(NARRA GERARD)
Hoy era el primer día de clase después del verano, no tenía ningunas ganas de volver al instituto, estaba cayéndome de sueño.
Me levanté de la cama con pesadez, fui al cuarto de baño y de repente oí unos gritos que provenían de la habitación de al lado
-¡Venga Gerard, no seas tan vago, vístete ya que vamos a llegar tarde y no quiero que me castiguen por tu culpa!- era mi hermano Mikey, tres años menor que yo, al que le encantaba ir al instituto y al que mi madre quería que me pareciera porque era muy sociable
a diferencia de mi, yo Gerard Arthur Way Lee, era el típico chico solitario gordo de 16 años al que no le importaba nada en absoluto, lo único parecido a un amigo que tenía era mi hermano Mikey. Aunque a veces peleábamos, no durábamos más de tres horas sin hablarnos.
Yo era el típico "rarito" al que todos criticaban e ignoraban, al que la gente le llamaba emo de mierda. Aunque es verdad que siempre vestía de negro porque es mi color favorito, de todos modos siempre he sido de esa clase de persona a las que le da igual lo que los demás piensen de ellos. Siempre hacia lo que me daba la gana aunque me pasaba todo el día con mis auriculares oyendo música, la música era una de las pocas cosas que me hacían sentir bien, como en mi propio mundo.
-¡Gerard! ¿No me oyes o que?
-¡Que ya voy pesado!
Fui al armario y agarre lo primero que vi: unos pantalones negros con cadenas, una camisa de manga corta a juego, una chaqueta de cuero para "variar" negra y unos converses, como no, negros.
Me arreglé un poco mi pelo negro para "variar", que casi me llegaba a los hombros, cogí mi delineador y me hice una raya bajo los ojos.
-¡Ya estoy hermanito, no te alteres!-le grite a Mikey.
Bajé al salón y nos despedimos de nuestros padres, yo de mala gana aún dormido, agarre las llaves y subí al coche viejo de mis padres que me habían regalado por sacarme el carné de conducir. No era mucha cosa, un Toyota del año de la pera, pero es mejor que ir andando.
El instituto de New Jersey estaba solo a 10 minutos de casa, no era el mejor pero tampoco el peor instituto.
La verdad es que todavía no había desayunado pero con el apuro de mi hermano ni me había dado tiempo.
Durante todo el trayecto no dijimos ni una palabra, solo pusimos la radio a todo volumen, cuando de repente sonó Aces High de Iron Maiden, me encantaba esa canción y me puse a cantar a todo pulmón.
-¡No grites tanto que te asfixias¡ ¿te ha dado un ataque?
-Muy gracioso Mikey- y seguí cantando.
Luego llegamos al instituto, estacioné y bajamos del coche.
Todo seguía igual al año anterior, excepto que al parecer le habían pasado una capa de pintura porque antes estaba toda la pared pelada cayéndose a trozos.
Me despedí de Mikey y cada uno se fue por su lado.
Primero entre y fui a secretaría para pedir la llave de la habitación ya que este era uno de esos institutos que te quedas a dormir y los únicos días que podías salir eran los fines de semana.
-Dígame su nombre por favor
-Gerard Arthur Way Lee
-Ok- metió la mano en un cajón y sacó la llave- aquí tienes.
El año pasado había tenido la suerte de no tener que compartir habitación, pero dudaba que este tuviera la misma suerte.
Caminé por los jardines para llegar a mi habitación, estaba en el tercer piso.
Habían muchas caras nuevas. Mientras caminaba la gente me miraba y empezaban a cuchichear, yo simplemente los ignoré y llegue a la habitación, cogí las llaves y abrí la vieja puerta de madera. La habitación era idéntica a la del año pasado, muy simple, solo tenía un pequeño salón con un sofá color café y una mesita de madera que se suponía que servía de escritorio. Al fondo habían dos camas que no parecían muy cómodas con una gran ventana detrás con vistas al parque de New Jersey. A la derecha, una neverita pequeña de esas
que hay en los hoteles y el cuarto de baño. Las paredes estaban pintadas de azul celeste, no había nada más.
Me sorprendí porque al parecer este año también iba a estar solo, quizás les daría pena el pobre que tendría que compartir habitación conmigo.
Luego baje a la cafetería para al menos desayunar un café. La cafetería era pequeña, de paredes rojas y las típicas mesas de bar con pocas luces alumbrando el lugar. Casualmente me encontré con Mikey y hablamos un rato.
