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The Only Hope For Me Is You por NyAki

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Notas del capitulo:

Aquí les dejo el segundo capítulo >.<

Pasó una semana. Gee seguía igual, no se acercaba a su hermano, no bajaba a comer y solo se dirigía a mí con monosílabos.

En ese tiempo me hice muy amigo de Ray y Bob, eran muy simpáticos, pero me preocupaba Gee, por eso una tarde me decidí a hablar con Mikey y  bajé al jardín. Allí estaba, le dije que quería hablar con él. Nos pusimos bajo la sombra de un árbol.

-¿Que querías decirme?

-Me preocupa tu hermano y me gustaría que me contarás más sobre él.

-No te preocupes, él siempre es así, a veces sin motivo se deprime y se enfada por nada. Puede estar normal, bueno, lo más normal que puede ser él, y al segundo encerrarse y no hablarle a nadie. Siempre hace lo mismo, cambia mucho de humor, incluso más que yo y eso que soy bipolar. Creo que necesita un psicólogo.
¿Qué más quieres saber? me alegra que te preocupes por mi hermano, porque a nadie le importa, solo a mis padres, que aunque estén divorciados se llevan muy bien, a nuestra abuela Elena que era muy importante para Gee, y a mí.

-¿Puedo preguntarte por qué tus padres se separaron y por qué su abuela es tan importante? Siento ser tan cotilla.

-Supongo que sí, pero no le digas a Gee que te dije nada porque entonces sí que no me habla más. Bueno, entre mis padres todo siempre ha ido bien, pero no hay nada más que amistad y siempre fue así. Ellos por nosotros no se habían separado pero  hace poco hablaron y quedaron en que, aunque ya no estén juntos, nos visitarían a menudo y estarían con nosotros el mismo tiempo. Por eso no fue una gran sorpresa cuando hablaron con nosotros, así que todo eso lo llevamos muy bien.
Nuestra abuela Elena era una persona muy importante para Gee. Verás, desde que Gee era muy pequeño hubo momentos en los que casi muere. Uno fue en un accidente de coche. Estábamos mi madre, Gee  y yo, el coche dio un vuelco y todos salimos ilesos menos Gee, que rompió el cristal y salió despedido. Resulto gravemente herido, estaba todo lleno de sangre pero con el tiempo se recuperó, solo le quedó una cicatriz, tenía seis años. Otro fue cuando tenía ocho, estábamos en la playa

*FlashBack*


Estaba en la playa con mi hermano Mikey y mis padres. Ellos se encontraban jugando con la arena. Yo estaba harto de que me ignoraran y me metí en la playa. No sé si sé nadar pero seguro que es fácil. Se me ocurrió ver que había bajo el mar, a lo mejor hay seres que nunca había visto, puede que hasta encontrara una sirena. Sería una buena idea para luego pintar lo que vi y enseñárselo a Elena, seguro que a ella le encantaría.
Caminé hacia la orilla, el agua estaba muy fría pero seguí. El transparente líquido me llegaba hasta los hombros, y empecé a mover las manos tratando de nadar. El agua me comenzó a arrastrar hasta el fondo. Me veía rodeado de mar, no conseguía ver arena ni lograba pisar el suelo. Me da igual, sumergí la cabeza y abrí los ojos. Habían un montón de plantas de colores muy bonitas y muchos pececitos nadando alrededor. Vi una manta raya y un pez linterna, era asombroso- De repente sentí que no podía sacar la cabeza a la superficie y un montón de agua me aplastó. Tragaba mucha sal y después me golpee la cabeza con una roca.
Cuando desperté me encontraba en una cama de hospital, como ya había estado muchísimas veces. Mi familia estaba a mi alrededor muy preocupada. Me toqué la cabeza y tenía una venda, había pasado un mes en coma.


*Fin del FlashBack*


- Pensamos que no iba a salir de esta pero lo logró. Luego mi abuela le explicó que todo el mundo tenía que morir algún día, él no sabía lo que era la muerte. Y a partir de entonces decía ver muertos por todas partes, en las calles y hasta en el colegio. Estuvo un tiempo sin ir allí porque tenía miedo de que los muertos se lo llevaran. Hasta contrataron a un psicólogo pero no servía de nada, se pasó meses encerrado en su casa. Siempre igual, excepto cuando estaba con Elena. Ella le enseñaba a dibujar, y aunque solo dibujaba muertos, se le da muy bien. También a cantar, a escribir y le dijo que se sentiría mejor leyendo, que descubriría nuevos mundos al igual que con la música. Así que cuando estaba mal, la solución para él era hacer algo de eso, se pasaba horas y horas leyendo y dibujando.


