Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

~Sexual Stress~ por NyAki

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Era un día como otro cualquiera para mí, Reita, bajista del famoso grupo the Gazette. Estaba acostado en la cama, debatiéndome entre quedarme allí o levantarme de ella. Sabía que la segunda opción era la apropiada, pero me costaba demasiado abrir los ojos.

Ayer había estado de “fiesta” con el resto del grupo, celebrando el primer día de grabación de nuestro nuevo álbum.

No nos habíamos visto desde hace mucho tiempo ya que, en el leve descanso que habíamos tomado tras acabar la gira, cada uno iba por su lado.

De hecho, habíamos comprado bebidas y nos dirigimos a mi casa, ahí pasamos tarde y noche bebiendo, riendo, hablando de temas sin importancia y jugando a videojuegos, a pesar de uno que otro sermón de Kai, nuestro líder, como era costumbre. Este último nos aconsejaba ir a dormir, y así descansar, ya que mañana seguiríamos con el proceso de grabación desde muy temprano, pero como siempre, no le hicimos caso.

Y allí estábamos, borrachos,  riendo ante cualquier palabra que saliera de nuestra boca, exceptuando, como no, a nuestro líder.

Animamos a Kai para que bebiera, él se negó al principio, pero al rato estaba igual o peor que el resto. Era muy gracioso verlo en esa  situación, nunca lo había observado así. Sonreía ampliamente y se movía de forma divertida por la habitación, tarareando canciones.

-Anda, Aki-chan, dame un besito.-pedía Kai, obviamente pasado de copas.

-¿Pero qué dices?- respondí con una pregunta mientras reía. He de decir que yo tampoco estaba en el mejor de los estados.

-Aki-chan malo, me enfadaré contigo y te echaré del grupo.- puso morritos y se cruzó de brazos con una sonrisa pícara en su rostro. Joder, era demasiado tierno cuando no actuaba de líder mandón. Deberíamos de obligarle a beber más a menudo.

-Está bien…- me rendí ante él, realmente no había sido por la amenaza, simplemente la idea no me asqueaba, y tampoco sería la primera vez que le besara.

Me acerqué a él, sonriendo ante la expresión ilusionada de Kai. Tomé suavemente su rostro con mis manos acariciando su único hoyuelo marcado que le daba ese aspecto infantil, y posé mis labios sobre los de él. Fue un contacto tierno e inocente. Sus labios eran muy blanditos y apetecibles.

No me malinterpretéis, no me gustaba Kai de ese modo, sentía mucho cariño hacia todos, amor de hermanos. No me atrevería a meterme con alguno de ellos de esa manera, o al menos, eso pensaba yo.. Las cosas no pasaban de bromas y cariños entre nosotros. Admitámoslo, estar las veinticuatro horas del día de los doce meses del año durante muchos de estos, la mayor parte del tiempo juntos y de gira, sin ningún compromiso con nadie… creaba un fuerte lazo entre nosotros.

Recuerdo una vez que sentimos curiosidad por saber cómo sería besarnos entre nosotros, y así lo probamos. De algún modo, eso sirvió para nuestro fanservice, cosa que vuelve locas a nuestras admiradoras.

Extrañamente, no me resultó desagradable besar a ninguno de ellos, era para mí como una muestra de confianza, tampoco es como si por un beso me fuera a enamorar.

Sí, como lo oyen, el gran macho Akira Suzuki, tenía actos cariñosos hacía sus compañeros. Sin embargo, ante los fans, actuaba como el más rudo del grupo. No es que tampoco sea afeminado ni nada de eso, es solo que no soy tan frío realmente. A pesar de ser tímido con la gente a la que no le tengo confianza, luego me abro y soy el bromista que muestran los vídeos de Internet.

Tras acabar el beso con Kai,  atrapé y mordí su labio inferior.

Creo que el más sobrio en esos momentos era Uruha, no sabía cómo podía resistir tanto ese pato. La cantidad de alcohol que nosotros habíamos tomado a él no le afectaría en lo absoluto. Por eso llevaba una botella completa, pero aún así, no estaba muy ebrio.

Se dedicaba a observar al resto y a proponerles retos en los videojuegos, sabiendo que él sería el vencedor pero… era normal, si pasaba todo el día enganchado a esos juegos, por lo menos ya debería de ser un profesional.