-Bueno, adiós Gee- Gee era un diminutivo con el que me llamaba mi hermano, pero después toda mi familia me llamaba así, al principio no me gustaba pero ya me acostumbré- Tengo que irme, ya van a empezar las clases.
-¿Ya?¿Qué hora es?- me mostró su reloj, eran casi las nueve- ¡wow que tarde, pues adiós!-cuando dije eso Mikey ya estaba saliendo de la cafetería.
Ahora me tocaba matemáticas, puag, las llevaba bien pero no me gustaban mucho.
El día paso rápido, no hicimos mucho porque era el primer día de clases, nos dedicamos a hacer una redacción de lo que hicimos en verano. Yo no sé ni que puse porque no había hecho nada esos meses. Hicimos unos problemas para recordar lo que habíamos dado el año anterior y a presentar a los nuevos.
-Este es Ray Toro
Ray se puso de pie, era un chico alto, moreno, de ojos marrones y un gran cabello afro. Vestía muy sencillo, con una camiseta verde y unos vaqueros.
Luego todos se presentaron pero al parecer faltaba alguien.
-¿Frank Iero no ha venido?- pregunto el profesor, pero nadie contestó- Frank Iero es un nuevo alumno en esta clase, tiene catorce años pero ha adelantado un curso y será vuestro compañero. Espero que lo tratéis bien y no os metáis con él- dijo mirando a Pablo que siempre estaba metiéndose en problemas haciéndose el gracioso e insultando a los demás. Era un chico con pecas, cabello marrón oscuro y de ojos verdes. Sonrió cuando la profesora se refirió a él.
Paso media hora de clase y de repente se abrió la puerta y entró un chico, que parecía asfixiado, era bastante bajito, tenía unos vaqueros rotos por las rodillas, una camiseta de Misfits, lo que me pareció raro porque yo era el único conocía a esa banda, y unos tenis desgastados. Tenía un corte de pelo muy original, un fleco negro a un lado y el resto
del cabello rapado y rubio, y unos grandes ojos avellana con destellos verdes muy bonitos...
Se puso colorado cuando se dio cuenta de que todos lo estaban mirando.
-Lo siento, es que me perdí y no encontraba la clase...y...
-No te preocupes, siéntate.
Todos los asientos estaban ocupados excepto el de al lado mío ya que, como había dicho, no le caía bien a nadie.
Frank estaba buscando un sitio donde sentarse y el profesor le señaló el sitio a mi lado,
aún de píe el profesor le preguntó.
-Por favor Frank, ¿puedes presentarte?
-Hem... Hola, me llamo Frank Anthony Thomas Iero Priccolo, vivo en New Jersey, me gusta tocar la guitarra, leer y la música, especialmente el rock. Ya estaba el año pasado en este instituto pero en otra clase y...hoy me he perdido y por eso llegue tarde...- se volvió a poner rojo y se sentó a mi lado.
- Hola- me saludó.
-Hola- como ya había dicho, no se me daba muy bien hacer amigos.
El profesor empezó a explicar las asignaturas que teníamos, las normas de clase, los exámenes de evaluación...
Noté que Frank me estaba mirando, hice lo mismo y torció la cara.
- Que aburrimiento ¿verdad? ¿Por cierto, como te llamas?
-Gerard, Gerard Way, y si, yo también me aburro - ¿que me pasaba? ¿Le estaba hablando a alguien?
- Ah, pues hola Gerard, encantado de conocerte- dijo con una sonrisa y extendió la mano, miré esta primeramente y extendí la mía para saludarnos.
-Gerad, por favor podrías ayudarme luego a encontrar mi habitación, es que todavía sigo perdido.
-Claro, como quieras ¿qué habitación tienes?
-Déjame ver...- metió la mano en su bolsillo y sacó la llave- La... 53 ¿está muy lejos?- abrí los ojos de par en par sorprendido.
- ¡Vaya, yo también estoy en esa habitación!
-¿Así que compartiremos habitación? ¡Qué bien! – sonrió.
Era el primer día y ya se podría decir que tenía un amigo, definitivamente este año iba a ser diferente.
- Espero que no ronques- Frank rió y yo trate de sonreír.
- Para tu suerte, no, ¿y así que eres un cerebrito? Si quieres me podrías hacer la tarea...
- Depende... ¡si me pagas bien vale!- sonrío.
- ¡Cállense por favor y presten atención!- nos regañó el profesor.
-¿Siempre es así? ¡Que mal humor!