Con el tiempo dejó de decir que veía muertos, aunque no ayudó mucho vivir en New Jersey. Como sabes es un lugar muy peligroso. Una vez fue al parque a pasear y bajo el puente se encontró un muerto despedazado. Nosotros no le creímos, porque siempre decía verlos pero era verdad, y mis padres llamaron a la policía. Desde eso nuestros padres apenas nos dejan salir de casa, y además, cada vez hay más asesinatos por esa zona.


Gee siempre ha estado obsesionado con la muerte, pero con Elena estaba bien y hasta reía. Ella le convenció para apuntarse a teatro en el colegio y él interpretaba varias obras. Siempre lo elegían como protagonista, y eso le ayudo. Iba mejorando mucho, hasta el año pasado... murió nuestra abuela Elena y Gee volvió a recaer. Falleció por muerte natural mientras dormía, pero Gee fue quien la encontró sin pulso en su cama porque ese día se había quedado a dormir con ella, como siempre hacía. Gee se desmayó y tardo semanas en afrontar que su abuela había muerto. El decía que no, que era mentira, que ella solo estaba durmiendo y pronto despertaría y le enseñaría su nuevo dibujo.

Obviamente también fue duro para mí pero yo no estaba tan apegado a ella como él. Después de eso Gee recayó en la depresión y en el alcohol. Fue difícil para verlo así. Le recetaron pastillas antidepresivas y abusaba de ellas...- A Mikey se le hizo un nudo en la garganta y dio un largo suspiro- y tuvo varios intentos de suicidio. Casi se tira de una azotea, casi se corta las venas y una vez se interpuso en la carretera para que lo atropellaran. Decía que quería acabar con ese sufrimiento y que no merecía la pena vivir, pero todos sus intentos fueron en vano. En los peores casos lo ingresaban en el hospital por unos días, era peor porque él intentaba quitarse la máscara de oxígeno para asfixiarse y lo mismo con la aguja del suero. Lo pasó realmente mal, a mis padres casi les da algo.
Poco a poco trató de recuperarse y fue creando su propio mundo a través de la música y la pintura. Ya no menciona a su abuela, le duele demasiado, vive en su mundo imaginario y huye de la realidad. Ha mejorado mucho, me sorprende que hasta te hable. Por esa razón internaron a Gee aquí, para que se socializara sin resultados hasta ahora.

Ya sabes, ni una palabra de todo esto ¿ok?

Yo estaba sorprendido, no sabia que Gee lo había pasado tan horrible, me sentía mal por él.

-Claro, gracias Mikey. Yo ayudaré a tu hermano, ya verás que cambiará.


-Eso sería un milagro- suspiró.

Me despedí de Mikey y fui a  la habitación, Gee estaba ahí acostado en su cama con los ojos cerrados. Tenía cara de haber sufrido, pero a la vez daba sensación de paz.
Me acerqué, no quería despertarle y me quede observándolo.
 Mecánicamente le aparté unos mechones de cabello que tenía sobre su rostro, cosa que me impedía contemplarlo bien.
Me fijé en su nariz perfilada y respingona, se parecía a la de un cerdito. Me imagine a Gee como uno y sonreí ante aquel pensamiento. Me fijé en su piel más pálida que la nieve, parecía que si la tocara te congelarías, en sus mejillas infladas  con algo más de color, en sus labios rosados y finos también pero a la vez carnosos, y en sus delicadas manos bajo su cabeza, en sus pesados párpados y bajo ellos unas grandes ojeras. Solo me faltaba ver sus hermosos ojos verdes y sería la mejor vista del mundo. Desde que lo conocía me sentía raro. Quizás solo sea amistad pero tenía la necesidad de acercarme a él y abrazarlo, aunque no me atrevía, así que me entretuve acariciándolo delicadamente para que no despertara. Bajé mi mano y acaricié sus mejillas y un escalofrío me invadió, aún así seguí, su piel era fría como había predicho, pero cuando la tocaba me entraba calor. Acaricié su nariz y llegué hasta sus labios, los toqué suavemente siguiendo su contorno. Me estaba quemando por dentro. Después de un rato pareció moverse y rápidamente agarre una revista y me tumbe en mi cama para disimular. Él se despertó.

-Hola Gee- le sonreí, era algo que hacia automáticamente al verle.

-Hola Frankie-bostezó- ¿No eres muy pequeño para estar viendo esas revistas?, además que es mía ¿está interesante?- empezó a reír. Resulta que había cogido una revista playboy sin darme cuenta, y aparecían fotos bastante “fuertes”.

-Hemm... si, es que… esta chica esta buenísima ¿no lo crees?- me inventé señalando a una foto en la que aparecía una mujer sin ropa.

-Si, es verdad, aunque es muy plástica, de seguro esta muy operada.- al parecer ya se sentía bien y se le había quitado la depresión.

-Tengo ganas de hacer algo, me aburro aquí metido...- traté de cambiar el tema y dejé la revista en la mesita.

-¿Qué podemos hacer?- preguntó curioso.

