Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bajo las estrellas por AndromedaShunL

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Es triste y melancólico, de mi estilo.

  Es de noche mientras paseo bajo la mirada de las estrellas y la Luna. Su luz baña mi cabello rubio y les saca destellos hermosos. Siempre me gustó pasear cuando todo está apagado. Me recuerda al apagón de mi corazón.

   Camino por el sendero de un parque, rodeado de hermosos árboles y grillos que cantan su melancólica canción. No hace frío, o tal vez sí, no sabría decir, ya que estoy acostumbrado a ello.

   Todo me recuerda a ti. Si no es el verde de las hojas de los árboles, o de la hierba, es todo lo demás. Tú siempre paseabas por este parque y recogías flores preciosas, y mirabas las ardillas subirse a los árboles, y les dabas de comer, y mirabas el revoloteo de las mariposas, y sonreías cuando se te posaban encima, y escuchabas el canto de las aves, y jugabas con las hojas secas en otoño.

   Algunas veces los pájaros que se posaban en las ramas tenían el color esmeralda de tus ojos en sus alas y casi me dejaban embobado de la misma manera que lo hacías tú.

   Paso al lado de un banco donde han dejado inscripciones. Sonrío para mis adentros y las leo otra vez. Nuestros nombres escritos en la vieja madera lo adornan, pero hace ya tanto tiempo que los escribimos que casi no se pueden leer por el desgaste.

   Ahora camino al lado de un pequeño lago donde hay patos de todas las especies. Alguna vez te acompañé hasta aquí porque te encantaba darles pan para que comieran. A veces te picaban en la mano mientras se lo dabas y te apartabas asustado, mientras yo me reía al lado tuyo. Me pegabas un codazo y yo te cogía de la cintura para besarte.

   Qué tiempos aquellos cuando nos escondíamos entre los arbustos que ahora estoy viendo para hacer nuestras cosas de adolescentes. Casi siempre nos reíamos tan alto que venía un policía para ver qué pasaba y nos echaba, pero cuando no miraba volvíamos a escondernos allí.

   Cuando nos enfadábamos salías corriendo lo más rápido posible y te venías a esconder en este árbol tan grande. Es fácil subir a él. La primera vez que lo hiciste te encontré porque sollozabas muy alto. Me subí y te abracé. Esa noche era parecida a esta. Las estrellas brillaban con todo su esplendor, aunque no había Luna. Nos empezó a llover encima y nos fuimos corriendo de vuelta a la mansión, mientras reíamos y tropezábamos con las piedras húmedas del suelo.

   Me acerco a un prado donde solíamos echarnos a contemplar el cielo, y me tumbo en él a hacer lo mismo de siempre.

   Mientras pierdo la mirada entre el negro del paisaje, sigo recordando todo lo que hacíamos juntos.

   Se me pasa otro recuerdo por la cabeza, la vez que me enamoré de ti: estaba rozando el límite de la vida y la muerte entre los hielos del maestro de mi maestro cuando apareciste para sacrificarte por mí. Fue tan bonito...

   Cierro los ojos para dejarme llevar por los demás recuerdos, y me quedo dormido sin poder evitarlo, tonto de mí.

 

   Sueño que estamos paseando por una de las calles más transitadas de la ciudad, después de voler de comprar los regalos de Navidad. Era una tarde fría y la nieve caía con toda su bellaza sobre nosotros. Tú estabas abrigado tanto que parecías un oso polar, mientras que a mí solo me hizo falta ponerme una chaqueta.

   Me estabas contando lo maravilloso que es tenerme a tu lado, lo mucho que sufriste antes de poder estar conmigo, cuando un coche viene a toda velocidad y se abalanza sobre nosotros. Yo consigo apartarme, pero tú no tienes la misma suerte.

   -¡¡¡SHUN!!! -Grito, pero ya es demasiado tarde.

   Del coche baja un hombre de unos treinta años que se balancea hacia todos los lados. Voy corriendo hacia ti para ayudarte, pero el auto tiene atrapado la mitad de tu cuerpo bajo su peso. Una mujer llama a la ambulancia y esta aparece cuando le da la gana. Me subo contigo después de que consiguieron sacarte de ahí debajo.

   Te tengo cogido de la mano y abres los ojos.

   -Hyoga... -Apenas un susurro.

   -Shun, no te preocupes, te pondrás bien, te lo prometo.- Se me escapan lágrimas sin poder evitarlo, y tú levantas un brazo para quitarlas de mis mejillas con unos dedos muy suaves.

   Cuando llegamos al hospital te llevan directamente a emergencias y no sales de ahí hasta después de unos días. Una enfermera intenta calmarme pero no puedo, es imposible.

   Recibiste muchas visitas de todos nosotros pero cada día se nota que se te están escapando las fuerzas.

   Una noche me quedo contigo para velar tus sueños, apenas sin pestañear si quiera. Tengo un mal presentimiento y me acerco a ti. Pensé que estabas durmiendo pero abres los ojos nada más te cojo la mano.

   -Hyoga... gra... gracias por todos los momentos... que me has dado... -el dolor se hace dueño de tus palabras-, jamás... te olvidaré... te lo prometo.- Empiezas a llorar y yo hago lo mismo.

   -Shun, ¿qué dices? -Sé que tienes razón, pero no quiero aceptarlo-. No te va a pasar nada malo.- Sonrío débilmente.

   -Mi patito... te quiero... -Susurras, y cierras los ojos.

   Me contengo para no gritar y despertar a toda la planta, pero no puedo aguantar tanto tiempo y grito tu nombre y lloro desesperadamente sobre tu pecho. La máquina ahora solo emite un ruido homogéneo, que me está matando a mí también.

   Una enfermera aparece por la puerta y me coge del brazo con cariño para sacarme de la habitación mientras entra gente con batas blancas. No dejo de mirar lo que he dejado atrás.

 

   Una ráfaga de viento me despierta y me sorprendo a mí mismo llorando, otra vez. Todas las noches sueño con ese día y con los últimos momentos que pasé contigo. Hace casi dos años que sucedió la tragedia, pero sigo tan triste como el primer día.

   Tú eras la luz que me iluminaba el camino cuando todo estaba oscuro. El ángel que velaba mis sueños cuando estos querían convertirse en pesadillas. El amor que nunca me abandonaría. El peliverde de la dulce sonrisa.

   El dolor que siento me atraviesa como una lanza en llamas, y los recuerdos de cuando estabas conmigo la hacen más llameante todavía.

   Intento levantarme mientras las lágrimas corren por mis mejillas. Me las seco con el dorso de las manos, como antaño hacías tú, y sigo caminando entra la oscuridad, de vuelta a la mansión.

   Jamás pensé que me pudieran arrebatar mi tesoro más preciado tan fácilmente. La verdad es que pensaba que nunca abandonarías a este ser frío que ahora te recuerda tan cálidamente.

   Sigo pensando que caminas conmigo todas las noches que paseo por este parque.

   Antes de salir del oscuro de los árboles y el lago, vuelvo a dar media vuelta y me adentro de nuevo.

   -Ya he tenido suficiente- susurro a la nada-. Esta vida no tiene sentido si tú no estás conmigo.

   Oigo un camión de mercancías y me dirijo hacia la carretera, mientras sonrío porque voy a verte otra vez después de tanto tiempo. Sé que es egoísta pero es lo que más anhelo.

   -Este día será el último para mí.- Susurro, bajo las estrellas.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, y muchas gracias por leer :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).