Tanto es así, que en una ocasión no pudo asistir a los ensayos debido a que le dolía la mano derecha de tanto “jugar”. Está bien, al principio creía que los motivos de esa mano hinchada y cansada habían sido por realizar otros “jueguitos”, pero al ir conociendo más al larguirucho de mi amigo, me di cuenta de que era posible lo que le había ocurrido. Bastaba con ir a su casa para observar la enorme estantería que tiene repleta de videojuegos de todo tipo para todos los modelos de consolas.  

Volviendo al tema, lo cierto es que no sabía qué celebrábamos, ya que  gracias a eso de la grabación, debería cambiar mi rutina, no podría estar acostado todo el día en el sillón sin haber nada. No le veía el lado positivo.

Al fin me atreví a abrir los párpados y me obligué a mi mismo a levantarme de la cama. Me dolía terriblemente la cabeza. Creo que al fin y al cabo lo de anoche no había sido buena idea.

Miré a mi lado y observé a Ruki durmiendo placidamente en la misma cama, abrazado a una almohada. Parecía un niño pequeño con los ojos cerrados y aferrado a ese objeto como si fuese su peluche favorito.

Eché un vistazo a mi alrededor. Mierda, todos nos habíamos quedado dormidos en mi casa la pasada noche, y lo peor de todo es que ya era tarde y seguían durmiendo plácidamente.

Al lado de mi cama, en un tatami que tenía en la habitación, estaban Uruha y Aoi, durmiendo de una forma extraña y graciosa. El pelirosa tenía su pie sobre el estómago del pelinegro de mechas rubias, y su brazo derecho sobre la cabeza del mismo. El más alto tenía sus brazos estirados hacía arriba con una botella en la mano y las piernas abiertas. En fin, un completo lío. Supuse que cuando despertaran, les dolería todo el cuerpo.

Más alejado estaba Kai, en el suelo, como si hubiese sido echado de algún lado, boca arriba.

Me dirigí hacía la cocina y llené un vaso de agua. A continuación entre a la habitación, y mojé con el contenido de este a cada uno de ellos. Tenía la certeza de que si no hacía algo así, no despertarían. Aunque después de esto, probablemente pasarían el día fastidiándome.

-¡Joder, Reita!- gritó Ruki al verter el agua en su rostro, y su faceta de niño bueno se esfumó al decir aquello.

-Hay que ir al estudio… - les recordé.

Y así, tal y como estábamos, con la ropa de ayer, nos arreglamos un poco, nos colocamos mascarillas ya que nuestras ganas de lucir esas caras de dormidos no eran muchas, y fuimos a la cocina esperando a que Kai nos preparara el desayuno, ya que era un buen cocinero. Todos menos Uruha, que seguía de pie, sin moverse en medio del salón.

-¿Qué pasa? ¿Qué hacéis?- me llevé una mano a la cabeza, ¿cómo podía ser tan lento? Desde que lo conocía, hace ya muchos años en el equipo de futbol, siempre había sido así de despistado, siempre presente físicamente pero sumido en sus propios pensamientos.

Aoi, que últimamente tomaba más en cuenta al de piernas largas, fue el único que le respondió explicándole que debían apurarse.

Todos nos metimos en el coche de Ruki y nos dirigíamos al estudio.

Al entrar al gran edificio, caminamos cual zombie por los pasillos, esperando llegar a nuestra sala.

Para nuestra sorpresa, ahí dentro estaba uno de los directores de nuestra compañía, la PS Company, aparentemente esperando por nosotros. ¿Por qué tenía que estar ahí este día? Sabíamos que cuando alguno de esos tipejos aparecía aquí era para realizarnos alguna petición o yo-que-sé-qué. Los miembros del grupo siempre dejábamos que Kai se encargase de este nada interesante tema. Pero ese día, fue diferente.

Los presentes allí inclinamos la cabeza en señal de saludo, sin ningún interés hacía ese ser que hacía que nos retrasáramos con la grabación del álbum. Que coñazo serían los próximos meses…

-Esta vez venía a deciros que mañana la compañía ha decidido realizar un examen para saber el nivel de conocimiento que tienen los grupos que trabajan bajo nuestro sello. No es algo grave, además el nivel será de secundaria así que no debéis de preocuparos, estudiar ni nada por el estilo.- ¿Qué? ¿Para qué demonios necesito saber cosas como esa si soy un músico famoso? ¿A mí materias como las matemáticas que me interesan? Me preguntaba fastidiado al tener que hacer un examen, cosa que no hacía desde que era un adolescente.- La compañía cree que debéis de poseer ciertos conocimientos básicos.

¿Esto es una broma? No tenía gracia… Pero, no me importaba ese examen, ni cuando iba la escuela me importaban, ¿por qué preocuparme ahora? ¿Acaso nos botarán de la compañía por algo tan ridículo? Obvio que no, así que no le di importancia.