-No se... ¡ya se!¿y si vemos una película?

-¿Qué tal una película como la de la revista que estabas viendo?-rió- lo siento, no me traje ninguna película. Además, no podemos verla a no ser que sea por telepatía, no hay ni televisión.

-Pero yo si tengo películas y tengo un iPad pare verlas. Y no, no ese tipo de películas.

-Está bien.

-¡Bien! Será una sesión de películas. Vamos a ver.... Star Wars, Entrevista con el vampiro, Titanic, La naranja mecánica, Un puente hacía Terabithia, Eduardo manostijeras...  ¡las veremos todas!

-Ok, primero La naranja mecánica.

-Vale- fui a coger el aparato ese para ver películas y metí el DVD, esta empezó y nos sentamos en el sillón. Él estaba concentrado pero a veces me miraba porque yo también le miraba, nuestras miradas se cruzaron varias veces y torcíamos la cara, era una situación bastante graciosa.
Cuando la película acabó le convencí para ver el Titanic, él decía que la película era muy cursi.
 Esta vez el concentrado era yo, pero cuando el chico se congeló, se me saltaron las lágrimas y empecé a llorar como un bebé. Siempre me pasaba con esta película, aunque ya había pasado tiempo desde que la había visto por última vez y pensaba que ya no lloraría. Gee me miro y se acercó.

-¿Qué te pasa?- me dijo preocupado.

-Él... él... se murió… se murió, se fue al fondo del mar...-dije entre sollozos.

-Que sensible eres... tranquilo, es solo una película.

-Sí, pero ocurrió de verdad hace tiempo...

Me pegué a él en el sillón y lo abracé. De verdad que no lo hice por la película pero lo necesitaba cerca por alguna extraña razón.
 Gee me miró extrañado, pero correspondió el abrazo, ¡se sentía tan malditamente bien! Mi pulso se aceleró, mi piel se quemaba al contacto y mis mejillas se ruborizaban al igual que las de él. Hicimos como que no pasaba nada. Así hasta que termino la película. Yo seguía abrazándolo y llorando porque en el final salía la mujer que había sobrevivido, que ya era anciana, contando su historia.
Él se separó de mí para cambiar de película y el frío volvió a invadir mi cuerpo.
                                                    
(NARRA GERARD)


Frankie parece un bebe, se puso a llorar por la película y me abrazó. Se sentía el cielo, sé que exagero pero ni siquiera he abrazado a nadie que no sea de mi familia, y cuando abracé a Frankie me invadió una corriente eléctrica, y mi corazón se aceleró. No sabía qué me pasaba, pero tenía ganas de quedarme así por siempre, aunque por desgracia, la película se había acabado y tenía que poner otra. Sé que pensáis que lo que haré es malvado, pero quería que se aferrara a mí otra vez, por eso puse Un puente hacia Terabithia. Esa película es muy triste así que supuse que lloraría otra vez y le abrazaría. Sé que es egoísta pero le necesito cerca. Puse la película y esta empezó, y como sabía, después de un rato la protagonista murió y su amigo se quedoó solo.

Observé a Frankie y salían lágrimas de sus ojos. Me dio remordimiento, pero hasta llorando era hermoso. Le miré y me volvió a abrazar, puso su cabeza en mi hombro. Su respiración chocaba contra mi cuello y se me erizaron los pelos, se me volvió a acelerar el corazón. Me sentía un pedófilo, pero se sentía tan jodidamente bien...

-¿Por qué... por qué en todas las películas se tiene que morir alguien?

-No lo sé Frankie, la próxima vez vemos películas de terror.

La película acabó y seguía aferrado a mí. No me quería mover así que espere a que se separara él, pero no lo hacía. Surgió un incómodo silencio, no quería que se apartara.

-Hey Frankie cuéntame sobre ti.- rompí el hielo.

-¿Qué quieres que te cuente? Mi color favorito es el malva, cumplo el 31 de ocubre, en Halloween, soy vegetariano, amo los perros, tengo siete y también amo la música y leer... ¿Y tú?

-Nada interesante, ¿bajamos a cenar?-no me gustaba hablar de mi vida.

-Vale.

Bajamos y cómo no, estaba mi "querido" hermano Mikey con Ray y Bob. Me sentía mejor pero no me apetecía ver a mi hermano. Frankie hacía que se me olvidaran todos los problemas.

-Hola Gee, siento lo de la semana pasada.-se disculpó.

-Está bien.

Cenamos unos sándwiches. No tenía mucha hambre, últimamente no la tenía y estaba bajando de peso.
---


Volvimos a la habitación, nos pusimos el pijama y nos fuimos a dormir como de costumbre.

-Buenas noches, Gee.

-Buenas noches, enano.

Definitivamente algo estaba cambiando, algo en mi interior había surgido. Era algo que me hacía sentir feliz, algo que no ocurría desde que estaba con Elena.


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