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Kagerou por Dennou Paranoia

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Notas del capitulo:

¡Hola!

 

Traigo el primero de mis fanfics publicados acá, este fic lo comencé por una amiga mia que adora esta pareja y decidí hacer una historia para ella.

 

¡Aku espero te guste ^^!

 

Enjoy~

I

 

Caminaba sin un rumbo fijo. Era de noche y las luces de los locales iluminaban las calles con sus colores brillantes y llamativos. Estaba en la zona de bares, muchos considerarían este un lugar de mala muerte, pero eso estaba muy lejos de la realidad, era un sitio tranquilo, más de lo que se veía. Ve a saber porqué había llegado yo aquí, pues a mi no me importaba. Pasaba de largo aquellos bares donde la música pareciera querer reventar las bocinas. En realidad no prestaba mucha atención a lo que sucedía a mí alrededor, pues mis pensamientos se escuchaban más fuerte que los murmullos y risas de las personas que pasaban a mi  lado.

 

Por alguna razón levanté ligeramente la mirada. Frente a mi, en la entrada a un bar, había un escándalo; ya sabía yo que las peleas no podían faltar aquí, así que haciendo caso omiso a lo que sucedía yo continué caminando. Justo iba pasando por la entrada de aquel bar cuando un tipo fortachón arrojó a otro hacia afuera, provocando que él y yo chocáramos.

 

- MalditoLe escuché murmurar entre dientes, aun con su mirada en la entrada por la cual el grandulón había desaparecido hace poco. Yo reconocí de inmediato esa voz y al instante que volteo pude confirmar de quién se trataba, pero estaba un poco confundido y sorprendido, ¿Qué hacía él en un lugar como este? – Lo siento… - Y me miró. - ¿Byo? Una sonrisa se le instaló en el rostro pero yo estaba serio todavía.

 

- ¿Qué haces aquí?Cuestioné de vuelta, el suspiró pesadamente y me hizo una seña para que lo siguiera, aun sin responderme. Mao, dime.Le llamé el sólo continuó caminando y yo le seguí cauteloso.

 

- Tranquilo Byo, no eres el único que busca desaparecer un rato… además de que no eres el único en conocer este lugar.Dijo por fin, a la par que se detenía frente a otro local, no se veía para nada como los demás bares, que estaban infestados de gente afuera y la música te fastidiaba, no, era un lugar mucho más tranquilo que la zona. Ambos entramos. – Mejor… dime tu ¿por qué quisiste desaparecer un rato? – Guardé silencio, pues primero quería encontrar una mesa en la cual pudiéramos hablar sin interrupción alguna. En seguida busque con la mirada una mesa, Mao notó esto y tomo mi mano, halando de ella para que le siguiera. Su comportamiento era extraño, pero aun así lo deje.

 

Me llevó a una pequeña habitación donde en el centro había una mesa para dos personas, en las paredes había unos cuadros y al fondo una ventana que estaba abierta, dejando colar el frío de la noche y con el poco viento que hacía las cortinas eran onduladas, suspiré sin salir de mi asombro.

 

- Valla… - Susurré. En realidad que Mao parecía tenerlo todo planeado con anticipación, incluso si nos habíamos encontrado hace un momento.

 

No había soltado su agarre hasta que me había invitado a sentar, mientras que su mirada pasaba de mi persona a la ventana.

 

- Esto es… muy inesperado, Mao. – Le dije riendo por lo bajo, mi vista se paseaba por la habitación. - ¿Tenías esto planeado o algo así? – Le cuestioné con interés, el sólo rió animado.

 

- Para nada, Byo. – Sonrió radiante. – Recordé este lugar de repente, y decidí traerte.

 

Sonreí también. – Me gusta… - Le miré intensamente y el hizo lo mismo. Nos quedamos por la largo rato mirando el uno al otro en silencio, luego él rompió aquel silencio que ya se comenzaba a tornar un tanto incómodo.