Kai, como era demasiado buena persona como para reprochar algo, así que asintió, no muy convencido.

Ese día comenzamos con la grabación, aunque realmente no avanzamos mucho. Hablamos del concepto del álbum y más tarde salió el tema del vestuario, a partir de ahí, cada quién con su tema.

Era bueno saber que aunque la compañía nos había jodido el día de mañana, nos consiguió alojamiento en una casa de alquiler durante lo que duraría la grabación del álbum, con el material necesario para ensayar. Todo eso nada más me parecía una indirecta para que trabajemos como burros todos los días.

Entramos a la acogedora vivienda, nada del otro mundo. Una casita al más puro estilo japonés, con un salón lo suficientemente grande para ensayar. En la repisa vimos unos libros pertenecientes a los cursos de secundaria.

-¿No decían que no era necesario estudiar? Ni aunque lo fuera lo haríamos, de eso estoy seguro.- río Aoi.

Yo no podía dejar de pensar en el motivo por el cual parecía ser tan importante ese maldito examen.

-Bueno… yo creo que repasaré un poco, por si acaso….- confesó Kai.

-¿Lo dices en serio? ¿Crees que unos músicos treintañeros y mundialmente conocidos necesiten estudiar para un estúpido examen de secundaria?- dijo sarcásticamente Ruki.

-Yo solamente digo que si hasta colocan libros aquí como indirecta, ¿será por algo no?

-Hey chicos, ¿por qué están esos libros ahí?- preguntó Uruha, tan despistado como siempre al entrar al salón. Aoi se acercó a él para explicarle, de nuevo.

-Vamos, ¿crees que idiotas de la compañía como Miyavi por ejemplo, van a hacerlo mejor que nosotros? Probablemente será de un nivel altamente fácil si no quieren que todos suspendamos.- traté de razonar.

-Es cierto pero…-dijo Kai mientras ojeaba uno de esos libros- ¡No entiendo absolutamente nada de esta mierda!- quedó sorprendido al no saber resolver esos complicados problemas, o más bien, sin siquiera saber que significaba aquellos kanjis.

-¿Sabéis que hay un jacuzzi techado en la casa?- comentó Uruha, despreocupado.

Pero todos nos alegramos al saber eso, hacía bastante calor. En momentos como estos, era cuando apreciaba a la compañía y los “lujos” que nos proporcionaban.

Fuimos directos al jacuzzi, olvidando ese tema del examen. Comencé a desvestirme para entrar.

-¡Reita! no seas cerdo.- me reprendió el más pequeño al verme a punto de deshacerme de mis boxers.

-¿Acaso no me has visto ya desnudo? Que pudoroso y casto es nuestro enano vocalista- me reí, es que… Ruki era un ser pervertido que actuaba de forma inocente en momentos como este, ¿acaso lo hacía a propósito?

El resto del grupo imitó mi acción, excepto Ruki que quedó en boxers.

-Que tímido eres. Ya sé lo que pasa, te acomplejas de que la tienes más pequeña que nosotros, si es así, no te preocupes, no nos burlaremos- reí maliciosamente.

Entonces, Ruki, con las mejillas sonrojadas sin bajar su mirada, para no ver las partes íntimas de sus compañeros, tiró de sus boxers hacia abajo y… ¡joder! La tenía grande.

Se metió rápidamente en el jacuzzi hundiendo parte de su rostro en este. He de admitir, que se veía adorable de ese modo, sonrojado y como su madre lo trajo al mundo, exponiendo su pequeño cuerpito, aunque, ya había comprobado que de pequeño su “cosa” no tenía nada.

-Entonces, ¿no estás preocupado por lo de mañana Uruha?- otra vez tenían que sacar ese maldito tema, y cuando por fin había conseguido relajarme en esa agua templada.

-Para nada.- contestó con seguridad.

-Vamos Uruha, si ni siquiera sabes escribir tu nombre.- bromeé y el ofendido hizo un puchero.

Me acerqué hacía Ruki lentamente, lo tomé de la cintura, abrí las piernas y lo coloqué encima de mí, de espalda contra mi pecho. El pequeño no tuvo tiempo de reaccionar.

-¡Reita déjame!- se quejó Taka, pero yo no obedecí y lo sujeté fuertemente de la cintura.