- Le he oído Iero-le pilló el profesor.
Frank agachó la cabeza.
Luego sonó la campana. Me levanté y cogí mi mochila. Todos habían salido menos Frank, el chico nuevo, llamado Ray y yo.
Ray se me acercó.
-Oye, yo tampoco sé dónde queda mi habitación, ¿me ayudas?- Que éxito estaba teniendo hoy...
- Claro, ¿qué número tienes?
- La 49.
Cogí mi mochila y guié a Ray hacia su habitación. Mientras pasábamos por los feos pasillos del instituto Ray y Frank hablaban y yo estaba en silencio.
- Yo también toco la guitarra desde hace mucho ¡me encanta! y también sé un poco de batería.
-¿En serio? yo llevo tres años con la guitarra, un día me podrías dar clases- sonrío Frank.
-Ya llegamos Ray- dije interrumpiendo su "interesante" conversación. Su habitación estaba solo a unas pocas puertas de la "nuestra".
- Bueno, adiós, voy a instalarme ¿quedamos luego para almorzar?
- ¡Vale!- contesto Frank antes que yo entusiasmado.
- Sí, allí estaré- contesté después, al contrario que Frank, no muy entusiasmado
Ray se despidió de nosotros con la mano y cerró la puerta.
- Parece simpático ese chico- dijo Frank.
- Ajá.
Caminamos hasta nuestra habitación y abrí la puerta.
-¡Que mierda de sitio!- exclamó Frank al entrar.
-No está mal, ¿que te esperabas?, ¿un hotel de cinco estrellas?
-No, pero tampoco una habitación minúscula que más bien parece una celda- sonrío y dejó su maleta en la cama más cercana al cuarto de baño.
-¡Me pido esta!- anunció otra vez entusiasmado. Parecía un niño pequeño eligiendo su chupete, aunque la verdad es que solo tenía catorce años pero a veces parecía tener mas edad de la que tenía, y a veces se le salía esa vena de niño pequeño.
- Vale, vale, quédatela.
Abrió la maleta y saco una carpeta que contenía un montón de posters.
-¿Puedo colgarlos en mi lado?- puso carita de angel.
- Como quieras.
Sorprendentemente todos aquellos posters eran de grupos que me gustaban, The Rolling Stones, Iron Maiden, David Bowie, Queen, Misfits... al parecer el crío tenía buen gusto.
- Tenemos los mismos gustos musicales- le conté.
- ¿Si? que guay, ¡así podré poner música a todo volumen!
Yo solo sonreí, ya eran las dos y media así que bajamos a comer. Ray ya estaba en una de las mesas.
-¡Hola! - nos saludamos al unísono y reímos.
-¿Qué quieren comer?- pregunté.
- Pues... no sé, me apetece pasta, yo me pediré unos spaguetis- dijo Frank.
-Yo también- dijo Ray.
- Pué entonces... yo también.
Esperamos a que nos trajeran la comida y esos dos volvieron a hablar de guitarras.
Yo una vez traté de aprender a tocarla pero no tengo mucha paciencia y cambiar de notas rápido me parecía imposible al igual que tocar y cantar a la vez, así que abandone.
- ¿Y cuál tienes?- preguntó Ray a Frank.
- Una Gipson blanca.
- Esa es muy buena, yo tengo una Ivanes negra.
- Perdonen- dijo la camarera que nos trajo la comida.
Comimos en silencio hasta que casi al acabar mi hermano vino.
- Hola Gee ¿así que a alguno de estos pobres le ha tocado compartir habitación contigo?
- Hola Mikey, pues si, este es Frank, el pobre, y este es Ray- hasta mi hermano parecía mucho mayor que Frank con trece años.
-Hola.
- Este es mi pesado hermano Mikey.
- ¿Pesado yo?, ja, mira quien habla.
Mikey se puso a comer con nosotros pero ya casi habían acabado así que les dije que se podían ir, que yo me quedaba a acompañar a mi hermano, además no quería oír otra conversación sobre guitarras y no tenía nada mejor que hacer.
- ¿Así que todavía no has espantado a tu compañero de habitación? si que tiene que tener paciencia.
- ¿Algún día dejarás de meterte conmigo?
- Déjame pensar... ¡no!, no es justo que tengas que venir a mi cumpleaños y todo por mamá.
- No creas que a mi me apetece ir.
Sí, el mes que viene era el cumpleaños de Mikey e iba a ir al cine con sus amigos, pero mi madre me había obligado a ir... decía que somos hermanos, que cómo no voy a ir, que si no sé qué y que sería bueno para que hiciera algún amigo...