 

- Aun no me has contado porqué quisiste desaparecer. – Comenzó lentamente, a la par que se levantaba para dirigirse a un costado, donde se encontraba una gaveta de la cual apenas yo notaba que se encontraba ahí; sacó dos copas y una botella de vino, las cuales dejó en la mesa para luego servir, ofreciéndome una copa en seguida, no dudé en tomarla.

 

- Preferiría no hablar de eso ahora…si no te molesta. – Solté un suspiro pesado y el me miro comprensivo.

 

- Como quieras, no hay problema. – Nuevamente tomó asiento y cambió de tema de inmediato.

 

Hablamos de trivialidades, sobre cómo nos iba en la compañía y alguna que otra anécdota de nuestra banda. La plática era fluida pero durante todo ese rato hablando pude notar perfectamente en su mirada que tenía ganas de decirme algo pero no se decidía si hacerlo o no, obviamente yo no sabía de qué se trataba pero me hizo sentir nervioso y un tato curioso, mas no pregunté.

Luego de varias risas y otras tantas copas fue que decidió a hablar, pero yo estaba un poco ido. En realidad no tenía muchas ganas de escucharle, estábamos ambos ebrios, no quería que por eso fuéramos a decir alguna tontería, pero insistió.

 

- Byo… - Me llamó, pero yo estaba más concentrado en llenar mi copa de vino por milésima vez. – Kojima – Me nombró completamente serio y yo le voltee a ver de inmediato con una expresión de sorpresa.

 

- Tú…nunca me habías llamado así. –Murmuré bajo, el abrió sus ojos desmesuradamente y una de sus manos cubrió su boca y ya ninguno supo que decir, por lo que pasamos otro rato en silencio pero esta vez era mucho más incómodo que la primera vez pero no despegábamos la mirada; hasta que decidí dejar a un lado la copa y sacar mi billetera, dejando un gran manojo de billetes sobre la mesa, todo bajo la mirada de incredulidad de Mao, me levanté con cuidado de no caer debido a que sentía que todo me daba vueltas, pero me detuve en la puerta. – Gracias por traerme aquí…fue grandioso. –

 

Escuché cómo se levantaba y sus acciones fueron lo que más me sorprendieron de la noche: yo me había volteado a mirarle de frente al escuchar que se había levantado y el me había acorralado en la puerta, acercándose a mi oído para decir algo.

 

- Por favor, no te vayas, lamento si te hizo enfadar con eso…pero tengo que decirte algo. –Musitó un tanto rápido pero logré entender sus palabras. Yo no dije nada, dejaría que hablara. - ¿R-recuerdas las primera vez que me besaste? –Susurró. – Y las demás veces que lo hiciste, aun sin saber lo que en realidad eso significaba para mí, pero yo no dije nada, quería que siguieras haciéndolo. – Y entonces entendí a lo que quería llegar.

 

- Mao, no…yo – Pero no me dejó terminar, me había besado con desesperación y su lengua se había introducido a mi boca.

 

No sé si sea porque soy un estúpido o el shock del momento pero yo estaba inmóvil, tal vez eso lo había tomado como a que le estaba correspondiendo ya que no se despegaba de mi cuerpo, su lengua la sentí rozar con la mía varias beses y sus manos bajaron por mis costados hasta llegar al borde de mi camisa y colarse a esta, tocando mi piel lentamente hasta llegar a mis pezones, los cuales delineo con sus dedos, me estremecí por completo y no perdió el tiempo para llevar una de sus piernas entre las mías y presionar mi entrepierna a lo que yo solté un leve gemido con el cual yo reaccioné alejándome lo más que podía de su cuerpo.

 

- Mao… - Murmuré jadeante. – b-basta… ah! – Un gemido más fuerte, esta vez su mano había entrado a mis pantalones y su mano había comenzado a estimular mi miembro.