Tenía la piel muy suave, como la de un bebe, me apetecía acariciarlo pero… un mal movimiento y su trasero chocó contra mi miembro. No pude evitar soltar un leve gemido. Menos mal que el resto estaba hablando de quién-sabe-qué. Pero lo que más me sorprendió, es que Taka soltó otro gemidito y se tapó la boca. Ante eso, mi miembro reaccionó. Mierda, mierda, mierda. Como Taka se diera cuenta…

Ignoramos lo ocurrido, pero no lo solté y le di un masaje en los hombros para que se calmara. ¿Qué me había pasado? Parecía un adolescente hormonado.

Pasamos allí unas horas, después de eso nos metimos en la conversación de los otros miembros del grupo, que era sobre videojuegos y demás. Me extrañó que Ruki apenas hablara, más bien, solía ser él el que hablara de más.

Al decidir irnos ya de ahí, no pude evitar observar como todos salían del jacuzzi, debía de admitir que no había ninguno que no fuese agradable a la vista, al contrario, eran muy atractivos… ¿pero qué me pasa?

Nos cubrimos de cintura para abajo con toallas para ir a nuestra habitación.

Para nuestra sorpresa, solo había una habitación para todos, pero eso era de mínima importancia comparado con que solo había una gigantesca cama para todos.

Genial, lo que me faltaba… me había excitado viendo a mis amigos desnudos, y ahora tenía que dormir con ellos en la misma cama, ¿Qué más faltaba? ¿Nos montaríamos una orgía? Joder, creo que estar tanto tiempo, por no decir meses, sin sexo, solamente acompañado de mi fiel mano amiga, me estaba afectando gravemente.

Colocamos nuestro pijama y nos acomodamos como pudimos, mayor fue mi suerte cuando acabé acorralado entre Uruha, el cual ¿por qué demonios solo llevaba boxers? dejaba ver sus hermosas y largas piernas, y Ruki, más callado que de costumbre. Creo que esa noche no podría dormir bien.

Al día siguiente, cada uno estaba sobre otros y parecíamos una ensalada así de mezclados, no sé cómo acabamos de este modo, solo sé que Ruki apoyaba su cabeza en mi pecho, y Uruha tenía una pierna sobre mi entrepierna. Y para colmo, yo estaba empalmado, con una de mis típicas erecciones mañaneras.

Llegamos al edificio de la compañía, nos llevaron hacia un salón lleno de mesas al más típico estilo dorama escolar, y allí estaban sentados los miembros de Alice Nine, Vivid, suG, Screw y como no, Miyavi, entre otros.

Nos repartieron los respectivos exámenes, y mi rostro de desconcierto seguramente lo diría todo. Lo leí tratando de no ponerme nervioso, ¿por qué debería de estar nervioso? Aunque de todas las preguntas que estaban ahí, solo un par de ellas creía saber resolver.

Hice lo que pude pero al día siguiente, los malditos de la PS Company, tenían los resultados, y sorprendentemente, todos los miembros de nuestro grupo habían suspendido. Habíamos suspendido un examen de secundaria.

¿La puntuación más baja? La de Uruha, sin llegar al uno de diez puntos en total al no escribir las palabras correctamente. ¿La más alta del grupo? La de Kai, con un cuatro con nueve.

Yo solo reí, éramos todos unos idiotas de primera categoría.

-Como podéis observar, los resultados no son para nada buenos. Por ello la compañía ha decidido que deberéis tomar clases cada día- aquí durante unos meses. Tendréis que detener vuestros proyectos por ahora.- anunció el mismo director de la PS Company.

-¿Nos estás tomando el pelo? Nos hacéis trabajar todos los días, sin un descanso, incluso llegando a producirnos estrés y más de una depresión, ¿y ahora encima queréis que estudiemos algo que no nos sirve para nada? Yo paso.- repliqué, no podía contenerme, me daba igual quién fuera ese tipejo que me había amargado el día nuevamente.

-Tenéis un contrato con nosotros, este no vencerá hasta el próximo año. Hasta entonces debéis cumplir las normas que la compañía propone y luego, ya podréis ir buscando otra, cosa que no será tarea sencilla.- aseguró malicioso ese antipático hombre.

Pero, desgraciadamente, tenía razón. No podíamos hacer nada, y por ello, estábamos en estos momentos, en frente de la puerta de ese salón que odiaría durante un tiempo, con una mochila en la espalda, preparados para comenzar el primer día de clases.

(Narra Aoi)

Esto es una completa mierda, estaba harto de esta asquerosa compañía, no veía el día en el que se venciera el contrato.

Ahí estaba yo, entrando al estúpido salón junto a mis compañeros de grupo, esperando nada más entrar poder salir de allí de una vez.