- Bueno pues me voy, adiós- Mikey terminó de comer.
Aunque pareciera que nos odiáramos, no era así. Llo hacíamos para molestarnos el uno al otro.
Ese día no había clase por la tarde porque era el primero así que subí a mi sosa habitación y desde la puerta oí una melodía de guitarra, abrí esta silenciosamente y me quedé en el marco para oír. Era una preciosa canción, y después escuche una suave voz.
I´M NOT A PERFECT PERSON
THERE´S MANY THINGS I WISH I DIDN´T DO
BUT I CONTINUE LEARNING
I NEVER MEANT TO DO THOSE THINGS TO YOU
AND SO I HAVE TO SAY BEFORE I GO
Me quedé impresionado por la voz tan bonita que tenía aquel niño y me acerque a la sala dónde estaba tocando. No notó que estaba ahí porque tenía los ojos cerrados y movía la cabeza rítmicamente al compás de sus dedos, y no sé por qué pero sentía una sensación extraña en mi interior, creo que de ternura.
THAT I JUST WANT YOU TO KNOW
I´VE FOUND A REASON FOR ME
TO CHANGE WHO I USED TO BE
A REASON TO START OVER NEW
AND THE REASON IS YOU
Luego tropecé con algo e hice ruido y él abrió los ojos, me vio y se puso colorado.
-Me encanta esa canción, es muy linda, ¡y qué bien tocas!, tienes una voz muy bonita- se sonrojo aún más. Me di cuenta de que Frank era un poco bipolar, en un momento era todo entusiasmo y lleno de energía y al rato estaba avergonzado y tranquilo. Frank era incomprensible- ¿Por qué dejas de tocar? sigue.
Él continuó, sentía verguenza pero aún así lo hizo. Me senté a su lado en el sillón y sonreí porque su guitarra llevaba pegatinas que decían Pansy.
-¿Tu guitarra se llama Pansy?
- Sí, es que le tengo mucho cariño
I´M SORRY THAT I HURT YOU
IT´S SOMETHING I MUST LIVE WITH EVERYDAY
AND ALL THE PAIN I PUT YOU THROUGH
I WISH THAT I COULD TAKE IT ALL AWAY
AND BE THE ONE WHO CATCHES ALL YOUR TEARS
THAT´S WHY I NEED YOU TO HEAR
Sonrió y continuo, y cuando llegó al estribillo sin pensarlo me puse a cantar con él.
I´VE FOUND A REASON FOR ME
TO CHANGE WHO I USED TO BE
A REASON TO START OVER NEW
AND THE REASON IS YOU
AND THE REASON IS YOU
AND THE REASON IS YOU
AND THE REASON IS YOU
Hasta que él paró de cantar y seguía yo solo mientras que él tocaba
I´M NOT A PERFECT PERSON
I NEVER MEANT TO DO THOSE THINGS TO YOU
AND SO I HAVE TO SAY BEFORE I GO
THAT I JUST WANT YOU TO KNOW
I´VE FOUND A REASON FOR ME
TO CHANGE WHO I USED TO BE
A REASON TO START OVER NEW
AND THE REASON IS YOU
Y acabó.
I´VE FOUND A REASON TO SHOW
A SIDE OF ME YOU DIDN´T KNOW
A REASON FOR ALL THAT I DO
AND THE REASON IS YOU
-¿Y dices que yo canto bien? Tú si que cantas bien, tienes una voz asombrosa! ¿No habías cantado antes?
-¿En serio lo crees?- él asintió con la cabeza- pues en cuarto grado en una obra en la que yo era Petter Pan, pero nada más.
- Wow, pues de verdad que cantas alucinante.
Esta vez el que se sonrojo fui yo por ese cumplido
-Te sabes Common People de Pulp?
- Si, es una de mis favoritas!- respondí.
- Vale, pues esta vez tú cantas y yo toco- hice una señal de asentimiento y comenzó a tocar. Otra vez parecía extrañamente maduro, no dejaba de sorprenderme
SHE CAME FROM GREECE SHE HAD A THIRST FOR KNOWLEDGE
SHE STUDIED SCULPTURE AT ST MARTINS COLLEGE
THATS WHERE I....
CAUGHT HER EYE
SHE TOLD ME THAT HER DAD WAS LOADED
I SAID "IN THAT CASE ILL HAVE RUM AND COCA-COLA."