 

Mi mente se estaba nublando, sus manos tan expertas y concentradas en lo que hacían me estaban volviendo loco y la excitación me hacía soltar más gemidos. El sabía perfectamente cuál era mi punto débil, su lengua lamiendo mi cuello me hizo perder la razón de lo que estaba haciendo, ya no pude resistir más tiempo. No quería darle el gusto pero ya no podía más.

 

- aah… - Soltó un gemido, que parecía más grito, de puro placer.

 

Rápidamente le había tomado de la cadera y lo había cargado hasta la mesa, tirando todo lo que se encontraba sobre esta y tomando su muslo, el cual acariciaba, levanté su pierna, provocando que ambas entrepiernas se tocaran con intensidad, subiendo el calor de la situación de manera considerable.

 

El se encontraba recostado en la mesa mientras yo le envestía aun con toda la ropa puesta, y de eso él se encargaba; me quitó la camisa un rato después cuando pareció que se había acostumbrado a los movimientos de mi cadera. Se apoyó sobre sus codos y acercó su rostro a mi pecho, el cual lamía y a mis pezones los mordía, entreteniéndose por un rato en ello.

 

En un abrir y cerrar de ojos sus pantalones yacían en alguna parte del suelo. Su miembro era acariciado por mis manos y él se acercó, tratando de besarme una vez más… no lo permití, había corrido el rostro y su mirada triste la ignoré; pronto desabroche mis pantalones, bajándolo lo suficiente para dejar libre mi miembro y acercando este a su entrada, penetrándolo con lentitud, sus gritos me excitaron más y de una sola estocada terminé de introducirme en su interior.

 

Pero fue entonces que se presentó ante mi un Mao que yo no conocía, aquel Mao frágil y tan triste que jamás lo había presenciado y fue justo cuando vi la primera lágrima rodar por su mejilla  y luego unas cuantas que le siguieron, quise creer que había sido por tan repentina intromisión y me quedé con ese pensamiento, acercándome para limpiar todo rastro de llanto con besos, nuevamente intentó besarme pero di una estocada profunda, haciendo que olvidara eso y soltará otro gemido.

 

- Byo… - Gimió mi nombre y yo continué con las envestidas, primero despacio, no quería lastimarlo pero estaba desesperado, aquella entrada tan estrecha me hacía perder la razón.

 

Sus gemidos aumentaban y su espalda se arqueaba con una sensualidad que sólo él poseía. Sus piernas las subí a mis hombros, logrando envestidas más profundas; toque aquel punto que nos hizo soltar un grito de placer y me concentré aquel lugar. Arremetía contra su cuerpo a la par que me inclinaba un poco para besar su pecho, dejando varias marcas rojas que era seguro que no desaparecerían tan pronto, el sólo se dejaba. Su mano tomó mis cabellos, halando estos un poco para que dejara de besar su cuerpo y esta vez lo besara a él, me rendí y lo hice.

 

Nuestras lenguas daban toques calmados, bailaban a un ritmo tan contrario al movimiento de mis caderas, y aquel beso fue roto por un orgasmo, ambos nos habíamos corrido al mismo tiempo y ahora lo único que se escuchaba en la habitación eran nuestras respiraciones agitadas.

 

- b-Byo… - Me llamó en un susurro y la inseguridad en su voz cualquiera la notaría, no le miré, no quería verlo a los ojos…

 

- ¿mhn? – Murmuré leve al tiempo que salía de su interior y escuchando un quejido de su parte. Ya había acomodado mis pantalones y ahora buscaba por la habitación en donde podría estar mi demás ropa.

 

- Byo…mírame ¿quieres? – Esta vez sonaba molesto así que le miré por fin, él estaba sentado en la mesa, únicamente llevaba los boxers puestos y tenía levemente fruncido el ceño.

 

Encontré mi camisa y me la puse de inmediato; sabía lo molesto que estaba y había sido mi culpa pero ahora qué quería que hiciera, yo no iría a darle explicaciones, ni mucho menos confesiones que no tenía.