No me sorprendió en lo absoluto, ver ahí sentado a Miyavi, con una actitud de aburrimiento y una pierna sobre la mesa, sin respeto alguno. Me senté a su lado e invité a Uruha para que se acercara.

-¡Hey! ¿Tú también aquí? ¿Superaste el uno en el examen? – le saludé, hacía bastante tiempo que no veía a Miyavi.

-Vaya, jamás pensé que el gran Aoi estaría aquí. Pues… para ser sincero, ni siquiera llegué al cero con dos.- se burlaba de sí mismo, sin ningún rastro de preocupación, justo como Uruha.

-Wow, Uruha, alguien ha superado tu cero con cinco, alégrate.- reí y le invité a meterse en la conversación.

Últimamente él estaba triste, alejado y decaído, como si tuviera algún problema que siempre tenía en mente. Yo estaba preocupado, quería que sonriera, quería protegerlo y hacer que se divirtiera. Me guiaba por un impulso que me llevaba a estar junto a él y cuidarle, ¿la razón? no tenía ni idea. Sentía que debía sobreprotegerlo, se veía tan débil. Ciertamente sabía que no lo era, pese a su apariencia femenina en las sesiones de fotos o en los conciertos, realmente era torpe con sus movimientos y vestía de forma simple en su vida cotidiana. También es muy listo, aunque no lo aparenta, habla de forma muy madura y conoce muchos temas. Nunca me aburría con él. Lo admito, ese ser misterioso me atraía.

Volví en mí cuando observé que una persona para nada agradable entraba en el aula, ¿qué demonios hacía Gackt ahí? Ni siquiera era de la compañía, y además, no creo que las clases le sirvieran para algo. a él que sabía como cinco idiomas

-Me presento, soy Gackt Camui aunque seguramente ya me conocéis. Seré vuestro profesor a partir de hoy. Quería probar algo nuevo y como soy amigo del jefe de la compañía, me propuso esto y ya veis, acepté. Aquí estaré hasta que se repita el examen y saquéis una nota decente..-Sonreía con superioridad. Por poco me caigo de la silla. Estaba seguro de que solo estaba allí para restregarnos su “sabiduría”. ¿Qué por qué me caía mal? Era una persona egocéntrica, se creía el centro del universo, la persona más importante del planeta, que nos mira como seres inferiores, y probablemente ahora esté pensando que está haciendo una buena obra al hacer acto de presencia.

Ese día por poco no me muero de tanto aburrimiento, la mayoría, entre ellos me incluyo, se dedicaba a hacer garabatos en hojas sueltas e ignorar al “simpático” profesor. También observaba a Uruha, irradiaba bellaza por doquier, y embobado mantuve mi vista fija en él.

Al salir del aula, tras arduas horas, almorcé con mis amigos y me despedí de estos más tarde. Me dirigí hacía la casa de una “amiga” para pasar allí el resto del día.

Lo confieso, soy una persona adicta al sexo, y tenía como costumbre acudir a la casa de esa chica cada vez que quería mejorar mi estado de ánimo. Ahí me la tiraba a ella o a alguna de sus amigas, que no se negaban en lo absoluto. Quizás en ocasiones si estaban varias presentes, mantenía relaciones con todas en el mismo día. Claro que ellas sabían que no era más que eso, sexo para poder desquitarme.

En los últimos meses acudía con más frecuencia, el ver a Uruha a menudo me dejaba encendido. Desde que le conocí, me pareció extremadamente sexy, pero era solo eso, atracción sexual, cosa que aumentó a partir de los besos que nos dábamos en los conciertos. Sin embargo, tras el descanso anterior del grupo, empezaba a sentir algo más fuerte. Tanto es así, que si fuera otra la persona la que me atrajese, ya me la habría follado y le habría dejado de lado, pero no, no era capaz de hacerle eso a él.

La gente no entenderá el porqué de hacer eso con esas mujeres si siento “algo” por Uruha, pero estaba seguro de que mis sentimientos o lo que sea que fuera hacia el primer guitarrista, no sería recíproco.

Tras varias horas de sexo duro e intenso, como a mi me gustaba, volví nuestra nueva casa para dormir, a pesar de que ya eran las tantas de la madrugada.

(Narrador omnisciente)

Aoi no podía dormir, hacía bastante calor y todos sus compañeros de grupo estaban en la misma cama en posiciones incómodas. Observaba el hermoso rostro del guitarrista principal, sus párpados cerrados, sus labios carnosos y apetecibles, y sobre todo, sus largas piernas que sobresalían desde las sábanas. ¿Cómo iba a poder dormir Aoi teniendo semejante monumento a su lado? No lo sabía.

