Capítulo 6
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Heero descansaba desnudo en la cama de Milli, Milliardo Peacecraft, ese era el verdadero nombre del marques Zechs, llevaba cinco de los seis meses que tendría que gestarse esa criatura en su interior y desde hacía un mes que había dejado de intentar hacerse algo para dañarle.
Su barriga tenía la forma de un pequeño balón de futbol y se movía de vez en cuando, sobre todo cuando tenía hambre o escuchaba a Milli tocar su piano.
Si bien todavía no creía todo lo que el marques le decía, se había resignado a esperar su final, fuese cual fuese.
A demás, la espera no era tan mala, una de las cosas que no había mencionado Milliardo era que el paracito al formar la matriz, durante todo el periodo de gestación, presionaba constantemente la próstata de los humanos, por los que los mantenía en contante estado de excitación y Heero no era la excepción, en un principio se había tratado de resistir, pero después de tanto luchar había preferido ceder a lo inevitables.
Solo recordar el cuerpo del Special sobre del suyo lo excitaban de sobre manera.
-Tan de mañana y ya quieres acción- le dijo Pearcecraft, salía del cuarto de baño, recién duchado y solo tapado con una toalla que dejo caer sin pudor alguno, ver ese cuerpo tan viril y conocido hizo gemir al muchacho de anticipación.
-¿Qué quieres Heero?- tanto tiempo negándose a admitirlo no le habían servido de nada, ahora no tenía problema con admitirlo.
-A ti-
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-¿Estás seguro de esto?- le pregunto preocupado el general de los Specials.
-Sí, quiero tener a tu hijo y esperar ocho meses para concebirlo es mucho tiempo-el castaño abrazo con más fuerza al menor dejando sobre la mesa cercana una caja con el gusano maduro que esa noche le pondría a su amado para que pueda concebir.
-Si mal no recuerdo, me dijiste que si intentaba reproducirme contigo me matarías- le dijo entre besos el mayor Treize.
-Tienes suerte que aun este en deuda contigo, ahora te dejare que me ames y construyan conmigo una familia y de esa forma saldo mi deuda- respondió Wufei contra sus labios.
-Me parece un trato justo- sonrio Treize.
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A su primer mes de embarazo Quatre estaba pasando por la peor parte, los mareos eran contantes y los antojos inoportunos y raros.
-Pescado hervido con helado de limón- sollozo el hormonal rubio –tu hijo me quiere matar a punta de antojo de platillos asquerosos- se quejó con el castaño, que le acariciaba la espalda.
-No te preocupes que solo son los primeros meses- el rubio lo miro mal.
-Seguro que ese parasito no funciona en ti, porque en estos momentos quiero que seas tú el embarazado para que te sientas como me siento… mal-
-Discúlpame- estaré contigo en todo momento apoyándote-
-Por favor no digas cosas tiernas como esas, que empiezo a llorar y luego no puedo parar-
-Llamare al rey disculpándonos por no poder asistir a su boda-
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Los nervios de Heero, que todavía creia que la criatura lo destrozaría, hicieron de su parto uno muy largo, todavía esperaba ver una larva verde y azul con forma semi humana salir de él, pero se sorprendió cuando le dieron un hermoso bebe con forma humana con una pequeña pelusita amarilla en la cabeza y ojos vivaces e inteligente del mismo color que los suyos.
-De verdad no es un monstro- se dijo para sí, Milli soltó una carcajada al escucharlo.
-Tienes que perdonarlo pequeño tu padre es muy terco, pero al igual que yo te quiere mucho, solo dale un segundo para que vuelva a ser el hombre inteligente que es-
-¿Inteligente? Pensé que los de mi especie no lo eran- dijo burlón el recién padre, abrazando y acurrucando con cariño a su bebe.
-Hay sus excepciones y mi pareja es la mejor muestra de ello- le dijo besándolo con devoción mientras los abrazaba a ambos.