 

Suspiré y me acerqué a él, a una distancia prudente. -¿Qué sucede? – Dije como si nada estuviese pasando y su expresión molesta se remarcó más.

 

– Cuantas cosas quisiera gritarte en este momento p… - Esta bien ahora si había causado una reacción en mi, ni siquiera le deje terminar de hablar.

 

– Hazlo, por favor… Grítame ¿Quieres? Merezco que lo hagas…Merezco eso y muchísimo más - Suspiré desesperado.

 

– ¿Pero qué dices? – Soltó más harto que antes y yo me acerqué a él peligrosamente.

 

– ¡Qué soy un estúpido! ¡Eso digo! – Lo tenía acorralado nuevamente en la mesa. – ¿Es que acaso no te das cuenta? Yo no tengo ninguna explicación de mis acciones ni mucho menos alguna confesión que hacerte, por que yo no siento nada… Para mi esto fue sólo sexo y nada más, ¿entiendes? – Esperaba que me golpeara o algo por el estilo pero ahí lo tenía yo, frente a mi acariciando mi cabello, no entendía lo que le pasaba, aquellas palabras habrían hecho enfadar a cualquiera pero no, el estaba tan tranquilo, sólo su mirada continuaba decaída, suspiré por séptima vez en la noche y pude sentir sus labios nuevamente apresando los míos con demanda. Lo alejé de mi, tomando sus muñecas y pegándolas a la mesa. – No sé en qué mierda piensas, con un beso no me harás cambiar de opinión. –

 

– Lo sé… Entonces vete ¿si? Hazme ese maldito favor, eso debiste hacer desde el principio, pero eres tan idiota que tu mismo me haces ilusiones para luego destruirlas… – Musitó con odio, asentí y me quite de encima.

 

Terminé de vestirme y arreglarme un poco ya que no podía salir a la calle así, estaba tan dispuesto a irme, a dejarlo allí pero antes de que abriera la puerta me volvió a llamar esta vez mucho más calmado, me giré y sentí como su puño daba de lleno a mi cara, incluso trastabillé un poco y de inmediato mi mano toco la zona que fue golpeada, debo de admitir que Mao tiene demasiada fuerza.

 

- Tu recuerdo – Sonrió satisfecho y salió del cuarto, dejándome completamente confuso y en shock, además de un fuerte dolor en mi mejilla. Fueron muy pocas las veces que Mao me había golpeado, con eso me demostraba que todo lo que había dicho había sido en serio y nuevamente me hacía sentir un completo idiota.

 

Ya ni podía hacer nada, en verdad que todo ese asunto era cansado y hasta llegó a ser odioso para mí. Pero yo se lo dije muy claro, yo no sentía nada por él, ¿Qué quería que hiciera? ¿Qué lo intentara? Pues no podía, simplemente porque él sería el más lastimado, si ahora yo había arruinado todo, aceptando tener algo con él lo hubiera arruinado mucho más que ahora. Pero el no entendía. Ni siquiera podría ir a decirle todo eso, ¿para qué? Podría terminar golpeado o peor.

 

Los siguientes días no supe más de Mao, él quiso desaparecer de mi vida…

 

 

 

 

 

II

 

¿Cuánto tiempo había pasado? Ni siquiera lo recuerdo muy bien que digamos pero ese día, ese maldito día sigue presente en mi mente como si hubiera sido ayer la primera vez que me acosté con Byo.

 

Nunca le mentí, ni una sola de esas palabras las dije por impulso. Desde ya hace tanto tiempo que me había enamorado de él, sino es qué más, porque uno nunca sabe cuando de verdad está enamorado hasta que los celos le invaden, es un asco  por completo, pero pasa. Yo desde el inicio creí que a él le ocurría lo mismo pero no, estúpido fan service, por eso es que no odio tanto pero igual me gusta hacerlo. Claro, con Byo es diferente, demasiado diferente.

