apagaban las luces y sonaba la música, ya no importa a quien estuvieras agarrando, no importaba golpear o que te golpearan, y si te habías fumado eso que le compraban al flaco García, pues tampoco importaba con quien te estuvieras besando, bajo el influyo de los acordes rudos y los amplificadores a todo volumen, la masa de gente sudorosa extasiada en rock se movía hipnóticamente al ritmo de la canción, y la multitud enloquecía con el solo de guitarra, algunos ni siquiera escuchaban. Era la distorsión total de la realidad… y me encantaba.
No tocamos solos esa noche, había otro grupo de punk rock y un grupo de thrash metal, además de unos tipos góticos que tocaban death-doom o algo raro, no lo supe identificar bien, o no los escuche jamás? La verdad no me acuerdo, es difícil que a esa altura de la noche haya estado sobrio, nuestro tinte más clásico nos hizo tocar algunas canciones de kiss y de twister sister (sin el maquillaje) Billy idol y alice Cooper, lo disfrute como nunca, porque los que tocamos eran mis temas favoritos, en realidad todos me gustaban, nunca tuve una canción favorita.
Resulta que también cantaba, ya que era el que desafinaba menos de todo el grupo, pero no me gustaba mucho hacerlo prefería tocar hasta desaparecer, pero alguien tenía que cantar.
El lugar estaba lleno de tipos raros (más raros que de costumbre) a los sujetos de aspecto vikingo y a las mujeres vestidas enteras de negro con sus jeans ajustados y sus zapatillas de lona, o sus botas militares otras, a los sujetos envueltos en poleras estampadas bebiendo cerveza como si fuera agua, a sujetos de pelo largo y tatuajes, piercings y demás accesorios, súmale a las princesas góticas y muñecas diabólicas que esa noche se nos unieron, esas mujeres eran la perdición, te arrastraban como arañas hasta sus telas pegajosas y no dejaban nada de ti hasta estar satisfechas, o eso decían. Las acompañaban también varios tipos vestidos de caballeros antiguos, muy formales y algo afeminados, hombres con maquillaje, varios cuervos, almas torturadas en busca de lo que buscábamos todos los que pisábamos esos tipos de lugares… desaparecer.
Entre toda la gente que había ese día, (tampoco era demasiada, pero si mucha, por lo menos se podía caminar entre ellos) estaba la perdición encarnada, lo vi a lo lejos, antes de que comenzara la música en vivo, contorneando su cuerpo al ritmo de alguna canción gótica electrónica, hipnótica. De esas que a veces ponían para abarcar mas publico porque generalmente ellos eran los únicos que bailaban, era muy delgado y de piel pálida, llevaba el cabello oscuro y sedoso hasta la mitad de la espalda, bebía algo transparente, asumí que era vodka, y gran parte de lo que bebía escurría por aquella piel tan tersa y pálida, llevaba puesto unos jeans negros ajustados y una camiseta que se ceñía muy bien a su cintura, llevaba botas de batallón y las uñas pintadas negras, también llevaba delineador negro, no sé si sería culpa de la música hiptnotica o del alcohol o del flaco García, pero verlo moverse me hizo entrar en trance, tan delicado y sensual a la vez, quería ir y comérmelo, tragarlo, caer al abismo con el y luego enseñarle el cielo, había varios hombres y mujeres bailando alrededor de èl, de la misma forma y sus cuerpos se frotaban y entrelazaban y en aquel pequeño local comenzaba a arder el infierno, o era solo yo? Nunca me había fijado en un hombre y no sé que le vi, pero ahí estaba como una loca bailando y prácticamente haciendo el amor con el licor que escurría de las comisuras de sus labios, su mera existencia era una provocación sexual y cada parte de su cuerpo invitaba a la sodomía, yo nunca había conocido la decadencia máxima hasta que le vi, moviéndose como una serpiente venenosa, esperando el mejor momento para lanzarse y morder, me quede hipnotizado viéndole moverse, reír, frotarse contra los cuerpos sudorosos que se le pegaban, besaba a quien acercara sus labios de una forma tan endemoniadamente sexy que me tenía tan excitado que era incapaz de caminar, él era una orgía, y no tenía idea de cómo necesitaba una yo en ese instante. Pero mi trance terminó cuando apareció uno de mis compañeros anunciando que ya nos tocaba, subimos al escenario y nos esfumamos de la dimensión conocida, dejamos el alma en escenario, como siempre y por un momento mi guitarra me hizo olvidar al ángel negro que acababa de marcarme para morir entre el vaivén de sus caderas.
Vimos a los demás grupos y cantamos y coreamos las canciones que conocíamos, cabeceamos la música y yo no le fui infiel a mi musa, a mi amor pueril en todo el resto de la noche, hasta que llegó la hora de recoger todo luego de que el asunto se diera por concluido, hubiéramos seguido bebiendo y haciendo escándalo aunque ya no hubiera música, pero el dueño amenazó con llamar a la policía y no nos convenía, podía pasarle algo a los instrumentos. Fuimos los últimos en recoger porque estábamos muy borrachos.
Al final del pasillo había un “camerino” improvisado apara que dejáramos nuestras cosas guardadas, a tropezones y risas ebrias llegue hasta dicha habitación y me dispuse a recoger mis cosas, hasta que oí un quedo un golpeteo en la puerta, cuando la abrí me quede de piedra y se me fue toda la borrachera de golpe, ahí estaba parada frente a mi casual y sensualmente aquella bailarina decadente, aquel cuervo de cementerio, la muñeca rota, el mismo diablo! No pude evitar mirar sus labios mientras sonreía con suficiencia al ver mi reacción, me tomó por la ropa a la altura del pecho y me hizo acercar el rostro al suyo.