Se levantó de la cama con cuidado, para no despertar a nadie, tomó su ordenador portátil y se sentó en un sillón ubicado al lado de la gran cama.

Sabía que era arriesgado pero se sentía demasiado excitado, y si seguía en la cama junto a Uruha, probablemente lo violaría aunque estuviese dormido y rodeado por sus compañeros.

Se sintió un poco enfermo cuando abrió esa página web, y como solía hacer a menudo, marcó la casilla “lemon” en las advertencias y finalmente pulsó “buscar”. ¿Qué era lo que hacía? Buscaba FanFics, FanFics sobre él y Uruha.

Desde que unas fans le habían enviado uno de esos extraños “libros” llenos de contenido altamente sexual vía Twitter, le pudo la curiosidad y comenzó a leerlo. Pidió por esa red social que dejaran de enviarle ese tipo de cosas, simplemente para que su compañía no se entrometiera en esos asuntos, ya que controlaban hasta su cuenta.

A partir de entonces, se había vuelto adicto a ellos, era lo más cercano que le permitía estar “cerca” de su Uruha.

Empezó a leer uno completamente lemon, en el que Aoi era un sádico, y el pelinegro de mechas rubias, un masoquista. Dios, se estaba excitando de sobremanera, sentía descargas en su entrepierna, por lo que se la acarició por sobre la ropa para aliviarse un poco.

Se imaginaba a Uruha, de rodillas en el suelo, completamente desnudo y con su abdomen manchado de semen, abriendo su preciosa boca, sacando su lengüita y recorriendo su pene hinchado que goteaba levemente. A continuación, Aoi le pegaba una cachetada al menor, ordenándole mediante obscenidades que se la metiera entera en la boca, y este así lo hizo. Se imaginaba a Uruha, engullendo su enorme polla con desesperación a un ritmo desenfrenado.

Aoi no pudo más al leer aquellos párrafos, y observo al protagonista de sus fantasías en la cama, aún dormido, con sus labios semiabiertos. Inmediatamente, bajo los pantalones de su pijama, junto con sus boxers y tomó entre las manos su extensión. Acariciaba su miembro frenéticamente, mientras observaba a Uruha dormir y continuaba leyendo.

En la lectura, el “amo” agarraba los cabellos de su sumiso y le follaba la boca como si su vida se le fuera en ello, hasta que se corrió en todo su rostro abundantemente, y el menor se lo tragaba todo, mirando directamente hacía el pelirosa.

Aoi agradecía tener una imaginación tan gráfica, podía formar esa imagen en su cabeza perfectamente. Soltó un largo gemido y liberó su semilla entre sus manos, se limpió un poco en sus pantalones.

Se le pasó por la cabeza una idea asquerosa para muchos, pero no para él.

Apagó el portátil, lo dejó en el sillón y se dirigió hacía la cama nuevamente. Se acostó al lado de Uruha, y acarició sus labios con sus dedos, aún con restos de semen. Los delineaba y se atrevió a adentrar parte de su índice en la boca del dormido, pero este se movió y Aoi retiró su mano.

Le tenía demasiadas ganas, no podía esperar a que ese precioso hombre fuese suyo. Y sumido en sus pensamientos, se durmió rodeando a Uruha con sus brazos.

Al día siguiente, los cinco despertaron gracias a una alarma, cuyo tono era la canción “My devil on the bed”, creada por ellos mismos. ¿A quién se le ocurría poner esa canción como despertador?  Pues, solamente a Aoi.

Nada más levantarse, y recordar que deberían ir a clases, soltaron un largo suspiro.

Llegaron al enorme edificio, y se sentaron en sus respectivos asientos.

Kai pensaba que si pedía que les realizaran el examen pronto, no perderían tanto el tiempo. Creía que él pasaría la prueba, pero no estaba seguro de que sus amigos lo hiciesen.

A Kai no le agradaba para nada Gackt, este utilizaba cada oportunidad que tenía para hablar de sí mismo, era insoportable. Miyavi era el único que se atrevía a desafiarle.

-Madagascar es una pequeña isla situada en África, a la cual yo viajé hace unos años. Fue difícil estar allí ya que las personas que la habitan tenían una cultura muy distinta, pero aún así yo logré derrotar a su líder en un combate que…-el profesor fue interrumpido por su tatuado alumno.