 

Me cree ilusiones simplemente por los besos que nos dábamos cuando sólo era por complacer a las fanáticas. Pero también nos ha traído bastantes problemas hacer eso ya que los rumores corren como pólvora. Ninguno es homosexual, al menos no que yo esté enterado, sólo lo hacemos por las fans, y ya, sin sentimientos ni quejas.

 

Yo sé que fui un maldito estúpido en enamorarme, en especial de ese idiota de Byo. ¿Cómo es que no me puse a pensar antes en cuál sería su reacción si se lo decía? Y quién sabe cuánto tiempo es que llevamos sin vernos, incluso cuando alguna banda planea una reunión con otros grupos, ninguno de los dos asiste.

 

Mi razón se calma. Mi opinión sobre el origen de un mundo sin estética, es el amor; dejo de respirar.

 

Aquel día que iba llegando más temprano de lo normal a la compañía, no creí que tú estuvieras allí.

Yo iba con la mirada baja por lo que no le había visto al entrar y cerrar la puerta detrás de mí, sólo escuché a Mizuki, que al parecer era el único en la sala, que iría por algo a no sé dónde y yo levanté mi mirada encontrándome con la de él allí frente mío. Mizuki ya había salido, me pensé si retirarme también de la sala pero su voz me detuvo cuando me giré a abrir la puerta de nuevo.

 

- Mao… - Murmuró más para él mismo que como un llamado.

 

En el pasado, incluso cuando mis alas se destruyeron, mi equilibrio fue derribado de manera que la realidad apuñalo mi retraído corazón.

 

Peor no quise escucharlo, salí de allí lo más pronto que pude, topándome con Kei y Tsurugi, detrás de mí iba Byo y al ver que allí estaban mis demás compañeros se retiro del lugar dejando a Kei y Tsurugi sin entender lo que sucedía y yo ya estaba más aliviado.

 

Recuerdo también que ese mismo día, por la noche, me llamó al celular pero le rechacé. Ya no quiero saber de él por más que aquella curiosidad por saber qué es lo que quiere decirme me esté asfixiando.

 

Me llama nuevamente y no hago caso…

 

Una…

 

Dos…

 

Tres…

 

Pasan unos segundos y ya no escucho a mi celular sonando…

 

Cuarta vez y respondo…

 

Pero no digo nada. Pregunta mi nombre y sigo sin hablar, sabe que lo escucho así que comienza a hablar…

 

Estoy quebrando reglas, caminando a lo largo de rasgados hilos con una actitud de no vociferar crueles razones.

 

 

Le escucho suspirar. – Sé…que no quieres hablar conmigo… - Al inicio su voz se escuchaba insegura, continué en silencio, sólo quería saber que diría, qué haría para tratar de al menos arreglar las cosas, no quería cruzar palabras con él. – Quiero arreglar todo, pero te vas, no me dejas hablarte y estoy harto de eso… Déjame arreglar las cosas, sé que… te dolió todo lo que te dije ese día, pero no puedo evitarlo es la verdad… - Dejó de hablar, otro suspiro…

 

- Entonces arréglalo – Susurre débilmente y colgué con rabia.

 

¿Hacia dónde debo mirar para poder ser capaz de encontrar la respuesta? ¿Acaso debo volver a caminar a lo largo de la realidad?

 

 

Y seguimos igual, el quiere acercarse a mí pero yo se lo impido y así seguirá siendo. También estoy harto pero después de todo lo ocurrido cómo puedo actuar, yo no lo sé. Me manda mensajes, continua llamándome y yo nunca respondo. Es esos mensajes siempre me dice quiere verme y que me ve en tal lugar, nuevamente lo ignoro y a mitad de la noche un nuevo mensaje llega a mi celular donde me dice que se ah quedado en aquel lugar esperándome por horas. Sé que lo estoy decepcionando…

 

Ya no sé qué hacer… él me busca desesperadamente pero yo me alejo más y más, pero el sigue luchando por verme y yo nuevamente me alejo…

 

Todo es horrible, aquél espiral sin sentido se disolvió girando,
tras verlo logré revelar la respuesta que estaba grabada en mi corazón.