-dicen que los músicos tiene las mejores manos-susurró bien cerca de mi boca y pude sentir el olor a vodka golpear mi piel, me dio escalofríos
-las mejores manos para qué?- pregunte levantando una ceja
-te ví, me mirabas, estabas caliente, se te notaba, sé que me deseas-apegó su cuerpo al mío y comenzó a moverse sensualmente hasta quedar pegado a mi.
-eres el puto diablo-le dije como pude, mi mente estaba distorsionada, no podía pensar, el olor a perfume de mujer se mezclaba con el olor a alcohol
-haré que me desees más todavía, sólo tócame como tocas a tu guitarra-susurró después de soltar una suave risilla en respuesta a mi comentario. Ya no hubo más palabras, le devoré la boca como había querido hacer desde que lo vi y manoseé su pequeño y delicado cuerpo de bailarina como se me antojó y de repente se me vino a la mente una de las canciones que acababa de cantar unas horas atrás.
Last night a little dancer came dancin´ to my door.
Comencé a cantar con voz suave, el se rió y siguió nuestra frenética danza lujuriosa, no sé en qué momento dejé aquellas marcas en su cuello, ni en qué momento terminamos solo en ropa interior, el acorralado contra una pared se frotaba y bailaba contra mi cuerpo y nuestra excitación llenaba la habitación y volvía a nosotros poniéndonos aun más calientes, el aire se lleno de suspiros y gemidos, toqué todo lo que se le puede tocar a alguien y besé más que eso, nuestros cuerpos acoplados y sudados se rozaban arrancando gemidos y volviendo todo más confuso y frenético.
Last night a little angel came pumping on the floor.
She said: Come on baby I´ve got a licence for love and if it expires pray help from above, because...
In the midnight hour she cried: more, more, more.
With a rebel yell she cried: more, more, more.
In the midnight hour babe more, more, more.
With a rebel yell more, more, more.
More, more, more.
No sabía si estaba cantando o solo escuchaba la canción en mi cabeza, solo sé que nunca en la vida había deseado tanto a alguien como deseaba a ese afeminado chiquillo que me abría sus piernas entregándome el paraíso, lo penetré con toda la urgencia del mundo y su interior me pareció aun más placentero que el cielo al que nunca iría, la danza frenética apenas comenzaba y yo no quería terminarla nunca. No sé cuantas veces embestí contra ese cuerpecito hermoso que me pedía más y más de una forma tan sensual que me hacia querer comérmelo la eternidad entera, y le di todo lo que me pidió, sus ojos verdes se nublaban de placer y esa mueca tan sexy que ponía cada vez que tocaba el punto que lo volvía loco hacían que yo mismo alcanzara el éxtasis en cada célula, era como el nirvana, se me ocurrió pensar, el nirvana apestado y corrompido.
She don´t like slavery, she won´t sit and beg
but when I´m tired and lonely she sees me to bed.
What set you free, and brought you to be me babe?
What set you free? I need you here by me,
because...
No sé cuantas veces hice mío ese cuerpo aquella noche, en aquella incomoda posición y de aquella forma tan salvaje, pero estoy seguro que no existe placer más grande en este mundo que el me proporciono su cuerpo acoplado al mío.
Pidió mas y mas y yo se lo dí, la noche se esfumaba y nosotros seguimos perdidos en el deseo ya no se de qué.
In the midnight hour she cried: more, more, more.
With a rebel yell she cried: more, more, more.
In the midnight hour babe more, more, more.
With a rebel yell more, more, more.
More, more, more.
Y la canción que ya no salía de mi mente, y el ángel que me pedía más.
He lives in his own heaven collects it to go from the seven eleven.
Well, he's out all night to collect a fare.
Just so long, just so long, it don't mess up his hair.
Y todo eso que le dí, terminó en no se cuantos orgasmos, y su cuerpo y mi cuerpo seguían pidiendo más, era un circulo vicioso, no sé que tenía eso nuevo que me ofreció el flaco García, estaba fuera de mí.
I walked the world for you, babe, a thousand miles with you.
I dried your tears of pain, babe, a million times with you.
I'd sell my soul for you, babe, for money to burn with you.
I'd give you all, and have none, babe,
Just a, just a, just a, just a to have you here by me,
because...
Qué no le hice! Todo lo que me pidió y mucho más.
La noche acabo, y entre besos y manoseos nos fuimos despidiendo y separando, jamás olvidare esa noche en la que conocí la depravación total y al mismísimo demonio, jamás olvidare esa noche y las que le siguieron, porque Fran siempre volvía por más.
In the midnight hour she cried: more, more, more.
With a rebel yell she cried: more, more, more.
In the midnight hour babe more, more, more.
With a rebel yell more, more, more.
More, more, more.
Oh yeah little babe, she want more.
More, more, more, more...
Oh yeah little angel, she want more.
More, more, more, more...
Después de eso, compartimos muchas cosas juntos, le conocí mejor, supe sus secretos, descubrí lugares inhóspitos de su cuerpo y planeamos la rebelión juntos, y daba lo mismo lo que pasara, mil noches seque sus lagrimas y mil noches nos abrigamos juntos ocultándonos del mundo, ya no solo desaparecía con mi guitarra, aprendí a desaparecer en sus brazos porque se paraba a medianoche en mi puerta con una orden en la mirada y una insinuación en la garganta, y me pedía mas, mas, mas, con un grito rebelde, mas, mas y mas.