-Estamos aquí para que nos des clase, no para que nos cuentes tus vivencias personales, cosa que nos interesa menos aún, así que ahórrate tus historias.- Kai admiraba a ese chico. Miyavi era completamente distinto a él. El de eterna sonrisa nunca se atrevería a contestar de ese modo.

Al finalizar las clases, Miyavi, sin cortarse un pelo, encendió un cigarrillo en el aula.

-Kai, ¿viste la cara que se le quedó al engreído ese?- Miyavi río y trató de imitar la operada cara de su profesor. Kai sonrió.

Vale, el baterista estaba molesto ya que Miyavi se le pegaba cual lapa y hablaba más que los loros de Reita, y por ello, se sentía incómodo y aunque Kai no le contestara, Miyavi continuaba bromeando.

~~~

Un mes había pasado, desde que su pesadilla había comenzado. Parecía que habían retrocedido en el tiempo, tanto escolarmente como sexualmente, ya que todos, sin excepción, andaban calientes por la vida cual adolescente salido.

Varias veces habían presenciado la “felicidad” de sus compañeros, y eso no hacía otra cosa que encender a los observadores. Sí, convivir con los miembros de tu grupo, todos bisexuales, no era tarea sencilla, y menos si resultaban ser atractivos.

-Me va a explotar el cerebro-se quejaba el más bajito.

El plan de “clases particulares con Kai” había comenzado hace unas semanas. Consistía en dormir y no prestar atención a las clases de Gackt y luego en casa atender al “profesor” Kai como si lo que dijera fuera lo más importante del mundo, para así, aprobar el examen de una maldita vez.

En esos momentos, Mr. Sonrisitas, o Uke, como le gustaba a sus fans llamarle, se dirigía hacía el edificio de la compañía, y así, ordenaría a esa compañía a realizar el examen cuanto antes. Además, sería un reto personal el atreverse a tener sus propias opiniones.

Todo eso, gracias al otro plan llamado “Tener cojones y defender tus opiniones” nombrado así por Miyavi, quién era ahora su “sensei”.

Kai descubrió que, a pesar de ser realmente pesado, Miya-chan era buena persona.

*Flash Back*

-Estoy harto de que la compañía nos controle como putas marionetas. Si hacemos lo que ellos dicen, no estaremos haciendo lo que nosotros queremos. Nuestro sueño de ser músicos y tener nuestra propia personalidad, se va a la mierda. Ya incluso mis ganas de seguir en el grupo han disminuido, hasta nuestra maldita ropa escogen esos cabrones. ¡No nos pueden manejar a su antojo, joder!- descargaba toda su rabia Kai, atreviéndose al fin a contar su forma de pensar a alguien.

-Pues dile a esos estúpidos lo que me acabas de contar a mi.- propuso Miyavi, de acuerdo con su amigo.

-Es que yo… no puedo, no me atrevo, nunca lo he hecho. Toda mi vida… siempre he obedecido y no he sido capaz de oponerme a las cosas. Ojalá pudiese, no sé cómo hacerlo.- confesaba el de mayor musculatura.

-Kai, no es tan complicado. Yo te enseñaré a ser un rebelde desvergonzado, mi querido alumno. ¿Trato hecho?

-Está bien…

*Fin den Flash Back*

Y así comenzaron las clases…

* Flah Back*

-Bien, primera lección. No sonrías bajo ninguna circunstancia, mantente serio y utiliza gafas de sol para intimidar, como el enano que se las da de importante con ellas y así todos se creen su faceta de “ruder”, ¿entendido?- Kai asintió.

-Créete el importante, habla con superioridad y mantén la voz y la cabeza alta. Básicamente, lo que hace Gackt, solo que no tan exagerado. Puedes practicar con tu grupo y de paso “educarlos”.- sugirió Miyavi- compórtate como el líder que eres, actúa con seguridad.

-Lo intentaré.

-Suelta amenazas sobre dejar la compañía. Créeme que sois el grupo más exitoso ahora y no querrían perder la fuente de dinero que ganan gracias a ustedes. Si no te atreves, piensa que hablas con tus queridos compañeros de grupo cuando le lanzas algún sermón.

*Fin del Flash Back*

Y ahora, tras muchas charlas, Kai había desarrollado una importante amistad con ese rebelde chico. Ambos estaban en frente de la puerta del estudio, preparados para soltar cuatro o cinco, y probablemente más, frases bien dichas.

~~~

Por otro lado, Reita estaba en casa con el enano quejica que tenía como vocalista.

Aoi y Uruha habían salido ya que se les había quedado no sé qué en “clase”. Sonaba extraño eso, y pensándolo bien, esos dos habían estado actuando algo raro… pero no lo tomó en cuenta.