 

Al despertar no puedo evitar pensar en todo lo que ah sucedido y sólo una respuesta llega a mi mente, una respuesta muy clara, que afirmo mientras miro el último mensaje que llegó a mi celular de su parte… Ya no puedo seguir así, ya no…

 

Me alisto y en menos de una hora ya estoy caminando por la calle en dirección a su hogar. Con todo lo que él hizo estas últimas semanas no sé cómo lo voy a mirar cuando lo tenga frente mío, estoy avergonzado, si el sólo quiere seguir como un amigo, así tendrá que ser pero ya no quiero estar lejos de su lado… Me lastimo yo sólo con sólo distanciarme.

 

Tiemblo al pensar que puedes pertenecer a otra persona.

 

En todo el camino mi mente no está concentrada en otra cosa que no sea Byo… Sé que no tengo esperanzas pero quiero aferrarme a eso hasta que logre confirmar que jamás seremos algo, no me importa si tengo que volver a salir lastimado, sólo quiero estar cerca suyo como los viejos tiempos aunque sé que todo contacto con él se esfumará eternamente o hasta que ese asunto quede en total olvido, al menos en su mente, porque para mí será imposible de olvidar.

 

Toco la puerta, una… dos… tres veces… ¿Acaso no está? Miro mi reloj de muñeca, la 1:16. Él no suele salir a estas horas de casa. Me giro sobre mis talones y la escena frente a mi hace que sienta un escalofrío recorrerme de pies a cabeza… Y me rompo…

 

Puse toda mi tristeza dentro del viento y me aferré a ti, te vi en una tormentosa bruma candente.

 

Al parecer él no había notado mi presencia aun cuando yo me gire hasta que desvió su mirada de aquella chica a la que le pasaba el brazo por los hombros. Ya no quise saber más nada y me retiré del lugar, a lo lejos podía escuchar su voz llamándome, pero ya parecía que yo iba a hacerle algún caso. Esa había sido la gota de derramó el vaso.

 

Cada vez le escuchaba más cerca a mí, sus pasos acelerados eran lo único que podía escuchar por aquella zona de residencia tan solitaria. No lo quería cerca y justo cuando creí que tomaría mi brazo para que me girara a encararlo comencé a correr lo más rápido que daban mis piernas, nuevamente escuchaba mi nombre ser pronunciado por sus labios, por aquella voz tan conocida y hermosa para mí. Pronto sentí que caían unas gotas del cielo, comenzaría a llover y no lo había notado pero eso no me detendría.

 

Ahora, incluso más que antes, cuando estábamos separados,
pienso, me asusto de las premoniciones que parecen ser tan frágiles.

 

Ya no lo escuchaba detrás de mí, pero no quise voltear a asegurarme de que ya no me seguía. Cuando llegué al parque central fue que desaceleré mi andar aunque aun caminaba rápido. Mi vista se paseaba por el lugar con cautela y por un momento contemple el cielo bajo el cual me encontraba, el día se había hecho gris, como si estuviera de acuerdo a mi estado de ánimo.

 

- ¿Por qué me haces esto… cuando yo me eh decidido a escucharte por fin? – Pregunté al aire y la tristeza me invadió con facilidad.

 

Había comenzado a llover un poco más fuerte, por lo que no creí que Byo siguiera en mi busca, un poco ya más entrado en el parque, en aquella zona solitaria a la cual casi nadie va puede que por miedo, me encontré con una pequeña casita, sólo era el techo pero me serviría para resguardar la lluvia hasta que esta se detuviera o se calmara.

 

Simplemente deseo, que el tiempo permanezca tal cual.

 

Pero más o menos dos horas después me di cuenta que sería estúpido seguir allí por más tiempo, la lluvia no se iba y al parecer seguiría así hasta mañana, no creí estar sosteniendo mi celular entre mis manos, siendo tentado a llamarlo o no. Estaba nervioso, era claro, y aun seguía enojado con él por lo que había sucedido, pero aquella inseguridad que tenía al estar allí era más grande por lo que presioné la tecla verde para llamarlo.