SHE SAID "FINE,".....
AND THEN IN THIRTY SECONDS TIME SHE SAID
Luego él cantó el estribillo
"I WANT TO LIVE LIKE COMMON PEOPLE
I WANT TO DO WHATEVER COMMON PEOPLE DO
Y no sabía por qué pero me sentía muy raro, raro positivamente. Al fin había encontrado a alguien que me comprendiera y no me tratara como el "rarito solitario". Esto se sentía muy bien
I WANT TO SLEEP WITH COMMON PEOPLE
I WANT TO SLEEP WITH COMMON PEOPLE LIKE YOU."
OH WHAT ELSE COULD I DO?
I SAID "ILL SEE WHAT I CAN DO."...
Puso una voz muy sensual y me recorrió un escalofrío de los pies a la cabeza, pero no le di importancia, sería cosa del frío.
Terminamos de cantarla y saqué mi viejo ipod. Me preguntó si podía oír música conmigo.
Cada uno tenía un auricular colocado en una oreja y tarareábamos canciones sentados en el sofá hasta que fueron las diez y me entro el sueño.
- Frank, tengo sueño, me voy a sobar.
- Vale, yo también que si no me aburro.
Él se fue a cambiar de ropa en el baño mientras que yo en el salón. Me puse mi pijama con camisa de manga corta azul marino y pantalones negros. Luego salio Frank con una camisa de ositos verde y unos pantalones a rayas rosa.
- Bonito pijama Winnie de Poh- reí.
- Es que me lo compró mi madre...
- Lo decía en broma, te queda muy mono- reí.
-Ah, oye ¿no hemos cenado no?
- Ay Dios, se me ha olvidado- no me podía creer ni yo mismo que me hubiera olvidado de comer si me pasaba todo el día comiendo- pero no te preocupes, ¿tienes hambre?
Fui a la mini nevera que había al lado de la mesita y saque dos bocadillos que había traído.
-Que previsible eres- sonrío y agarró uno.
-Ya, es por si me daba hambre.
- ¿De qué son? es que soy vegetariano.
- Pues tienes suerte, porque son de queso y ensalada, ¿eso comes no?
-Si, gracias- me sonrió.
Comimos en la mini mesita y luego nos fuimos a dormir.
- Buenas noches Gee.
- Buenas... ¿me has llamado Gee, ahora tu también..?
- Es que tu hermano te llama así, además me da risa ese nombre.
- Pues no me gusta que me llamen así.
-Ok, hasta mañana Gee.
-Vale, que terco eres, me rindo, buenas noches... Frankie.
- Pues ahora que lo dices no suena mal, Frankie, me gusta.
Caí dormido como un tronco toda la noche, había sido un largo día.
Cuando desperté él ya estaba levantado y vestido con unos vaqueros y una camiseta a rayas blancas y negras. Estaba colocando los posters en la pared. La verdad es que parecía mucho más pequeño a pesar de que tuviera catorce, y esa carita de bebe gordita y redondita no lo ayudaba mucho ni cuando sonreía y se le marcaban unos huequitos en las mejillas... parecía un osito de peluche achuchable... ¿qué estaba yo diciendo?
-Con que ya despertaste dormilón.
-Ayer estaba super cansado...- dije con voz aún adormecida.
- Pues al menos me hubieras dejado dormir, no roncarás, pero pedos mejor ni te cuento- rió divertido y yo me avergoncé.
-Que es mentira tonto- y soltó una carcajada.
-Ah, menos mal- me contagió la risa.
Entré al baño perezosamente, me lavé la cara y me vestí, vaqueros negros y un suéter rojo y me acomodé el pelo más o menos con las manos.
Luego bajamos a desayunar y estaban Ray, Mikey y un chico rubio de ojos azules sentados en una mesa hablando, ¿cómo Mikey podía tener tantos amigos mayores y caerle bien a todo el mundo con solo trece años?
Mikey nos vio y nos invitó a sentarnos.
Hola- saludamos.
Hola- nos saludaron.
Nos sentamos con ellos
-Se me olvidaba, Bob, te presento a mi hermano Gerard y a su pobre compañero de habitación, Frank.
Si no fuera porque estaban todos allí ya le habría dado un puñetazo a Mikey.
-Hola- nos saludó con la mano- soy Bob Bryar, estoy en vuestro curso pero al parecer no hemos coincidido, conozco a Mikey desde el año pasado pero no os había visto.
