Ese día comencé mi “nueva vida”, después de haber pasado por miles de humillaciones y golpes mi madre y yo nos mudamos lejos, a otro país, a nuestro país natal, Corea del Sud.
Yo ya sabía el idioma pero aun así tenía miedo de empezar las clases, de que el profesor hablase muy rápido y no pudiese entenderlo o de que mis compañeros malentendieran mis modales, al fin y al cabo, Alemania y Corea son bastante diferentes.
Al llegar, después de haber dejado las pocas cosas que llevaba conmigo salí a buscar un trabajo, mi madre ya tenía uno, pero insuficiente para mantenernos y pagar las deudas que nos ahogaban, estuve dando vueltas por las calles hasta que encontré un cartel que me gustó, era de camarero, a medio tiempo, de 6 a 10, iba perfectamente combinado con mi horario escolar, así que entré y me presenté para el trabajo, solo tenía que servir y pedir nota, algo fácil, comencé al día siguiente.
Habíamos llegado a Corea un domingo, al día siguiente era lunes y aunque la gente normal se hubiese tomado un día o dos para acomodar sus cosas a mi no me hacía falta y tampoco quería quedarme solo en casa mientras mi madre trabajaba.
Me dirigí temprano hacia la escuela, con tiempo de sobra, por si acaso me perdía, no me perdí pero si que tome el camino más largo, había un poco de gente alrededor, ninguno tenia intención de entrar todavía, yo si que entré, me fui directo a dirección, para que me indicasen donde estaba mi clase, la secretaria me acompañó hasta una clase casi vacía, solo había un chico sentado en una mesa y el profesor, que al parecer estaba preparando algo para la clase.
-Profesor Kim, le presento al alumno nuevo, Yang Yoseob.
-Oh, claro, ya no me acordaba de él, cuando empiece la clase se presentará usted delante de sus compañeros, por ahora siéntese al lado de aquel chico.
-Vale señor.
Fui directo al único asiento que tenía ese chico al lado, él miraba por la ventana, distraído, cuando moví la silla se giró para mi, estuvo unos segundos observándome en silencio, hasta que se presentó.
-Hola, me llamo Junhyung, encantado de conocerte.
No me sonrió pero me ofreció su mano, yo le regale una de mis mejores sonrisas.
-Yo soy Yoseob, igualmente.
Se volvió a girar hacia la ventana y no dijo nada mas, no pude evitar quedarme mirándole, lo observe hasta que mas alumnos empezaron a llegar y se arremolinaron a mi alrededor, alrededor del “chico nuevo”.
-¿Cómo te llamas?
-¿De donde vienes?
-¿Eres coreano?
-¿Por qué te cambias a medio curso?
La gente no paraba de hacer preguntas, era imposible contestarlas todas, en cuanto sonó la campana el profesor dio la orden de sentarse y me hizo levantarme.
-Yang Yoseob, por favor, preséntese.
No tenía muy claro que tenía que decir, nunca había sido nuevo antes.
-Me llamo Yoseob, vengo de Alemania con mi madre, nací en Corea y me mudé cuando era pequeño, he vuelto por razones familiares, encantado de conocerlos a todos.
Me volví a sentar en mi sitio, Junhyung me miro, no dijo nada, entonces me di cuenta que nadie había ido a hablar con él, nadie a parte de un chico de pelo negro le había dirigido la palabra desde que había empezado a llegar gente.
Las clases pasaron hasta la hora del recreo, no tenía muy claro dónde ir, un chico vino con unos amigos, el mismo chico que había hablado antes con Junhyung.
-Hey, Jun, ¿vamos a la terraza? Vente tú también Yoseob.
Fui con ellos, descubrí que aquel chico se llamaba Gikwang y sus otros amigos Doojoon y Dongwoon, al parecer también iba con ellos siempre un chico que se llamaba HyunSeung, pero que estaba enfermo y no había asistido a la escuela.
Después de la escuela me dirigí a casa, me cambie de ropa y salí corriendo hacia el trabajo, llegue justo a tiempo, me puse a servir, allá a las ocho llegó Doojoon con Dongwoon, me acerque a su mesa y les tomé nota.
-Sí que te has dado prisa en conseguir trabajo.
-Salí a dar una vuelta y vi que ofrecían trabajo, me pareció buena idea.
No hablé mucho con ellos, estaba en horario de trabajo, a las nueve y poco se despidieron y se fueron, a las diez acabé mi turno y me dirigí a casa, las calles estaban bastante vacías, hacía frio, era noviembre, oí un ruido a mis espaldas, era un gato, me giré y me choque contra alguien…