 

Apenas había sonado dos veces y ya me había respondido con notable pánico en su voz que me hizo sentir bastante mal, y mi voz sonó como menos había querido…

 

Todo es horrible, aquél espiral sin sentido se disolvió girando.

 

- ¿Mao, dónde estás? – Le escuché del otro lado, estaba preocupado.

 

- b-Byo… ¿podrías venir?… estoy en el parque, en las cabañas… - Musité, recibí pronto la respuesta.

 

- Claro, voy hacia allá no tardaré mucho... – Hizo una pausa.- y Mao… - Nuevamente guardaba silencio por un instante que a mí me pareció eterno. - …Te quiero… -


Tras verlo logré revelar la respuesta que estaba grabada en mi corazón.

 

Y colgué de inmediato sin responder…

 

 

 

 

 

III

 

Tuve que esperar, mis ganas de seguir corriendo en su búsqueda eran grandes pero aquella tormenta no me dejaba hacer mucho. Mis nervios estaban en su punto máximo al igual que mi preocupación, no podía pensar en alguien o algo más que no fuese Mao. Debo decir que no esperaba su visita esta tarde en mi hogar, creí que seguiría molesto conmigo y ese mismo día, a esa misma hora, tenía que presentarse una de mis hermanas más cercanas a visitarme, yo sé que malinterpretó las cosas pero era de esperarse. Nuevamente me hacía sentir pésimo.

 

Si tenía ganas de verlo y hablar con él seriamente, eso se lo demostré de una manera desesperada, y el sólo me ignoraba olímpicamente. No era justo, o al menos para mí no lo era. Esos días en que le citaba en algún lugar y el no asistía me dejó en claro que ya no quería saber nada de mí, pero no yo quería que me lo dijera con todas sus letras, sólo así le dejaría en paz. Pero nunca sucedió eso.

 

Y ahora estaba aquí, en un café, tenía que haber entrado por la ya mencionada tormenta. Me sorprendí bastante al ser él quien me llamara, sólo mi preocupación y desesperación aumentaban cuando creí que ya no se podía. Y sus palabras, luchando por no romperse me hizo sentir un nudo en la garganta; una vez me dijo a donde se encontraba salí del local para caminar rápidamente hasta allí. Por unos breves momentos había dejado de llover tan fuerte pero seguía briznando por lo que aproveche a adelantar camino.

 

…Te quiero…

 

Esas fueron mis última palabras antes de que cortara la llamada, lo había lastimado una vez más pero ahora, una vez que lo encontrara, arreglaría todo. ¿Cuánto tiempo transcurrió desde esa vez? Alrededor de… ¿qué? ¿2 meses? Y ese día, ese maldito día sigue presente, aquella memoria parece imborrable y él no resultó ser el único lastimado, más aparte tan golpe que me dio al final, no, después de unos días sin poder sacarme tal asunto de la cabeza me di por vencido, ya no podía negarlo y sabía que hacía mal al hacerlo. Ahora lo que más ansiaba era su respuesta.

 

Unas calles atrás, antes de adentrarme al enorme parque, me vi en la necesidad de tener que comprar una sombrilla, la lluvia había regresado y no llegaría hasta Mao sin antes morir de frío, y ante aquel pensamiento aceleré mis pasos en consideración. Ya no podía estar más preocupado por él, ya no podía, me estaba volviendo loco con ese asunto, tanto así que me alejaré del trabajo por un largo tiempo por tanto estrés encima.

 

- Mao… - Musite su nombre, estando a unos metros de la cabaña. Su mirada permanecía fija en el suelo con sus brazos cruzados, quizás esperando mantener el calor corporal. – Mao. – Volví a repetir su nombre estando más cerca y en un tono más alto, nuestras miradas se conectaron y corrí hacia él para abrazarlo, sentirlo entre mis brazos.