-Maldita compañía, estoy estresado. Ni siquiera me dejan traer a Koron aquí, ¿cómo estará? Pobre, cuando vuelva le compraré mucha ropa. Quizás también un nuevo collar, aunque no sé si de diamantes o de rubíes. Puede que mejor de perlas… no sé, ¿tú qué crees Reita?- hablaba más de la cuenta, como de costumbre, el pequeño vocalista.

-Creo que… cómo no te calles y me dejes ver la película en paz, Koron lo pasará muy mal.- sentenció el bajista, cansado de escuchar al otro hablar sin parar. ¿Por qué sus compañeros lo habían dejado solo con ese enano charlatán y… de sensual voz además? Reita se golpeó mentalmente al pensar aquello. Aún así, planeaba encargar una pizza, y así dejar a Ruki charlando con el pobre pizzero toda la noche para que así le dejase en paz.

-Estúpida iguana sosa, anoréxica, desnarigada y desteñida.- lo insultaba el menor.

-Cállate hobbit y déjame ver la película de una malita vez.-contrarrestó el más alto.

Ruki en vez de eso, se puso delante de la pantalla que Reita veía con tanta concentración.

-Ruki…-el de la bandita en la nariz comenzaba a perder la paciencia.

-Al menos dime dónde hay alcohol si no quieres acabar siendo iguana frita y lo mismo con tus gemelos pajarracos que tienes como mascota.

-Que miedo. No lo sé, y ahora, largo.- finalizó el flacucho, cansado de discutir con su diminuto amigo.

Ruki no tuvo otra opción que rebuscar por todos lados. Quería olvidarse del mundo, y a pesar de que usualmente no tomaba, en esos momentos le apetecía. Quería dejar de sentirse solo, pero sobre todo, quería sacar al estúpido Reita de su cabeza. ¿Por qué demonios pensaba en él todo el tiempo? ¿Por qué se excitaba al verlo, e incluso, al escucharlo?

Buscaba en todos lados, y por fin halló una botella de sake medio vacía  en un mueble. Bebió su contenido de un solo trago, pero necesitaba más, por lo que continúo con su inspección.

Cotilleó las maletas de cada uno de sus compañeros. Kai… nada pero ¿por qué tenía libros titulados “Como ser un gran líder” u otro como “Como ser el perfecto seme”? Aoi… ni una botella pero… ¿por qué mierda tenía un vibrador de tamaño enorme ahí? No quería ni saberlo. Creyó que Uruha seguramente tuviera bebidas alcohólicas, pero nada, sin embargo, ¿por qué el pato encorvado tenía un tanga casi transparente que parecía ser de chica, y una minifalda de cuero demasiado corta en la maleta?

Se había arrepentido de buscar. Sus amigos eran unos completos pervertidos. Por suerte, solo le quedaba revisar una maleta más y… ¡bingo! Reita tenía una botellita de vidrio que contenía algún líquido. Sin dudarlo, bebió de ese frasco hasta vaciarlo.

Pobre enano iluso, que no tenía idea de lo que bebía de aquella botella, pero muy pronto lo descubriría.

Y en otro lugar, Uruha y Aoi se dirigían hacía su “clase” para cumplir una de sus mayores fantasías.

*Flash Back*

Aoi como de costumbre, no podía dormir en aquella amplia cama. Se levantó de ella para dirigirse a la cocina y tomar un baso de agua. El susto que se llevo cuando una mano tocó su espalda le hizo soltar un pequeño grito.

-¡Joder, Uruha!- le regañó el mayor, respirando con dificultad.

-Lo siento… ¿qué haces?- preguntó su patuno amigo que nada más llevaba puestos unos boxers negros.

-Beber agua, ¿y tú?

-Es que no podía dormir.-respondió el de piernas largas.

-Si yo te observé hace un momento y estabas dormido como un tronco.

-No… no dormía, solo cerraba los ojos.- explicó el menor, que no parecía muy convencido.

El silencio inundó la casa. Ninguno decía nada, cada uno sumido en sus pensamientos.

Aoi decidió dar el primer paso, si no lo hacía ahora, a pesar de que luego se arrepentiría, no se atrevería nunca. Por eso, decidido, se acercó al menor hasta que este retrocedió y quedó acorralado gracias a Aoi entre un mueble de la cocina. 

Notas finales:

Muchas gracias por leer.

No es gran cosa, es el primer fic que termino. Acepto críticas y consejos.

Saludos~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).