-Ya veo... yo tampoco, soy nuevo en este curso- dijo Frankie. Sí, ahora lo llamaba así, me gustaba como sonaba y le quedaba como anillo al dedo.
- Sí, y como Gerard el ermitaño no salía de su habitación sino para ir a clases no lo habías visto, y menos mal porque es como un zombie y asusta a todo el mundo.
- Pues a mi me parece muy simpático...
-Eso porque todavía no lo conoces.
- ¡Ya déjenme en paz!- me levanté de la mesa y me fui. Estoy harto de que me crean un marginado, y siempre Mikey hacía lo mismo y a eso también se debe a que no tengo amigos. Encima que este año lo estaba intentando e iba tan bien... pero va él y la caga, y delante de todos...
Fui a clases aunque todavía quedaban diez minutos para comenzar... estaba pensando... Frank me había defendido... aún así me sentí como un estúpido y esa fue la primera vez que me importó lo que los demás dijeran de mi. No sé que me estaba pasando, ese no era yo...
(NARRA FRANK)
Me sentía mal por lo que le había pasado a Gee... no me parecía bien lo que había hecho Mikey aunque tampoco tanto como para que se fuera, pero Gee parece triste y solitario y es cierto según lo que me contó Mikey después de que se fueran todos. Me dijo que era muy solitario y no tenía amigos y le parecía raro que este año al menos hablara con alguien que no fuera él, y que se pasaba su vida encerrado en su cuarto leyendo, oyendo música o dibujando y apenas salía para ir a comer y que sus padres ya no sabían que hacer.
Me dio pena por Gee porque lo que le pasa es que es infeliz... vive en su propio mundo y no sabe del mundo real y piensa que es una mierda porque no ha vivido nada... dudo siquiera que haya ido a una fiesta. Yo lo iba a cambiar, no quiero que se metan con él, quiero que sea feliz. La verdad es que yo también soy tímido con la gente que no conozco pero les cojo confianza fácilmente y me suelto por completo. Así que mi plan era que cambiara y yo lo ayudaría, apenas le conocía "personalmente" de ayer, pero era como si le conociera de toda la vida...
Y ciertamente así era... él no sabe que yo desde que entré a la escuela lo veía en preescolar, me daba intriga, me pasaba en el recreo mirándolo. Él me llamaba la atención, era muy misterioso y especial, diferente a los demás, estaba siempre en una esquina del patio del recreo sentado mirando a la nada.
Siempre me dio curiosidad pero nadie se acercada a él, y yo tampoco me atrevía.
Eso hasta ahora que casualmente me tocó como compañero de habitación. No había cambiado mucho, su carita de soledad seguía siendo la misma y la mirada penetrante de esas grandes esferas verdes, y sus pequeñísimos dientes amarillentos todos del mismo tamaño. Él no lo sabía pero no era la primera vez que lo había visto.
Yo sabia que tenía una manía de tocarse el cabello cuando se aburría y a veces se ponía a leer libros bastante gruesos demasiado complicados para un niño tan pequeño, e incluso lo había visto leyendo un diccionario. Gee siempre había sido muy especial, pero ahora parecía algo más sociable y además, él era simpático y agradable conmigo.
Después de la pelea quería ir tras él y tranquilizarlo, pero no me atreví así que cuando ya había que estar en clase ahí estaba él, con la mirada perdida por la ventana.
Me senté a su lado.
Hola- sonreí- ¿Estás enfadado conmigo?
- No, no es contigo, es que mi hermano ya me tiene harto.
- No te preocupes, eso son cosas de hermano, él no lo hizo a propósito, yo también tengo una hermana pequeña de doce años, los hermanos siempre son así.
- Ya... pero aún así...
No le dio tiempo de acabar la frase porque en ese momento llegó el profesor y empezó la aburrida clase.
Pasaron horas y miraba sus preciosos ojos verdes, él parecía atender pero sabía que seguramente estaba pensando.
Mientras lo miraba embobado sonó la campana, recogimos nuestras cosas y salimos. Le pregunté a Gee que si tenía hambre y él asintió con la cabeza así que bajamos a la cafetería.
-Venga Gee, cambia esa cara- no me contestó, simplemente trato de sonreír aunque no lo logró- ¿Todavía sigues molesto? si quieres hablo con él...
-No, no hace falta Frankie- dijo secamente, pero me encantó como me llamó Frankie...
Estaba preocupado, no toqué más el tema, y aunque me dijera que no, decidí hablar con Mikey.
Esto iba a ser más difícil de lo que pensaba.