 

- ¿Por qué tardaste tanto? – Cuestiono con voz queda, enterrando su rostro en mi tibio cuello, el estaba helado y un escalofrío me recorrió de pies a cabeza al sentir de repente su piel tocar mi cuerpo. – Lo siento… yo… ya no quiero, ya no soporto estar sin ti… Sé que no sientes nada, pero al menos déjame seguir a tu lado, lamento haberte ignorado, soy un estúpido… - Su voz estaba quebrada, ni siquiera me dejó responder su pregunta cuando ya se estaba disculpando, pero eso no podía ser, el que se tenía que disculpar era otro y él no me o permitía, odiaba que se echara la culpa en momentos así.

 

Susurraba “Lo siento” una y otra vez y por más que yo le llamara no me escuchaba, parecía ido y el único modo de lograr su atención fue callándolo con mis labios sobre los suyos. Se quedó inmóvil, había soltado ligeramente el agarre que me tenía con desesperación y yo sólo masajeaba sus labios con los míos en un cálido beso que él necesitaba. Al separarme le vi y su expresión incrédula me hizo esbozar una leve sonrisa.

 

- No es necesario que hagas eso creyendo que me sentiré mejor. – Suspiré leve y me acerqué a él una vez más, rodeando su cintura con ambos brazos y apegándolo a mi cuerpo sin despegarle la mirada.

 

- ¿Y si lo hago porque estaba desesperado de besarte otra vez? – Cuestioné poco antes de volver a unir nuestros labios, pero esta vez pareció reaccionar y me empujo sin mucha fuerza en realidad, sólo buscando alejarme.

 

- Hablo en serio, deja de hacerlo, sólo empeoras las cosas. – Murmuró sin mirarme.

 

- ¿Entonces qué quieres que haga? Pude descubrir lo que me pasaba contigo sólo días después de aquella noche… Pero tú no lo ves, ¿por qué razón crees que estaba en tu sala de ensayos? ¿Por qué crees que Mizuki nos dejó solos? ¿Por qué rayos crees que seguí insistiendo en arreglar todo tan desesperadamente? ¿Por qué eh? – Nuevamente la ansiedad ocupaba mis sentidos, su mirada no se despegaba de mi, aquella mirada de autentica incredulidad; entre toda esa mezcla de emociones que debió de haber pasado pude captar una ligera sonrisa que sólo duro segundos, parecía no querer cambiar aquel semblante tan serio que sólo había visto en él.

 

- Dime qué sientes exactamente. – Y se acercó rodeando mi cuello con sus brazos y apegándose a mi cuerpo.

 

- Te seré lo más sincero que pueda… - Sonreí. – Te amo. – Musité sobre sus labios para probar estos por tercera vez en la ya noche, correspondió aquel contacto con tranquilidad, sus labios y los propios se movían con parsimonia y sólo hasta que el oxígeno se termino fue que nos separamos.

 

- Eres un idiota. – Le escuché decir divertido, yo reí leve ante eso. - ¿Serás sólo mi idiota? -

 

- Sólo tuyo. – Nuestras manos se entrelazaron y nos fundimos en un beso fogoso, necesitábamos sentir al otro y de eso nos encargaríamos al llegar a casa.

 

Notas finales:

Aquí os dejo el link de la canción [la letra en negritas] para las personas que no la conoscan. http://www.youtube.com/watch?v=9b5R9XUUvm4 owo!

 

Espero les haya gustado~ :P si gustan pueden dejar un lindo review y de todas formas les dejo mi Twitter: Dennou_Paranoia ^^

 

En un tiempo más seguiré subiendo fics de grupos que no se ven mucho por aquí, así que si gustan pueden pedir alguna pareja que les guste y no sea muy vista en la página. Mi próximo proyecto es un mini-fic de Matenrou Opera :3

 

Sin más que decir, me despido...

 

Bye~!


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